Aredhel Darbauchet

por **Aredhel Darbauchet** Lun Ago 27, 2012 10:57 pm

Aredhel Darbauchet

Aredhel Darbauchet ▪ Clase Alta ▪ 23 años ▪ Humano ▪ Bisexual ▪ Francesa

DESCRIPCIÓN FÍSICA

Aredhel Darbauchet es una hermosa mujer de largo cabello negro ondulado, grandes y vivaces ojos azules como el cielo, enmarcados por delgadas cejas oscuras al igual que su cabello, con una nariz respingada y un coqueto lunar en el lado derecho de su rostro, pómulos altos y permanentemente rosados, tez blanca, delgados labios rosa perla, y brillantes dientes blancos, que se conjugan en una cálida sonrisa para quien la merezca, aunque puede tornarse en una aterradora mirada en los momentos que representan alguna amenaza .Posee una contextura delgada, esbelta y bastante curvilínea que se demarca maravillosamente, al momento de utilizar ropa estilizada. Su altura, considerable para una mujer, bordea el metro setenta, aunque tiene la mala costumbre de caminar ligeramente encorvada, por lo que se ve un tanto más baja

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

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Aredhel es una chica de armas tomar, de actitud extraña para su época, que siente que es un hombre encarnado en un cuerpo de mujer. Posee una actitud fuerte y metódica, es sumamente inteligente y culta, teniendo como uno de sus principales armas de batalla la astucia de su lengua. Es trabajadora, aguerrida, fuerte, noble, abnegada, rebelde e impulsiva, cosa que le ha traído más de un problema a lo largo de su corta vida.
Un tanto rencorosa y vengativa, no puede perdonar la sumisión a la que vive expuesta, por lo tanto, vive constantemente a la defensiva. Detesta con todo su ser el machismo en el que vive inmersa, y sería capaz de llegar a los golpes, si eso fuera lo necesario para defender sus ideas.
Odia la idea de Iglesia y religión, sin embargo, no ha reunido el valor necesario como para poder expresarlo, por lo tanto, no es una persona muy activa social ni políticamente. Le cuesta relacionarse con las personas, ya que sufre un trastorno psicológico que no le permite entender con claridad las cosas que los demás le quieren decir. Por lo mismo, es sumamente literal, a excepción con el sarcasmo, ya que es uno de sus pasatiempos, mientras más sarcástica sea la persona, mejor le cae a Aredhel.
Sumamente curiosa, siempre anda en busca de libros que puedan explicar la existencia del mundo y del hombre mismo. Asidua lectora de ciencias positivas, disfruta más de charlas con hombres que con mujeres. No soporta la ignorancia en la que viven sus congéneres, pero aun así siente una extraña atracción a esa ingenuidad. Siempre ha sentido esa preferencia sexual como un estigma, ya que jamás ha podido confesarle su amor a alguna pareja, por no corresponderle socialmente. Eso mismo ha desencadenado en una torpeza ilimitada para expresar sus sentimientos, y es más, prefiere no hacerlo, para no pasar más vergüenza.
Detesta la idea de la humillación pública, y a pesar de que intenta no serlo, es muy celosa y un tanto envidiosa. Sin embargo, no suele demostrar esos sentimientos, ya que los puede esconder muy bien.

GUSTOS

▪ Las ciencias
▪ El cuerpo femenino
▪ Da Vinci
▪ La compañía masculina
▪ Los libros
▪ Los chocolates rellenos de licor
▪ Los bosques
▪ La noche
▪ La soledad
▪ Los cuadernos en blanco
▪ Los museos
▪ Las universidades

DISGUSTOS

▪ El machismo
▪ La religión
▪ La clase alta y la realeza
▪ Los inquisidores
▪ Los malos olores
▪ Las calles demasiado aglomeradas
▪ Fiestas
▪ Corsés
▪ Las novelas románticas
▪ Sus nervios
▪ La comida sin sabor
▪ La hipocresía de la sociedad

HISTORIA

Aredhel creció sus primeros años de vida en los suburbios de las calles de París. Su padre, en un principio, obrero de última categoría en una fábrica de textiles, la crio maravillosamente y contrario a las costumbres de la época, la instruyo en diversas nociones de ciencia, siendo que el mismo no entendía mucho de eso. Su madre, más conservadora, veía con malos ojos la idea de que su hija recibiese la educación de un hombre y trato de remediar la mala influencia paterna a base de regaños y muñecas de trapo, clases de baile impartidas por ella misma, e incluso canto, aunque la chica no parecía interesarse por ello.
Un día, la fábrica fue atacada por un trabajador enfadado por haber sido despedido, iniciando un incendio de proporciones astronómicas –las malas lenguas, los caminantes errantes y los borrachos de las tabernas decían que se veía incluso más allá de los límites del país-. El padre de Aredhel, Jean, era el único presente y trato por todos los medios de salvar a su patrón. Conmovido por esto, el dueño de la fábrica, el cual no tenía ni familia, ni herederos, en sus momentos de agonía, nombro a su salvador dueño de la fábrica y destinatario de todas sus riquezas y propiedades.
De esa manera, la vida de Aredhel dio un vuelco de 180º, acostumbrada a tener que compartir todo con sus padres y sus hermanos menores, paso a tener una habitación propia tan grande, que no podía llenar con libros, a reemplazar sus ropas roñosas a vestidos de la más alta costura, y a tener damas de mano que se encargaran de sus necesidades. Dejo de buscar trabajos esporádicos de dama, o de costurera, y se enfrentó a días enteros en los que no tenía nada más que hacer que encerrarse en su habitación a leer los libros que su madre traía para ella, las cuales no consistían en nada más que novelas románticas y clásicas, escogidas con pinza para una señorita de alta clase.
Aburrida de ello, decidió comprar sus propios libros, imitando las compras hechas por distintos hombres. Tratados de filosofía, ciencias, matemáticas e incluso de política, llenaron sus estantes y su mente, la cual aún no olvidaba la precaria situación en la que había vivido en un inicio, generando en ella un sentimiento de sorpresa hacia lo cruda e indiferente que podían ser los seres que se creían mejores por poseer los recursos de producción.
Tiene problemas constantemente con su madre y con sus hermanos, convirtiéndose casi en la oveja negra de la familia. Se escapaba de las fiestas a las que debería ir por protocolo, y asistía a pequeñas reuniones científicas, políticas e incluso, ha participado en más de una tertulia en la cual se planteaba la idea de una nueva revolución. Sin embargo, todo ello termino abruptamente cuando una criada la acuso con su madre, y la encerró por un año en su hogar, perdiendo el contacto con todo el mundo exterior.
Ahora, ya incluso es solterona, y su madre se ha puesto a trabajar en solucionar ello. La ha dejado salir, convencida de que su espíritu revolucionario ha sido exorcizado de su cuerpo, y que ahora tan solo es una chica común y corriente. Sin embargo, no ha considerado jamás que el espíritu de su hija es aún más fuerte de lo que ella cree…

EXTRAS

-Es bastante liberal para sus ideas.
-Le encanta lo paranormal.
-Le gustaría ser astrónoma.
-No quiere casarse.
-Siente deseos irresistibles de besar a una mujer, aunque cada vez que lo recuerda, se golpea la cabeza.
-Si pudiese, se cortaría el cabello y usaría pantalones.
-Contrario a todo lo que puede creerse, le encanta pintarse las uñas. Es como el único vestigio de femineidad que tiene.
-Le asusta creerlo, pero piensa que odia a su madre.
-Pasa días enteros en ropa de dormir, leyendo acostada en su cama.
-Se escapa de noche comúnmente.
-Descubrió la forma perfecta para disfrazarse de hombre.
-Tiene un diario de vida, aunque suene cursi
-Le pagó a un hombre para que le enseñara clandestinamente a usar la espada, y otras armas, así que tiene una pequeñísima noción de su utilización.

diseñado por shiki @ sourcecode

por Invitado Mar Ago 28, 2012 7:24 am

En cuanto termines, postea aquí para que pasemos a revisar la ficha.

por **Aredhel Darbauchet** Mar Ago 28, 2012 6:26 pm

Creo que ahí estamos.

por Invitado Mar Ago 28, 2012 7:14 pm

Ficha aceptada
Bienvenida al foro

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