Montrer [priv]

por Invitado Mar Mar 26, 2013 4:18 pm

“La propia agonía de un sobreviviente. Quieres escuchar el fuego que anhela en el pasado. En el presente, en el futuro? Eres capaz de soportar el infame dolor del destino?”

El telón daba pie a la obra de arte! Ah! Cantar, bailar y deleitarse con un trabajo de artesanía pura, seducción y un placer que iba más allá de lo mortal. Las personas sentadas, admirando nuestras creaciones. Nuestros ritmos. La sincronizada armonía de nuestros movimientos. Los bailarines que estábamos repartidos uniformemente por el escenario. Yo, en el medio, era mi turno de ser la estrella. Dos veces a la semana, cantaba como voz principal. Haciéndome dueño de cada mural del lugar. Excitándome sobre el escenario. Solo había una cosa que me provocaba más que ello. Y no estaba cerca. Pero allí estaba feliz. En mi rostro se notaba toda la diversión y felicidad que podía encarnar.

-Bonjour, Theatres des vampires os da la bienvenida. Hoy os deleitaremos con un poco de clasicismo, mezclado con melodías algo pesadas. Esperamos que guste el espectáculo, recordad que son mortales! Están bajo nuestro poder. Ocultad vuestros cuellos cuando salís. Y tened en cuenta que somos criaturas de la noche!!!

Y en un ligero grito, movía mi cuerpo hacía atrás, arqueaba mi columna y luego empezaba el cántico. Una canción ligera, tormentosa, mientras los demás vampiros que actuaban, hacían la escena. Una muerte lenta. La cacería de los vampiros, buscan un sacrificio, una humana es subida al escenario, la tiran en el medio y empiezan. Ropa a un lado, ropa al otro. Ah! Una obra de arte, el cuerpo desnudo blanco y mis frases no hacen más que contar la historia. Dejando salir un agudo cuando la mujer se desesperaba, una risa seca cuando los vampiros terminaban. Un grito grueso y nuevamente la melodía se mezclaba con el aire. Los humanos que estaban mirando hacían caras de sorpresa, se miraban unos a otros y una sonrisa se dibujaba en mi rostro. Esperando a que el acto final concluya. Moviendo mis brazos como si fuese el titiritero. Sonriendo, mis dientes blancos, mis ojos brillosos, mis labios carnosos. Se podía apreciar mi perfecta figura, adornada de telas negras y matizadas en gris. Pegadas a mi cuerpo, que mantenía un sobre todo pesado que daba un aire de furia. Estaba delirando del placer que me daba el escenario. Buscando rostros. Observaba a todos, buscando caras nuevas. Hasta encontrar aquella elegida que se topaba conmigo. Un nuevo vampiro estaba admirando nuestro teatro y yo descubriría que pensaba de él.

-Gracias… Ahora, simples mortales, seguiremos con un solo de piano; esperamos degusten una copa de sangr… vino. En lo que volvemos…

El entre-tiempo se formaba y poco a poco empezaba a bajar del escenario. Sin una gota de sudor, solo estaba sediento y empezaba a caminar por los costados, hacia la parte de las bebidas. Con una sonrisa de oreja a oreja, haciendo reverencias en lo que la gente saludaba o simplemente miraba. Era una sensación hermosa. Pero yo quería ir a lo esencial. Poder encontrar a quien sería el nuevo crítico de la noche. Quería escuchar que pensaba de nosotros. Que pensaba de la obra de arte, que presentábamos casi todas las noches.

“Somos dos inmortales, busco tu conocimiento, busco tu opinión. Que me puedes dar que me sirva de ayuda?”

por **Deiran Chassier** Mar Mar 26, 2013 8:29 pm

‘’Estaba ahí tal cual me lo habían sugerido, sabía que una melódica voz me resucitaría, te había escuchado desde ya muy antes y ahora te veré con mis ojos, escudriñando qué puedo sacar de ti…’’

Noche fría noche de espectáculo decía uno que otro rótulo por las calles de París, le hacían promoción al Theatres des vampires, el nombre le pareció peculiar –Podrá ser posible…- pensó Deiran haciendo una pequeña mueca con su boca y sus labios se cerraron. Siguió su camino y ya había escuchado de ese ostentoso espectáculo y quería presenciarlo puesto que no tenía más que hacer aunando que era amante obsesivo de los eventos de arte y cultura pero antes debía de cenar. Acomodó su abrigo negro que le cubría toda su fina ropa, aceleró su paso y comenzó a sincronizarse con cada transeúnte que paseaba por las desoladas calles parisinas, en búsqueda de dos víctimas de esos que le gustaba alimentarse, encontró a dos jóvenes hombres de gran porte, sin mediar palabras los arrinconó en una pequeña esquina y posando sus colmillos abrazó sus cuerpos, relamió sus cuellos y les succionó rápidamente, encendiendo en él un éxtasis pasional, sus ojos se tornaron de un rojo tirado a carmesí intenso y su piel blanca como la luna llena que se posaba en lo alto y le acobijó. No podía compararse nada con esa sensación de saciarse hasta lo último de sí con aquello, sus sentidos percibieron cuando el corazón de sus sacrificios se detenía y era la señal la que le avisaba que debía de detenerse, con sus dos dedos revisó la comisura de sus labios para ver si no había sido un tanto descuidado en mancharse pero todo estaba impecable como siempre, lo hacía de rutina.

Después de unas cuantas calles estaba frente al teatro, compró su entrada y se cercioró de estar en la tercera fila de frente al escenario, le gustaba observar cada escena de la obra/musical con detalle, notó rápidamente que el teatro estaba lleno de vampiros, los que disimulaban haciéndose pasar por humanos que eran los que interpretaban la obra y daban vida al espectáculo. Los hijos de padres adinerados, la crema y nata Parisina estaba presente -¿Acaso no se dan cuenta en el nido de demonios en los que se han metido?- se dijo para sí mismo y tomó asiento, le parecía ya todo curioso desde un inicio. A su par una mujer gorda con un aroma a perfume medio barato se había sentado a su par, no paraba de quejarse de lo mal que le había sabido la cena y él se recordó de la dulzura infinita de la sangre de los vírgenes jóvenes que acababa de asesinar, la obra iba a comenzar y la bienvenida dio a su paso un set de actores que interpretaban una especie de danza cantada por… se que quedó helado y su piel que hace mucho no sentía emociones se le erizó al escuchar una voz que le robó la atención desde ipso facto. No podía dejar de verle, lo apreciaba de arriba hacia abajo y notaba la calidez de su melodía, el furor que le acompañaba, se mostraba sereno, angelical y se le veía que amaba hacer lo que hacía, quizás por eso brillaba en aquel escenario, debía de conocerlo. El sketch de la primera parte había finalizado, sus oídos habían escuchado claramente incitaban a romper el orden devorando a algún despistado que no captara el mensaje pero él estaba satisfecho, Se levantó de su silla en búsqueda de ese cantante talentoso, quería conocerle, por lo menos verle de cerca, había algo que le llamaba su atención.

Detrás de los telones había una pequeña puerta que dirigía a donde se encontraban los artistas, le encontró de inmediato. En esa mesa de bebidas estaba él, podía observarle entre lo obscuro de las cortinas, se le acercó por la espalda, quedándose parado se le quedó viendo contemplándole.-Felicidades… muy buen número…- añadió con un tono de desaire e inquietud -Solo que debes de tener cuidado en tus agudos, has desafinado un poco…- le miró y salió completamente de las sombras para verle fijamente, tenía ese toque molesto de darse cuenta de los errores de los demás -Quizás ellos no lo noten, pero tú sabes que nosotros sí…- acotó y se le acercó tanto que puedo percibir su aroma con más claridad-Hace mucho no me sentía tan deleitado..- susurrándole en su oído se separó del cuerpo de aquel vampiro se fijó a ambos lados y se encontraba un tanto desolado, posó su vista en los atractivos labios de su desconocido acompañante -Te lo agradezco…- entre dijo y se separó completamente de él, quería ver su reacción con más detenimiento.

Soy tan simple y sencillo como tú, déjame ver que es capaz de encerrar mis pensamientos, de que te sea útil a ti, de que me seas útil a mi...

por Invitado Miér Mar 27, 2013 11:41 am

“Es el delis de una copa de campaña, lo suficientemente fuerte, para mostrar mi verdadero velo? El que está escondido entre capas de ángel?”

Caminaba con algo de rapidez, de repente quería saberlo todo. Mi curiosidad se había encendido. Pero, sería correcto? Notarían mi brutalidad, mi torpeza al pedir consejos? No. No debían. Nadie debía saber que aún, luego de haber cantado durante casi 17 años, tenía problemas con algunas notas y hasta me ponía brutalmente nervioso cada vez que subía a un escenario. Y era porque nunca había sido bueno en nada. Siempre inservible y aunque ahora me sentía más preparado, seguía siendo un inútil. Por aquellas razones fue que seguí mi caminar, sin detenerme, hasta sentarme en la barra. Tomando un vaso entre mis manos esperé a que lo llenaran con el elixir que tanto amaba, whisky, whisky para calentar mi garganta, para embriagar mi poco sentido del humor. Bañarlo en aquel carisma que todos reconocían en mí. El cual, efectivamente, era real. Solo que en aquellos momentos, donde estaba, solo y triste… Tenía que ayudarlo, levantarlo para que mi sonrisa fresca y radiante siga en pie. Odiaba que las personas se preocupen, yo no necesitaba ayuda de nadie! Siempre podía solo y esa no sería la excepción.

-AAh! Kjfdshgsfh pero que demo-… Awnn… m-mi… mi ropa… Yo, os agradezco, pero, pero, pero… Por qué no habéis hecho ruido antes?, me habéis asustado. Aish, se me mojó la tela… Tendré que cambiar de atuendo… Que… Ah! Vosotros sois el nuevo vampiro, que vi!

Mi sorpresa había sido alucinante, al parecer cuando alguien quería hablar con otra persona y el destino así lo quería, las cosas cambiaban para que se dieran aquellas situaciones no importa cómo. En este caso, me había brindado la oportunidad de poder escuchar la opinión del joven, sin siquiera necesitar preguntarle nada. Por un lado, empezaba a avergonzarme, a agachar la cabeza y mirar a los lados. Tanto? Había desafinado al punto de que se había notado? Pero como podía ser? Había pasado meses ensayando las coreografías y las notas que debía hacer. Mi piel se erizaba y un pequeño ruidito se escuchaba salir de mi nariz. Era un leve sollozo que me estaba torturando, pero que con un movimiento de manos espanté. Me froté los ojos y el rostro y observé a aquel hombre cuidadosamente. Parecía ser antiguo, pero me preguntaba cuántos siglos serían exactamente.

Por el otro lado, estaba contento con sus siguientes palabras, “deleitado”, al menos había apreciado todo con general. Aquello me hacía feliz después de todo, eran los actores, actrices y demás cantantes los que siempre me ayudaban. Al final, los números siempre eran de todos. En mi rostro se formaba una sonrisa dulce, ovalada, mientras seguía el recorrido de su mirar, pestañeando por la cercanía ladeaba el rostro, preguntándome que buscaba. Mi perfume era de jazmín, desde que había conocido al cuervo, había impuesto aquella fragancia. Pero mi cabello olía a rosas y mi piel a vainilla. Cuidadosamente, en cada baño me pasaba las fragancias y perfumes. Para mantener mi piel rosada. Manteniéndola como la de un humano muy pálido. Al menos no tenía que maquillarme para pasar desapercibido y de paso, podía satisfacer los caprichos del ave que siempre mantenía en mi mente. Aquel ave que hacía varias noches no veía.

-A-ah… Monsieur, yo no sé cómo sentirme en realidad, os agradezco vuestras palabras, contadme más… Queréis una copa? Yo os sirvo! Vino?

En un acto de vergüenza me levanté y pestañeando, miré a un lado y al otro, buscando el vino con torpeza, para poder servirlo, buscando alejarme un poco. No me molestaba la cercanía de los terceros, pero si me quedaba algo de olor al vampiro antiguo, haría que este en juego mi vida, “mejor prevenir que curar”. Tomé la copa y el vino más añejo que había en la barra, empezando a servirlo con la sonrisa pintada. Brillosa, haciendo juego con mis ojos. Mordía mi labio y luego se la entregaba, dejando salir una risita juguetona; me sentaba nuevamente y me acomodaba en modo indio, esperando escuchar más de lo que el hombre tenía para contar. En realidad su rostro no parecía ser de los que hablaban, pero me daba curiosidad una intriga digna de hacer desaparecer.

-Lo lamento, perdón si he desafinado, yo no soy el mejor cantante, ni mucho menos. Solo amo hacerlo, intento que salga lo mejor posible, pero al parecer el don de la música no me fue otorgado. Siempre me ha costado mucho todo esto… Estuve mucho tiempo para que las notas salgan bien y al parecer aún no lo consigo… No sé qué es lo que agradece. Pero contadme, como podríamos hacer para mejorar las cosas? Me gustaría escuchar vuestros consejos!

“Es el camino del triunfo? Que gracia tiene empezar con un don? Aunque en realidad solo lo digo porque no lo tengo. Intento conformarme con lo que hay. Intento luchar por lo que amo. Aún si es imposible de obtener. Mover el cielo, mover la tierra. Con las propias manos. Esa es la sensación de satisfacción que todos quieren experimentar”

por **Deiran Chassier** Miér Mar 27, 2013 11:03 pm

‘’Si he de tomarme el tiempo necesario para amarrar mi ego y tirarlo al lado, descubrir nuevas tempestades que quebrajen la coraza que te oculta, lo haré, estoy dispuesto a eso y quizás un poco más…’’

Aceptó sin perjuicio alguno pasar un momento con el simpático cantante, parecía muy humilde a su fachada, un tanto torpe a su andar y muy sensible a su razonar, Deiran estaba interesado. No le gustaba ser objeto publico así que decidió por esta noche hacer una excepción, accedió a la invitación de la copa sin antes disculparse con el joven cantante por lo antes suscitado -Te pido que me disculpes, no fue mi intención hacerte manchar tu traje, eres algo…- meditó y suspiró -¿sensible?, Solo te he saludado de entre las sombras porque no me agrada darme a notar…No esperé tal respuesta…- le miró de reojo y no podía evitar observar cada una de las facciones del vampiro que tenía al frente. Tomó asiento y dejó que éste le sirviera, intensificaba su mirar, observaba cada detalle de su piel, sus cabellos, su típico aroma, sus cuidadas y delicadas manos y sus gestos al andar, no podía evitar no reírse ante su torpeza, esbozando una pequeña sonrisa se decía así mismo –Serías un plato suculento si fueses un humano…- lo cual calló al escuchar el sonar de la copa colocársele a medio llenar frente a él, el cantante había dado en su punto, Deiran era un amante del vino, es más éste era dueño de un viñedo en Italia y estaba haciendo gestiones para abrir una sucursal en Francia. Olfateó el vino a unos seis centímetros de distancia, posó su dedo en el borde de la copa y la acaricio, era una manía. Cató el vino con tan solo medio sorber la copa, sus papilas gustativas se llenaron de sí, saboreó hasta la última gota de ese sorbo y calificó de inmediato, tenía ese don extraño de comparar una cosa con la otra, de los típicos egocentristas que ha todo le encuentran algo mal y se jacta de saberlo todo. –Cosecha de no más de treinta años y un añejado…- hizo una pausa arqueó la ceja y tomó otro sorbo y concluyó para hacerse el interesante -…¿De unos cincuenta años tal vez? Lo han hecho añejar a una temperatura muy alta y su concentración de alcohol ha sobrepasado los límites del buen gusto, casi lo echan a perder- suspiró y colocó la copa en la barra -Aun así, es tomable…- añadió y clavó sus profundos ojos negro ceniza en el vampiro cantante y se lo imaginó nuevamente en el escenario, entonando la melodía que lo había despertado de su pseudoalma y le dedicó una sonrisa.

Deiran se colocó de pie y le dio la espalda al cantante -Cantaste bien… solo tienes que tener cuidado al momento en el que tomas aire, es ahí donde tu voz pierde fuerza y los tonos decaen lo que te hace escuchar un poco desafinado… recuerda que, ellos no son capaces de descubrirlo, además, entre tanto pensamiento que se deja escapar, no crees que se fijan en tus errores, unos pensaban en con quién de los presentes podrían salir a fornicar, otros caballeros estaban esperanzados de encontrar una meretriz que les llevara lejos de sus esposas y por otra parte los que solo cumplían un compromiso social al estar en el espectáculo, aún así…- dio dos pasos hacia su acompañante y le observó -Tú, tú brillabas… Tanto así que me has renovado por completo..- acomodándose el cabello retomó asiento y continuó -Por favor no te subestimes, tu voz es hermosa, y déjame decirte que cuando un músico o cantante despliega el furor en la piel del público, enciende la llama que se encuentra apagada, recobra los ánimos que se encontraban perdidos, es ahí, donde el don y el talento es otorgado a alguien y eso, eso es lo que realmente vale…. Te he agradecido por eso, porque todo lo que te he mencionado antes es lo que me has despertado y quizás ese sea tu don, revivir el alma de los que son desafortunados en no tenerla, que la han perdido al tomar decisiones equivocadas y que ahora se encuentran errantes y vagos por el mundo, seres como tú y como yo, que hemos perdido el derecho a entrar al cielo…- suelta una media sonrisa y le vio fijamente, terminando la copa del vino y observando el reloj de bolsillo que llevaba consigo, marcaba un cuarto para las once y Deiran se había embelesado con el cantante.

‘’¿Qué es lo que tienes? Si fueras tan infortunado como profesas, tu no estuvieras ahí y yo tampoco estuviera aquí, escuchándote hablar, súmate con el susurrar del alma, embriágate con el pensar ajeno, llénate con lo que dicten tus pensamientos y vive tu sueño, cautiva y atrapa almas y ahí encontraras tu esencia, tu ser…’’

por Invitado Sáb Mar 30, 2013 10:51 am

“Nadie logra pasar la tempestad de una niebla tenebrosa. No sin el consentimiento del aire”

Agaché la cabeza a modo de reverencia cuando insistió en que no había querido hacerme manchar y le sonreí con tranquilidad, negando a sus palabras, frunciendo el entrecejo y riendo cuando volvía a hablar. Aquel hombre era un poco bruto, imprudente con su lengua. Me machacaba las esperanzas y luego las intentaba revivir. Pero yo era más resistente que fuerte mi fachada de tristeza no se dejaba ver demasiado. Solo era un torrente de triste decepción conmigo mismo, que fluía por mi cuerpo, provocando un aura un tanto apagada, pero nunca menos brillosa. Aquello era algo que jamás se iría, siempre y cuando el ave siga en pie. Siempre y cuando, la esperanza de aquel amor perdido vuelva. Siempre y cuando, la llama siga prendida…
Simplemente la respuesta a sus primeras palabras no llegó, solo quedé con la sonrisa pegada al rostro, observando sus dedos, su nariz que se movía, sus labios que parecían algo molestos. El vino? Había algo malo con este? Me quedé expectante a sus próximas palabras, acomodándome en la banqueta mientras mordía mi labio inferior. Realmente no tenía sentido que fuese un vino malo, por mi parte, los vinos no me agradaban del todo así que no tenía mucha idea. Pero sabía de ellos, sabía sobre el añejamiento y con qué tipos de uvas las cosas salían mejor. El proceso y en general, recordaba haber leído sobre aquellas cosas en un libro, hacía tiempo.

-Ohhh… Ya veo, menos mal que es tomable! Vos sabéis mucho de vinos! Es por algo en especial? Tengo una amiga y un amigo que le gusta mucho, mucho el vino. Yo quiero regalarles uno pronto, pero no sé cómo comprar uno que sea el mejor… Como podría hacer? Ah! … Tenéis una sonrisa encantadora, no pensé que sonreiríais.

Saqué la lengua por aquella sonrisita ajena y apoyé mano y mano sobre mi vaso de whisky, el cual acababa de volver a servir, dando sorbitos rápidos y cortos, pestañeando al verlo levantarse. El chico parecía de alguna forma nervioso o molesto, no sabía exactamente qué era, pero estaba seguro que no era nada bueno o quizá sí, pero no lo aparentaba. Por lo que me quedaba quietito, escuchando, ladeando el rostro en la medida que empezaba a sonrojarme por sus frases. Eran tan profundas pero a la vez tan frías, que me causaban algo de vergüenza, por ser directas y formadas, a tal punto que expresaban sin filtro lo que quería decir. Y aquello, aunque pareciese tonto, era algo que pocos lograban hacer.

-Ya veo… Yo no tengo esa clase de habilidades, no puedo notar aquello que insinuáis, pero! Que gente más malvada! Deberían haber estado prestándome atención! Buuf… Mmmm…Aún sigo aprendiendo, es porque mi voz no es muy buena… Lo siento.

Suspiré y negando volví a mirarle, le tenía cerca y con ello bajé la mirada, abrazándome a mí mismo, sujetando con fuerzas el vaso entre mis dedos. Observaba el líquido, mis mejillas dejaban fluir un colorido rosado, intenso, me acurrucaba en la silla y con nerviosismo empezaba a reír, cubriendo mis labios con el vaso. Reía sin parar, negando mucho, para luego morder mis labios. El chico pretendía hacerme sentir mejor, pero después de todo, me era imposible creer algo así. Yo cantaba para mí y para los demás. Pero nunca había podido hacer tales cosas, como renovar a alguien… Realmente no sabía si mis palabras llegaban a los demás o no. Pensaba en que algún día podría hacer llegar mi canto, pero aún nadie lo había dicho, a pesar de que las personas decían que era un buen cantante, nunca podía terminar de creerlo, aunque exteriormente, mostraba estar muy conforme con todo.

-Hahahaha, no seáis tonto! No tenéis que decir algo así, yo os agradezco mucho, me gustaría saber que pensáis de los actores. Evidentemente es la primera vez que habéis venido. Sois de París? Es raro que uno de nosotros no haya visitado este lugar, es el lugar por excelencia para venir a “cazar”, muchos coquetean a los humanos y luego ellos solo piensan que les muerden sin sacarles nada, es algo gracioso cuando aprender a convivir con ello. Ah! Me habéis dicho ya vuestro nombre? Soy Hero, Hero Jaejoong, me dicen Boo, Jae o simplemente Hero. Tengo veintisiete años… Diez de ya sabes qué.

Alargando la mano busqué la ajena para saludarle, presentarme como debía hacer, riendo entre dientes mientras ladeaba la cabeza, haciendo que mis cabellos lacios y actualmente colorados, caigan a un costado. Mis dientes blancos y destellantes se dejaban entre ver y pronto le volvía a servir de vino la copa. No podía parar de dejar salir mi risa. Era un situación tan extraña. El chico en general era raro, sus palabras eran toscas, salían como una pistola a mi cráneo.

“Doce estaciones son las que recorremos, pero son solo las noches las que vemos. La mitad de todo, el tiempo pasa lento, pero es eterno. Qué diferencia hay, que escuche, que me llene, que me intente morir. Si solo el sol me puede matar, si solo el fuego y la madera causan mi dolor. Déjame sufrir en esta eternidad que nos maldijeron a llevar”

por **Deiran Chassier** Sáb Mar 30, 2013 1:41 pm

‘’De la noche que resuena una melodía, una infernal, de voz de ángel, tan ilógico puede ser que comprime los sentimientos y te arranca una sonrisa, pronto y poco a poco, te das cuenta que eres arrastrado y cuando quieres salir es muy tarde, estas atrapado ’’

El vaivén de los minutos se sumergían con la noche, el transcurrir de los segundos con las horas y así todo seguía su curso. El cantante ya iba por su segundo vaso de whisky, Deiran trataba de retrasar por más tiempo la toma del vino que le parecía un tanto barato y le escuchaba con mucha minuciosidad, era práctico, le gustaba fijarse en cada detalle de su acompañante, en cada gesto, en cada tono que su voz emitía. Cerraba sus ojos y de vez en cuando se fijaba en el espacio en el que se encontraban rodeados, pronto muchos morirían o al menos serían parte de alguna comida, Deiran pensaba en que podía darse un aperitivo pero recordó que estaba acompañado, amaba el drama y el sufrimiento ajeno, se dejaba perder en la sonoridad de la música clásica, sus oídos la percibían tan bien que le dieron ganas de sacar al cantante a bailar de inmediato, imaginando todo aquello esperaba que su conocido no le leyese los pensamientos. Quizás Deiran sentía que el vampiro era demasiado confianzudo, en tan poco tiempo le había revelado casi toda su identidad e información, él por su parte no solía comentarle a nadie sobre su vida personal y mucho menos a alguien que recién conocía pero ese era un punto de inicio, sentía cierta empatía por el neófito vampiro así que podría hacer una excepción. -Tan imprudente y a la vez tan inocente- se dijo Deiran y volvió a sonreír pensando que esa noche le habían robado demasiadas sonrisas y se sintió incómodo pero no podía evitarlo con la simpática compañía que tenía al frente. Aquella ingurgitación de pensamientos fueron interrumpidos y Deiran volvió en sí, estaba divagando demasiado -¿Qué es lo que está pasándome?- vio al cantante.

-No me tomes a mal… Solo he dado un comentario sobre el vino, sé mucho de éstos porque mi familia por siglos se ha dedicado al negocio de los vinos…- -¿Familia? ¡Estúpido! Ahora preguntará por ella- apretando los dientes Deiran se maldijo, no le gustaba hablar de ellos pero reaccionó de inmediato y esperaba que ese detalle pasase por alto por el vampiro -Ahora soy el dueño de un Viñedo en Italia, he residido en París desde joven y ahora tengo planes de abrir una sucursal aquí…- le vio y asintió por el cumplido -Es inevitable no sonreír ante tus gestos… Eres como un niño…-vio hacia arriba e hizo un gesto , tronando su cuello prosiguió -Como te dije antes, no te subestimes, tienes que aprender a creer en las palabras de los demás, dime, ¿Qué ganaría yo engañándote?- se acercó a él y clavó su vista -Solo soy un simple espectador cautivado por un talentoso cantante, es inexplicable esto que me has hecho sentir y es muy raro que te lo esté diciendo, no suelo ser así.. -suspiró y vio la copa de vino que le había servido de nuevo, la tomó con sus manos y tomó un trago -Si estás buscando un regalo de calidad, en mi casa tengo unas reservas de mi mejor cosecha, sería un honor regalarte unas y que pudieses degustarlas, si quieres… Puedo traértelas o bien estás cordialmente invitado a mi mansión… Te prometo que será el mejor vino que hayas probado...- deseaba con ganas verle de nuevo y ni siquiera habían terminado su encuentro.

Continuando con la faena, Deiran seguía martirizado con aquella copa y a pesar que ya había consumido su ración normal de sangre humana se le había abierto el apetito nuevamente, estaba a punto de invitar al cantante a cazar unas cuantas vírgenes pero se contuvo, llegó el momento de presentarse. -¿Hero, eh? Qué curioso y bello nombre para alguien como tú..- alzó su mano para corresponderle el gesto a Hero, ya podía decirle por su nombre, le estrujó su mano y se embelezó en los labios y los ojos de éste -Te has presentado como si fueses a una entrevista de trabajo… Mi nombre es Deiran, Deiran Chassier, mi apariencia en edad es de ventiún años pero realmente tengo más edad que tú… hace doscientos cincuenta años soy un desalmado vampiro…- entredijo aquello sin decirlo con orgullo puesto que cada día que pasaba era un día más evasión a la realidad que le aquejaba -Y se te hace raro verme por aquí porque has acertado, soy Italiano… pero desde que tenía trece años viví en París hasta que fui transformado y decidí volver a Italia para hacerme cargo del negocio de la familia, volví a París para crear una sucursal del Viñedo ‘’Camelia Vinn’’ y en verdad no me había dado cuenta de la existencia de este asombroso espectáculo… Y si me lo preguntas y te soy sincero…- aun sosteniendo la mano del ajeno, con la que tenía disponible se dirigió para apartarle el mechón que había caído en su delicada y cuidada piel - De haberme dado cuenta desde un inicio que tú serías parte de la función, no habría dudado ni un segundo en venir a verte… - soltando la mano ajena y besando de imprevisto esa mejilla de color rosa por el whisky -Es un placer conocerle, Hero Jaejoong- saludándole como todo un italiano.

‘’Sufrir es opcional, cada quien decide cuan sombría o patética puede ser su existencia, todo depende en cómo quieres que te venga el día o la noche, en nuestro caso, todo va según la luna se funda con el amanecer…’’

por Invitado Mar Abr 02, 2013 12:08 pm

“La jaula más angosta se comprime hasta dejarme sin aire. El cual que no necesito, pero si deseo. Entiendes se sentimiento?”

Mis labios se abrieron como una “O” enorme cuando dijo que su familia se dedicaba al vino. Quería decir que tenía un viñedo! Aquello me puso contento, de esa forma podría pedirle los vinos más refinados y de alguna forma, pensaba que él no me engañaría. Ya había ido a comprar a otros lugares y siempre terminaban siendo una mala cosecha. A pesar de que pagaba lo que fuera por comprar lo mejor, las personas me veían el rostro de confianzudo o inocente. Efectivamente lo era, pues no sabía demasiado de vinos. Había leído un libro hacía tiempo y poco a poco me había instruido, pero como no era algo que realmente me agradase, no sabía cómo distinguir el realmente bueno del malo. Más bien, para mí todos eran iguales. Le dediqué una sonrisa dulce y me apoyé sobre mis manos, dejando los codos sobre la barra. Escuchándolo con interés, asintiendo por sus palabras, que cada tanto salía una pequeña risa, me cubría los labios para no hacerla demasiado evidente. El problema era que el muchacho usaba palabras que avergonzarían a cualquiera.

-Y-yaahh no digáis eso; no soy un niño, en realidad no me gustan los niños. Hacen muchas preguntas, que no sé responder. Qué? Oh! Pues yo creo en vuestras palabras, pero sois tan bruto para decir las cosas que tenéis suerte que yo ya sé… Si fuese otro, quizá se hubiese ofendido mucho… A mí solo me ha decepcionado que digáis que muchos se han dado cuenta, pues jamás me lo habían dicho de esa forma, hasta ahora. Amrgh…? A mí no… Mmm

Mis ojos se desviaron a un lado y al otro, cruzándome de brazos me quedaba pensativo. Efectivamente me gustaría ir a ver los vinos del vampiro a su residencia, de esa forma, podría ver más variedad, aunque claro estaba que para mí no habría diferencia. Pero él parecía estar muy confiado. Serían realmente buenos? Estaba algo curiosos por ver si aquel líquido tan sobrevalorado podría saciar mi sed o los gustos de mi lengua. Pero la realidad era que nunca quería salir de la casa cuando no estaba trabajando; esperaba por el ave día y noche, dentro del ataúd, envuelto en seda y gasa, fuera de él, en el living, esperando. Siempre esperando que aquel cuervo vuelva. Pero si solo era una noche… Siempre había tenido suerte en los juegos del azar, por lo que espetaba que esa no sería la excepción. Luego del pequeño silencio, asentí y volví la mirada al muchacho, sonriéndole de lado a lado, dejando ver los colmillos y dientes blancos que se asomaban con emoción.

-Está bien Monsieur, iré a vuestra residencia! Pero debéis indicarme donde queda y que noche. Veremos si el vino podrá gustarme, os advierto que no me gusta mucho, es tan suave, a mí me gustan las cosas bien fuertes, como el whisky o el ron o bebidas blancas. Pero bueno~~ Y gracias, mi nombre es todo lo que yo no soy, hahaha, pero uno no elige eso, no?

Con un movimiento de cabeza busqué separar mi mano de la ajena, pero sin lograrlo, me quedé escuchándole nuevamente, al fin y al cabo había hecho al chico hablar. De alguna forma ello se sentía bien, mi sonrisa estaba pegada a mis labios en tanto le miraba y escuchaba, riendo entre dientes, algo nervioso y molesto por como sujetaba mi mano. Quería separarla, pero eso fue lo de menos. Pues al sentir esos dedos que me acomodaban los cabellos, mis mejillas explotaron de vergüenza e inquietud. El chico iba a provocar que luego me maten. Suspiré e intentando mantener la calma le mire de reojo, aún durante ese beso que depositaba en mis mejillas. Me separé con algo de suavidad, apoyando mi mano libre en la ajena, para quitarla de arriba y dejé salir un suave bufido. Mirándole fijo, sin sonreír.

-Deiran Chassier~ No me beséis la mejilla, no me gustan los besos. Pero ese es un saludo Italiano, no? Buf~ Y-yah, debéis dejar de decir esas cosas, hacéis que me avergüence. Y eso no es bueno para… mi reputación (?) Yo no tengo de eso, pero estoy intentando tenerla! No me podéis poner el pie desde el inicio! Hahaha, ohh! Sois así de grande! Vie-… jo…~~

La última parte era muy muy suave, tanto que ponía las manos sobre mis labios para que no escuche, cubriendo mis labios nuevamente, para empezar a reír, dejando mi cabeza caer un poco hacia atrás, que ya sacaba mis labios y dejaba ver mis dientes y colmillos en medio de una risita malvada, daba palmadas con ambas manos y sonrojado por aquella acción, volvía a esconderme en el vaso, dando traguitos cortitos al vaso. Para luego mirarle de reojo con la sonrisa tatuada en los labios.

-Yah, entonces, aún ahora, me invitáis a vuestra residencia? Lo siento~

“En el angosto sendero hacia la vida y la eternidad, siempre se buscan las razones para vivir. Siempre se intenta provocar a la maldición”

por **Deiran Chassier** Sáb Abr 06, 2013 4:32 pm

’’Estoy seguro que después de todo, nada es tan maldito como esta situación, nada es tan pequeño como esta adulación y nada es tan hermoso como esa explosión de sol que, aunque quiera calentar lo que hará es calcinarme…’’

Escuchando detenidamente se iba eternizando su parecer, el cantante tenía claramente, esencia y un toque juguetón que a Deiran le parecía curioso e interesante, seguía pensando en que éste si fuese humano sería extremadamente exquisito robarle hasta el último suspiro, arrancarle hasta el alma y volverlo preso del sueño eterno, tenía esa sensación de quererlo merendar . Escuchaba y asentía una y otra vez raspaba su garganta por aquella mala copa de vino barato y deseaba con desdén sentir aquella sensación de robarle el quicio a algún loco humano, estaba ya un tanto irritado. Parecía que Hero estaba sorprendido, ¿acaso jamás le habían dicho que los vampiros también se equivocan? Torpemente era tan inocente y quizás nadie nunca le había ganado el valor y quebrarle el ostento de decirle que fallaba un poco en sus agudos a pesar que era un rayo de luz que brillaba y quebraba las almas de los no presentes. -Eres demasiado bueno, Hero… debes de aprender a odiar… - le dijo de viéndole de medio lado, soltando una mueca un tanto parecido a una sonrisa, despreciaba la bondad, puesto que después poco a poco ella era arrancada desde los adentros, y aparece el monstruo que nadie desea despertar y así se convierten en lo que era él ahora, al menos así de desafortunado se sentía, continuaba la tertulia.

Notaba aquellos ojos que por el momento eran negros como la noche perderse en el pensamiento que ya una vez Deiran había conocido, sin siquiera utilizar sus habilidades podía deducir que el vampiro del cual gozaba de compañía estaba pendiente de alguien más, lo cual le pareció aún más gracioso puesto que acertaba cada vez más con su hipótesis y maldecía al dios de los humanos por no haber sido él quien le hubiese succionado hasta la última gota de sangre y regalado la maldición que ambos aquejaban, se preguntaba cómo había sucedido todo pero no deseaba entrometerse. Asintió una vez más con la cabeza y se acarició la frente unas dos veces, sentía como su cabello se le deslizaba, rio al escuchar al cantante decirle que le gustaban las cosas fuertes… -Tan ingenuo y buen cervatillo, eres tan digno como la suculenta sangre muerta que recorre tus venas…- se dijo Deiran apostándolo todo por creerlo. -Mi mansión queda en las afueras de París, no soy fan de vivir en la algarabía de la ciudad, gozo más de la paz y la tranquilidad de los bosques, es ahí donde mi residencia se aloja, al pasar el gran y espeso bosque, al salir al norte de París , en lo alto de la colina verás mi aposento… Y… El nombre encierra el secreto del que no se muestra realmente… - hizo una pausa y le clavó la vista -Me pregunto cómo realmente eres Hero Jaejoong, Qué será lo que esconde tu nombre... - chocó la copa sobre la mesa en señal que había terminado aquello tan nefasto y se acomodó en el asiento.

Después de que Deiran clandestinamente hubiera besado la mejilla del cantante disfrazado en una saludo italiano, tanto su alma como su ser deseaban aquello -¿Pero qué demonios?- pensó Deiran después de aquello, se había perdido un poco, debía recordarse aquel voto que se había prometido y retomar la cordura. -¿Qué me has hecho Hero Jaejoong?- se le cruzó en el medio de su entrecejo y suspiró, levantó cabeza y escuchaba el revoloteo que el vampiro había hecho después de aquel ‘’inocente’’ beso, seguía creyendo en que éste no debía ser un vampiro o acaso él era quien tenía una idea errada de lo que debía de ser. Observó cuidadosamente cada detalle y gesto del cantante, se acercó y se dio cuenta que él tenía ya el vaso de whisky vacío, se le acercó más, tanto que pudo olfatear su cabello, su piel, el pseudosudor que se dibujaba en sus manos, la delicada y cuidada ropa que llevaba puesta, tomando aquella botella le volvió a servir, no creía en el emborrachamiento y el propaso pero no alejaba la estúpida idea de ello.

-La reputación es solo un estatus quo, que gente como tú o yo nos hemos inventado para limitar los deseos ocultos de… - llevando uno de sus dedos a la cabeza ajena para tocarla como puerta -..aquí… y… - llevando la otra mano con el vaso de whisky deslizándolo poco a poco por el traje del cantante hasta llegar a su pecho y quedarse ahí -..y aquí, Hero… - parpadeó y acarició uno de los cabellos ajenos, descendió llegando hasta el lóbulo del cantante, le respiro conjuntamente ahí cerca y le susurró -La experiencia se gana con el pasar de los años, la madurez no es más que eso, Jaejoong… ¿Acaso no te han enseñado eso aún? ¿Acaso él, el que tanto piensas no te ha enseñado a no ser tan burlón?- se había metido en territorio ajeno, separándose de inmediato, entregándole el vaso en las manos y tomando asiento de nuevo y viendo los telones caídos, eran tal cual su piel.

-Por supuesto que eres bienvenido, más bien dime tú, si después de todo… ¿serías capaz de ir? - creyendo que lo había atrapado, tomó un poco de la botella de whisky que el cantante parecía que mezquinaba, sirviéndoselo en un vaso cercano a él, Deiran había optado por tomar el alcohol barato que Hero también tomaba.

''La puerta que une el mundo de los vivos y los muertos está abierta, se dejaba sobornar por unos besos escurridizos que sucumben ante los inciertos momentos de ironía y placer…''

por Invitado Lun Abr 08, 2013 11:36 pm

“Por qué las personas piensan que me parezco al sol? Siendo que el único brillo existente es el que las propias personas a mi alrededor me regalan?”

Escuchándole, curioso en su mirada, en aquellos toques que hacía. Parecía que me estaba leyendo de cabo a rabo y un sonrojo se deslizaba sobre mis mejillas. ¿Él estaría escuchando lo que pensaba? Aquello me traía realmente loco, me acurrucaba sobre el asiento y suspirando apretaba un poco el vaso, intentando hacer caso omiso de sus palabras, riendo con desdén cuando hizo alusión de que debía odiar. Y negando bebía un sorbo más de la copa. Divertido por su propuesta, era algo que de verdad no me interesaba hacer. Para que odiar? Cuál es la necesidad de tener ese sentimiento negativo, cuando puedes amar? Lo sabía, sabía que podía odiar. Sin ir muy lejos había personas a las que despreciaba profundamente, pero nunca al grado del odio. El odio era solo para personas muy importantes, el odio, a mi parecer, se formaba luego del amor. Si no tienes un sentimiento previo… Como haces para simplemente “odiar”?

-No quiero odiar, prefiero amar. Es un sentimiento más divino. Sin amor, no hay odio… Oh! Qué lindo, que sea lejos, será un paisaje bello entonces! Oh oh… Pero no me lo digáis así nomás, os pido que lo anotéis, mi memoria es horrible, os daré un papeliitoo espera que busco. Servilleta sirve?

Entre buscando encontraba una pluma y un tintero, pero sin éxito me temía por el papel, que sin importarme demasiado tome una servilleta de tela blanca y se la pase, manteniendo una sonrisa sin traición, tan blanca y pura, que era evidente que estaba entretenido con su presencia, me hacía sentir ligeramente acompañado, ya que las últimas veces me sentía solo. Triste y desorientado por todo lo que sucedía a mi alrededor. Le pasé la pluma y me apoyé en la barra donde se apoyaban las copas, dejando mi cabeza allí recargada, lo miraba con curiosidad, sus palabras buscaban descubrirme, pero no había nada que ver. Yo no estaba cubriendo nada de mí, más bien eran “otras realidades”. Según qué persona era mi comportamiento, pero ninguna de las veces escondía algo de mí. Solo hacían falta las acciones y palabras necesarias para que mis reacciones se hagan burlonas, histéricas, prepotentes o violentas.

-Gracias, me gusta el whisky, pero a pocos les agrada, no sé por qué. Es por eso que siempre ofrezco vino. Mmmm? Cómo sería aquello? Por cierto… Os gusta mi olor? Se siente como movéis la nariz. Me pregunto si es rico o solo es fuerte. Aunque siempre he intentado que sea muy suave… Es porque es más rico si se mantiene suave y ligero. Más fácil de oler.

Murmuraba en tanto le miraba fijo a los ojos, jugando con los dedos, ladeando el rostro, algo nervioso, molesto y levemente chinchudo, como un niño que es molestado por alguien mayor. Las palabras del mayor eran terribles, me daban ganas de largarme a llorar allí mismo. El hecho de no poderme ocultar. Era peor que con Neru, aquella brujita que podía sentir mis sentimientos. Pero él, él no los sentía, él sabía exactamente qué pasaba por mi cabeza! Me aterraba, me acurrucaba con vergüenza y tomando el vaso, daba un trago largo, terminándolo en instantes. Negaba en tanto me perdía en un costado del piso, mordía mi labio y lentamente subía la mirada para toparme con la ajena. Quería mostrarle los dientes, afirmándole que pronto querría atacarlo. Pero no. Sus palabras eran como una copia de frases que ya había escuchado y me recordaban mucho de lo que extrañaba en esos momentos.

-Han intentado enseñármelo muchos, pero nadie lo ha logrado. Es que no puedo evitar pensar como algunas cosas son ridículas. En mi trabajo, veo a ancianos que se quejan de vivir todos los días, que no ven la hora de morir. Pero por otro lado veo a vampiros… que son muy viejos, sin ir muy lejos, uno muy preciado para mí, tiene casi cinco mil años. Claro, los entierros y las muertes fingidas son algo común para esta persona. Pero yo me río. Esta mal? Awn…

Cerrando los ojos disfrutaba de esa mano que me daba unos mimos en mis cabellos, mirándole divertido, simplemente nadie llegaba al nivel del cuervo para hacerme delirar con una sola mirada, con un solo suspiro. Pero al menos este vampiro se acercaba mucho a hacerme sentir cómodo. Con una sonrisa asentía a sus palabras y sacándole la servilleta cuando este había terminado de escribir, me ponía a releerlo todo. Esperando, para poder guardarla en mi saco y volver a beber de la copa. Moviéndome de lado a lado, que mi mirada se perdía en la ajena, como buscando alguna palabra útil para decir.

-Claro que puedo ser capaz de ir. Le diré a mi chofer y ya está y si me pierdo o no quieres que vaya él, iré rastreándote, tengo esa habilidad, pero me hace sentir como un perrito! Hahaha, como decía enton-… Oh… Os gusta el whisky? Me habéis tomado por sorpresa, pensé que no os agradaba. Perdón por no haber ofrecido. Igual no era necesario por lo que veo, hahaha. En poco deberé volver hacia atrás. Pero decidme, cuando podría yo ir a visitaros?

“Encuentro lo más entretenido para una noche de soledad y aburrimiento. No eres más que un títere en mis cuerdas del amor. “

por **Deiran Chassier** Sáb Abr 13, 2013 6:40 pm

‘’Sin saber las virtudes ocultas, ellas se delatan con ternura, se comprimen con arrogancia o se manifiestan con el orgullo ¿Cuál de todas esas es tu caso? Analízalo para que no cometas los mismos errores que ahora cometes… Todo en tu caso es aplicable, podría jurar que aún tienes alma…’’

-¿El arte de amar?- se decía así mismo y le escuchaba con atención, las voces alrededor se disipaban como ondas viajeras, tantas palabras, tantos dichos, risas que carecían de sentido, en ese entorno solo existía Deiran y el simpático cantante, al menos eso creía. Asentía con la mirada - No se necesita amar para odiar Hero, odiar va más allá de eso, es un sentimiento más fácil y menos problemoso que el amor, se cosecha solo, no necesitas regarlo, no necesitas cultivarlo para que se siga manteniéndose, él florece por sí solo, se reproduce por sí solo y sobretodo no te expones que te lo arranquen y se marchite… - viéndole fijamente enarcando una ceja y le mira de reojo verlo buscar a su cercanía una servilleta -Tan inocentemente sencillo, Eres como un pequeño niño Hero Jaejoong…- pensaba Deiran, cogiendo en sus manos la servilleta y tomando la pluma comenzó a su dirección, su letra clara , legible y bien separada así como él se plasmaba en aquel pedazo de tela blanca.

Le escuchaba y arremetía sus palabras en la cabeza, no dejaba de admirar sus acciones, se sentía atraído como imán, tomando tragos del whisky que con anterioridad se había servido sentía como el alcohol le quemaba su glotis, se le deslizaba y caía justo a su estómago dándole esa sensación de calor la cual deseaba sentir, acomodaba su traje y se ajustaba al asiento, quería ver qué más podía descubrir del curioso cantante cada vez le sorprendía más -El whisky es un alcohol barato Hero, no requiere de mucha ciencia, te embriaga rápido, se conecta con cada centímetro de tu cuerpo y te manda, se posesiona de ti, en cambio el vino…. - haciendo una pausa para ver el vaso de whisky y compararlo con la copa de vino que tenía hace un momento en su mano y que ahora estaba a su par -El vino, es más puro, más elaborado, él te seduce, no te ruega, te atrapa y poco a poco ante su fino y delicado sabor te unes a él, te compenetras y son uno solo, ese es el secreto de un buen vino… - le decía terminando con el vaso de whisky quedando solo los hielos, soplando para sentir lo caliente del aire y ese olor tan peculiar que te deja el alcohol cuando le escuchó a Hero preguntarle sobre su aroma, inspiró nuevamente para sentirle, entrelamio sus labios y le dedicó una sonrisa, acomodó su traje y posó una mano sobre la mejilla ajena viéndole -Eres dulce, tu olor es innegable, atrayente, comestible, te combina tanto… - se acercó para susurrarle al oído -Pareces humano ¿o acaso juegas a serlo? - lamió sus colmillos y se le separó quedándose viéndolo.

Sirviéndose nuevamente un vaso semilleno de whisky continuaba la placentera charla entre ambos chupa sangre, el deseo de Deiran por asesinar se habían menguado, el cantante tenía algo que le daba serenidad y misterio, unas ganas de querer conocerle más. -Como verás he notado de inmediato tu inmadurez ¿siempre eres así? - viéndole le sirve un poco más de whisky al cantante -Debe de ser todo un admirable hombre ese del que comentas y por tu manera de pensar me atrevo a decirlo Hero, creo no estar mal y creer en que hasta estás enamorado o ¿estoy errado? - le miraba ese brillo en los ojos característicos del sentimiento arranca lágrimas, roba sonrisas y que por un momento te lleva al cielo mismo para después dejarte caer y hacerte quebrarte en mil partes, había descubierto su secreto a voces; el vampiro estaba enamorado. - Por suerte tú eres un neófito, por ahora deléitate, ríe, que no está mal, cómete el mundo si así lo deseas y conoce a toda la gente que puedas, comparte con ella hasta que ellos se cuestionen qué realmente eres o por qué no envejeces… y les veas morir o ellos te vean fingir tu muerte y rueden sus lágrimas, porque ese es nuestro destino… después entenderás de lo que te hablo… - le dijo sin verle al rostro perdido en aquello recordando sus veces al hacerlo, meditando qué nadie había estado en su féretro llorándole alguna vez ya que eso de hacer amistad no se le daba bien.

-A mi mansión puedes llegar las veces que quieras cuando quieres, si quieres ir solo o acompañado por mí no hay problema, mientras tu cochero no sea apetitoso creo que estaremos bien… - sonriendo por esa mala broma, escuchándole hablar se pasaban los minutos y el tic tac del reloj -Tomo whisky para acompañarte, sabes que no soy mucho para estas cosas, mi lado clasicista me hacer ser así lastimosamente… - tomándole de la mano de dándole un beso en el dorso de esta -Será un placer atenderte en mi aposento Hero, eres más que bienvenido - separándosele le ve esas facciones divertidas en su rostro y se pierde en esos sedosos cabellos oscuros.

’’Tan corto ha ido avanzando el tiempo, estoy empezando a creer que está en mi contra o eres tú quien acelerar los segundos? No te confundo, sé lo que eres y sé quién soy…’’

por Invitado Mar Abr 16, 2013 2:23 pm

“Soy brillo espejado, inundado en la oscuridad de un espíritu en pena. Busco solo la libertad de mi ave”

Mis ojos giraron incomprendidos por sus palabras. Qué es lo que intentaba decirme? Era como el caudal de un arroyo, estampándose contra las rocas vaporosas en los costados. Me intentaba destruir mis creencias? Pues absolutamente no lo lograría. Era demasiado duro en ese tipo de cuestiones. Me era imposible tomar otros puntos de vista como reales. Aunque los aceptaba completamente, el hecho de que él o cualquiera, pensara diferente no me hacía odiarlo, más bien al contrario, me hacía quererlo más. Cuando había diferencia de creencia, las conversaciones podían durar muchísimo y eso me daba felicidad. Me emocionaba hablar, de cualquier tema. Música, teatro, vinos, sentimientos. Cualquier tema me hacía sentir vivo y no solo vivo, si no encantado, placentero de tener un tema del que charlar con una copa al lado.

-No! No me gusta así, no quiero odiar, y basta! Buu… Oh! Gracias~ Aquí la guardaré en el billetero, cuando me voy para casa se la daré a mi ama de llaves. Ella sabe de todo!

Guardaba la servilleta con las demás tarjetas y dinero que tenía, sonriendo mientras miraba dentro del billetero, allí guardaba muchas cosas y gran parte de ellas eran solo tonterías, las cuales apreciaba demasiado. La cerré y disimuladamente reí, mirando hacia arriba como haciéndome el tonto, para luego voltear del todo a escucharle. Sentía sus palabras tan latentes y extenuantes, el hombre parecía que no estaba acostumbrado a la relajación. Parecía todo el rato preocupado, a tal punto que me preguntaba si realmente estaba molesto por algo. Quizá tenía hambre y yo le estaba ocupando el momento? Por suerte para mí, mi padre, mi creador, me había educado mucho en ese ámbito, a los cuatro años de vampiro, podía pasar días sin necesitar comer nada. Y cuando lo hacía procuraba no matar a nadie y hacerlo con la debida educación y cuidado. Placentero por conservar la vida de los humanos a mi alrededor.

-El whisky es perfectooo, ya lo habéis dicho~~~ Ya ves, no se compara con el vino! Hahaha

Declaré con una sonrisa dulce ante sus aclaraciones sobre las bebidas que ingeríamos, sacándole la lengua, escuchando lo que tenía para decir con más enfoque. A él le gustaba el vino y a mi ave también! Así podría saber más de esa sustancia rojiza que tantos adoraban. “Puro, elaborado”. Eso lo entendía, pero las cosas sencillas siempre me resultaban mucho más bellas, aparte de que el whisky era más fuerte y perduraba en el estómago. Solo pude mirarle, dejando salir una sonrisa y luego un asentimiento. Después de todo, no estaba tan mal decir que el vino era mejor que el whisky. Pero gustos eran gustos. Y en realidad, hasta ahora no había probado ninguna copa que realmente me hiciera enloquecer. O los vinos que había probado eran todos malos o era yo que no tenía lengua para aquello.
Mis ojos rodaron con vergüenza cuando hizo alusión de mi aroma y aquella sonrisa, me apenó al punto que me cubrí los labios, reí efusivamente, una combinación de timidez y emoción. Moviendo mi cabeza a un lado, habría jurado que esa sonrisa era de las más hermosas que había visto. Sentí su caricia y la acepté cómodamente, sonriéndole, mostrando mis dientes y colmillitos blancos. Con una mirada pasmada de goce por sus palabras.

-Que me combine es bueno~~ Me encantan los juegos! Pero no sé si juego a eso. Quizá? Es que vosotros sospecháis de mí? Pensé que tendríais esas cosas de vampiros viejos para saber si miento o no. Pero mantengámoslo en secreto! Parezco misterioso si se piensan que juego a serlo~ Shhhh… Ah! No me digáis inmaduro Monsieur viejito. Y no~ No siempre soy así, pero ahora no tengo nada que hacer, puedo ser como soy. No lo habéis notado? La diferencia con el escenario? O cuando tengo que trabajar en la corporación de nutrición. Sabéis, yo trabajo en una gran corporación para la nutrición de niños y enfermos. Allí tengo que cocinar y soy ayudante de médico. Ohhh, pero vosotros no me habéis visto allí. Bueno, yo soy muy serio con mi trabajo.

Moviendo los dedos como para que guardara el secreto, reía y negaba por sus palabras. El vampiro mayor me tomaba como un tonto y ciertamente lo era. Pero no por nada era el ayudante del jefe de la corporación en la que estábamos. Siempre me había tomado los trabajos muy seriamente, calmado y siempre compasivo, la idea era siempre estar en armonía con todos. No me agradaba que las personas me odien, aunque tampoco me esforzaba por ninguna de las dos cosas, era más bien, que mi rostro de niño y actitud infantil, hacía que las personas o simplemente me ignoren o sientan afecto por mí. Poder característico que me había nacido de forma instantánea al convertirme en un no vivo. El poder de la “seducción”.

-Creo que puedo ir sin cochero, hahaha, no quiero que me dejéis sin mis fieles sirvientes. Tengo solo tres actualmente y los aprecio, mi ama de llaves, el cochero y quien me ayuda con la limpieza. Es que realmente las cosas se ensucian muy rápido! Es extenuante~ Por cierto, que tristes fueron esas palabras que habéis dicho. Yo no quiero vivir nunca eso, así que en unos cuarenta años me meto bajo tierra, cuando salga seguro que no hay nadie que conozca, así al menos no les vi morir. Es algo cobarde? Bueno, no importa, ya sé que soy cobarde. Y no sé os metáis en mis sentimientos o pensamientos que para ello ya tengo una bruja que me atormenta!

Reproché cuando hizo alusión del ave que amaba. Ya tenía a Neru que estaba todo el tiempo sabiendo que es lo que sentía. No quería ni siquiera pensar en tener a un vampirito que me ande leyendo los pensamientos, aparte de que gran parte del tiempo se me iba pensando en el cuervo. Me despeiné con ambas manos y sonrojado me levante un poco, dando un trago a fondo del whisky que me habían servido, cruzándome de brazos y mirando a un costado, como niño ofendido que estaba.

“No mires en mi interior! Es privado”

por **Deiran Chassier** Dom Abr 28, 2013 10:56 pm

‘’Enjaulada el alma del siervo se encuentra, encadenados sus labios y errantes sus palabras, transeúnte perdido, los brazos de tu amo son tan grandes y cálidos que te aferras a él para ver qué tanto le amas y qué tanto te ama… Espero no termine despellejando tu entrañado corazón, borrando esa sonrisa, quemándote el alma...’’

Su dulce parecer empalagaba a cualquiera, era cálido y débilmente queriendo ser fuerte, solo le inspiraba estar cerca de él sin poder dejar de verle, se perdía en sus gestos molestos y sus movimientos de buen niño, Deiran se preguntaba quién habría sido tan cruel para sentenciar a esa alma de humano. Sonreía y continuaba con el alcohol barato al parecer no era tan malo y menos si se gozaba de una buena compañía. Le miraba como guardaba la servilleta en la que había escrito -Si es que eres uno de ellos, todo de ti…- pensó en sus adentros y reía en lo oculto de su ser, el cantante era tan noble lo sentía desde adentro de su ser, era sin duda exquisito. Ya había imagino una que otra vez succionándole la sangre pero después analizaba que no podía ser tan cruel con alguien tan pequeño y frágil aunque su instinto era más grande que las ganas de ser bueno. Hizo una mueca extraña, debes en cuando el odio te llena y aunque sabía que tenía un punto en los ojos atortolados ajenos denotaba amor por quien tanto pensaba, se limitó a dejar la plática hasta allí puesto que las convicciones de cada uno estaban claras y como los años le habían enseñado ‘’A buen entendedor pocas palabras bastan…’’ no había más que decir -Mmm… Yo solamente te doy mi punto de vista Hero, no quiero que pienses que es lo correcto o no… Tú y nadie más sabe qué lo es y que no… Dentro de ti está la respuesta, odiar o amar, qué más da.. total siempre son sentimientos inútiles que en ningún caso traen algo bueno…. - arqueando una ceja Deiran daba por cerrado ese tema, no quería adentrarse más.

Le miraba ido y pensaba en quién le había enseñado a tomar de esa manera aquel licor, era increíble la agilidad que tenía con esa garganta, quizás su paladar ya estaba acostumbrado a ese tipo de cosas, por eso su amor por ellas. Parecía un niño con su biberón, no le soltaba y tomaba hasta la última gota, sonreía tan posesivamente cual fiera reclama a su presa, era cómico verle de cerca con esa actitud. Le escuchaba con detenimiento y cada palabra suya le quebrajaba el corazón a Deiran puesto que era más puro y humano de lo que creía, era como una dulce rosa en creciendo en un matorral seco -¿Qué haces siendo parte de este mundo Hero? Tu no merecías esto…- se decía Deiran en los adentros y asentía con la cabeza a todo lo que decía, apretaba los dientes para fingir su desconcierto porque era un hecho que las injusticias pasan, suceden pero una que otra ni con el más mínimo caso deberían de darse y menos a personas que no se lo merecían. Y es que estaba tan disgustado con ser lo que era, maldecía todos los días de su existencia al hombre que lo había transformado y aún peor que con él se había llevado algo más que su vida, su sangre, se había llevado la poca alma y relación humana que le quedaba, por eso aborrecía con todo su ser a los vampiros y ya doscientos cincuenta años le parecía mucho tiempo aunque aún no encontrase una razón fija por la cual seguir con esa tertulia. -No me gusta utilizar mis habilidades para descubrir las cosas Hero, me gusta indagarlas por mí mismo, solo que me sea imposible entonces en ciertas ocasiones… - haciendo énfasis en la palabra ciertas y viéndole entretenidamente -Es que las uso, en tu caso, tu eres como un libro abierto, no es necesario que investigue, hablas por si solo… Me das las respuestas que quiero y a la vez que no quiero escuchar, me das información de más pequeño Jaejoong - acercándosele para acariciarle los cabellos y contemplar su tersa y pálida piel -Tu actitud y tu ser son uno mismo, solo que los divides en el escenario, ahí eres otro y claro en persona eres todavía más diferente… - le dedica una sonrisa y continua con esa mano -Pero por eso es que te caracterizas, eres un cantante no?... Ahora no me digas viejo que en edades aparentes son más joven que tu… - riendo de lado por ese chiste -Pero yo sé tú secreto, eres un neófito vampiro así que me debes más respeto… - callando sus labios para colocarse serio peinándose la ceja para después reír y hacer verle que era una broma -Eres increíble, podría jurar que eres como ellos… - le señala a algunos humanos que estaban a la lejanía -Aunque ellos muchas veces son unas bestias peores a lo que somos tú y yo, la verdad es que no hay nada escrito sobre cómo debe de ser cada quien, todos son tal cual sus creencias y preceptos les dicten, te felicito por tu noble obra, eres de los pocos que no eres egoísta, permíteme irte a ver algún día mientras haces tu labor sí? Claro pero antes tendríamos que ir por una cena… - terminando con aquel whisky y afinando la garganta.

De nuevo estaba con su ola de palabras y Deiran un fiel navegante escuchándole - ¿Solo tres empleados? Mmmmm… Pero si eso es muy poco, en mi Mansión hay veinte empleadas, dos jardineros, tres cocheros… y ahm.. no tengo ama de llaves, no confío en ese tipo de personal y es que mis cosas me gusta mantenerlas en reserva y eso de fiarle tus secretos y/o confianza a alguien para que después la traicione…. - hizo una pausa -….No me gusta asesinar con motivos, es mejor ser silencioso y no decirle ninguna palabra a tu presa , no crees?…- suspira y niega con la cabeza al escucharle lo de enterrarse y si era cobardía, -Pero qué tonto.. se dijo Deiran -Para nada es un acto de cobardía, solo que estar encajonado cuarenta años es aburrido no? Mejor viajas por el mundo y conoces otra cultura, habitas por ahí y después vuelves, en mi caso yo lo he hecho ya un par de veces aunque no tengo de quién ocultarme más que de los diarios y uno que otro competidor en el mercado industrial, aunque verás, este es un círculo vicioso, si no te odian unos te odian las siguientes generaciones y así, es la de nunca acabar… - acomodándose en la silla y el traje -¿Una bruja dices? Qué interesante…. Te aclaro que yo no me he metido en tus pensamiento, no es mi estilo, te lo mencioné antes, pero tú, entre tus palabras, tus gestos, tus miradas me lo has dicho, estás enamorado… Por favor no quiero inmiscuirme más en tu vida personal… Mejor dime antes de que esta conversación termine… - haciendo una pausa para acercársele y susurrarle en el oído -¿Cuándo volveré a verte? - separándose de su oído se le desliza por la mejilla para quedarse ahí y escuchar su respuesta.

’’Tus palabras por sí solas cuentan el secreto, tus gestos por sí solos me dan una pauta, no necesito leer tu mente tú me prestas la llave…

por Invitado Miér Mayo 01, 2013 7:50 pm

“Este es el fruto que me fue dado. Pero no ves mi brillo? Soy un ángel que resurgió de las cenizas. Como el ave fénix, pues ya me han matado una vez”

La sonrisa salió de mis labios cuando él también dio punto final a aquella conversación que no llegaría a ningún lado. Las posiciones estaban dispuestas y ninguno aflojaría nada. Pero claro, no era que yo me fuese a enojar ni nada similar. Eran solo distintas posiciones que me hacían amorosamente feliz. Ladeando el rostro le seguí mirando, sintiendo esos ojos que volvían a atormentarme, los ojos claros… Aquellos ojos color cielo que amenazaban con cautivarme, pero jamás lo lograrían. Claro. Claro que aquel hombre era bello, pero nadie podría ocupar aquel espacio en el cual estaba metido el cuervo, devorándome lentamente, matándome poco a poco. Suspiré y jugué con el vaso, observando como el líquido se movía y luego lo tragaba, sintiendo la quemazón por mi garganta que me hacía sentir demasiado bien, mientras movía las piernas delicadamente de un lado a otro, riendo, dejando entre ver los colmillos y dientes blancos que formaban la dentadura perfecta arriba y ligeramente dispareja abajo. Aunque por suerte no se notaba, siempre me daba vergüenza aquel par de dientes en la parte de abajo movidos hacia un costado. Froté mis manos unas con otras y sentí la mirada ajena atravesándome nuevamente, en lo cual tomé rápidamente una servilleta y la abrí cubriéndome el rostro, separándonos como una cortina, para que no pudiese ver.

-Yaaahh! Debéis dejar de mirarme así! No se puede vivir de esta forma! Y y… Mmmm Yo no tengo nada que ocultar, así que no es que lo intente. Aunque me gustaría que algunas cosas no se noten. Yo creo que no lo hacen, pero por las dudas no me lo digáis, así me lo sigo creyendo y no me avergüenzo de mí mismo.

Bajaba la servilleta y la ponía en mi rostro, por debajo de mis ojos, mirándole cual crío inocente. Quejándome de esas caricias sobre mí cabello que hacían que mueva la cabeza a un lado y al otro, placenteramente. Sus dedos eran muy suaves y me provocaban sonreír y reír al mismo tiempo. Para luego de un momento que él se separaba, acomodarme bien sobre mi asiento, volviendo a llenar mi vaso, ladeaba el rostro, me quedaba perdido, sin saber que responder a sus palabras. Me sorprendí al notar que el muchacho no usaba sus poderes en mí y me frustré un poco pues significaba que realmente era como un libro abierto, parecía ser una metralleta que me disparaba por todo el cuerpo. No me mataba, solo me hería. En tanto me abrazaba a mí mismo con un brazo, dejé salir un leve gimoteo de miedo o frustración y le miré fijamente a los ojos, intentando buscar algo en ellos, aunque no tenía claro que fuese. Y allí volvía a hablar… Egoísta? Claro que lo era y demasiado. Pero yo sabía a qué se refería. Pues lo material nunca me había importado, es más, un vampiro no necesita nada para vivir, tan solo sangre humana. Justamente por eso era que la gran parte de nuestra especie tenía mucho dinero. En que lo usábamos? Ropa, lujos y usualmente seguía sobrando! Es por eso que prefería ir por la parte más bien “comunitaria”, algo donde me pueda distender de toda aquella carga que tenía. Pero más importante, como era que le ponía notar aquellas cosas en mí?

-No me molestaría que me vayáis a ver, pero es súper, súper, súper! Secreto! Voy todos los lunes miércoles viernes y a veces también los fines de semana paso a revisar. Por las dudas, algunas veces no hacen las comidas como yo las dejo preparadas. No entiendo por qué no lo hacen tal cual dejo las cosas. Si no estudie para matarlos, pero ellos dicen que el pescado les hará mal. Y yo “noo por quééé” Pero aun así. Bueno, sí, ven, ven cuando quieras. Y si me dices que parezco viejo otra vez, creo que se me caerá el whisky con un encendedor en tu cabello…

Mordiéndome los labios hacía gesto de molestia, inflando mis mejillas, para luego poner mis puños cerrados como si estuviese preparándome para una pelea. Ah! Él me había dicho que parecía avejentado!! La vergüenza fue lo de menos y luego de dos segundos de hacer aquel ridículo movimiento empecé a reír estridentemente, negando en tanto cubría mis labios y rostro entero, llevando mi cuerpo hacia un costado, removiéndome en el lugar. Le miré en tanto me reía e intentando retomar mi compostura me apoyé en la barra con el codo y me quedé observándole asintiendo a sus preguntas. Esa brujita que había conocido hacia un tiempo. Neru siempre se jactaba en ver que sentía, aunque no lo hacía apropósito, terminaba respondiendo a mis pensamientos.
Mis ojos se abrieron de repente al escuchar cuanta gente tenía trabajando en su casa. Cuantas! Pero a mí no me gustaba, nunca me acordaba bien los nombres de las personas y de tener que aprenderme más de veinte nombres, probablemente lloraría. Aunque claro, estaba seguro que al otro, ni siquiera le importaba aprenderse los nombres. Como fuera, no era algo anormal, las personas de clase alta siempre mantenían gran cantidad de criados en la casa. En mi caso no, prefería que sean poquitos, unidos. Todos vivían allí y la pasaban bastante cómodos. Pues sabían que no serían despedidos ni tratados mal, siempre y cuando hicieran lo mínimo que les pedía.

-Ahhh yah! Entonces visitaré muchos lugares… Aunque no me gustaría ir solo, pero para eso aún falta mucho tiempo. Y sí! Tengo una amiga que es una brujita muy torpe y no puede controlar esos “poderes” que tiene! Ah! Me da un poco de miedo, pero me he acostumbrado. Pero pero… La gente no me va leyendo por ahí. Esto es injusto. Mmm?

“Te acercas como un viendo suave, me moldeas de acuerdo a lo que deseas. Que te hace pensar que puedes acercarte tanto a mí? A pesar de todo… Mis ideales son fuertes!”

Tragué saliva y miré hacia abajo, apoyando una mano en su pecho para alejarle, riendo con una mano cubriéndome los labios. Era esa risa de nervios e incomprensión. Que se serenó cuando ya lo tenía lo suficientemente lejos como para pensar con orden. Básicamente, no sabía cuándo volvería a ver al cuervo. Así que mientras antes tuviese el vino mejor, lo podría dejar guardado y dárselo a beber para cuando nos encontráramos… Que no sabía cuándo sería… Aquel pensamiento me torturó el corazón, provocando un brillo de lágrimas en mis ojos. Pero tomé una bocanada de aire y le sonreí con amor.

-Cuando vosotros me indiquéis! Ya os he dicho y aparte, puedo mover horarios. Así que decidme! Yo lo recordaré e iré allí! Será divertido. Ahh~ Ya es tan tarde, realmente eso se está vaciando. Bueno, decid decid de una vez que yo os estoy escuchando!

“La sonrisa de un ángel blanco. Un ángel de colmillos afilados que busca desgarrar mentes y corazones. Busca protección sin dar nada más que ternura a cambio. Quien podrá soportar el delirio de la flor mientras busca a su dueño?”

por **Deiran Chassier** Jue Mayo 02, 2013 7:41 pm

‘’Ve más allá de lo que te es visible, escucha por encima de lo audible, mece tu cuerpo con el estruendo de la sangre y bríndame un poco de tu aliento, vive por ti y así sentiré que vives por mi….’’

Ya poco a poco el teatro se iba vaciando. ¿Tan tarde era ya? No importaba, eso jamás importó, para almas noctambulas, errantes de la noche eso era lo de menos pues por siempre vagaríamos sin sentido alguno buscando venganza y sed de sangre, sangre… la única que nos mantenía con vida. Las horas se iban pasando así como el contenido de la botella de whisky que Hero tenía al frente. A este paso Deiran creía que le pudiese gustar. –Imposible…- se dijo para sí mismo soltando una pequeña sonrisa por esos extraños pensamientos que por ratos se le cruzaban y continuaba viendo al neófito vampiro, clavando su vista e intentando ver su extraño interior, ver su pureza, que era más que obvio y de ninguna y peor de esa forma la descubriría. Soltaba de ratos unos leves quejidos por el quemar del alcohol deslizarle la garganta, se impresionaba de que tan inoportuna noche fuese a estar viviendo aquello. Se acomodaba a la silla y en lapsos estiraba las piernas y cuello, haciendo movimientos se escuchaban sus huesos crujir, después de todo pensaba en que se estaba convirtiendo en un vejete así como Hero se lo había dicho antes y no le dolía solo le parecía gracioso puesto que sabía que eso era imposible ’’La eternidad, castigo divino dado por dios a los profanos de su palabra y voluntad… Sentenciados a la condena eterna, vivir solo para asesinar…’’ sonrió por aquello y continuaba entretenido –Sea lo que sea que me haya tocado vivir, este día ha sido menos terrible que los postreros, puesto que he tenido la dicha de compartir contigo, Hero…- asentía levemente con la cabeza para no parecer como un loco que hablaba y deliberaba solo. Soltó una pequeña carcajada por las palabras del vampiro y negando con su cabeza no se contuvo a responderle -Yo solo te veo a como tú me inspiras a verte Hero… Y si no quieres que sea franco contigo, me parece bien, puedo mentirte si así lo deseas pero sabes que no puedes ocultarte de ti mismo, pronto sabrás quien eres, lo sabes y te das cuenta… - asintiendo con la cabeza le hacía una mueca de consolación y continuaba para acariciarle los cabellos y perderse en esa oculta sonrisa. Su piel tan tersa como la de un bebé le combinaba con la textura de sus labios seductores. –Deiran, Deiran… ¿Qué te sucede?- se autodecía y extendía aquel rito con los atributos del cantante. Esbozaba de nuevo otra sonrisa puesto que Hero parecía avergonzado por darse cuenta que en sus palabras revelaba su interior y aunque torpemente quería ocultar sus pasos los dejaba ver con más realce. Arqueó una ceja y asentía a sus palabras, estaba encantado, era más humano de lo que parecía, percibía su aura y podía jurar que el acompañante gozaba con los mismos sentimientos que consumen a los humanos, esos que no te sirven para nada;amor, odio, ira, felicidad, egoísmo.. le veía y se asombraba de su capacidad de persuadir las situaciones, de cantante y actor tenía un poco.

-Por supuesto que me encantaría verte y en vista que es un lugar tan ‘’secreto’’ - haciendo énfasis en esa última palabra y soltando una risa un tanto sarcástica y burlona -¿Será que tu comida es algo dañina? Recuerda que ni nosotros ni ellos aún hemos podido alcanzar la perfección…. Seguro tu comida no es la excepción… - acariciándole el hombro en señal de consolación y apartándose un tanto rápido -Yo no dije que eres un viejo…. Solo… Solo he dicho que eres mayor… En fin, si me tiras el alcohol no te prometo que veas algo positivo de mi… - arqueando una ceja le decía en tono desafiante para que lo hiciera y viéndole su patética escena de intento fallido de pelea solo hacía que de su cara se arrancaran las sonrisas negándole con el dedo aquella acción y sin dejar de verle, no quería perderse ni un segundo de los actos que el realizase. Y es que las palabras que con anterioridad había musitado no eran un desafío pero si la excusa perfecta para hacer algo que quería hacer desde un par de minutos atrás. Dejó de pensar en aquello y se enfocó nuevamente en él, tratando de adivinar en qué pensaba pues no necesitaba usar sus poderes, esperaba que los gestos y esos labios se lo dijesen. -Te aseguro que si tú no fueses tan distraído, las palabras no salieran por sí solas y nadie te quisiera leer porque no podrían adentrarse a tu extraño mundo mental… aunque, con esas cosas tan vagas que piensas tú, más tardarán ellos en darse cuenta de lo que piensan en lo que tú sigues pensando más y más cosas…. - acariciándole la mejilla y dejándole -Espero tu amiga te aconseje bien eh! Mira que don ese, percibir los pensamientos de Hero Jaejoong y tú que te enojas! - le decía sonriendo y se acomodaba los cabellos, percibiendo esa sensación de nostalgia en el ambiente o era que quizás ya veía lo inevitable, el momento de dejar a esa ave volar.

‘’Todo lo que desee hacer lo hago, hasta ahora no conozco el límite pero sí la vergüenza y educación así que no te preocupes, no haré nada que tus labios no musiten..

Sintiendo los dedos del cantante separarle tomó asiento de nuevo y tomó el último trago de whisky que tenía en el vaso, dejó los hielos ahí, que se derritiesen con su calor. Observaba con detenimiento los gestos del músico, ya se le había convertido en una costumbre y no pudo evitar ver esa mueca de dolor y tristeza en el rostro ajeno, sin decir nada entendía lo que pasaba así que para evitar que aquello se alargase afinó su voz y el vampiro también reaccionó rápidamente, dejó que eso pasase desapercibido, no era de su incumbencia.
-En realidad a mí no me importa en día que vayas, por mi puede ser ahora o puede ser nunca… Recuerda que he de entregarte de manera personal el vino, solo así me cercioraré de que mi cliente esté satisfecho… - apartando uno de los mechones de la frente del cantante -Ten por seguro que el día que vayas a mi aposento, ese día, yo lo sabré y ahí estaré… Ahora… - separándose y colocándose de pie -La noche apremia, es hora de partir… pero antes…- haciendo una pequeña reverencia y acomodándose el traje y acercándose a él, olfateándole un rato para no perder su aroma y recordarle, claro sería inevitablemente inconcebible que eso pasase, besándole la mejilla, en un ‘’hasta luego’’ italiano se quedó unos segundos ahí -Te estaré esperando Hero… No tardes tanto - separándose del cuerpo ajeno le ve fijamente por última vez y sonriéndole -Cuídate!- perdiéndose en él.

’’Este no es un adiós, es un hasta luego y mientras tanto estaré contando las horas para volver a ver esa sonrisa y esos labios que en un momento lograron hipnotizarme…’’

por Invitado Lun Mayo 06, 2013 10:45 am

“Me da miedo el sucumbir de tus deseos. No te aferres a aquello que solo es un adorno de mesa. No soy más que una mera estatua de un cuervo invisible”

El ruido de sus huesos me sobresaltó, mis ojos se abrieron y le miraron como si de verdad se estuviese rompiendo. En mi cuerpo, ningún hueso sonaba, solo cuando me los rompían y eso solo había pasado dos o tres veces. Muy doloroso a decir verdad, mis huesos… Tan frágiles en las manos del cuervo provocaban que me pueda romper en tres pedazos si él lo deseaba. De solo recordarlo el dolor se hacía presente. Suspiré y negando sonreí con tranquilidad, apoyando un dedo en su cuello, como pidiéndole que parara, aunque por suerte él ya había terminado de “estirarse” de esa forma tan estridente. Sus caricias nuevamente acompañaban a mis cabellos y la risa nerviosa se hacía presente. Mordiéndome el labio inferior negué un poco y con gracia empecé a reír. Parecía la conversación de dos niños conociéndose. Pero era interesante, jamás un vampiro antiguo me había tratado tan bien, en general se hacían demasiado los superiores y provocaban que me enfade y no quiero hablarles más. Tal como había pasado con Lestat hacía algún tiempo. Aunque con él, había tenido que guardar mi lengua, porque de alguna forma me convenía escucharlo. Dejé que una bocanada de aire llenara mis pulmones y saqué el aire tal como había entrado. Nosotros, los vampiros, no necesitábamos respirar, pero era agradable hacer la simulación, me relajaba bastante. En tanto, le miré y le sonreí. Esa sonrisa que provocaba que mis ojos se hagan más rasgados, hacía notar mis dobles parpados y mis dientes blancos que dejaban la sonrisa brillante y dulce.

-Perfecto! Pero primero vuessstroo hogar! Ya ya, solo me criticáis! Os voy a hacer travesuras que no queréis ver si seguís~~~

La risa salía burlona al ver como repetía que no era viejo, cubriéndome los labios, no quería que se escuche mi carcajada, porque era muy rara, era un ruido algo grave, pero entrecortado por falta de aire. Me seguía cubriendo y ya luego de un momento me dispuse a detenerme, ya era hora de despedirse, pero no había dudas de que iría a ese lugar que tenía anotado en el bolsillo! Iría a molestarlo como bien había dicho y compraría el mejor vino del mundo para el ave negra! Y así cuando le encontrara podría darle un lindo regalo. Cuando le encontrara… Cuando pasaría eso? Hacía ya más de un año y medio que no le veía. Y la última visión que tenía de él no era la mejor. Aquello me perturbaba, realmente no pensaba poder tener la capacidad de esperar por más tiempo. Mordí mis labios y negué, intentando no dejarme llevar por esos sentimientos que tenía en mi interior. Solo le sonreí y con gracia empecé a levantarme, quedándome con mi cuerpo bastante cerca del ajeno, apoyé mis codos en la barra y le miré con ambas manos sobre mi vaso, injiriendo lo que quedaba de whisky, usualmente me terminaba la botella solo, pero ese día la había compartido con el vampiro, por lo que estaba bastante “sobrio”. Nunca me emborrachaba, pero al menos el calor estaba muy presente en mi cuerpo y me hacía sentir más ligero y, si todo iba bien, provocaba no tener que pensar demasiado en nada y solo actuaba según me parecía.

“El destino está lejos, muy lejos de unirnos. Estamos separados por algo más fuerte, por un camino que me llevará por siempre al dolor y el deseo de autodestrucción. Tú aún puedes tener tu propio camino, no?”

-Wow… Genial, entonces iré apenas caiga la noche de la próxima semana, sí, probablemente sea en ese momento. Mas os vale que estéis! Hahaha, siii~~ No aceptaré nada de extraños, os lo prometo. Que… Y-yaah… Me oléis mucho, menos mal que no transpiro o esas cosas. Aunque no sé si el jazmín sigue en mi piel a-aunque, de tanto que lo uso seguro mi piel ya agarró el aroma.. A-ahahah

La risa salía nerviosa al igual que las palabras, sentía como se iba hacia abajo un poco, para olisquearme, no era mucho más alto que yo, así que no le era difícil, pero el tacto era frío, encantador. Lo que provocaba que me sonroje demasiado, apoyando una mano sobre mis labios para no dejar que ningún importuno salga de allí, solo agaché la cabeza y esperé a que terminara, mirándole fijo cuando al fin se desprendía de allí. Y con una sonrisa negué, como regañándole, apoyé mi mano sobre mi brazo y suspirando le saludé, moviendo la manito y asintiendo. Dejando mis ojos bien abiertos, observando todo aquel porte elegante que él tenía. Pronto el muchacho se iba como una sombra saliente. Me sorprendía como se podía casi disolver en el aire y en cuestión de segundos me quedé solo. Sentí la lágrima bordear mi mejilla y dejé salir aquel jadeo de tristeza que tenía en mi garganta. “Dónde estás Nicolás?”, dije en voz alta y con tristeza empecé a retirarme, intentando mantener la sonrisa y la emoción de haber hecho una nueva compañía para llenar un poco de ese vacío.

“Nos volveremos a ver. Pronto, no me tortures con tu dulzura, mi corazón nunca se desprenderá de aquel cuervo. Pues ya me han robado entero”

CERRADO

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