Investigando ~Privado~

por **Lyam Kromer** Jue Jul 29, 2010 10:28 pm

Hacía tiempo, mucho tiempo que no había salido a las calles de París, había aceptado resignadamente el castigo que me puso mi mentor por haber "bebido" más de la cuenta y haber dejado un desastre a las afueras de la ciudad... mi hambre estaba controlada pero mi sed de rebelión se había agrabado un millón de veces y aunque aún me quedaba un mes de cautiverio decidí romper mis ataduras y salí a la calle, tenía un hambre boráz por el conocimiento, y con los siglos de historia que había deglutido no era precisamente el vampiro más estúpido sobre Europa.

Salí aquella noche en cuanto el sol se puso bajo el horizonte, muy casual con una camisa blanca abierta por el pecho hasta medio torso y unos pantalones castaños. Mi mirada paralizaba a las bellas damas que pasaban a mi lado y mi mente solo podía pensar en que no debía ni acercarme a ellas porque no quería hacer enojar al maestro... bueno, un poco más de lo que se enojaría cuando no me viera en la masión.

Llegué a la bilbioteca y me quedé parado afuera de ella observando a las damas pasar sonriéndoles de costado provocadoramente, si alguna se acercaba estaba seguro de que esa noche sería muy divertida.

por **Aimee Windsor** Jue Jul 29, 2010 10:42 pm

Esta noche estaba completamente sola. Mis hermanos habían salido justo a la puesta del sol, seguramente con prisa para reunirse con alguien. Bien, hoy saldría a dar la vuelta en completa soledad, y así me divertía más. Normalmente, siempre tenía la mirada vigilante de ellos ¬¬, me cuidaban como si fuera su hermana menor, algo realmente irónico, cuando yo les doblaba en edad.
Me puse mi vestido, con un poco de dificultad a la hora de ponerme el corsé. Aun no entendía para que habían creado algo tan incomodo, era vampira, y aun así me molestaba, y me compadecía de solo pensar en las pobres humanas. En cuanto estuve lista, Salí a la alegre noche parisina.
Caminando sin algún rumbo fijo, contemplaba con una gran sonrisa todo a mi alrededor, jamás me cansaba de esto, observar a los humanos y sus costumbres, jamás me aburría. Llevaba siglos pisando la tierra, y siempre me sorprendía como iba cambiando la humanidad.
De pronto pude apreciar un olor bastante conocido ya en mi mundo, un vampiro. Con la mirada busque, y a lo lejos lo vi, no lo conocía. Me acerque, con bastante curiosidad, pero quedándome a una distancia prudente, suponiendo que también había sentido mi presencia.

por **Lyam Kromer** Jue Jul 29, 2010 10:53 pm

Estaba recargado sobre la pared cercana a la entrada de la biblioteca, observando como las damas pasaban regodeandose en aquellos atuendos tan folklóricos y seductores que tanto me encantaba quitar, ya tenía maestría en aquello.
En un par de minutos saludé con la mirada cuando menos a tres chiquillas, una de ellas casi se cae al suelo por el impacto de mi mirada sobre ella y solo ladeé mi sonrisa. En aquel momento fué cuando un efluvio particular llegó a mis sentidos, había algún..."hermanito" por ahí. Sin mostrarme desconcertado miré sin curiosidad hacia los dos costados de la calle y ahí estaba parada cual vil diosa, aunque no era un hermanito, era "una" que se camuflajeaba perfectamente con la gente de la calle que se dirigía seguramente a la última misa al final de la gran avenida, en la catedral.
Seguí parado en aquella posición como si no hubiera visto a la joven vampiro que me vigilaba de igual manera que yo a ella y en una fracción de segundo cuando se volteó a mirar algo me moví velozmente desde donde me encontraba, sin que nadie pudiera notar mi movimiento y me coloqué detrás de ella justo en el momento en que supe se dió cuenta y la miré a los ojos. -¿Qué tal linda? No quería ser descortéz y me presento, buenas noches....- tomé su mano examinando sus movimientos y le llevé a mis labios mientras me encorvaba un poco y llevaba mi otra mano a mi espalda en una pose elegante. -William Kromer, pero todos me llama Lyam, un placer.-

por **Aimee Windsor** Jue Jul 29, 2010 11:22 pm

Solté una silenciosa risa al ver a esas humanas que pasaban cerca de aquel vampiro, era muy gracioso ver como una se quedaba medio en shock al verle. Me sorprendía como es que los humanos tuvieran tan poco control cuando se encontraban con alguno de nuestra "especie", lo mismo me pasaba a mi a veces, humanos con sus miradas clavadas en mi era ya algo habitual, pero de todas formas no me acostumbraba, a pesar de los muchos siglos, no me acostumbraba, lo que no quería decir que no me divirtiera. Me fascinaba lo mucho que podía utilizar este atractivo vampirico a la hora de querer manejar a alguien, me gustaba saber que tenia poder sobre otros.
El vampiro giró su mirada, buscando algo, seguramente ya sabia que no era el único vampiro en el lugar. En un solo segundo que desvié la mirada hacia otro lado, y él ya estaba situado justo detrás de mi. Sin alarmarme me giré y clave mis ojos en los suyos, tenia una mirada bastante interesante, que llamo mi atención al instante. Muy caballerosamente tomo mi mano y poso sus labios en ella, justo antes de presentarse y así diciendo al fin su nombre.
- William Kromer - repetí en un tono bastante bajo - el placer es mio, monsieur Lyam - sonreí, ladeando un poco la cabeza y sin quitarle la mirada - Aimee Windsor - me presenté, aun teniendo mi mano en la suya - ese es mi nombre - añadí como ultimo.

por **Lyam Kromer** Jue Jul 29, 2010 11:48 pm

La chica se presentó como una de las hermanas Windsor, algo me sonaba el apellido de alguno de los círculos que frecuentaba pero en ese momento me quedé ligeramente embobado con su aspecto que no le presté mucha importancia al apellido. Seguì con su mano entre mis dedos y y percibía su dulce aroma. -Le plaisir est le mien-(El placer es mio) le dije mientras no despegué mi mirada de sus ojos y lentamente volvi a besar su mano esta vez atrayendo a la chica hacia mí haciendo que mi inutil respiración rozara con su fina piel mientras mis ojos se postraban en su mano.
Levanté la mirada y sonreí de medio lado sin poder evitarlo -Tous les miens- (todo mío) repetí mientras nuestros ojos se fundían en una mirada profunda sin infundir ningún poder sobre ella...no aún.
Solté despacio su mano y me volví a incorporar dejandome extasiar por la belleza de la joven aparición.

por **Aimee Windsor** Lun Ago 16, 2010 11:35 pm

Parecía ser un vampiro bastante interesante, una sola mirada y pude apreciarlo al máximo. Tenía la extraña belleza que todo vampiro poseía, pero era mucho más que eso, podría dejar sin habla a cualquier mujer del planeta con tan solo una mirada. Era una maldita combinación que resultaba mortal para las defensas de cualquier mujer. Tenía los movimientos suaves, seductores de una bestia en su hábitat natural. La sonrisa de un Don Juan y la inteligencia de Einstein, todo esto empaquetado en el cuerpo de un modelo dios. Él era el epítome de todo lo que ella encontraba deseable en la especie masculina...
Y todo lo pude apreciar en 5 segundos en los que, de un solo movimiento, me acerco a él justo después de volver a besar mi mano y me decía el placer que tenia al conocerme, “sobre todo placer”, pensé mientras una ligera sonrisa se asomaba por mi rostro, y el volvía a soltarme, dejándome algo de espacio, pero atrapándome con su mirada.
- Y dígame…- murmuré rompiendo la conexión que teníamos con los ojos – que hace un señor, con tan hermosa noche por delante, parado frente a una biblioteca, cuando podría estar recorriendo esta maravillosa ciudad? – le sonreí justo antes de girar mi mirada hacia un humano que había estado siguiendo en un principio, para convertirlo en mi…presa, pero al que deje pasar en el momento en que este vampiro había aparecido. Le volví a mirar, clavando mi mirada curiosa en sus ojos – espero no sonar impertinente con mi pregunta – finalicé.

por **Lyam Kromer** Sáb Ago 21, 2010 6:40 am

Al momento de dejar su mano libre, como si todo pasara en cámara lenta, pude apreciar mejor los razgos finos y etéreos de su rostro que hasta hacía unos momentos me había escrutado de una manera tan elegante que no pude ni reprochar: Las damas solían verme embobadas con mi notoria masculineidad, cosa que les encantaba además de que por algún motivo les parecía seductor mi cabello largo que en ocasiones me amarraba para dar esa apariencia de caballero de sociedad, que realmente odiaba usar, pero que tenía qué por darle gusto a Charles, del que había escapado aquella noche para divertirme.

La velocidad de las cosas volvieron a la realidad cuando su cantarina y melodiosa voz resonó en mis oídos. -Una preciosa dama como usted no podría sonarimpertinente ante los oídos sordos de este pobre rebelde.- dije con un tono de voz educado y en son de broma al llamarme rebelde, aunque aquella había sido la perfecta definición de mi persona. -Me encuentro aquí ya que tengo una misión esta noche, he sido un chico malo según mi creador y él sugiere que no vea a la especie humana como simple bocadillo.- dije en voz baja para que sólo ella pudiera escucharme. -Así que me ha dicho que los analice y que trate de guardarles un poco más de respeto del que comúnmente les dedico antes de robarles el último aliento, pero aún no estoy convencido de que merezcan tal elogio de mi parte.- Me recargué en la pared aledaña a mi espalda y crucé los brazos mirándo a la chica de manera escrutadora, con un leve contacto de nuestras miradas pude saber que ella no era un vampiro jóven, de hecho era contemporáneo. -Dígame usted que opina. ¿Esté de acuerdo con mi filántropo maestro?-

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