Galaxure. La otra mitad el Centauro.

por **Orland** Vie Ene 25, 2013 3:09 pm

Evaporaban las rosas
los perfumes de sus almas
para que los recogieras
en aquella noche mágica;
para que tú los gozases
su último aliento exhalaban
como en una muerte dulce,
como en una muerte lánguida,
y era una selva encantada,
y era una noche divina
llena de místicos sueños
y claridades fantásticas.

Egdar Allan Poe.

Me siento libre, volátil , liviana, frágil, fuerte, lasciva, puritana. Soy todo y en la noche que cubre París, nada, ni nadie. Soy un fantasma que posee un cuerpo ajeno tan propio que se escurre en un vestido tan ceñido, borgoña como la sangre, mostrando los hombros, las clavículas y el nacimiento de los pechos. Viendo el mundo a través de mis ojos densos, negros, tan diferentes al del recipiente que me apresuro en servirme.

Yo soy la bestia.

Soy Galaxure.

Soy el universo oscuro lleno de misterios. Sanguínea, impulsiva. No tengo miedo. He salido esta noche para romper ciertas normas, para vivir intensamente. Los hombres me miran con deseo, hombres vestidos de formalidad, llenos de impulsos animales que al pasar, al envolverlos con mi perfume de magnolias, de cementerio, sus mentes por un segundo maquinan como llevarme a su cama, rozarme con sus cuerpos. Veo sus mentes como libros abiertos. Muevo el mar ondulado de mi cabello, jugueteando con el rostro de desconcierto de mis imaginarios amantes ¡idiotas!... les falta mucho coraje para acercarse.

Me divierte, las muecas de las otras mujeres, que hablaran mal cuando toda la función termine, ¿ pero de quien hablaran mal? ¿ De Aûrora,que nadie ve, que nadie recuerda? o ¿ hablaran mal de Galaxure, una lechuza, una dama de la noche?...

¡ Que me miren! después de todo algunas son hermosas, como piezas de porcelana, con sus pieles blancas, con sus labios rojos... Atravieso el salón, directo a mi palco, o mas bien al palco de Aûrora... la distinguida dama de Florencia... pero esta noche ella duerme, y vivo yo, la loba, la voluptuosa...

Yo soy Galaxure, la bestia que pario la magia.

( Esta es una historia que hize para Hero, ¡ Lo prometido es deuda! esta relacionada con las ultimas publicaciones de mi diario, que pueden leer en http://www.victorianvampires.com/t20735-la-metamorfosis
para poder entender el sentido de este aparte. Gracias)

por Invitado Sáb Ene 26, 2013 5:02 pm

El tiempo es infinito. Y yo tengo todo el tiempo del mundo. Entonces, por que no jugamos a bailar intensamente entre las flores; tu, yo y ella. A quien posees

Ah! Pero quien es esa mujer que llena el libido de mi pasión?! Como única entre el faro de mujeres que inunda el teatro, ella me ha deslumbrado, de repente, como nunca me había pasado, una hembra llamó mi atención; Oh si! Esplendorosa tu mirada y como te miran los hombres. Caminas con una seguridad que ni el mismo diablo te podría igualar. Tu cintura recorre por entre todas y con un distingue inapropiado estás viniendo inconscientemente a parar junto a mi. Es que tendré yo, el honor de poder poseerte esta noche? Querrás jugar conmigo, mientras te tomo dulcemente entre mis brazos? Pasearás conmigo, pasearás entre mis dedos? Tu figura como un marfil. Me gustaría tomarte y darme el gusto. Es que tu aroma es exquisito, estas muerta pero estas viva. Tu corazón late, pero en tu aura, se nota la muerte. Quien eres?

-Mmm, Bonjour Mademoiselle. Hoy este palco estará compartido, en el teatro pensaban que vosotros ya no vendrías. Espero que no os moleste mi presencia.

Y con una sonrisa mis afilados colmillos se mostraron con intensidad. Mientras mi mirada se paseaba en sus ojos y con una tranquilidad inexorable puse mano y mano en la baranda del palco, paseando mi mirada por cada una de las personas del lugar. Ah! Que patetitoso el momento, que tanta hambre me daba. La destrucción del camino.

"Déjame, déjame disfrutarte, que te mostraré el mas hermoso de los placeres. Me dejarás beber de ti? Bella dama de la noche, que oscuros pardos llevas. Tan intensa, tan podrida. Tu mirada refleja la diversión completa"

Mi mano con suavidad se acercó a la ajena, buscando un beso en su dorso, en sus dedos. Mirándola con lascivia. Como si tuviésemos un secreto que solo nosotros conocíamos. Un pacto que me gustaría llevar a cabo. Y allí estaban, las luces se atenuaban, la obra comenzaba, pero mis ojos solo estaban sobre los de ella. Pasando por sus pechos. Ah! Hermosos pechos que al descubierto mostraban la montaña mas hermosa. Besarle y succionarle de aquella partes. Sería demasiado el deleite de probar su sangre salida de los hermosos cristales del eden? Con su cintura marcada. Como si de un talle menos de corsé se trataba, estaba apretada, mostrando todo lo que podía.
Era esa clase de mujeres que lo mostraban todo. Y solo había dos clases de mujeres que me gustaban. Las que nada mostraban e iban con atuendos flojos y vestidos grandes. O las que lo dejaban ver todo. Las que acaparaban la atención diciendo "Aquí estoy yo. Soy y seré siempre la mejor". Las mujeres comunes, las mujeres comunes eran demasiado sencillas. La realidad era, que mejor podría mirar a la pared, que a una mujer casual.

-Hero Jaejoong, Mon Mlle, para serviros.

"Y entre el camino, busco tus sentidos"

por **Orland** Sáb Ene 26, 2013 5:26 pm

¿ Que sueños oscuros me regalas, para parecer, tan aparentemente fragil, buscando un juego, que puede ser tan temerario como un puñal al corazon?

Llego al palco, para encontrarme con una tentadora sorpresa. Tan fragil y palida como los placeres que la muerte regala. Bella muerte con ojos de angel. Sin alas, sin deformidad, simplemente belleza: la belleza de un succionador. ¿ Teme, Galaxure a alguien? No, es el riesgo de la ruleta rusa... no sabes que dia seras el perdedor. Respiro el perfume denso de aquel caballero, que me miraba con ojos de pervesion, con ojos de canibal cada fraccion de mi carne. Si; MI CARNE, mi cuerpo....

Y aparece ella en mi mente.

" Detente... por favor.."

" Duerme..."

Me deslizo a la butaca , escuchando la voz del caballero, melosa, peligrosa. Puedo oler, en el fondo del perfume, un olor acre a sangre seca. Me siento violentada por el vibrar de sus pensamientos que me cubren lacsivamente, de sus ojos oscuros, densos, que se depositan en mi pecho. Al hacerlo me muerdo el labio inferior. Maravillosa funcion... la de esta noche...

- No me importa compartir el palco con usted...- miro su delgadez, su talle, su piel blanca como el marmol- Mi nombre es Aû... Galaxure, asi a secas sin tanto protocolo...

El mozo trajo a la pequeña mesita entre las dos butacas, un cigarrero dorado, lo abrio ante mi, tome un delgado cigarro oscuro, del tabaco mas denso. Me dio fuego, lo mire provocativa y el temblaba. Se retiro con premura...

" Es peligroso...."
" ¡ Callate!.."

- Esta noche se muestra interesante...¿.no cree? - miro a nuestros vecinos del frente un hombre gordiflon y una vieja estirada- no lo cree , Hero o prefiere que lo llame de otre manera...

Lo mire de reojo, como un gato en celo, desplegue una sonrisa magnetica, ayudada por el carmin de mis labios... Dirigi mi cuerpo hacia el, y estire un poco el cuello de manera de provocacion.

es un Vampyr... lo se.

por Invitado Dom Ene 27, 2013 11:21 am

"Te regalo los sueños mas profundos. Los placeres mas nocturnos, y sobre todo, el inesperado momento de beber cada parte de ti, hasta que nada quede de tu temor."

Y con una risa daba pie a que el camino avance, a que la fiesta comience. Serás tu la dama que se acunará en mi cama? Como marfil mi piel se encontraba, que la palidez era notoria. Sus ojos sabían quien era. Mas ella no estaba dispuesta a temer a nada. Mis colmillos relucen con las inexorables ganas de clavarse en tu pecho y en tu alma. Cuantas almas llevas dentro?!
"Ah! Pequeña querubín, ten cuidado con mi cuerpo pues es mas fuerte de lo que aparenta, ten cuidado con acercar demasiado la cabeza a los dientes del lobo, pues este lobo esta dispuesto a comerte. A comer cada aparte de ti."

Con suavidad y dulzura dejaba ir esa mano que estaba enjaulada en las propias, mirándola con un deseo carnal. Que dulce era la tentación de su aroma! La mezcla era tan profunda. Delicioso manjar para cualquier vampiro cerca. Tentadora, tentadora como ninguna. Su voz resonaba a mi lado, que en un ligero movimiento de cabeza, sonaban los cascabeles del teatro. Y solo un asentimiento fue el que se le otorgó a la mujer.

-Galaxure, "como el frescor de un arroyo turbio" Ese es el significado de vuestro nombre, no es así? Será aquel significado digno de vosotros Mademoiselle?

Podía ver al mozo venir y sus estimulantes acciones solo me hicieron sonreír aún mas. Ah! es que aquel hombre solo temblaba de la excitación que la mujer le provocaba que con lujuria le miré, pero solo pudo voltear y en una reverencia terminar de apartarse de la situación. Yo llevaba una copa de Whisky a las rocas. Una de las bebidas mas caras, pues el hielo aún era difícil de conservar. Bebía con soltura, mientras risitas escapaban de mi. Miraba hacia la obra con los binoculares pequeños, retirándolos cada tanto. Mientras mantenía una sonrisa sobre mis labios. Asintiendo a sus palabras, que volteaba la cabeza y me encontraba con su figura y su seductora forma de hablar.

-Es por que vosotros ha venido. No creéis? Ah! Hero esta perfectamente Mon Mlle. La obra esta interesante, mas debo decir que vuestra presencia es aún mas interesante. Os gustaría acompañarme a beber algo, luego del espectáculo?

Sin rodeos, simplemente se lo dije. Que si me importaba? Que si me daba vergüenza? No. No y no. Esas cosas eran de humanos, tenía toda una eternidad de juventud por delante, que peor que una eternidad aburrida? Mejor divertirse con lo tentador. Disfrutar la seducción, pues en el caso de que me rechazara, siempre podía beber de ella a las malas y luego partir sin ningún pecado que me atormente. Después de todo, jamás mataba a mis victimas.
"Que es lo que haces pequeño gato? No descuides tus venas, que tengo el gusto de que sean mías pronto."

Su aroma. Ah! Exquisito aroma era el que ella desprendía, que solo mi nariz paso por aquel cuello, buscando provocarle una reacción, solo el aire podía llegar a excitarla. Tal como a mi me hacía vibrar su esencia. Mordí mis labios y negando admiré su capacidad de lujuria. Es que ella era tormentosa! Fresca y voluptuosa es toda la formación de la palabra.

-Mmm Mon Galaxure, que placer es poder disfrutar de vuestro aroma. Me estáis provocando. No tenéis mas cuidado? Podría seducir a alguien.

Pasando una mano por el filo de la madera en la que ella estaba apoyada, que sonreía hasta separarme, y disfrutar un poco mas de la obra. Sin alejarme del todo, como seduciendo su aura. que solo mis manos suavemente apoyadas sobre la punta del brazo de la silla. Jugaban como si estuviesen jugando con su cuerpo. Movimientos justos, me imaginaba su desnudes y como poco a poco podía ir retorciendo cada punto rosado en su cuerpo, lenta y torturosamente. Se lo hubiese hecho allí mismo. De no ser por que mis manos, seguro no entrarían en ese corsé tan ajustado que ella llevaba.

por **Orland** Lun Ene 28, 2013 3:48 pm

Ojos hechiceros, bellos y densos..¿ podras acaparar esta alma fria y solitaria? ¿ pondras pasion a estos huesos? ...

Lo mire y solte una risita. Tanto protocolo, dulce que alargaba las ganas de derrumbarse ante aquel angel sanguinario, implacable. Mire a traves de los binoculares la obra, las caras exageradamente maquillada de los actores, ocultando su verdadero rostro. La vida es una descarada comedia, una inexplicable tragedia, una sorprendente historia romantica, una sensual mascarada. Nadie muestra su rostro, nadie muestra su esencia. Sus palabras medidas, saboreadas ante su bebida, no pude evitar mirar su boca, demasiado lisa, como el de una mujer. Esa belleza androgena, tan delicada y tan fiera, tan femenina, tan bellamente masculina. Digeri sus palabras y me deleite en su acento, imagine esas mismas palabras combinadas con algo mas de calor, algo mas murmuradas...

- ¿ Acaso no me queda bien mi nombre? Difiero con usted... - sonrei picaramente- un poco de aire fresco entre tanta fetidez-[/color] mire a nuestros vecinos de palco- pero no me gusta la hipocresia... lo que ve es lo que soy- rei- y mi querido Signore Hero... usted tambien...

Aspire el humo del cigarro con cadencia, estirando un poco mi cuerpo, mirando de reojo a mi compañero de esta noche. Mire cada una de las lineas de su cuerpo, sus labios, su elegancia, su aparente fragilidad. Me estremeci, imaginando la sensacion erotica de sus afilados y blancos colmillos, en mi carne tremula... Era una energia que nos envolvia a los dos, y para un ser sin alma, su cuerpo reflejaba tanta vida... tanta sensualidad, voluptuosidad...

- Sera un placer ir con usted... donde desee- dije con un dejo de sensualidad en la voz, insinuante, decidida...Al diablo con Aúrora... Hoy soy Galaxure... una brisa llena de placer, de oscuridad...

Me imagine poseida por el, recorrida por el y humedeci mis labios. Su pensamiento golpeo mi cabeza como una ola de calor, y cerre los ojos. Aunque sus manos no pudieran entrar en mi corse, tenia la opcion de romperlo. El cigarro se acabo entre mis dedos y delicadamente lo puse en el cenicero. Quite momentaneamente los ojos de el, y en un movimiento eche mi larga cabellera hacia atras permitiendo que el amplio escote, mostrara todo lo que tenia que mostrar...

- ¿ Cree que temo a la seduccion, Signore?- Mi mirada volvio a el como un resorte y me acerque mas...

por Invitado Vie Feb 01, 2013 12:00 pm

"Alma y huesos, carne y músculos es lo que haré bailar junto a mi. En este beso oscuro. Quieres disfrutar, quieres divertirte. Pues yo también. Ven y déjate hacer"

Le sonreía de la misma forma placentera en mis palabras y en las suyas, que combinadas con la música del teatro se volvían una melodía fascinante. Era el grito del placer, que pedía a gritos que la pasión sea liberada. Sus frases eran escuchadas, como dobles con un eco de fondo. Como si ella no perteneciere a ese cuerpo. Era algo que me daba curiosidad, una sensación de extremo placer, que me hubiese gustado poder apoyarla dulcemente contra la pared del palco para poder ir haciéndola mía lentamente. Degustando su cuerpo con dulzura, adentro y afuera, piel y sangre quería saborear con violencia.

-Mmm No he dicho que no os quedara. Mas tendré que esperar para decir si es o no es verdad. Ah! Sois impetuosa, tenéis suerte que soy yo quien os esta escuchando. Sus palabras, son fuertes.

"Escuchando tu melodía me río de tus palabras. Eres lo que veo? Eres mas que eso, déjame ver mas allá de los horizontes, cavar en las profundidades de tu flor, hasta encontrar tu verdadero yo propio"

Reí por lo que decía, enarcando una ceja suavemente. Disfrutando del humo de su cigarrillo, mientras me deleitaba en su mirada, en sus palabras y en su risa divina. Que me decía que la mentira era lo con rondaba por esos lugares. Pero que me importaba a mi? Si yo mismo era una mentira. Esa noche quería olvidarme por un tiempo todo lo que pasaba a mi alrededor. Estampar a una hermosa mujer contra mis sabanas, deleitarme con su cuerpo, mientras mis deseos carnales son satisfechos. No había forma de que la contagie de alguna enfermedad, y ella mejor a mi. No la podía dejar embarazada, y tampoco tenía que preocuparme por lastimarla. Entonces, por que reprimirme? Estas ganas que sabía que ella tenía tanto como yo. Serían resultas en lo que quedaba de la noche.
Sus palabras me rozaron que una hermosa sensación me recorrió y asentí elegantemente. Sintiendo como sus pensamientos me llegaban, era como un aura de excitación que el aire se tornaba denso. La situación era cómoda, llena de éxtasis en el ambiente. Como propensos a derretirnos por el simple hecho de mirarnos. Lamiendo mis labios de cerezas los mordí y suspiré en su piel, acariciando el corsé que mostraba todo con su talle ajustado, con su cintura marcada. Me derretía de solo mirarla y de un movimiento me levanté y la invité o mas bien tironeé a que vaya por detrás de las cortinas, haciendo la mímica que me retiraba con la mujer, solo la posé por donde las cortinas nos tapaban. Estábamos bien arriba y solo el gordinflón de enfrente con la mujer podrían ser capaces de vernos, pero que importaba? Realmente no era algo que me preocupara.

"Te tomaré aquí mismo, pues tus palabras me han exigido que te dome con violencia, que pruebe de ti sin disimulo. Estás dispuesta a disfrutar mi toque? Pues de no estarlo, ya es muy tarde para escapar"

Y con una de mis manos fui desprendiendo aquel corsé y mirándole desde arriba fui mostrando mis apetitosos colmillos. Mi cuerpo alto de metro ochenta dos, delgado y con una ancha espalda. Que parecía frágil por mi mirada asiática, lo era para cualquier otra vampiro, mas a comparación de un humano podía romperle los huesos con lentitud. Mi otra mano empezaba a hurgar por dentro de su corsé sujetando su pecho que lo retorcía lentamente y mis labios iban a su cuello, lo estiraban para poder besarle, quería clavar mis colmillos. Pero debía esperar, no podía acelerar el dulce proceso de la seducción.

-Ah~ Lamento deciros que quizá me adelantaré a los sucesos, al parecer vuestras ganas de seducir han sido favorables, dejará que vuestro cuerpo sea mio esta noche?

"Deseo olvidarme de todo por esta noche, me ayudarás? Me darás el placer mas dulce de este mundo? Mientras olvido lo que me han hecho hace días atrás?"

por **Orland** Vie Feb 01, 2013 3:40 pm

El juego habia comenzado, la seduccion llego al punto insoportable de la atraccion, de la piel que clama ser poseida. Y era mutuo... la muerte no le habia robado al oscuro angel aquel fuego perverso que nos estaba consumiendo. Con un cuerpo prestado, si, pero con unas ganas genuinas. Sus palabras dejaban una sensacion cargada en el aire. Como un perfume dulzon que me embriagaba. No tenia voluntad, la habia abandonado para darle mi cuerpo literalmente en sus manos. El juego de luces, daba la sensacion de penumbra, y las manos de los asistentes jugaban bajo cuerda a acariciar, a tocar, a invadir.

" Tocame como a un violin, haz que la musica brote de mi piel, haz musica de gemidos indecibles, de pasiones sordidas..."

Senti su tiron, y fui a dar a la pared, suavemente recluida en su aliento, su violencia me debatia, y de la tension sexual solo quedaba el murmullo de la tela que cedia ante su mano. Fui acomodando mi cuerpo, para que sus manos frias y quemantes como el hielo, desataran el corse, desligaran el vestido. Senti la yema de sus dedos estrujar mi pecho con fuerza, me mordi el labio. Sus colmillos brillaron tras la oscuridad de la cortina, que era nuestro momentaneo refugio. Me seducia pensar la sensacion diversa de ser succionada, deseada hasta el punto de la muerte. La pasion era enfermiza, asi que cuando emitio su frase, rei con ganas ¿ y que si me escuchan? sentirian envidia de no soltar los deseos nada puros de un par de cuerpos nocturnos.

- Tomelo, pero usted debera darme una porcion del suyo...- rasgue la camisa mientras los botones, se sentian caer por el suelo del palco. Acaricie el pecho palido y suave y deslize mi dedo hasta rozar su abdomen. Busque su boca y la atrape con violencia

Deseaba que continuara, queria ser suya. Acaricie sus caderas por encima de la ropa.

por Invitado Lun Feb 04, 2013 12:28 am

"El sonido de la pasión es lo que flota en nuestro alrededor. Estás dispuesta a intentar satisfacer mis deseos? Sabes que nunca lo podrás terminar? Juguemos, juguemos a ver quien gana"

Su risa logró estremecerme, enarcar una ceja mientras negaba con diversión. Ella deseaba una porción de mi cuerpo? De un cuerpo muerto? De un cuerpo que ya había sido maltratado por otras manos? Pues lo tendría. En este momento tendría todo. Estaba dispuesto a darle profundamente, penetrarla hasta saciar mis ganas. Jugar con su cuerpo hasta que el sol se disponga a aparecer. Mantenerla atada a mi, en lo que el tiempo pasaba. No importaba si ella no deseaba mas. Ahora era muy tarde para dar un paso atrás y de tener que usar mis dones los usaría. Para que abra sus piernas, para que me deje apretar mas de esos deliciosos pechos que moría por probar. Sí... estaba ansioso por probarle, por succionar su sangre y tocar su cuerpo. Unirme por esa noche hasta que ningún pensamiento llegue a nosotros y podamos disfrutar solo el uno del otro.

-De mi cuerpo? Pues tomadlo si queréis, esta noche soy todo suyo...

Susurraba en lo que le veía hacer, negando por como rompía mi camisa que mirándola fijamente hice un nuevo ademán de error. Pasando una de mis manos por sus posaderas que la apreté y tironeé hacia arriba. Acercando mi rostro a su oreja, delineándola con la lengua para luego morderla. Pasar con los colmillos por su lóbulo y tironearlo un poco. Me vengaba por aquella ropa, debería pagar por su error y lo haría de la mejor forma posible. Intentando no mover la cortina sentí su beso. Ah! Malditos besos indeseables, gruñía por aquello. Pero no podía dejar saber que aquel contacto no era el mas deseado para mi. Y solo lo seguí, tomando su lengua entre mis labios, succionándola para luego clavar los colmillos allí.

"Ah! El elixir que sale de este musculo es tan tibio. Me alimentarás y serás mía por esta noche. Jugaremos a que eres el juguete y yo el amo. Te daré placer y tu me llenaras hasta que yo lo diga"

Succionaba algo de sangre, gota tras gota me alimentaba, mientras mis manos pasaban por sus nalgas y buscaban adentrarse a aquella piel. Acariciando su cuerpo, buscando intensificar mas los toqueteos. Hasta que suavemente me desprendí apenas y mordiendo mis labios volví a besarla. Ahora por el simple hecho de sanar su herida. Dejando mi sangre recorrer su cavidad. Sangre dulce para un humano. Deliciosa, que muchas veces resulta ser una droga. Le arrojaba allí el líquido, en lo que una de mis manos jugaba con ese pezón y lo golpeaba con dos dedos. Disfrutando la suavidad lo empezaba a retorcer, una y otra y otra vez lo iba girando hasta dejarlo rojo y en punta hacía arriba. Me divertía ver como hacia aquel inocente pedazo de cuerpo deleitándome que al terminar el beso curativo, empezaba a besar su cuello, lamerlo y apretándola contra mi, apoyándome mas en la pared, pasando una rodilla por entre sus piernas, que hacía que su, seguramente, hermosa flor golpeé contra mí. La movía como si ella estuviese cabalgando, una y otra vez golpeaba contra allí. Buscando que su humedad se empiece a expandir. Quería escucharla rogar por un poco mas de placer, que sus ruegos se camuflen con los ruidos y con las canciones del teatro.

-Decidme, que sentís? Queréis mas? Queréis mas sangre? Queréis mas golpes? Si lo decís con verdadero sentimiento os daré lo que quieras.

por **Orland** Lun Feb 04, 2013 3:27 pm

“Miradme soy una hoguera, viva y radiante, vuestro sol, quemara vuestra entraña, hará latir un corazón muerto, Soy la Nigromante, La Necrófila, el puñal punzante el placer de la vida, lamiendo la muerte…”

Mire su cabeza negando divertido, sus ojos centellantes, pero opacos, como los ojos de un juguete. Mi humanidad parecía una debilidad, pero no suelo ser débil. Anhelaba que mostrase toda su fortaleza, sería mejor que siguiera pensando que sucumbía sin remedio. Los juegos de poder en el sexo son fascinantes, fríos y sanguinarios. Y no me equivoque, su ego pasional por mi atrevimiento lo llevo a explorar con sus labios mi cuello y morder el lóbulo de mi oreja. Despiadado, frio, que me llevaba a elevarme con una sonrisa. Su pecho frio con todo su peso contra mí, hizo que empezara a elevarse mi temperatura. Su beso fue como un huracán que me llevo a saborear mi sangre, alimentaba al vampiro en pequeñas dosis como un veneno, y luego mi garganta fue cortada con el sabor narcótico de su sangre. Era una experiencia pequeñamente orgásmica, lo mejor no se había revelado, saboree lo que tan amablemente me había sido ofrecido.

Me sentí fuerte, despiadada, temeraria. Quería que penetrara mis sentidos, sumergirme en su lasciva pasión, que rompiera mis limites, mis paradigmas ya rotos en mi mente. Su sangre entraba en mi cuerpo compulsivamente podía ver su vida, su pasado, su cruel presente. Pero yo no le temía, le deseaba; deseaba su desnudez de mármol y todas las ejecuciones perversas que se le ocurrieran. O las ideas creativas que se me ocurrieran a mí…

Me elevo, me exploraba, irrumpía con sus manos sobre mi piel, me excitaba, violaba fiel protección de la débil tela, usurpando – como yo- un cuerpo que no le pertenecía. Su rodilla separo mis piernas, me elevo a cabalgarle como a una bestia. Cada golpe vibraba en mi interior con fuerza, el aire se acortaba entre los dos. Me humedecía lentamente, dulcemente, deliraba de placer, pero quería que él me rogara, me buscara, explotara. Después de todo era él es que encendía mi hoguera, un lado bestial que había salido a pasear esta noche. Él me tomaba como un vampiro, yo jugaría con el como una bruja.

Me acerque a su oído. Gemía pausadamente, y con la punta de mi lengua herida, y aun con algo de sangre en mi boca, lamí su lóbulo…

- ¡Es un verdadero pesar que vuestra piel no se estremezca mi signore! ¡Que no tengas un corazón que succionar!- Toque su pecho desnudo- pero yo soy una resucitadora… una coleccionista de almas- toque su corazón… hice que latiera a mi contacto, reí burlonamente y lo solté…

Un juego peligroso para mí. Cruce mis piernas alrededor sus caderas como una tenaza. El fuego de las velas aumentó, iluminándonos totalmente, tan claro como el día… Deslice mi mano buscando el instrumento que me despedazaría… Estire mi cuello junto a su boca, la excitación hacia que mi sangre galopara con fuerza entre mis venas.

- Toma… al parecer es el único medio de placer que puedes proporcionarme…- lo estire llevando mi cabeza hacia atrás.

Lo provocaba, lo enardecía, lo enfurecía para que me tomara por completo. Sin saber las consecuencias, que total yo no viviría. Los excesos me pertenecen.

Las consecuencias son de Aûrora.

por Invitado Sáb Feb 09, 2013 12:08 pm

“La humedad de tu cuerpo, el tintineo de tus labios queriendo ser apretados por los míos. Viva, viva es poco. Fíjate como tu cuerpo pide más, revuélcate frente a mí. Para que te dé, el placer más hermoso de tu vida”

La realidad era que nada importaba en ese momento. Solo el hecho de disfrutar y hacer que disfrute. El mero placer era lo que me incentivaba a dejarla con la flor rota; a aplastarla y saborearla hasta que sus jugos se queden secos. Sus labios jadeantes, su cuerpo tembloroso. Rogar que la penetre, que su cuerpo se deleite con el mío. Esperaba que abuse de mí, hacerlo hasta que el sol este por salir. Una y otra vez, romperla y arreglarla, como un juguete dañado; la repararía una y otra vez, para que disfrute todo el placer que tenía para darle. Masajear su clítoris con dos dedos, apretarlo hasta que se quiera salir de lugar, acariciarlo y luego dejarlo, en una tortura sin fin que me haga prender más que el mismo infierno. Pasando mano y mano por sus posaderas que en un movimiento brusco las palpé dejándolas, probablemente, algo rojas. Cerrando mis ojos la escuchaba y jadeaba, sintiendo mi cuerpo vibrar por una centésima de segundo. La mire fijamente a los ojos y cuando empezó a moverse la seguí con la mirada, disfrutando de su lengua que juguetonamente pasaba por mi lóbulo. Entrecerrando mis rasgados ojos la escuchaba, en un sonrojo, una de mis manos seguía con su pezón, con toda aquella carne que era apretada por mi mano, bombeándola sin parar un segundo, hacía vibrar su mama de tal forma que no se podía ver el comienzo ni el final de su textura; que al soltarla los costados estaban algo rojos y con una sonrisa acaricié las marcas.

-A-ahh! Vos, brujilla… Sois una mujer de temer. Que habéis hecho, mmrg ~~. Tonta mujer, habéis hecho que mi cuerpo se excite aún más con aquello. No aguantaréis el salvajismo con lo que la tomaré. Es mejor que me digáis donde vivís, pues de esta no saldréis consiente.

Le susurraba en lo que ella se subía a mis caderas, apoyando una mano en la pared, estaba muy cerca, rozando los cuerpos le sonreía divertido, cerrando uno de mis ojos cuando aquella mano caliente tomó mi frío miembro, duro y consistente pasé a mover mis caderas para que la piel suave de aquella carne rozara contra la mano que le apresaba y frunciendo los ojos, la miré molesto, negando por sus palabras provocadoras, que harían que toda esa piel de entre sus piernas quedé roja y adolorida por mis movimientos. Jugando empezaba a apoyar la punta de mi miembro en su entrada, que aún estaba cubierta por unos interiores. Lamiendo mis colmillos, miraba su cuello, riendo entre dientes por aquellos comentarios que con descaro me clavé en su yugular, succionando con fuerzas, haciendo que mi cuerpo se vuelva caliente, mi miembro derrochaba calor que le era dado por la sangre y con fuerzas se punzó contra su entrada. Pero no. Debía contenerme, dando los últimos sorbos lamía para sanar su herida, bajando al mismo tiempo la mano libre, pasándola por dentro de aquellas ropas, mis dedos investigaban mis yemas buscando un buen punto que cuando lo encontraron lo aplastaron y lo empezaron a masajear.

-Vuestro punto de placer está muy húmedo, como se siente que lo acaricien de este modo, solo a él? Mis yemas están complacidas por su suavidad, creo que no se quieren desprender… Qué pasa si os retuercen esta parte? Os ruego que os abráis más, recorreré este templo hasta que sus jadeos sean incontrolables.

“Te desnudo solo con los ojos, te voy a comer mi princesa maldita. Pequeña bruja que me haces marear, haré de ti un testamento con tu cuerpo.”

Apretando y retorciendo, unos dedos se quedaban allí y otros acariciaban su verdadera entrada, sintiendo lo húmedo que bombeaban toda aquella carne, golpeándola con los dedos, mientras mis labios bajaban a sus pechos y abriéndolos empezaban a succionar, como si buscaran sacar algo de allí, solo los labios eran los que jugaban, la lengua que movía desde adentro el punto rojo y la aurora alrededor cambiaba a un matiz más rojo que rosa. Me preguntaba si podría hacerle sentir más, como provocarla, hasta que su cuerpo sea un cumulo de sensaciones?

por **Orland** Sáb Feb 09, 2013 9:10 pm

"Soy una masa ardiente, un cuerpo humedo, un desmesurado conjunto de nervios excitados a tu contacto"

Parecia un pulpo suelto entre mis ropas, sus manos me recorrian, me violentaban. Mis manos jugaron con aquel miembro endurecido, como un puñal listo para penetrar en mi carne, moverse en mi vientre. Dentro de mi un flujo de fuego me recorrio, los delicados vellos de mi piel se levantaron. Le deseaba, con doloroso ardor. Me dolia el vientre de la excitacion, del deseo, de las ganas, Su amenaza retumbo en mis oidos, y rei con ganas mientras entre jadeos y pequeños gemidos, mi altaneria tomaba control de mis palabras.

- No soy de las que retrocede, ni desmaya, pruebame; no soy ordinaria, mi verdugo vampiro... toma lo quieras, haz que responda a tu capricho... rompamonos el cuerpo...

Deslize su camisa hasta que toco el suelo, senti el amague violento, su intento de entrar, me derrame como aceite, humedeciendo la tela. Retorcia mi carne, dolia, gustaba, maltrataba, excitaba... Senti que ya no tenia aire, gemia fuerte como un gato en celo, el doloroso placer de ser tomada, de ser violentada, de ser forzada por gusto. Sus manos entraron al punto mas sensible, a la carne mas rosada, humeda suave. Mi cuerpo busco el suyo, senti el segundo amague y sentia que me vertia como una fuente. Sus dedos tocaban ese punto. Erguí mi pecho sometido por sus manos, enrojecido por su fuerza, su lengua que humedecia la herida que producia. Abri mis piernas, mis labios se abrieron para que sus manos jugaran con mi vientre. Mi clítoris se endurecia como un miembro.

Mis manos se deslizaron hasta su miembro, y lo acaricio a tientas. Mis piernas se deslizan y toco el suelo en puntas, beso su pecho y mi lengua explora su piel de niño, su piel fria y blanca: Las llamas de las velas casi tocan el techo. Me incendio, deseo su cuerpo, entero. Soy suya esta noche, su marca quedo en mi cuello, mi vitalidad en el, su perversidad en mi.

Me deslizo hacia el suelo y frente a mi con el cabello revuelto, el puñal desafiante ante mi rostro.

por Invitado Mar Feb 12, 2013 5:04 pm

"Te ríes como si no me creyeras, pero desahogaré todo en ti, dejaré que toda mi esencia recorra tu cuerpo, te violaré el cuerpo, como nunca te lo han violado. Serás mi musa de esta noche"

Mis manos seguían recorriendo ese cuerpo, mis caderas se movían suavemente sobre su mano, mientras una suave sonrisa se hacía presente, deseoso por partir su cuerpo. Mientras me deleitaba con sus frases a lo que una risilla salía de mi. Negando por su fortaleza. Aquello enloquecería a cualquier hombre, el hecho de que no se echaría atrás; ya estábamos a la mitad del acto y ninguno de los dos pretendía ceder, aún estando donde estábamos, no pararíamos o al menos no daba esa impresión. Me sorprendía que ella ya no tuviese amantes a los cuales asistir. Podía escuchar los ruidos de los violines del teatro, que me enfurecían mas, el vibrar de las trompetas y las voces de los humanos. Mis ojos estaban rojos de la ira, la excitación y las ganas contenidas. Pero no podía sobrepasarme. Sería capaz de romperla sin notarlo?

-Entonces, decidme que es lo que sois, pues se que vuestro cuerpo es mas que el de un humano. Oléis como a dos. Tenéis el aura de dos seres y me atraéis, vos quemáis como una hoguera. Sois realmente una verdadera bruja?

Dejando que mi camisa de seda sea despojada, mi pecho quedaba al descubierto. Unos pectorales firmes, músculos ligeramente marcados, pero no sobresalientes, los tatuajes en mi cuerpo se veían a la perfección en la parte delantera y en la espalda tenía muchos más. Me erizaba por sus toques y más aún al sentir esa dichosa humedad, pero aún no era la hora, aún no metería ni un dedo en esa cavidad que ya chorreaba y suplicaba por ser penetrada. Al igual que mi miembro duro y palpitante, buscaba con desesperación aquella cueva del calor.

"Ah! Pero que placer es el que me estas dando, me estas haciendo olvidarlo todo. Eres mi preciada fuente de calor. Un carbón incendiado que apagaré con la fría carne de mi ser."

Sentir ese clítoris duro y húmedo, me daba la pauta de que si lo acariciaba bien rápido con un solo dedo lo volvería loco. Y así lo hice, moviendolo como un gelatina una otra vez, observando su rostro, deleitándome con sus jadeos, eran la música perfecta. Tanto, que me hubiese gustado poder estar en un lugar silencioso, para solo tener que escuchar sus gritos. Eran encantadores, me hacían excitar sin necesidad de un solo toque. Ella se iba moviendo se iba deslizando, en lo que me apretaba mas contra su cuerpo, observando como bajaba, que al sentirla por allí debajo, mis manos fueron a su cabello, firmemente le sujetaron y luego le soltaron, para ir con dos dedos a sus labios, acariciándolos, sabiendo que es lo que ella deseaba hacer.

-Mon Mlle, sus labios serían como pétalos de rosas sobre mi falo. Lo deseáis? De este modo queréis que sea? Hacedlo, hacedlo si podéis soportar mis toques, pues no pararé.

Con la punta de mi zapato iba a su entrepierna y la golpeaba suavemente, justo donde sabía que estaba su clítoris, raspándole con dulzura, sin dañarle, hasta escucharla rogar que la penetre, esperando su hermosa boca decorando aquel falo maligno, que estaba duro y listo para embocarse. La observaba, sus pechos afuera, tan rosados, una mano bajó con soltura y le apretó un pezón con dos dedos, bien fuerte, tironeando y luego soltando, como para que no se olvide de ese toque. Eran los pechos mas suaves que había tocado y en lo que íbamos, no me aburría de tocarlos y masajearlos. Deseando poder mantenerlos apretados en todo el trayecto. Pero no había forma, lo único que no pararía serían los suaves golpes, pues quería ver cuanto aguantaba.

"Tocaré tus teclas como si fueses un piano. Una y otra vez, apretaré tu botón principal, disfrutarás el placer que puedo dar"

por **Orland** Miér Feb 13, 2013 3:28 pm

Urgencia, fuego, calor ¿ realmente estaba muerto?... su cuerpo era inflamable, en la dosis correcta. En este instante soy la ama y la esclava, la meretriz y la virgen, soy todo lo que las demas esconden. Soy ese lado pervertido que nadie quiere aceptar que existe. Lo mire, con deseo, con falsa ingenuidad, tan falsa como mi identidad.

- ¿ una verdadera bruja?- entonces estalle en una carcajda- podria decir lo mismo, y decir que has hecho una charada conmigo... tanto calor en un vampiro...¿ asi se siente ser bebido? si lo revelares a todos nadie se resistiria...

Alli en el suelo frente a su miembro, magno mostrandose desvergonzadamente, sintiendome mas cerca, a su fuente de virilidad. La excitacion se extendia hasta mi vientre ante la vibracion que producia la punta de su zapato. Gemi y alze la cabeza estirandome como gatita y divertida lo mire, me mordi los labios, y por un instante cedi al vibrar de mi clitoris por todo el cuerpo.

Volvi abrir los ojos para verle alli, supremo, listo para despedazarme...

" Saca la musica que esconde mi cuerpo, recorre mis teclas y encuentra la nota correcta..."

Baje la cabeza lentamente, y mis manos tomaron el falo magnifico al que empeze a besar con lentitud, dejando una pequeña marca de carmin alli. mi lengua acaricio lentamente el volumen, la dureza. Le besaba y me apasionaba mas, mi cuerpo se estremecia. Introduci solo un poco a mi boca con mucho cuidado.

Queria que rogara por mi. Era un duelo de pasiones, de orgullos, de perversiones y de cuerpos.

por Invitado Miér Feb 13, 2013 7:01 pm

"Esa mirada que me inventas, me hace reír y me excita al mismo tiempo. Eres una desquiciada que juega conmigo. Eres una dichosa mujer, que haré mía por esta noche"

Su risa, me hizo sonreír, a cada una que daba retorcía un punto de su cuerpo, un pezón o un golpe en su parte baja. Negando por sus palabras, ladeando el rostro a lo que le miraba y pensaba en lo que me decía. Pues sí, efectivamente así se sentía; excitación, dolor, placer. La succión era un acto tan sexual, que pocas veces se hacía sin sentimientos de por medio. Era un ritual en el cual se daba y se recibía. Tan placentero, que tener sexo en el mismo momento era lo mejor que se pudiese hacer. Y mas aún en el estado en el que estaba yo.

-Mon chérie, si tanto decís, disfrutad mucho de este momento. No se si lo volveréis a apreciar, o al menos no se si de mí. Pero por ahora, disfrutemos profundamente este cuerpo vuestro.

Susurraba, acariciando sus cabellos, mirando su cuerpo en el piso, las cortinas que eran nuestra guarida, su excitación, su olor a flujo, que cual hembra en celo, hacía que mi musculatura se ponga mas dura y errante. Muerto, pero realmente vivo, estaba desesperado por sentirme en su interior. Sus jadeos y su forma de estirarse era demasiado seductoras y provocaban apretarle mas, agachándome un poco para tocar su columna, tocando con mi mano entera aquella espalda, la presionaba como para que se quiebre y luego dejaba a mi mano sobre su mentón, para poder apreciar su figura con encanto. Mirándole fijo a los ojos. Era preciosa y sería mía por esa noche, por el tiempo que dure hasta que venga el amanecer. Se lo haría una y otra vez. Hasta que caiga desmayada.

-Ahmm~ Ah...Galaxure, hacedlo profundamente, no me hagáis agarrar vuestra cabeza y llevarla hacia dentro. Vamos querubín, comedme, devorad lo que queda de mi.

Arqueando la cintura, sintiendo el rozar de la cortina contra mi cabeza, mis caderas se movían y cuando metió un poco de mi falo, dí un movimiento un poco mas fuerte. Buscando que se meta más. Mi pie seguía dando movimientos suaves, aplastando y acariciando. Metiéndose dentro de los interiores que ya empezaban a tocar carne de la buena. Mi zapato con una leve punta se clavaba en su clítoris, y una de mis manos bajaba a su pecho, dándole un buen movimiento. Sujetando uno de sus pezones que lo dejaba estirado hacia arriba, pasando la otra mano a sus cabellos, acomodándola para que succione mas. Estaba excitado, buscaba de ella llenarme. Buscaba sacar todo ese vacío y era perfecta para el cometido.

"Mi querubín eres tan seductora y perfecta como no pensé encontrar. Tus labios son los más apretados que he sentido. Me pregunto si tu cavidad será igual de hermosa. Déjame meterme allí, violaré hasta las almas que escondes dentro"

por **Orland** Jue Feb 21, 2013 3:36 pm

Contener el orgasmo era realmente dificil, cruel, excitante. La punta de la zuela ya maltrataba deliciosamente mis secretos, mientras devoraba a mi verdugo. Mi boca se abrio un poco mas, hasta succionar su falo, infalible y erecto. Cerre los ojos ante el placer que sentia, sus manos me apretaban, exploraban, corrompian. Mis deseos descontrolados deseaba que entrara en mi, muy adentro, imaginar el vaiven, me humedecia mas.

Succione acariciando con mi lengua, mientras salia, mientras entraba. Un poco mas de fuerza, sentia su mano acariciando mis cabellos, presionando su pelvis en mi cara. Mordi un poco, un acto cruel, para semejante momento, ¿ pero acaso no era cruel a quien me sometia?¿ no era un barbaro pervertido, delicioso, para despojarme de tanta mojigateria? Lo hize mas fuerte una vez mas, succione profundamente, queria provocar un quejido. Solte aquel exquisito bocado...

- ¿ Por que me haces esto? me torturas, mientras te torturo, hoy soy tuya, pero el amanecer es tu obstaculo... ¿ que tan larga puede ser la madrugada? soy una fuente, tomame ahora o dejame escapar - tome su mano desde el suelo- ¿ no me digas que esto es todo?- desvariaba- te diviertes sin entrar... malo, malo

Me sente en el suelo y abri las piernas ampliamente, con las manos aparte la punta del zapato, aquel instrumento falico, extendi mis piernas hasta su abdomen, mostrando los largos muslos, me estire dejando mis pechos apuntando al techo...mis manos se delizaron hasta mi interior, quitandolos de mis caderas, dejandolos caer a mi rodillas, con un movimiento los deslize hasta mis pies, acariciando la piel de Hero, y sacandolo por completo hasta el suelo. Ahora mis pies acariciaban sus caderas, su piel blanca y solida. Me acariciaba ante el, jadeando un poco, mordiendome los labios...

- MI perfido angel, haz lo que tengas que hacer, bebeme como una fuente, penetrame como un puñal... hasta el amanecer... no me tomes por debil... satisface mi capricho.

por Invitado Sáb Feb 23, 2013 12:27 pm

"Hoy la luna esta despojando todos mis maltratos, el karma me persigue mientras tu boca me ultraja hasta la última gota de elixir eterno"

Una jadeo profundo, una manos que querían enterrarse hasta el tope en su cuerpo, en las paredes, por todos lados, necesitaba hacer presión, pero de hacer demasiada, podría romper a la pequeña muñeca que tenía entre mis manos. Esa muñeca que me estaba haciendo temblar y suspirar, me calentaba mi cuerpo frío en lo que un quejido violento salía de mi boca. Ah! La dentadura, la podía sentir perfectamente y a pesar de todo, me volvía a mover aún con esa sensación, buscando su garganta un poco mas, sin importar que lastimase mi falo. Manteniendo mi cuerpo completamente rígido. Disfrutando en una sonrisa suave y maquiavelista. Era el puro placer carnal que nos estaba envolviendo, nos volvía violentos, nos volvía animales, en lo que el sentimiento de éxtasis se iba haciendo mas y mas alto.

-Mon cher... Vuestras plegarias son una hermosa sinfonía, queréis escapar? Escapar con vuestro cuerpo así? Qué es lo que no entendéis de este acto tan profano, qué os hace pensar que pararé? Mmm~ Dejadme, me aventuraré en vuestro cuerpo. Le recorreré los órganos si me es posible. Soy malo? Ah, pero es vuestra hermosa boca, esa boca vuestra. Os daré lo que queráis, en la medida que yo mismo quiera...

Apretando esa mano iba bajando, me sometía a sus peticiones, me dejaba llevar por el momento de venganza, por el placer que emanaría mi cuerpo, los líquidos profundos en aquel querubín que tenía en mi poder. Había algo mas placentero que dejarse llevar completamente por las emociones?
Escuchando como los músicos empezaban a terminar, el teatro estaba acabando, el tiempo había pasado demasiado rápido. Violento. Fuerte. Era una especie de trama tridimensional. El amanecer estaba cada vez mas cercano, las personas se retiraban, pero nuestro palco aún tenía mucho para ver, para disfrutar. Mi instrumento de tortura quería llegar a ella, iba bajando, apoyando una mano en la pared, deslizándome suavemente hasta quedar arriba, la miraba fijamente, ladeando el rostro, recorriendo con la mano libre su pecho, ese pecho que miraba al cielo y esa punta que volvía a ser torturada. Unos apretones en su punto rozado, mirando de reojo aquellas piernas abiertas, aquellos interiores que con gracia observé irse. Mi mano buscaba acariciar esos labios de abajo. Asentía a sus plegarias, pero lentamente, con devoción. El índice buscaba meterse lentamente, el pulgar se apoyaba en el botón, el del medio ayudaba a meterse un poco mas. Una cavidad estrecha, pero mis dedos eran muy largos, cual pianista movía apenas en la parte exterior. Acariciando el clítoris, mis labios iban a su cuello, lo mordisqueaban, lo tironeaban.

"Te sentencio al placer que solo los inmortales podemos dar. Frío y calor. Violencia y deleite. Será como el infierno. Una tortura, que solo los grandes pueden soportar. No te desmayes mi muñeca de juguete."

Mis colmillos le acariciaban, pero no se clavaban y tampoco lo harían. Mis dedos por allí abajo terminaban por meterse, primero uno, que se clavó hasta que no quedaba mas dedo, se clavó en movimientos exóticos y empezó a moverse con violencia, hasta dejarle lugar a otro, que lo hizo con presión en un punto exacto. Los dos dedos que escarbaban movían el cuerpo ajeno, haciendo que dé contra la pared. Era un movimiento que no se podía ver a simple vista, por lo rápido que iba, mi otra mano acariciaba sus pezones, los retorcía y tironeaba un poco mas. Mi miembro se derrochaba, se movía insistentemente, buscando meterse. Se estaba volviendo loco, me hacía jadear, jadear sobre su piel, en una acto desvergonzado y bestial.

-Queréis mas? Espero que sí, por que aún quedan dos dedos mas y mi entre pierna, que quiere hurgar en vuestras posesiones.

por **Orland** Jue Feb 28, 2013 1:39 pm

Sus dedos entraron de manera bestial dentro de mi, mi cuerpo salto de placer, sentia sus delgadas falanges moverse con violencia, la humedad ahora era un rio desbordado que emanaba al estimulo, jadeaba, gemia, pedia, mis caderas se movieron a su ritmo, separe mas las piernas, me sentia sumergida en un deleite masoquista rudo y cruel.

Mis manos se posaron en sus tetillas las pellizcaba ritmicamente, estiraba el cuello ante la provocacion de una nueva succion...

- Entra sin miedo, dame mas, sigue sin detenerte... es mi peticion, mi angel oscuro... maravilloso...

Senti que mi cuerpo se estremecia al aumentar la velocidad. Deseaba que explorara sin dejar ningun rincon sin ser contaminado por sus manos, jadee, mi cuerpo se estremecio sin control. Queria mas, mucho mas, me mordia los labios, mi cuerpo se independizaba de mi mente, que siguiera era mi deseo...

Ya mis poseciones no eran mias, eran de el, con crueldad y deseo, mi cuerpo tomaba la forma de su capricho, me derramaba con fluidez y el aire se cubria de ese olor a fluido que embriaga al sexo. Mis piernas se extendieron hasta sus hombros. Afuera el bullicio de la gente marchandose, de las faldas rozando con el suelo, el murmullo seductor de los caballeros arriesgados, que inducian a las incautas damiselas al placer que yo disfrutaba sin pudor.

El amanecer venia implacable a acabar con aquel placer, mis caderas se movian, la vibracion del movimiento que hacia saltar mis pechos, alteraba mis carnes. Era el climax del acto, sus dedos atravezando mis barreras untandose de mi escencia.

Anhelaba su miembro dentro de mi, hurgando dentro de mi, penetrando hasta mis pensamientos.

por Invitado Sáb Mar 02, 2013 12:33 am

"Una fiera intensa. El dolor, el placer. Esto no termina, somos como dos animales en celo, en busca de una sexualidad infinita. Dos seres que se buscan para saciar, para olvidar. Sé mi musa por esta noche"

Sus dedos reposaban fieramente sobre mis tetillas, los podía ver, esa mano maligna, esas falanges en busca de un gemido y una sonrisa se desvirtuó al sentir el retorcijón y con ello un jadeo tenso y un grueso chasquido, en lo que mi columna se estiraba y nuevamente volvía a ella, deseándola, tocándola. Empezaba a incrustar otro dedo y asentía a sus plegarias. Parecían oraciones de perdón, por como pedía con insistencia, como si mil años hubiesen pasado que no la tocaban y eso me deleitaba. Era una bolsa de espasmos y placer. Parecía temblar, pero era solo un espejismo. Apoyaba una mano en el suelo, al lado de su rostro y con una sonrisa le lamía las mejillas y luego la clavícula. Suave y excitante. Un juego que iba subiendo de niveles. Que se iba haciendo mas poderoso a cada vez.

-Como podéis verme como un ángel, princesa infernal. Aún siendo oscuro, hoy soy peor que eso. Ah... My Miss, vuestras palabras son escuchadas, estirad el cuello por que entraré en vos.

Y antes de terminar la frase mis dedos salían con fuerzas y de un solo movimiento acertado y calculado me metía dentro de ella. Mi falo se apretaba entre sus paredes. Pero había tenido cuidado de no romper nada de allí dentro. La muchacha no se lo merecía. Agarraba sus piernas que se hallaban contra mis hombros y empezaba a moverme. Una y otra y otra vez, sin dejar momento para que respire. Hasta que luego de varias embestidas, paraba sobre su rostro. Quieto, me quedaba como estatua, que solo se sabía que estaba vivo, pues de mis labios salía la respiración innecesaria, y la tensión de mis músculos, que hacía que emanen un suave calor.

"Eres un afrodisíaco. Tus pechos moviéndose. Los agarro con ambas manos y sin escrúpulos voy. Voy y los lamo y muerdo. Deliciosos, la sangre tibia. Empiezo a morder y mis colmillos se clavan en un pezón. Lo sientes?"

Mis colmillos se clavaban y salían rápidamente, en lo que mis caderas se movían contra ella, contra esa cavidad. Podía escuchar a la gente terminar de salir, las puertas que se iban cerrando. Ya no quedaba nadie y con ello, la moví de un tirón y en un movimiento rápido la tiré contra el borde del palco. Dejando su cintura contra el filo, empezaba a acercarme y la tomaba por los hombros. Buscando girarla para que quede de espaldas a mi y en un movimiento rápido quería volver a meterme en su estrecha entrada. Desde allí se podían ver todos los asientos, todo el panorama, era hermoso y la sensación en su interior era más. La mantenía pegada a mis caderas, moviendo el rostro, quitando los cabellos de mi rostro, para seguir intensamente con las penetraciones.

-Desde aquí, os puedo ver todo el cuerpo. Estiraos, dadme mas vista Mon Mlle. Os quiero tened toda.

por **Orland** Jue Mar 14, 2013 2:15 pm

Delicia, placer, dolor, sus dedos eran crueles, excitantes, estaba tan humeda, me retorcia, me gustaba. Lo miraba encontrando en sus ojos lo malevolo, lo perverso... me contraia pensando en que entrara en mi, lo deseaba, rogaba, el climax aun estaba algo distante... pero el fuego del aliento de aquel angel oscuro le quemaba su rostro...

- Sigue...- empezaba a descontrolarme cuando senti su falo, duro, grande e implacable dentro. Gemi como una gata en celo, la embestida era placentera, mi cuerpo se golpeaba contra la pared, queria mas, como una fuente de mi salia toda la humedad buscando mi entrepierna.

" No te detengas mi angel perverso, sigue mi cuerpo es materia disponible"

El teatro vacio, era un palacio para el placer, alli lanzada al balcon, mordida, sintiendo que de mi pecho aun vertia sangre, me mordi los labios, y mi lengua saboreo lo que pasaria en mi mente. Me giraba apoyada en el borde del abismo, mi cuerpo lo deseaba adentro de nuevo.

Levanto instintivamente mis caderas, alzando el trasero apoyandome con fuerza en el barandal, esperando la embestida, queriendo sentir su cuerpo encima mio, gimiendo, esparciendose como un eco por todo el teatro.

por Invitado Lun Mar 18, 2013 11:12 am

“Gemidos que son el goce del infierno. Gime para mí, retuércete en mis brazos. Yo soy el amo y tú eres la esclava. El deseo, la pasión, la venganza es lo que me une a ti. Y solo de ti quiero la carne. Tiéntame con tu flor.”

Seguía, fuerte y profundo, acariciando su cuello, su espalda, apretaba sus nalgas en lo que mis dedos se clavaban de forma simultánea. Quería romperla en pedazos, hacerla completamente de mis premios. Ponerla en una estantería mientras la miraba gozoso, la tocaba en lo que me placiera. Hacerla la esclava del deseo. Con un dedo acariciaba su clítoris, lo movía y luego lo dejaba, toda esa humedad manchaba mi dedo y la soledad nos empezaba a embriagar. Queriendo ser la obra de teatro principal del lugar. Nosotros estábamos creando nuestra propia actuación.

-Ya lo deseáis? Ah, rica dama, que el placer es lo que me hace desearte tan profundamente. Os destrozaré, hasta que perdáis la conciencia. Vuestra sangre es una mezcla de esencias. Os estoy gozando, moved las caderas para mí. Gata.

Murmuraba en su cuello, lo lamía y lo mordía. Allí, ya cambiados de posición, me encastraba como llave en el candado, volvía a meterme con fuerzas, sentía su útero contra la punta y me movía con fuerzas, una y otra vez, mis labios bajaban a sus pezones y los lamía y tironeaba. Era tan placentero, que solo no era posible que parara. Toda mi frustración, todas mis molestias las cargaba en cada golpe que daba. Certero y justo, mis dídimos golpeando contra su piel y mis manos recorriendo su espalda, aplastándola contra mí. Masajeaba aquellas nalgas, las metía masajeaba hasta dejarlas rojas.

-Apoyad vuestras piernas en mis hombros, quiero más espacio, quiero que entre todo, sois estrecha, sois… Virgen?

Mis ojos se abrían ante aquel pensamiento, seguía con fuerzas contra ella, me pegaba y la tiraba un poco hacia atrás, para que vea la distancia. Me recargaba y le retorcía con un dedo ambos pezones, bajando luego con una mano para dar un golpe seco en su clítoris nuevamente. Aquel punto rosado que no paraba de humedecer todo. Lubricante era lo que menos se necesitaba. Pero la muchacha estaba tan estrecha, al punto que una gota de sangre se deslizaba, la línea era encantadoramente atrayente y con ello mis deseos de beberla se incrementaban y de un saque me salía de allí dentro. Mi miembro estaba duro, no quería separarse, pero sin dudarlo un momento, buscaba lamer aquel elixir, pasaba la lengua por allí y luego con la misma acariciaba aquel punto especial rosado. Tan suave y sensible. Lo succionaba y mordía un poco, tironeándolo, mirándola desde esa posición; estaba tan excitado, que mi propio miembro temblaba por la envidia de mi boca sobre su órgano exterior. Gimiendo suave sobre aquel, suspiraba y le soplaba, esperando ver hermosas reacciones salir de su boca.

"Busco volverte loca. Busco el placer que en este momento no puedo tener. Busco la venganza en tu flor"

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