Bastian Leroy

-Nombre del Personaje: Bastian Leroy
-Edad: 20 años
-Especie: Humano
-Tipo, Clase Social o Cargo: Clase Media
-Orientación Sexual: Bisexual
-Lugar de Origen: Francia
-Habilidad/Poder: Está entrenado como cazador y es experto en armas.

Bastian es una persona un tanto silenciosa. Le gusta observar y analizar las cosas antes que nada, sobre todo sí son situaciones desconocidas para él. Es arisco y siempre está a la expectativa, pero cuando se siente tranquilo y confiado tiende a aflojar bastante todo ese hermetismo que ha hecho entorno a él, volviéndose algo despistado, risueño y bastante sociable. No es de los que ocultan su camino como cazador, pero sí es bastante receloso con todo lo que respecta a ese asunto. Trabaja solo, y eso es algo que ni siquiera es negociable, aunque no siempre fue así y por esas mismas amargas experiencias del pasado es que él es tan firme con ese tema.

Desconfía de las personas y detesta a las criaturas sobrenaturales, puede ser bastante terco y radical, pero con esto es aún más extremo. Se niega a que las personas vean su vulnerabilidad como también evita a toda costa encariñarse con nuevas personas. El amor es un tema total y completamente vetado, sus ideales van primero, más ahora, que ya tiene claro cuáles son sus propósitos de vida.

Vive sin pensar en el mañana o en un futuro, no le interesa acumular fortuna u obtener fama. Es un errante, un mercenario que se mueve con el único fin de encontrar a las dos personas más importantes de su vida.

Los Leroy, por varias generaciones se habían consagrado como una de las más importantes familias dedicadas a la caza de criaturas sobrenaturales, en especial los licántropos. Vivían de la caza y para la caza, y eran muy celosos con sus tradiciones y costumbres, pasadas únicamente a sus descendientes. La generación de Bastian era sin duda la más destacada en los últimos años, llenando de orgullo más que todo a los ancianos, quienes mantenía su acérrimo desprecio a las criaturas sobrenaturales, no como sus padres, o la generación que les precedía, ellos se habían vuelto indulgentes, se habían acostumbrado a vivir entre bestias, eran una vergüenza para el apellido Leroy. Por esto, no se hizo extrañar que la persona que tomara el mando dentro de la familia fuese alguien bastante joven. A la edad de 16 años su hermano mayor fue consagrado como el máximo líder dentro de la familia, para ese entonces Bastian solo tenía 12 años, pero aún así le seguía a todas las batallas donde su hermano participaba. Era a quien admiraba, era su ejemplo a seguir.

Ellos tenían una pequeña hermana a la cual cuidaban y protegían a sol y sombra. Tratando de alejarla en lo mayor posible de la vida de cazadores, pero como todos en la familia, ella también recibió entrenamiento, eran muchos los enemigos que tenían, así que por regla general, todos debían estar preparados para una batalla. La vida de Bastian era activa pero algo rutinaria, antes de los 17 años ya estaba listo para ir solo a dar caza a licántropos, vampiros o cambiaformas de rangos inferiores y precisamente fue su hermano quien le encargó especialmente a él que fuera al país británico, donde un vampiro estaba causando estragos en un pequeño pueblo. La paga era buena y la tarea no se le hizo muy difícil, pero sí se le hizo un poco larga. Así que tardó más del tiempo planeado para volver a su hermosa Francia.

Un extraño olor en su camino rumbo a casa hicieron que acelerara el paso del caballo que montaba. Tenía un mal presentimiento, aquel olor en vez de dispersarse cada vez se hacía más fuerte, era un olor bastante conocido, pero se negaba a sacar falsas conclusiones. Cuando atravesó el espeso bosque que se anteponía a la pequeña aldea donde vivía, la verdad llegó a sus ojos de golpe. La aldea había sido atacada y los cuerpos de los que una vez fueron sus familiares y amigos estaban esparcidos por todos los lados. No necesitaba haberlos vistos para saber quiénes habían sido. Los hombres lobos habían atacado su aldea y no tuvieron consideración ni siquiera con los pequeños niños humanos.

Su casa no estaba en mejores condiciones, parecía un campo de batalla, armas y sangre por doquier. Sus padres no habían corrido con muy buena suerte, pero tenía la esperanza de que por lo menos sus hermanos continuasen con vida, aunque por el panorama parecía algo casi imposible. Salió de casa toda prisa tras sentir las fuertes pisadas de un caballo a las afueras, pero guardó sus armas al ver que la persona que le montaba era un aliado, otro Leroy, uno de los más fuetes y respetados. Estaba gravemente herido y sus ojos reflejaban su profunda tristeza por ver la aldea reducida a nada, pero su rostro también estaba cubierto de furia, tenía tanta rabia que en vez de llorar gritó con todas las fuerzas que le quedaban, pronunciando luego palabras que marcaron la vida de Bastian para siempre “Mátalo, asesina a tu hermano”.

Pasado unos días, reunió la suficiente información para dejar un par de cosas claras. Los más destacados cazadores fueron dispersados por todo el continente para los días del ataque, su hermano mismo había sido quien había dado estas órdenes… Era más que evidente, él les había vendido ¿Pero a qué precio? También, por rumores se enteró de que había una posibilidad de que su pequeña hermana siguiese viva y hubiese sido vendida como esclava. Bastian nunca encontró su cuerpo, así que por ahora no le quedaba más que aferrarse a esa diminuta esperanza, y emprender su camino en busca de ambos, eso sí, sin dejar de lado esa profesión que tanto le llenaba de orgullo.

Tiene el sueño pesado, se acuesta realmente tarde y odia que le despierten.
Su respeto hacia la realeza o clases superiores es prácticamente nulo.
Es incapaz quedarse por mucho tiempo en un mismo lugar.
Fuma.