In search of happiness ...(Stephen Windsor)

por **Luciana Himmel** Sáb Ago 25, 2012 10:41 pm

Había escapado,algo imposible de creer. Ella la que nunca hacia nada por si sola, o mas bien no le permitían y siempre la protegían mucho. tubo el valor de esperar a que todos estuvieran en los brazos de morfeo, tomar unas cuantas cosas y salir de la casa si ser vista. Y a hacia mucho tiempo que no salia de la casa ni hablaba con nadie debido al castigo impuesto por demostrar autonomía y resolución... Pero supo ser paciente y esperar que la cosas se clamaran, que su padre quien nunca se enoja con ella se olvidara del tema y creer que ella volvía a ser la misma. La dócil , la que nunca daba problemas., la que siempre tenia que estar para los demás... pero que hacia era lo único que le quedaba.

Estaba cansada, había caminado mucho pues ya era muy tarde y no había conseguido un coche que la llevara hacia su destino; ademas del hecho de que una joven de 17 años aunque aparentara un poco mas, y de su clase estuviera sola por las peligrosas calles de parís. pero sus motivación era muy grande. tenia que encontrarle y la única pista que le había podido conseguir su vieja nana era la llevaba al circo , y eso aun estaba muy lejos. ademas por la prisa y el afán de no ser descubierta tomo muy poco dinero asi que si quería llegar antes del amanecer, tendría que tomar otro coche y eso significaba que el único camino que le quedaba era seguir caminado así le sangraran los pies...la noche era preciosa. siguió caminado durante casi una hora mas, pedía indicaciones a cada cuadra para no perderse en esa gran ciudad...tenia miedo de ser vista por algún conocido de su familia, así que siempre iba por las orillas con andar tímido y aveces se arriesgaba a cruzar callejones oscuros,hasta que se topo con una pequeña y hermosa plaza, y ya, cansada y sedienta decidió descansar antes de seguir su camino.

por Invitado Miér Oct 10, 2012 6:23 pm

Aquella noche había llegado demasiado rápida para el vampiro, por alguna extraña razón no se sentía con la misma energía de siempre y hasta tal vez se sentía un poco mareado. Salió de su gran habitación sin darle más vueltas al asunto, tomó una capa solo por aparentar, ya que si hacía frío o no, él realmente no lo sentía. Se dispuso a salir con cierta rapidez que ni el mismo lograba comprender del todo, se sentía confundido, desorientado. Al estar avanzando bajo la oscura noche, no logró percatarse de un obstáculo que lo hizo caer torpemente ¿Qué era lo que realmente le sucedía? Y ahí, aún sin levantarse del suelo con su vista fija en la luna menguante fue cuando lo recordó, hace días que no había bebido sangre humana y eso, no era una buena señal.

A los pocos minutos se levantó y sacudió un poco sus ropas, negando con la cabeza pues realmente se sentía estúpido, no se sentía sediento pero sabía que si seguía así se debilitaría aún más. Suspiró hondo para intentar calmar sus ideas y caminó sin un rumbo fijo predeterminado, lo que más rogaba era no encontrarse con nadie ya que a pesar de que podía controlar muy bien la sed no quería decir que no fuese un potencial peligro, pero esa noche, no era su noche de suerte. A lo lejos divisó lo que era una pequeña plaza que de seguro serviría para tranquilizarse y pensar en algún plan, pero apenas se sentó en la banca se percató de que no estaba solo, para empeorar la situación se trataba de una mujer y además sola. Suspiró hondo y cerró sus ojos intentando calmar ya los conocidos ataques de ansiedad que le daban estas situaciones. Ladeó la cabeza para ambos lados y observó a la mujer de reojo con recelo pero luego se decidió a ponerse de pié y acercarse a ella, carraspeó antes de hablar - ¿Sabía usted que transitar a altas horas de la noche podría poner en peligro su vida? – Acto seguido sonrió y se alzó de hombros, mirando la luna – Aunque supongo que si anda por acá, es por alguna razón lógica…- Hizo una mueca y se cruzó de brazos, mirándola de reojo

Perdón la dmora

por **Luciana Himmel** Vie Oct 19, 2012 12:27 am

La joven miraba a lo lejos, a todos los que por la plaza transitaban, familias, parejas en las bancas, mujeres con mascotas, niños jugando y corriendo de un lado a otro…y eso le entretenía, pues hacia mucho que no salía de su casa. Aunque si se llegaba a dar cuenta su padre de que no estaba en casa, ella igual que el no volvería a ver ni la luz del sol, y no precisamente porque la convertiría en vampira. No, si no que el castigo por desobedecer aquella estricta regla sería el más severo. Luciana adoraba a su padre y este a ella, pero era un hombre muy estricto y desconfiado. Pero ella tenía que hacerlo, si no, jamás sabría de “ELLA”, ni quien es, ni como es. Su corazón anhelaba encontrarle más que cualquier otra cosa, así ella la hubiese abandonado cuando todavía era muy pequeña, aun si esta no la reconociera. Solo quería saber quién era, tal vez escuchar su voz...solo eso.

Por lo menos después de tantos años, aun estaba vigente el recuerdo de sus ojos, pues eran como los de ella. Seguía pensando en el imaginario encuentro. Le reconocería? Ella de seguro que si, pero, ¿Ella reconocería su hija después de 13 años?,¿ le recordaría siquiera?.. Estaba tan sumida en sus pensamientos que ni noto a la persona que se sentó cerca de ella si no le hubiese hablado, volvió la mirada hacia la voz y le observo. Era un hombre, algo apuesto; sin embrago su aspecto era demacrado y desgarbado, no desconfió, pues no era costumbre de Luciana desconfiar de las personas o juzgarlas por su aspecto. ¿Error o virtud? Valla saber Dios pero por más que su padre le decía que debía desconfiar mucho de las personas o le marcara las pautas para saber de quién hacerlo, esta siempre recalcaba que las personas no es que fueran malas sino que a veces que cometen errores, y que todos tenemos algo bueno. Quizás pecaba por ignórate o inocente pero ella sentía que no hacia parte de su naturaleza mirar todo a través de la desconfianza y el miedo. El hombre le hizo una pregunta, ella solo sonrió a medias, pues aunque no era desconfiar, un extraño es un extraño.

-Ciertamente signore – dijo con el acento italiano que le caracterizaba- Tengo razones para estar aquí a pesar del peligro, que me acecha. Mas la vida está llena de riesgos que vale la pena correr cuando de alcanzar la felicidad se trata. – sintió que había hablado demás, aunque en si no había divulgado información sobre aquel asunto.

Nuevamente su mirada se dirigió a aquella familia que había visto al principio. Fijándose particularmente en la mujer que abrazaba a los pequeños. Se perdió nuevamente en aquella escena y soltó un suspiro, para después volver su mirada hacia el caballero.

-¿Y usted? ¿También transitando solo por las peligrosas calles de parís a estas horas? – Quizás a él le sorprendería la pregunta, a lo que ella sonrió- Para cualquiera es peligroso transitar solo para aquí, hasta para un hombre…- Ella noto algo de tristeza en sus ojos, cuando este centro su mirada hacia ella; mas no dijo nada, solo presintió que tal vez, el también buscaba algo ¿Pero qué sería? Esa era la incógnita.

-Todos tenemos algún motivo para estar a estas horas por fuera de la seguridad que nos brinda el hogar. Aunque no queramos admitirlo o no lo notemos – se encogió de hombros y sonrió cálidamente-Hasta usted…

Había contemplado la idea de abandonar la búsqueda e irse de allí, regresar a su casa y tratar de olvidarse de esa absurda idea. Pero,¿tendría otra oportunidad?.La vida está llena se señales que te indican el camino, solo debes notarlas, y ella atreves de aquella imagen maternal noto una, y eso fue suficiente para que decidiera continuar aquel camino que sin querer le daría muchas sorpresas. Esta vez no se detendría…

PD::

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