Mientras tanto...

por **Vincent Cromwell** Vie Mar 15, 2013 12:45 pm

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Hace dos años atrás…

Las miradas parecían fundirse una con otra, su iris y rostro aterciopelado me recordaban las desgracias de nuestra absurda situación, pero también me mantenían vivo ideando paso a paso la forma de mantenerla a mi lado. Así fueron los primeros años de aquel matrimonio por conveniencia, uno en dónde no se veía claramente lo que estaría por suceder en el futuro, Victoria tenía el sartén por el mango si de política y relaciones se trataba, con su llegada ahora Escocia no se hallaba a la deriva de grandes potencias, ni servía absolutamente a nadie que no fuera el reino escoces bajo mi mando.

Recordarlo me hizo dibujar una sonrisa irónica y mis ojos taciturnos continuaron observaron en la lejanía las sombras de los árboles y las nubes que se reflejaban en las murallas del castillo en Edimburgo todas ellas parecían interpretar mis pensamientos formando algunas veces las sombras de mi pasado. Era imposible no recordar los buenos momentos a su lado, pese a su traición y la ambición que después el poder despertó en ella.

-Fue la mejor decisión que hayas tomado, hermano…- su voz áspera llamó mi atención observando sobre los cristales el rostro de Valentine quien continuó su oración – si no la hubieses ejecutado en éste momento habría guerra en Escocia, posiblemente hasta el apellido habría desaparecido en manos de una mujer tan ambiciosa como Victoria, pero eso se castiga con traición, nadie está por encima del rey, mató a la mujer que llevaba en su vientre a tu heredero…Lo pedía a gritos- concluyó a un par de pasos detrás de mí, su mano diestra se apoyó en mi hombro para estrecharlo en símbolo de apoyo, pero yo sabía con perfecto conocimiento que siempre había alguna intensión detrás de las palabras de Valentine.

Aquel panorama me recordó lo frágiles que podemos ser pese a reflejar todo lo contrario, que estamos solos aunque planeemos toda la vida no hacerlo, que la reflexión más grande sobre nuestra vida radica en cómo vamos a vivirla y a lado de quien lo haremos. En ese instante había perdido a las dos razones que trazaban un poco de equilibrio en el camino; Odette y mi hijo no nato habían fallecido en el intento de hacerme nuevamente feliz. Entonces volví a la realidad que ahora era palpable, el orden había vuelto hasta mi reinado, sin embargo la reina lucia tan poco experimentada, pese a ello se esforzaba por darle al pueblo lo que Victoria olvidaba en el transcurso en que el poder rozaba con júbilo sus pasos.

Estaba seguro que el destino nos deparaba nuevas sorpresas buenas o malas, aquello estaba a punto de descubrirlo.