La noche del destino (LE DUE MASCHERE DELLA NOTTE)

¿Pero quién era el hombre?, sabía que aquella faz falsa pertenecía a Guy Fawkes, quién en 1605 intento derrumbar el recinto del parlamento inglés.
¿Pero quién era en realidad y como era?, el me pedia recordar las ideas pero nunca a el o los hombres, porque el hombre puede fallar, puede ser detenido, ejecutado y olvidado, pero 200 años más tarde su idea puede ser el principio de una nueva, por una causa similar: La libertad de los hombres.
He sido testigo ocular del poder de las ideas, lo vi a él gosozo de darlas y a arriesgarse a morir por defenderlas... pero una idea no se besa, no se toca ni se acaricia, simplemente... las ideas no sangran, no pueden sufrir y no sé si puedan amar... y no es la idea a la que deseo que regrese conmigo, sino...al hombre, el hombre que me hizo recordar un cinco de Noviembre que del miedo nace la valentía, que de odio nace el amor, que de la venganza nace la sed de justicia, que de la avaricia nace la bondad, que la tragedía nace la felicidad y que en la oscuridad puede haber luz...

4 de octubre de 1800.

Había pasado una noche desde que Stefano y yo habíamos tenido mmás que unas simples confesiones de media noche, me sentía... como decirlo... extraña quizás porque idee ese momento de otra forma o porque una parte de mi aún seguía queriendo ver las cosas de color de rosa... ¿O era porque todo ese tiempo en que hice el amor pensé en él.. en esa persona que era el contrate de lo que conocía desde hace un año?, no lo sabía solo tenía en mente fragmentos de lo que sucedio la noche anterior, de lo que pense, de las concuencias de lo que pasara si Alessandro en dado moemento llegaba a enterarse, no fiaba de él aún y cuando las coasas entre los tres habían quedado resueltas y todo se complicaba al recordar que a The phantom le había prometido la entrega total de mi alama y todo lo que era aél y nada más que a él.
Crei que en esta nueva jornada nocturna olvidaría todo al ir de caza algunos kilometros lejos de mi casa, cerca de los callejones más peligrosos y oscuros de la ciudad, seguramente algún desquisiado y malevolo delincuente se cruzaría en mi camino y con su sangre volvería a tener energías, el vino nunca llena aún vampiro.
-Esta sed es terrible- musitaba para mi mientras me aventuraba al peligro eminente de las aceras oscuras de la ciudad,caminaba sigilosamente, mis tacones se escuchaban solo un poco cuando chocaba contra las piedras que conformaban el piso -¡Vamos tiene que haber comida por aquí, me siento muy débil- caminaba desganada y sintiendo pesadez en los parpados -Por dios, debo beber en algún momento- pensé, sosteniendome de las más angostas paredes dntro del callejón, intentando cerrar los ojos para tomar aliento pude escuchar los pasos de alguién que se acercaba lentamente.
-¡Por fin mi comida!- exclame en mi interior y dirigí mi mirada al tipo que se acercaba con sonrisa maliciosa y ojos perdidos en mi figura y en los míos propios -Esto no es comida- dije al reaccionar, retrocedí unos pasos y me tope con otro a mis espaldas, negue con la cabeza la ver que se trataba de unos miserables vampiros que habían perdido el control y al parecer la razón -Justo lo que me faltaba en esta noche que no tengo fuerza, ya se que me he portado bastante mal y que no me escucharas pero ayudame señor, esta vez no puedo sola- implore al cielo en voz alta, algo inquieta pues sabpia que no saldía tan bien librada de esto y menos sin alimento desde hace veinticuatro horas antes.
-Ni el cielo te salvará linda- respodió uno de ellos -Si nos escuchara nosotros ya estariamos en otra tierra pagando la condena de diferente manera- dijo el otro riendose malevolamente.
-¿Y que piensan hacer... matarme?- pregunte retante y con ojos amenazantes.
-Mira la gatita tiene garras- dijo el último que salía del callejón -No venimos a matarte, más bien venimos a catigarte, una lección que jamás olvidarás y el mensaje para alguién más- río con malicia, asintio con la cabeza y el que estaba frente de mi sujeto mis brazos -La gatita no ha tomado su leche esta débil y temblando de frío- se fue acercando a mí y los otros tras de él -Vamos quitarle el frío- decían mientras de apoco me fueron rodeando hasta que quede forzosamente acorralada -¿Que estan haciendo- pregunte preocupada y el tipo que tenía ya encima me dijo -Aplicando el castigo...-
De verdad que siempre cuando menos lo esperaba llegaba a mi la desdicha y la tragedia.

Una noche agetreada la de aquel día, el encuentro había sido algo... destructivo y por desgracia sin vencedor, debía pensar en una nueva estrategía que esterminará de raíz la malicia sembrada y aferrada a las tierras profundas y secretas del teatro de París.
Lo único que quería era llegar a casa, curar mis heridas, sentirme más comodo y comenzar a planear un espectaculo que el fantasma jamás olvidaría, para tal cometido decidí acortar el camino transitando por los callejones más oscuros de París, eran tan angostos y tan estrechos otros cuantos que me causo gracia la arquitectura parisina, por la oscuridad y la aparente calma que allí reinaba parecía ser el lugar indicado para que las ratas hicieran sus nidos y las arpías y aves de rapiña esperacen a su futura victima escondidos entre las paredes de ladrillo antiguo y la ropa que colgaba de algunos edificios mas humildes, un paradero que dejaba mucho que desear en comparación a la belleza del resto de las tierras.
Cerca de los ccallejones más angostos, capte las voces de varios hombres que amenazaban malevolos a una joven que intentaba por todos lo medios intimidantes que practicaba quitarselos de su alrededor o por lo menos de encima al que ya vulgarmente pretendía violarle ¿Intervenir o no intervenir? definitivamente era el menor de mis problemas... sino que al juzgar por la hora tardía que era podía ser uno de los seres a los que más odio, su extremada blancura y su fina belleza no podían engañar los ojos de este misterioso cazador... pero de ser un feroz depredador... ¿Poque entonces no se defendía? -Me arrepentire de esto mañana- pense mientras suspiraba -pero ante todo soy caballero y ella es una dama- culmine con mi pensar.
Camine hacia una de las entradas del callejon, la luz mortecina de la luna daba a mi atuendo un toque más... lugubre, cuando hube detebido mis pasos hable en voz alta y atoritaria, con el toque de elgancia que hacía más compleja mi intención -Atrapada sobre sí todo un enjambre de infamias- esputrefactos todos quedaron al ver la máscara que a media luz se vislumbraba, de mi mano derecha una daga ya reposaba desenbainada, lista para derrotar el mal.
-¿Este quién es?- Pregunto altanero uno ellos, reparando su postura y manteniendo la guardía, ese joven era quién retenía a la chica sujetandole ambos brazos.
-Esta armado- advirtio otro que se hayaba a un lado de sus complices.
-Despreciando a la fotuna y hundiendo el acero que proteje de muertes sangrientas- dije amenazante al chico que se acercaba justo a mí mientras volvia a subir su brageta.
-Somos de la policía- dijo mostrando una placa falsa
-¿En serio? ¿Tan desdichado y pobre es París para hecer placas de el fierro más corriente?- conteste mientras corte la funda de la placa en dos, movimientos rapidos empezaron a despistar al muchacho cuando de un golpe con el mango de la daga le empujo a la pared bruscamente, entonces los otros cual perros callejeros sacaron pistolas que yo detuve con gran facilidad -¡Por favor es como quitarle un dulce a un niño! ¡Vamos sorprendame con algo más fuerte!- exclamaba mientras los puños rozaban su piel tirandolos al piso y a otros más las manos y brazos torcí para que las armas dejarán caer.
Aún quedaban dos, el primero al verse desarmado tomo una daga que había lanzado y lo único que cosiguio fue que rompiese su brageta para dejar al descubierto... bueno lo más intimo de un hombre, con el pantalón abajo fue fácil hacerle caer golpeandose el rostro -Juego a mano limpia caballero- le dije burlandome mientras le veía inconciente en el piso, el grito de dolor de la joven me hizo volver a estar alerta el segundo sujeto ya estaba pocisionado para golpear, su mano choco con la máscara quejandose del dolor de inmediato -Acero inoxidable más duradero que el fierro viejo y corricio de unas placas falsas- asentí con la cabeza y lo tire de una patada.
Mis oidos podían escuchar el arratre de un cuerpo, el joven de los pantalones abajo intentaba llegar desesperadamente hasta la última daga que había quedado a la entrada del callejon, simplemente camine más a prisa, pisando su ropaje para detenerle.
-¡No señor piedad- grito dramatico, asustado y sollozando.
-Por eso no obramos bien, como prueba de experiencia con el rostro devoto y acopiadoso hacemos atrayente al propio diablo-Hable tranquilo y sereno con la luz de la luna a mitad de mi cuerpo y mi máscara.
-¡De que habla!- volvio implorar el hombresillo
-De aplicar el castigo- conteste ahogando su grito con la daga escondida en mi mano enguantada.
Un metal rompió el silencio después de todo el alboroto que había imperado, provenía de la chica que ya en sus manos poseía la daga que en sus rodillas había caido, dirigí mi mirada de inmediato a su rostro, parecía asustada, debil y muy preocupada -Es una vampiresa... ¿Porque no ataca sabiendo que soy humano?- me pregunte interiormente.
-Te aseguro que no te haré daño- esperando calmarla y que aceptara a dejar la daga donde estaba, tome mis precauciones, no creo que agradeciese, los vampiros suelen ser tan orgullosos que nunca lo hacen y suponiendo que esta débil por falta de sangre pensará que soy una presa fácil, pero no será así, de intentarlo la que terminará siendo la presa será ella.

Todo lo creí perdido, nunca pensé en nada más que no fuera las cosas tan perfectas que me habían pasado en invierno y en primavera Alessandro, Stefano y Spencer, el como había empezado esta aventura y cuantas personas había buscado para intentar guiarme...
No podía pelear ni un poco, levantar el puño o golpear y matar, dbí de haber pensado que algo como esto debía de sucederme -así empeze siendo vampiro, así terminare vengada por los mismos que yo extermino- musite en un tono más bajo que ni siquiera el que tenía encima de mí pudo percatarse del sonido angustioso de mi voz, escuchaba las risas de los otros, eran como un grupo de aves de carroña esperando a que el león dejará lo sobrante de la carne -Si ese es mi castigo, sin importar cuanto bien haya hecho terminando con las limañas de esta calaña, que venga entonces- hable con Dios en mi interior, esperando que ya comenzará lo peor.
Pero entonces el que sostenía mis manos respingo del susto, alguién o algo había aparecido en el momento menos indicado, podía distinguir una sombra languida y lugubre que a media luz de la mortecina luna hablaba, caminaba y desenfundaba las armas misteriosamente, pasando saliba rapidamente suspiraba de alivio.
Todo sucedió tan rapido, golpes, heridos y moribundos comenzaron a caer, ese ser era agil, tan agil que llegue a pensar por un momento que se trataba del propio The Phantom, sabía que entoces probablemente sabría que lo había traicionado con Stefano y que no quería que nadie me matesa por que el lo haría después de terminar con las alimañas del callejón.
Estaba sin poder creer lo que sucedía, las manos del que me sostenía comenzaron a transpirar al tiempo que frías se ponían casi tanto como las mías, mismas manos que me soltaron arrojandome al suelo, aquella sombra se puso en guardía como si mi grito de dolor hubiese sido un "cuidado" y para mi su medio giro hacia donde estaba me dio a conocer que no se trataba del angel de la muerte sino de alguién parecido en personalidad pero diferente en el pensar y matar, lo notaba al tratar dejar inconcientes a los torpes violadores en lugar de matarles como perros o como trofeos. Su máscara era tan distinta a la del Fantasma, blanca como el marmol y sonriente como los ángeles, estaba confundida y todo se acrecento más al ver que asesino a sangre fría al último de los hombres a quién chuscamente le había roto la bragueta con la daga dejandolo en completa desnudez.
Estaba desprotegida, no creo que fuese un vampiro tenía heridas abiertas, sus brazos y piernas olían a sangre fresca -Un cazador- pense dentro mi agetreada cabeza -¿Y si intenta matarme? pero... entonces nada le hubiera costado dejarme aquí en la boca de las fieras... ¿Por dios que hago?- conclui mi pensamiento al ver que junto a mi rodilla había caido una de las dagas de esa... esa... cosa.
Volteo inesperadamente al acabar con la vida de ese hombre, suspire profundo sin levantarme de mi lugar recargada en uno de los muros "Te aseguro que no te hare daño" me confeso más no me fiaba de ese extraño enmascarado demasiada carga ya tenía con una máscara distinta -¿Quién eres tú? ¿Que haces aquí? ¿Porque me has defendido cazador?¿Porque lo esres no es así?- pregunte sin dar tiempo a que respondiera cada una de mis cuestiones a la vez, le vi retante y cuidadosamente -No te fies, no te fies- decía en mis adentros, mire la daga y note que mis ojos seguian de ese color verde hipnotizante y no del color ngro de la noche -¿Porque no le ataco si huele a sangre fresca?- me cuestione mientras bajaba la daga a mis piernas, dejandole de apuntar descarada y arrogantemente.

Inanimada y sin habla era poco para describir cuán mipacta estaba en esos momentos, era un cazador que tenía en sus manos la facilidad de matarme, aprovecharse de mi debilidad y de mi completa vulnerabilidad pero en su lugar me daba las gracias por bajar el arma y no atacarle, para mi me resultaba de lo más extraño que hubiese podido contemplar.
La daga a ún continuaba en mis rodillas, aunque llegaba a comprender que por haberme defendido debía estarle agradecida y no enfadada, ante el acto que por mi cabeza paso no tuve más que sentirme avergonzada, así que baje la cabeza viendole al piso pues ni siquiera tenía caso verle a los ojos, esa extraña máscara hacia que su mirada fuera un gran incognita, como su presencia y su arriesgado plan de salvarme mi patetica y confusa vida.
De un momento a otro comenzó a platicar, no puedo negar que aquella presentación me dejo... maravillada, que enorme presencia, esa agilidad al hablar hilando todo con la letra "V" y ese dramatismo que agrego en ciertas partes y al final de su discurso provocaron que las palabras se me olvidaran o que por lo menos quedarán atrapadas en el medio de mi garganta pero todo aquello ese famoso ideal que se autoproclamaba ¿Destruinos a nosotros los oscuros? ¿Entonces para que salvar a uno, es acaso desea matarnos el mismo con sus propias manos? y de ese tipo de cuestinamientos en mi interior se generaron mil más quedando completamente con la mirada perdida sin darme cuenta...
Su risa detrás de la máscara me hizo regresar a la realidad -¿V?- le cuestione al escuchar su nombre -¿Y es usted acaso un demente?- suspire con fuerza, no era el primero que se topara en mi camino, The Phantom también tenía lo suyo -¿Porque escoge esa letra? ¿Es por causa de los vampiros?- le mire desde donde me encontraba -¿Y cuando devuelva París a los justos y humanos que hará, se ira?- empezaba a preguntar de la manera más despota que conocía -¿Me salvo para matarme usted?- debía quitarme la duda y de esa manera descubrir que tanto de cierto había en las palabras que salían de aquella sonriente máscara.

Que criatura tan mas asustada e indefensa tenía por delante, pequeña rosa de aperente oscuridad que intentaba crecer en medio de la luz lunar, aquella flor intentaba sacar las espinas de veneno mortal que en realidad solo lograban molestar pero solo eso y nada más.
-¿Un demente?- cuestione poniendome el guante en la barbilla intrigante -Estoy seguro que así lo dirán- asentí paciente ante la conducta intolerante de aquella joven mutante -No pretendo asesinar a nadie- repare inmediatamente -Solo quiero un mundo justo para todos- le mire detenidamente, me resultaba extraño pensar que si un poco de lógica pudiese aplicar aquella joven en vez de terror y rencor entendería mejor mis palabras y entendería con mayor claridad que mi intención es la vida y no el descelace terrible que reciben muchas de estas -Quiero...- mire directamente a la luna como si en ella pudiese depositar cada uno de los anhelos para que pudiesen quedar siempre en la aras de mi recuerdo -que la balanza se equilibre, no es de ley que ambos mundos vivan de horror sangre y de muerte, la muerte y el llanto que esparcen es igual para humanos y oscuros, para ambos duele.. para ambos forja un odio que a medida de los siglos crece intensamente- volví a colocarme el sombrero -¿No crees que alguién debe detener su encono infernal que parece jamás cesará ¿Acaso creen venir del infierno o los a cegado el rencor eterno de Luzbel o Belial?- le cuestione - Y...- me detuve un momento sintiendo en mis ropajes la brisa del verano entrante -cuando todo esto allá sido alcazado debo partir pues una era diferente empezará y deberá seguir después de mí- termine de decir en un suspiro, sin mover un pie o un dedo, únicamente eramos yo y mi pensamiento que se elevaba al resolverse en nada hacia el mundo de los sueños.
-Creo que con esto queda más que claro que yo no pretendo tirar del gatillo- volvi a dirigirme a ella amble y sin miedo las palabras que llegará a escuchar mi oido -Antes de que me sigas cuestionando podría saber ¿a quién me dirijo?- era mas que curioso que estuviera confesanto a ella todo plan que estuviera en puerta, sin siquiera conocerla... sin conocer el nombre de la joven aquella.

Ese ser me hacia recordar todo aquello que soñaba cuando era humana, aquellos ideales de libertad que desaparecieron cuando mi esperanza pereció, como recuerdo aquello, puedo confesar incluso que hasta me dio nostalgía, ¡Si!, nostalgía, hace tanto tiempo que no me visitaba.
Por un momento me ilusione ante ese gran discurso, no se si fue mi imaginación o quizás por lo que hable con Spencer en la biblioteca pero algo me estaba haciendo arrepentirme de todo lo que había hecho después de que cumplí la mayoría de edad, por toda la maldad que destile en cada victima, me estaba volviendo la humana de antes y eso me daba mucho pavor.
Me era increible creer que alguién pensara en paz entre ambos bandos, en especial cuando la iglesia estaba de por medio, para ellos este hombre sería un hereje condenado a la hoguera y sus fuegos o algo peor y para nosotros a los que llamaba "oscuros" probablemente si no era yo o mis creadores sería quizás el fantasma o alguién más que se encargará de desaparecer al poseedor de semejante blasfemia, podía hacer yo quién lo hiciera, que esta vampiresa con sed de días terminará con el para que nadie más lo hiciese sufrir más todo intento por levantar la daga fue inutil, muy en el fondo sabía que la intención era buena y muy probablemente comence a creer en ese sueño que aquel sujeto de máscara blanca como la porcelana y de capa y ropajes oscuros implorara con tanto deseo a la luna que brillaba con calida luz por encima de nuestras cabezas.
Reaccione en el momento en que pregunto mi nombre y pensaba si sería prudente decirselo o no, apenas lo conocía, así que mientras tomaba una decisión hable de otra cosa -Su ideal no es nada malo- dije con tono más tranquilo lejos ya del agresivo -Pero los humanos son dominados por el papa y su iglesia lo tomaran como alguién que ha perdido la razón y los oscuros tienen gente mala y buena como en la sociedad que camina aquí durante el día podrían venir por usted si se enteran- acomode mi flequillo hacia atrás, me tapaba la vista y queria seguir contemplando su disfraz -Yo no lo juzgo, soy la menos indicada para hacerlo, solo tenga cuidado con lo que haga, puede estar jugando con fuego- baje la vista observando el arma, esta me hacía recordar que ese desconocido me salvo la vida y yo no iba a ser descortez, vida por vida era así como pagaría mi deuda aunque me muriera de sed de nueva cuenta.
-Mi nombre es Montserrat, Montserrat Shapplin Brightman- asentí con la cabeza al presentarme -Creo que esto es suyo- dije ya en un tono amigable y elevando la daga se la ofreci en señal de amistad o algo por el estilo, aquel personaje despertaba mi curiosidad y más que curiosidad despertaba en mi al parecer algo de bondad.

Tras la máscara una expresión de alegría se marcaba, quizás no se podía distinguir con o sin ella y todo a causa de lo que salía de los labios de aquella vampiresa -si tan solo supiera- pensé, como raccionaría al saber que un fantasma queria verme muerto antes del amanecer, que ni siquiera la iglesa y sus soldados divinos querian verme retorcer en las llamas provocadas por madera de pinos.
Fue probablemente un imprudencia de mi parte preguntar su nombre, la gente en esta época no tiene confianza ni de las intenciones un buen hombre, nadie en este tiempo le daría el nombre aún enmascarado que ni siquiera conoce, que no por salvarle la vida, confensaría ni la primera letra del apellido que con honores le distingue, esa joven buscaba la manera de que mi pregunta la olvidará, empezo por decir todas las advertencias que tenía presentes en mi mente desde que decidi comenzar esta cruzada, pero era una dama y sabía respetarlas, si hubiese sido otro muerte ya le habría dado con las dagas o una ecxusa hubiera inventado con tal de callarlo -Juzgar no depende de que tantos pecados hayas cometido en tu pasado- dirigi el sonido de mi voz hacía ella con un aire misterioso y cansado -ni tampoco depende de si eres oscuro o humano, esta tarea nadie la debería tener pues solo dios amo de todo saber y limpio de corazón sabrá juzgar con justa razón- miraba sus ropajes de fino encaje, los creadores de los cuales me contaba debían ser de alto linaje, de esas manos blancas que resaltaban por lo blanco que su piel que era como la de una perla,la daga parecía venir de vuelta, esa chica estaba abandonada y confundida. tanto para no saber que era nobleza lo que escondía tras esa furia desmedida -Gracias señorita- tome el arma con mi mano enguantada, regreso rapido a mi costado quedando en la funda que mi vestuario tenía encrustado, finalmente el nombre salio de sus rojos labios, era coincidencia o el destino ya lo tenía preparado, ella era la aprendiz que el fantasma tenía bajo su control y su mando, cuyo nomnbre se me quedo grabado poco antes de huir del teatro en esa desteble batalla en su guarida, de la cual ninguno de los dos gano la partida.
El silencio se apodero de mí unos segundos, mi mente pensaba todo esto y más cuestionamientos, más para no parecer un loco sin remedio decidi corresponderle a tan atrevido gesto -Montserrat... ¡Por supuesto!- conteste en tono de absoluto misterio, a la chica quién raro me veía decidi explicar un poco sobre mi comentario de tan inesperada reacción -No te asustes, es solo mi pensamiento, un nombre hermoso que esta noche quedo grabado en mi recuerdo no por tí sino porque grabado lo vi en un texto- me acerque más hacia donde aún de rodillas se encontraba -Para más claridad, te diré qu esto significa que yo como Dios no juego a los dados ni creo en la concidencias, por el momento no espero que me comprendas- detuve mi paso delante de ella -¿Te hicieron daño?- le pregunte volviendo al asunto por el que nos habíamos encontrado, realizando una reverencia educada le extendi mi mano para ayudar a levantarla.

Ese hombre era tan extraño pero de una escencia que facilmente llamaba mi atención, su presencia era imponente y tras esa máscara una voz tan varonil salia de esos labios falsos, sonrientes y rosados, pero no era tanto su voz la que me invitaba a no hacerle daño, era más bien aquel ideal que me conto momentos antes, mi cabeza, mi conciencia si es que tenía una... me decía que todo era tonterías, simples juegos mentales que hacían quedarme allí en el piso en vez de salir corriendo sabiendo que era un cazador, pero por otro lado aquello sonaba como un sueño que muchos forjamos pero que sigue solo en un sueño, pues la comodidad y el miedo a perder lo poco o lo mucho que nos quede de vida.
Suspire profundo al escuharle hablar con ese acento poetico, que hablaba de dios y del jucio que tanto mortales como inmortales a diario cometemos inmediatamente al projimo -Es verdad todo cuanto dices- asentí a su comentario -sin embargo hoy en dí todo el mundo es desgraciado, movido por el interes, el poder y la comodidad, por acrecentar su propia autoestima a muchos nos lastiman, nos juzgan sin conoer... que hay... detrás de las dos únicas alma que tenemos hacia nuestro espiritú- dije con profundo dolor -Para los hombres su creador, aquel que nombras con tanto respeto, Dios para ellos no existe más...- termine diciendo con um gran soplo de aliento, mi mechón por un momento cayo cuando baje la mirada, no queria armar un tetro, un drama de mi vida a un desconocido que supongo y con esa máscara tendrá mas probleamas de los que yo he logrado adquirir en un año y solo dios sabre si detras de esa sonriente faz había algo de tristeza -En conclusión usted piensa muy diferente y me algra tenía tiempo de no ver a alguién con tales ideas, en verdad hace tiempo que no veía una persona hecha de tu tipo de madera- sonrei unos leves momentos y recorde que tenía los colmillos, tapandolos de inmediato, la sonrisa se borro y quede callada, solo se me ocurrio devolverle el arma y en vez de matarme la enfundo de nuevo, diciendo cosasraras de mi nombre a las que simplemente no les tome importancia... por el momento tenía otras cosas en mente como para agregarle más peso a mi alma.
Vi su mano extendida, creo que no pude ocultar mi sorpresa cuando vi que estaba cubierta por un fino guante de piel, me recordo por leves instantes a The Phantom -Ammmm...- negue con la cabeza sacudiendo mi cabello, intentando calmar mi esxpresión -No, no me hicieron daño- contesté a su pregunta y le tome la mano aferrandome a ella para poder levantarme, estaba algo debíl por no decir demasiado debil -Y eso se lo debo a usted, si no me hubiese encontrado estos patanes quién sabe que me hubieran hecho- rei levemente -Lo sé, puede sonar algo extraño pero hasta los vampiros y todas las criaturas siempre terminamos en problemas, sobre todo yo, tengo una gran suerte para eso- me llego un aroma peculiar hasta mi afilada nariz, ese olor me hizo deter algunos instantes y seguirle, para mi sorpresa era perteneciente al cazador que tebía delante, mire su ropa por completo y me percaté de que tenía algunas heridas de donde emanaba ese olor a sangre fresca -¡Mi dios!- exclame -¿se encuentra usted bien?- dsentía como mi cara se le formaban pequeñas arrugitas al ver con horror la sangre en sus brazos y el ante brazo -Es que... es que.. usted.. ti..ti...tiene alli- señale sus brazos -Hubiera dejado que me pasará algo aquí, ¡Ahora por mi culpa esta herido!- me di un golpe en mi cabeza con el puño cerrado -Debí de haber trabajado hoy en el teatro, hubiera canta hoy y nada esto hubiera pasado- seguía diciendo como una loca a los cuatro vientos, solo podía snetir culpa ahora si seguro después de esto me mataría....

A cada nueva livación las penas y las dudas se hayaban más lejos de ambos, tenia ante mis ojos a un condenado pero arrepentido y enfurecido, esas orbes que miraban hacia todos lados se llenaban de odio y desagrado, en mi vida como cazador jamás habia visto tal reacción en un vampiro, supongo que engañado vivi por muchos años al creer que de sentimientos y remordimientos carecían todos y cada uno de los condenados o quizás esta criatura indefensa estaba en un proceso de cambio.
Sus labios describieron el teatro, ese recinto maldecido de donde solo bortaba las ifamias de ese fantasma, injusticias en las que aquella que veía con sorpresa la sangre fresca fue atraida, quien iba decir que en una noche del destino iba encontrar al aliado de mi propio enemigo, alguién que e hayaba confundido y de ahi que la convirtiera en su discipulo, pero en esos momentos me perdonaba la vida y se culpaba por mis heridas, si eso lo supiera su fantasma mañana aparecería muerta en medio de la explanada de las calles aledañas, ante sus buenas intenciones no podía negarme a ayudarla, en bastantes problemas iba a liarla, si así ella lo quería podía escoltarla hasta su respectiva casa pero antes carmarla, eso era de vital importancia -Montserrat puede usted tranquilizarse, estas heridas me las ha provocado otro maleante- por un momento pense en quitarme el guante, más recorde que quizás le mostraria algo terriblemente repugnante -Si usted trabaja en el teatro, tenga por seguro que se enterara tarde o temprano de la causa por la cual estoy herido, unas navajas, cuerdas y vigas encima bastan para dejar a alguién bastante adolorido- mire sus ojos ahora estaban encendidos, queria matarme y lo daba por bien entendido, era un vampiro y solo quería seguir sus instintos -Deja de mirarme como un festin gigante- reclamé al instante -Si quieres alimentarte ali hay dos o tres moribundos que deje durante el combate, si quieres con ellos puedes deleitarte ¿de acuerdo?- no estaba molesto y no pretendía ser del todo misterio, a veces las chuscas bromas salían al momento, una parte que no muchos llegan a conocer de mi temperamento -Debo irme- adverti mientras miraba a los cielos, regresando a esa infinita oscuridad dueña y señora de mis movimientos - Pero no sin antes entregarte esto- una invitación finamente decorada anunciaba el gran debut de una obra del fantasma, la chica parecia alarmada después de leer el membrete de la hoja amarillenta y gastada -Algo sucederá mañana- indique sin darle tiempo a que me pudiera entender -Yo soy una clase de músico también y en el intermedio haré una presentación que a muchos les llamara la atención, sera una obertura donde será participe toda la orquesta, una pieza que será la entrada majestuosa de la liberación de las razas y del mundo... sera el fin de un imperio oscuro y sin un futuro puro- suspire profundo -Intuyo eres la sobrano principal en todo aquel tumulto, respetaré pues tu arte pero quién sabe si el mio llegará a gustarte- refiriendome a que si después de que su maestro este muerto, podría estar de acuerdo con lo que yo planteo correcto.
-Se que no querras que te escolte a tus aposentos de regreso, pero si lo necesitas yo me ofrezco, si te alimentas te espero, quizás escondido por allí o esperando en una esquina para tu privacidad que respeto- me aparte del sombrero, ofreciendole la mano de nuevo esperando el veredicto que su conciencia y la supervivencia le dictara en aquellos momentos.

Más no lo hizo, yo pensé que me mataría al percatarse de las heridas pero se puso a darme una breve explicación de como había ocurrido todo lo que le provoco sus heridas -¿Entonces yo no soy la única que suelo meterme en lios?- pregunte aliviada y sonreí al terminar de comentarlo -¿Entonces puedo suponer que usted es una clase de vigilante no identificado?- volví a cuestionarle temerosa mientras seguía viendole sus heridas, los ojos se me habían encendido -Que más quisiera yo que atacarlo estoy hambrienta...- pensé por un minuto sin preocuparme mucho por disimularlo -¿Donde está esa Montserrat, despota, fría y vengativa que juraste ser, donde esta la asesina que mataría como el fantasma te lo ha inculcado?... simplemente con él no puedes hacerlo porque le estas ¿Agradecida? ¡Mgnifico Montserrat eres un desastre con colmillos- me reprendía interiormente por no obedecer mis promesas y los instintos, pero algo me decía que no podía matarlo, todo indicaba que su plan iba a funcionar, sin conocerlo, sin saber si me había contado mentiras o no simplemente creía en su intención, era un sueño imposible pero siempre de lo imposible resultaba lo posible -¡Lo sabía Spencer te hablando!- termine por flajelarme cuando V me hizo la observación de mis miradas, fue inevitable enrojecerme solo un poco -¿Quién yo? ¿Mirarte como un festín?- negue con la cabeza y observe hacia otro punto -Soy una tonta, es que yo me quede... bueno no tiene importancia- no dije más observando al cielo, al suelo y finalmente de nuevo a él -Supongo que esos hombres ya no tienen remedio- afirme mientras veía a un moribundo moverse -A demás la única dieta que llevo a cabo es la de los violadores y asesinos, en conclusión toda la ponzoña de la sociedad- asenti con la cabeza -Agradezco profundamente el banquete que me ha ofrecido, lo acepto- reí levemente -Perdone, es que nunca pense que alguién como usted tuviera sentido del humor-.
No sabía si había pasado tan rápido el tiempo o de se tenía que irse tan pronto pero ese hombre se despedía, algo en mi interior quería que se quedará pero otra me decía que mejor era dejarlo ir... me dio una invitación que me dejo sin habla, ese tipo de hoja gasta y amarillenta eran del fantasma, senti que toda mi alma se fue en un respiro y regreso para ver el memebrete de la hoja, en el decía con letras elegantes y enormes el titúlo de "Don Juan triunfante" y mi nombre escrito anunciando ser la sopano principal y debajo los demás nombres del elenco, también señalaban la hora y el asiento correspondiente para cada invitado, en las manos tenía la invitación correspondiente a Fermín, uno de los administradores y dueños entre comillas del recinto, regrese mi mirada algo angustiada hacia él -¿De donde a conseguido esto? ¿Que significa? ¿Que pasará mañana? ¿Que ha ocurrido en el teatro?- retire la hoja de mi vista -Nadie puede presentarse en el teatro sin su autorización- comente desesperada -Lo matará si llega a interrumpir su obra, sobre todo esta... es muy importante para el fantasma, miles de actores, sopranos, tenores, contratenores, baritonos y extras han perdido la vida al no saber interpretarla o simplemente al tener un errror en escena, si eso hace con quines simplemente hacen su trabajo que era con un extraño que interrupira para abrir su obertura... ¡No vaya al teatro mañana, olvidese de todo y marchese de París se lo suplico- dije angustiada -usted es un buen hombre, como usted ya no hay vagando por el mundo, tenga hijos, esposa, una vida fuera de aquí, no haga una locura y marchese antes que sea demasiado tarde, que le cueste la vida- sabía perfectamente a lo que se enfrentaría aquel extraño, trataba de advertirlo nadie sobrevive de las garras del fantasma, nadie a podido vivir para contarlo y si siguen con vida es cmo traer una cruz en la espalda, vivir atemorizado como Fermín y el personal del teatro -No importa que usted se un buen músico no lo apreciara, lo matará como a un perro- agache la cabeza, cerrando los ojos.
-Si quiere acompañarme no tengo incoveniente- volvía a erguir la postura -Pero si sigue empeñado en cometer un suicidio es mejor que no malgaste el tiempo, con alguién como yo.. disfrute lo que le sobre de tiempo o aproveche para buscar un buen lugar para que se enterrado- contesté cabisbaja.

Todo marchaba a a la contraria que las costumbres de cada raza marcaba, un cazador hablando con una condenada, una condenada hablando con un alma humana, ese era lo más extraño que sucedía a lo largo de mis días, esta joven en ocasione solía comportarse como una niña, sonrojarse y disculparse o simplemente tratar de justificarse era algo simplemete inaceptable, si el fantama la descubría haciendo este tipo de gestos sin más la mataría pues para sus propositos no le funcionaria -No tienes porque disculparte mucho menos sonrojarte, simplemente intentaba comentarte como no debes comportarte- sonreí al instante -No soy un vigilante pero tengo mucha suerte para salvar a la gente de los problemas en que se mete, podría confesar que yo también soy una persona que me meto en grandes líos unos muy pequeños y otros que parecen serán eternos, gente necia y vengativa que sobrevive o me deja vivir anda tras de mí- asentí -Que sea un enmascarado no quiere decir que no busque diversión de vez en cuando- finalmente acabe por confesar que debes en cando me gusta bromear.
Pero así como llego la parte chusca llego la parte más angustiante, la carta le fe entregada y su sonrisa atutomaticamente fue apagada, leía y se quedo callada, no supo que decir simplemente se dejo llevar por la alarma de la amenaza que en el teatro imperaba, ella suplicaba y me imploraba que todo dejará, que me olvidará y tratará de hacer mi vida en otro lugar, que la venganza contra el fantasma era en conclusión la muerte encarnada, era más que notorio cuanto miedo había impreso en la dama y si en ella todo eso provocaba no podía imaginarme que clase de sentir les hace al resto de los trabajadores sufrir -Yo podría decir lo mismo de tí- su angustiado clamor interrumpí -Tú tambien deberías alejarte, separarte de ese ambiente, marcharte para siempre- le calme de una buena vez -Mañana parasará lo que deba pasar, no te atromentes más, tu trabajo no perderás estoy seguro que todo lo que suceda en algo bueno parara- conteste con una fé certera -¿Pero porque me lo adviertes, es que acaso tú de la misma manera no te expones?, lee bien, tu nombre esta impreso en ese papel amarillento, si no actuas como es debido para ti no habrá salvación- supire profundamente para llamer su atención -Escuchame para mi no hay solución, no hay futuro, solo soy una idea, una máscara que alberga la faz de un hombre que alguna vez existio... las ideas no pueden amar, no pueden huir y escapar por ley deben cumplir su ideal y no tener nunca familia a quién liar, además atras de esta máscara no hay nada que a una dama pueda interesar... Montserrat hombres como yo siempre hay, solo basta verlos bien desde la oscuridad, aún estás a tiempo huye y no regreses, eres joven y siempre si hay talento una puerta estará abierta en el bello reino de las artes- trate de darle consuelo -Tu tiempo no malgastes, una nueva oportunidad sobresale entre los parajes que recorres noche y día con tu nueva vida- acaricie su barbilla sin saber como reaccionaría, las respuestas que dio ante cada uno de mis motivos me hizo sentirme deprimido, nunca pense que tanta desdicha tuviera cabida en una niña tan pequeña, queria ayudarla pero no puedo hacerlo porque otro deber es el que rige todo su ser, me aleje de ella esperando que respondiera de alguna manera la pregunta antes hecha, volvio su postura más no su segura tesitura, deprimida y derrotada -No te mortificaré más Montserrat, tengo por bien entendido que de acompañarte solo sería aumentarte la pena y la angustía, yo se que eso a nadie le gusta, te dejaré aquí si me prometes regresar a tu casa cuando yo parta- asintio con la cabeza y de a poco me aleje de ella hasta desaparecer entre las tinieblas...

La aparente amabilidad se había ido en un inteto desesperado por intentar salvarle, ¿estaba loco o era un completo suicida que no valoraba la vida en lo más minimo, era el primer humano que conocia con ese aparente temperamento, me preguntaba si la máscara seria su esxusa o su escudo alguien que ustiviera dforme como el fantama debía tener las mismas ideas que el no las que V me planteaba -¡No entiende usted lo matará!- desesperada volvi a contestar -Su vida si importa porque es humana todavía, no tiene que estar pagando nada repugnante por seguir viviendo, la vida es valiosa no la aruine queriendo ir directo al matadero, la máscara no debe ser un obstaculo para ser feliz, ¡Por favor le ruego que se marche y queolvide al fantasma, además usted no tiene porque reprocharme nada, no me conoce no sabe nada de mí- refute a su comentario -Mi vida la heche a perder en el borde de la desesperacion y el miedo a perder la locura, hice un pacto y no solo con una sino con varias personas, personas que me obligan a ser lo que intento creer que soy.... y que quizás me arrepiento de haberlo deseado y de haberme entregado o vendido con tal de conseguir ser más fuerte, en lugar de esta debil dama que ve ¡Yo si puedo exponerme y desafiar o llamar a la muerte, para mí no hay vuelta de hoja V, nada puede ser como antes, mi vida ya no suele funcionar jugando a que soy una, mato a edsa persona y empiezo de nuevo una vida, como si yo fuese un lienzo en blanco!... ya no soy una niña para creer que todo es un juego que si hoy soñe a ser esto mañana despertaré y regresaré a ser la humana que era y olvidaré que juegue a ser un vampiro el día anterior- guarde silencio un momento -Yo... yo...- titubie un momento -Yo ya no tengo nada que perder, ni un motivo nuevo por el cual vivir, esta existencia ya no vale nada y más de una vez ya no le he encontrado sentido, para mi ya no lo tiene, me juego la vida y estoy deseosa de que algún día algo bueno sucederá para enmendar mis errores y cual es esa esperanza... la muerte- sin enbargo sin importar mi insolencia me tomo por la barbilla y me brindo palabras de consuelo, no podia negar que me tranquilizaron y me hicieron pensar si de nuevo este camino que había tomado junto al fantasma habia sido el incorrecto, me quede callada mientras sentí que su mano se alejaba de mi rostro, había logrado que se alejará de mi -Entiendo- asenti a sus palabras -Será lo mejor para los dos- agache la cabeza sin darme cuenta cuando o a que hora se fue, pero cuando dirigi mi mirada estaba sola en el callejon con tres moribundo y un fallecido, por un momento me pregunte si había alucinado debido al hambre pero uno de esos hombre murmuro el sobrenombre de ese enmascarado, suspire alivida.
-Hasta mañana V- susurre y me dirigi a terminar con la vida de aquellos recordando en cada una de las mordidas lo sucedido y lo advertido y del consuelo proporcionado por ese hombre, sus palabras que e me quedaron muy marcadas me acompañaron de regreso a casa, estaba de nuevo fuerte y bien alimentada, cuando abrí la perilla de mi casa algo extreño había sucedido, no estaban la mayoría de los muebles, recordé que mi madre indico que los cambiaría de sitio para las fiestas de fin de año, suspirando tome asiento en la única mesa que quedaba del comedor, con una vela encendida que ilumiba toda la madera del piso y dejaba otros rincones oscuros, extrañoo me era pensar que de nuevo alli encontraría al cazador, pero jamás aparecio.
Al regresar la mirada al centro de pequeña mesa del comedor encontré una carta, la tome entre mis manos al ver que decia mi nombre al frente del sobre, lo acaricie por un momento y lo abrí temerosa pensando podía tratarse del fantasma... aquello que lei me dejo sin palabras al borde de las lagrímas, arrugue la carta entre mis palidos puños, desconsolada fui a recostarme en el ataud, quién escribio la nota me había condenado al final de mis días -Sí- pensé -Mañana pasará algo V- sentencie en mis adentros esperando que amaneciera para cerrar mis ojos y esperar la noche de la tragedia.