Mathieu Treguier - Sin terminar

| Raza: Brujo | Habilidades: Hechiceria, Ilusión, Empatía | Edad: 18 años | Sexo: Masculino | Lugar de nacimiento: París | Nacionalidad: Frances | Clase social: Media | Sexualidad: Bisexual

Spoiler:

El mundo es difícil de entender, y más cuando te toman como hijo del diablo, cuando das todo por ellos y lo que recibes es odio y una tanda de cazadores buscándote para matarte… es complicado saber si realmente quieres seguir viviendo en un mundo así, en una ciudad llena de gente que te odia o te ve como algo que no debería de existir… cuando eres un simple humano, aunque supiste desarrollar habilidades que ellos no.
Por tener una vida diferente.
Tras una mirada dulce, siempre se oculta lo peor, ese odio que ni haciendo justicia por mano propia podrías calmar, como una fiera con hambre, se ocultan tras esa mirada dulce y tierna, no es que lo demuestre, pero cuando se siente, se siente.
No es que todo el mundo tenga la culpa de esto, pero el hombre, el marido de María le hacía despertar este resentimiento, no entendía que mal le había hecho como para que quisieran matarlo.
Aun así trataba de ser dulce, cariñoso, con la gente, no tenía que desquitarse con todo el mundo por solo un hombre, la mirada dulce y los rasgos de niño lograban ocultar con facilidad toda aquella basura que llevaba dentro.
Aunque tratara de ser dulce y cariñoso, tenía que ser fuerte y de carácter frió en parte con desconocidos, no podía permitirse estar a merced de un cazador y terminar muerto por simplemente ser bueno con la gente.
Le encanta el calor del fuego en invierno, así como en verano caminar por la sombra que le proporciona el bosque, es bastante solitario para su edad y le encanta pasarse horas en los claros que están formados en el mismo para observar animales y practicar la magia.
Siempre soñó con tener un caballo, eran animales que le encantaban, y verlos le traía sentimientos de libertad.
Cuando hablamos del tema creencia, simplemente no opina, si existe alguien duda de que pueda creer en quien no le ayuda en su vida, tal vez agradezca el estar vivo luego de tantos incidentes con la hechicería, pero por su familia y su vida… no.
Al igual que los que dicen gobernar el país, esos son como Dios, se llevan el mérito por cosas que no hacen ellos. Cuando las cosas salen bien, son por obra y gracia de ellos, y cuando las cosas salen mal son obra del diablo y sus hijos.
Sexualmente, es abierto totalmente, acepta en su vida tanto mujeres como hombres, algo es claro, los dos dan placer y los dos son personas humanas y a las cuales se pueden amar por igual, así que realmente no importa.
Familia, el único al que ama y daría la vida por él es su padre, Arthur, el viejo brujo que le da hasta lo que no puede es su apoyo y su guía, aunque desea encontrar otra persona, alguien con quien compartir su vida, una compañero de vida, así sea mujer o sea hombre, le da igual, pero necesita el amor que su padre no le puede dar, necesita el amor de una pareja… así como necesita alguien en la cama.
Tiene una única mascota, una gata negra, “dame” en francés, o dama en español, con ella va hacía todos lados, solo la deja en casa cuando va a la ciudad.
Trabajador, dedicado y sincero, son otras tres cosas que lo definen bastante bien, es algo desconfiado pero cuando entra en confianza con la persona, se desvive por alegrarla y hacerla feliz.
Aunque tiene sus errores, trata de arreglarlos, como en la hechicería cada tanto tiene sus problemas y sale herido por hacer las cosas mal, sigue practicando sin darse por vencido para lograr que las cosas triunfen y salga el resultado que espera.







Me catalogan de hijo del diablo, y ponen a Dios como lo bueno. Me tildan de oscuridad, mientras ellos son la luz, y tal vez… no se equivoquen.

“Bastardo” solo se escuchó en la sala de parto cuando él pequeño nació, un hombre arrinconado en una esquina miraba la situación con semblante de una persona la cual se sentía culpable, la mujer que acababa de dar a luz lloraba sin querer tomar al niño y el otro protagonista solo decía una y otra vez..

-Bastardo, es solo una molestia, desháganse de esa creación del diablo-

Un hombre moreno, que lucía un traje muy prolijamente arreglado era quien decía estas cosas del pequeño que lloraba en brazos de una mujer que ayudo a dar a luz a la madre, aquel era el marido, el… padrastro del pequeño.

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10 meses atrás.


María, caminaba por las calles de parís buscando una tienda en la cual comprar un vestido bonito además de lencería para su amante, su esposo estaba de viaje por España en busca de negocios, era un hombre rico al cual no le importaría que su mujer comprara aún más cosas de las que tenía.
Aquella mujer, en ese tiempo solía aburrirse y pasear por las calles de parís, su familia también era adinerada y no dudaba de que su marido siguiera con ella por esa razón, por lo cual no había tardado en el primer momento en que se había quedado sola de hacerse con un amante, un brujo que había conocido cuando compraba manzanas en un mercado, le había atraído desde el primer momento, tal vez por los poderes de aquel brujo o no, pero aun así se había convertido en su amante cuando estaba sola.
En enero de 1781, cometieron un error, María quedaría embarazada de aquel brujo en ese viaje del marido, un hijo bastardo fuera del matrimonió, tendría lugar a nacer dentro de la familia, aunque el pequeño no tuviera suerte y fuera abandonado.
En marzo, ya avanzado dos meses el embarazo el de María el esposo apareció en la casa, con unos cuantos papiros de tratos con grandes negocios, al llegar simplemente miro a su mujer y le pregunto si había engordado, le parecía raro verla con vestidos tan grandes cuando ella usaba cosas ajustadas.

Los meses siguieron pasando y su condición ya no pudo ser ocultada tras las capas de tela que tenían aquellos vestidos holgados, el marido sabiendo que no era suyo no resistió la ira y no hacía más que maltratarla, usarla de empleada y golpearla por las noches mientras tenían relaciones sexuales.
María era una mujer fuerte, por lo que el pequeño no tuvo problemas y ya tan avanzado su embarazo no lo perdió, el hombre le dijo que le trajera el hombre responsable, que él y solamente él se haría cargo de esa bestialidad.

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El parto pequeño había resultado sin dificultades, una mujer le había ayudado a María a tenerlo y darle los primeros cuidados, el brujo sentado en una esquina fue quien cargo al pequeño y salió casi corriendo de aquella habitación en la cual solo se escuchaban gritos de un hombre enfurecido.
Logro escapar casi por milagro, el hombre había dado la orden de matar al pequeño a sangre fría, pero en un descuido el brujo lo había tomado en brazos y echado a correr lejos de aquella casa, minutos antes de eso había ideado el plan de escape y gracias a que el marido de María no había querido que nadie estuviera presente mientras la mujer daba a luz, el escape le había salido bien.
Por suerte aquel brujo tenía una buena posición económica y podría brindarle un buen hogar al pequeño y a él, ahora sería una familia, sin madre pero serían una familia y lucharían juntos contra viento y marea.
Mathieu Treguier, se llamaría el pequeño, algo rubio y blanco, seguramente lo había heredado de la mujer quien lo tuvo y los rasgos de su padre.
No tiene mucho que mencionar de su vida como niño, su padre Arthur le enseño todo lo posible, cada uno de los hechizos y pociones que conocía así como defensa personal y algo de cultura general tanto como matemáticas, era importante saberlo para saber algunas cosas.
Siempre lo protegió aunque este era travieso y solía escaparse en busca de aventuras por el bosque, muchas veces practicando hechizos… en los cuales algunos salían mal… No era que siempre volviera sano a casa.
Creció siempre bajo la protección de su padre, lo cuidaba como si fuera de cristal, pero aun así los golpes que recibió emocionalmente fueron fuertes, Arthur no pudo ocultarle al pequeño que su madre había sido una aventura para él, que ella tenía marido y era un bastardo. Tal vez eso fue un error para el hombre habérselo dicho, pero el pequeño tarde o temprano lo averiguaría.
El bosque era un lugar solitario como para vivir y más un niño, pero no tenía otra posibilidad considerando que él era el hijo “del diablo”.
Además de esto, el esposo de María no había dejado de pagar a cazadores para que terminaran con su vida, aquel hombre esposo de la mujer, no se olvidaba de la molestia que le había causado aquel chicuelo, había jurado venganza, y en cuanto matara al pequeño seguiría por su progenitor… el brujo.
Creció alejado de la ciudad, iba muy pocas veces cuando Arthur iba al mercado de las afueras de la ciudad para comprar principalmente fruta, este trabajaba con un hombre que tenía tierras, y ganaba bastante bien, por lo cual el dinero no fue de mucho problema.
María, cada mes enviaba con mensajeros dinero para el pequeño, ropa y algunos juguetes, a escondidas de su esposo, ya que si este se enteraba la mataría a ella también por seguir traicionándolo. Al brujo le aliviaba mucho esta ayuda, y aunque Mathieu detestara a la mujer, aun el brujo la seguía perdonando.
Creció sin mayores problemas, se encontró dos o tres veces con cazadores pero para su fortuna conocía el bosque y pudo escapar, la primera vez inexperto recibió una herida en su pierna, pero la segunda logro escapar sin complicaciones escondiéndose en la copa de un gran árbol.
A la edad de 16 años, comenzó a viajar hacía la ciudad, ya no tenía problemas y adoraba acompañar a su padre, él había sido un gran apoyo emocional.
Consiguió una pequeña gata negra, que desde ese día sería su amiga, su compañera, donde iba él, la gata iba junto a él.
Comenzó a pensar la loca idea de enfrentar a María y conocer quien había sido su madre, porque no había ido con su padre y con él en vez de quedarse con la bestia de su marido, y de paso enfrentarse al hombre, lo odiaba y si estaba muerto sería mucho mejor.
Los días siguieron corriendo, y a los 17 tuvo otro encuentro con cazadores, esta vez le lesionaron con un disparo en el estómago, bastante grave como para seguir viviendo, pero aun así se recuperó gracias a las pociones de su padre, el odio hacía aquel hombre creció, pero aun luego de este encuentro no dejaría de acudir a la ciudad que amaba… aunque detestara el olor y el nido de ratas que creía las calles.
Cuando cumplió 18 años, Arthur le regalo una daga de doble filo encantada para que pudiera defenderse, en la empuñadura tenía grabado el nombre de él y el de su padre junto con un caballo y la cara de su gata, algo que conservaría junto a él. Siempre.
Su padre ahora lo comenzaría a dejar trabajar con él, aunque fuera un chico bastante flaco y sin musculatura, tenía bastante fuerza.
Tomo un trabajo como ayudante de su padre para luego decidirse por cuidar animales en la granja, adoraba aquel trabajo, le traía paz a su cuerpo, y el estar en contacto con animales le relajaba.
Cuando le era posible viajaba a la ciudad en busca de nada en particular, simplemente pasear y ver cosas distintas que fango y hierbas, gente, sociedad, y darse un par de gustos comprando golosinas.




-Datos Extras:
-Tiene una gata negra.
-Lleva consigo siempre la daga que le regalo su padre.
-Ama comer golosinas, son como una pequeña adicción.
-Le gusta el chocolate principalmente con menta, le gusta su combinación.