Serenity Boissieu, la asesina

Soy una chica tranquila, como bien indica el significado de mi nombre. Es casi imposible sacarme de mis estribos, pues he aprendido a controlar cada parte de mi ser. Soy una gran asesina, una actriz sin piedad con un corazón frío a la hora de matar. ¿Qué si también soy cruel? Supongo que depende de la víctima, aunque en principio intento que las muertes sean rápidas e imprevistas.

Calculadora y fría, jamás dejaré que nadie me supere. Tengo siempre todo pensado, hasta el más mínimo detalle está en mi mente. Planes que pueden cambiar con cualquier gesto o acción, palabras que me pueden llevar a cambiar drásticamente los planes. Todo está meticulosamente pensado en mi mente y nada puede sorprenderme. Soy, literalmente, letal.

También hay que recalcar, que no es algo que me guste hacer. Aprendí mi profesión en especial para defender a quien quería y alguien tiene que hacerlo, pues pocos tienen la suficiente sangre fría para no hacer preguntas y simplemente clavar un puñal. Pero soy una chica inteligente y jamás intento buscar significados a nada. ¿Por qué? Porque todo el mundo tiene algo bueno por lo que la vida se le puede perdonar. Unos una familia, unos hijos… Otros historias antiguas que les hacen comportarse de manera odiosa. Pero hay algo que la gente no ve, pero yo si, y es que todo el mundo tiene algo bueno en su interior. En el fondo soy comprensiva, pero jamás podré mostrarlo a los demás. Por lo menos no a mis víctimas y contratistas.


Aunque pueda parecer insensible por mi trabajo, realmente todo tiene un doble rasero. Cuando no estoy en una misión soy una chica encantadora que jamás quita la sonrisa de su rostro. Me río con la gente e intento que todos se lo pasen bien conmigo. ¿Qué si es hipócrita por mi parte? Yo creo que no… Una cosa es reírse y otra mostrar que me importan, pues la única persona que realmente merece todos mis respetos es mi padre.

Aunque no lo parezca soy una chica muy familiar. Desde pequeña soy mimosa y siempre he querido llamar su atención de alguna manera, bien es cierto que jamás mostraría algo así con las demás personas, ¿por qué dejar que el mundo vea que soy hasta dulce y tierna? Quiero la felicidad de los que quiero y soy lo que soy para poder defenderlos, pues no podría soportar la perdida de nadie apreciado.

Ni siquiera sabía que me esperaba, ni lo recuerdo si quiera, era bien pequeña cuando el accidente ocurrió. Solo tengo pequeñas imágenes de sonrisas y el recuerdo de unos gritos, gritos de dolor y suplicas de que huyera. Mi siguiente recuerdo fue un rostro, un hombre que me cogió en brazos y me crío, alguien que, desde esos instantes, pasaría a llamar padre.

Los siguientes días fueron confusos pues solo me sentía triste y lloraba por algo que ni recuerdo, pero él siempre estaba conmigo, dándome cariño y un hogar. Realmente llegué a querer muchísimo a ese hombre, era todo para mí y jamás quería separarme de él. Tanto, que incluso le veía matar a menudo. Acabó convirtiéndose en un arte que deseaba aprender. Las armas me fascinaban, en especial el arma blanca. Cualquier tipo de daga, cuchillo o espada quería que formara parte de mi arsenal. Así aprendí a moverme cual asesina. Mi padre me enseñó a moverme en las sombras y por mi cuenta aprendí, poco a poco, el arte del asesinato y espionaje. Había que ser una gran actriz para ello y estaba claro que no se me daba mal.


Paso el tiempo, dándome cuenta de que mi corazón se había endurecido muchísimo, quizá desde la muerte de aquellas personas que ni recuerdo. O quizá porque desde pequeña quise proteger a lo único que me quedaba, no deseaba perder a mi padre por nada del mundo y aunque aparentaba ser duro y fuerte, yo sabía perfectamente que no lo era. Por eso, con él soy una persona diferente, quizá como soy en realidad. Busco sus mimos constantemente, soy su hija y amiga a la vez pues lo que más deseo es que sea feliz a toda costa.


Por otra parte, tengo las dos caras de la moneda. Con la gente normal soy solo una chica divertida, que siempre lleva una sonrisa en el rostro, pero cuando me contratan para un asesinato puede ser cualquier cosa. Juego y muestro cualquier rostro y, en el último momento, solo se ve un puñal en la espalda de mi victima.

Dan igual las razones de los clientes, no importa lo que la gente quiera, pues he comprendido que en el fondo de cada persona hay algo de maldad. Pero, lo que el resto del mundo no ve o no quiere ver, es que dentro de cada persona siempre hay algo más. Algo tan hermoso que es digno de ver pero que nadie muestra, y eso he podido comprobarlo en cada persona. ¿Qué si me gusta mi trabajo? En realidad lo hago solamente por que tengo la sangre fría de hacerlo, no porque quiera, sino porque a alguien le toca.

*Amo la música... Se podría decir que es lo único que consigue domar a la fiera.
* No me importa actuar con compañía, pero nunca más de una persona. Tres son multitud.
* Se actuar perfectamente como una cortesana si eso me permite matar a su víctima, pero en esos casos lo paso un poco, pues me da un poco de miedo mantener relaciones con un hombre.
* Me encantan los animales y soy completamente incapaz de hacerles daño... de hecho quiero un perrito y me lo acabaré comprando en cuanto consiga permiso.
* Todo el mundo tiene un talón de Aquiles y el mío son las personas que quiero. Si las tocan me colapso y no se reaccionar. No podría soportar que ocurriera algo que podría dañarlas.
* Siempre llevo encima varias dagas escondidas. No me gusta salir sin armas pues me siento desprotegida.