Russian Party in Russia[Privado]

Spoiler:

Desde hace unos años, las fiestas eran el pan de cada día para mí. Siquiera no me podía imaginar que se pudieran hacer tantas fiestas y que en un país, o en una ciudad, había tantos nobles que podían organizar tantas fiestas.
Al principio me irritaba ver tanta gente, tantas caras nuevas, tantas luces, tantas habladurías sin sentido, tantos halagos que probablemente la mayoría eran mentira... Sin embargo, con el tiempo encontré la manera de evitar la atención de los demás y me sometía en mis pensamientos sin siquiera tener constancia de quien tenía a mi alrededor.
Lo cierto es que sospechaba que mi padre me llevaba a susodichas fiestas para que conociera presuntos prometidos o que algún señor de alta cuna me cortejara para casarme y sacar un buen partido de ello. Sin embargo, no conocía a nadie. No sabía siquiera si a las fiestas acudían personas de la realeza, aunque alguna que otra sirvienta me lo comentaba cuando me ayudaba a prepararme para las fiestas.
Cabía destacar que los esfuerzos de mi padre fueron vanos siempre. Ningún chico mostraba interés por mi persona. Probablemente, eso se debía a que estaba mas en mis pensamientos que no en las fiestas en si y al verme tan ausente la gente pensaba que o bien tenía algún tipo de deficiencia mental o bien que no me apetecía ni hablar y menos bailar.
En conclusión, si seguía igual, mi padre empezaría a odiarme incluso más de lo que ya lo hace. Si es que realmente eso es posible. Suspiré mientras me acomodaba mejor los pliegues del vestido para tener una apariencia más presentable.
De pronto, mientras estaba aún algo sumida en mis pensamientos ambiguos algo choco conmigo. Cuando pensaba que me iba a caer, o al menos a perder notablemente el equilibrio, la persona que causo el disturbio me sujetó por el brazo impidiendo que colisionara a la par que una voz masculina, bastante melodiosa y cálida, me pedía perdón.
Me giré para ver a la persona que me pedía disculpas. Resultó ser un chico de rasgos asiáticos. Sin embargo, su acento me indicaba que era nativo de Rusia y que, probablemente, lo único que lo unía con el lejano oriente era la sangre. El chico seguía hablando mencionando que la culpa había sido suya pues se sentía incomodo en ese lugar y buscaba una salida para ir a un lugar más tranquilo.

-Disculpe vos a mí – Le dije con una reverencia mientras hacia una reverencia de disculpa – Estaba sumida en mis pensamientos y no atendía a mi alrededor. Supongo que me he puesto en su camino sin siquiera darme cuenta.

Me di cuenta que me estaba justificando demasiado a la par que le quitaba el preciado tiempo al joven que me había mencionado que buscaba la salida de este lugar pues buscaba uno más tranquilo, o por lo menos eso es lo que entendí yo.

-Me temo que la salida esta por allí – Dije con una sonrisa mientras le indicaba la puerta trasera – Por allí llegará a los jardines. No creo que se encuentre con mucha gente pues están todos aquí reunidos.

Me di cuenta que podía haberme ido yo también y estar en un lugar con menos gente y no entrometerme en el camino. Sin embargo, si lo hacia lo más probable es que mi padre me buscaría y al no encontrarme, o al encontrarme sola en un lugar alejado de la civilización, se enfadaría conmigo.

-Espero haberle sido de ayuda.

El joven volvió a repetir que la culpa no era mía. Decidí zanjar el tema pues podríamos estar una buena hora decidiendo de quien era la culpa del pequeño accidente que habíamos tenido. Cuando le mostré la salida al joven este me sonrió agradecido. Tenía una sonrisa realmente bonita a la que opté por responder con una similar, pues no creía alcanzar tal belleza. Sin embargo, la respuesta que procedió de los labios del joven la sorprendieron. Este anunció que no podía salir, noté cierta incomodidad en su tono de voz. Quizás le pasaba igual que a mi, que si se iba del salón sus progenitores mostrarían descontento por ello. Sin embargo, fue entonces cuando me di cuenta que todos nos miraban. ¿A qué se debía tal interés? ¿es que había sido demasiado patosa y el joven apuesto que tenía en frente solo intentaba calmarme para que el rojo de mi cara no incrementara debido a las miradas que nos analizaban de pies a cabeza? Lo cierto es que ahora yo misma desearía huir del salón de baile para escapar de tantas miradas posadas en mí. Parad.
Agaché la mirada, me pareció que el joven observaba a la gente de nuestro alrededor. Desconocía si estaba acostumbrado a tanta atención y solamente buscaba a algún conocido, o pretendía persuadir tal descaro, pero yo no me atrevía a levantar la mirada. No quería que la gente me reconociera y que los rumores que la patosa de su hija había creado incomodidades a las demás personas llegasen a su padre. Si eso ocurría, la bronca estaría asegurada. Suspiré. Era un desastre.
Cuando estaba a punto de despedirme del joven y alejarme del lugar, para desviar las miradas de nosotros, el joven mencionó que parecía que yo tampoco estuviera disfrutando del ambiente. Lo más probable es que había notado mi repentina y extrema timidez y quería ayudarme a salir de una situación tan vergonzosa. El mozo me propuso acompañarle mutuamente y que la fiesta no apagase nuestra llama. No sabría decir si eso era realmente lo que quería pues lo que más deseaba en ese momento era que el ardor de mis mejillas menguara. Sin embargo, también había entendido que no era a eso a lo que se refería si no que dicha fiesta, probablemente, acabaría por dejarnos en un estado completamente ausente.
No sabía si negarme o aceptar la propuesta pues, deseaba con fervor salir de ese lugar y escapar de las inquisitivas miradas, pero por otra parte no sabía si irme con el joven con el que había tenido un accidente era lo más indicado. Finalmente, opté por marchar de allí pues las miradas no cesaban por más que mostrara que estas me incomodaban notablemente.

-Acepto, мой господин – Dije al fin quizás demasiado secamente, pero realmente anhelaba marcharme de ese lugar a un ambiente más tranquilo y agradable.

Spoiler:

Cuando acepté su propuesta, el joven pareció realmente agradecido por ello. No comprendí muy bien el por qué, pues siempre he pensado que no era una persona que realmente creara interés en los demás pues ni amigos tenía, pero supuse que el joven simplemente quería rehuir de la multitud y tener una simple conversación para entretenerse. Hice una reverencia ante sus palabras, más el joven me explicó que no le malinterpretara, que solo quería expresar gratitud... ¿que no le malinterpretara? ¿A que se refería con eso? ¿A caso se puede entender sus palabras de otra manera?
Forcé mi mente para intentar comprender por donde iba el asunto, pero no encontré nada. El joven mostró comprensión por mi incomodidad y me informó que en su principal interés en ese momento era verme cómoda y alegre. Le miré extrañada, ¿quizás me confundía con otra conocida? Mientras cavilaba en mis pensamientos, el joven, repentinamente, me preguntó si alguna vez estuve en París. París... mi nodriza me había alimentado a base de historias sobre esa ciudad, me hablaba de todos, pero concretamente de esa me hablaba en exceso... quizás porque tenía parentesco Francés, creo recordar que su madre lo era.

-No, mi señor – Le dije – No he tenido la oportunidad de ir a esa maravillosa ciudad, aunque me han contado fascinantes historias sobre dicho lugar.

Creía oportuno presentarme ante el joven pues tendríamos que tratarnos de algún modo y ya que había sido yo quien aceptó la propuesta dle joven, creía oportuno presentarme primero a la par que podría aclarar algunas cosas.

-Me llamo Melanya Boyarskaya, encantada de conocerle – Dije haciendo una reverencia – No hace falta que se esfuerce en mi bienestar. Soy una completa desconocida para vos. Es más, yo le debo mas pues esta intentando que las personas a nuestro alrededor no nos observe de forma tan descarada... aunque no surja efecto del todo.

Me di cuenta que estaba tan desentrenada para hablar en público, que no sabía siquiera como entablar la conversación con el joven, por lo que opté por esperar si este la iniciaba o... por ende, tendría que pensar en algo de que hablar... ¿de... del clima?...

Spoiler:

El joven me preguntó si debía presentarse, le miré curiosa pues jamás nadie me había preguntado algo así, aunque a decir jamás había hablado con alguien de esa forma, solamente con mis nodrizas o las cuatro paredes que conformaban mi habitación. Sonreí al joven.

-Sí por favor, porque si no, no sabría como dirigirme a vos – Le comenté.

El joven se presentó como Valentin Zukovski, cabe decir que aquello no me dijo nada. Solo me informó de como el joven se denominaba. Era sorprendente lo poco enterada que estaba hasta de las personas que poseían altos rangos en la comunidad, quizás el joven que tenía delante lo era, pero lo desconocía plentamente. Esperaba que no se enfadara debido a los pocos honores que le di cuando descubrí su nombre o algo así, pero lo cierto es que mi padre no me permitía descubrir ese tipo de cosas.

-Encantada de conocerle oficialmente – Le dije con una sonrisa – He venido únicamente con la compañía de mi padre.

El joven por su parte me comentó que había venido con su hermana pequeña junto con su padre. Al parecer su hermana era una joven que destacaba entre las demás por su belleza y el don de la simpatia lo que hacia que muchos jovenes quedaran abrumados por ella. Por otra parte, su padre parecía ser fanático de la política y suponía que hablaba de ella ahora con otros hombres.

-Parece que nuestros padres comparten sus intereses – Le comenté con una sonrisa – Mi padre esta sumido completamente en la política. Aunque a decir verdad, no conozco muy bien sus preferencias, únicamente conozco esa. No solemos hablar en demasía.

Me di cuenta que soné demasiado triste o algo por el estilo y no quería aburrir al joven con mis tonterías familiares. Si el joven creía que era digna de darle un tema de conversación, no podía no satisfacer sus necesidades y que perdiera la fe en mi. Debía pensar algo más divertido.

-¿De qué parte de Rusia es? - Pregunté – Tiene un acento peculiar lo que me hace pensar que no es de la capital, ¿me equivoco? Yo soy nativa de aquí desde toda la vida.