Sed (April y libre)

por **Sean O'Rouke** Miér Dic 12, 2012 9:02 am

Esa tarde había salido del ataúd con un dejo de sed bastante grande. Había estado muy ocupado la noche anterior con el encuentro mas que inesperado con el pasado, con la mujer que lo había marcado, para bien o para mal. Esto lo había dejado débil y a la vista espantoso porque su piel no era rozagante como debería ser la de un humano que se fiara de serlo.

Debía aparentar, era lo malo de haber ido a Francia, disfrutar de los placeres que te proveía este país era a la vez aceptar que todo el mundo pondría un febril ojo sobre todo lo que hacías o decías. Era un alto precio teniendo en cuenta que en Alemania no era necesario hacerlo, bastaba simplemente con pasearse por los alrededores, las enfermedades y saqueos estaban a la orden del día allá y nadie notaba la falta de un par de cuerpos o la muerte inesperada de algún miembro de la familia. Acá en Francia no, parecía un mundo aparte, los lugares mas apartados, ya lejos de la ciudad estaban llenos de mitos, mitos de seres sobrenaturales que se alimentaban de jóvenes vírgenes y las despojaban de vida y sangre haciéndolas sus servidoras e hijas de Satan. Los pueblos engendraban mitos y la ciudad parecía tener mil ojos sobre los hechos mas simples. Imaginaba que la inquisición era parte de ello, en Francia estaba muy arraigada la iglesia, estaban en cada punto del país haciendo de este un contenedor.

Ya siendo de noche mande llamar al carruaje para irme hasta el Teatre des Vampires, como la mayoría de las noches, vestí con lo primero que encontré en el guardarropa y maquille un poco mi cara y manos para disimular la falta de vida que llevaba por los años y la blancura excesiva de mi tez, poco podía hacer con los ojos, tenían un brillo propio de los vampiros que no se podía comparar mas que con los ojos de un gato en la oscuridad, no había forma de disimularlo mas que con gafas que de noche quedaban mas que ridículas.

Ya había arribado al teatro, bajé por las escaleras buscando alguna cara conocida, y noté el ambiente preparándose para la función de esta noche. Me encaminé al salón donde suponía debía de estar Armand para informarme sobre las novedades y solo encontré a algunos vampiros reunidos leyendo sus diálogos y bebiendo un poco de vino el cual noté estaba recargado con unas gotas de sangre lo cual estimulo mi paladar llevándolo a sentir un fuego en la garganta que pocas veces sentía. Captó mi atención una pequeña que no era humana, como los discípulos de Armand, era vampiro, llevaba pocos años de convertida en comparación con la mayoría del lugar y poseía grandes fortalezas, su mente divagaba en varias cosas cuando me acerque acariciando su cabello apenas
-Seras parte de la actuación de hoy cielo?- luego de estas palabras me encandilaron sus aniñados ojos de color cielo y transparentes que ahora me observaban, al igual que los míos con ansias de sangre.

por **April Campbell** Miér Dic 12, 2012 3:05 pm

Y, otra noche más que me tocaba representar en el teatro. Siendo sincera, ese día no tenía ganas de actuar, estaba agotada y muerta de sed pero a pesar de todo tenía buen aspecto. Ya se escuchaban los griteríos de los espectadores que venían con frecuencia a vernos, a horrorizarse por las representaciones o a encandilarse (dependiendo de la escena que se hiciese). Esa noche, April llevaba el pelo con bucles, le brillaba bastante, además un vestido rojo como la sangre que era como un corsé. A pesar de tener 15 años aparentes, estaba bien desarrollada.

Todos los representantes estábamos en los ''camerinos'', algunos esperando para actuar y otros simplemente descansando. Nos sirvieron a cada uno una copa de vino (incluso a mí) pero ni siquiera la toqué. Por su olor pude notar que contenía alguna cantidad de sangre y sentía que ya no podía aguantar más esas ansias de sangre. La de los animales cada día le resultaba insuficiente y seguía asustada de que si bebiese de un humano lo acabase matando y dejando seco por su inexperiencia.

Se sentó pues se sentía mal. Decidió actuar y luego ir a beber. Aunque, no esperaba que la actuación de esa noche fuera la mejor. Siempre lo mismo, llegando hasta estos límites en los que realmente no tengo ni la fuerza que debería tener un humano, ni eso... Es como si me pesara todo... Miraba alrededor, todos los vampiros tan elegantes, veía como disfrutaban con el placer de la sangre, cada sorbo parecía proporcionarles un toque más de belleza en sus cuerpos.

Por esos momentos, April estaba viviendo en una residencia pues con el dinero que le daban del teatro podía permitírselo pero hacía nada había estado durmiendo en sucios lugares, inapropiados para una niña (a pesar de que realmente tenga 30 años vampiros). No sabía mucho acerca de su especie, pero si sabía perfectamente que la soledad acaba matando a un vampiro, ya no es la falta de sangre sino de compañía. Ella se encontraba de vez en cuando con personas que conocía pero era en raras ocasiones y había días enteros en los que ni pronunciaba una palabra.

De repente, se acercó un varón de unos 30 años calculados. Sus ojos brillaban como dos diamantes...Lo había visto en ocasiones pero apenas habíamos hablado. A veces le daba cosa acercarse a él y a su majestuosidad. Comparada con él, April se veía en la parte más baja de la pirámide. Era un vampiro que sabía serlo, no como April que cada día dudaba si le gustaba o no serlo...

- Si monsierur, hoy actúo. Aunque, me temo que no será una de mis mejores....representaciones. Pero haré lo que pueda para que los espectadores no se defrauden.- dijo mientras mostraba una sonrisa que desprendía seguridad, a pesar de estar medio sufriendo.

por **Sean O'Rouke** Miér Dic 12, 2012 11:28 pm

Su rostro aniñado junto a su cuerpo ya algo desarrollado brindaban un espectáculo de lo mas raro. Era la edad justa, aunque tuvo que ser alguna especie de vampiro que la amaría mucho porque no había forma de que un vampiro como yo o como el resto de los presentes hubiera quitado por completo la vida de una pequeña para darle la vida inmortal como ella la tenia. Era un dato curioso que no dudaría en preguntar en el momento apropiado. Me senté a su lado ofreciéndole de mi copa antes que nada

-Te he visto algunas noches desde el otro lado primeramente, cuando apenas me habían invitado a ser parte del Teatro, y tu voz realmente es mas que llamativa, la llevas a limites inimaginables, se compara con el canto de las sirenas del otro lado del telón. Te felicito! pero.. cuéntame que te pasa? te sientes débil?-

Mis ojos se arquearon un poco mientras el bullicio de vampiros que iban y venian se iba incrementando. La joven tenia un buen aspecto, obviamente no estaba padeciendo de algún problema de salud porque no existen para nosotros pero algo en su cabeza estaba rondando y ese algo no la dejaba ser ella misma. Recuerdo una noche hace mucho tiempo un hijo del milenio llamado Louis también había tenido una mente así de confundida, pero no era una confusión como la mía, esta confusión era mas similar a una pelea interna con la fe o con la religión.

No sabia realmente que pasaba por la cabeza de la niña ni lo sabría nunca, pero había un tormento mayor que se escondía tras su sonrisa que si bien parecía sincera era una mascara que la mantenía alejada de las preguntas del resto y de los cuestionamientos de sus pares. Pero quería llegar al fondo de esto. Esa jovencita encerrada en su cuerpo apenas desarrollado me recordaba mucho a una pequeña amiga mía que vi caer ante la inquisición hace ya unos 5 años.

Que le estaba pasando a la pequeña? Acaricie su rostro esperando su respuesta, sus mejillas estaban mas frías que mi piel pero mucho mas lozanas, su tez era muy pálida como la nieve y muy tersa.

por **April Campbell** Vie Dic 14, 2012 3:27 pm

La presencia de Chris de algún modo le inquietaba. A parte de que se sentía inferior por su elegancia y clase, April siempre tendía esa tendencia de procurar no contar mucho sobre ella a alguien que acababa de conocer. Pero, a pesar de todo, tenía el presentimiento de que acabaría abriéndose y contándole todo.

La noche seguía en su curso y si uno se asomaba por la ventana podría oír perfectamente los ruidos característicos de ella: grillos, el susurro del viento, los pájaros inquietantes. Pero, dentro del teatro April se sentía segura, era como su casa; aunque, la noche no le asustaba, al contrario, se había acostumbrado a ella por lo que era pero hay que destacar que de pequeña tenía miedo a veces por la suma oscuridad.

Esa noche estaba distraída, estaba allí pero a la vez no lo estaba. Cuando el elegante vampiro le ofreció una copa ésta negó con la cabeza. No le apetecía...aunque más bien se negaba por costumbre.

- Muchas gracias, es usted muy amable... Y, no se preocupe, solo es que seguramente me habré levantado con el pie izquierdo- su voz era más suave de lo habitual como si hiciera un gran esfuerzo para hablar...

Aquel hombre la miraba preocupado a pesar de acabar de conocerla. La muchacha miraba hacia otro lado pero sentía que éste le estaba observando. Estaba cabizbaja y encogida de brazos, como si esa noche estuviera muy insegura. De repente, April tosió y algo de sangre salió de su boca; disimuladamente, cogió un pañuelo y se limpió, seguidamente lo guardó haciendo como si no hubiera pasado nada. Pero, para el vampiro a su lado no podría pasar desapercibido el olor de la sangre.

Ansias de sangre, eso es lo que siento ahora...

por **Sean O'Rouke** Vie Dic 14, 2012 3:56 pm

Bastó el simple desliz de sentir el dulce aroma de la sangre frente a mi para notar el estado de la niña, seguramente estaba en huelga porque no había visto algo así en casi ningún vampiro en el teatro al menos, eran mas conductas propias de los vampiros vagabundos de las calles, los que apenas tenían mentes como para pensarse inmortales y nada mas. April, según recordaba que se llamaba la jovencita de características enternecedoras, estaba con un mal aspecto por la falta de sangre. Como no lo había notado antes? Esto bien lo disimulaba porque sus rasgos eran jóvenes e inmaculados, solo por eso era menos notorio.

Un poco de sangre escapo de su garganta y me dije que era la hora de hacer algo, no iba ver a un par muriendo así porque si cuando podía evitar hacerlo. Era negligente su actitud pero quizá apenas sabia como hacerlo, quizá su maestro no le había enseñado lo básico y se haya llevado únicamente de malas experiencias, pobre niña! Tenia que actuar o seria cómplice de una muerte contra uno de mi familia. Le pedí que me aguardara unos instantes allí sentada hasta que volví con uno de los niños con los que Armand solía adiestrar para ofrecer su sangre a la gente que llegaba o a vampiros que necesitasen de ellos por algún motivo, eran niños que con el tiempo y cuando crecieran y maduraran él mismo se encargaría de ofrecerles el don de la vida eterna, los mágicos poderes de sanación y demás.

Volví con Paul, uno de ellos de los que me había alimentado algunas veces cuando el tiempo me faltaba y pasaba mis días y noche en el teatro. El pequeño estaba en buenas condiciones, dos marcas rojas en su cuello ya cicatrizadas pero no descoloridas indicaban que estaba en condiciones de donar su sangre nuevamente. Lo acompañe tomado del hombro con April, el niño la observó con una sonrisa, de seguro la conocía ya que todos eramos como una gran familia allí.

-Bebe de él April, no dejaré que hagas huelga jovencita- le dije mientras Paul se acercaba a ella con pequeños pasos, que no eran dubitativos no de miedo, eran mas bien de permiso. Era muy educado.Observé como el se aferraba al cuello de ella dejándole a su libertad el cuello lozano y cuyas arterias llenas de vida podía yo notar a la distancia a la que estaba. Me senté de cuclillas mientras observaba uno de los actos de mas disfrutaba de los vampiros, la caza y la supervivencia que ello suscitaba.

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