¡Ebrios! ¡Ebrios todos con el ponche!(LIBRE)

por **Anneliese Wasenbell** Sáb Oct 13, 2012 12:50 pm

Me habían invitado a un baile. A alguien le había sonado mi apellido, y, creyendo que el resto de mi familia estaba en aquel lugar, me había mandado una invitación a la fiesta. Claro que yo misma tenía canales para recibir esas invitaciones sin que nadie sospechara que estaba sola. Tenía mis propios trucos para usar mi apellido. Sí, era lista. No por algo tenía que saber aprovechar mis recursos en aquel lugar. París era peligrosa. Aunque yo apenas pensaba en ello.
No solían gustarme mucho estas fiestas. Eran aburridas, la gente rancia y las conversaciones exasperantes, casi tanto como mi hermana mayor recién levantada por la mañana y en mitad de la menstruación. Entonces le grita a todo el mundo y exaspera a unos cuantos. Pero aquel día...me venía bien, quería aprovechar para probar una cosita, por eso mismo había accedido a ir. Y por si tenía que cantar algo. ¡Me encanta cantar! Aunque claro, me gusta la música en general.
Así que me había bebido una poción que me tiñó el pelo de blanco y fui al baile ataviada con un vestido de color rojo. Tenía un aspecto un poco raro así, pero en mi opinión estaba elegante. Me importaba muy poco si los demás pensaban lo mismo o no.
Por lo que después de vigilar el cementerio un rato le pasé el turno a mi compañera y me fui al baile, pagándole a mi "chófer" particular para que me llevara. Y así, antes de que me diera cuenta, acabé en el Palais Royal.
No había mucha gente aún. Algunas personas bailaban, otras charlaban por las esquinas y algunas más hacía cosas que no me interesaban en absoluto. Entré y contemplé lo que había a mi alrededor. Hummm...¿cómo hacerlo? ¿Cómo hacer lo que iba a hacer?
Caminé con cierta elegancia en el baile, contemplando lo que ocurría a mi alrededor. Tenía que encontrar la zona de las bebidas. Dónde se sirvieran la mayoría de las bebidas, o a algún mayordomo o camarero incauto. Pero no lo encontraba. Tenía que buscar con más cuidado. Y con paciencia. Y yo no era una persona muy paciente que digamos. Pero muchos decían que sí que lo era. Estaban locos todos.
¡Lo encontré! Pasó un buen rato antes de que lo hiciera, sobre todo porque cada vez iba llegando más y más gente, pero finalmente encontré la zona de las bebidas, dónde había un cuenco lleno de ponche. Genial. Era perfecto, simplemente perfecto. Me alegró tanto encontrarlo que casi esbocé una sonrisa de alegría. Y de hecho la terminé soltando, pero luego meneé la cabeza de un lado para otro. Tenía que disimular. Sino no me saldría bien lo que iba a hacer.
Así que con cierto disimulo...y elegancia, me acerqué hacia dónde estaba el cuenco. Saqué del ridículo que llevaba debajo del vestido un pequeño frasco que contenía una poción destinada a...emborrachar a la gente casi de inmediato y lo fui echando poco a poco en el ponche. Si la gente lo bebía, aunque fuera sólo una gota, se emborracharía de inmediato. La fiesta se animaría.
Cuando terminé me llevé la mano a la boca para contener la risa descarada que amenazaba con escapar de mi garganta y me encaminé hacia la pista de baile, con petulancia, buscando a algún caballero con quién bailar.

por **Mikelangelo Van Dort** Jue Oct 25, 2012 10:02 pm

Bajé del escenario un poco cansado..tenía que tomar o comer algo...asi que me iba dirigiendo hasta la mesa del ponche donde una mujercita con vestido rojo y cabello blanco se alejaba de la mesa, mientras yo me reía para mis adentros de su apariencia tan graciosa y particular...
Siempre que iba a una fiesta o presentación donde habían este tipo de tragos, me dedicaba a observarlos detenidamente antes de tomar un sorbo, porque soy bastante inteligente como para caer en bromas de mal gusto...Observé el trago y a la gente que ya había bebido de él...la gente parecía actuar de forma extraña como si con una sola copa ya se hubieran emborrachado...le tomé el aroma al trago y parecia tentador, pero algo extraño provocaba en mi que no me decidia de si tomarlo o no...en fin, al final solo decidí tomar agua...

Mientras miraba los alrededores de la fiesta, comencé a sentir como si alguien estuviese mirandome...observé detenidamente una vez...y era ella, la mujercita que se apartó del ponche antes de que llegase yo a éste...dije: "Mikelangelo no seas tan perseguido por dios, es solo una jovencita mirando como cualquier otra persona..." , me decía por una parte mi mente, pero por otra parte mi ser me hacia sentir que habia algo raro...siempre había tenido ese dilema de a quien seguir dentro mi, debido a que mis sensores de tacto, oido, vista estaban mucho mas desarrollados debido a la música y cada vez que alguno de ellos percibía alguna cosa, dentro de mi se formaba una infinita mezcla de sensaciones prolongadas...algo difícil de explicar más que garabateando cosas sin sentido en un papel, o tratando de explicarlo con palabras...
En fin, al parecer ella no se dió cuenta de que yo ya había percibido lo que estaba haciendo....dejé pasar un tiempo y decidí acercarme hacia donde ella estaba...disimuladamente

-Hola...como le va?...pérmitame presentarme...soy Mikelangelo Van Dort, soy el músico encargado de esta fiesta, estaba tomando un refresco y descanso...y vengo a saludarle porque al parecer la encuentro muy solita por aquí no es así?...dónde están sus amigos y familia?- le dije tierna y chistosamente...

Ella me miró asustada, con unos enormes ojos azules que me llamaban mucho la atención como si alguna travesura loca escondiesen, luego me sonrió, diría que por inercia..nerviosamente...y me dijo su nombre...y me empezó a contar su razón del por qué ella estaba alli en la fiesta...

-Y dime..que te ha aparecido hasta hora?...te ha gustado la música?- le pregunté naturalmente...

por **Anneliese Wasenbell** Sáb Oct 27, 2012 5:07 pm

La música era agradable. Ése era también uno de los motivos por los que a veces asistía a algunos bailes. Amaba la música casi tanto como amaba la magia, sobre todo algunas canciones que me envolvían de tal forma que hacían que me sintiera como si estuviera en un mundo distinto. Como si pudiera hacer determinadas cosas...que jamás me estarían vedadas. La música daba seguridad, prácticamente podría decirse que la música era magia.
En esos pensamientos estaba sumida mientras buscaba entre la gente alguien con quién bailar, planeando la posibilidad de hacer otra locura más. Pero entonces alguien se acercó a mí y se presentó.
Le escuché atentamente, y abrí los ojos algo asustada cuando después de presentarse me preguntó por mis amigos y mi familia. No era el único que me había preguntado eso, y probablemente no sería el último, eso yo lo tenía ya muy claro. Pero aún así me asusté por un momento.
Pero luego me lo pensé mejor. ¿De qué tenía que preocuparme? No iba a pasar nada malo. Sabía perfectamente lo que tenía que hacer. No era la primera vez que lo había hecho. Además, estaba hablando con el músico. ¡El músico! ¿Qué podría suceder acaso?
Le sonreí con cierto nerviosismo mientras comenzaba a hablar:
-¡Un placer conocerle, monsieur Van Dort! Mi nombre es Anneliese Wasenbell. Y bueno... casi toda mi familia está haciendo un viaje a Alemania para hablar con el embajador...es posible que mi padre consiga uno de los puestos más importantes. Un escalón más en la escala social. En mi familia siempre quieren ascender a más. Como casi...todos-no era mentira del todo. Si quitamos la parte del viaje lo demás era cierto. Mi padre siempre buscaba ascender a más, sobre todo en la nobleza, en parte para olvidar que no era brujo como cierta rama de la familia. Y ese puesto...bueno, era cierto que aún no lo había conseguido.
Sonreí ahora con menos nerviosismo. Me estaba sintiendo cada vez más...bueno, digamos que más cómoda.
-Me han dejado casi sola...-hice un pequeño puchero, como si me lamentara por ello-Pero eso no me va a impedir acudir a eventos sociales o a otros...es muy aburrido quedarse sola en casa, ¿Sabe vos?
-¿Qué si me ha gustado?-sonreí alegremente. Hablar de música siempre me hacía feliz, aunque no supiera ciertas cosas.-¡Me ha encantado, monsieur! Ha sido maravilloso...-sonreí alegremente-Es probable que lo recuerde durante mucho tiempo-suelo recordar la buena música casi tanto como algunos hechos curiosos de la vida, sobre todo cuando se trata del piano y del violín, o con una buena canción a voz hablada. En cierto modo crear música es como crear algo...mágico. ¿No lo cree así, monsieur? ¿Sois músico desde hace mucho?-qué raro sonaba mi francés con ese acento tan escocés. Iba a comentarle algo más al señor Van Dort. Pero entonces oí un ruido y miré a mi alrededor. Luego hacia la zona dónde estaba el ponche. Sonreí con cierta malicia.
-Vaya...parece que la gente se está animando mucho. Hay que ver lo que hace a hace a veces la bebida

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