AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Una tarde tranquila - [Libre]
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Una tarde tranquila - [Libre]
Se sentó, hacia mucho que no se daba un respiro – no tengo tiempo – pensó – pero su estomago se quejó. Un hombre como él necesitaba tener mucha energía y solo con una buena comida podría recuperarlas para volver a enfrentarse con nuevos desafíos a penas la noche llegara nuevamente. Maldijo por lo bajo, pensando en todas las cosas que debía hacer antes de que el sol se ocultara.
Cuando se acercó el dependiente a tomar su pedido, casi le ladró – carne y vegetales y apresúrate, que no tengo todo el día – se exasperó, al ver que el muchacho tomaba su pedido de forma dubitativa, tal vez por el mismo hecho que en su rostro se dibujaba un gesto de fastidio y enfado. – apresúrate!!! - Mientras lo decía, saco su pistola y la puso al lado de su sombrero en un lugar de fácil acceso por si algo se presentaba. El muchacho quiso informarle que no se permitían las armas de fuego, pero con la mirada fulminante que le propino, fue suficiente advertencia para que con paso ligero se perdiera tras el mostrador rumbo a la cocina.
El dueño del restaurante se rió con la situación – era un turinés, que se había instalado en Paris y que conocía a Girolamo desde que era un crio y a quien le debía la vida ya que lo salvó de varios vampiros y algún que otro licántropo –Bueno Giro, cambia la cara que no me dejaras ni un cliente y menos un ayudante y así no hay negocio que sobreviva – rio divertido al verlo gruñir y suspirar.
Giro – como lo llamaban sus amigos – observó la gente que pasaba por la vereda y se distrajo con una niña pequeña de ojos verdes y pelo rubio que reía y jugaba con su muñeca igual de bella como ella. Le dolió el corazón cuando pensó en otro ser tan parecido a ese ángel. Apoyo los codos en la mesa y sostuvo su cabeza entre sus manos hundiendo sus dedos en el cabello, cerro los ojos, un suspiro largo y melancólico le araño el alma. Volvió a mirar por el ventana, hoy solo queria vivir una tarde tranquila y sin recuerdos tristes. Era su tarde libre y deseaba poder disfrutarla.
Cuando se acercó el dependiente a tomar su pedido, casi le ladró – carne y vegetales y apresúrate, que no tengo todo el día – se exasperó, al ver que el muchacho tomaba su pedido de forma dubitativa, tal vez por el mismo hecho que en su rostro se dibujaba un gesto de fastidio y enfado. – apresúrate!!! - Mientras lo decía, saco su pistola y la puso al lado de su sombrero en un lugar de fácil acceso por si algo se presentaba. El muchacho quiso informarle que no se permitían las armas de fuego, pero con la mirada fulminante que le propino, fue suficiente advertencia para que con paso ligero se perdiera tras el mostrador rumbo a la cocina.
El dueño del restaurante se rió con la situación – era un turinés, que se había instalado en Paris y que conocía a Girolamo desde que era un crio y a quien le debía la vida ya que lo salvó de varios vampiros y algún que otro licántropo –Bueno Giro, cambia la cara que no me dejaras ni un cliente y menos un ayudante y así no hay negocio que sobreviva – rio divertido al verlo gruñir y suspirar.
Giro – como lo llamaban sus amigos – observó la gente que pasaba por la vereda y se distrajo con una niña pequeña de ojos verdes y pelo rubio que reía y jugaba con su muñeca igual de bella como ella. Le dolió el corazón cuando pensó en otro ser tan parecido a ese ángel. Apoyo los codos en la mesa y sostuvo su cabeza entre sus manos hundiendo sus dedos en el cabello, cerro los ojos, un suspiro largo y melancólico le araño el alma. Volvió a mirar por el ventana, hoy solo queria vivir una tarde tranquila y sin recuerdos tristes. Era su tarde libre y deseaba poder disfrutarla.
Bernard Liusse- Vampiro Clase Media
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Re: Una tarde tranquila - [Libre]
Aquella tarde de primavera, Florette habia decidido salir de suu portentosa habitación a tomar un poco de aire fresco.
Aun era muy pronto para que los caballeros acudieran a su puerta a suplicarle un poco de atención, por eso aprovecharia aquel precioso dia en disfrutar de un paseo.
Y es que, en su anterior vida, siempre daba paseos del brazo de su marido. En fin, tiempos mejores.
La rubia se adecento, luciendo como una señora de la más alta alcurnia, cogio su parasol y salio a la calle.
Si Paris de por si ya era maravilloso, habia que verlo en primavera, con esas flores coquetas que enseñaban sus mejores encantos y colores, los niños riendose y la gente, al igual que ella, paseando y luciendo sus mejores modelos.
Más Florette no pudo predecir el pqueño percance que, en unos segundos le iba a suceder. La francesa caminaba animosamente por la calle, una calle que tenia el pavimento algo pedregoso. Uno, dos tres ¡Chas! Su tacón, se quedo enganchado y, por el peso de la mujer se quebro. Tuvo suerte de poder mantener el equilibrio y no espatarrarse en el suelo. La dama suspiro del susto ¡que vergüenza si se hubiera caido! aunque ¡Se le habia roto el zapato! ¿que podia hacer?
Giro su vista a la derecha y se fijo en un restaurante. No era de alta categoria, peor parecia decente. La verdad es que, Florette ya lo habia pasado mal al perder a su marido y durante unos años habia vivido en sus carnes la desgracia de ser pobre asi que, tampoco le molestaba mucho adentrarse en ese local. Estaba sedienta de todos modos, ai que aprovecharia.
Dicho y hecho, disimulando un poco el percance, entro a aquel sitio. A esas horas no estaba muy lleno Perfecto. Ocupo una mesa, adquiriendo un porte sereno y majestuoso.Un muchacho se acerco a ella preguntandole que queria tomar.
-Un cafe no estaria mal pequeño-comento esta con tranquilidad-uhm...de paso traeme algo de bolleria...¿de acuerdo?-esta sonrio amable, haciendo que el joven se sonrojara. Una vez que el camarero se fue, se dedico a observar el lugar.
Decir que, le llamo la atención un hombre con parariencia algo arisca y de cabellos negros, pero no era eso, su mirada, esos ojos, fueron de interes para la francesa. Nunca habia visto una mirada tan particular y salvaje en los dias de su vida.
Arqueo una ceja y desvio la mirada.
Aun era muy pronto para que los caballeros acudieran a su puerta a suplicarle un poco de atención, por eso aprovecharia aquel precioso dia en disfrutar de un paseo.
Y es que, en su anterior vida, siempre daba paseos del brazo de su marido. En fin, tiempos mejores.
La rubia se adecento, luciendo como una señora de la más alta alcurnia, cogio su parasol y salio a la calle.
Si Paris de por si ya era maravilloso, habia que verlo en primavera, con esas flores coquetas que enseñaban sus mejores encantos y colores, los niños riendose y la gente, al igual que ella, paseando y luciendo sus mejores modelos.
Más Florette no pudo predecir el pqueño percance que, en unos segundos le iba a suceder. La francesa caminaba animosamente por la calle, una calle que tenia el pavimento algo pedregoso. Uno, dos tres ¡Chas! Su tacón, se quedo enganchado y, por el peso de la mujer se quebro. Tuvo suerte de poder mantener el equilibrio y no espatarrarse en el suelo. La dama suspiro del susto ¡que vergüenza si se hubiera caido! aunque ¡Se le habia roto el zapato! ¿que podia hacer?
Giro su vista a la derecha y se fijo en un restaurante. No era de alta categoria, peor parecia decente. La verdad es que, Florette ya lo habia pasado mal al perder a su marido y durante unos años habia vivido en sus carnes la desgracia de ser pobre asi que, tampoco le molestaba mucho adentrarse en ese local. Estaba sedienta de todos modos, ai que aprovecharia.
Dicho y hecho, disimulando un poco el percance, entro a aquel sitio. A esas horas no estaba muy lleno Perfecto. Ocupo una mesa, adquiriendo un porte sereno y majestuoso.Un muchacho se acerco a ella preguntandole que queria tomar.
-Un cafe no estaria mal pequeño-comento esta con tranquilidad-uhm...de paso traeme algo de bolleria...¿de acuerdo?-esta sonrio amable, haciendo que el joven se sonrojara. Una vez que el camarero se fue, se dedico a observar el lugar.
Decir que, le llamo la atención un hombre con parariencia algo arisca y de cabellos negros, pero no era eso, su mirada, esos ojos, fueron de interes para la francesa. Nunca habia visto una mirada tan particular y salvaje en los dias de su vida.
Arqueo una ceja y desvio la mirada.
Florette Francois- Mensajes : 63
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Re: Una tarde tranquila - [Libre]
Se retrepo en su silla, y mientras esperaba su almuerzo, observó a los parroquianos. Era algo muy común, para él, estar siempre atento a posibles amenazas y sorpresas. Era cierto hacia un tiempo que estaba bastante distraído, pero a pesar de estar en su tarde libre no podía dejar de ser, lo que en verdad componía su esencia – ser un cazador -.
Estudio cada uno de los clientes, todos le parecieron comunes, hasta que su atención se centró en una bella mujer, que sola, se encontraba en una de las mesas cercanas a la suya. Volvió a mirar por el ventanal pero para poder usarlo como espejo y ver el reflejo de esa mujer – típico truco de un cazador – la vio observarlo y se sonrió al darse cuenta. Siguió estudiándola, el color de su pelo, los rasgos delicados de aquel rostro, de pronto le parecieron particularmente conocidos, - ¿adónde había visto a esta mujer? – se rasco la barbilla como siempre que intentaba recordar algo importante. – No puedo retener ese rostro en la memoria – pensó – pero de muchos años antes, de cuando vine a Paris a estudiar – de pronto se dio cuenta, aquella elegante mujer también podía descubrir su truco – se sintió pillado, como cuando era adolescente y lo encontraban espiando a las doncellas refrescándose en el estanque de la villa Scotty, en La Toscana - carraspeo nervioso y apresuró un sorbo de vino.
En ese momento el muchacho traía su comida y tras expresar un seco – gracias – se dispuso a comer, aunque ahora se sentía incomodo pensando en que sus maneras de comer no eran protocolarmente correctas y se maldijo pensando en la poca importancia que le diera a las clases que su tío le exigía tomar.
- No importa amor – aquella voz dolorosamente melodiosa y amada se filtró entre sus pensamientos – yo te amare siempre – cerró los ojos para tratar de serenar su pulso, - que como si ella estuviera a su lado - se había alterado. Tragó el bocado que le pareció el más amargo, - non oggi, l'amore, mi permetta di essere... un po 'meno infelice ( Hoy no, amor, dejame ser... un poco menos infeliz) – le dijo a su recuerdo –. Inspiró con dificultad y volvió a tomar otro sorbo de vino. Miró a la niña que jugaba en la vereda opuesta y sus ojos se encontraron, la niña le regaló la más bella de las sonrisas y el solo pudo articular una sola palabra, la más dolorosa y amada de su vida – Maryeva.
Última edición por Girolamo Di Moncalieri el Dom Dic 02, 2012 8:41 pm, editado 1 vez
Bernard Liusse- Vampiro Clase Media
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Re: Una tarde tranquila - [Libre]
Su cafe y su croissant fueron traidos al instante, la mujer sonrio de nuevo al camarero que le atendia, haciendo ruborizar al muchacho.
Ya cuando este se habia alejado, empezo con el cafe. No le gustaba mucho comer delante de miradas, eso le ponia nerviosa...ni siquiera tenia una explicación logica a eso. Tal vez con los unicos que no se incomodaba era con sus más allegados, por ejemplo su familia o su difunto esposo.
Él la estaba observando y se dio cuenta. Se sonrio a si misma por despertar interes en una persona que le parecia tan llamativa ¿A que se dedicaria ese hombre? Florette le devolvio levemente la mirada y regreso a su tarea de terminar el almuerzo, no queria por nada del mundo dejar a medias lo que habia comenzado. Una vez terminado el cafe y la bolleria, se levanto de manera elegante y, disimulando su cuña rota se acerco hasta la mesa del caballero.
No sonreia pero adopto un getso amable y educado. No solia sonreir, más hoy no estaba trabajando y podia relajarse...
-Buenas tardes caballero-pronuncio esta de manera educada- ¿Me permite?-se sento en la silla libre, sin esperar la aprobación de este-Espero no ofenderle, pero usted me llama la atención, tal vez sean sus ojos-respondio de forma airada- Me llamo Florette Francois-alargo la mano y se la ofrecio al moreno.....
Ya cuando este se habia alejado, empezo con el cafe. No le gustaba mucho comer delante de miradas, eso le ponia nerviosa...ni siquiera tenia una explicación logica a eso. Tal vez con los unicos que no se incomodaba era con sus más allegados, por ejemplo su familia o su difunto esposo.
Él la estaba observando y se dio cuenta. Se sonrio a si misma por despertar interes en una persona que le parecia tan llamativa ¿A que se dedicaria ese hombre? Florette le devolvio levemente la mirada y regreso a su tarea de terminar el almuerzo, no queria por nada del mundo dejar a medias lo que habia comenzado. Una vez terminado el cafe y la bolleria, se levanto de manera elegante y, disimulando su cuña rota se acerco hasta la mesa del caballero.
No sonreia pero adopto un getso amable y educado. No solia sonreir, más hoy no estaba trabajando y podia relajarse...
-Buenas tardes caballero-pronuncio esta de manera educada- ¿Me permite?-se sento en la silla libre, sin esperar la aprobación de este-Espero no ofenderle, pero usted me llama la atención, tal vez sean sus ojos-respondio de forma airada- Me llamo Florette Francois-alargo la mano y se la ofrecio al moreno.....
Florette Francois- Mensajes : 63
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Re: Una tarde tranquila - [Libre]
Absorto en sus pensamientos, como estaba, no se dio cuenta que aquella dama, la cual le había llamado la atención, dejaba su mesa y se acercaba lenta y seductora a su lado. Recién en el momento en que un perfume exquisito inundó sus fosas nasales y la penumbra en que lo sumergía su cuerpo le hizo retornar al presente, se dio cuenta que tenia a una persona a pocos centímetros de él.
Instintivamente, tomo en una exhalación su pistola y por debajo de la mesa apuntó a quien indiscretamente le ocupaba su espacio vital. Cuando se dio cuenta de que se trataba de aquella mujer, con sumo cuidado colocó el pestillo de seguridad del arma y la ubicó junto a su muslo. Le dedicó una mirada inquisidora y a la vez divertida – hay que tener valor –Se dijo a sí mismo – que mujer mas resuelta e independiente – no pudo disimular una sonrisa cuando ésta se sentó a su mesa – ni siquiera esperó a que le contestara – se sorprendió – se nota que es una mujer que es dueña de su vida o por lo menos lo intenta – caviló.
Ella, tras presentarse, le extendía la mano, - Florette – ese nombre me suena de algún lado – se dijo mentalmente mientras apurado estrechaba su mano, rápida y firmemente – el no era muy versado en romanticismo o caballerosidad – con los demonios no necesito remilgos –pensó - scuse, signorina, ma io non sono abituato a ... (excusas, señorita, pero no estoy acostumbrado a..) – le faltaban las palabras en frances y cada dos por tres terminaba respondiendo en su lengua madre – Perdone, es que no soy de conversar mucho-. Trato de devolver una sonrisa y serenar sus facciones. – Mi nombre es Girolamo Di Moncalieri -. La miró a los ojos y casi sin querer le salieron las palabras de la boca – No nos hemos visto en alguna parte anteriormente? – En su mente intentaba encontrar el recuerdo de aquel rostro y que concordara con el nombre que acababa de darle.
En realidad poco le importaba, por una tarde quería olvidar a esa mujer que le quemaba la piel y le trastocaba el entendimiento, imposibilitandole cumplir con sus obligaciones como hermano y cazador – hoy te esconderé en el último rincon de mi alma – meditó – y ésta adorable mujercita me ayudará – concluyó mientras comenzaba a escuchar su respuesta.
Instintivamente, tomo en una exhalación su pistola y por debajo de la mesa apuntó a quien indiscretamente le ocupaba su espacio vital. Cuando se dio cuenta de que se trataba de aquella mujer, con sumo cuidado colocó el pestillo de seguridad del arma y la ubicó junto a su muslo. Le dedicó una mirada inquisidora y a la vez divertida – hay que tener valor –Se dijo a sí mismo – que mujer mas resuelta e independiente – no pudo disimular una sonrisa cuando ésta se sentó a su mesa – ni siquiera esperó a que le contestara – se sorprendió – se nota que es una mujer que es dueña de su vida o por lo menos lo intenta – caviló.
Ella, tras presentarse, le extendía la mano, - Florette – ese nombre me suena de algún lado – se dijo mentalmente mientras apurado estrechaba su mano, rápida y firmemente – el no era muy versado en romanticismo o caballerosidad – con los demonios no necesito remilgos –pensó - scuse, signorina, ma io non sono abituato a ... (excusas, señorita, pero no estoy acostumbrado a..) – le faltaban las palabras en frances y cada dos por tres terminaba respondiendo en su lengua madre – Perdone, es que no soy de conversar mucho-. Trato de devolver una sonrisa y serenar sus facciones. – Mi nombre es Girolamo Di Moncalieri -. La miró a los ojos y casi sin querer le salieron las palabras de la boca – No nos hemos visto en alguna parte anteriormente? – En su mente intentaba encontrar el recuerdo de aquel rostro y que concordara con el nombre que acababa de darle.
En realidad poco le importaba, por una tarde quería olvidar a esa mujer que le quemaba la piel y le trastocaba el entendimiento, imposibilitandole cumplir con sus obligaciones como hermano y cazador – hoy te esconderé en el último rincon de mi alma – meditó – y ésta adorable mujercita me ayudará – concluyó mientras comenzaba a escuchar su respuesta.
Bernard Liusse- Vampiro Clase Media
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Re: Una tarde tranquila - [Libre]
Florette sonrio con naturalidad.
-No importa señor-replico amable- A veces las palabras sobran-que bien lo sabia ella.
Asi que se trataba de un hombre callado y solitario. Eso no hacia más que aumentar el misterio. Después de todo, que se le rompiera la cuña no iba a ser tan horrible.
Rio suavemente cuando este expreso la posibilidad de haberla visto alguna vez, cosa que dudo Florette ya que se habria acordado de una mirada como la del caballero.
-No, no nos hemos visto antes-respondio de manera rotunda-si no le recordaria, señor Girolamo-la rubia adopto una pose majestuosa y a la vez gracil-¿Lleva mucho por Paris?-arqueo una ceja, observandolo nuevamente, sacando sus propias conclusiones. Era de buena cuna, pero a ella le parecia bastante modesto en su forma de vestir, podia pasar facilmente por alguien de clase media.
Más ¿a que se dedicaria? No vestia telas finas, si no resistentes y oscuras, lo más seguro su trabajo seria duro y peligroso...
-Camarero....-hizo llamar la rubia, mejor si con la charla lo acompañaba otro cafe...
-No importa señor-replico amable- A veces las palabras sobran-que bien lo sabia ella.
Asi que se trataba de un hombre callado y solitario. Eso no hacia más que aumentar el misterio. Después de todo, que se le rompiera la cuña no iba a ser tan horrible.
Rio suavemente cuando este expreso la posibilidad de haberla visto alguna vez, cosa que dudo Florette ya que se habria acordado de una mirada como la del caballero.
-No, no nos hemos visto antes-respondio de manera rotunda-si no le recordaria, señor Girolamo-la rubia adopto una pose majestuosa y a la vez gracil-¿Lleva mucho por Paris?-arqueo una ceja, observandolo nuevamente, sacando sus propias conclusiones. Era de buena cuna, pero a ella le parecia bastante modesto en su forma de vestir, podia pasar facilmente por alguien de clase media.
Más ¿a que se dedicaria? No vestia telas finas, si no resistentes y oscuras, lo más seguro su trabajo seria duro y peligroso...
-Camarero....-hizo llamar la rubia, mejor si con la charla lo acompañaba otro cafe...
Florette Francois- Mensajes : 63
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Re: Una tarde tranquila - [Libre]
Girolamo, se sorprendió de la forma de ser de la mujer, ya que si no se conocían de nada, si nunca se habían visto antes, - ¿por qué se había sentado a mi mesa? - pensó - definitivamente las Parisinas son muy diferentes a las italianas – se sonrío cuando la vio llamar nuevamente al camarero – no se llena con nada, tiene un cuerpo muy delgado y proporcionado – caviló mientras hacía un rápido análisis de su compañera de mesa.
Cuando el camarero se acercó, servicial, prontamente le retiró el plato vació mientras le preguntaba si desearía otra cosa, a lo que él, respondió que un café sería de su agrado, miró a Florette quien seguramente pediría algo y esperó a que ella terminara de hablar con el muchacho.
- Creí que nos podríamos haber conocido en algunas de las reuniones que asistía hace tiempo cuando venía por negocios a Paris. – dijo mientras acomodaba mejor el arma en el asiento contiguo al suyo – poseo empresas en diferentes rubros, pero me ha encontrado justo cuando vuelvo de uno de mis pasatiempos... la caza – lo dijo porque se había dado cuenta como ella miraba con detenimiento sus ropas y en ese momento estaba vestido con una cazadora y un suéter de lana, botas, pantalón desgastado y estaba algo sucio,- no he salido a buscar ninguna cita – caviló – solo pasar una tarde agradable luego de una noche agitada.
- De que parte de Francia es Señorita François? ya que fue usted quien preguntó primero ¿a qué se dedica? – la miró a los ojos con un cierto grado de malicia, su olfato de cazador le decía que aquella preciosura, escondía algo – ¿o es una de las tantas jovencitas que viven de sus parientes ricos? – en ese momento se imaginó a su adorada hermanita, teniendo una de sus consabidas rabietas por algún capricho no concedido.
La siguió observando, y vio que algo andaba mal con uno de los zapatos, tenía roto el taco, ahora entendía la forma rara de caminar. Se sonrió al pensar que independiente y arriesgada era esa preciosa dama.
Cuando el camarero se acercó, servicial, prontamente le retiró el plato vació mientras le preguntaba si desearía otra cosa, a lo que él, respondió que un café sería de su agrado, miró a Florette quien seguramente pediría algo y esperó a que ella terminara de hablar con el muchacho.
- Creí que nos podríamos haber conocido en algunas de las reuniones que asistía hace tiempo cuando venía por negocios a Paris. – dijo mientras acomodaba mejor el arma en el asiento contiguo al suyo – poseo empresas en diferentes rubros, pero me ha encontrado justo cuando vuelvo de uno de mis pasatiempos... la caza – lo dijo porque se había dado cuenta como ella miraba con detenimiento sus ropas y en ese momento estaba vestido con una cazadora y un suéter de lana, botas, pantalón desgastado y estaba algo sucio,- no he salido a buscar ninguna cita – caviló – solo pasar una tarde agradable luego de una noche agitada.
- De que parte de Francia es Señorita François? ya que fue usted quien preguntó primero ¿a qué se dedica? – la miró a los ojos con un cierto grado de malicia, su olfato de cazador le decía que aquella preciosura, escondía algo – ¿o es una de las tantas jovencitas que viven de sus parientes ricos? – en ese momento se imaginó a su adorada hermanita, teniendo una de sus consabidas rabietas por algún capricho no concedido.
La siguió observando, y vio que algo andaba mal con uno de los zapatos, tenía roto el taco, ahora entendía la forma rara de caminar. Se sonrió al pensar que independiente y arriesgada era esa preciosa dama.
Bernard Liusse- Vampiro Clase Media
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Re: Una tarde tranquila - [Libre]
-Otro cafe, por favor-contesto de manera amable al camarero, esta apoyo los codos en la mesa y observo nevamente a su compañero.
-oh la caza-articulo una gran sonrisa, a su esposo le encantaba cazar y cuando volvia de ella le contaba a Florette todos los chismes y sucesos que acontecian en el evento, tenia buenos recuerdos, es más, en su mente se estaba dibujando la figura de su marido ataviado con las ropas pertinentes, muy similares a las que vestia en aquellos instantes el caballero italaino. Estaba tan guapo asi....
Florette se qedo algo abstraida, pero enseguida regreso al mundo donde se hallaba-Pues de veras, no lo conozco señor....-suspiro, tal vez su marido si lo conocia, de todos modos, no se metia mucho en los negocios de su esposo- bueno, yo naci en Burdeos, pero enseguida me traslade a Paris....-más su rostro se ensombrecio cuando Girolamo se refirio a su trabajo. La amplia sonrisa desaparecio y se torcio levemente, incluso sus rubias cejas se inclinaron hacia abajo.
El camarero regreso con lo que habian pedido. Si fuera otra persona, la pregunta resultaria lo más inocente del mundo, pero Florette odiaba profundamente ser lo que era, aunque estviera en una escala superior llena de privilegios, más se encontraba ante un hombre y con los hombres no sentia tanto pudor, ya que se habia familiarizado con ellos y además ¿acaso no cabia la posibilidad de aque aquel caballero cruzara algun dia el umbral en el sitio donde trabajaba?.
La dama suspiro levemente y se recompuso, siempre majestuosa y digan, miro a Girolamo seriamente.
-Adoro su apreciación, pero no soy tan jovencita, soy toda una señora-cogio la cucharilla y removio su cafe, estaba algo caliente para su gusto-soy dama de compañia-dijo simplemente, sin vergüenza pero tampoco con orgullo, lo comento como si fuera algo secundario, carente de importancia-Y creame, yo no vivo de nadie-bueno si, de sus clientes, pensó, pero no lo decia en aquel sentido, si no en el de que era bien independiente.
Lamento el retraso!
-oh la caza-articulo una gran sonrisa, a su esposo le encantaba cazar y cuando volvia de ella le contaba a Florette todos los chismes y sucesos que acontecian en el evento, tenia buenos recuerdos, es más, en su mente se estaba dibujando la figura de su marido ataviado con las ropas pertinentes, muy similares a las que vestia en aquellos instantes el caballero italaino. Estaba tan guapo asi....
Florette se qedo algo abstraida, pero enseguida regreso al mundo donde se hallaba-Pues de veras, no lo conozco señor....-suspiro, tal vez su marido si lo conocia, de todos modos, no se metia mucho en los negocios de su esposo- bueno, yo naci en Burdeos, pero enseguida me traslade a Paris....-más su rostro se ensombrecio cuando Girolamo se refirio a su trabajo. La amplia sonrisa desaparecio y se torcio levemente, incluso sus rubias cejas se inclinaron hacia abajo.
El camarero regreso con lo que habian pedido. Si fuera otra persona, la pregunta resultaria lo más inocente del mundo, pero Florette odiaba profundamente ser lo que era, aunque estviera en una escala superior llena de privilegios, más se encontraba ante un hombre y con los hombres no sentia tanto pudor, ya que se habia familiarizado con ellos y además ¿acaso no cabia la posibilidad de aque aquel caballero cruzara algun dia el umbral en el sitio donde trabajaba?.
La dama suspiro levemente y se recompuso, siempre majestuosa y digan, miro a Girolamo seriamente.
-Adoro su apreciación, pero no soy tan jovencita, soy toda una señora-cogio la cucharilla y removio su cafe, estaba algo caliente para su gusto-soy dama de compañia-dijo simplemente, sin vergüenza pero tampoco con orgullo, lo comento como si fuera algo secundario, carente de importancia-Y creame, yo no vivo de nadie-bueno si, de sus clientes, pensó, pero no lo decia en aquel sentido, si no en el de que era bien independiente.
Lamento el retraso!
Florette Francois- Mensajes : 63
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Re: Una tarde tranquila - [Libre]
La miró remover su café, mientras explicaba que era una dama de compañía – una cortesana – a Girolamo, le gustó que fuera fuerte y que no tuviera vergüenza en decirlo. Admiraba a las mujeres que eran dueñas de si mismas y que aceptaban su destino con la frente en alto. – ¿Pero como puede ser que una mujer tan bella este sola y no haya ningún hombre que la proteja? - pensó en voz alta – Estoy seguro que más de uno moriría por cuidaros.
Tal vez para otro, el saber a que se dedicaba aquella dama hubiera sido el motivo suficiente para terminar esta charla, pero para él, aquello no era mas que otro trabajo como cualquiera. Como podría juzgar a una mujer por ello y si él en mas de una ocasión, en todos estos años, había buscado los servicios de mujeres como ella, para sentir el cariño y el amor que por tanto tiempo le había faltado. Nunca las había despreciado o dejado de saludar, en donde las encontrara, para él eran hermosas mujeres valiosas como cualquiera de las que vivían en los castillos o en las chozas. El, un bastardo – como lo había calificado su padre - nunca mancillaría el honor de una mujer llamándola… - ni siquiera podía pensar el insulto -. Bajó la vista a sus manos y movió nervioso el líquido que contenía su pocillo.
Tal vez para otro, el saber a que se dedicaba aquella dama hubiera sido el motivo suficiente para terminar esta charla, pero para él, aquello no era mas que otro trabajo como cualquiera. Como podría juzgar a una mujer por ello y si él en mas de una ocasión, en todos estos años, había buscado los servicios de mujeres como ella, para sentir el cariño y el amor que por tanto tiempo le había faltado. Nunca las había despreciado o dejado de saludar, en donde las encontrara, para él eran hermosas mujeres valiosas como cualquiera de las que vivían en los castillos o en las chozas. El, un bastardo – como lo había calificado su padre - nunca mancillaría el honor de una mujer llamándola… - ni siquiera podía pensar el insulto -. Bajó la vista a sus manos y movió nervioso el líquido que contenía su pocillo.
Bernard Liusse- Vampiro Clase Media
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Re: Una tarde tranquila - [Libre]
Florette suspiro algo hastiada ¿Por qué? ¿por qué? No lo sabia, ella en el fondo, intentaba ser la mejor, con mensajes subliminales, mandaba gritos de auxilio a sus clientes para que la salvaran de aquel destino pero...o no se daban cuenta o se hacian los despistados. Hombres casados o solteros, todo era igual.
Miro a Girolamo, una mirada llena de crudeza y sufrimiento, pero no por ello debil, volvio a suspirar y comenzo a hablar.
-No lo se, señor...tal vez todos los hombres a los que me he vendido eran unos hipocritas, unos debiles, unos no-hombres-confeso con algo de resentimiento, al final, hacerse la mejor no servia de nada, pero no solo era una cuestión de orgullo, si no de dignidad-¿Sabe? Hubo un tiempo que fui feliz, que comparti mi vida con un hombre que estaba dispuesto a protegerme, pero el ya no esta aqui y, con su desaparición cai en desgracia-dio un sorbo a su cafe-Y se preguntara porque le cuento esto, nuevamente mi respuesta es la misma, no lo se, pero he aprendido a observar y me he fijado que usted tambien anhela a alguien, sin embargo, no le importunare con preguntas, solo se que en parte, me comprendera...
A veces, lo mejor era desahogarse con un desconocido, tal vez porque no habia nada que te atase o porque simplemente Florette se sentia más comoda y aquel hombre le inspiraba confianza y respeto. A pesar de su posición no la habia despreciado, más tal vez la soportaba por sus ademanes finos y la calidad de sus ropas. Pero eso a ella no le importaba.
No obstante, las palabras de Florette eran sinceras y firmes...no queria dar pena, más el comentario del italiano le habia hecho pensar...¿Que eran todos esos hombres para ella? ¿Acaso llegharia el indicado, su caballero con brillante armadura?, ¿Por qué no salia ella de ese mundo? Porque no queira hacerlo sola, Florette era amante de lo correctamente moral y queria un hombre a su lado, que la hiciera sentir segura y querida, no en el estricto sentido de la palabra amor, pero al menos apreciada y atendida.....
Miro a Girolamo, una mirada llena de crudeza y sufrimiento, pero no por ello debil, volvio a suspirar y comenzo a hablar.
-No lo se, señor...tal vez todos los hombres a los que me he vendido eran unos hipocritas, unos debiles, unos no-hombres-confeso con algo de resentimiento, al final, hacerse la mejor no servia de nada, pero no solo era una cuestión de orgullo, si no de dignidad-¿Sabe? Hubo un tiempo que fui feliz, que comparti mi vida con un hombre que estaba dispuesto a protegerme, pero el ya no esta aqui y, con su desaparición cai en desgracia-dio un sorbo a su cafe-Y se preguntara porque le cuento esto, nuevamente mi respuesta es la misma, no lo se, pero he aprendido a observar y me he fijado que usted tambien anhela a alguien, sin embargo, no le importunare con preguntas, solo se que en parte, me comprendera...
A veces, lo mejor era desahogarse con un desconocido, tal vez porque no habia nada que te atase o porque simplemente Florette se sentia más comoda y aquel hombre le inspiraba confianza y respeto. A pesar de su posición no la habia despreciado, más tal vez la soportaba por sus ademanes finos y la calidad de sus ropas. Pero eso a ella no le importaba.
No obstante, las palabras de Florette eran sinceras y firmes...no queria dar pena, más el comentario del italiano le habia hecho pensar...¿Que eran todos esos hombres para ella? ¿Acaso llegharia el indicado, su caballero con brillante armadura?, ¿Por qué no salia ella de ese mundo? Porque no queira hacerlo sola, Florette era amante de lo correctamente moral y queria un hombre a su lado, que la hiciera sentir segura y querida, no en el estricto sentido de la palabra amor, pero al menos apreciada y atendida.....
Florette Francois- Mensajes : 63
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Re: Una tarde tranquila - [Libre]
Girolamo, escuchó las palabras de la mujer, con los ojos puestos en su fino rostro. Podía sentir el dolor palpable de aquella hermosa mujer y se maldijo pensando que alguna de sus palabras hubiera lastimado tan pura alma.
Quien mejor que él para comprenderla. Muchas veces pensado en su madre y en la vida que había elegido, se preguntaba si acaso el casamiento con Cosimo Di Moncalieri no había sido una forma de venderse, una transacción para darle a él un futuro, - ¿ o acaso no era cierto que en la sociedad en la que vivían un hijo nacido fuera del matrimonio tenía que soportar las mas crueles burlas y bajezas? - pensó. Por un tiempo él pudo vivir aislado de todo aquello, por un tiempo el pago que su madre había efectuado lo protegió, pero muy pronto descubrió que él no era otra cosa que un bastardo, algo mejor que la escoria, pero nunca igual que un hijo de buena cuna.
Por un segundo todo el dolor que aquella mujer sentía fue parte de el, y sus ojos dejaron al descubierto el niño indefenso y asustado que había sido cuando conoció su verdadero origen. Solo fue un instante, luego, la armadura que cubría su corazón y su alma lo volvió a convertir en el hombre rudo y distante. Pero era cierto. A veces era un alivio hablar con un total extraño aunque, en esos momentos, sentía a Florette como una vieja amiga a la que comprendía totalmente.
- Es verdad, mi querida señora, muchas veces los hombres somos unos verdaderos demonios, sintiéndonos con todo el derecho de juzgar las acciones de los demás, solo en contadas ocasiones logramos darnos cuenta que son ustedes quienes les dan sentido a la vida – mientras hablaba no bajaba su mirada de esos hermosos ojos - No dudo ni un segundo que en este mundo debe haber un sujeto que será infinitamente feliz cuando la descubra, cuando se permita ver el tesoro que brilla en su alma.
Desvió la mirada hacia la calle, a la pequeña niña que jugaba en la acera y sus labios se curvaron en una dulce y sensual sonrisa. – Hoy necesitaba una tarde tranquila, para pensar en decisiones que debía tomar – levantó el pocillo de café y apresuró a beber lo que le quedaba en el, se secó con la servilleta la boca y colocándolo nuevamente en la mesa continuó hablándole – Usted, me hizo recordar a una mujer valiente, decidida a romper todas las reglas. Una mujer que por mi cobardía, tomé la triste decisión de alejarme de su vida – no podía mirar a la mujer, se sentía un gusano – pero sus palabras, su entereza me reconfortaron y decidido – levantó nuevamente su mirada y la fijó en aquel rostro dulce y sensual - Me alegra haberla conocido.
Quien mejor que él para comprenderla. Muchas veces pensado en su madre y en la vida que había elegido, se preguntaba si acaso el casamiento con Cosimo Di Moncalieri no había sido una forma de venderse, una transacción para darle a él un futuro, - ¿ o acaso no era cierto que en la sociedad en la que vivían un hijo nacido fuera del matrimonio tenía que soportar las mas crueles burlas y bajezas? - pensó. Por un tiempo él pudo vivir aislado de todo aquello, por un tiempo el pago que su madre había efectuado lo protegió, pero muy pronto descubrió que él no era otra cosa que un bastardo, algo mejor que la escoria, pero nunca igual que un hijo de buena cuna.
Por un segundo todo el dolor que aquella mujer sentía fue parte de el, y sus ojos dejaron al descubierto el niño indefenso y asustado que había sido cuando conoció su verdadero origen. Solo fue un instante, luego, la armadura que cubría su corazón y su alma lo volvió a convertir en el hombre rudo y distante. Pero era cierto. A veces era un alivio hablar con un total extraño aunque, en esos momentos, sentía a Florette como una vieja amiga a la que comprendía totalmente.
- Es verdad, mi querida señora, muchas veces los hombres somos unos verdaderos demonios, sintiéndonos con todo el derecho de juzgar las acciones de los demás, solo en contadas ocasiones logramos darnos cuenta que son ustedes quienes les dan sentido a la vida – mientras hablaba no bajaba su mirada de esos hermosos ojos - No dudo ni un segundo que en este mundo debe haber un sujeto que será infinitamente feliz cuando la descubra, cuando se permita ver el tesoro que brilla en su alma.
Desvió la mirada hacia la calle, a la pequeña niña que jugaba en la acera y sus labios se curvaron en una dulce y sensual sonrisa. – Hoy necesitaba una tarde tranquila, para pensar en decisiones que debía tomar – levantó el pocillo de café y apresuró a beber lo que le quedaba en el, se secó con la servilleta la boca y colocándolo nuevamente en la mesa continuó hablándole – Usted, me hizo recordar a una mujer valiente, decidida a romper todas las reglas. Una mujer que por mi cobardía, tomé la triste decisión de alejarme de su vida – no podía mirar a la mujer, se sentía un gusano – pero sus palabras, su entereza me reconfortaron y decidido – levantó nuevamente su mirada y la fijó en aquel rostro dulce y sensual - Me alegra haberla conocido.
Bernard Liusse- Vampiro Clase Media
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Re: Una tarde tranquila - [Libre]
Florette escucho atentamente al hombre que tenia delante.
Se sentia más tranquila de haber encontrado a alguien tan ancho de miras y eso que ella era lo más conservador que te puedes echar a la cara, más poco a poco, habia entendido ciertas cosas, incluso a algunas compañeras de profesión que, antes de toda esta desgracia observaba con desden. No eran pecadoras ni lascivas ni demonios, la mayoria de ellas eran unas desgraciadas con un destino fatal, atrapadas en un pozo sin fondo....
Las palabras de Girolamo le llenaban de curiosidad ¿que clase de mujer seria aquella? Pero sin duda, lo que habia comprobado con él es que, los hombres pueden llegar a ser muy enamoradizos y tiernos y que sufren igual o incluso más que las mujeres, aunque la forma sea diferente.
-Entonces me algro de haber servido para algo-sonrio levemente- y no desistas Girolamo, yo aun creo que se puede alcanzar la felicidad...dios nos ama-confeso esta, con cierta devoción, Florette siempre habia sido una buena cristiana, con sus prejuicios burgueses, por supuesto, pero nadie podia ser perfecto....-sepa usted que en mi morada sera siempre bien recibido-ofrecio esta, obviamente sus palabras no estaban cargadas de un doble sentido.
-¿Sabe qué? Casualmente estoy aqui porque se me ha roto la cuña del zapato....-confeso esta, algo apurada, no queria andar como un pato mareado por toda la calle y que le miraban, más ahora que caia, podia alquilar un carruaje....
Se sentia más tranquila de haber encontrado a alguien tan ancho de miras y eso que ella era lo más conservador que te puedes echar a la cara, más poco a poco, habia entendido ciertas cosas, incluso a algunas compañeras de profesión que, antes de toda esta desgracia observaba con desden. No eran pecadoras ni lascivas ni demonios, la mayoria de ellas eran unas desgraciadas con un destino fatal, atrapadas en un pozo sin fondo....
Las palabras de Girolamo le llenaban de curiosidad ¿que clase de mujer seria aquella? Pero sin duda, lo que habia comprobado con él es que, los hombres pueden llegar a ser muy enamoradizos y tiernos y que sufren igual o incluso más que las mujeres, aunque la forma sea diferente.
-Entonces me algro de haber servido para algo-sonrio levemente- y no desistas Girolamo, yo aun creo que se puede alcanzar la felicidad...dios nos ama-confeso esta, con cierta devoción, Florette siempre habia sido una buena cristiana, con sus prejuicios burgueses, por supuesto, pero nadie podia ser perfecto....-sepa usted que en mi morada sera siempre bien recibido-ofrecio esta, obviamente sus palabras no estaban cargadas de un doble sentido.
-¿Sabe qué? Casualmente estoy aqui porque se me ha roto la cuña del zapato....-confeso esta, algo apurada, no queria andar como un pato mareado por toda la calle y que le miraban, más ahora que caia, podia alquilar un carruaje....
Florette Francois- Mensajes : 63
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Re: Una tarde tranquila - [Libre]
Él se había dado cuenta del problema que tenía la joven con su zapato, hacía un buen rato, pero había intentado estirar más la conversación. Sonrió cuando ella al fin decidió decirlo sin tapujos, ya que de otra forma tal vez hubiera podido pensar mal de él si intentaba llevarla en un carruaje que alquilaría.
La hora del almuerzo había terminado y aunque le hubiera encantado pasar toda la tarde con aquella exquisita debía seguir con sus actividades. Por ello y teniendo la suma delicadeza de no ofenderla en ningún momento le sugirió - Si me permite, sería un honor conducirla hasta su casa y si prefiere podemos pasar por una zapatería para que elija algún par de zapatos más cómodos o los que usted prefiera. – dijo algo nervioso ya que para él, no era algo normal el interactuar con mujeres, siempre se había movido entre hombres y bestias y recién hacia unos pocos meses que vivía con su pequeña hermana. La miró a los ojos y sonrió nervioso.
llamó al camarero y pagó lo que se había consumido, no dejaría que la dama pagara nada, ya que era el deber de cualquier caballero. Se levantó y arrodillándose, miró el zapato con el tacón roto. – Me temo que sería peligroso que intentara caminar así – dijo mientras intentaba fijarse si el pie estaba sano – tuvo mucha suerte de no tener una torcedura o algo peor-. Volvió a levantarse y observando por el cristal del ventanal, a pocos pasos vio un coche que se detenía. – Si me disculpa, buscaré un el vehículo – no esperó respuesta y la dejo sentada, a los pocos minutos estuvo de vuelta para llevarla al carruaje.
La hora del almuerzo había terminado y aunque le hubiera encantado pasar toda la tarde con aquella exquisita debía seguir con sus actividades. Por ello y teniendo la suma delicadeza de no ofenderla en ningún momento le sugirió - Si me permite, sería un honor conducirla hasta su casa y si prefiere podemos pasar por una zapatería para que elija algún par de zapatos más cómodos o los que usted prefiera. – dijo algo nervioso ya que para él, no era algo normal el interactuar con mujeres, siempre se había movido entre hombres y bestias y recién hacia unos pocos meses que vivía con su pequeña hermana. La miró a los ojos y sonrió nervioso.
llamó al camarero y pagó lo que se había consumido, no dejaría que la dama pagara nada, ya que era el deber de cualquier caballero. Se levantó y arrodillándose, miró el zapato con el tacón roto. – Me temo que sería peligroso que intentara caminar así – dijo mientras intentaba fijarse si el pie estaba sano – tuvo mucha suerte de no tener una torcedura o algo peor-. Volvió a levantarse y observando por el cristal del ventanal, a pocos pasos vio un coche que se detenía. – Si me disculpa, buscaré un el vehículo – no esperó respuesta y la dejo sentada, a los pocos minutos estuvo de vuelta para llevarla al carruaje.
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