Ficha de Maharet

-Nombre del Personaje:
Maharet
-Edad:
Alrededor de unos 6000 años.
-Especie:
Vampiresa
- Facción a la que pertenece:
Ninguna. Esas cosas se la repampinflan
-Tipo, Clase Social o Cargo:
Clase alta
-Orientación Sexual:
Bisexual
-Lugar de Origen:
En algún lugar del monte Carmelo.
-Habilidad/Poder:
Levitación, persuasión, y encandilamiento. En cuanto a las otras habilidades, ya que tiene 6000 años puede hacer uso de la ilusión,
-Descripción Física:
Maharet es toda una belleza. Parece una sílfide egipcia. Con el pelo de un rojo brillante, que le cae siempre suelto hasta más de la mitad de la espalda. Su piel es blanca, por supuesto, como la de todos los vampiros, y sus ojos...bueno, no siempre los tiene del mismo color, ya que les suele robar los ojos a sus víctimas humanas. Por eso suele escoger víctimas con los ojos azules o verdes, sobre todo aquellos que se parezcan a su antiguo color de ojos.
Tiene rasgos finos, como de niña, y si la ves por la calle casi no podrás encontrar nada raro en ella, por lo cálida que es a veces. Sonríe mucho, pero también es muy fría, sobre todo con aquello mortales que no conoce.
O con otros vampiros.
En resumen. Es alta, pelirroja, de ojos verdes, piel blanca y siempre viste con colores oscuros, negros o rojos.
-Descripción Psicológica:
Maharet es todo un misterio. Ha vivido mucho, a lo largo de 6000 años ha ido cambiando, dejando sin poder evitarlo que su humanidad se fuera diluyendo. Es una persona de presencia tranquila, bondadosa y muy sabia. Lo suficientemente sabia como para parecer a veces mayor, muy mayor, aparentando la edad que tiene en realidad. Es también muy sensata, y solitaria. Siempre está viajando de un lado para otro, en la búsqueda de su hermana gemela, esperando que algún día desaparezca su añoranza. Su familia es lo único que la ancla a la humanidad, ocuparse de ella, aunque sea desde lejos, es algo que la mantiene en contacto con la realidad, que la hace feliz.
Pero de todos modos ha perdido su humanidad. Y es atea, aunque a veces echa de menos los espíritus con los que trataba.
-Historia:
Maharet es vieja. Muy vieja. Es uno de los primeros vampiros de la historia, por lo que tiene muchas experiencias a sus espaldas. Nació en un pequeño y soleado pueblecito del monte Carmelo, junto a una hermana gemela a la que adoraba, a Mekare. Pertenecían a un poderoso linaje de hechiceras, y desde pequeñas podían comunicarse con los espíritus. Su madre les enseñó todo lo necesario, y cuando crecieron se convirtieron en las hechiceras más poderosas de la época. Tenían su lugar en la sociedad, y eran felices, muy felices. Pensaban que así sería para siempre, junto a su familia y a los espíritus que las amaban.
Al menos hasta el día en el que la reina de Egipto, Akasha, mandó a por ellas. Los soldados arrasaron sus tierran, matando a todo lo que se encontraban, y se las llevaron con ellos a Egipto, dónde los reyes de Kemet intentaron aprender todo lo posible sobre ellas y sobre su magia, pero no lograban sacarles nada, o casi nada. Durante aquellos días horribles encontraron un único consuelo en Khayman, el mayordomo real, que les daba de comer y les daba algunas comodidades, para que no fueran tan infelices.
Las cosas empeoraron para ellas cuando un espíritu malvado, que las rondaba desde hacía tiempo, se dedicó a liar las cosas en el palacio. Y entre una cosa y otra las gemelas intentaron solucionar las cosas, pero no fueron capaces de hacerlo. Y Mekare, a pesar de Maharet, que estaba asustada, dejó escapar algunas verdades que no les gustó nada a los reyes. Así que...decidieron que Khayman violase a las gemelas delante de toda la corte, cosa que éste hizo. Después de aquella aterradora experiencia las gemelas pudieron regresar a casa, o a lo más cercano a casa que hubiera. Maharet se dio cuenta muy pronto de que estaba embarazada de Khayman, mientras estaban por el desierto. Hizo todo lo posible para que su bebé sobreviviera, cosa que logró, porque a los nueve meses nació una niña a la que llamó Miriam. Esta niña fue el consuelo por todo lo ocurrido, un gran bálsamo contra el dolor que sentía.
Pero esa felicidad duró sólo un año.
Porque luego vino Khayman a por ellas. Anunciándoles que su espíritu había hecho algo horrible. Las gemelas fueron para allá y trataron de solucionar el problema. Pero no lo lograron, los reyes, que antes habían suplicado su ayuda, terminaron condenándolas a muerte, no sin antes arrancarle los ojos a Maharet y la lengua a Mekare. Y ya en la celda Khayman fue a verlas, furioso porque le habían convertido en vampiro, y las convirtió a ambas tanto para salvarlas de la hoguera como para enfrentarse a los reyes. Hubo muchos vampiros por aquella época.
Fueron unos tiempos horribles, llenos de dolor y de muerte. Pero lo peor para Maharet fue cuando la separaron de su hermana. Cuando trataron de huir de los soldados de la reina, y éstos las atraparon y la encerraron en ataúdes de piedra. Las soltaron en el mar, y no pudieron salir hasta que no aterrizaron en tierra firme, en la otra punta del mundo cada una. Lo primero que hizo Maharet al salir fue asesinar a un mortal para beber su sangre y robarle los ojos.
Y a partir de ahí ha pasado los últimos seis mil años buscando a su gemela, sin éxito, y yendo a ver a su hija, que con el tiempo se casó, tuvo hijos y murió, pero éstos tuvieron hijos y más hijos y así hasta hoy. Maharet vigila de cerca a su familia, pero de forma distante, y sólo interviene en ella cuando es estrictamente necesario. Aunque se encarga de registrar los documentos familiares, para no perder a nadie de vista. Actualmente ha llegado a Francia por pura nostalgia, estuvo allí mil años antes, aunque va algo solitaria estos días, recorriendo las calles de París y viendo de vez en cuando a varios viejos amigos. Pretende quedarse durante varios años en París.
-Datos Extras:
Tiene una riqueza considerable acumulada a lo largo de los años.
-Odia a Akasha. Mucho. Si pudiera le retorcería el cuello y la expondría al sol.
A veces levita sólo para divertirse. O cuando tiene tiempo libre, cosa que no suele suceder muy a menudo.
Ha creado a varios vampiros en Francia, de ahí a que esté también en París. Echa de menos a sus novicios. Vive en una vieja mansión antigua.
Es escéptica. Mucho.