Complicaciones

Aspiró el aire de esa noche cargada de júbilo. El traje oscuro que llevaba con la camisa blanca hacían un contraste notable, el pañuelo en su cuello también oscuro con rayas claras estilizaba el conjunto y el pelo peinado hacia atrás con un ligero tupé le daban un aspecto el aspecto aristocrático al que pertenecía. Sus pies caminaron en silencio sonriendo a cada mujer que por algún extraño casual se le quedaba mirando. La desdicha de aquellas es, que cualquiera podía caer en sus dientes.

El ruido de la mejor taberna de París se oía al doblar la esquina, las farolas alumbraban el paso y cada vez que veía el fuego o la luz echaba de menos el poder ver un día. Los anales de la historia de Rehv eran largos, crueles y tediosos, desgraciadamente para él Rehv es un producto de las aspiraciones dementes de un hombre renancentista. Abrió la puerta y como siempre, los ojos se voltearon hacia él, otros en cambio no advirtieron su presencia. Algo envolvía al vampiro que encandilaba a las mujeres pero al mismo tiempo desprendía un halo de misterio y medio que hacia gritar en su subconsciente que se alejaran. El depredador incitaba a la presa a acercarse pero hasta el momento todo parecía ir bien. Notó el aura de las personas, escuchaba conversaciones ajenas con su oído desarrollado pero reparó en una figura en la barra que desprendía un aura y olor diferente al de la sangre de los mortales comunes.

Rehv temía a los brujos, eran capaces de manipular la mente, jugar con el más allá y son más sabios de lo que cualquier persona podría serlo así que más que miedo , les tiene respeto y animadversión. "Cuanto menos te acerques a un brujo, mejor", eso se repetía pero en aquel momento sintió la calidez de la mujer, el latir de su corazón en su garganta, el pecho y sintió sed. La condena de este vampiro, es que jamás se sacia del todo , tan solo cuando vivía en el castillo de su Sire era capaz de hacerlo , cuando alcanzaba el orgasmo o el clímax al tomar a una mujer es cuando consideraba que la sangre estaba en su punto para hacerle entrar en un frenesí que lo satisfacía.

Se aproximó a la barra y sin dejar de mirar y estudiar a la bruja pidió- Un bourbon de 12 años, el mejor que tenga- sacó el dinero del bolsillo y lo depositó en la barra, después se giró para mirar a la mujer- No quiero un enfrentamiento- susurró al pasar cerca de ella y se detuvo a la altura de su oído- Se lo que eres y tu lo que soy yo y por el bien de los mortales de aquí. Intentemos pasar una velada tranquila- dio un paso hacia atrás y bebió de su copa- Y para serle sincero-seguía hablando en el mismo tono de tal forma que solo ella le escuchara- Vengo a labrarme una cena- explicó refiriéndose a tomar a una mujer, acostarse con ella y beber de ella-