Pippa Bloom

por **Pippa Bloom** Miér Ago 29, 2012 3:24 am

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Pippa Guðjohnsen "Bloom"

▲EDAD▲

50 años. 20 de apariencia

▲ESPECIE▲

Fantasma

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase baja

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Sin definir

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Selfoss - Iceland

▲HABILIDADES/PODERES▲

Aparición/Invisibilidad
Ilusión
Teletransportación
Permanencia
Corporeidad
Posesión

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Romántica. Introspectiva. Conscientes de sí misma, sensible, reservada y callada. Se muestra, emocionalmente honesta; también puede llegar a ser temperamental o incluso, egocéntrica. No se acerca a los demás por sentirse vulnerables y defectuosos. Generalmente es considerada como una persona mágica, al caminar, deja su rastro, como si en realidad tuviera luz propia. No cree en políticas o en superioridades. Es amistosa, y pasa por ingenua, muchos han querido abusar de su magia natural y, afortunadamente, se llevan la grata sorpresa de quien es en realidad. Su voz es tan pacífica como el océano y sus movimientos tan dóciles como las ondas del mar en el amanecer. Vive inspirada, es creativa, aprende de sus experiencias y las transforma en una aventura. "Los peces de colores se miran entre sí, y se enamoran de sus diferencias, se fascinan y luego se aman. Los más grandes, protegen a los pequeños e incluso, las grandes bestias marinas, saludan con una venia al más indefenso pez dorado visitante. El mar y su universo tan perfecto, quisiera pertenecer allí, pero sé, que un copo de nieve, moriría al instante."

HISTORIA

Era el auge conflictivo en Iceland, los años 1700 no habían terminado bien y este sería el último intento para logran la tan aclamada independencia. El invierno azotaba las pequeñas aldeas, entre esas el pueblo de Selfoss. Los días pasaban desapercibidos, pues el sol se escondía sobre el manto polar, y todo era nulo, nublado, como la esperanza de que algún día hubiera libertad. Una noche cualquiera, justo después de un triste día lluvioso, titiló la luna sobre el cielo, pero luego entonces, la belleza de la inclemente luna fue opacada por la peor tormenta jamás soportada en la historia de Iceland. Granizo y nieve caía sin misericordia, los habitantes temían por su vida, le rezaban a su dios y otros, disfrutaban en paz la aparente destrucción del mundo como lo conocían. Así pasaron horas y horas, hasta que poco a poco, la luna volvió a aparecer entre las nubes, titilando con más fuerza, y así se quedó todo lo que restaba de la noche.

A la mañana siguiente, todo parecía como una era glaciar, árboles muertos, casas enterradas y una absurda belleza tras el desastre natural. Todo era tan blanquecino, desértico y maravillosamente homogéneo. Una pequeña cabaña sobreviviente abrió sus puertas como símbolo de paz y tregua con la naturaleza; era una humilde pareja senil, se notaba que la vida se les venía encima, y los golpeaba en sus arrugas y miradas llenas de sufrimiento y experiencia. Recorrieron sus alrededores con amargura y resignación, gran parte de su huerta había sido destruida, pero algo les llamó la atención: A lo lejos, se veía algo brillante, como si tuviera luz propia, algún pedazo de cielo, o una estrella seducida por la nieve que caía. Con miedo, se acercaron a esa luz y más sorpresa fue que no era ni estrella, ni pedazo de universo, sino una bebé indefensa, que brillaba más que cualquiera, blanca como la nieve, con ojos extraños e inmensos y apenas con vestigios de lo que sería su cabello. Los ancianos la acogieron y le agradecieron al universo por una bendición tan grande. Cuenta la leyenda, que era la hija de la luna y la nieve, que por eso la hacía brillar más que cualquier otro habitante, otros incrédulos, pensaban que era solo una bebé con alguna extraña mutación, que fue dejada por sus temerosos padres en la nieve, esperando que la misma naturaleza se la llevara, ya que en este mundo no iba a encajar. La bebe desde un principio no parecía normal, le costaba respirar, y su constante brillo, abrumaba a sus ancianos padres, así que viajaron con esfuerzo al curandero del pueblo, a ver que se podía hacer. Lamentablemente, el curandero con el poco conocimiento que tenía sobre medicina, solo pudo darle unos cuantos remedios caseros y el suave aliento de decir que ella era una bendición de la luna, pero que era castigada por vivir en el mundo mortal, un castigo que pronto terminaría en la muerte.

Pippa Guðjohnsen, más conocida como "Pippa Bloom" por su característico brillo, pasó de ser una desconocida a toda una celebridad local, pero a ella solo le importaba merodear por ahí con una ocarina que su padre, Helgi, le regaló cuando cumplió 8 años, de ahí, ella siempre iba a la cascada de Selfoss a cantarle a la luna, pues pensaba que esta la escuchaba. Irónicamente, su vida tan amorosa y vivaz fue muy corta, pues con sus padres ya ancianos, no duraron el tiempo suficiente como para poderlos disfrutar, solo tenía 15 años y ambos murieron, así que quedó sola en la pequeña huerta donde la habían recogido. Su enfermedad progresaba, sin embargo, no le prestaba atención, solo pasaba las noches sentada en la cascada, con su ocarina, imaginando si mas allá del océano, podría existir otro mundo, otras lunas, otros olores.

Pippa, murió hace treinta años de bronconeumonía, y ella solo pisaba sus veinte. Murió con la ilusión de los nuevos mundos, su intrépida alma de aventurera no le permitió irse de este mundo, convirtiéndola en fantasma, en la guardiana de la cascada de Selfoss, que entonaba esas melodías que retumbaban en toda Iceland. Decidió ir detrás del océano, decidió empaparse del y viajar hacia lo desconocido, antes de descansar en paz, quería saber que había más allá de las montañas y la nieve... Y entonces, llegó a París.

DATOS EXTRA

-Le gusta vivir en las montañas, porque es lo más cercano que tiene a su casa.
-Cada que aparece, se siente un frío absoluto y antiguos sonidos nórdicos, parecidos al altamar.
-Ama los duraznos.
-Cuando hay luna llena, su cuerpo tiende a brillar de una manera distinta.

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