¿Peludito?

por **Candela "Caperucita Roja"** Lun Feb 04, 2013 12:22 pm

Acababa de llegar a París hacía un par de días y tras asentarme en una de las carretas con mi compañera de ésta salí al bosque a buscar los posibles ingredientes para mis pasteles. El viaje habia sido muy largo aunque al estar aun con la mente en las cosas que habian pasado en el pueblo no habia prestado atención al camino. No esperaba volver al lugar aunque quien sabe las vueltas que da el destino.

Durante estos días navegando me enseñaron a tratar algunos de los poderes que no sabía que tenia y a cambio yo pagaba mi alojamiento con mis pasteles y con algun que otro animal que cazaba, básicamente conejos. Todos eran una gran familia aunque con las personas con las que me relacionaban era un circulo bastante pequeño.

Cogí mi cesta y mis inseparables capa roja y guantes de piel del mismo color y tras despedirme por un rato de los gitanos salí dispuesta a ver que me ofrecia el bosque. Era de un color verde aunque aun habia restos de nieve pero no se parecia a mi antiguo hogar por lo que cerre los ojos y comencé a ponerme a pensar en que podría servirme.

Caminando distraida encontré un arbol de manzanas rojas. Sería perfecto pues la tarta de manzana era una de las mejores que mi abuelita me enseño a preparar junto con las de chocolate. Me acerqué al arbol y comencé a tomar las manzanas que estaban mas bajas y maduras hasta recoger las necesarias para preparar un par de tartas. Dejé unas pequeñas piedras para marcar el lugar del arbol y comencé a caminar por el resto del bosque.

De repente escuché un ruido, parecía un conejo y mi estomago comenzó a rugir, no estaría mal llevar algo de carne y así poder hacer estofado por lo que tape la cesta y comencé a perseguirlo con mi daga en la mano…

por **Amber Aveiro** Miér Feb 06, 2013 8:00 pm

Llegar a París hace que mi mente dé mil vueltas sin sentido, hace que vaya y venga de un polo a otro, simplemente la cabeza parece un torbellino que comienza a dejar secuelas a su paso, todos los recuerdos que alborota, todas las ideas que despierta causan daños, menos o más, pero daños al fin y al cabo, es un tormento estar ahí parada frente a esa casa que había dejado hace poco más de un año, era horrible tener que pensar que nunca más iba a volver y ahora estaba ahí.

Guardé las manos en las bolsas del abrigo que llevaba, él no me iba a ver, era de día, seguro que estaría durmiendo, igual que la mañana que lo abandoné. Suspiré profundamente mientras me daba vuelta y comenzaba a caminar despacio, las aceras eran enormes y todo me iba iba agotando al punto que empecé a correr sin pensar si atropellaba o no a alguien, haber visto esa casa me había hecho daño, me causaba un daño absoluto y no quería reconocerlo.

Cuando pensé que estaba lo suficientemente lejos levanté la vista y no miré atrás, no tenía caso, no valía la pena. Me adentré al bosque se colocaba a mis pies mientras que me quitaba el abrigo, no lo necesitaba pero había querido cubrirme por sí él me llegaba a ver, tenía la esperanza de que eso ocurriera y a la vez el corazón gritaba que no fuera así.

Había hecho un viaje largo, lo suficiente como para matarme de hambre, pero ir a la ciudad de nueva cuenta no sería la opción, no quería, ni podía, tampoco debía hacerlo -Ni modo, serás tú...- murmuré mientras veía un pequeño conejo correr por ahí, no sabía cuantos había matado mientras había sido lobo a causa de la luna llena, pero sabía que lo hacía en ocasiones lograba observar el recuento de los daños al regresar a aquellos lugares.

Me agazapé mientras que observaba fijamente al conejo y brinqué justo antes de que una niña lo tomara. Mis manos quebraron el cuello del animal mientras mi ojos veían a la chica -Creo que lo he ganado...- murmuré tomando al roedor por las orejas enseñándolo a la curiosa jovencita.

por **Candela "Caperucita Roja"** Vie Mar 01, 2013 4:23 pm

Su boca saboreaba el conejo en estofado mientras lo iba a cazar pero unas manos fueron mas rápidas que ella, ¿cómo había podido ser? Pensaba para si misma mientras bufaba un poco, mirandolo por un lado al menos tenía lo suficiente para realizar un pastel. Irónico vivir solo a base de pasteles, ¿no?

Miró a la chica de arriba a abajo y asintió, se lo había ganado aunque esa fuerza y velocidad para romperle el cuello al conejo le parecía algo familiar.-Lo admito, puedes quedártelo aunque yo de ti me preocuparía por despiezarlo antes de que se enfríe.

Giró su cuerpo y fue a agarrar su cesta con las manzanas y el resto de alimentos que había recolectado, guardó la daba en su funda y dio una última mirada al cadáver del conejo, tenía que intentarlo...

-¿Quieres intercambiar un poco de estofado de conejo por una tarta de manzanas?

por **Amber Aveiro** Dom Mar 03, 2013 9:56 am

El estómago se le revolvía, era verdad, tenía mucho apetito y no podía seguir ocultándolo por demasiado tiempo, necesitaba comer o se pondría de malas, como si de algún lobo se tratara mientras se encontraba expuesta la luna llena. Se le quedó viendo a la mujer, cuando menos no había hecho drama, aunque el interés de Amber no fuera robar aquello, sino simplemente saciar el hambre que la aquejaba.

-¿Tarta de manzana?- preguntó con cierta curiosidad, era verdad que ella quería comer, pero lo que fuera, además de que realmente no sabía bien como comer animales, no lo hacía en su forma humana y comer carne cruda... No sabía si era lo mejor, menos ahora que tenía que regresar con él, si Shael la atacaba debería defenderse pero a como se encontraba de débil dudaba que pudiera hacerlo -¿Traes las tartas preparadas?- de verdad que se lo estaba meditando demasiado, después de todo el conejo simplemente se había cruzado por el camino, si hubiera visto manzanas antes que todo seguro que también se las habría comido.

-Por cierto, me llamo Amber- dijo mientras se acercaba a la mujer sin soltar las orejas del animal que había matado, aunque sentía la presencia de algo más y sin dudar mucho se giró observando un par de conejillos más, Amber levantó la ceja -Parece que saben lo que ha pasado...- murmuró con una sonrisa -¿Quieres uno para ti?- miró de reojo a la muchacha esperando la respuesta.

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