El secreto y el silencio los padres de la sospecha. (LE DUE MASCHERE DELLA NOTTE)

Una carta había obligado mi salida repentina y sorpresiva de esta noche, mis manos acariciaban el papel y mis ojos se cerraban a medida que los recuerdos regresaban...
¿Como es posible que la oscuridad y el pasado no superado podían arruinar toda una existencia eterna? ¿Como los errores me estaban cobrando con creces ahora que todo en mi mundo era paz y felicidad?, era verdad... Merlín lo advirtió cuando le vi por última vez, "esa mujer que hoy amas intentará matarte mañana", siempre acertado por algo era la mano derecha de su majestad el Rey Arturo.
Intentaba no darle vueltas al asunto más todo era en vano, suspiros y pasos cortos y lentos daban la señal de que mi cerebro no dejaba de pensar... ¿A donde me dirigía?, ni yo mismo lo sabía, cuando menos me di cuenta estaba a punto de llegar al cementerio de París, de nuevo terminaba allí.
En esta ocasión era verano y no invierno, una estación diferente me daba recibimiento, el silencio perpetuo... las lapidas abandonadas o lujosamente adornadas se hayaban iluminadas por la luz mortecina de la luna.
Era una sombra ataviada con una gabardina oscura, cuan larga como mi estatura... esa sombra se dirigía hacia el centro del lugar.
El mausoleo de un angel implorando piedad y sus ojos abiertos de par en par fue el testigo divino del triangulo amoroso que de nuevo se formo, Stefano y Montserrat, quizás ahora con este nuevo percanse en peligro pudieran estar -Pero sobre todo tú Montserrat- dije en voz alta mientras sostenía la carta -Si fuese el de antes...- suspire agachando la cabeza -Si fuese el de antes... ya hubiera inventado la primera excusa, pero ya ni siquiera me atrevo, ya ni siquiera puedo- vi el cielo y su firmamento -Dime que esto no es cierto- implore al cielo desesperadamente, -¡Por favor dime que no es cierto!, no ahora que todo marchaba viento en popa- gritaba exigiendo respuesta -¿Como quieres que les explique?... ¿Como quieres que les cuente... la verdad de mi pasado? ¿Como les explico que arruine algo más que vidas, sino que fui un monstruo que comio destinos- suspire mientras cerraba los ojos aprentadolos fuertemente -¿Podrás y podrán perdonarme?- casi dije en un susurro, aferre la carta dentro de mi puño quedando en silencio como intentado elevar una oración.

De nuevo en el cementerio... de nuevo en medio de las tumbas y del silencio eterno y perpetuo propio de los muertos.
Era ese lugar que los pasos de Alessandro me había guiado, que fui a buscar la respuesta es más que sencilla: a Montserrat, no era tan fácil pensar que debía compartirla con él, no, no era sencillo y menos cuando ya hubo pasión y lujuría por un momento en la noche anterior.
Como olvidar su cuerpo, su silueta, su piel y sus cabellos tan rizados y suaves que envolvían de perfume el resto de la cama pero.. sobre todo había un sentimiento llamado celos, ¡Sí celos! ¡Eso era lo que tenía! ¿Como era posible que tuviese a Montserrat en cuerpo pero o en mente y alma?...¿Es que acaso no fui yo el primero entre sus brazos? pensaba mientras caminaba con sigilo perdiguiendo sus pasos... seguramente se habían citado, seguramente deseaban estar solos, sin embargo llevaba un papel entre las manos ¿Alguna nota de amor? era demasiado lindo para creer que viniese de Montserrat, detalles como aquellos los peridó con el paso del tiempo.
Largo y tendido rato quedo de pie en frente del mausoleo central del cementerio, decía cosas que no podía entender... todo cuanto de sus labios decía me atrevía a cuestinarlo.
-Asi es que piensas abandonarnos de nuevo- afirme saliendo de mi escondite -¿Ni siquiera nos dirás adiós y veniste a ver si el ángel escuchaba tu oración?, ¡Por favor eso no es de Alessandro Aznavour!- me acerque con pasos siguilosos llegando pocos centimetros detrás de él -¿Acaso se te ablando el corazón?... perdón dejame corregir la cuestión ¿Por quién se te ablando el corazón?- su silencio era el que me contestaba pero yo quería escucharlo de sus propios labios -¿Montserrat se ha entregado a ti?- lo tome por el brazo obligandole a dar la media vuelta -¡Mirame y contestame!... respondeme esta vez no me engañaras, ya no... ¡Confiesa!- le mire en el puño una carta, la misma que había visto desde que le seguí -¿Ella te la dio?, se citaron aqui ¿verdad?, por eso ella no ha vuelto a su casa ni siquiera a la nuestra...- dije resignandome, volviendo a verle con el resentimiento de hace unos meses atrás -Dejame leer- dije amenazante mientras le arrebataba la carta.

No sabía si era dolor lo que sentía en aquellos momentos o el miedo que me hacia estremecer por texto que esa carta contenía, pero algo dentro de mi pecho me molestaba y me estaba matando y todo no era mas que lo que Stefano con sus palabras me hacía sentir.
Esta embrabecido podía casi jurar que estaba celoso, en mi mente no quería pensar nada malo que hubiese pasado entre el y me pequeño querubín pero cada palabra, cada gesto y cada reclamo suyo apuntaba a que mi pensamiento era cierto, mi corazón se había roto en mil pedazos pues yo quería ser el primero que tras easas sabanas blancas le hiciera sentir como la mujer amada que es para mi, con amor envolver su cuerpo con el mío para proporcionarle afecto ya qie de calor carecía, esa fue la pueñalada que me hizo descuidar los movimientos del otro quién ante la desesperación que le estrugaba el alma tomo la carta entre sus manos pensando era de su enamorada...
-¡Tú no leeras absolutamente nada me escuchaste!- reaccione improvisadamente quitandole la nota de sus manos blancas -¿Quién te crees que eres tú para ordenarme y decirme lo que debo o no hacer ante tu presencia ah?- dije molesto, con el ceño completamente fruncido -¿Y si Montserrat la hubiese escrito qué?-le empuje hasta aquel angel que no miraba obligadamente al ser de piedra y no poderse mover -Estoy en todo mi derecho ¿no es así?- lo tome por la barbilla obligandolo a ver la cara esculpida de ese ser de los cielos -¡Es la pareja de los dos no de uno! y fue aquí frente a este ángel donde acordamos tal monstruosidad ¿Ya se te olvido?- deje de forzarlo pero aún lo tenía fuertemente tomado por el cuello de sus ropajes -¡Contestame Stefano!, si quiero verla, si deseo estar a su lado por una noche junto ella en su lecho no podrías negarmelo eso lo pactamos y todos quedamos de acuerdo ¡De acuerdo!, no porque te hayas acostado antes que yo a su lado significa que es tuya ¡Yo la cree como lo hice contigo, el que debería reclamar soy yo ¡Yo por que soy su creador!- lo solte tirandose al piso de rodillas, arrugue el papel en mi puño cerrado y poco despues lo volvi a doblar guardandolo en mi bolsillo, le di la espalda y decidi callar, no decir ni una palabra más.

Alessandro reacciono de una manera tan agresiva que yo no esperaba, siempre se le notaba tranquilo con sus respectivos defectos manipuladores pero al fin cuetas un ser pacifico, podía decir que ambos nos habíamos descuidado tras la reacción del otro, la carta sin siquiera poder leer el membrete me fue arrebatada y ahora así como Alessandro se había encargado de hacerla, muchas letras perdían ya su valor, dificil poder entenderlas y mas cuando se encontaban ya en el bolsillo del saco negro que portaba Alessandro esa noche, un traje que pocas veces usaba, solo cuando se trataba de ocasiones únicas y especiales.
Alli de rodillas en piso bajo ese angel que vigilaba un sepulcro y fue testigo petrificado de lo que había sucedido semanas atrás me repuse de la sorpresa y me puse de nuevo en pie buscando mi defensa -¿Stefano?, para ti recuerdo era Andrea, tu querubin de alas negras, ¿eso si se te olvido con el paso de los siglos?- cuestione algo dolido -Recuerdo esa noche como tambien ¡recordare esta!- me acerque hasta donde el se encnotraba, dando la espalda, sin mirar esos ojos que cada vez más estaban propensos a mostrar las lágrimas -Stefano ¡ja!, que rápido se te paso el capricho conmigo Alessandro- dije con tono presuncioso y derrotado -Lo curioso es que aunque a ella la mae por ti no he dejado adorarte, de recordarte, de anhelarte que por lo menos volvieramos a repetir una noche como esas, y porque no incluyendola a ella pero no yo ya noformo parte de tú mundo y todo porque has encontrado el amor ¿pero te has puesto a pensar que pasará cuando encuetres a alguien mejor que Montserrat, cuando se te pase el capricho disfrazado de afecto...- guarde silencio -Mejor alejate y no la lastimes más porque tu nunca has sabido amar de verdad, en cambio ¡Yo si amo a la creación que hicimos juntos!- negue con la cabeza rápidamente -No soy un tonto Alessandro, recuerdo perfectamente que yo junto a tí la cree y después la educamos, la refinamos, le dimos una vida que nos pertenece ambos, pero el corazón, ese corazón que se esta ablandando de nueva cuenta ¡Dios sabe porque! solo es de uno...- el temor se asomaba en mi voz -¿Que tanto te cuesta decirme si es ella, no los mataré, simplemente son celos y sospechas, solo dimelo y me marchare Alessandro... ¿La esperas?- espere aguardado su respuesta...

Volvio a levantarse pero esta vez con fuerza, con la suficiente para venirme a restregar en cara todo cuanto los dos habíamos pasado juntos hace ya siglos atrás, los dos sabíamos las caras más gentiles del otro pero nunca las del lado opuesto, con certeza tras todo esto sabóamos a que nos enfretabamos y me dí cuenta que Stefano sabía exactamente donde podía herir con facilidad a la gente, a mí sobre todo -Que paradojico ¿no?- comente aun de espaldas -Como tu mismo la has dicho antes nos amabamos de por vida y ahora nos odiamos a muerte- finalmente le volvi a dar la cara a quién tenía el ceño fruncido y con todas las ganas posibles e imaginables de destrozarme en cuerpo y alma -Si dices tener celos, creo que ya han ido demasiado lejos- me fui acercando a un paso muy lento pero amenazante a la vez -¿En que cabeza cabe el hecho de los malditos celos cuando se sabe la pareja es compartida?, o que ¿acaso estas celoso porque no te ha escrito alguna nota?- asenti con la cabeza -¡Ja!, Madura Stefano, usa todos esos siglos para comprender que papel jugamos cada cual en este triangulo, empieza a entender a las mujeres quieres- termine frente a frente pocos eran los centrimetros que nos separaban, muy pocos, las hojas que los arboles desprendían y las flores que aún vivian gracias a la magia del verano casi podía afirmar querian escinderse para no seguir escuchando algo ten vil y pecaminoso como lo que entre los tres estabamos haciendo, nadie queria saber o escuchar lo que iba a decirle -Si, eras Andrea- le cambie la conversación antes de que pudiera reclamar algo de lo que había dicho antes -Y yo era Alessandro, tu mi querubín de alas negras, yo tu dios del olimpo, eramos eso y más cuando compartiamos la cama, cuando entre las sabanas destilabamos amor y deseo, cuando nada más importaba, que aunque llegara otro discipulo al teatro algo teniamos seguro, el amor que profesabamos y la seguridad de tener el lecho seguro cada noche para hacer el amor antes o después de cazar- acaricie timidamente su cabellera larga, lacía y oscura -Y eso lo llevo en un rincón del alma pero... todo ese amor se fue haciendo amargo a medida que tus celos, tus dudas y tus reproches iban creciendo, tu lo amargaste y lo envenenaste y yo al veer que ya no podía hacer deje que la ponzoña terminará com un amor de siglos- tome su barbilla entre mis manos y acaricie suavemente sus mejillas -Antes de que Montserrat llegará a nuestras vidas, los dos seguiamos al lado del otro por compromiso o por temor de no aber que hacer en un mundo donde todo había cambiado, donde todo se moderniza más rapido que dos seres que llevan la antiguedad en la sangre, ya no sentiamoes nada el uno por el otro, pero... llego ella y todo un nuevo universo se abrio para nosotros, lo lamentable es que nos fijamos en la misma mujer y si yo mismo me encargue de separnos de alguién lo aprendi ¿no crees?, ame a otros y a otras antes que a tí pero como a ella ninguno Andrea- me separe finalmente de el soltando su rostro despacio -No tuvimos más remedio que el de llegar a cometer pecado compartiendonos el amor de alguién tan puro como ella, porque ella solo es el pretexto para seguir aferrados el uno al otro, porque aún no tenemos el suficiente valor para salir por esa puerta y continuar nuestro camino solos, la separación después de que Montserrat se fue era algo inebitable que ambos queriamos hacer pero ninguno se animaba a hacer- suspire profundo -¿A donde quiero llegar con to do esto Andrea? quiero llegar a decirte que no llenes con venono todo ese pasodo, que no hagas de aquello un arma para lastiamrme, por que nada lograrás más que aplique el olvido y fingir que nunca te crre, que nunca te coonoci tan intimamente como lo fue, no ensucies lo único sagrado que tuvimos y que ahora tenemos a su lado y teniendo en cuenta que algún día ella quizás se decida por alguno de los dos o por ninguno, abriendote lo ojos para que veas que inconcientemente la utilizamos para arreglar nuestra situación personal pero que llevamos el castigo de amarla durante el proceso- dije serio -El que me escriba una nota debe importarte poco, preocupate por reparar tu falta-.

-Que no envenene los recuerdosm que no los utilicé a mi conveniencia, ¡Mira quién habla!- le quite sus manos de encima -¿Y tu que demonios haces? ¿Eres el dulce y minimo San Francisco de Asis?- camine a paso rapido y amenazante -¿Tu creees que ya se olvido como me separaste de ella? o ¿Acaso ya se te olvido como esos celos enfermisos llegaron hasta el punto de venir en Paris en su busqueda porque a ti se te ocurrio la madnifica idea de mandarla a este rumbo para separarla de mi lado, claro mis celos han llegado demasiado lejos- dije mofandome de cuanto había dicho ese desdichado en su defensa, cuanta rabua me dio, los puños se cerraban y se abrín y los ojos comenzaban a cambiar su color por uno completamente oscuro, sentía transpirar en frío aunque la sensación fuese solo producto del impulso que contenía, puesto qwue resultaba que ante sus ojos yo era el malo de la historia ¡Bendita suerte la mía -¿Yo no sabía que Montserrat era solo un pretexto para ti, una forma rápida y sencilla de separme de tí pero si no es mucha la molestía dime- asentía con fuerza - ¿Porque yo sigo sintiendo algo por tí.... porque simplemente no ves que mi amor aún no muere por ti Alessandro, porque terminas hiriendome así?- lo tome de la barbilla como el lo hizo conmigo minutos antes -Te voy a confesar que...- acaricie lentamente sus mejillas con mis pulgares con tanta ternura que no podía ya contener -Que cuando a mi lado estas- porseguí- recuerdo los besos que me brindabas, pero al mirarme así, me repudias a mí y la amas a ella ¿Porque será?- negue con la cabeza -Con cariño y después con desprecio me pagas mi vida has olvidado el viejo amor... lo sé- puse la mao en mi pecho con el puño cerrado -En tu mirada veo la triste soledad a la que me condenas hoy, ¿Porque no me olvidas de una vez ya y acabas con mi penar, no es justo segir viviendo, amando así- suspire profundo, tomandolo por su hombros, estrujandolo con fuerza, tratando inutilmente de contener las lágrimas -Intento volverte a dar amor para que olvides, pero si eso no es suficiente, te dejo libre...- lo mire profundamente y tendido el tiempo -Pero si te vas llevate el desprcio y dejame el cariño que más de dos siglos te dí- conteste resignado -Porque para mi esto no se a muerto y tu te has empeñado en que se muera, porque a si lo necesitas, de acuerdo a tu conveniencia, quieres el camino libre para quedarte con ella, si así lo quieres está bien, pero yo sobreviviré al dolor y con ella me he de quedar, por que estoy seguro de que me eligiría a mí, porque me ama como yo la amo- dije sollozando -para mi ni tu has sido un herror, ni ella una maldición, ni este amor de tras ha sido vergonsozo al contrrio ha sido lo único bueno que he poseído en esta condenada existencia-.

Cada palabra que me refutaba, cada reclamo que me decía me provocaba una herida más grande de lo que el se imaginaba y de lo que yo supuse, nunca pensé que alguién como él llegaría a sentir dolor por mí...
Refelexione por instantes, quede en silencio escuchando con tanta atención como podía tenerla, teniendo sus manos en mi cara, tomando mis mejillas acariciandolas como antes solia hacerlo por las noches cuando nosveíamos al salir de la ataud y cuando ella llego a muestras vidas esa caricias eran más intensas entre los tres, de solo acordarme me puse a reir de que tan feliz eramos en ese entonces, al escucharlo soñozar de esa manera tan peculiar toda sonrisa se borro de mi rostro y más cuando decía que me dejaba en libertad, eso fue algo que mi mente no pudo tolerar, al grado de dictarme el impulso de abarazarlo fuertemente -Perdoname- le susrre al oido tiernamente -Esto solo dije por venganza, jamás fue mi intesion exigirte mi libertad, me deje llevar por mis impulsos que edespertaron tus imprudencias y lo que lograste abrir en mi corazón y ahora.. todo empeoró en afán de reclamar solo logré que mi corazón terminara por sangrar al esuchar tus sollozos- acarice su pelo largo como solía hacerlo cuando veíamos las estrellas en aquel balcón junto con Montserrrat, a ambos me gustaba acariciarles el cabello, sentirlo en mis manos para finalmentr besarlos en su frente -Tu mejor que nadie sabes cuanto me cuesta demostrar mis sentimientos - guarde silencio -Yo no me iré y no porque tu me lo pidas... yo te quiero, no te desprecio te llrvas mi cariño si te vas pero nunca algún despreció-, Yo no quiero ser de los que dicen te recuerdo. pero lo soy muy en el fondo, yo no soy de los que lloran por tu ausencia pero soy puesto que lllorando me he quedado dormido en mi ataud- suspiré cortamente - Y no me da verguenza reiterar que te quiero por que ese amor tsn grande, donde quiera que tu vayas te seguirá a tí-Sonrei -Pero si insistes en irte la puerta esta abierta, no soy quién para retenerte, si ella decide marcharse contigo aceptaré mi drrota pero solo queiro que sepas que cuando estes con ella me verár reir a mi yo se sí y oiras de sus labios palabras que yo siempre te decía a ti yo se que sí y si un día regresas con ella, no tardes vida mía y dejame enseñarte que si alguién los ha querido y por siempre los ha de amar ese soy yo- asenti lentamente con la cabeza -Ese hombre soy yo... lo soy- le solte, dejando de susurrarle al oido mirandole fijamente breves intantes como el me había visto -Y todo sañio por una carta de la que jamás hablaré- tome el papel ropiendolo en pedazos -Soy un hombre lleno de secretos que van más allá de tu comprensión, mi querido Andrea- lo deje soltar al aire y el de inmediato trato de armar para ver cuanto decia -Esa nota no es de Montserrat y no debe competerte a tí... no imterfiere con mimguno de los tres pero no por ello significa que estamos fuera de peligro- decia mientras veía al cielo estrellado con las nubes que en sus formas anunciaba que el frío se aproximaba, le vi disimuladamente y emepece a caminar rumbo a la salida del campo Santo, el éxclamo haciendo que detuviera mi paso.

Decidió de la nada romper la carta después de las emotivas palabras, de esos abrazos y de esos susurros que desgraciadamente me ilusionaron, me hizo confiar y termino por herirme más, tenía razón venía a reclamar algo que mis celos muy en el fondo me provocaban pero ahora era una ruptura entre èl y yo -Y te vas dejandome así- alcace a gritarle mientras él ya de apoco se marcharba -Dices amarme y me dejas el camino libre ¡Dime si de algo sirvio todo lo que me dijiste! o es que- asentí - ¿Acaso no fue tan facil deshacerse de mí de la manera más rápida que conoces?, la manipulacion no te funciono pero mejor te parecio jugar con los sentimientos míos... poco me interesan tus secretos y si estamos o no en peligro esto se ha desviado de aquello a lo que venía aclarar, dejemos a Montserrat por unos momentos y discutamos lo nuestro- suspire profundo -Pero no te separaras tan fácil de mí y no por capricho sino porque aún te amo- lo alcancé hacia esa pequeñisima tumba donde se detuvo para escuharme -Me humillo si es eso lo que deseas- me acerque a su espalda tomandole por los hombros -No te vayas- me acerque a su oido derecho para susurrarle - porque sin tus caricias ¿Para que la vida, para que respirar?- le voltee a la fuerza para que me viera fijamente -si bien sabes que con solo poco yo me vuelvo loco con lo que aunque sea falso me das, soy un ciego, vivo de busquedas, pero si me tocas soy feliz de más -cerre los ojos adoloridos -Si quieres ahora porque no te vayas me convierto en nada para no estorbar- negue con la cabeza, viendolo sincero -No hagas caso si te juzgo como malo, pero cortame las alas negras, no quiero volar- comencé a sollozar de nueva cuenta -Seré lo que m pidas pero junto a tì.. pero si decides marcharte sin mi, que es esa la realidad, que en esta noche negra la más negra de mi existencia me convierta en piedra para no sentir- lo solte finalmente agachando la cabeza en una pose de alguién que ha sido derrotado -Solo te pido se sincero conmigo y dime de una vez, pero más ya no mientas- le rogue con esa voz quebrada que reflejaba el estado de lo que aún me quedaba de alma.

¿A quién podía engañar?, por lo visto ael ya no más, habá quedado en ridiculo pero no era tan fácil venir y decir "Ya no te amo" a una persona que ha entregado siglos de su vida a ti, que con él has copartido dolores del alma y alegrías que nos hacen de debes en cuando la existencia más que amena, me era dificil tener que decirselo, me era complicado darle expicaciones pero aún más tener que decirselo cara a cara.. quizás ese amor que me rogaba quedarme con él, que me exigía cortarle las alas era el que le impedia ver la verdad, que todo se había roto, que ya por más que decidieramos intentarlo de nuevo ya no funcionaría -Se que nos desviamos de lo que venías a decir pero.. sino era ahora ¿Cuando?- le dije ya viendolo tratando que el me mirara con esos ojos que alguna vez me enamoraron -Ni nosotros ni el amor es eterno- asentí serio -Esto ha muerto mucho antes de que ella llegará has nosotros, pero no quieres aceptarlo Andrea- lo tome por su barbilla delicadamente, de tal modo que pudiera contemplar mis ojos sinceros -De ese tiempo acà no todo ha ido muy bien, ya empiezan a faltarno las palabras, que nos demos más amor y caricias con pasíon, miradas largas- suspire -No todo va como años antes fue lo sé, perdoname que insista con lo mismo pero es que tu y yo hemos credo un gran abismo porque tu amor y el mío ya no se llevan bien- negue con el dedo indice -No quiero hacer triste este charla, solo quiero evitar ser yo después el que tenga que decir que lástima, nuestro amor ha muerto -Le brinde carricias intentando consolarle -Solo nos quedará el dolor en el alma, ya nada podemos hacer, solo esta noche tenemos que entender que pudimos haber hecho más y ver que hoy ya no nos queda más amor para dar, por lo menos yo ya no hacía tí- suspiré profundamente -Lo siento, pero he sido sincero como tu me lo has pedido, intente no ser tan duro contigo- me disculpe poniendole la mano en su hombro, con la mirada afligida.

Habia pedido que fuera sincero y en efecto lo fue pero de ninnguna manera podía aceptar que todo eso estaba ocurriendo desde hace siglos atrás ¿Cuando y como sucedio? no lo sabía con exactitud, eran tanta las preguntas que me asaltaban en aquellos momentos que con gran difixultad lograba verle directo y sin vacilación alguna a los ojos.
Era lógico que el instino me dijera a palabras necias a creer en algo que yo no podía ni debía acpetar, si bien era cierto que el amor y nosotros mismos no son eternnos, yo no merecía que me dieran una patada como a un perro despúes de que le entregué el que era y lo que soy hoy por amor... siglos y siglos de historia compartida como deshecharlo derepente, como olvidarlo pero además de nosotros había otro culpable que me dicto que todo ese encanto estaría alli para siempre, era la ilusión, esa vil y despiadada mjujer que me envolvio desde el primer momento en que vi a Alesandro en Venecia - Te baje las estrellas, quizás ese fue mi error, te ofrecí cada día y esas frías y eternas noches el alma y el corazón y tu simplemente me dices adiós ¿Acaso no te ha bastado? ¡No ha sido suficiente!- exclame dejando de lado la discreción -Ya no quieres quererme como te quiero yo- le mire directo a sus ojos que no denotaban sentimiento alguno -Te alejas de mi vida de un solo golpe, pensar que te ibas sin decirme adiós, eso me rompe la sonrisa y lo que ahora me dices rompe las iluciones, el alma y el corazón, te di todo lo que soy, todo mi amor y para ti después de siglos no ha sido suficiente- le dej para avanzar unos pasos lejos de él -Esto ya no cabe en mi pecho, siento que me cala los huesos, que se ahoga en este mar que me has provocado de dolor, ¡Que me quema la carne y me hace hervir lo poco que llevo de sangre en mis venas!- dije dandolela espalda -¡Que me esta partiendo en dos el corazón- suspire djando de lado la lagrima y los sollozos -¿que voy a hacer sin tú amor?- le cuestione -¿Que voy con mi amor?- acaricie esa fina escultura del ángel guardían aferrandome a él, recondando lo que una vez viví junto a Alessandro.

-¿Que más quieres que te diga?- le cuestione mientras le veía recargado en aquella lápida hostentosa, con ese enorme ángel que había sido el testigo de todo esto desde que una historia se escribía en París junto a Montserrt, pues fue aquí donde ambos nos declaramos que lo intentariamos juntos como una familia pero he aquí de nuevo, nosotros dos únicamente con el resultado fallido, estabamos hiriendonos y penando por lo que era inevitable negar -Me dijiste que no te mintiera y eso es lo que he hecho, tu amor ha sido suficiente y me ha sanado muchas heridas pero todo tiene un final... disculpame- dije resignado -Pero ya no puedo callar que también tus errores me tienen cansado, porque en nuestras vidas unidas ya todo ha pasado, porque ya no me das ni un poco de ti hasta ahora- dirigi mi mirada hacia otro lado -Porque con tus besos ya no siento dulsura, porque tus celos, tus reproches y esto que me hiciste hoy al trata de saber que decía esa cart que ahora esta en suelo rota me han dado amargura, porque no vivimos lo mismo de ayer- cerre mis ojos, apretando los parpados de la pena que me causaba decir la verdad -No, porque ya no extraño como antes la ausencia de cuerpo en mi lecho, en mis sabanas, en mis brazos, sobre mi cuerpo, porque ya disfruto aún sintu presencia, ya no queda en mi más de tu escencia del ayer- cerraba los puños aún sin atreverme a verle -Aunque me jurarás que mucho has cambiado o que mucho me sigues amando para mí lo nuestro esta terminado, no me pidas nunca que vuelva jamás- abrí los ojos y los sentidos volvieron de nueva cuenta para poder escuchar el profundo silencio que habito por unos momentos ese lugar que se supone debería estar en santa paz y profunda calma.

Al el le era tan sencillo decir todo lo que decía que tal parecía que no se acongojaba en lo más minimo, si bien yo tuve la culpa popr haberle orillado a que fuese directo conmigo nunca pensé que me podría dar una pañulada tan profunda como la que ahora atravesa mi espiritú, estaba sangrando casi agonizaba y él ni siquiera se detenía, nunca me imagine que fuera tan capaz, y me preguntaba si quizás fui para él un capricho o si realmente en esos siglos llego a sentirse inmensamente feliz.
-Tu ya lo has asimilado largo tiempo y para ti es mucho más facil decirlo, es mucho más fácil explicarlo, ¡Simplemente yo no puedo aceptar el horror que me dices!- me acerque de a poco a él -Como pretendes que acepte de buenas a primeras que tú, el hombre al que le di cuanto era como humano, cuanto fui como condenado le haya fallado de semejante forma... ¡Doscientos siglos Alessandro, esto debe ser un error o una manipulación tuya que en ti no es nada raro!- asentí -¿Quieres quedarte con ella no es cierto? pero tiene mucho miedo de lo que pueda sentir por mí- chasque los dedos -Tienes pavor porque cuando decidiste separnos ella me había besado a mí primero y ahora ¡Que ha sido mía!, ¡Que yo he sido el primero en su vida!, sabes que tengo más cderecho sobre ella y tu claro.... como maldito soldado antiguo que eres sabes donde y como herir y lástimar a la gente, sabes que si me detengo de esta lápida es porque con lo que me dices agonizó y más adrede lo haces...- puse una expresión de melancolía en el rostro -Pero...- tome una pausa con voz debil -Si es cierto todo cuanto me dices, mis errores y tu desamor hacía mi ¿como pudiste olvidarlo de la noche a la mañana? ¿Como no te duele ahora? ¿Porque no te acongojas?- pregunte sin siquiera separame de la escultura pues sentia como mis piernas temblaban y todo el lugar me daba vueltas, hace tiempo que no me sentía tan nervioso...tan triste... tan enfermo -Yo no sé porque entonces no puedo olvidar lo que fue, no sé resignarme a esa realidad en la que ya no confio si es verdad o solo una vil mentira para quedarte con tu nuevo capricho, no puedo aceptar el hecho de que quizás no te vuelva a ver- supire tan profundo que cualquiera juraría que ese era mi último respiro -Ya lo ves, te ame con cada rincón de mi ser, te di lo mejor de mi vida, mis sueños y mi fe que tu mismo me enseñaste a forjar, que tu mismo sembraste en este ser que solo te pertenece a tí, pero no sé tal vez si te llevo por dentro será la forma de hallarle paz a mi soledad, ahora se que amar sin medir es un error, pero es imposible lograr que ahora entienda mi corazón- corrí impulsivamente hasta donde le se encontraba -¡Ayudame,, enseñame entonces a olvidarte porque te has quedado clavado en mi pecho!- exclamé fuertemente no importaba si le lastimaba o no pero de igual forma le tome por las orillas de su saco, aferrandome a él fuertemente -¡Auxiliame y dime como arranco tus besos de mi piel!- le agitaba con fuerza -¡Que parte no entiendes de que eres tu mi obseción, mi tormento y ya nada puede borrarte de mi meoria y mi ser, volvería a dar mi vida por tenerte otra vez- de a poco deje que mis rodillas se doblarán como tanto querían -Yo no se olvidar- me aferre a las piernas de sus pantalones de elegante y brillante tela -Yo no se olvidar como lo has hecho tú- termine de rodillas en el piso, contemplandole desde ahí su hermosa faz que no denotaba sensación alguna.

-Lamento el daño que te estoy haciendo en estos momentos Stefano- dije mientras lo veía de rodillas aferrándose a mis piernas que en vez de temblar como antes solían hacerlo al verlo de esa manera ahora estaban firmes y rígidas -No era mi intención provocarte tanto mal, pero esto no es de ahora o hace seis meses, esto lleva más de lo que puedo recordar, es por eso que no me es difícil hablarlo y además si algo de lo anterior es cierto soy un hombre que no demuestra ni un solo sentimiento- mantenía mi mirada hacía el frente sin siquiera poder vele a lo ojos como él esperaba -Pero también yo he cometido tantas errores que son difícil de enumerarlos pero muy difícil de olvidar cada uno, mis mentiras, mi celos también, la manipulación y centenares de cosas que hice en su momento por los dos- sentí como el poco viento soplaba con fuerza acariciaba mi cara y me daba el valor y el consuelo, me impulsaba a decir lo siguiente -Te he reprochado tus errores pero tú tan bien has hecho notar los míos y si este amor se ha muerto es por la culpa de los dos-pase saliva rápidamente -Son los golpes del destino Andrea, la sospecha y el silencio son los padres de la sospecha, esos mismos son los que han terminado contigo y conmigo, son... los golpes del destino, que ni siquiera nosotros los condenados podemos escapar de ellos- quede en silencio unos cuantos segundos, cerré los ojos y mi corazón empezó a dictarme el adiós definitivo -Este es el momento propicio para terminar, no podemos continuar porque esto ya es costumbre, por más que tú me digas y me jures muy en el fondo sabes que lo digo es cierto- baje la cabeza -Yo también lo supe y fue difícil aceptar lo que dicta el corazón y también la razón solo puedo decirte...- tome aliento -Que no es por Montserrat o por un capricho es ese abismo el que no separa ahora, y nadie más es culpable que no seamos nosotros dos- vi las estrellas, tan hermosas y diminutas que se ocultaban juguetonas entre las nubes que pasaban y regresaban, que eran empujadas por el viento -Te deseo Buen viaje- suspire casi dolorosamente -No merece la pena de llorar porque te vas o porque yo me voy- dirigí de nuevo mi mirada al frente viendo como el soldado que había descrito Stefano hace unos minutos -Si ella te quiere como lo has jurado por ser el primero en todo, seguro te esperara y no tendrás porque sentir soledad o dolor, de mi parte le si eso resulta ser le darás flores, esas rosas de castilla que tanto le fascinan, esas que crecen en mi jardín- me encogí de hombros -No los odio, no te desprecio por lo que han hecho, por lo que me has confesado que se te ha entregado ¿Para qué o porque debería de enojarme?- dije resignado -Casi ya no tiemblo por verte, pero no por ello y cuanta dureza exprese hacía ti no significa que no desee que seas a su lado feliz, pues me he dado cuenta que sufre por ti y también fíjate me ha venido a contar que tú con ella te quieres casar- asentí con una sonrisa fingida y adolorida -Por eso es que te dejo en libertad además de todo, es verdad que ya no te amo pero no puedes cumplir tus metas si conmigo sigues y yo no podría luchar como caballero por el amor de una dama-seguí asintiendo pasando de a poco saliva rápidamente -Es por eso que te digo adiós y buen viaje, tu cariño por mi olvídalo, aunque sé que la quieres y la vas a besar, nada temas pues no voy a llorar si acepto la derrota- confirme decidido -Buen viaje, porque la luna brillara más sin mí, no me vuelvo atrás de este paso que doy, buen viaje te deseo pero te advierto que por ella contigo no volveré jamás- finalmente me digne a verle a la cara, me agache para levantarlo, ya una vez de pie acaricie sus cabellos negros como la noche, después recorrí sus mejillas sin color, limpie sus lagrimas con mis dedos -Hasta siempre Andrea, jamás te he de olvidar, tenlo por seguro, pero ahora solo mi mundo se confortará con Montserrat y la ganaré por las buenas como todo caballero, si la ganas me iré de París, dejándolos ser felices- sonreí -Para que veas que no soy nada rencoroso te informo que mañana nuestro ángel dará el concierto más importante de su vida en el teatro de París, cantará una de las obras más escandalizadas por los parisinos "Don Juan Triunfante" ella espera que estemos mañana en la noche para festejar su éxito, ya buscaremos la manera de decirle esta situación- convencido le invite -Hasta mañana, nos vemos en el famoso "Teatro de la tragedia"-puesto que así le nombraban todos lo parisinos debido a las leyendas que se contaban sobre ese fantasma que asesinaba por diversión o por que no le gustaba el manejo de lo que el consideraba su teatro, di media vuelta y sin darle oportunidad a responder me aleje por entre las tumbas, a paso lento tanto que de a poco desaparecí en la oscuridad de la noche.

Me deje levantar por él, deje que sus manos me tomaran por los brazos, y que finalmente pudiera ver esa mirda inexpresiva, sin dolor, sin vida, tan firme como en más de ua ocasión la vi, sabía que él era así después de todo era un soldado de la mesa redonda y un ayudante y aprendiz de Merlín, ellos le habían enseñado a comportarse como minutos antes fue, tan reservado y frío que decia las cosas sin importar mucho si heria o no, segía sin poder creer todo lo que confeso, aún de pie negaba con la cabeza y dejaba que mis cabellos negros se alborotoban mientras en vano negaba en silencio, mientras me deseaba buen viaje, mietras me decía que ahora solo Montserrat ocupaba mi lugar, lo peor es que no podía matarla por que yo también la amaba y había sacrificado y dado muchas cosas por tenerla conmigo y entre mis brazos en el hotel Des Arenes y estaba seguro que ella también y que no era fácil para ella seguir fingiendo ser humana ante sus padres, no era tan fácil que dos hombres la amaran a la par, no iba ser sencillo de aceptar la separación que Alessandro quería porque de inmediato ella resentería el peso de la culpa, pero él no lo ha pensado solo sigue siendo él y nadie más que él después de todo como siempre.
Cuando reflexione aquello sin darme cuenta el se marchaba, sin dar tiempo a que pudieraq decirle algo, sin que pudiera refiutarle o por lo menos aferrarme o más viable desquitarme, cuando vi hacia el horizonte el desaparecia en medio del cendero que a diario paseaba la muerte cuando erna traidos los restos de su trabajo o los de nosotros que eramos sus compañeros de ese sucio trabajo diario, sí, sucio, pues ahora me daba repugnancia lo que tenía que hacer para vivir y lo que yo era y soy hoy en día por una persona que me pago mal las cuentas, en medio de la oscuridad al finl de ese sendero desaparecio entre las sombras, por un momento pense que había sido un sueño pero la herida en el alma sangraba y dolía, nada de aqeul terrible incidente fue solo una ilusión producida por mi imaginación.
Volvi a tambalearme al caminar y me aferre de nuevo a ese ángel de mirada piadosa que sentía me veía.... pero se abstenía de abrazarme por ser un pecaminoso y manchado condenado, suspire viendo las misma estrellas que el vio unos momentos antes en ese cielo azul de toques lilas y morados, sin más las lágrimas salieron de su prisión, resvalandose por mis mejillas marmoleadas, allí quede llorando entree tumbas, recuerdos y plegarias, disfurtando de ese silencio eterno -¿Porque no te bese en alma cuando a un podía?,¿Porque no cuide de tu vida cuando la tenía?¿porque jamás me di cuenta del daño que te hacía?- pregunte al aire -¿Como es que no me fije que siglos antes ya a mi lado no sonteías y que cuando apagabamos las luces de las velas ni un te amo me decías? ¿Que ese amor por mi se te acabo y que yo ya ni te dolía, que ya ni siquiera me sentías?- me aferraba más a la piedra de la lápida, con mis palmas bien abiertas abarcando las faldas del vestido de ese ángel de piedra -¿Porque no te llene de mi cuando aún habia tiempo? ¿Porque no pude comprender lo hasta aohra entiendo y veo? ¿Que eras mucho mí y que yo estaba ciego? te deje para luego este maldito ego, dude de tu amor en muchas ocasiones estos malditos celos- baje la cabeza viendo si el piso o alguién me daba respuestas pero nada me dijo ni siquiera que no perdiera el impetú y que luchara hasta el final, tan solo ahí seguía la carta hecha pedazos -Muchos momentos se han ido para siemre, me resigne a no verte casi un siglo desde entonces me encerre en mi mundo sin que pudieras denerme, y cuando al fin regreso de esa tierra plagada de engaños, dudas y celos ya te había perdido para siempre y quisé detenerte pero esta noche ya veías diferente- suspire profundo con las lágrimas aún jugueteando en mis mejillas -Te he perdido para siempre- dije resignado, entonces dos sombras aparecieron detrás de la escultura, una gitana de nombre Cynder y un mago completamente loco que se me presento como Zeus Di Lyon, ellos escucharon todo y fue imposible no escuchar sus palabras y el intercambio de ellas que tuve con esos dos extraños que me decían un sin fin de cosas de Alessandro y.... de Montserrat haciendome dudar de su fidelidad, los celos y la furia desmedida volvieron a apoderarse de mí ¿Esto ya estaba planeado, se fugarían Alessandro y ella después de la obra de teatro para vivir felices juntos sin mi estorbandoles en el camino?, para eso entonces me había citado en el teatro, para que pudiese despedirme sin que de verdad supiera sus intenciones, asenti con la cabeza aceptando el trato que me proponían -Mañana en el teatro les daré a Alessandro en sus manos, moneda por moneda, traición por traición asi saldará su cuenta conmigo, ¡que sufra el desgraciado!- hable entre dientes viendo la carta que ellos aseguraron entre lineas se leía el plan de su fuga -¡Que Alessandro aprenda que yo también se jugar tan sucio como él! y ¡Montserrat!... ella se condenara para siempre con mi presencia noche tras noche, siglo tras siglo... ¡Hasta que aprenda a amarme! ¡Hasta que sea el único en su cabeza mientras hacemos el amor!- guarde silencio -¡Es una promesa!, para ambos mañana por la noche si será el teatro de la tragedia- jure con el puño cerrado, para despues darles mi palabra con la mano abierta, llendome con ellos e igual que el mladito Alessandro desaparecí en medio de muertos, desapareciendo entre las sombras al final del camino.