AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¿Qué? ¿Qué echo yo? [Aazar]
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¿Qué? ¿Qué echo yo? [Aazar]
Hace días que estaba en parís, había visto a mi padre, me había dado su casa, me había dado un techo, comida para vivir, se lo agradecía mucho y sobre todo le agradezco que este conmigo, amo a mi padre sobre todas las cosas, extrañaban estar con el, quiero estar con el por eso he venido a parís, por eso junte, trabaje para el boleto de parís y estar aquí con el, en Italia tengo mi madre, mis amigos, pero mi padre no esta conmigo y es lo que me hace falta, no basto con solo cartas, no basta leerlas e imaginarme que esta a mi lado, quiero estar a su lado y estaré todo el tiempo que el me permita estar en parís y sobre todo a su lado.
Ahora me encuentro es su casa, era grande, moderna, grande, muy grande para a mi, el no estaba se había ido a trabajar a no se donde, tampoco le preguntaré “Padre, ¿Donde trabaja? Quiero saber” ¡No!, todavía no estaba en confianza para pregúntale eso, así que en esta casona empecé a ver todo, cada detalle, cada lugar, no sabia que hacer lo único no hacia era meterme al despacho de mi padre ni a su cuarto, eso le diría yo mismo que me lo enseñara…luego…muy luego. Había tardado dos horas en recorrer la casa, cada lugar lo admiraba como si nunca volverá aquí, como si de repente me regresara a Italia, aunque eso no sucederá, no señor.
Otra hora, escuchaba el reloj, tic-tac-tic-tac me estaba empezando a fastidiar aquel sonido, mi padre no venia así que lo único que pensé era salir un rato a las calles, si eso hare, subí las escaleras para ir a mi cuarto y ponerme una ropa mas fresca, el calor que hacia en parís me estaba quemando y no pretendía cocinarme en mi propia ropa ¡no señor! Me puso solo un pantalón negro, con unas botas del mismo color y una camisa azul rey fresca, me doble las mangas hasta los codos y listo, estaba arreglado, salí de mi habitación y baje las escaleras, mire unos de los trabajadores de mi padre y le mencione que iba a salir, que no se cuanto iba a tardar y que si llegaba antes que yo mi padre le avisara, el solo asintió y yo salí de aquella casona, dirigiéndome a las calles de parís donde las personas se miraban entre ellas para reconocerse y otras solo para admirar la belleza del ajeno. Me gustaba esta ciudad y mas si mi padre estaba aquí, una sonrisa tonta aprecio en mi rostro.
Ahora me encuentro es su casa, era grande, moderna, grande, muy grande para a mi, el no estaba se había ido a trabajar a no se donde, tampoco le preguntaré “Padre, ¿Donde trabaja? Quiero saber” ¡No!, todavía no estaba en confianza para pregúntale eso, así que en esta casona empecé a ver todo, cada detalle, cada lugar, no sabia que hacer lo único no hacia era meterme al despacho de mi padre ni a su cuarto, eso le diría yo mismo que me lo enseñara…luego…muy luego. Había tardado dos horas en recorrer la casa, cada lugar lo admiraba como si nunca volverá aquí, como si de repente me regresara a Italia, aunque eso no sucederá, no señor.
Otra hora, escuchaba el reloj, tic-tac-tic-tac me estaba empezando a fastidiar aquel sonido, mi padre no venia así que lo único que pensé era salir un rato a las calles, si eso hare, subí las escaleras para ir a mi cuarto y ponerme una ropa mas fresca, el calor que hacia en parís me estaba quemando y no pretendía cocinarme en mi propia ropa ¡no señor! Me puso solo un pantalón negro, con unas botas del mismo color y una camisa azul rey fresca, me doble las mangas hasta los codos y listo, estaba arreglado, salí de mi habitación y baje las escaleras, mire unos de los trabajadores de mi padre y le mencione que iba a salir, que no se cuanto iba a tardar y que si llegaba antes que yo mi padre le avisara, el solo asintió y yo salí de aquella casona, dirigiéndome a las calles de parís donde las personas se miraban entre ellas para reconocerse y otras solo para admirar la belleza del ajeno. Me gustaba esta ciudad y mas si mi padre estaba aquí, una sonrisa tonta aprecio en mi rostro.
Agustin Giustozzi- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 20/05/2012
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Re: ¿Qué? ¿Qué echo yo? [Aazar]
Aazar había perdido la cuenta de los días que llevaba en la calle, estaba en un pequeño callejón sobre un cartón y una raída manta. Su amo le había indicado que tenía que viajar y que ella debía esperarlo…Hasta ahí no había problemas, el le había pedido que la esperara en la casa pero nada mas salir por la puerta su Amo los criados la habían echado a la calle, mencionándole lo que era, una esclava, una perra, y como tal debería vivir ahí…
El frío estaba haciendo mella en el cuerpo de la chica y el hambre le había obligado a empezar a robar algo de comida a las ratas que compartían con ella el callejón. Algunas heridas infectadas se hallaban marcando aun mas su pequeño cuerpo y la mugre la invadía por completo, no era de extrañar que las pocas personas que se atrevían a pasar por aquel callejón salieran corriendo de su lado temiendo que les contagiara algo…
Ah cuan equivocados estaban…la niña era la que mas miedo tenía de los demás, creía que las cosas con su Amo iban a cambiar pero ahora estaba ahí de nuevo, abandonada como una esclava, recordándole que nunca sería mas que eso, una simple esclava…
Esa mañana hacía un poco menos de frío de lo habitual aunque Aazar apenas lo noto en su cuerpo, estaba agarrotada de estar hecha un ovillo y le dolían las heridas, apenas se podía mover pero logró girar su cuerpo y quedar de espaldas a la gente para comenzar a llorar en silencio. Con su antiguo Amo esto hubiera sido un castigo seguro pero ahora mismo no le importaba, extrañaba poder complacer a su Amo, sentirlo cerca pero no podía hacer más que esperar…
El frío estaba haciendo mella en el cuerpo de la chica y el hambre le había obligado a empezar a robar algo de comida a las ratas que compartían con ella el callejón. Algunas heridas infectadas se hallaban marcando aun mas su pequeño cuerpo y la mugre la invadía por completo, no era de extrañar que las pocas personas que se atrevían a pasar por aquel callejón salieran corriendo de su lado temiendo que les contagiara algo…
Ah cuan equivocados estaban…la niña era la que mas miedo tenía de los demás, creía que las cosas con su Amo iban a cambiar pero ahora estaba ahí de nuevo, abandonada como una esclava, recordándole que nunca sería mas que eso, una simple esclava…
Esa mañana hacía un poco menos de frío de lo habitual aunque Aazar apenas lo noto en su cuerpo, estaba agarrotada de estar hecha un ovillo y le dolían las heridas, apenas se podía mover pero logró girar su cuerpo y quedar de espaldas a la gente para comenzar a llorar en silencio. Con su antiguo Amo esto hubiera sido un castigo seguro pero ahora mismo no le importaba, extrañaba poder complacer a su Amo, sentirlo cerca pero no podía hacer más que esperar…
Aazar- Humano Clase Baja
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 25/08/2012
Re: ¿Qué? ¿Qué echo yo? [Aazar]
Mis ojos se abrían y cerraban de la impresión de estar en parís, la ciudad en si era grande, tenia muchas cosas por explorar, aunque esto me gustaría verlo acompañado de mi padre, me encogí de hombros un poco, mirando el cielo, la mañana era agradable, hacia un poco de frío pero no exagerado, se notaba que el clima estaba cambiando, el verano pronto iba a llegar a parís-Aunque no me guste el calor serviría para…para…la verdad no sé pero en algo tengo que pensar ¿O no?-Pensé, saliéndose una risilla, haciendo que varias personas me voltearan a ver, me tape la boca con mi mano derecha, alzando mis dos cejas y pidiendo perdón con mi cabeza. Me quede parado en medio de la calle, mirando, observando a donde ir, porque la verdad aunque tuviera varios días en parís no conozco en si la ciudad, tal vez hasta me pierda, ahí si tuviera problemas, porque no se donde trabaja mi padre, aunque una vez se lo pregunte y lo único que recibí por su parte fue un “Luego te digo” y ahí se quedo la magnifica conversación que tuvimos en la hora de la cena para que él se retirara y yo quedándome solo en el comedor. A veces creo que mi padre me oculta cosas mientras yo soy como un libro abierto con él, pero tampoco estaré llorando como un nene porque no le digan las cosas, soy un joven grande, que pronto seré mayor, pronto seré un hombre…me quedé pensando en eso y mis pies comenzaron andar, aunque no sabia a donde ir todavía y tampoco me alejare de mi alrededor.
Mientras continuaba con mi pequeño y disimulado recorrido por las calles de parís, doble hacia mi lado derecho entrando a un callejón un poco húmedo, con cajas viejas, con personas “pobres” o mejor dicho que no tiene los recursos necesarios para hospedarse en una buena posada o en un hotel o comprar una casa, a veces al verlas me daban lastima, pero no me orgullece eso, si no esas personas (Algunas) no se merecen eso, pero por una sola razón les pasa lo que les pasa, yo, por fortuna tengo a mi madre, a mi padre que me aman, naci en una familia que me dan el cariño que merezco que nunca me falto el amor de mi madre pero el de mi padre si, Gaspar, mi padre no estuvo, no me miro crecer, aunque tampoco se lo reprocharé como digo por algo pasa las cosas ¿A poco no?, una sonrisa aparece en mi rostro mientras me adentro más en aquel callejón que cada vez se hacia mas pesado como mas tenebroso por así decirlo. Las pocas personas que se encontraban en el callejón me hablaban pero sabía que estaba un poco tomadas y por esa sencilla razón no le hacia caso, o por no tener familia o les paso algo muy denso se volvieron un poco…como decir locas. La verdad tenia un poco de miedo aunque mi rostro no se notase, pero adentro de mi tenia un gran temor-Disculpe…-Dije al pisarle la mano de un señor, era un poco tedioso caminar por estos lugares porque no sabes de lo que te puedes encontrar, miro hacia enfrente a unos cuantos pasos encontré una pared, no había salida, era un callejón sin salida-Rayos, tendré que regresar…-Bufe un poco dándome la vuelta pero antes de dar un paso mire de reojo a una mujer, era como una niña pequeña, estaba sentada o algo así en una esquina, me acerque de pura curiosidad, su cuerpo estaba lastimado, su rostro medio escondido pero sus ojos estaba mojados ¿Estaba llorando? ¿Por qué? Y sobre todo ¿Qué hace una niña por estos lugares? Sin fin de preguntas me pasaba por mi cabeza y termine de acercarme y me puse de cuclillas enfrente de ella pero alejado de ella claro sin incomodarla-Bonjour-Susurré, tratando de verla mejor y sobre todo que no tuviera miedo de mi pero eso seria pedirle mucho.
Mientras continuaba con mi pequeño y disimulado recorrido por las calles de parís, doble hacia mi lado derecho entrando a un callejón un poco húmedo, con cajas viejas, con personas “pobres” o mejor dicho que no tiene los recursos necesarios para hospedarse en una buena posada o en un hotel o comprar una casa, a veces al verlas me daban lastima, pero no me orgullece eso, si no esas personas (Algunas) no se merecen eso, pero por una sola razón les pasa lo que les pasa, yo, por fortuna tengo a mi madre, a mi padre que me aman, naci en una familia que me dan el cariño que merezco que nunca me falto el amor de mi madre pero el de mi padre si, Gaspar, mi padre no estuvo, no me miro crecer, aunque tampoco se lo reprocharé como digo por algo pasa las cosas ¿A poco no?, una sonrisa aparece en mi rostro mientras me adentro más en aquel callejón que cada vez se hacia mas pesado como mas tenebroso por así decirlo. Las pocas personas que se encontraban en el callejón me hablaban pero sabía que estaba un poco tomadas y por esa sencilla razón no le hacia caso, o por no tener familia o les paso algo muy denso se volvieron un poco…como decir locas. La verdad tenia un poco de miedo aunque mi rostro no se notase, pero adentro de mi tenia un gran temor-Disculpe…-Dije al pisarle la mano de un señor, era un poco tedioso caminar por estos lugares porque no sabes de lo que te puedes encontrar, miro hacia enfrente a unos cuantos pasos encontré una pared, no había salida, era un callejón sin salida-Rayos, tendré que regresar…-Bufe un poco dándome la vuelta pero antes de dar un paso mire de reojo a una mujer, era como una niña pequeña, estaba sentada o algo así en una esquina, me acerque de pura curiosidad, su cuerpo estaba lastimado, su rostro medio escondido pero sus ojos estaba mojados ¿Estaba llorando? ¿Por qué? Y sobre todo ¿Qué hace una niña por estos lugares? Sin fin de preguntas me pasaba por mi cabeza y termine de acercarme y me puse de cuclillas enfrente de ella pero alejado de ella claro sin incomodarla-Bonjour-Susurré, tratando de verla mejor y sobre todo que no tuviera miedo de mi pero eso seria pedirle mucho.
Agustin Giustozzi- Humano Clase Alta
- Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 20/05/2012
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Re: ¿Qué? ¿Qué echo yo? [Aazar]
Aazar no paraba de temblar, el hablar de las personas la hacían temblar aun más de miedo, muchos se habían acercado ya a ella, los que estaban muy bebidos, y la habían intentado manosear, bueno intentado por decir algo, ella ya había sido usada de todas las formas posibles cuando venía en el barco hacia Paris y desde que estaba en la calle pasaba todos los días.
Algunas veces unas mujeres se acercaban a ella y comenzaban a decir lo pobrecita que era la niña por estar sola en la calle, le dejaban un poco de pan y algo de agua que ella no miraba ni tocaba, no quería hacer enojar a su Amo cuando volviera aunque muriera en el intento.
Estaba con los ojos cerrados pensando en la felicidad que sentía al complacer a su nuevo Amo cuando sintió una presencia a su lado, ¿sería él? ¿habría vuelto a por ella? Tantas preguntas llegaron a su mente pero temía que al abrir los ojos fuera una mera ilusión, otro borracho que solo quería abusar de su cuerpo pero su voz sonaba ¿joven?
Abrió primero un ojo y luego el otro para darse cuenta de qe había algo extraño, ¿cómo un joven tan arreglado y elegante se iba a acercar a ella? Ademas estaba muy cerca, demasiado cerca para que la muchacha estuviera tranquila y por ello intentó pegarse aun más hacia la pared para aumentar la distancia. No sabía si tenía permitido hablar con él por lo que agachó su mirada un poco avergonzada, no le habían enseñado el idioma y no sabía si eso se refería a un insulto o una orden...
Algunas veces unas mujeres se acercaban a ella y comenzaban a decir lo pobrecita que era la niña por estar sola en la calle, le dejaban un poco de pan y algo de agua que ella no miraba ni tocaba, no quería hacer enojar a su Amo cuando volviera aunque muriera en el intento.
Estaba con los ojos cerrados pensando en la felicidad que sentía al complacer a su nuevo Amo cuando sintió una presencia a su lado, ¿sería él? ¿habría vuelto a por ella? Tantas preguntas llegaron a su mente pero temía que al abrir los ojos fuera una mera ilusión, otro borracho que solo quería abusar de su cuerpo pero su voz sonaba ¿joven?
Abrió primero un ojo y luego el otro para darse cuenta de qe había algo extraño, ¿cómo un joven tan arreglado y elegante se iba a acercar a ella? Ademas estaba muy cerca, demasiado cerca para que la muchacha estuviera tranquila y por ello intentó pegarse aun más hacia la pared para aumentar la distancia. No sabía si tenía permitido hablar con él por lo que agachó su mirada un poco avergonzada, no le habían enseñado el idioma y no sabía si eso se refería a un insulto o una orden...
Aazar- Humano Clase Baja
- Mensajes : 17
Fecha de inscripción : 25/08/2012
Re: ¿Qué? ¿Qué echo yo? [Aazar]
Y ahí seguía con ella, tratando de hablare, pero ella se hacia cada vez mas alejada de mi, suspiré, notando que ella no quería nada de mi, así que, no seguí si insistiendo a que se acercara a mi, me mantendré al margen con ella. -¿Qué puedo hacer para ayudarla?-Pensé, me abrace nuevamente de mis piernas, no sabia que hacer, no tenia mucho dinero para darle unos cuantos francos, pero…¿Y si con eso ella se ofende? Pensaría otra cosa, no, no quiero eso, así que no podría darle unas cuantas monedas así, porque sí.
Estaba completamente callado, mirándola, detallándola, casi desnudándola con la mirada, sí, porque no la dejaba de ver por ningún momento, suspiré ¿Cuántos suspiro llevas en este segundo? Parezco enamorado, pero la verdad no, simplemente quiero ayudar a esta joven que esta mas sucia que un perro-Agustin se mas caballeroso-Pensé y mire hacia otro lado-Bonito clima no…-¿Empezando por el clima? ¿Qué me pasa?, sonreí más, pero no voltee a verla.
Estaba completamente callado, mirándola, detallándola, casi desnudándola con la mirada, sí, porque no la dejaba de ver por ningún momento, suspiré ¿Cuántos suspiro llevas en este segundo? Parezco enamorado, pero la verdad no, simplemente quiero ayudar a esta joven que esta mas sucia que un perro-Agustin se mas caballeroso-Pensé y mire hacia otro lado-Bonito clima no…-¿Empezando por el clima? ¿Qué me pasa?, sonreí más, pero no voltee a verla.
Agustin Giustozzi- Humano Clase Alta
- Mensajes : 28
Fecha de inscripción : 20/05/2012
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