¡A por él amo...!

Esta noche estaba sonora, los animales se movían sin parar, los grillos cantaban para no sé porqué y quién sabe, quizás la luna se vería tan bella como siempre. Hoy, después de tanto tiempo volvería a salir junto con el amo para cazar. Era claro ¿Cómo lo sabía? Cuando se vestía junto con sus armas lo hacía como una especie de ritual, y en ese ritual había sonidos; ya se podía escuchar el cinturón rozar con la tela de su pantalón, cómo tardaba unos segundos en silencio para abrochárselo y finalmente comodándolo. Ese típico sonido que tenía lo metal cuando cortaba el aire, quizás observando si estaba el filo afilado, armas y más armas sacaba y guardaba, y cada una con un sonido distinto. Por último fueron las botas, se escuchaba el roce del cuero con su piel y luego unos golpeteos en el suelo, afianzandolas a sus pies.

Luego suavemente escuché pasos hacia mi situación. Yo... como siempre me encontraba en la habitación, sin ventana ni salida por donde pudiese escapar o por donde pudiese sentir el viento acariciarme, era exactamente un pequeño cubículo, una cárcel, para un arma. Escuché abrirse los pestillos y luego observé como siempre como se giraba sobre sí mismo el pomo, para luego taparme los ojos sensibles a la luz que dejaba entrar por la puerta. Escuché sus órdenes y como si no tuviese voluntad o no quisiese problemas por llevarle la contraria, me levanté, esperé un segundo a que mis ojos se acostumbrasen a aquella luz y me transformé en aquel pequeño búho para por último posarme en su hombro. Él estaba o estabamos listos para ir a donde él quisiese.

Salimos y andó por mucho tiempo, viajamos por unos días hasta ver un castillo. Estaba amaneciendo, es decir, mi amo solo atacaba al amanecer solo con un vampiro, ellos se volvían más lentos. Observé con mi gran vista de cerca el castillo; volé sobre él para verlo más de cerca, buscaba un punto débil por donde poder entrar. El castillo estaba como de obras, siendo renovado. Ululé unas cuantas de veces al notar que había otro búho que ululaba cada cierto tiempo, despidiéndose de la noche. Mi ulular era distinto y eso hacía que mi amo me diferenciara de cualquier otro, aquella seña era que había encontrado el lugar y luego le marqué el lugar llevándolo hacia allí y posándome por donde podría entrar. Entre unas piedras mal puestas que podían ser removidas, el amo entró y yo detrás de él. Estabamos dentro, ya no ululaba, estaba totalmente callada y mis aleteos al volar casi no hacían ruido, algo bastante provechoso en contra de un vampiro, pero al contrario de mi amo, él para mí constantemente hacía ruido, sus pasos, el roce de su ropa... Cuidado, podía estar cerca, pero el corazón de la criatura no latía, no era capaz de saber donde estaba. De todas formas el castillo era inmenso.

Cuanto más nos alejásemos de la entrada, más se hacía peligrosa la situación, pero aquella adrenalina que me recorría por todo el cuerpo me hacía sentir una vez más viva, fuera de aquel cuartelillo de mala muerte, del que algún día tendría que salir de allí libre al fin. Giraba mi cabeza en busca de algún sonido, y lo encontré. Mi oído es uno de los más finos, que podría escuchar la simple y suave pisada de un ratoncillo o de un saltamontes. Algo grande, pesado y con un corazón que latía fuerte y lo delataba al instante en el que se acercó demasiado para mis sentidos. El cazador me miró y yo elevé mi ala señalando la puerta durante dos segundos exactos, eso significaba que escuchaba algo grande, él asintió y volé por la puerta para salir al pasillo e ir posándome entre los faroles del pasillo, guiándolo hacia donde escuchaba los latidos de corazón.

El amo olía a tensión, miedo... veía como los músculos se tensaba y volvían a destensarse para ir repitiendo el mismo proceso cada vez que se notaba de esa manera, suspiraba y cambiaba. No sé porqué estaba nervioso, podía ver sus manos sudar y como apretaba el mango de cuero de su navaja y pistola. Algo le preocuparía bastante, por lo que estuve pendiente y más concentrada de lo que antes pudiese estar. Cuanto más cerca estábamos, escuchaba la ropa rozar en un lugar subterráneo del castillo, el mismo sonido que hacía mi amo cuando se vestía, ese sonido inconfundible. Estábamos cerca pero no sabía como podríamos bajar hasta allá o como escapar luego si todo se tornaba en desgracia. Cuidado, el peligro sale de entre las paredes y sube del suelo como si fuese el propio calor de un fuerte día de verano.

Continué colocando mi camisa roja de forma tranquila y elegante como si estuviera vistiéndome para poder, ir a una fiesta de gala en el castillo de francia todo se encontraba muy tranquilo como cuando un depredador acecha su presa quien cazaría a quien una sonrisa se fiugro en mi rostro de espalda a la puerta mientras me colocaba un chaleco negro sobre la camisa de seda roja . Mi sonrisa sádica era debido a que ya mi guardiana y vigilante se encontraba detrás de mi en su forma animal ignorando su gesto de felicidad camine hasta un gran espejo y observe mi reflejo mi ropa elegante acomode una servilleta del mismo color que la camisa en el bolsillo superior y volví a aspirar el aire a mi entorno así era se trataba de una criatura humana y de una cambia formas como la pequeña alvina así que me di vuelta caminando hasta la joven y acaricie la cabeza de la tigresa mientras miraba la puerta y en un tono de voz casi hipnotizante le mencione

- Cierra todas las ventanas de la sala del trono alli recibiremos a nuestros invitados, me levante con sed de sangre mi pequeña alvina

Mis ojos destellaron en un rojizo carmesí cuando mencione estas palabras y sin mas me encamine hacia, aquel salón una entrada trasera me permitiría llegar antes que ellos, ademas aquella sala no solía tener ventanas simplemente unas arriba del todo que no alumbraban mucho la sala haciendo que prácticamente se viera siempre con luces a su vuelta, ya que fue creada para resguardar a un rey de ataques furtivos. Al estar en la misma me senté en el trono y me cruce de piernas esperando la llegada de mis invitados mientras podía sentir su olor escuchar sus pisadas y como no, oír sus dos corazones latiendo a toda prisa, el aire olía a tensión y a miedo ya estaban frente a la gran sala principal donde los aguardaba tranquilamente.

Terminamos de bajar de aquellas escaleras y de nuevo un último pasillo se ante ponía a nosotros, además de que ví como el amo comenzaba a sudar. Aquella piel brillaba ante las antorchas que estaban por morir y que alumbraban el ancho pasillo, dando momentos de luz y momentos de oscuridad. Observé como su mano estaba ya en su arma, fuera de su sitio, estaba preparado para que en el primer segundo de que algo raro no le gustase lo disparase. Se quedó pensativo durante unos segundos delante de aquella puerta de madera que nos separaba de lo que sería seguramente la lucha. No era de esperar que cayésemos los dos, pues habíamos ido solos y no apostaba por salir con mis propias alitas.

El amo puso su mano en el pomo y empujó la puerta fuertemente haciendo que la puerta diese un golpe en la pared y automáticamente disparó a la oscuridad que había en la sala. Yo los ví automáticamente a los dos, estaban allí, aquel vampiro estaba sentado en su trono y una tigresa blanca a su lado. Yo fruncí el ceño interiormente, parecía como si nos recibiese, aquella postura que tenía sentado en... en aquella silla. Me puso intranquila aquel rostro serio y sereno, nada daba a conocer de lo que pensé. Entré en la sala al fin, no hacía falta que me acercase para verlos mucho mejor, con vista lo hacía. Yo tenía aquellas garras de plata que me habían hecho para poder hacer un mayor daño a la hora de que lo necesitase para ayudar al amo. Pero no podría ayudarlo demasiado, él lo sabía, más... eso me hacía algo inútil. Solo me quedé en una esquina de la sala, observando que es lo que pasaría y me mataba... bien recibida fuese la "libertad"

los latidos cardiacos se oían del otro lado de aquella puerta mientras, sentía el peligro avanzar por aquel lugar, no me molestaba y Sigrid se mantenía inmóvil a mi diestra yo acariciaba su pelaje de una forma casi aterradora por mi tranquilidad un mortal había invadido mis aposentos solo, se creía capaz de cambiar este mundo de tinieblas, pero a mi no me engañaba podía sentir su miedo el olor a miedo y terror, quizás sabia con quien se metía o quizás no, no tenia ni la mas remota idea de a quien enfrentaba pensando que era la morada de vampiros neófitos o quizás la de algún ser abandonado al destino, había cometido su ultimo error aquel sujeto golpeo la puerta tan fuerte que la misma sonó contra la pared de mármol detrás de ella, que molestia como a los cazadores les encantaba destruir mis propiedades o las de cualquier vampiro. Después nos odiaban por destruir y quemar sus tierras ellos no respetaban las nuestras, pero ni eso los salvaría de la muerte eterna a manos de un vampiro como yo, un resplandor de luz salió desde aquella zona el miserable mortal disparo hacia la nada, y con eso no pudo ver, aunque las antorchas en los extremos y la araña de velas arriba en el centro de la edificación permitían ver con claridad el lugar, sin preocuparme extendí mi mano en dirección a la copa que reposaba del lado opuesto a donde estaba mi tigresa y tome la copa como si la presencia de aquel mortal no me incomodara ni un poco un sorbo de la sangre del ultimo cazador que había drenado ya hacia en aquella copa roja como el carmesí la cual sin mucho preámbulo deguste tranquilamente mirándolo, mis ojos destellaron rojizos cuando el liquido carmesí ingreso por mi perfecto y frio cuerpo a lo que sonreí de una forma algo macabra y el brillo se intensifico un poco haciendo que al cazador le doliera insoportablemente la mano donde sostenía el arma, así la debió de soltar en el acto.

No me había olvidado de aquella criatura que volaba, hacia un lado de la misma habitación su olor no era al de un animal ordinario ni el aura era una cambia formas igual a mi tigresa a lo que extendí mi mano la cual hace unos segundos acariciaba el precioso pelaje blanco de mi tigresa en dirección a aquel animal

-Pósate en mi brazo bella criatura emplumada sin hacerme daño.

Utilice mis poderes hipnotizaste para que ella fuera obligada a obedecerme mismo contra mi voluntad no precise usar mucho poder ya que mi voz para la misma parecería algo irresistible y no podría evitar hacer lo que yo le decía, era un búho muy bonito y vestido de una forma muy extraña mientras ordenaba esto observaba al cazador el cual comenzó a desenvainar sus armas de combate cuerpo a cuerpo lo que me hizo suspirar un poco mientras observaba aquella criatura que venia hacia mi como si ignorara a su amo por completo o que no le tuviera mas importancia que a ella

Pensé que dudaría ya que era su amo, pero para mi diversión y  deseos oscuros no fue así encantada pareció salir volando de mi mano me recosté para contemplar el espectáculo que no duraría mucho pero para mi seria un manjar ver como la chica se volvía una bella  humana solo pude ver su espalda pero note que era una chica muy bella mis ojos destellaron rojizos frente a esa imagen para luego solo ver como  le daba un fuerte golpe con sus manos ya ensangrentadas se dio vuelta pude contemplar su cuerpo descubierto de toda ropa como había llegado al mundo de cierta forma era muy bella pero estaba muy mal tratada su cuerpo parecía mas miserable que el de una rata, no podría tener una sierva en ese estado físico, quizás un mortal prefirió tenerla así para justamente asegurarse que ella no se levantaría en su contra después de todos los cambiantes son casi como nosotros así que seria un problema si ella tuviera todo el poder.


Regrese a mi cuando note que ella asumió la forma de ave volando con los ojos del mortal extendí mi mano viendo como ella se posaba en la misma dejando a un lado  lo que yo le había pedido mis ojos destellaron complacido y una sonrisa mostrando mis colmillos vampíricos de satisfacción a las acciones de ella

-Pobre mortal, su propia mascota de caza sin dudarlo le arranco los ojos a su amo, ella se vende fácil o te odiaba tanto que no podrás ni imaginarlo mero mortal.

Mencione levantándome tranquilamente dejando a la mascota sobre mi trono para que mirara desde allí mientras yo con la copa de  sangre bajaba los escalones para ir a saludar a la pobre criatura mortal que maldecía y gritaba cosas encontrar de la pequeña criatura que hacia sentada en mi trono.

Al llegar hasta el se sujetaba los orificios donde deberían estar sus ojos gritando de dolor, y maldiciendo mas fuerte a la chica mientras yo me detuve y algo molesto pronuncie en voz alta

-Cállate, no mataras a nadie tu eres mi comida y ella ahora es mi sierva soy su nuevo señor perdiste toda autoridad sobre ella  y sobre tu vida también mortal.

Mencione desviando la mirada hacia la joven chica tranquilamente y extendiendo mi copa de vino a modo de saludo de forma tranquila mientras tomaba del cabello al chico y cortaba su cuello en una vena haciendo que la sangre saltara hacia delante y yo ponía mi copa en la caída para servirme de su sangre tranquilamente

-Asume forma humana criatura,  y dime como te llamas mi sierva y que le harías ha este ser para cobrar los años de sufrimientos que te hizo pasar.

Quería ver hasta que nivel ella podría llegar, de odio y rencor la herida que le hice a el no fue una arteria principal pero con la cantidad de sangre que ya perdió duraría un rato mas antes de quedarse seco y el sueloi de mi salón bañado en carmesí.

Observe cuando ella asumió la forma humana podía ver si cuerpo era perfecto algo maltratado y desnutrido pero muy bello y seductor sus ojos eran preciosos su rostro angelical una verdadera criatura bella pocos seras que no fueran inmortales gozaban de semejante belleza y prestigio ella haría suceso entre los mortales quizás por eso la encerraran y tratarían como un animal, escuche su voz también dulce su cuerpo y voz acompañaban esa belleza estaba como había sido traída al mundo completamente desnuda y no se inmutaba de ello se debía a que era tratada como un animal y nada mas que eso.

Volví a mirar al humano y sonreí al escuchar sus pedidos sin observar como ella actuaba hasta que note su presencia mas cerca del suelo al desviar mis ojos infernales hacia ella pude notarla arrodillada en el suelo viendo como si había sido tratada peor que un animal quería arrancarle el corazón a esta mortal pobre criatura su corazón era tan oscuro como las cenizas y este mortal que se denomina a si mismo un cazador la había criado así que, comencé a reírme a carcajadas limpias pero malignas escuchando su pedido y sabiendo el estado del sujeto antes que el terminara de morirse  me detuve y la levante desde el mentón hasta mi altura.

-No es necesario que te arrodilles o te rebajes para demostrarme que soy poderosos, por que yo se que tengo poder y puedo arrancarle el corazón a cualquier ser vivo y no vivo de este mundo, pero te  concedo el deseo de tu negro corazón.

Dije señalando al sujeto de una forma asusta dora  y poniéndolo enfrente de ella la sangre de el salpico sobre el cuerpo de ella ya que se estaba disparando de su garganta hacia delante ya le quedaba minutos de vida nada mas y sentía el olor de sangre ella seria inundada por dicho olor.

-Adelante demuéstrame que tan negro y vil es tu corazón arrancándole el corazón a un ser con vida, seguro que tienes uno pero esta tan negro como las cenizas si haces esto.


Mencione esperando calma mente que ella decidiera acabar con la vida de el aunque si demoraba o se arrepentía el moriría antes de que ella pudiera hacerlo a ver hasta donde se atrevía a llegar.

Observe desde el lado del mortal como la joven criatura  se atrevía a desgarrar a su anterior amo y destruirle lo único que quedaba su corazón se lo arranco sin dudarlo, en mi rostro ese mismo instante se dibujo una imagen de placer y satisfacción por ver aquello, casi placer se podía decir un ser que no había sido expulsado a las tinieblas y que aun viviera tuviera todo ese odio reunido en un solo lugar me hacia sentirme vivo y despertar viejos recuerdos de sadismo y mortandad que ya hacían muertos en mis milenarios recuerdos de  inmortal que lindo era saber que ese deseo lo despertaban los mortales aun en vida.

Note la sangre, de ella viendo como escurría por su cuerpo desnudo me relamí los labios de forma cruel aquello estaba gustándome una chica cruel que no dudo en matar a su amo sin dudarlo luego la ultima imagen que tuve de ella al ver como ella tomaba y arrancaba el corazón del cuerpo ya prácticamente sin vida del ser mortal el cual quedo latiendo por leves segundos en la mano de la criatura que ahora se había vuelto mi cierva por siempre y toda la eternidad bueno hasta que me aburriera de ella.

-Asi que te crees una criatura sin corazón, no has visto  nada de este mundo cruel.

Camine hacia ella y la tome del cuello levemente levantándola de forma suave mientras la sujetaba del cuello y la miraba sangre salía de su boca por la que consumio el corazón elevando las cejas pase mi lengua por su cuello para luego lamer su mentón llegando a sus labios sintiendo el olor y el gusto a la sangre del corazón del mortal que hacia nada de algunos minutos ella se había alimentado.

-Para mi no eres un simple animal sino una criatura que vale mas que los mortales.

Aun con mis ojos destellan de una forma rojiza  enfermiza  hasta que termine de lamer todo sus labios, pase la mano por su hombro sabiendo que allí había sangre, lo tome y probé la sangre bebiendo un poco y mirándola mientras mis ojos destellaban.

Sigo lamiendo los labios de ella, besándola ahora para meter mi lengua dentro de su boca y disgustar la sangre que allí estaba mas concentrada que en el resto del cuerpo ya que ella debió morder y esparcir mas sangre así que me divertida con mi lengua mientras la besaba alguien que viera aquello, pensaría que la estaba besando y siendo "romántico" palabra que para mi ya no existima hacia milenios, ahora mismo estaba disfrutando de los restos del corazón del mortal que ya hacían dentro de su cuerpo luego de varios minutos de hacer eso me separe y mire sus ojos, ojos de vida en muerte no había notado un ser mas muerto en vida que ella podría considerarla una vampira  hasta de sangre se alimentaba el deseo de venganza de la niña era divertido.

Al estar mirándola de esa forma empece a recorrer la linea de sangre que salia de su cuello esta pasaba por entre sus senos comenzaba a recorrerlo pasando por allí levemente y luego se especiera entre ambos sonreí acariciando los senos de ella por la zona llena de sangre, era un desperdicio de sangre sobre ella pero hacer lo que sonríe de forma tranquila y retire mi mano lamiendo mi dedo luego de eso, volví a recorrer mas hacia abajo cerca de su sexo pero no lo toque simplemente bañe mis dedos en sangre y le di a ella para probar, por la forma que se refería a mi ella cree que  es una mascota, parecía divertido una criatura que cree que es un animal suena tentador, una sonrisa sádica se vio en mi rostro pero para que malgastar tanto potencial, los humanos la maltrataron y pagaron con la muerte y la humillación. Yo no era tan idiota los humanos siempre despreciando lo que no entienden.

Tome del mentón de ella y me relamí los labios para luego ver el cuerpo de sujeto en el suelo suspire levemente por que no divertirme un poco con ella  quien diría que mi despertar me daría una nueva sierva, a mi dispocision para lo que deseara

-Criatura, cual es tu nombre ?

Pregunte de una forma misteriosa y autoritaria no me molestaba en lo mas minino, su estado corporal era lamentable y daba pena había sido mal alimentada y mal tratada, quizás por su poder de cambiante pero a mi me daba igual que estuviera en su mejor forma ya que una ser tan débil no me haría nada por mas que estuviera en su auge y para mi no era útil si no podía dar el máximo de si mismo sino terminaría volviéndose una carga mas que el apoyo de algo. me di vuelta caminando hacia la puerta y me detuve de lado para hablarle de nuevo

-Sigueme criatura mortal

Mencione abriéndome camino por el castillo era perfecto por dentro todo blanco de marfil y lo mas caros metales, solo retumbaban mis pisadas  y las de mi nueva sierva, ya que la tigresa había permanecido en el trono esperando y aburrida por lo que note sin mas llegue a dos grandes puertas que las abrí y dentro estaba la cocina no tenia mucha comida ya que solo dos mortales vivían aquí Heaven y Sigrid nada mas así que no había mucho y el siervo que me llevaba de un lado al otro que era otro mas como mi siervo suspirando levemente, desvié la mirada mirándole  a los ojos y tomando una manzana se la arroje

-Aliméntate que así no me sirves ni para darle de comer la tigresa.

Mencione invitándola a pasar con una mano señalando la cocina llena de comida y la otra mano detrás de su espalda y la mande entrar rápidamente dejando la puerta abierta me recosté en el marco esperando a a ver lo que la joven criatura hacia.

Recostado en la pared espere que ella entrara observándola desnuda, una de las cosas que deberíamos cambiar si quería ser mi sierva, los humanos podían tratarla de forma inhumana pero no me servia que estuviera encerrada en una jaula y como una vil animal, para eso ya tengo a la pequeña sigrid no precisaba a otro animal, sus formas me servían para espionaje pero para ello tenia que saber valerse como una mortal y no como animal sino a la primera terminaria mas muerta que viva, mientras pensaba estas cosas la observe veía su espalda y cabellos sueltos, cuantos con sus glúteos que se mantenían en buena forma y sus piernas, parada no se movía no avanzaba ni retrocedía eleve una ceja viendo como se acercaba a un pedazo de queso y lo tocaba como si nunca hubiera visto aquello, los cazadores se creían mejores que los demonios y no eran capaces de tratar bien a sus animales, pude ver como ella retrocedía apenas tocándolo.

Ya hacia un minuto de aquello, me acomode para mirarla mejor me llamaba poderosamente la atención su forma tan inhumanisada era posible que los cazadores les criaran como animales mismo sin una pizca de amor propio era peor que un vampiro o un muerto en vida, camine cuando escuche mi voz hasta el lado de ella y sonreí levemente apenas notando mis colmillos caminando hacia esa cosa amarilla que ella había tocado y la corte con el filo de mis uñas levemente haciendo un pequeño pedazo de queso sin mucho tamaño para que no le costara y me di vuelta tirando un pedacito a sus manos levemente y mirándola e arriba a bajo mientras suspiraba levemente

-Probad eso a ver que os parece, comedlo así nomas

Mencione sin emoción en mi voz lo que me faltaba tener que cuidar de una criatura que no podía saber comer sola, bueno era llamativa y sus transformaciones me podían servir para espiar con suma facilidad y talento eso me agradaba, observe a ver si ella por lo menos sabia comer, quizás lo dejaría caer en el suelo y en ese caso le arrojaria otro pedazo de nuevo, cuanto tiempo llevaría para asimilar la comida mortal.