Bloody Mailbox

Querido Maks,

He decidido escribirle estas líneas para confesarle lo agradecida que estoy por su paciencia y constancia a la hora de enseñarme los rincones más recónditos de París, para tomarse la molestia de visitarme casi a diario y facilitarme los recursos necesarios para sobrevivir. Si no estuvieras a mi lado, probablemente me encontraría demasiado sola y desgraciada en una ciudad tan desconocida para mi como es París.
Por desgracia, solo compartimos recuerdos de nuestra niñez, los que yo siquiera recuerdo. Usted tenía ocho años y quizás su infantil e inocente mente ha permitido dejar algún recuerdo de los juegos que habíamos tenido en esa época, pues las nodrizas acabaron por confesarme que cuando me visitaba, eramos prácticamente inseparables.
Triste infortunio pues el destino quiso separarnos y mi mente olvidar cada día que compartimos juntos dando fin a la única amistad que tuve en mi infancia. Espero poder compartir nuevas experiencias con usted en París y conseguir recuperar lo perdido.
Debo admitir que podía haberle escrito alguna carta a París. Sin embargo, mi señor padre jamás me confesó que tenía siempre a mano la dirección de su nuevo domicilio en París, donde se mudó con toda su familia. Por otra parte, jamás se lo pedí pues mi desgraciada mente de niña olvidó todo recuerdo de su presencia. No fue hasta que mi señor padre me consiguió un esposo en París que no me informó de su existencia pues hasta las nodrizas tenían prohibido hablarme de vos ya que mi padre intentaba bloquear todo recuerdo que le pudiese recordar a mamá, que en paz descanse.
Le escribo también para agradecer sus servicios de escolta hasta París y hasta la casa de mi señor esposo, pues de seguro que tenía cuestiones familiares que tratar o asuntos de mayor importancia para vos, pero habéis aceptado gustoso escoltarme hasta el país donde usted ha vivido casi todo lo que lleva de vida. Debo confesarle que probablemente si no hubiese aceptado mi padre jamás se sentiría orgulloso de mi, usted a contribuido a que me convierta un poco en la hija que mi padre quiso. Por lo que aún estoy pensando la manera de poderle agradecer personalmente los servicios que ha otorgado a mi familia a la que pocas cosas le ligan ya, a penas que no sea la sangre de mi madre que eminentemente corren por mis venas, o por lo menos corrían.
También me es grato escribirle pues puedo practicar la escritura rusa ya que ciertamente no he encontrado aún a ningún inquilino que conozca y sepa escribir en ruso. La razón principal de escribirle en ruso es debido a que no me gustaría perder la práctica ni la capacidad de poder expresarme en mi idioma natal. Aún no le he escrito ninguna carta a mi señor padre, presupongo que esa tarea le recae a vos, otra vez gustoso de ayudar a nuestra familia, pues nunca habíamos tenido una relación realmente estrecha por lo que no tener muchas noticias de su hija debe de ser, ciertamente, un alivio para mi señor padre. No le culpo por ello, al fin y al cabo era indirectamente la asesina de su esposa que tanto quiso. Cada noche en mis oraciones está presente mi madre, su tía, pido que me ofrezca su perdón pues seguramente aún no me lo ha otorgado si durante toda mi vida en la que he vivido con mi padre no había logrado que este me quisiera al menos un poco.
Lo lamento, me he desviado del tema sin querer. Me he puesto demasiado melancólica cuando la razón de esta carta era agradecerle los servicios que tan gustosamente me habéis prestado sin nada a cambio. Sin embargo, conseguiré encontrar la forma de agradecérselo, no se preocupe por ello.

Os llevo en el alma y en el corazón

Melanya Boyarskaya.