Wilhelm Malthus File

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Wilhelm, Wilhelm... mi estimado Wilhelm... ojalá y mueras pronto "Anónimo"
Y con esto iniciamos con la descripción de una sombra. Wilhelm Malthus, aquel engendro sin corazón, incapaz de expresar sentimiento alguno, más que el que sea de su conveniencia. Frígido, seco y por sobre todas las cosas falso, este individuo no siente nada por nadie, el mundo es prácticamente ilusorio, un accidentado producto de su imaginación, se puede definir como aquella persona que usa mascaras para toda ocasión, nunca mostrando su verdadero rostro, escondiéndose tras una mentira, tras una falacia prefabricada y poco convencional, un comerciante, un vendedor de ilusiones un gambeteador.

Pero no lo malentiendan, el no es así por que le guste... bueno, tal vez lo disfrute un poco... pero el punto es que su escurridiza personalidad fue templada por la misma sociedad, oh si, últimamente todo es culpa de ella con sus altos y perfectos estereotipos, inalcanzables pero sobre todo, inexistentes. Pero bueno, y por que tenemos a Wilhelm como un sociopata... quizá sea por que es un hombre lobo, quizá por que se crió en las calles junto con su hermano, sabrá dios cuales son sus razones, pero afuera de esa desinteresada y satírica capa de personalidad, existe un Wilhelm ingenuo, despistado y sobre todas las cosas leal, puede que sea gracias a los génes caninos que corren por sus venas, o tal vez por que realmente es un buen tipo... pero se esconde detrás de ese mar de absurdos, evitando así ser dañado por otras personas o criaturas. Pocos son los que conocen a Wilhelm, y aquellos individuos podrían mencionar algunas de las siguientes características: mal perdedor, pésimo en las apuestas, excéntrico, mandón, justo y una que es más frecuente... sarcástico, el sarcasmo es su arma principal de defensa, pero también es su característica favorita, pues para el nunca es tarde para una buena broma (pesada).

HISTORIA

Allá en los bosques de gran bretaña, recubierto por la nieve blanquecina, existía un poblado, quizá demasiado pequeño como para mencionar su nombre. Este poblado, que no pasaba de mas de 200 personas, se dedicaba al comercio de madera; ya sean muebles, utensilios o leños para quema, no les iba mal, pero la escasez de manos capaces les impedía extenderse y mejorar su ritmo de producción, por ello se podía observar que el asentamiento era verdaderamente pobre. De entre aquellas familias destacaban los Malthus, una pareja joven, de unos 20, 25 años quienes estaban acompañados por su hijo menor Wilhelm, de unos 2 años aproximadamente. Los Malthus se dedicaban, a la fabricación de muebles, quizá no una belleza de pieza, pero si un buen sillón o una mesa suficientemente funcional para ser vendida.

Todo en aquel asentamiento marchaba con forme la rutina dictaba; por la mañana tala de árboles, a medio día selección y categorización de madera y por la tarde noche el trabajo en la madera. No había fuerza alguna que pudiese contra la rutina, hasta que llego ella. Aquella mujer morisca, de cabellos negros como el velo de la noche, y ojos brillantes cual estrella imperecedera, de esa hermosa piel de fuego, que te seduce con el bailar de los contrastes cobrizos y aquellos brillos dorados, esa mujer, esa misma mujer que utilizó sus encantos en cada hombre del pueblo, hechizándolos, capturándolos en aquel letárgico sueño de amor. EL tiempo pasó y aquella mujer había permanecido en el asentamiento, pero ocurría algo curioso, en las noches de luna llena, aquella mujer desaparecía sin dejar rastro, como si nunca hubiese existido, y pasando los días plenos del satélite natural, la mujer regresaba. La curiosidad consumía la mente del pueblo ¿A donde diablos se marchaba esta mujer? Nadie sabía... nadie nunca supo realmente, lo único que el pueblo recuerda es que cuando la mujer desapareció definitivamente, los Malthus se esfumaron junto con ella.

¿Qué fue lo que ocurrió con los Malthus? Pues bien, había una vez el hijo de aquella alegre pareja, Wilhelm Malthus, un hombresito de 8 años, preparado para encarar cualquier aventura que el mundo le colocase frente a sus pies, y decidido, decidió retar al sendero del destino quien ya le tenía preparada una sorpresa. Era el primer día de luna llena, y aquella mujer abandonaba en secreto la aldea, pero no se había percatado de unos ojos curiosos que habían sido alimentados con la intriga del pueblo, por ello decidieron seguir a la mujer, y seguir contemplando. Caían las 6 de la tarde, el sol aún regía los cielos, pero era cuestión de minutos para que el dominio se invirtiese y la soberanía del firmamento fuese delegada a la luna. Wilhelm había seguido a la sospechosa mujer, que instantes atrás se había enclaustrado en una cabaña, sin ventanas y sin puertas, solo tres paredes de roca sólida, y un cuarto muro corredizo. El tiempo transcurrió y el pequeño Wilhelm se quedó dormido dentro de un arbusto, la noche en pleno, iluminada por la inmensa luna, y la pequeña cueva que resistía los envistes de una criatura que luchaba frenética para salir de ahí. A lo lejos, el crujir de las ramas provocado por las pisadas de un par de hombres se intensificaba, y a esto se le aunaban una especie de grito, combinado con un triste sollozo, eran los padres de Roberth, que llevaban toda la tarde buscándole, Wilhelm se incorporó para observar de donde venia el sonido de voces, y así pudo encontrase con sus padres y justo cuando les hacía una señal con el brazo en alto, el cuarto muro de la construcción de rocas se desplomaba, y lentamente del interior salieron dos figuras negras, una de un tamaño gigante, pero otra mucho mas pequeña, ambas figuras tenían la forma como de un lobo gigante, y entre bufidos y chirridos de dientes, el ente mayor se lanzo al ataque mientras que el pequeño se quedaba observando el embiste de la figura mayor. El padre de Wilhelm se enfrentó a la peluda criatura, pero su fuerza era insignificante comparada a la de aquel monstruo, que no tardó en darle fin con una mordida en el cuello la cual prácticamente lo decapitó. Aún con el cuerpo muerto del padre, aquella bestia miró a la madre de Wilhelm y le dedicó una sonrisa, con un movimiento rápido, el lobo soltó al padre y atrapó a la madre, y justo antes de proceder con su arte, el lobo fue interrumpido por aquel niño, que saltaba fuera del arbusto tratando de salvar a su madre, la bestia soltó a la mujer y se acerco al niño, lo tomó entre sus zarpas y se marchó con la otra criatura. Nadie sabe que fue de los Malthus, nunca se les vio de nuevo desde esa noche, ni siquiera la madre, que había sobrevivido al ataque de la licántropa regreso a la aldea, tal vez, quizá siga buscando a su hijo.

Muchos años después, Wilhelm salía de un puesto comercial del puerto de Caen, había decidido mudarse del frió e inhospitalario Londres a París y apenas esa misma mañana había cruzado el canal de la Mancha, si todo marchaba bien podía alcanzar Ruan por la tarde, pasar por la abadía de Saint-Ouen para confirmar su llegada a parís y que se tratase su delicada situación, y salir directo a París llegando a esta en la noche.

DATOS EXTRA

-Roberth tiene un hermanastro de nombre Koga.
-Después de que la mujer lobo lo tomase, esta lo mordió y lo infectó.
-Creció en el bosque junto con su hermano, su madrastra fue asesinada por cazadores.
-Durante el tiempo en Inglaterra, vendió leña.
-Contactó con un monaguillo quien le consiguió audiencia el la santa sede de París.

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