Recuerdos de una April aún más inocente.

por **April Campbell** Vie Ene 04, 2013 7:01 am

1. Los últimos momentos de libertad y diversión en mi vida.

París. En esos momentos ya estaba viviendo allí. Esa mañana, me despertó el ruido de unas piedras golpeadas en la ventana de mi habitación; era aún pronto para levantarse y, aunque tenía ganas de quedarme calentita en el lecho me levanté para ver quién era. Como esperaba era Charles, uno de mis mejores amigos desde que tengo memoria (aunque ahora no sepa nada de él). Aún recuerdo esas palabras: ''Vengo a secuestrarte de tu torre, bella dama''. La verdad es que era muy gracioso y siempre me había apoyado en todo; sabía que muchos días debía quedarme en casa pues mi salud siempre había sido frágil y enfermaba de forma muy temprana. Recuerdo que le dije en ese instante que estaba loco; aún así, me dispuse a salir de mi habitación por la ventana, ya lo había hecho varias veces y la verdad es que mi cuarto no se encontraba a muchos metros de altitud. ''¡Ten cuidado!'' - siempre subía un poco para ayudarme a no caer, por si las moscas.

Y, ya estaba en tierra firme. El Sol aún no había salido del todo, quedarían apenas 20 minutos para que se pudiera decir oficialmente que era de día. Siempre me había gustado la luz de sol, con ella me sentía segura y al ser calentito también confortada (aunque ahora es sea el peor enemigo de mi especie). Charles y yo nos dirigimos al prado cercano en primer lugar, aquel donde habíamos corrido, descansado y jugado. De alguna manera en ese momento sentía algo extraño en mí, como si hubiera sabido que sería una de las últimas veces que pisaría ese lugar. En cuanto llegué, me lancé al suelo y respiré profundamente para sentir ese olor tan aromático de las flores y de la hierba. -Vas a coger frío si te tumbas en el suelo, April- me decía mientras me intentaba levantar del suelo. -No te preocupes, me colocaré bajo este rayito de Sol calentito- le respondí alegremente, haciéndome más pesada para que Charles no pudiera levantarme. Paz y tranquilidad, eso es lo que sentía en aquel momento... Aquellos días mi padre había estado más preocupado de lo normal lo que a mí me preocupaba el doble dado que su temperamento siempre había sido estable. Y, es que todas sus acciones parecían planificadas y de algún modo percibía que me estaba escondiendo algo muy importante.

Continuará (cuando tenga más ganas de escribir.. XD)