Hell was Made in Heaven [Aûrora Montobello]

por **Arabelle Eisenhauer** Jue Ene 31, 2013 3:01 am

Horrendo lugar, asquerosa tarde y propósitos aún peores que ambas cosas juntas. Ya había dejado de contar el pasar de los días desde que había tenido que escapar de su casa para atender los caprichos de aquel vampiro que ahora ejercía su yugo sobre ella. No podía decir que fuera un completo infierno porque no tenía que hacer nada más que sobrevivir, aprender y hacer las veces de sujeto de experimento para los conocimientos teóricos que adquiría de la nutrida biblioteca de su captor. ¿Qué vampiro en su sano juicio buscaba una forma de acabar con su propia especie? Ninguno. Él no estaba en su sano juicio.

Ni siquiera sabía si eso podría llegar a suceder algún día. Pero mientras tanto tenía que recorrer aquel camino peligroso que tanto su padre como su hermano le habían prohibido tajantemente. No podía decir que no se sentía atraída por aquel retorcido mundo de la brujería, pero todo era tan nuevo para ella que la volvía fácilmente impresionable hasta con el truco más fácil.

Por el momento solo eran ella y un cadáver fresco que aún no había perdido del todo la coloración rosácea. Claro que ella no lo había matado, de hecho, nunca antes había visto a una persona muerta, excepto por los vampiros, y ahora las náuseas amenazaban con entorpecer las órdenes que se habían dado. “El fantasma, o alma, de un muerto se queda un tiempo rondando el cadáver, averigua como retenerla y haz que te obedezca”. Solo eso le había dicho antes de largarse y dejarla en medio del pantano con lo necesario para esa infame tarea.

Nigromancia. Lo único que sabía de ese arte, que si bien no era poco, lo había aprendido de los libros que había sido forzada a memorizar al dedillo. Nunca lo había llevado a la práctica y ahora se veía en la necesidad de desarmar aquella maraña de teorías contradictorias con lo que debía hacer para retener el alma del difunto y usarla a su favor como si no se tratara más que de una herramienta.

Respiró un par de veces para juntar el valor que le faltaba, y comenzó a intentar de razonar lógicamente un plan a seguir – Un servidor – fue lo primero que se le vino a la mente – Una entidad creada para realizar una tarea o servicio, según el tipo, hay dos formas para obtener uno – comenzó a recitar de memoria lo que había leído, como si con ello los latidos de su corazón se normalizaran para poder trabajar en relativa paz.

Habían cientos de libros o fragmentos relacionados con ese tema, y ella ya había leído varios, en algún momento le habían parecido un chiste ¿Cómo podías crear o atrapar una entidad que obedeciera tus órdenes? ¿No eran más que cuentos? Pero los vampiros y brujos existían, y por mucho tiempo ella misma también había pensado que aquello no eran más que cuentos.

Volvió a respirar profundamente, se quitó el anillo que llevaba para usarlo como nexo entre ella y la criatura, y lo depositó en un pequeño recipiente de cerámica blanca – Sangre – susurró mientras miraba con miedo la muñeca del cadáver. Tragó saliva y con las manos temblorosas tomó el antebrazo del mismo para realizar un certero corte que hizo derramar la sangre suficiente como para cubrir el anillo por completo. Ahora solo faltaba la suya. Empuñó su mano con fuerza para que dejara de temblar, y cuando fue suficiente la abrió para hacerse un corte en la palma. Ya faltaba poco. Solo ponerse el anillo e invocar a ese ser aún sin nombre para saber si todo había resultado ser un fracaso o no.

por **Orland** Vie Feb 01, 2013 4:09 pm

""Mirame de frente, mira que vuelas, ¿ donde esta tu cuerpo? Entre la tierra y el gusano.."

El pantano poseia, un encanto oscuro, un misterio sin develar. Habia encontrado alli unas nuevas especies de plantas para realizar nuevos hechizos. Cada vez mas la " bestia" me dominaba, ella mas yo... que yo. Debia deshacer el hechizo o Aûrora desapareceria para siempre... El pantano que pareciere un lugar inmundo y desagradable, era el lugar mas tranquilo para pensar y hallar mi salvacion. Debia haber una salida.

De repente me detuve, una energia magica se alzaba a unos metros de mi, la cancion de un alma apresada por un sortilegio... la musica del lamento. La conocia, un antepasado me seguia, pues en vida su hogar fue un pantano. Se detuvo, no queria seguir. Habia otra nigromante.

Me acerque con cuidado. El sortilegio habia sido activado con sangre, pero el espiritu no confiaba en la medium. Era un espiritu dificil, si no escuchas su lamento no lo puedes atar... entonces la vi.

De espaldas una melena rubia se derramaba sobre una espalda joven. Estaba tan concentrada en su mision que no noto mi prescencia. La fuerza del espiritu cercaba a la joven... algo mas venia con el, una sombra oscura, posesiva... ¿ ella desconocia el peligro que se cernia?

-Tenebris emergere quae non intellegit, quod corpus non amplius est habitaculum, dissoluere tenebris circa evocator mortuorum, subditas outa ultra quemlibet mortali corpore ...

La sombra me noto primero que la chica. Rugio de forma audible, y espiritus dormidos salian del fondo del pantano...

por **Arabelle Eisenhauer** Vie Mar 15, 2013 6:37 pm

No había imaginado que el asunto fuera tan complejo, libros eran libros, y de ahí a la práctica había un enorme trecho de circunstancias que podría desencadenar un desastre de proporciones. Estaba consciente de ello, pero ilusamente creyó que siguiendo los pasos redactados hace siglos por algún loco con pocas habilidades pedagógicas podría salvarla del peligro al que se enfrentaba a jugar con el alma de una persona, y tal vez más, que podría salvarla de aquel vampiro que hacía de ella una herramienta… Tal y como le había ordenado que hiciera con el sujeto…

Tragó saliva por última vez para tomar el valor que le faltaba, e introdujo sus dedos a la mezcla que yacía en el recipiente para sacar el anillo. Pero en cuanto la enrojecida joya salió del mismo fue a dar al suelo por culpa de sus manos aun temblorosas. Con desesperación lo buscó en el suelo, al punto de tirarse de rodillas al mismo para encontrarlo, rompiendo así con todo ápice de concentración. Grave error. Con ello toda la presión ejercida sobre el alma del difunto había desaparecido.

Solo entonces unas palabras ajenas llegaron a sus oídos en algo que casi con toda certeza era latín, con celeridad se levantó para buscar a la fuente de aquellas palabras, pero en cuanto estuvo íntegramente de pie, una fuerte presión sobre su cuerpo la inmovilizó, incluso abrió sus labios para gritar, pero ningún sonido quiso salir de su garganta.

Era miedo sí, pero en parte, aquella fuerza que distaba bastante de ser el alma del pobre desdichado, constreñía su movilidad, y fuere lo que fuere, parecía estar iracunda con su presencia en aquel lugar, con aquella básica travesura que había comenzado a salir bastante mal. Por eso hizo amago de toda la fuerza que tenía para voltearse pesadamente hacia la dueña de la voz que había hablado momentos atrás ¿Podría haber sido ella? ¿Dónde estaba ese maldito vampiro cuando lo necesitaba?

Nuevamente trató de hablar, pero de resultado no hubo más que un par de balbuceos acompañados de una mirada aterrada y suplicante que pedía que se detuviera, o que detuviera lo que fuere que estuviese sucediendo, porque la presión sobre su pecho se le antojaba insoportable, y ahora lejos se solo no permitirle moverse, comenzaba a impedirle respirar con normalidad, volviéndolo una tarea cada vez más tortuosa e insoportable.

por **Orland** Sáb Mar 16, 2013 10:08 pm

"Surgant pueri innocentem, turpem umbra tenebrarum, lux convolve vos, fugite vocem meam et sit vita"

La apresaba y la queria muerta, algo estaba atado a esa alma: Era odio a la sierva, y odio al maestro, vi a traves de su cuerpo el alma de la joven e indudablemente era esclava de algo terrible, para la sombra ella era igual a su enemigo, la pregunta era : ¿ quien era aquel ser que habia enojado a esta energia?

Pude ver la vitalidad, ahora retorcida de la sombra, fue alguna vez una persona, pero era antigua, como si su oscuridad hubiese crecido con el tiempo... Habia esperado en el limbo alimentandose de aquello que no la dejaba descansar... la chica representaba algo odioso para aquella sombra. Era una trampa.

Los ojos de la chica imploraban piedad hacia mi, no era consiente que no era yo la que le hacia daño. Tenia que hacer algo y con rapidez o la mataria...

- Dejala!- rete a la sombra- ella no tiene el poder que necesitas para volver... yo si... ven por mi...- la sombra se dirigio hacia mi y yo mire a la chica- si vas a huir mejor que lo hagas ahora...

por **Arabelle Eisenhauer** Dom Abr 28, 2013 12:10 pm

¿Por qué? Era lo que se preguntaba una y otra vez en estos instantes en que el tiempo parecía haberse detenido como si fuese un mal chiste. ¿No era lo que decía la gente que estaba a punto de morir? Que recordaban su pasado, sus errores, y que si salían victoriosos de esta batalla resurgían con renovados ánimos de no cometer los mismos pecados. ¿Pero cómo se le devolvía la vida a otra persona? Era imposible. Todo lo malo en su vida partía desde ese punto en que los celos derrotaron la inocencia de una muchacha que solo quería a su hermano de vuelta en casa.

Por eso, en cierto momento, sus ojos dejaron de mostrarse suplicantes y aterrados, para pasar a mostrar la más pura resignación ¿De qué servía que aquella mujer la salvara ahora, si las cosas continuarían del mismo modo? Seguiría siendo el sujeto de pruebas de un vampiro retorcido, seguiría estando lejos de Kristof, seguiría sintiendo lo que era, una mala persona.

Entonces, la mujer comenzó a gritarle aquella entidad que la retenía ¿Acaso pensaba sacrificarse también? ¿Lo habría hecho si supiera que Arabelle se tenía merecido todo lo que le estaba pasando?

De la nada toda la presión en su cuerpo se desvaneció, dejando a Ara de pie por algunos instantes, hasta que casi por propia voluntad se dejó caer al costado del ya casi olvidado cadáver. Le dedicó una mirada triste a la mujer que había atraído la sombra hacia si para liberarla. No podía dejar que la mujer también cargara con ella…

Buscó en la tierra el cuenco y en anillo perdidos hasta dar con al menos el último. Entonces, sin contemplación alguna, volvió a hacerse un profundo corte en la palma antes de encerrar con fuerza el anillo – Le agradezco… su ayuda – le dijo a la mujer, mientras su mirada se volvía opaca y vacía - Te potest vivere... hie – le habló esta vez a la sombra. Invitándola a que dejara a la mujer en paz a cambio de que pudiese vivir con ella ¿No era eso lo el maldito de Lelio quería? Una herramienta lo suficientemente fuerte para sus propósitos… Pero nada asegura que podría controlarla, no a un ser muerto y tan vengativo que ni siquiera tenía un nombre aun.

La sombra no tardó en detener su trayecto hacía la mujer de cabellos oscuros, y regresar a Arabelle, que ilusamente creyó que el anillo sería suficiente para encerrarla. No. Ella necesitaba un espacio más grande, uno que solo el mismo cuerpo de la muchacha podía darle, uno que ahora caía inconsciente en el mugroso suelo de un oscuro pantano, como si no tuviese valor alguno.

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