Rehv Hetfield - ID

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Es realmente complicado. A simple vista es todo un caballero de su época. Erudito en muchos campos como puede ser la historia y la poesía, la filosofía y la música. Esta última representa una pasión para él más allá de lo que hubiera podido imaginar. Es incrédulo en muchos aspectos, considera que todo el mundo miente y es bastante pesimista a la hora de conocer a las personas, casi todas le parecen siempre algo menos que él. Le encanta comparar, es bastante engreído y soberbio en ese aspecto pero es correcto y considera que las personas crecen y maduran con sufrimiento. No le importa escuchar, al revés, le gusta poder conocer más de las personas, pero solo si a él le interesa, compartir y absorber información y puntos de vista lo considera clave a la hora de relacionarse pero también es muy temperamental, rebelde y cree llevar la razón siempre. Digiere mal las mala noticias y por poco que parezca es un diablo. Su perdición es la misma que su don, la sed. Desde siempre asocia el dolor a la sangre y después asoció el dolor a la sangre y al placer creando un juego enfermizo para poder saciar su apetito. Es enrevesado y muy controlador, manipulador y sádico. Le gusta ver el sufrimiento ajeno y le encanta aun más le gente que le da motivos para portarse como un maníaco cabrón. Es un excelente amante y aunque parezca que si, después de haber dejado atrás la vida de su Sire, intenta centrarse en la sensación de placer para refrenar algo su sed, lo que muchas veces termina en desastre y un asesino más en su cuenta roja. Por el contrario es una persona con la que se puede ,mantener una conversación sobre casi, cualquier tema, no tiene tabúes y mucho menos le gusta la mentira. La castiga con crueldad al igual que el descontento o que le traten de vulgar o ignorante. Ha sido forjado entre sufrimiento y eso es lo único de lo que sabe.

HISTORIA

La boca le sabía a sangre, el yelmo impedía la respiración y aún aturdido por el golpe de un sarraceno en la cabeza intentó enfocar de nuevo la realidad – ¡Rehv!-escuchaba como un eco a lo lejos entre el tumulto de la batalla -¡REHV!- se giró para intentan descubrir de donde venía esa voz pero sus piernas fallaron y cayó al suelo boca abajo y solo entonces fue consciente de que le dolía al respirar. Una flecha se había chavado en el hombro, por encima del pulmón pero aun así lo suficiente profundo como para que su vida peligrase al moverla. No era dado a la comunicación y aún en la guerra era reacio con la gente, pero Ward, el hijo de un noble alemán eran su mejor y único amigo. Enfundado en el traje de hospitalario que era negro y una cruz latina blanca sobre el pecho, Ward se arrodilló junto a él quitándole el yelmo para cerciorarse de que se encontraba vivo. Apenas podía mantener abierto los ojos y la consciencia se había perdido por completo- vamos…-dijo Ward haciendo el esfuerzo de levantarlo para llevárselo lejos, pero en ese momento fue embestido por otro musulmán que gritaba con la hoja en alto. Rehv tenía 26 años por ese entonces, era huérfano de madre y su padre, hubiera deseado que lo mismo y hoy fuera a morir.

Estuvo inconsciente varias horas y cuando pudo abrir los ojos por el dolor punzante que atravesaba su pecho no puedo evitar gritar, era incandescente, un dolor de esos que cortaban se encogía cada parte y cuando abrió un ojo descubrió que estaba en la enfermería de la campaña militar, su túnica blanca estaba roja, no sabía donde empezaba la cruz latina templaría y empezaba su sangre- La cota de malla no te ha servido de mucho- dijo una voz a su lado y elevó la mirada para sonreírle sin decir nada, como siempre pero la sonrisa del joven noble se torció triste- Han intentado extraerte la flecha, pero te ha dado en el hombro, corres el riesgo de que si te la quitan, algún trozo se quede dentro y de ser así podrías morir por fiebre-. Las malas noticias cayeron como un cubo de agua fría en el rostro de Rehv que intentó incorporarse ligeramente y notó de nuevo ese dolor punzante y incandescente- Está en tu mano dejar a los médicos que lo intenten, pero dicen que muy arriesgado, podrías morir, perder el brazo…-volvió a explicar al tiempo que se arrodillaba junto a él. Rehv le miró a los ojos y asintió- Que lo intenten- las palabras fueron directas, sin pensárselo dos veces y en menos de dos segundos, estaba solo en un camastro luchando por el sudor, el dolor y el miedo. Fuera la gente andaba ajetreada, los gritos de los hombres heridos rasgaban como las uñas un pergamino y era aterrador. Entonces en ese momento un hombre de barba y porte grande, con el escudo del Sacro Imperio se acercó hasta él- Has sido valiente muchacho, has luchado por el dios en el que crees. ¿Crees que mereces morir?-preguntó el hombre cerca de su oído, levantó con detenimiento el lino que cubría su pecho-¿Crees que después de haber tomado tierra santa mereces morir, muchacho?-volvió a preguntar. Rehv le mantuvo la mirada, aunque a duras penas y asintió- No asientas muchacho, habla-Dijo al tiempo que lo miraba a los ojos desafiante. Rehv solamente dijo- Si señor, creo que merezco vivir- tenía miedo a morir, no quería hacerlo, no estaba seguro de lo que encontraría por eso perseguía la religión y la defendía- Saldrás de esta muchacho y cuando lo hagas esta misma noche ven a verme-dijo mientras sacó una daga de su cinto y se hizo un pequeño corte sobre la boca de Rehv. Este que no tenía fuerza notó el sabor férreo en la lengua y cerró los ojos exhausto de nuevo por el dolor, perdió la inconsciencia y cuando por fin los abrió estaba en el camastro. La operación había salido bien. Sin preguntárselo dos veces se levantó a hurtadillas del camastro, cogió su ropa y salió en busca de aquel hombre. Por instinto le siguió hasta el borde del campamento, reconoció el blasón de las banderas en la tienda pero lo que le sorprendió de verdad es no encontrar un solo guardia en el umbral de su tienda, aguardó y alargó la mano para entrar y justo cuando iba a hacerlo una voz le invitó- Pasa, muchacho- la voz era la misma que entonces, el hombre estaba sentado en una silla mirando un ajedrez de piedra tallado a mano que parecía realmente claro- me alegra ver que la operación saliera bien- señaló una silla frente a él y esperó- ¿quién sois?-inquirió el joven templario al que sería su señor- Muchacho la insolencia no es de mi agrado, tendrás que aprender disciplina- puntualizó mientras entregaba una copa a Rehv- Se que es un magnífico combatiente y tengo algo que proponerte-hizo una pausa mientras Rehv bebía el dulce y fresco vaso de vino-¿qué clase de proposición?-la curiosidad empezaba a comerle por dentro.-No soy un hombre muy común pero si tengo riqueza y estatus, lo que quiero proponerte huérfano, es que seas mi pupilo, que vengas a mi castillo y me sirvas en todo lo que pida- dijo levantándose de su silla y caminando hasta una mesa de madera y plata donde había un gran número de pergaminos enrollados- Mi nombre es Eitham- se presentó- y lo que quiero que hagas por mí , es tan solo obedecerme-explicó . Rehv dejó la copa y frunció el ceño sin comprender- Ya lo hago señor, estoy sirviendo a los señores, a Dios….-dijo antes de que Eitham le interrumpiera- No hay un Dios allá donde vamos si me sigues muchacho, hay una muerte segura, cosas atroces y gritos como el que oprime tu alma por dentro- objetó mientras señalaba al pecho de Rehv- Da igual lo que digas o hagas muchacho, te he devuelto la vida y ahora me perteneces- Rehv se levantó y miró horrorizado-¿quién creéis que sois?-casi grito mientras se levantaba con un salto y cogió el mango de la espada de su cinto. En un acto reflejo inhumano Eitham se encontraba en con la boca en su cuello y con violencia sorbió la sangre de esté hasta que le quedara un último hilo de vida , unas escasas pulsaciones- Ahora morirás por mi mano, beberás de mi sangre y despertarás siendo inmortal. No tendrás que temer a nadie más que a mí-dijo su señor al arrodillarse y lamer la última gota…

Poco se sabe de lo que ocurrió después con el señor y su siervo, pero aquella misma noche emprendieron el viaje a occidente, en 1096. Rehv dejó atrás su vida y con el todos los recuerdos y pasó a ser el siervo de Eitham.


Diario de Rehv
[…] He participado en todas las gestas por orden de mi señor, he visto la muerte y los crímenes de guerra, yo, he crecido entre la violencia y los gritos. Los cuerpos desmembrados, la sequía y la falta de alimento. He visto a la gente morir por epidemias y yo les he matado. He participado en todas las guerras, aunque solo de noche, he saboreado la sangre de cada persona, mujer y niño de occidente y todavía sus gritos aun me atormentan. […] He sido un soldado toda mi vida y he hecho cosas terribles, desde el castillo de mi Sire escribo esto, con la esperanza de que algún día me recuerde todo lo malo que hice. El señor está sediento, siempre lo está. Nos manda a buscar hombres, niños, mujeres….cualquier persona le va bien para devorarles pero lo interesante no es eso, sino que cuándo más le gusta la sangre es el púnto álcido de dolor. Nos obliga a torturar a las presas para que su sangre esté hinchada de adrenalina y se alimenta de ese temor. En las mazmorras del castillo los cadáveres se apilan y el dolor de la quema es casa nauseabundo. .. [Falta texto]
El señor se ha recluido en su parte del castillo, parece ser que ya no le llena la sangre de los hombres torturados, su gusto ha cambiado y ahora tan solo quiere a mujeres. He estado cerca de una preciosa, me ha mirado a los ojos cuando la cogía del brazo y he visto en ella algo que me ha proporcionado excitación y calidez ¿de qué se trata?

[…]

La sensación producida por el placer y la sangre alteran mi sentido, me siento liberado y la oscuridad se marcha. ¿Qué quiere decir eso? No es el amor lo que me llena sino el sexo, el tomar a esas mujeres, verlas arrodilladas ante mí, con lágrimas en sus mejillas y sus pezones erizados y suaves. Me excito nada más pensar estar dentro de ellas y al mismo tiempo tomar la sangre caliente y alterada de su cuello. ¿Es eso lo que siente mi señor cuando bebe de la gente a la que torturamos? Tengo que preguntarle.

[…]

He oído como el señor planea atentar contra mí, relevarme de mis servicios. Piensa que soi sanguinario y que todos corren peligro. Hoy se ha encontrado una habitación de tortura rota, todo estaba lleno de sangre y un cuerpo descuartizado como si una bestia hubiera entrado ahí para destrozarlo. ¿a caso he sido yo?¿es una coincidencia? Tengo que averiguarlo.

Ese es el último fragmento que se encontró en el diario de Rehv justo antes de que el castillo se derrumbara. Hasta hoy, Rehv mantiene la boca cerrada sobre su pasado, algunos hacen suposiciones de que mató a su Sire y logró escapar con un puñado del tesoro del señor, suficiente para amasar una buena fortuna en un lugar nuevo. Aquella teoría no iba mal desencaminada, consiguió matar a su sire con una estaca de madera en el centro de su corazón, el anillo de la familia se lo quedó él y antes de irse prendió la pólvora del castillo provocando una gran explosión con la esperanza de que nadie descubriera lo que había pasado en ese castillo. No avergonzado, sino temeroso. Luchó en la guerra de independencia de los EEUU y con el dinero que consiguió en todos los años de servicio y lo que robó a su Sire antes de abandonar el castillo, compró terrenos para la explotación, una mina de metales preciosos, una hacienda para residir e invirtió en sus fondos para poder llevar una vida sin recibir órdenes de nadie. Decidió volver a Europa para ver cómo había cambiado y para su sorpresa se encontró en parís, entre el tumulto victoriano a la espera de poder empezar, con sed, una nueva vida allí.

DATOS EXTRA

Le pierden las castañas y las morenas, las pelirrojas y por último las rubias. Por ese orden.
Toca el piano a la perfección, le encanta hacerlo, le pone melancólico y sobretodo cuando no puede descansar o está cansado toca.
Le gusta hacerlo en sitios públicos por varios motivos, el primero porque evita matar a la mujer a los ojos de los mortales y porque le produce excitación que pueda ser visto.
El sexo lo practica con crudeza, muy rara vez le gusta lo lento, tan solo cuando está melancólico y prefiere no estarlo cuando haya alguien alrededor
Le encanta navegar, la sensación del mar y la brisa del mar.
Aunque haya combatido en muchas de las batallas históricas por orden de su señor, lo hubiera hecho igualmente.
No cree en ninguna religión pero fue un cruzado.
Le pone nervioso la oscuridad absoluta.
Tiene miedo a las brujas y a las flechas. Los arcos y las ballestas, cuando ve una no puede evitar tocar la cicatriz de su hombro.

gracias a αgusτınα• de sourcecode