Poesias de una noche (Xiamara Kattalakis +18)

por Invitado Dom Dic 16, 2012 12:26 am

"Sin la mujer, la vida es pura prosa."

Ruben Dario.

La hermosa Paris, calles del olvido y de los placeres oculto, donde justamente la vida parecia el ultimo de los parajes que visitar llega la noche, escondido entre faroles de la antiguedad renovada y de los gustos pecaminosos, era la ciudad que buscaba para vacacionar en mis noches eternas, con un cavernet en mi mano junto a la suave compañia de una dama, es lo que buscaba sin duda, por el momento... solo tenia el vaso de cavernet pero no una preciosa dama con quien charlar.

No visitaba Francia desde que se lidero la revolucion, y sin duda me hice participe matando a unos cuantos generales, de ahi mi traslado a Londres arrancando de la represion que se genero despues, me obligo a dejar aquellos nuevos placeres entre una poblacion que a duras maneras seguia igual que antes, las mismas porquerias que antaño.
Dirigi de aquella manera mis pasos hacia plazuelas y lugares concurridos de la Marsellesa Paris esperando sin duda algun suceso que abriera mis esperanzas nocturnas sin necesidad de forzar a una bella dama a solo charlar, no tenia aun animos de aquello y no comenzaria entonces la fatal sensacion de dominar por placer, aun no era la hora...

Preferi entonces visitar un extraño lugar para charlar, pero concurrido si se quiere encontrar a una bella dama: El Burdel...
era mal visto desde tiempos inmemoriables, pero tambien era absurdo pues sus visitadores, generalmente gente acaudalada eran los mismos desgraciados quienes hablaban mal de las jovenes mujeres que en su trabajo atendian sus placeres morbosos, gente sin duda de doble perfil que me hacia pensar en abandonar mi status socioeconomico...
Al llegar al Burdel me encuentro en su entrada con una bella dama, no sabia su nombre pero no dude un segundo en preguntarle en reverencia...

- Buenas noches distingida dama, quisiera me ayudase, tengo una peticion especial y soy nuevo en Paris, espero no sea mucho la molestia de preguntarle, mi nombre es Samael von Percy, caballero de Londres, y su nombre?. -

Paseaba por mi mente la sensacion de que seria mandado al infierno, y no especialmente por mi peticion, si no por mi directo caracter de consultar a una bella mujer, algo que a leguas seria un atrevimiento, espero que no sea el caso... y quizas sea ella quien pueda satisfacer mi humilde peticion.

por **Xiamara Kattalakis** Dom Dic 16, 2012 1:29 am

Habia ya tenido un largo dia, bueno a decir verdad unos largos dias, desde que mi estado de animo no habia sido el mejor al casi llegar mi cumpleaños y recordar a mis padres casi no habia atendido a nadie aparte de a Keyla que se habia colado en mi habitacion logrando distraerme por un buen rato, pero claro que en cuanto ella se marcho a la luz del alba mi estado de deprecion regreso rapidamente no tendiendo ganas de salir de la habitacion bajo ninguna circunstancia y a pesar de no querer irme del burdel me habia negado a atender a cualquiera que me pidiera no importandome la cantidad de francos que ofrecieran por estar aunque fuese una solo hora a mi lado.

Pero al caer la noche y despues de haberme alimentado, dado un baño y trenzado mi cabello adornadolo con piedras y listones me sentia bastante mejor, al menos ya tenia el sufuciente humor para salir de la habitacion y desear "trabajar" aunque claro yo no lo veia como un trabajo sino mas bien como un placer, en cualquier conotacion que le quisera dar, despues de todo siempre disfrutaba de lo que hacia, daba y recibia placer, si a eso le sumaba la cuantiosa cantidad de francos que recibia por cliente no podia quejarme en ningun sentido y aún no entendia porque muchos cortesanos se avergonzaban de su trabajo y de ser lo que eran, si no fuera porque no queria manchar el apellido de mis padres no usaria nunca mas el antifaz que llevaba cada noche debido a los moralismos hipocritas de la sociedad de hoy en dia.

Me puse un vestido azul marino hermoso que llegaba hasta el piso, nadie diria que era una cortesana, bueno si, el escote era un poco mas pronunciado que lo que era "bien" visto por las personas hoy en dia, pero a parte de eso parecia una verdadera princesa indu pero blanca. Coloque mi trenza por un lado admirando como se veian todos las piedras y adornos al rededor de mi cabello y me dirigui al closet por un antifaz que convinara bien con el vestido que habia elegido para esta noche, encuentra uno color color plata muy discreto y otro azul de plumas, ambos hermosos y tentadores haciendo muy dificil su eleccion, pero al caer en cuenta que era fin de semana y que quizas podria ir gente que la reconociera deja a un lado el plata y se coloca el antifaz azul con plumas negras, lo amarra bien asegurandose de no dañar su peinado al quitarselo y se mira al espejo completamente sonriendo y dandose cuenta que a pesar de haberse estado malpasando en estos dias luce realmente hermosa.

Baja las escaleras de su habitacion privada y ba en busca de su amigo dueño del burdel para decirle que hoy si va a trabajar pero que lo mas seguro es que solo atienda a clientes "especiales" como le llamaban a los seres sobrenaturales en aquel lugar, tras el asentir y decirme que tuviese cuidado me dirigui a la entrada del lugar, bueno casi a la entrada para ver quienes llegaban. Tras rechazar varias peticiones de clientes que sabia por otras chicas que no la iban a complacer y que posiblemente no llegasen ni a la mitad de su precio se quedo en la puerta cerca de uno de los guardias, no se queria ver obligada a usar la magia delante de tantas personas presentes en el lugar.

Ya habia pasado buen rato de que estaba en la puerta y nadie acababa de llamar mi atencion, los chientes especiales que habian llegado buscaban a una chica en especifico o chico y yo estaba empezando a aburrirme hasta que vi como un hombre bastante apuesto se acercaba a mi, era un vampiro sin dudas y por sus emociones no venia a por nadie en espesifico " Buenas noches distingida dama, quisiera me ayudase, tengo una peticion especial y soy nuevo en Paris, espero no sea mucho la molestia de preguntarle, mi nombre es Samael von Percy, caballero de Londres, y su nombre?" escuche que me dice una vez lo tengo enfrente y le sonrio - Llameme Xia - le digo reconociendo su nombre ante la sociedad y reconociendole a el como el espectador de la primera noche que conocio a Keyla, despues de todo tener memoria fotografica si era de utilidad, - Digame ¿en que puedo ayudarle? - le contesta mirandole a los ojos y sonriendole tranquilamente... Despues de todo y al parecer la noche no seria tan aburrida como acababa de pensar hacia unos minutos, despues de todo, siempre habia disfrutado la compañia de vampiros... eran seres muy... entretenidos por decirlo de alguna forma y siempre estaba interesada en atenderles ya quisieran sexo, hablar, alimentarse un poco o todas juntas, nunca habia tenido problema en ello.

Spoiler:

Poesias de una noche (Xiamara Kattalakis +18) 4351641847

por Invitado Dom Dic 16, 2012 11:19 pm

"La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella."

Oscar Wilde.

Mi intervencion en aquel lugar especial habia dado un brinco bastante drastico, desde la soledad de las calles parisianas hasta mi copa cavernet medio vacia, pero a la vez medio llena. Me encontraba con una dulce señorita que a mi sensacion satisface mis peticiones, pero no cualquier peticion, y de seguro ella sabria como acceder a solucionarlas...

- Mi bella dama, necesito la compañia de una señorita, agradable como ud... sé que puedo contar con su bella presencia... aunque claro esta, que me gustaria saberlo...-

Le dije eso mientras tomaba su bellas manos y conjunto a una reverencia las besaba con dulce licor de anis como si de un brebaje de excelencia se tratase, asi las mujeres eran cosa bella, un detalle al aire que no pueden pasarse a llevar, desde su aroma hasta su figura preciosa, era asi sin duda una mujer de la suave tentacion de culpa que genera siempre una mujer y por lo cual vivo y muero y a su vez me siento lujurioso ante la sensacion de una tersa piel que necesite cuidado del cariño de las palabras de un hombre que sepa darla... como era en este instante entre ella y yo...

- Espero que tan distingida dama tenga un tiempo, si no comprendere... aunque no os rendiria a la sensacion de que podria robar aquel tiempo... -

La risa picarona rebosaba de mis labios pecaminosos mientras entre ojos la observaba a su rostro tan bello que me obligaba a venir por mas de que habia llegado, comenzaba la sensacion de lujuria y sin duda no era bueno.
Quien iba a pensar que en la Marsellesa Paris me encontraria con tal bella mujer y que buscara entre besos mancillar su silencio y convertirlos en su mente en pequeños orgasmos del olvido...

Era hora de comenzar a "converzar"...

por **Xiamara Kattalakis** Lun Dic 17, 2012 11:28 pm

En cuanto le pregunte en que podía ayudarle, sentí como sus emociones dieron un drástico giro de aburrimiento a lujuria y curiosidad supuse yo por el antifaz cosa que era común entre los clientes que frecuentaban el lugar, sobre todo de los humanos que por ningún motivo dejaba me quitaran el antifaz, cosa que no era una regla tan clara cuando hablábamos de criaturas sobrenaturales, pues al final ellos tenían mas que perder si de divulgaba su condición.

Cuando empecé a escuchar sus palabras sonreí, me gustaba que mis clientes humanos o no, nos respetaran, después de todo no éramos ni mejor ni peor que ellos al tener este trabajo, algunos lo hacían por necesidad y otros por placer como era mi caso, pero eso en definitiva no nos hacia distinto pues si ellos no vinieran a buscarnos, no existiría este lugar. "- Mi bella dama, necesito la compañía de una señorita, agradable como Ud... sé que puedo contar con su bella presencia... aunque claro está, que me gustaría saberlo... Espero que tan distinguida dama tenga un tiempo, si no comprenderé... aunque no os rendiría a la sensación de que podría robar aquel tiempo..." Mire sus ojos cuando lo escuche por completo y le sonreí -Lo crea o no, si soy una muy distinguida dama - conteste orgullosa - Y si es su deseo por supuesto que puedo acompañarlo esta noche - acabe de decirle con una amplia, tentadora y travieza sonrisa en mis labios.

Me agradaba poder encontrarme con él, después de todo, no siempre se tiene la oportunidad de convivir con un vampiro con su titulo, ya que por lo general tienden a ya no volver o al menos no volver con la misma de nosotras hasta que pasa un buen tiempo, no es que les culpe, no todas las chicas saben lo que son y que en la gran mayoría de los casos se alimentan de ellas y por eso terminan con una dosis extra de cansancio después del agotamiento normal.

-Por cierto mi lord ¿Desea que lo acompañe a tomar alguna bebida? -pregunte sonriéndole y acercándome a sus labios apenas y rosándolos, pues sus emociones me decían exactamente donde quería estar -¿O prefiere que vayamos a algún otro lugar? - termine de preguntar y me dirigí a uno de los sillones que estaban vacios de la gran sala invitándole con mis movimientos a que me siguiera, sabía que en el caso de que quisiera una bebida para él o para mi allí nos la llevarían y si quería ir a algún otro sitio, solo era cuestión de que me dijera a cual e iríamos, pues el sofá quedaba favorablemente cerca de la puerta de entrada a las habitaciones, que era al menos donde yo quería ir, pero si el prefería jugar un rato antes de comenzar con la diversión en grande... yo no pondría resistencia, pues los juegos previos siempre eran emocionantes, especialmente con los vampiros.

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