Explosiones y Complicaciones || Privado

Oh bendita noche, era una de esas noches en que sabía que andaba algo en el ambiente podía sentirse no puedo explicar muy bien como lo sabía pero había algo, no puedo decir ciertamente si era el clima pues era bastante agradable se sentia bastante fresco la brisa nocturna y había suficientes estrellas en el cielo como para dar una a cada doncella que notara. Claro el olor que había percibido desde que había salido de mi guarida ( debo reconocer que era una guarida ya que no había encontrado una cosa mejor para pasar dos noches seguidas) era el de la sangre, podía casi sentirlo en el paladar ya que recordaba el sabor de la sangre al alimentarme cuando me convertia en lobo, cosa que ya no se me hacía tan molesta incluso ahora le sacaria un beneficio pues el edor que le acompañaba era el del inconfundible efluvio vampirico, por ello me había transladado a esa zona de Paris, el que fuera un maldito no quería decir que no siguiera haciendo mi trabajo como cazador.

El olor me guio hasta un burdel bastante animado, podía notar el edor del vino y la peste de sudor y demás, me detuve antes de entrar para asegurarme que era ahí, me costaria trabajo encontrarlo en medio de tantos olores nauseabundos pero no me permitiria dejarlo ir así, al entrar tuve que taparme la nariz debo admitir que varios de los presentes  ( almenos lo que estaban consientes) giraron para verme pues lucia bastante bien vestido para un lugar como este, mi traje negro ciertamente bien limpio y mi camisa impecablemente blanca así como mi dentadura que dejaba ver en una amplia sonrisa.

Me acerque ala barra donde tome asiento quería ver desde ahí todo el lugar y antes de que pudiera reconocer a mi vampiro, note un pequeño desliz, si se le puede decir así, dos jovencitas trataban de salir de un grupo de ebrios que al ver como una de ellas lo dejaban trataton de impedirlo, el alcohol embrutece demasiado por lo que me pare de inmediato y me acerque con una ligera muestra de mi velocidad, algo imprudente si me lo preguntan pero llege justo en el momento ideal para detener un golpe que era enviado a una de las chicas, me plante delante de ellas para dejarles espacio a salir de ahí el hombre, reacciono de manera graciosa ya que primero se sorprendio y luego se dolio de su mano que había impactado contra mi pecho, lo tome por los hombros dandole un ligero apretón y lo volvi a sentar con sus camaradas.

-Vamos Invitiamo amico.

Hice señas a una de las señoritas para que atendieran a la mesa de mis nuevos amigos.

Una noche normal de burdel, una habitual pelea gracias al alcohol y los ánimos de los presentes. Bajo su mirada se destacó Gene, una de sus más listas mujeres en el lugar.

Sabía que tenía que confiar desde hace más tiempo en las rusas.- pensó divertido al notar cómo salía del aprieto en el que se encontraba junto a la no tan lista nueva contratación.

Segundos más tarde pudo notar a aquel especial hombre ayudándolas.

También sé que quiero tener a uno de los de su tipo de mi lado.- piensa con una sonrisa mientras le lleva de regalo al hombre una buena botella de vino.

Muchas gracias, noble señor. Le ruego que siga disfrutando de su estancia.- le dice mientras le extiende la botella y lo acompaña hasta su mesa con una mirada seductora.

El dueño había llegado, Gene podía sentirse segura de que Lian iría a hablar con ella y la nueva apenas se desocupara con el cliente.

Había sido literalmente arrastrado con un precioso regalo de parte de un hombre en especial una botella de vino siempre era un precioso regalo, ni siquiera alguien como yo podía dejarlo pasar, yo diría que por la forma de hablar y hacer era el dueño del burdel donde estaba, había pensando en dejarlo pasar pero francamente era una de las mejores personas para que me ayudara a encontrar a mi vampiro, en especial este que estaba al tanto de todo debía saber muy bien la clase de clientes que venía la frecuencia y sobre todo aveces la especie.

-Claro, que agradesco su camaraderia, pero venga parle conmigo un rato si a vos no me incomoda, es posible que usted pueda ayudarte en un pequeño asunto,.


Discretamente me había pegado al hombre dandole un ligero apretón de manos y ahí había entregado un puñado de francos al hombre, quería asegurar me de que podía sacarle información, así que, que mejor manera para comprar los serviciós de un informante, el dinero siempre había sido la mejor inversión.

-Espero que vos se siente conmigo

Me senté y acto seguido lo invite a sentarse igualmente, una jovencita se había acercado con dos copas en la mano y había comenzado a servir el contenido de mi regalo, había estado mirando y estudiando a mi ahora informante, había algo que no me cuadraba en el vampiro que estaba buscando y esperaba en verdad información de este hombre.

No pude evitar sonreír ante la gentileza de la damita a pegarse a  mi, pero de momento no buscaba alguien que calentara mi cama ante todo mi instinto de depredador era mas urgente, por lo que con toda la elegancia de la que fui capas le tome las manos y antes de que su compañera camarera la retirara de m,i bese sus manos con afecto para que luego se retiraran.

-Lo agradezco, mi lady, no se preocupe no es compañia lo que necesito de momento, ando en pos de una campaña un poco delicada si tiene la gentileza de iros pues lo que estamos por discutir no es propio de las damas.

No quería sonar grosero ni mucho menos pero en realidad lo que estaba por discutir podría significar ponerlas en peligro y uno muy latente y voraz no me importaba mucho el poner en peligro a su jefé ya que de una u otra manera sabía que el tipo se las ingeniaria para salir libre de lo que podría yo probocar.

Espere un poco más antes de hablar para que las chicas se retiraran, sin embargo al cerrar los ojos pude notar en el ambienta un cambio brusco de olor, era una peste tan fuerte que podría pasar apesar del olor a sexo y alcohol que se persibia nada mas entrar, mi presa estaba justo en el mismo salón, nada más que tenía consigo algo más el olor inconfundible de la sangre acaba de beber y para mi suerte entre tanta gente no lo vi, me pare de inmediato esperando poder ponerme en evidencia, en cuanto se diera cuenta de mi presencia huiria, al menos eso suponía solo que fuera un neofito lo bastante impertinente como para pensar que era invencible, pero no hubo cambio en el lugar, los mismos borrachos comiendose a besos a las doncellas y nada.

Me había quedado con la mano sobre el respaldo de la silla de madera trate de oler distinguir de donde o de quien procedia aquel aroma, cerre la mandibula tan fuerte que mis dientes chirriaron no tuve más remedio que volver a sentarme.

Jamal se quedo quieto mientras sonreía ante la platica de las chicas, sin duda si se sentía con deseos de calentar su cama un poco sabía que alguna dama le haría el favor, estaba por tomar nota de quien cuando algo llamo su atención.


Se quedo mirando con la naríz apunto de estallar por el edor que provenia del tipo oscuro, el moreno se levanto tuvo qeu contenerse para no darse a notar pues solia pasar que usaba su velocidad acelerada y asustaba ala gente, no necesitaba un corredero de gente por todos lados, lo perdería.

Se acerco a el por el otro lado del mostrador rodeando la cintura de la joven mesera que estaba siendo atacada, con la otra mano tomo la del hombre, al tacto lo sintió frió casi helado y el dio un respingo, logro soltarla mientras el laicano le sonreía.

-Creo que vos debeís salir conmigo para charlar un rato.

El vampiro lo miro con intensidad después sonrio mostrando la dentadura mortalmente blanca cojio la mano de la mesera que momentos antes JAmal habia rescatado del brupo de ebrios y salio disparado con ella en brazos, todo fue con una rapidez inhumana, Jamal se quedo quieto con la mirada baja, olisqueo un poco y pudo sentir su edor cerca. Soltó ala chica y salio de ahí corriendo se quedo en el lumbral de la puerta antes de olisquear el aire otra vez para trazar una ruta.

Lo sabía, el vampiro aquel había elegido su proxima victima Jamal se regreso para verla de frente, no podía negar que era una verdadera belleza la que estaba ahí plantada con una timidez propia de una niña, algo que le hizo mostrar una sonrisa encantadora se acerco un poco a ella tomando por los hombros ala joven mujer sin ser brusco se inclino lo suficiente como para verla a los ojos.

-No tienes por que agradecer, me temo que mi "amigo" volvera, ¿te importa si te tomo la palabra?

Al terminar le soló apenas para dirigir una mirada al rededor, toda la gente parecía estar a penas si consientes de ellos así que no vio manera de ir tras el vampiro, lo prudente sería estar cerca de la victima para tenderle una trampa.

-¿Me acompañas a tomar un trago? -Ronroneo en un Italiano misterioso mientras le indicaba que tomara asiento en la mesa mas apartada del lugar, mientras muchas cosas se agolpaban en su cabeza pues deseaba advertirle y el mismo tiempo preferia dejarla que siguiera con su vida de manera normal, al menos lo mas normal posible.

El moreno sonrió con cierta ligereza, mientras se tomó su tiempo para estudiar a la joven dama, quería ver si había miedo o alguna clase de reacción ante tal proceso, era común que las mujeres se dejaran llevar por el sentimentalismo, además de que siempre eran víctimas acordes a seres despreciables, era cierto que toda ella había atrapado en su ser el olor del tabaco así como el del licor, pero había cierta pureza en la forma que hablaba que le causo ternura, si, ternura y nada más que eso, por lo que aquel ser seguramente había sido atraído de la misma forma por aquel toque, de rareza antigua, pureza real según las voces indecentes de Jamal que le susurraron bajo, “quédatela “ bajo la mirada distraído, o mejor dicho fingiendo distraerse mientras se sentaba en la mesa, que momentos antes había señalado, apoyo sus manos sobre la mesa y uso una de ellas para recargar su rostro mirando fijamente a la joven, ella aún se encontraba muy cerca por ello la escucho cuando le pregunto aquello...el laicano amplio su sonrisa y estuvo satisfecho de no estar con una joven completamente ignorante del todo de los peligros de la noche, con la mirada asintió mientras tomaba su copa y la apuraba con demasiada gracia, elegancia incluso, parecía fuera de lugar ciertamente pues las ropas por muy sencillas que fueran resaltaban entre tanta mugre, al igual que la jovencita.

Se dedicó a estudiarla mientras preparaba sus sentidos lobunos para estar alerta por si aquel ser se acercaba nuevamente, la detallo con la mirada, y deseo más que nunca tener un poco de papel y carboncillo para poder bocetarla, ya que en verdad era hermosa, pero lo que más lo cautivo fueron esos deliciosos labios...que parecían invitar al viajero, se preguntó que si fuera una bruja sería, un verdadero encanto ser maldecido por aquella boca; se había quedado embelesado por la forma de ellos y la siguió con la mirada hasta que nuevamente noto aquel hedor a sangre y podredumbre, lo que le hizo repasar el lugar con la mirada, una dos veces más pero nada, aquel ser estaba embrutecido por desear a la joven o bien quería algo más.

Jamal tamborileo sobre la mesa mientras se giraba para poder tener un amplio panorama del lugar, de las personas, de las chicas, incluso con su oído sobre natural podría escuchar la cháchara de las meseras las cuales no paraban de hablar de él, paso de largo, no tenía de momento interés en saber cuál de todas deseaba más estar entre sus brazos, siguió más adelante había un grupo de borrachos a los cuales no comprendió muy bien su charla por lo que los descartó, no parecían ser del tipo que amenazaría a una joven como ella, Ah pero el moreno olvido que el alcohol embrutece y saca lo peor de las personas por lo que la chica cuando paso cerca del grupo ese, uno de ellos la abrazo para besarla, por alguna razón Jamal se tensó, y sin pensarlo mucho como era su costumbre se deslizo con esa velocidad animal y la aparto de aquel ser, nuevamente, miro aquel hombre mientras le echaba el brazo a la chica -Lo siento amigo, ella es mía tendrás que escoger a otra – Su acento sonó amenazador esta vez por lo que el hombre maldijo pero igual no hizo nada, se giró para sentarse y pedir a gritos alguna mujer que estuviera disponible, por su parte el moreno sonrió a la joven y la guio de nueva cuenta hasta su mesa, sin soltarla -Debes saber que prefiero que estés aquí, parece que te metes en demasiados problemas tu sola. – sonrió de manera encantadora mientras sus ojos paseaban de un lado al otro, por alguna loca razón el lugar parecía más vacío que antes.