Por fin el sueño se hace medio realidad...{Dmitry&Cynia}

por **Cynia Van Alcrof** Dom Sep 16, 2012 6:19 pm

Estaba mareada, aquel trayecto en barco me había dejado bastante desconcertada, casi ni sabía a donde me estaban llevando, pero eso no importaba, solo quería salir de allí, escapar de aquel horrible lugar donde la libertad estaba tan alejada de mis manos. Suspiré, cansada de ese tambaleo de las olas y cerré mis ojitos gatunos, haciendo un gran esfuerzo para mantenerme en aquella forma de animal. Tenía miedo, sabía que en cualquier momento mi autocontrol cedería y volviera rápidamente a mi forma humana.

No se cuanto tiempo pasé ahí escondida, en ese oscuro rincón, hasta que por fin escuché el ruido de las personas bajando de aquel lugar. Salí con cuidado y en cuanto vi mi salida de escape salí a toda velocidad sobre mis cuatro patitas. La gente estaba alucinando mientras veía correr a una cría de gato saliendo de aquel barco. Nadie se había percatado de mi presencia y era raro, pero no me importaron sus pensamientos o las palabras que salieran de sus bocas. Yo solo quería salir de allí cuento antes y encontrar un lugar en el que sentirme razonablemente a salvo. Algo realmente imposible habiendo tenido la vida que había llevado, pero tenía que intentarlo. Aunque bien sabía, que no había suficientemente mundo para estar a gusto con la distancia que podía poner entre mi señor y yo. Faltaba tierra para que estuviera cómoda.

Mis patitas siguieron corriendo hasta que la noche cayó y mis patitas me fallaron, haciendo que me transformara de golpe en humana y el suelo me hiciera más de una herida en el cuerpo. Pero esas heridas no importaban, no mientras tuviera esa horrible cicatriz en el costado de aquel horrible hombre. Me puse de rodillas temblando y me fui a gatas hacia una especie de callejón. No parecía haber nadie y necesitaba descansar, así que cogí un trozo de tela sucia que había por el suelo y me cubrí con ella. Allí nadie debería verme... Así que me puse a pensar. Recordé todo lo que había vivido, todos aquellos abusos y no pude evitar romperme por dentro. Las lágrimas salían de mis ojos como pequeños ríos, haciendo que mi cara resultara horrible, pero no podía parar, allí ni siquiera podía darme el lujo de llorar. Me abracé con fuerza mientras aquella tormenta de emociones me dominaba y simplemente me quedé ahí, deseando poder dormirme y que todo pasara. Cuando amaneciera me encargaría de encontrar algo de comida... quizá en aquella ciudad podría comer más que antes y es que me daban lo justo para sobrevivir. Estaba en los huesos y no podía ni con mi alma. Sobretodo, tenía muchísimo, pero muchísimo miedo...

por **Dmitry Romanov** Jue Oct 04, 2012 4:04 pm

Los días pasaban lentos y pesados desde que Dmitry llego a parís, las cosas en este lado del mundo parecían bastante diferentes a como era todo en Rusia, mientras que al mismo tiempo se mostraban iguales, el muchacho solía sentirse mal cuando pensaba en su pueblo natal, en su pequeña cuenca, no precisamente porque la extrañase, al contario, sus pesares se referían exactamente a lo contrario, tomo con tanta naturalidad el estar perdido en medio de un país extraño, con una lengua y tradiciones extrañas que comenzaba a pensar que era una mala persona, durante las mañanas se despertaba sin la necesidad de ver a sus padres o de hablar con la gente del pueblo, no extrañaba el frio de las mañanas o el ruido de la taberna por las noches, era como si su vida anterior hubiese sido un sueño del que finalmente había despertado.

Claro que nada de eso era un sueño, hacia unas semanas había enviado una carta con Fernando la cual ya había sido contestada, todos en casa estaban aliviados pero se encontraban bien, nada era diferente a cuando se fue… a excepto que habían contratado un nuevo mesero para la taberna de su padre, era un muchacho que vivía por ahí cerca, seguro que no era tan bueno con los clientes como él pues aún era muy joven, apenas llegaba a los 14, sin embargo, seguro como el infierno que tenía mayor talento como barman, el mismo rompió un par de botellas antes de que su padre desistiera pero ap palabras de hombre el chico “lo estaba haciendo bien”.

Dmitry suspiro sentando desde una de las rocas del puerto sintiendo la brisa del mar golpearle la cara, ese era su lugar favorito, el lugar a donde iba cuando no tenía un trabajo, que era la mayoría del tiempo o cuando necesitaba despejarse que era el que le restaba, siendo sinceros él podía llegar a ser un completo vago que no hacia más que parar el rato, era su manera de vivir y aunque no tenía en que caerse muerto, la naturaleza siempre proveía.

Se levantó enseguida dándose cuenta de las cosas inútiles que pensaba de vez en cuando, camino, camino y camino hasta llegar a uno se los callejones creados por el encuentro de los almacenes de pescado, siempre tenía una maldita mala suerte cuando salía de paseo que le sorprendía no haber sido comido ya por el monstruo del lago Ness aunque no estuviese en escocia o por los Yetis del Himalaya, claro eso desde su punto de vista porque ante las miradas del resto él era alguien tremendamente afortunado.

- Aquí va de nuevo… mi maldita “buena suerte"-comento con cansancio cuando a golpe de vista logro vislumbrar la figura pequeña de una chica acurrucada en los rincones de aquel sitio, él sabía que por más que quisiese no podría ignorar la imagen una vez que la reconoció, suspiro fuertemente y se acercó despacio paraq no asustarla- Estas bien??-pregunto alcanzando solamente a ver una mata de pelo rubio asustadiza y herida en las sombras

por **Cynia Van Alcrof** Mar Oct 09, 2012 1:53 pm

En aquellos instantes me sentía completamente débil e indefensa. Estaba en un lugar extraño, sin ropa, cubierta por una especie de tela sucia y sin nada de comida en el cuerpo. Me había dedicado a alimentar de cualquier migaja que podía en aquel barco, lo que obviamente no había sido absolutamente nada para satisfacerme. A veces tenía miedo de que mis tripitas gatunas sonaran y avisaran a cualquier pasajero de que estaba ahí escondida en la bodega. Ni siquiera sabía cuanto tiempo me había pegado ahí encerrada sin ver la luz. Pero eso ya era mejor que estar con aquel horrible hombre.

Suspiré, aun llorando, y acaricia la cicatriz de costado que me había hecho días antes. Aun me dolía. Me acurruqué más, intentando calmarme y pensar con calma hasta que escuché como alguien se acercaba. Me tapé hasta la cabeza con las mantas. Cosa estúpida, pues eso era incapaz de proteger de aquella persona que se acercaba. Que no la viera ni significaba que no estuviera ahí. Notaba que temblaba, ¿cómo no iba a tener miedo? ¿Y ese algún otro loco asalvajado? Entonces, al escuchar su pregunta, bajé un poco la tela hasta destapar simplemente mis ojos.

Contemplé al chico un poco desconfiada al principio. No parecía alguien de clase alta precisamente, más bien todo lo contrario y eso me daba muchísima más confianza. La gente de clase baja era más amable, con ellos siempre me llevaba mejor y comprendían mi situación, pues muchos estaban en esa misma. Bajé un poco más la tela hasta destapar la mi cara y negué con la cabeza. Me dolían las rodillas pues al caer me había hecho heridas. Estaba exhausta, hambrienta y completamente dolorida. Además de con la cara llena de lágrimas... Seguro que estaba horrible.

por **Dmitry Romanov** Lun Ene 07, 2013 6:58 pm

Lo único que en esos instantes apreciaba era que tenia el cabello taaan…¿Esponjoso? Bastante bonito podía decir, ella también parecía bonita según lo que lograba averiguar por su silueta, pero estaba bastante maltratada, justo como un jarrón que dejan demasiado tiempo metido en el almacén, o como si algún insensato intentase dejar una botella de vino destapada, su piel, sus ojos, toda ella parecía que había visto días mejores, sin embargo la tierra no le permitía apreciar completamente los dotes de la muchacha, era bastante lastimosa, hacia que Dmitry se sintiera mal por pasarla tan bien sin hacer nada para obtener un poco de buena suerte, un poco menor que el probablemente no tendría a nadie mas en el mundo que la cuidase, de ser así la hubiese encontrado cerca de algún familiar, alguien que saliese de inmediato a cubrirla, un hombre o mujer que pudiese cubrirla aunque sea un poco mejor o darle sus zapatos para que no se lastimara.

Grandes y vistosas lagrimas mojaban la tela que la cubría, no podía verlas pero suponía que cualquiera que estuviese realmente sufriendo lloraría de ese modo, ella estaba completamente consiente de su presencia pero parecía demasiado asustada, suponía las cosas que debió haber pasado para terminar de aquella manera, suspiro pensando que esa chica seguro debía ser desafortunada pues de todas las personas lo encontró precisamente a él, un hombre que sin lugar a dudas no tenia ni una sola posibilidad de ayudarla, si hubiese encontrado a alguien rico, alguien como Fernando seguramente tendría un mejor futuro, pero el simplemente era un muchacho joven que dormía en una troje vieja acompañado de un montón de pobres mas, el mismo Fernando le había regañado un pequeño piso pues se había negado a dormir en su mansión, sin embargo hasta la fecha jamás lo había utilizado para nada, aunque cargaba en el cuello la llave de la puerta.

- Te vez horrible…-Alcanzo a decir con su marcado acento Ruso, su rostro permanecía como siempre, con el ceño fruncido pero expresión apacible, lo que dijo no lo dijo con mala intención, simplemente lo dijo, ladeo el rostro sacándose la camisa, el tenia hielo en la sangre, nació en medio de una ventisca, estaba acostumbrado a las altas temperaturas, además, él era un hombre- Póntela, te hará sentir mejor, creo, supongo, espero- Extendió la mano agachándose cerca de ella mientras bajaba el tono a cada palabra que decía, no muy convencido, él no era bueno, ni suave, ni amable, pero suponía que la chica entendería que no fuese una perita en dulce cuando la estaba…No quiso ni pensar en la palabra porque era algo que normalmente no estaba en su lista de acciones diarias.

- Aunque tu cara…-Abrió los ojos viéndola destaparse, nuevamente la imagen borrosa de una belleza descuidada llego a sus ojos junto con los colores de la muerta, aquella que se lanzo al lago cubierta con el vestido blanco de bodas, la flor que vio crecer y marchitarse en sus manos antes de que el llegase siquiera a mudar de hojas por primera vez, frunció el ceño de una manera un poco diferente, con algo de aflicción marcándole la cara, el golpe de aquel recuerdo llego de inmediato, siempre veía un poco de ella en todas las mujeres que conocía, por eso prefería evitar el trato con estas, él era un idiota - También se ve horrible…-Termino en un tono vacío, casi sin vida, ¿Se supone que aquello era una broma? Si era así, no era para nada graciosa.

por **Cynia Van Alcrof** Lun Ene 21, 2013 7:59 am

Mis ojos se posaron en los suyos, observándole detenidamente con cierta curiosidad. Tenía que reconocer que era un chico guapo, me gustaban sus ojos en especial y por algún motivo me hacían sentir tranquila en esos instantes. Él no iba a hacerme nada, no como lo hacía mi antiguo señor o cualquiera de sus horribles amigos. No me usaría como objeto sexual ni objeto para exhibir a los demás. O, si lo hacía, no olía como un ser diferente, más bien como un humano normal, algo que me daba aun más seguridad.

Le escuché con atención, sonriendo un poco ante sus primeras palabras. Sí, sabía que me veía horrible, después de una huida y de pegarme días enteros en un barco escondida, no podía esperar que estuviera igual de bonita que siempre. De todas formas, me gustaba que lo dijera, porque aun así estaba hablando conmigo, tendiéndome su camisa e intentando que me sintiera mejor. Al principio sola la miré durante unos instantes, después la cogí con suavidad. Me vendría grande seguro, pero eso cubriría lo suficiente para que no se viera nada. Ese pensamiento me hizo mirar durante unos segundos su torso desnudo, se sentía mal por ello, ¿acaso no tendría frío? Volví a mirar sus ojos en cuanto se agachó y una sonrisa apareció en mi rostro cuando dijo lo de mi cara. Con lágrimas no se vería precisamente bonita.

Me incorporé con tranquilidad, dejando a un lado la manta y mostrando mi cuerpo desnudo. En si, después de tanto exhibicionismo no me importaba que me vieran sin ropa, tan solo que me usaran como objeto, y algo me decía que con él podía estar tranquila. Me puse su camisa con cuidado mientras le miraba de re-ojo. Me había dado cuenta de que no había dicho palabra, quizá el pensaba que era mudo y eso me hizo un poco de gracia, así que decidí seguir sin pronunciar palabra por el momento. Además me dolía la garganta, posiblemente de lo que había llorado, así que preferí esperar a que cesara un poco para poder mantener una conversación con él.

Llevé mis manos al rostro, intentando quitar las lágrimas de ahí y que se me viera un poco mejor. Probablemente hasta dentro de un rato sería imposible, pues seguro que tenía la cara y, en especial, los ojos rojos de llorar. Suspiré y cogí la manta con la que me había tapado, haciendo una leve mueca por el dolor en las rodillas y la falta de estabilidad que tenía. Me sentía demasiada débil y tenía todas las articulaciones derrotadas de haber corrido tantísimo sin nada de comida en el cuerpo. Le puse la manta por encima, no era gran cosa... De hecho, más bien no era casi nada, pero le cubriría un poco para que no tuviera tanto frío. Me sentiría mal que, después de ayudarme, él se pusiera enferme por mi culpa.

por **Dmitry Romanov** Sáb Feb 16, 2013 1:53 pm

Dmitry generalmente era un muchacho concienzudo, cada acción realizada por el recibía una meticulosa inspección antes de ser realizada ¿Por qué? Fácil, porque generalmente las cosas que hacia sin pensar terminaban de la misma manera, en desastre, en esta ocasión sin embargo no se había permitido el lujo de tomarse su tiempo antes de acercarse a la pequeña y frágil chica ¿Por qué? Oh esa también era una respuesta divertida, el en general era una buena persona, de modo que aunque no le gustasen los problemas en algunas ocasiones, cuando se encontraba en un predicamento terminaba guiándose por aquello que el consideraba correcto y no por lo que su lógica, tan torcida como estaba, le indicase.

Dmitry también sonrió un poco al ver que aquella mueca se apoderaba del rostro de la muchacha, había algo extrañamente adorable en una mueca tan tenue, a pesar de que no parecía estar rebosante de energía si algo tan pequeño como eso la hacia ver guapa sin duda en un momento un poco mas favorable se trataría de una muchachita de lo mas agradable, él no era de los que daban cumplidos, pero sin duda si de los que se callaban cuando sentían que era una batalla perdida, y seguramente llamarla horrible cuando estuviera limpia y perfumada seria algo muy estúpido, Dmitry la miro unos segundos como analizándola, el había atrapado la mirada curiosa de la chica, entonces se vio el mismo sin camisa y rodo los ojos dándose cuenta, si es cierto, eso debía ser bastante extraño.

- Soy Ruso-exclamo señalándose a s mismo como si eso explicase todo, probablemente lo hacia, probablemente no, quien sabe, pero a Dmitry le parecían razones suficientes para andar por ahí medio desnudo, no es que no tuviera ninguna vergüenza ni nada por el estilo, pero siendo sincero él era un hombre, y que anduviese sin camisa a media calle no era tan raro ni tan peligroso como si fuese una chica, de hecho había muchas cosas que se eliminaban por descarte gracias a su sexo, como por ejemplo, había visto a la madre de la difunta Anna hablar millones de veces con ella sobre hombres y sobre su futuro, que debía encontrar un buen marido antes de que la consideraran quedada y debía comportarse de aquella manera tan atrapante solo por el hecho de haber nacido chica, sin embargo, el viejo dueño de la licorería se caso con al menos tres mujeres diferentes y siempre estaba haciendo el ridículo, cosa que nadie le reclamo, las cosas eran de ese modo en todos lados.

Dmitry se llevo una mano a la nuca, como si repentinamente el cuello comenzase a dolerle y giro un poco el rostro hacia otro lado, su vista en ningún momento se poso sobre el cuerpo de la chica, él no era un adolecente ni mucho menos, tampoco era una amenaza para la joven, pero le preocupaba que algún mirón apareciese a causarle problemas, como era muy bien sabido él se había encargado de sacar al menos alguna sexteta de borrachos de la taberna de su padre cuando comenzaban a causar problemas, sin embargo ahora prefería evitarle un susto a la muchachas, por suerte para los dos nadie se asomo por ahí, sin embargo eso no evito que Dima bajara y subiera sobre las puntas de sus pies esperando a que ella terminase con lo que estaba haciendo.

- Ah genial, si supongo que eso esta bien…-Dijo sintiendo la manta sobre su espalda, sinceramente no era que la necesitara pero apreciaba el gesto, de modo que nuevamente se dirigíos a ella preguntados que era lo que pasaba por su cabeza, no había dicho ni una sola palabra así que casi tenia la seguridad de que era muda, suspiro viendo lo maltrecha que estaban sus rodillas, y como un hierro al rojo vivo sintió en la bolsa de su pantalón aquella llave que se negaba a usar, ok estaba entendiendo la indirecta, quizás Fernando había tenido un poco de razón al regalarle aquel piso solitario y viejo, era mejor que llevar a la muchacha a la troje con aquel montón de vagabundos irlandeses- Ok mm mira si no tienes un lugar donde quedarte, bueno puedo ayudarte… Solo si quieres-Había intentado ser suave pero la última frase la dijo con aquella especie de aire mezquino que siempre salía en el cuando algo no le salía bien, que era casi todo el tiempo.

por **Cynia Van Alcrof** Lun Feb 18, 2013 5:45 am

¿Ruso? Creía recordar que eso estaba bien al norte, un lugar donde hacía mucho frío y era casi imposible estar allí. Lo sabía perfectamente porque una vez, aquel amo que había tenido, me había llevado allí para dar una de sus grandes fiestas. Cuando tuve que pasear desnuda por esa habitación, realmente quise morirme, pues estaba temblando, helada de frío. No fue el mejor mes de mi vida para nada, pero al menos el paisaje me pareció lo suficiente bonito para acaparar mi atención y que lo recordara más adelante.

Pensándolo bien, quizá era más normal que no notara el frío que hacía... Por lo menos no tanto. También me había dado cuenta de que en ningún momento miró mi cuerpo mientras me cambiaba, pero solo por eso ya tenía más confianza que cualquiera que pudiera conocer. Todos los hombres que había conocido sin ninguna excepción, incluso los de clase baja como yo, habían aprovechado esas fiestas para deleitarse mirando mi cuerpo desnudo, aprovechándose de mí como bien les dejaba ese desgraciado del que había conseguido huir. Pero claro, yo ahí solo era un objeto al que tocar y con el que jugar. No era una persona más, como esperaba ser en aquel lugar desconocido.

Sonreí ante sus palabras cuando le puse la manta y luego miré a mi alrededor. La garganta me abrasaba y tenía mucha hambre, ¿dónde podría encontrar allí algo de comer? Me mordí el labio inferior, un poco nerviosa por todos los acontecimientos hasta que le escuché hablar. Al principio seguí en silencio, preguntándome ese cambio en su tono de voz, pero luego intenté aclararme la garganta, saliéndome la voz ronca por culpa del dolor que producía. En si no entendía porque me molestaba tanto, quizá el hecho de llevar días sin hablar y llorando en un barco ayudaba bastante.

-No quiero... Molestaste más.- Le sonreí levemente. Necesitaba ayuda, estaba más que claro, pero no quería ser una carga para nadie, eso solo haría que me sintiera peor.- Gracias por ayudarme, me llamo Cynia.- Me llevé la mano a la garganta y luego miré su cuello, me había fijado hacía unos momentos en que se había llevado ahí la mano.- ¿Te duele?

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