Una noche en el circo [Satiel]

por **Eloisa Backmman** Miér Sep 12, 2012 2:06 pm

Miré el cartel que estaba pegado en el tablón de madera al lado de una de las carpas del circo. Mis ojitos brillaban cuando veía las imágenes de los hombres y mujeres con los rostros pintados y de las otras figuras que en el habían, y es que alguna vez me había colado para ver por lo menos a una de esas personas con los rostros pintados y esas ropas extravagantes que usaban y que me habían sacado una sonrisa, por eso me gustaba tanto el circo pero no tenia tiempo para ir a verlo, todo porque era una esclava y mis amos no les gustaba que estuviera fuera de la casa y aunque no vivía con los hijos de mi amo, al padre de ellos, mi dueño decía que debía estar en casa ya que el podría tener una necesidad y debía estar con el.

Pero esto era distinto, mi amo estaba de viaje y como no vivía con sus hijos tenía el tiempo para escaparme y por lo menos quedarme viendo el cartel, esperando a ver si tenía suerte que me encontrara con uno de esas personas con rostros pintados y trajes extravagante que tanto admiraba y me gustaba, además, el olor que tenia las carpas me facinaba.

por **Sitael** Vie Sep 14, 2012 8:19 pm

Cerré mis ojos y solo me concentre en los pasos de aquel ciervo que caminaba con precaución entre los árboles, con sus ojos atentos, sus orejas paradas y la intuición de que seguro ese día seria cazado.

Ahí estaba, parada en una oscuridad verdosa, entre ramas y musgos, hongos y enredaderas olfateando y escuchando el siguiente movimiento de mi presa antes de hincarle los dientes. Había llegado el momento, abrí los ojos que centellaron en la penumbra y me lance en cuanto su pata se posicionó en mi radio; rápido, fue solo cuestión de segundos en que mis colmillos atraparon su cuello y mis brazos al pesado pero ágil animal. Su cuerpo asustado convulsionaba violentamente mientras mi boca se llenaba con su tibia sangre pero amarga de gusto, a pesar de ello había elegido que fuera de esa manera, jamás tocaría un humano.

Cuando llené aquella hambre de dos días, solté el cadáver del animal drenado e hice un movimiento de cabeza. Michelle, el cazador de mi mansión junto con Rosa salieron detrás de los arboles. Miré sus rostros, ambos luego de tantos años se sorprendían de ver.

– Os veo luego – susurré y encaminé a la oscuridad dejando que se encargaran del resto.

Anteriormente me había llamado la atención unas luces y música a lo lejos, mi destino era guiado. En cuanto mis pies se pusieron al borde del bosque, un gran circo se extendía a las anchas, colorido, alegre y lleno de vida, esa vida que había perdido hacia tantos siglos. Pero lo que captó mi atención fue el de una joven que a pesar de tener su rostro maravillado su mente era todo lo contrario, el miedo la dominaba, un miedo tan estremecedor que por un momento sentí lastima.

En silencio la quedé observando, solo a ella, hasta el momento en que se diera cuenta.

por **Eloisa Backmman** Lun Sep 17, 2012 4:17 pm

Al parecer no vería a la gente de los rostros pintados y felices, ya que un caballero gordo, con un sombrero de copa y una chaqueta de un rojo oscuro, como granate, un bigote abultado con curvas casi al terminar y una barba de chivo, un poco bajo y regordete se puso a mi lado y con una mirada fria no tuvo que decirme nada, yo misma retrocedí unos pasos para quedarme viendole.
No sabía porque la gente era tan mala, o mas bien fria, talvez era la única esclava del mundo que era feliz, pero bueno, parecia que los demas tenian otro tipo de esclavitud y yo sin tener un centimo no podría entrar a ver una función, pero otra cosa me enfrió mas los huesos, como si calara hondo, era la misma sensación que tenía cuando estaba en casa de los hijos de mi amo y me observaban desde lugares ocultos, con esos ojos malignos y sonrisas perversas y sus manos en un lugar que podria suponer que era su entrepierna.
No pensé que me hubiesen seguido, no vivia con ellos, pero al girarme, muy lentamente vi que no eran ellos, mis sospechas se esfumaron cuando vi a una jovencita, bastante atractiva, como las hadas que salian en los cuentos que leia para dormir, ella era la que tenia los ojos posados en mi cuerpo. Al principio me dedique a mirarla, talvez algo magico pasaria y empezaria a volar como un hada, aunque la noche era algo fria y lo unico que sabia es que si no entraba a la carpa talvez en unas horas mas estaria volando con alas de angelito, bueno, es lo que decia la cocinera cuando alguien se moria.
Luego de unos minutos me acerque a ella con una sonrisa en mi rostro

por Contenido patrocinado

Una noche en el circo [Satiel]

Una noche en el circo [Satiel]

Re: Una noche en el circo [Satiel]

Re: Una noche en el circo [Satiel]

Re: Una noche en el circo [Satiel]