Perro suelto-priv

por **Keath Roggers** Sáb Mayo 18, 2013 6:39 pm

“Así que tratar con los animales te parece difícil? Intenta lidiar con un animal y humano al mismo tiempo. Soy presa difícil y carne fresca para tus garras. Intenta atraparme y te ganarás más de lo que pides”

La hiperactividad recorría mis venas en aquella tarde de otoño fresca, pero con el sol que aún prevalecía en el cielo, no podía evitar sentirme así de eufórico cuando me convertía en un labrador. Pero esa era la única forma de gastar energías sin parecer tan ridículo, el hecho de ser un perro provocaba querer estar siempre activo, no tener ningún hueco en mis actividades era lo primordial y ese día era terrible. Domingo. Nadie trabajaba y no tenía nada interesante para hacer. Correr, correr, ladrar y comer. Eran mis únicos problemas cuando caminaba en cuatro patas. Había llegado realmente lejos, desde los bosques hasta el centro, de allí a las zonas más alejadas y al final a la parte abandonada de París. Aquel rincón que nadie nunca veía. Empecé a rascarme, luego a olisquear el campo y al final, metí la cabeza en un basurero. No había nada interesante que me gustara, empecé a caminar y luego de un rato… Sucedió. Mi cola se puso puntiaguda al igual que mis orejas, que se pararon deliberadamente. Mi nariz olisqueaba para todos lados y cuando lo noté estaba corriendo desenfrenadamente hacia un olor peculiar. El aroma de un gato.

-“Corred, corred por que no puedo evitar querer comeros! Os destrozaré si os agarro! Mrgh..”

Gritaba en la mente de la gata que sentía a menos de tres metros de mí. Era aquella gatita una cambia formas? Una belleza color café, que solo inspiraba a querer morderla. Verla provocaba que mi pelaje se erice y empecé a ladrar desenfrenadamente, como si frente a mi hubiese una terrible amenaza que podría acabar con mi vida, hasta la saliva salía de mí boca cuando ladraba así. Pero era una miniatura, un pequeño animalito que tendría entre mis patas en cualquier momento. Estaba enojado, mis instintos me obligaban a destrozarla y con ello todo mi cuerpo se iba hacia ella. La corrí por varios lugares, dando vueltas, girando. Era elástica, al punto que pude ver un color blanco por debajo de ella, flexible. Los gatos eran realmente así de difíciles de agarrar? Pero al final de todo, mi insistencia había sido la ganadora y allí la tenía, acorralada entre mis patas. Una a cada lado de su cuerpo. Mi hocico estaba insistiendo en oler a aquel ser. Mi lengua se salía hacia un costado por todo lo que había corrido, estaba agitado, de eso no había dudas y lo bueno, sería que dormiría plácidamente esa noche. Mostré todos mis dientes y colmillos y empecé a chillar con un suave timbre de dolor. Al parecer el tiempo había pasado, mi cuerpo quería volver a la normalidad, pero mi perro interior aún tenía ganas de seguir oliendo a aquella gata. Empezaba a gruñir en tanto mi cuerpo cambiaba, pero se aún se conservaba en perro, por el simple instinto de querer morder al gato.

-“Od dije que corráis, ahora seréis mi cena, gata!!”

Nuevamente dejé salir un alarido y una pequeña risa socarrona, que se infiltraba en la mente dl ser. Pero seguramente no llegaría a hacerle daño, mi cuerpo empezaba a debilitarse, iba a cambiar a un humano y estaría desnudo. Era un problema, realmente un dilema para mí. Pero no había formas, mis instintos no me permitían salir huyendo de esa situación. Hoy merendaría gato al plato. Utilizaba todas mis fuerzas para mantener mis patas pegadas al piso. Mi hocico se deleitaba en el cuello del gato, lo lamía, lo saboreaba, quería morderlo. Ver aquella cola revoloteando me distraía, me hipnotizaba y con mi pata trasera empecé a buscarla, hasta pisarla sin el debido cuidado, pero con poco peso. Solo para mantener aquella extremidad quieta. Y allí me quedé mirándola, fija a los ojos, sintiendo como la saliva de mí boca se escapaba por el camino de mi lengua.

“Cuando te conviertas, querré comerte aún más. En diferentes formas y varias veces. No lo dudes. En ambos estilos, estás atrapada”

por **Thalie De Rose** Jue Mayo 23, 2013 1:38 am

Otoño y parece ser de lo peor que puede existir, las hojas de los árboles caen muertas y el paisaje se vuelve rojizo con mucha facilidad. En otras circunstancias era probable que me sintiera animada como siempre pero en estas ocasiones me resultaba meramente imposible, tanto me había ocurrió en un lapso relativamente corto de tiempo que aún encontraba complicada la forma de volver a recomponer las partes dañadas de mi ser y no es que sea precisamente complicado poder sanarme a mi misma, si no que hay cosas que uno no se espera y esas son las que más profundo dañan. El que fuera domingo y no debiera asistir al trabajo ese día empeoraba la situación, pues al menos de esa manera era capaz de gastar energías y desligar mi mente un rato de los sucesos que me acontecían.

La luz del exterior se introdujo por una de las ventanas de la casa y mientras observaba como el transcurso de los rayos dibujaba diferentes sombras dependiendo de con que se topara de lo poco que tenía fue cuando decidí que era suficiente… la verdad es que no podía continuar de esa forma y si seguía de esa manera sería menos probable poder dejar todo en el pasado, donde debía estar y siempre estaría de ese momento en adelante.
Finalmente me levante de la silla en la que había permanecido sentada contemplando todo la mayor parte de la tarde; me estire un poco preparando mi cuerpo para convertirme en aquella gata a la que le encantaba salir a pasear y que no dejaría de ser solo por malos acontecimientos. Camine hasta el cuarto donde estaba mi ropa y sacando aquel vestido de mi cuerpo cambie mi forma por aquella con la cual me era sumamente sencillo escapar por la ventana de mi propia casa y una vez que me encontré en libertad avance calladamente por las calles dejando que mi cuerpo solo me guiara a donde le agradara ir en esos momentos.

Acabé entonces después de tiempo andando sin rumbo fijo en las zonas solitarias y alejadas de todo. El lugar era tan calmo que se me antojaba para dormir; lo bueno de ser un animal en momentos como ese es que puedes hacer cuanto te plazca y ante los ojos humanos o de quien pueda juzgar será simplemente un animal siguiendo su instinto.
Buscaba el lugar apto para mi cometido cuando una voz grito en mi mente y el olor de uno de esos babeantes animales come gatos llegó hasta mi y reaccionando desde el lado felino en combinación con algo de temor salí disparada para huir de aquel perro que me perseguía.
"Apartate perro y date por vencido que no será tan sencillo para que puedas atraparme"
Si algo debo agradecer de las malas experiencias vividas los últimos tiempos es que me enseñaron a reaccionar de manera diferente a la usual y por se motivo al perro que me perseguía le era bastante complicado poder alcanzarme; esto cambió claro en el momento en el que sin saber porque acabe acorralada por aquel desagradable animal que me olía con insistencia.
De un instante a otro pude observar sus colmillos y mi pelaje se erizo ante el recuerdo de otro grupo de colmillos, pero a diferencia de aquellos momentos al que estaba frente a mi parecía agotarsele el tiempo en esa forma.
"Vaya, vaya… aún te atreves a amenazar siendo que al parecer ya no puedes mantenerte más en esa forma. Vamos no intentes prolongar lo inevitable que al final terminaras como humano y yo feliz lejos de aquí"
Que se alejara… eso era todo lo que quería.

Quien quiera que fuera aquel cambiaformas era demasiado insistente para mi gusto. A pesar de que su cuerpo intentaba obligarlo a cambiar, él mantenía la forma animal aún dando lengüetazos a cuello gatuno y molesta solté un arañazo a la pata que inmovilizaba mi cola pero que no se movió de su lugar y al moverme pude notar como me miraba… como si fuera comida… que instintos tan básicos tenía ese sujeto, no era nada comparable a Noah que incluso siendo perro era sumamente agradable.
"Eres repugnante, así que anda mejor vete, que sabes muy bien que en forma humana no podrás alcanzarme así que deja de fastidiar"
Intente sacar la cola de debajo de su pata pero al serme imposible mi pelaje se erizo.
Solo debía esperara un poco a que cambiara y entonces me encontraría libre de ese infeliz ser.

por **Keath Roggers** Sáb Mayo 25, 2013 2:59 pm

“Te veo correr y pareces un elástico en el cielo. La fiera más bella de todas, te mueves como el mismo aire, pero soy un perro y nunca me cansaré. El aliento no es algo que me falte.”

Olisquearla era divertido, la gata estaba enojada, se podía sentir y ver en su aura, era una fiera salvaje que no tendría piedad si de rasguñarme se trataba. Pero esas acciones solo hacían que de mi hocico salgan ladridos, enojado y furioso estaba en forma de perro, esos sentimientos de ira repentina hacia los felinos, era algo estrictamente de mi raza y lo sabía. Y por ello me esforzaba en seguir de esa forma o más bien, era mi inconsciente perruno que me obligaba a estar así, pero hacía ya demasiado tiempo que me encontraba como un labrador. Técnicamente, había pasado una hora de que tendría que haber llegado a la casa. Pero no me importaba, cuando me convertía en humano solo tenía que esperar unos quince o veinte minutos para volver a transformarme. Mi fuerza de voluntad era realmente grande cuando se trataba de controlar mi raza. El tiempo había dado sus frutos.
Como fuese, la preciosa gata estaba arañando mi pata y me mandaba mensajes sumamente molestos por medio de la mente y con ello provocó que mi instinto perruno se acentuara más y sin moverme volví a mostrarle los dientes, pero el tiempo corría detrás de mí y sabía que perdería. Estaba transformándome. Con todo lo que me quedaba de perro apoyé mi otra pata en su cuerpo delgado y así con ambas “manos” sobre la gata, dejé que mi parta humana salga, sabiendo que aún como humano, mi peso caería sobre ella, sin dejarla marchar.

“Estas jugando con fuego, aquí mismo te quemarás por que no dejaré que te vayas. Que prefieres, fuego o agua? Eres una gata que merece ser castigada”

Mi pata se convertía en una mano poco a poco, una mano que seguía aplastando la cola peluda. Mi rostro se retorcía, mis patas traseras se alargaban, los pelos se estiraban y se volvían hacia adentro hasta que entre jadeos y pequeños quejidos me tumbé sobre el animal. Sujetándolo fuertemente con la mano, mantenía esa cola agarrada. No se saldría con la suya. No escaparía a pesar de todo lo que me había dicho. Aquel maldito ser que había retrasado mi hora de partida y había provocado que todos mis instintos se pongan en constante alerta. Quería que se transformara. Aunque eso significara que estaríamos ambos desnudos. La verdad era que no me importaba, mi cuerpo no me avergonzaba, solo tenía algo de frío. Me quedé estático jadeando bajo sobre el cuerpo felino. Con las rodillas apoyadas en el suelo, cual animal que aún era. Mis garras se mantenían apretadas y poco a poco, me subí la cabeza a ella.

-No os dejaré ir. Que hace una cambiaformas aquí? Ah! Soy repugnante?! Veremos quien quedará más repugnante cuando os tire a la basura.

Mis ojos verdes, profundos estaban sobre los de ella, aun manteniéndome en la misma posición de antes. Mi torso se acomodaba, se ponía duro, por el frío que recorría mi espalda. Mi mano sobre su pecho se estiraba, para poder agarrar esa especie de cintura del animal, intentando frenar cualquier clase de movimientos por su parte. Seguía mal humorado. Molesto por haber sido perturbado, la gata tendría que encargarse de hacer volver mi humor. Me preguntaba cómo sería. Aquel cuerpo torneado de felina, en que otras cosas se podía convertir. Como fuese me quedé en esa posición, esperaría lo que sea hasta que ella cediera. Negando ante los forcejeos, no permitía que se me resbalara. No era la primera vez que molestaba a un gato. La diferencia estaba en que era la primer cambiaforma que me encontraba de ese estilo. Mi sonrisa se marcaba, mis dientes blancos se dejaban ver y con ello esperaba las reacciones.

“Mi cuerpo desnudo refleja más mi forma animal, que el mismo animal en acción. Soy un perro salvaje, un perro que busca moverle la cola al que sea que pase en su camino. Tú eres alguien?”

por **Thalie De Rose** Vie Mayo 31, 2013 10:28 pm

¿Por qué en los momentos en los que más paz necesitaba, aparecía un perro?, ¿Qué no les bastaba con perseguirme casi diariamente a los normales? Al parecer, no, pues de una manera u otra terminaba perseguida por cambiaformas caninos.
El perro estaba molesto, al menos compartíamos algo en común, eso y al parecer la repulsión natural repentina entre razas animales. Cuando me mostró los dientes a modo de amenaza me esponje; no me gustaba ser amenazada y menos por perros o algo que tuviera que ver con caninos, no después del incidente que había sufrido y si ese perro no quería hacer que me molestara más debía de detenerse.
"Oye, te he dicho que me dejes que no estoy de humor para jueguitos tontos" arañe la pata que estaba ahora sobre mi cuerpo con insistencia, quería que me soltara pero entonces lentamente comenzó a volver a su forma humana y de manera más desesperada de antes arañaba con más fuerza; aquella no era una buena señal y nada bueno podía venir de eso.

Maúlle entonces como gata lastimada cuando el peso del cuerpo humano cayo finalmente sobre mi. Estaba dispuesto a no dejarme marchar y dar toda la batalla que fuera necesaria incluso estando en su forma humana. Intente removerme debajo de su peso, pero era imposible e incluso sentía que si intentaba cambiar a lince en esos momentos la más lastimada sería yo, era un completo tramposo por hacer eso pero ¿Qué se puede esperar de los perros?. Me tenía completamente inmóvil bajo su peso.
Además era un desconsiderado, quedar desnudo de esa manera frente a una mujer; esta bien que yo al igual que él soy una cambiaformas y en muchas ocasiones he terminado así por mero accidente, pero el lo hacía intencional y todo por el simple hecho de tenerme dominada; yo también debía buscar la forma de escapar de él y pronto pues no quería terminar justo igual que él, transformada en humana y justo debajo de él, desnuda.

Tener que estar de esa manera me ponía de peor humor, era como un juguete de un niño pequeño de esos que no dudan en destrozar cualquier cosa que tocan con el fin de descubrir como son por dentro. Me miraba y con esa simple mirada sentía el reto que lanzaba hacía mi, o al menos de esa manera lo sentía yo, aquello era un reto ante el cual yo no cedería hasta que no pudiera más, pero si el podía resistir tanto… yo también resistiría.
Quedando inmóvil debajo de él, esperaba que se enfadara y me dejara ir aunque en el fondo sabía que eso no iba a pasar, no iba a ceder por el simple hecho de mostrar que había ganado; debía buscar alguna forma de hacer que las cosas resultaran más provechosas para mi y entonces la idea vino a mi mente.
Desconozco si fue la peor idea que debía haber tomado pero dadas las circunstancias creo que era lo mejor que podría haber hecho, después de todo era un plan ciertamente brillante a mi modo de ver; cambiaría a humana y en el momento en que se descuidara volvería a mi forma animal y huiría, después de todo él apenas estaba transformado en humano y para volver a ser perro necesitaba algo de descanso y el tiempo que corría era valioso para mi y mi plan.Al menos de esa manera saldría creía, menos lastimada.

Entonces poco a poco la pequeña figura del gato cambió, no sé que fue lo que pensaría él cuando unos momentos antes debajo suyo estaba un simple gato y ahora el cuerpo desnudo de una mujer.
- Bueno, levantate ya, que lo que haga aquí o deje de hacer no es problema tuyo y si eres repugnante - a pesar de ya estar en forma humana me mantenía quieta aún, quería que se levantara de encima mío lo más rápido posible - muevete que me incomodas - dije molesta y después me quede callada de nuevo.

por **Keath Roggers** Mar Jun 04, 2013 1:27 pm

“Aún en estos momentos, te tendré bajo mi dominio. Los perros somos seres felices cuando encontramos quien nos entretenga, pero brutalmente molestos cuando estamos aburridos.”

Aquel cuerpo no paraba de moverse y me volvía loco, lo apretaba con fuerzas cuando se estaba por resbalar de mis brazos y dejaba salir gruñidos en mi forma humana. Era un perro y no había duda alguna de ello. Bruto y torpe, pero no lo hacía intencionalmente, yo solo tenía curiosidad, quería saber cómo era ella. Que hacía en París, por qué estaba en las zonas abandonadas, si sabía de más cambiantes como yo. Me había encontrado lycanes y vampiros en mi vida, pero solo me había encontrado con cambiantes en mi familia, que ahora era solo un recuerdo que solía perturbarme bastante y estaba claro que no quería pensar en ello y lo demostraba olisqueándola un poco. Ella tenía un delicioso y natural aroma al café molido y si hubiese estado como perro no hubiese controlado mi lengua para lamerla un poco.

-Qué haces aquí?! No estoy jugando gata. Parece apropósito que vengas a perturbarme con tu presencia. Ahora como volveré a mi hogar?!

Fruncí el entrecejo y sentí como de repente ella se empezaba a transformar, mis ojos se abrieron y me quede algo perplejo. A ella se le había acabado el tiempo o solo lo hacía de puro placer? Como fuese hacía fuerzas para retenerla, aplastando mi mano sobre su pecho y la otra en lo que era su cola y me quedé observando. Aquel cuerpo se alargaba, se torneaba y de repente sentí debajo de mi mano algo aún más suave que su pelaje, más pequeño de lo normal para ser su vientre y me quedé pestañeando, apretando un poco más aquel lugar que pronto noté que era uno de sus senos y me quedé sonrojado y quieto. Tenía aquel busto ajeno en una de mis manos? Y la otra? La otra estaba sujetando uno de sus brazos y pude suspirar tranquilo, ningún lugar perturbador. Pero aquel cuerpo era hermoso, me quedaba perdido en él y de repente algo mas llamó mi atención y eran unos ojos profundos, oscuros y un cabello rubio, una melena que caía a los costados y una mueca de desagrado que se notaba en su rostro. Pero yo estaba contento, como perro que encontraba su amo, moví la cola que no tenía y sonreí.

-No me quiero mover! Te me estas proponiendo? Desnudándote de esta forma ante mí! Me quieres pagar haberme molestado con esto? Tendréis que esforzaros más, quizá diciéndome vuestro nombre lo pueda pensar… Soy… Soy Keath!

Mi mano en su busto no se corría y solo decidí correrla, cuando me quedé fijo en sus ojos. Solo en ese momento dejé mi otra mano sobre su otro brazo y dejé caer todo mi cuerpo en sus piernas, frenando cualquier patada que quisiera darme. Usualmente las mujeres se jactaban en golpear mis partes privadas y la verdad no tenía ganas de irme rengueando hacia mi pequeña casa. Pero estaba emocionado. Todas las cambia forma felinas eran así de hermosas? Era la primera que conocía pero ya me había emocionado por conocer más! La sensación de diversión en mis labios se fue evaporando al recordar a mi antigua novia y con ello un poco de tristeza se cruzó en mí mirar. Pero había un sonido que me despistaba. De repente el habla de un animal llegaba a mí como signo de peligro y sujeté con fuerzas a la gata entre mis brazos, arrastrándola hasta un rincón. Apoyando una mano sobre sus labios, con fuerzas, apretaba para que ningún sonido salga. Había pasos cerca, un cazador, un inquisidor… No tenía idea, pero había un peligro cerca y ver a un hombre y una mujer desnudos en medio de la nada no era buena señal para nadie.

-Shh… Se acerca peligro… Los pájaros avisan...

Murmuré en su oreja, mirándola con los intensos ojos verdes a los suyos oscuros y profundos, pero no podía volver a perderme, o se me aflojarían los brazos y la gata se podría soltar, estaba seguro de que si ella lo intentaba podía salirse de mis brazos y por ello abracé un poco su piernas con las mías, era algo perturbante tener aquel hermoso cuerpo debajo del mío y no excitarme. Por suerte no estábamos en esas épocas en las cuales quería darle hasta a las cortinas de la habitación. Eran esos los momentos en los que me arrepentía de ser un perro en cualquier de mis formas.

“Juguemos, tu eres el amo y yo soy la mascota, cumpliré tus deseos mientras me hagas feliz.”

por **Thalie De Rose** Lun Jun 10, 2013 11:13 pm

Molesto, molesto… mil veces molesto era ese perro con forma de hombre. Habría dado igual que se quedara como animal pues me atrevía a pensar que en esa forma era mucho menos irritante que ahora, de hecho pensaba que escapar del animal me hubiera resultado mucho más sencillo que de aquel hombre que me apretujaba de una forma y otra contra él para impedir mi escape.
Que poco tacto para con un animal tan "delicado" como yo, por instantes incluso se notaba desesperado por realmente inspeccionarme toda, ¿Qué no sabía tratar a cambiaformas felinos?

Ya siendo humana y antes de responder de nuevo a cualquiera de sus preguntas suspire, restando importancia al hecho de que una de sus manos estaba sobre uno de mis senos, no podía alterarme ya que en parte era mi culpa, pues nadie me llevo a cambiar en un momento tan complicado como aquel. Sentía las mejillas calientes y su mirada enfocada solo en la mía no me ayudaba para nada; ladee el rostro evitando verle, si continuaba mirando me pondría más nerviosa y entonces no evitaría que eso se notara.
- Yo tampoco estaba jugando perro y vine solo a pasear no a perturbarte con mi presencia, además que estaba muy tranquila hasta que apareciste para corretearme - me reí y solo entonces volví a mirarlo - no sé como volverás y ese no es mi problema, arreglatelas por tu cuenta - ya bastante tenía con mis asuntos como para pensar en los de otros sobre todo con problemas de desconocidos - y podrías quitar tu mano - le dije esperando que la moviera al instante pero no fue así, en respuesta a mi petición solo recibí una sonrisa… por lo menos el torpe perro poseía una linda sonrisa.

- ¿Proponiendo? - me tense bajo su peso y sus manos - por supuesto que no, tu fuiste el primero que apareció desnudo aquí y… anda muevete… - moví el brazo que me sujetaba sin lograr liberarme. Le miraba molesta y ante mi, su expresión se veía cada vez más gozosa - no quiero pagarte nada, no interpretes mis acciones a tu gusto - cerré los ojos y suspire. Al parecer no saldría ganadora si no jugaba a su modo.
- Yo soy Camila - de un instante a otro la mano que invadía zonas sensibles de mi anatomía se movió y sin pensarlo mucho sonreí, no a él, si no a mi misma puesto que era capaz de lentamente liberarme de las garras de ese sujeto y realmente creí estar logrando algo hasta el punto en que mayor peso ajeno cayo en mis piernas.
No sabía si intentaba retenerme más o esa era muestra de que se estaba relajando lentamente… sinceramente esperaba que fuera la segunda opción, pero si se relajaba más, sabía que la cercanía de nuestros cuerpos aumentaría al igual que mi tensión al sentirlo más cerca de mi.

Estaba tan enfocada en quedarme quieta que no fui capaz de percatarme de lo que comenzaba a acontecer en nuestro entorno; hasta que algo bruscamente fui arrastrada a un rincón, callada por la fuerza por su mano, y fue entonces cuando el sonido de pasos llego hasta mis oídos; ya no estábamos solos y no sabíamos quién o qué era nuestro nuevo acompañante. Maldije para mis adentros pues por haberme perdido en algo sin sentido real, ahora podíamos estar en peligro ambos.

Lo mire interrogante buscando en sus ojos verdes alguna idea de que hacer mientras sus piernas inmovilizaban las mías. Con calma y lentitud, sin hacer nada brusco que pudiera llamar la atención moví una de mis manos para tomar la suya y alejarla de mis labios; acerque mi cuerpo a él para poder susurrarle.
- ¿Puedes cambiar ya? - esperaba que fuera de esa manera pues así podríamos irnos ambos, huir de ahí pero si no… - o… ¿Qué haremos? - por mas que antes esperara huir en momentos como aquel debíamos estar unidos, en lugar de estar discutiendo como antes… al menos eso era lo que yo pensaba.

Los pasos se acercaban cada vez más y alejando un poco de su oído para mirarlo actúe de manera instintiva, guiada por la mera creencia de que con lo que haría lograríamos si no ganar algo de tiempo, engañar a quien quiera que nos viera. Me moví de tal forma que logre quedara debajo de mi. ¿Qué podían hacer dos personas desnudas en una zona como aquella? Eran sobrenaturales o…
- Más te vale que no te emociones por esto perro … - y sin dar oportunidad a pregunta alguna lo bese, al menos al hacer semejante cosa creía que quien nos viera pensaría todo menos que éramos cambiaformas.
No negare que el cambio de situación me agradaba, solo un poco, y que ahora que estaba sobre él fue finalmente como pude notar con el contacto de mis manos con su torso que su cuerpo se sentía firme y sus músculos se marcaban; ¿Cómo podía estar pensando en semejante tontería cuando corríamos peligro? Bueno, digamos que hay ocasiones en las que simplemente me gana mi parte felina y caprichosa y al parecer a esa parte le gustaba demasiado todo eso.

por **Keath Roggers** Miér Jun 12, 2013 8:11 pm

“La suave seda no se compara con tu piel. Exquisita es la textura que encuentro en las yemas de mis dedos. Delicada carne que espera ser devorada por un animal salvaje, un hombre salvaje. Desesperado por tu aroma a miel, me veo enredado en tu flor”

Un jadeo tintineó en mis labios cuando aquella textura se acentuó en mi palma. Soltarla? Eso no era algo que mi cuerpo estaba dispuesto a hacer, todo lo contrario, en ese momento mis sentidos estaban cegados por la escultura que tenía debajo de mí. Pero como podía hacer para intentar calmar aquellos instintos que me estaban diciendo “tómala, es tuya, puedes comerla si ella se interpuso en tu camino”? La única salida que tenía era que un factor externo me saque de atmósfera y eso fue lo que la presencia de un humano en los alrededores hizo. La mantenía pegada, callada contra mí, pero la gata no parecía ser fácil de dominar, se movía como arena entre mis dedos y cuando menos lo noté había pasado por todo mi cuerpo y se apoyaba sobre mis caderas, desnuda, con aquellos pechos pequeños pero redondeados y bien posicionados frente a mí. Me estaba acosando? Quería ser aplastada? Como fuese sus palabras acidas no habían podido contra mi atención a su cuerpo y mi sonrisa que no se detenía, tan marcada y blanca que parecía un farol en medio de la noche.

-Que me las arregle solo? Gata malvada… me quieres provocar y salir huyendo? No te será tan fácil, soy muy constante, no me detendré hasta tener lo que quiero~ Ah! Que hacéis… Yah… Ahh…

Le decía, antes de captar los pasos, cuando ella aún forcejeaba por querer escapar de mis garras. Pero todo dio un enorme giro cuando nos encontramos en problemas. Estábamos tan pero tan cerca que mis mejillas se tornaron terriblemente rosadas. Mordía mi labio interior en tanto la sujetaba, como una pluma estaba sobre mis caderas, ambos completamente desnudos, sentía su piel sensible en mí y casi no podía aguantarlo. Más que actuación sería la vil verdad. Pues de repente aquella curvatura rosada de sus labios se vio pegada en los míos y como carne recién cocinada me abalancé a ella, con una necesidad completamente animal. Que no me emocionara?! A quien se pensaba que le estaba hablando? No pude hacer nada! Mi voluntad era como ceniza, mis hormonas actuaban por si solas y con descaro mi lengua se paseó en su cavidad, succionando aquella lengua felina y delicada, mordiéndola, buscando sacarle un jadeo. Entre más real mejor, no? Entendía que era lo que quería hacer, pero no estaba en condiciones de negarme o hacer algo para cambiarlo. Simplemente proseguí hasta que los sonidos se me nublaron y siquiera me jacté de los pasos tan cercanos a nosotros. Estaba prácticamente al lado y solo el grito de un pájaro me hizo soltarle los labios, dejándoselos rojos y algo dañados por la brusquedad de mis actos.

-Ah… Camila, ya me habéis emocionado, a donde y a que hora vais por el pan? Os acompaño todas las mañanas, si?

La sujeté con ganas por las caderas y la apreté más contra mí, riendo entre dientes, pasando las yemas de mis dedos por su espalda, la verdad no podía controlar mi fuerza nunca y solo me percataría de que le estaba haciendo daño si algún quejido salía de su boca. De ser así retiraría mis dedos, que sin duda alguna estaban estampados contra los costadas de su columna, yendo hacia abajo y hacia arriba y luego pasando la mano entera por parte de sus glúteos. No había dudas que me estaba aprovechando de la situación, como podía evitar tocar ese manjar que tenía frente a mí? Es como la carne con la que me alimentan, apenas la veo ya está en mi estómago. Pues lo siento no es mi culpa. La miré y sonreí más, casi abrazándola como quien encuentra su hueso preferido. Lamiendo algún pedazo de su piel, por lo que era su torso o pecho, símbolo de que me agradaba, aun siendo una gatita roñosa.

-Creo… shh… Se aleja… Ahora que haréis? Podemos seguir? Mmmm~~

Mis ojos brillaban cuando esas manos se sintieron en mi pecho, sabía que estaba en forma. Corría, saltaba y andaba todos los días, era imposible que mi físico no estuviese bien, así que lo endurecí para que ella pudiese apreciar más la vista y levanté las cejas de forma pervertida, en tanto la risa salía de mis labios. Como fuese habíamos ahuyentado a esa persona y ahora simplemente nos encontrábamos en una posición aún más comprometedora que antes.

“Te daré caza con tal de tenerte en mi regazo. A los gatos le gustan las ratas, los peces y los ovillos de lana?”

por **Thalie De Rose** Dom Jun 16, 2013 6:25 pm

Claro que lo que quería era huir de él, en cuanto más rápido pasara todo sería mucho mejor. El tiempo pasaba lento y quería que se cansara, se molestara o algo que me dejara partir para no verle nunca más, despedirme de aquel perro llamado Keath y pedir porque nuestros caminos no vivieran a toparse o al menos no como ahora. Sé que en parte es algo natural que los cambiaformas anduviéramos desnudos, más con todas las experiencias que me habían pasado ya pero en ningún momento había sido observada de aquella manera y nadie había sido tan insistente al grado de comenzar a ponerme nerviosa.
- Pues si no es mi problema que estés perdido y no te estoy provocando, lo ultimo que quiero es tenerte siguiendo mis pasos de nuevo aunque igual y si te comportas te mostrare el camino de regreso pero solo eso - eso sonaba a ser entrenadora del perro y no pude evitar soltar una risita ante ese pensamiento, aquel que las palabras de él y los pasos cercanos a nosotros habían desviado mi atención para dejar en mi solo la opción de besarlo.

Sus manos estaban sobre mis caderas y todas las partes disponibles de mi cuerpo para ellas; ¿Cómo concentrarme en los pasos cuando eso sucedía? me esforzaba por solo escuchar los pasos y no concentrarme en sus labios o sus manos. Intentaba que fuera un beso lo más inocente posible pero sus intenciones estaban muy lejanas de las mías, quizás en el fondo quería lograr lo mismo que yo, pero no parecía nada de eso cuando su lengua invadía mi boca y jugaba con mis labios; mi cuerpo se tenso apenas unos segundos para después relajarse y olvidar por completo los pasos; el calor de su cuerpo se sentía cómodo, él en general parecía ser un excelente lugar para que un cambiaformas felino como yo terminara durmiendo. Keath a pesar de la tosquedad de sus actos transmitía seguridad y eso era muy agradable para mi, en especial después de todo lo que había atravesado en esos tiempos.

No estaba segura de que era exactamente lo que había pasado tan cerca de nosotros, porque solo el pájaro que nos avisaba de que estábamos en el bosque provoco que aquel beso se detuviera y me lamí los labios demasiado usados por aquel perro.
- Te dije que no te emocionaras Keath, eres un perro aprovechado yo que pensé que era lo mejor para que se alejara quien quiera que venia y tu te aprovechas de la situación - las cosas no habían sido tan desagradables como pensé, pero tampoco tenía derecho a hacer lo que se le viniera en gana - A que hora y a donde voy por lo que vaya no te interesa, así que mejor te metes en tus asuntos y te acompañas a ti mismo lejos de mi - eso lo dije sin muchas ganas de decirlo porque era agradable en el fondo, cuando no hacía cosas tan impulsivas y decía tonterías. Los pasos ya se escuchaban más lejanos y entonces era el momento de que esa farsa terminara antes de que otra cosa pasara.

Intente levantarme pero entonces sus manos volvían a tomarme de las caderas y a impedir que pudiera levantarme.
- ¡Hey, dejame! - sus manos de nuevo recorrían mi cuerpo y comencé a moverme para levantarme y alejarme de él pero me resultaba imposible - detente, que no me gusta que hagas eso, te aprovechas de mi perro, así que vamos dejame de una vez - sonreía como quien tiene algo que quiere y no paraba de mirarme como si fuese yo un ser demasiado exótico y nunca jamás encontrado - no me lamas Keath, que eso parece que es como si fuera a darte algo de comer o algo por el estilo - ¿Por qué a los perros les daba por babear todo? no podían simplemente estar tranquilos en un solo sitio sin hacer cosas como esa - si ya se que se aleja - respondí molesta - y no, no seguiremos; de hecho ahora quiero irme a casa - Seguir… que era lo que esperaba que siguiéramos si todo aquello solo había sido para que se alejaran de nosotros y nada más que eso; a pesar de que su cuerpo se sintiera tan cálido y cómodo.

Suspire, todo el asunto de este encuentro comenzaba a ser cansado. No deseaba seguir discutiendo con alguien como él.
- Vamos que es hora de que me vaya a casa y si quieres que te guíe de regreso entonces deberás hacer lo que te digo - eso era lo único que se me ocurría para crear un trato entre nosotros - o ¿No quieres volver? - hable sería y mirando a sus ojos - te acompañare hasta donde reconozcas y puedas ir a tu casa y así ambos felices… ¿Trato? - sonreí, acercando más mi rostro al suyo y contemplando sus ojos.

por **Keath Roggers** Sáb Jun 22, 2013 2:25 pm

“Entréname, tira el hueso para que vaya en busca de él, yo lo traeré para ti las veces que creas necesarias. Toca mi pecho suavemente, déjame alimentarme de ti. Se mi ama y yo tu dulce mascota, prometo que no te podrás olvidar de mi”

Sus palabras me hacían reír, así que ella me mostraría el camino a casa? Ciertamente los perros pocas veces nos podíamos perder, nuestro olfato es algo maravilloso, nos lleva a los lugares indicados cuando eso necesitamos. Pero en ese caso… En este caso puntual, estaba buscando perderme en ella, dejar que todos mis sentidos se vayan a aquella pequeña y hermosa gata que mantenía entre brazos. Su piel tan sedosa, quería lamerla como a un hueso. Tenerla entre mis patas mientras lamía su pelaje una y otra y otra vez. Mi lengua se escapó de mi cavidad cuando esos pensamientos hicieron hincapié en mi cabeza y quedé mirándola con los ojos verdes bien abiertos, como si no entendiera, moviendo la cabeza a un lado y al otro. En realidad, me hacía un poco el tonto. Y proseguía a lametear sus cerezas rosadas, estirándolas en lo que volvía a succionar su lengua y labios. Era un beso tosco, que me ensuciaba de saliva el mentón y con ambas manos le capturaba la cintura entre mis brazos, utilizando toda mi fuerza de voluntad para no romperla en pedazos, pues seguro que podría romperle algún hueso de propasarme de energía. Tan suave, tan limpia, olía hermoso, todos mis sentidos estaban atrofiados por la felina y yo simplemente no me podía controlar y tampoco quería.

—Ralf~ Rrgg~~ Aprovecharme, tú te aprovechas de mis pobres instintos… Ahora quiero terminar lo empezado~ Umg~ snif snif… Rico~— Olisqueaba su cuello, lo lamía y me iba a su oreja, metiendo la nariz allí dentro oliendo con ganas, dejando que escuche como su olor pasaba por mis fosas nasales y luego metía la lengua allí dentro, buscando escarbar en aquella orejita, abrazándola como si ella fuese un rico hueso, sujetándola con las piernas también. No quería dejarla escapar, reía divertido, pues entendía que la situación era entre humanos, pero me sentía perruno aún, quizá era porque hacía nada que me había transformado, pero luego de terminar de bañarla en saliva me separé y me relamí los labios, abriendo los ojos como perro que está siendo regañado y dejé salir un bufido un tanto tierno de mi boca. La escuché, me concentré todo lo que pude, mirándola fijamente y cuando termino la primera frase, pasé toda mi lengua por su rostro y volví a separarme, sonriendo como quien ha hecho algo bueno. — Lo último que recuerdo es mi cama, me llevas a ella? Ah! Ñam ñam… Que comiste últimamente? — Pregunté saboreando mi boca, pestañeando, que era lo que degustaba? No sabía, pero tosí un poco y me froté la boca con el dorso de la mano, permitiendo que la gatuna se pueda separar de mí.

—Ahrr…~ No te vayas a casa… Te encontraré si te vas. Camila… Camila~ Cami cami cami… Ven chiquitita!— La llamaba como solía escuchar que los humanos buscaban a los animales y estallaba en risas, terminando al fin por dejar que no separemos, aunque mi cuerpo quería aquel calor nuevamente en su pecho. Me miré y me sacudí por todos lados, transformándome en ese momento nuevamente en un labrador que se seguía sacudiendo y saltaba a apoyar ambas patas sobre el cuerpo de ella, moviendo un poquito las garras, pero sin lastimarla, pidiendo ser acariciado, sacando la lengua, moviendo mi cola rápidamente de lo contento que me encontraba. Ella era hermosa, divertida, olía muy bien. Era todo lo que necesitaba. Claro estaba en que yo no necesitaba demasiado para ser feliz. Era un perro. —Rolf!! Rrrrgg… Rrrrrggg… Ralf?— Le hablaba moviendo mi cabeza de un lado al otro—“Por dónde vamos?! Dímelo! Rápido! Si?”— Esa era la traducción de mis palabras que al instante de decirlas me volteaba y movía la cola, para verla, buscando el lugar a donde ir, rasguñando con mis patas el suelo mientras mi lengua seguía a un lado, dejándose ver, que probablemente podría llegar al piso. Estaba ansioso, quería verla nuevamente como una gatita, olisquearle la cola un poco más. Estaba claro que no olvidaría su olor e iría a su búsqueda lo antes posible. No era una persona olvidadiza y era muy impaciente, por lo que a más tardar mañana estaría hurgando en donde sea que estuviera.

—“Vamos Camila, guíame, dime por donde voy! Por aquí? Por allá? Quizá arriba tuyo otra vez?” — Todo lo que decía salía en forma de pequeños ladridos mientras la miraba, sentándome un momento pues sentía una picazón en mi parte baja y de ese modo me acomodé para lamerme entre las piernas y rápidamente volví a levantarme. Tenía muchas energías, claro, cuando no? Siquiera cuando estaba enfermo dejaba de moverme. Di un par de saltitos más y al fin me senté en mis patas traseras, esperando educadamente a que ella termine de transformarse y me lleve al lugar acordado, que si mal no recordaba era mi cama.

“Déjame mostrarte las cosas más hermosas de la vida. La belleza de la sencillez que nos rodea. Notarás que no todo es complicado en el mundo conmigo a tu lado”

por **Thalie De Rose** Mar Jul 09, 2013 7:21 pm

Sin darme cuenta y aunque me dijera que estaba molesta o me hiciera la molesta, la verdad es que no lo estaba. Por primera vez desde que las desgracias habían caído sobre mi, me sentía con un poco más de animo para hacer cualquier cosa, aunque eso incluyera claro pelear con un perro imprudente. De haber tenido más confianza en él o si fuera alguien que conocía de tiempo atrás, le hubiera expresado lo agradecida que me encontraba por lo que sin darse cuenta estaba haciendo por mi; pero las cosas no eran así y el no dejaba de ser más que un cambiaformas llamado Keath.
No comprendía si lo que pasaba es que él se hacía el tonto o de verdad lo era como para que no entendiera que era lo que le estaba diciendo que dejara de hacer, sin mencionar que tampoco me dejaba escapar. Por un momento me imagine a los cachorros de cualquier animal que les eran entregados a los niños pequeños y ricos, ellos debían de sentirse tan explotados o maltratados como yo en esos momentos.
- ¿Qué? yo no me aprovecho de ti - me removí para evitar que siguiera olisqueando cada parte de mi cuerpo que quedaba cerca de su rostro - no hemos empezado nada, así que calmado… - una especie de ronroneo extraño salió de mis labios cuando su lengua cruzo mi cuello y después lamió mi cara - basta… - afortunadamente se detuvo justo después de aquello y al mirarle estaba segura de que mi rostro estaba completamente sonrojado, igual fingí que nada había pasado y que mis mejillas no lucían como si en algún momento fueran a revéntar.

- ¿Tú cama?, estas de broma verdad porque es imposible que te lleve a ese lugar - enarque la ceja y le mire seria, pero en cuanto pregunto sobre que había comido y se distrajo me escabullí de su brazo y piernas, alejando finalmente de su cuerpo para quedar de pie, lo suficientemente lejos de su alcance como para mantenerme a salvo - Yo no recuerdo que he comido - quizás ante esa respuesta pensara que le mentía, pero esa era la verdad. Tan sumida había estado en mi tristeza y preocupaciones que no era capaz de recordar ahora que lo intentaba, lo que antes había comido.
Observe a nuestro alrededor cuando su voz me llamó, sonaba justo como la gente que intentaba acariciarme o provocar la tentación de acercarme a ellos cuando era una gata; a diferencia de esa gente, él me llamaba por mi nombre. Comencé a reír en cuanto le mire, si tan solo él hubiera visto su expresión al llamarme estaba segura de que también se hubiese reído - Claro que no iré - desvíe de nueva cuenta mi mirada mientras detenía mi risa.

Estaba a punto de observarle de nuevo cuando las patas de un perro se posaron cuidadosamente en mi cuerpo y los ladridos llenaron de nuevo el ambiente, pero estos eran muy diferentes a los primeros que había oído de su parte.
- Así que ya puedes transformarte - sonreí - me alegro de eso porque no podíamos seguir desnudos y caminar como si nada pasara - me incline un poco para que bajara sus patas de mi cuerpo y pegue mi frente a su cabeza perruna al tiempo que le acariciaba a los costados de esta - Definitivamente es mejor cuando no parece que quieres devorarme.
Terminando de hacer eso, volvía a incorporarme completamente para esta vez cambiar a mi figura de lince pues de esa forma llegaríamos más rápido y con menos inconvenientes que si aparecían dos personas desnudas de la nada.
"No seas tan desesperado" me senté apenas unos momentos "¿Por qué tienes tanta energía? pareces un perro completo cuando estas de esa manera y no, no te quiero encima mío de nuevo que eso es lo que nos trajo aquí en primer lugar" mirarlo hacer todo esa clase de cosas era entretenido, hasta que hacia algo sumamente inapropiado para la vista de cualquiera y más para la vista de quienes sabíamos que no era solamente un animal cumpliendo sus caprichos.

"Bueno pues vayamos entonces" me levante con calma "que no quiero que te pierdas y entonces digas que es mi culpa, no puedo cargar con el remordimiento de que algo te pase por perderte" con paso suave comencé a caminar, volviendo sobre el rastro que nos había llevado a ese lugar en primera instancia "y por favor no te alejes mucho que no quiero tener que andar buscandote, esta claro Keath" aumente un poco el ritmo pues ya había comprobado que era perfectamente capaz de seguirme en cualquier circunstancia "Por cierto, ¿Hay algún lugar definitivo al que nos dirijamos?" preguntaba eso no porque deseara saber en donde es que vivía, si no que de esa manera encontraría la forma de ubicarme más fácilmente y saber que camino seguir.

por **Keath Roggers** Sáb Jul 20, 2013 1:20 pm

“Desde el momento en que te cruzaste en mi camino hemos empezado algo. Nótalo! Mis dientes poderosos, mi mirada de telarañas, mi voz y mi cuerpo, no te dejarán escapar. Porque puedo ser muy insistente cuando me lo propongo…”

Aquel ronroneo ajeno erizó todo el vello de mi cuerpo y de solo recordarlo me excitaba lujuriosamente. Pero intenté controlarme, como pocas veces podía, tragué aire y saliva y la miré de reojo, inflando mis mejillas cuando ella se dignaba a moverse y escaparse de mis garras. Sus mejillas me recordaban a las manzanas que caían de los arboles cuando yo empezaba a empujarlos con mis patas. Tan redondas y rojas, morderlas sería pecado, un pecado sumamente delicioso. — Ya paré~ Al lado de mi cama? En el sillón! — Asentía y declaraba entre jugueteos, ladeando la cabeza en tanto la escuchaba, asimismo esperaba unos momentos para convertirme y al final luego de pequeñas risas que salieron estridentes de mi boca y milagrosamente, de la suya, nos dispusimos a irnos, convertidos en nuestros respectivos animales.

El hecho de recordar que ella no sabía que había comido me sorprendía, las personas decían que los felinos tenían una gran capacidad de memorizar las cosas y que por ello nunca se perdían en ningún lugar, me daba un tanto de envidia aquel poder de orientación que habían generado. Y por ello me preguntaba si ella había estado distraída o triste y desorientada y el claro, el porqué de ello. Pero esos pensamientos de preocupación se habían esfumado cuando la risa ajena había alumbrado el ambiente, era una hermosa risa, suave, algo aguda, pero no lo suficiente para molestarme. Sus dientes estaban perfectamente moldeados y las ganas de volver a besarla eran un pecado completo. La miré en mi forma perruna y volví a ladrarle. Como cuando quiero que me tiren un palo para ir a correrlo. De esa forma animada con la que me caracterizo. Sentir su rostro cerca del mío era encantador, de esa forma me gustaba más que obligándola. Y le lamí el rostro un poco, como para no perder la costumbre. Una lástima que al verla convertida en lince un gruñido saliera de mi boca. Pero al instante moví la cola de un lado al otro, ladrándole apenas. Se veía más imponente con esa figura.

“Me pica, porque no mejor me lames tú?” Le dije por medio de la mente de forma pervertida y me reí en pensamientos moviendo la colita para seguir el camino que ella indicaba, yendo a saltos firmes y largos, aun siendo un perro podía correr tanto y más que un lobo, mis características físicas humanas daban alusión a lo mucho que me “entrenaba”. Aunque para mí, era simplemente pura diversión. Apenas doblaba yo también lo hacía, era un excelente corredor y más aún si había un felino frente a mí, eso me aumentaba las energías. “Vivo en el centro de París, cerca del circo gitano. Reconocerás la casa, está en la esquina, justo al lado de un restaurante.” En realidad no es que quisiera llevarla allí, mi casa era muy normal, de tres ambientes medianos, con un pequeño patio que estaba en la parte trasera de la casa. Baño, cocina y habitación, era todo lo que necesitaba, aún si podía llegar a mudarme a algún otro lugar con el dinero que ganaba no me interesaba hacerlo. Pues la casa se usaba solo para dormir en las tardes o en las madrugadas.

“Intentaré perderme para que salgas a buscarme, será entretenido verte por detrás buscándome. Camila~ Tengo un par de ratas en mi casa y puedo comprarte un pescado~” Jugué, invitándola a pasar, tenía un pequeño trecho para convencerla de que pase e insistir. Aunque si no lo aceptaba, yo la encontraría, no tenía dudas, mi olfato nunca me fallaba y el aroma de ella era lo suficientemente encantador como para distinguirlo hasta dentro de una casa de perfumería. “Y por qué no me llevas a vuestra casa? Wolff~” Y un pequeño ladrido resonó juguetón de mi hocico, mirando alrededor. Ya estábamos en la entrada de la ciudad, tendríamos que escondernos un poco, a menos que la muchacha cambie a gato, ya que un lince causaría un poco de pánico en medio de la ciudad y no tenía ganas de correr de los policías. Aparte, ver a un gato siendo perseguido por un perro no era nada fuera de lo común. “Cambiaréis a gato de casa? O mejor tomamos un atajo?” Me anuncié en tanto hacía el paso un poco más lento, debíamos decidirlo antes de que nos encontráramos con un gran número de personas a nuestro alrededor y esas mujeres de vestidos pomposos que siempre me chocaban y me hacían estornudar por sus perfumes.

“Dame un poco más de tiempo y te demostraré todo lo que puedo darte, me niego a sacarte una sonrisa al revés. Te mereces felicidad eterna”

por **Thalie De Rose** Dom Jul 28, 2013 11:51 pm

"¿Lamerte?, no voy a hacer algo así" increíble que siguiera con esa clase de cosas, pero al parecer esa era parte de su personalidad y debía de ser parte del encanto que poseía. Al pensar en eso mi mente se fue, me distraje sin detener mi andar, pensando en la clase de cosas que hacía y a que tipo de mujeres podía atraer con esa forma tan energética y explosiva de ser… la respuesta que pude darme a mi misma fue que a muchas, y de alguna manera extraña sentí que no me agradaba; podía hasta jurar que mi lomo se erizo ante la idea de un montón de mujeres detrás de él. No había nado extraño en eso ¿verdad? era solo la repulsión a la idea de que alguna mujer pudiera sucumbir a él… a su aroma, a sus ojos, a su sonrisa… el calor que despedia su cuerpo...

La carrera que llevaba no la había detenido en ningún momento pero mis pensamientos volvieron a estar en donde debían cuando la voz de Keath interrumpió, indicando finalmente el lugar en donde vivía, cerca del circo gitano.
"Vaya, debe ser divertido vivir cerca de un circo. Supongo que puedes salir bastante en tu figura de perro y divertirte con los niños o con la gente" Por primera vez desde que había hablado de su casa, tenía ganas de ir hasta ella y saber como era y donde era exactamente que estaba ubicada; no es que me interesara realmente saberlo, solo era… mera curiosidad y mucho más porque quería ver el circo.

No sabía exactamente que era lo que estaba sucediendo conmigo pero repentinamente tenía unas ganas tremendas de pegarme al perro cual fiel gato, como pocas veces lo había hecho con otras personas. Quizás fuera lo que fuera que había comido en la mañana junto con la carrera y las cosas que habían pasado me enfermaban y por eso quería actuar de esa manera. Explicación más lógica que esa era imposible que encontrara así que quería quedarme con esa idea… estaba enfermando.

Mostré los dientes ante su idea loca de perderse para que le siguiera, es que era tan divertido tener a alguien como yo al lado para llevarle a hacer semejante barbaridad.
"Te atreves a hacerlo y entonces dejare que te vayas solo… perderse de manera intencional no cuenta como perderte, Keath" si invitación a las ratas me pareció graciosa, es que vaya que era divertido perseguir roedores pero solo durante un rato; aunque no pude evitar que una de mis orejas se moviera al escuchar la palabra pescado y me reprendí a mi misma por eso. Estaba enfermando pero aun así la idea de comer pescado me resultaba irresistible "lo siento" respondí con un gran remordimiento por rechazar el pescado o ¿su compañía? "pero tengo otras cosas que hacer como para detenerme a comer pescado"

Estábamos cerca de la entrada a las calles y caminamos más lento hasta que finalmente nos detuvimos, no era conveniente que entrara en forma de lince pues nos perseguirían.
"Mi casa no es nada interesante, además que ya te dije tengo cosas que hacer así que te acompañare a casa y entonces me iré a lo que debo" me senté frente al perro y con una de mis patas le di un golpe despacio cerca del hocico "Claro que cambiare a gato, aunque tomáramos atajos sería posible que nos vieran y lo mejor es prevenir problemas ¿no crees?" y una vez más cambie mi figura por la de una simple gata domestica "Ahora… ¿Cuál es el plan? Corro hasta el circo siendo perseguida por ti o… ¿me cargas en el hocico como si me hubieras atrapado?" No sabía cual de las dos ideas que había dado era peor, pero alguna forma debíamos encontrar para poder llegar a nuestro destino.

Mientras esperaba que respondiera y sin aviso, nuevamente tuve las ganas de pegarme a él, como si quisiera llevar parte del perro para el trayecto o para la despedida. Seguía siendo sumamente extraño, pero esta vez no podía evitarlo, así que volví a levantarme y acercando mi cuerpo felino más a él, pegue mi cabeza al costado de la suya y me deslice un poco ronroneando. Parte de mi estaba encantada y otra parte me reprendía… ¿Qué se suponía que hacía?.
"Lo siento… no pude resistir la tentación de hacerlo" eso fue lo único que pude decir antes de cambiar de manera drástica el tema "Entonces… ¿Qué hacemos?"

por **Keath Roggers** Miér Ago 07, 2013 12:42 am

“Encuentro la tranquilidad en tu suave y dulce pelaje. Un hermoso canto en los ronroneos débiles que se hacen presentes por todo el alrededor cuando desprendes sinfonías de pasión. Me atrapas con solo una mirada, ojos felinos que rasguñan mi andar.”

La risa era insaciable e incansable en mí, me movía con la destreza suficiente para estar a unos pocos pasos de ella, en tanto le miraba el pelaje. Había visto alguna vez algo más bello y brilloso que eso? En realidad pensaba que no. No era posible, aunque el recuerdo de lejanos tiempos me decía que una semejante me había embobado también, aunque más que eso, me había enamorado perdidamente. En ese instante es en el que me perdí en el espacio y quise hacerme uno con la fuerza del cosmos. ¡Que me trague la tierra! Pensaba por el siempre hecho de recordar aquella mujer que con su pelaje también me había cautivado. Mi mente divagaba por el pasado y las espinas se clavaban en mi pecho, hasta que el dulce hablar de la felina me empujó de un golpe a la realidad y mi cola se movió tan, pero tan rápido que pensé que saldría volando hasta quedar sobre el lomo ajeno. “Si! Los niños, algunas veces tiran de mi cola… De mis orejas y hasta de mis patas, pero me agradan!! Mmm…En el circo gitano hay algunos cambiantes que olvidaron como volver a sus cuerpos normales! Así que no me acerco demasiado, es divertido solo de lejos. Pero cuando los gitanos de “mentira”, que solo quieren ganar francos, notan algún ser sobre natural… Se los quieren quedar!!” Me quejaba molesto en tanto fruncía el entrecejo. Los gitanos verdaderos, en realidad eran muy buenos, hasta me alimentaban algunas veces, pero los otros, me daban realmente bastante miedo, el solo hecho de imaginarme encerrado entre jaulas me atormentaba completamente.

¿Me estaban rechazando o era solo idea mía? Dejé salir un pequeño bufido, crispando mis colmillos los de abajo con los de arriba, procurando hacer suficiente ruido como para que se note mi disgusto por sus palabras. En un inicio había pensado que la estaba convenciendo, parecía que le gustaban mis palabras, pero de momento a otro sus niveles de felicidad o atención a lo que hablaba se echaban hacía debajo de un solo tirón y eso me dejaba en banca-rota. “Ya veréis, no comeréis jamás un pescado tan delicioso como el mío! Mmm? Oh, así te os veis mucho más comestible… rrggh… ROLF!” Le ladré y mi cola la apuntó, sentía un hormigueo en las patas traseras y utilicé toda mi fuerza de voluntad para no lamerla, olerla y morderla un poco, hasta dejarla empapada con mí saliva. Pero en cuestión de nada mi ladrido se reprimió por un cuerpecillo suave que deambulaba sobre mí y me hacía mascar mi boca, gustoso, sacando toda, absolutamente toda mi lengua afuera. Miré de reojo a la gata de casa que se paseaba con su cuerpo contra el mío y mi parte inferior se ponía dura. Daba gracias que en esa pose no se notaba. Claramente no tenía mucha vergüenza a mis instintos, pero en ese caso, prefería que no se dejara ver del todo. “Mmmrg~~~ Q-qué? Eh? Hacer de, qué?? Que habláis?" Pregunté algo despistado, pues su contacto me había hecho hacer perder el hilo de lo que estaba sucediendo.

Pronto supe a qué se refería y abrí por completo mi boca, moviendo mis cejas casi nulas de perro, como insistiendo a que se metiera en mi hocico, seguro aquello se veía gracioso, no podía esperar por hacer que la mordía, pensaba en tener todo su cuerpito en mí gran dentadura, pero eso en realidad sería muy peligroso. Reí en pensamientos y opté mejor por agarrarla del cuero de su nuca, me acerqué y suavemente tironeé de allí, como si mordiera su cuello humano, lo hice con mucha delicadeza, hasta hacer que desprendiera las patitas del suelo, y en ese instante empecé a caminar, moviendo la cola cual común y feliz perro. “Toda entera en la boca me da temor, mejor te llevo así. Os casé!” Reía de forma burlona y mis pasos empezaron a hacer presencia en la calle angosta. En mi pequeña casa, había un hueco especialmente diseñado para mi forma canina y por allí me adentré. Sin mirar hacía ningún lado, actuaba lo mas natural posible. Y cuando solo las llamas del fuego del hogar se escuchaban la solté y le sonreí, sacando la lengua emocionado. La había metido a la casa! Aún sin su autorización! Pero en realidad, sería tonto haberla soltado afuera, las personas hubiesen sospechado… Sí. Era la excusa perfecta. “Venid, venid, sucumbid a la tentación otra vez, vuestro pelaje es tan suave que podría darle un buen baño ahora mismo con mi lengua” Dije de forma graciosa y dudosa, tirando lamidas hacía ella, pero que solo estaban en el aire. Por la ventana, el pequeño ruido del circo se había escuchar y era evidente que estaba bastante concurrido. Podría llevarla, quizá eso le entusiasmase más que el pescado o los ratones.

-Queréis ir al circo? Os puedo llevar un rato si así lo deseáis… Que es eso tan importante que tenéis que hacer que decís a todo que no, eh?! – Mi cuerpo se transformó y mi figura humana desnuda volvió a salir a la luz, esta vez, quedé así por poco tiempo, pues tomé una bata negra, muy cuidada y de tela gruesa y suave y la pasé por mi cuerpo. Allí había solo dos batas así. Ambas negras y del mismo espesor. Era lo único que tenía realmente “costoso” en la casa, me gustaba sentir la textura suave. Luego, la ropa era de simples hilos. Solo tenía un traje bueno y lo usaba para cuando iba a conseguir dinero en apuestas. – Mmm Os podéis transformar si queréis. Tengo otra bata… O de verdad os marcháis? – Tomé la gemela negra y la abrí, esperando a que su hermoso cuerpo femenino vuelva a la normalidad y así poder envolverla con ello. Y esperaba, esperaba y volvía a esperar. Ansioso por verle a los ojos nuevamente. Pero quizá ella realmente se iría. De ser así. No había ninguna duda de que volvería a buscarla.

“Porque es un cuento que no dejaré que termine jamás.”

por **Thalie De Rose** Vie Ago 16, 2013 12:25 am

Lo niños siempre estaban llenos de energía, y me era fácil imaginarlo jugando con los pequeños después de todo el tenia una energía similar a la de los infantes justo como ellos fastidiaba pero era al igual que ellos de una manera adorable. Después de haber hablado de niños cambio a contar sobre los cambiaformas que se encontraban en el circo, yo sabía de la existencia de ellos pero nunca me había topado con un cambiaformas en ese estado, algo que me era complicado asimilar. ¿En que momento se perdía la perspectiva de la humanidad que teníamos? ¿qué era lo que habían pensando antes de que eso sucediera? ¿qué era lo que pensaban ahora? después de quizás años en una forma que aunque suya no lo era del todo, que sencillo parecía perder el camino cuando se hablaba de eso, pero cerca de Keath las cosas malas… no parecían tan malas.
Nada parecía malo, ni que los niños tiraran de partes de un cuerpo que aunque estuviera en forma animal era lo mismo que ellos, ni perder la consciencia de si hasta ser una animal únicamente e incluso no parecía tan malo el terminar en manos de los gitanos; su presencia llena de energía volvía todo misteriosamente más positivo.

Reí ante su bufido que llego claro hasta mi, pero no entendía porque se molestaba por algo así pues a mi parecer el que no aceptara comer pescado en su casa no era algo muy malo, después de todo éramos prácticamente desconocidos aún. ¿Qué tal si era yo una ladrona? Dejaría aún así que entrara en su casa. Tan rápido como expreso su molestia ante eso cambio de tema mi apariencia como felina domestica y me dio algo de pena escucharle, afortunadamente para mi en esa forma los sonrojos eran imposibles de notarse.
"Algún día aceptare de tu pescado, es solo que tengo cosas que hacer Keath… lo siento" intentaba con eso desviar mi atención de lo que había dicho después y después de que mi felino cuerpo le había recorrido solo para terminar más avergonzada de mis actos note que yo no era la única que parecía ser afectada por eso pues él olvido por leves instantes de que hablábamos.
"Eres un despistado Keath… "

Mi oreja se movió ligeramente cuando abrió la boca por completo y se quedo estático mirando en mi dirección, con ver dentro de esas fauces caninas no era nada agradable y saber que mi cuerpo debería estar entre ellas… quizás no había sido esa una buena idea y solo debíamos correr como en una sencilla persecución perro y gato pero antes de decir lo que opinaba al respecto fui tomada y levantada en el aire, no de la forma en la que me lo había imaginado y que resultaba tan poco agradable. Tan inesperadamente como fui cargada por él, comenzó la marcha y me quede quieta, tan quieta como me era posible.
" Si, a mi me daba temor que me llevaras de otra manera es que…." y pensar en las mordidas de la bestia hicieron que mi cuerpo temblara un poco, aun a pesar de que no debía temer, eso ya había pasado y quien estaba ahí no era aquel Duque si no Keath "bueno me daba miedo…".

A pesar de que era una forma bastante peculiar de viajar y no me sentía del todo cómoda al inicio del trayecto, conforme los pasos del perro nos llevaban más dentro en las calles de París me fui relajando. Me divertí bastante al ver los rostros de las personas que pasábamos y se daban cuenta de lo que sucedía, algunos rostros eran de sorpresa y otros de horror, bendita ingenuidad que no les dejaba saber que había debajo de las pieles de esos animales.
Repentinamente entramos en una casa, de tanto que me había concentrado en las personas perdí la noción de donde estábamos; resultaba curioso que de una manera parecida a la que yo llegaba a casa en formas animales él lo hiciera, más entre nosotros cambiaformas debería ser algo bastante común. Sin embargo aunque el viaje había sido divertido, ya no nos encontrábamos en las calles si no en su casa, lugar al que desde un principio me había negado a ir así que bufe bajito.
"Eres un mentiroso Keath, te dije que solo te acompañaría no que entraría en tu casa y mira" reclamaba pero continuaba dentro en lugar de irme, vaya que estaba actuando raro "no hagas eso, luces muy bobo" le dije mientras lanzaba lengüetazos al aire y yo reía.

Permanecí pensativa ante su invitación, las cosas que planeaba hacer podrían esperar unas horas y la idea de ir al circo gitano de nuevo me agradaba pues no le pise nuevamente desde el día en que había salido con Hero, sin mencionar que mi querido vampiro temía a los gitanos.
"Creo…. que puedo quedarme un rato más y, me encantaría poder ir al circo" solo existía un inconveniente al respecto, yo no tenía ropa. Pensaba en hablarle de aquel inconveniente cuando su figura humana apareció frente a mi nuevamente desnudo y desvíe mi mirada ¿Debía hacer eso tan repentinamente siempre?.
Una vez que se cubrió le mire a él y a la bata que sostenía entre sus manos, debía volver a mi forma humana para hablar del detalle de la ropa así que camine hasta quedar frente a él y cambie la figura de gato a mi figura humana.
- Gracias, eres muy amable… Keath, hay solo un problema sobre ir al circo - me gire para quedar de espaldas a él y meter mis manos en las mangas de aquella bata - yo no tengo ropa y… bueno a menos que vayamos a ir en forma animal - así todos mis problemas estaban resueltos.

por **Keath Roggers** Mar Ago 27, 2013 12:35 pm

“No te mientas a ti misma, no caigas en los tontos sentimientos de negación que alguna vez todos tuvimos, déjame entrar allí donde esta clausurado.”

El reproche se reflejaba en mis ojos y en mi entrometida cola que giraba, se quedaba quieta y se paraba cuando algo sucedía. No me dejaba esconder mis pensamientos y en ese momento se había detenido. Después de girar de un lado a otro de la felicidad, estaba quieta y apuntando hacia abajo, hacia la decepción. Pero yo estaba seguro de que terminaría ganando y de no ser así, aparecería en poco tiempo frente a ella nuevamente. Disfruté que ella no pueda verme cuando la agarré del cuero de su cuellito y seguí el camino pensativo a lo que ella había dicho. Por qué tenía cosas que hacer en ese momento si parecía que estaba bastante aburrida o sin nada que hacer antes? No me convencía y con ello significaba que haría todo lo posible para hacer que se quedara. “Hoy!” Objeté nuevamente y miré hacia abajo, para ver la pequeña nariz que tenía, no llegaba a verla a los ojos, pero era mejor así. Me sentía más fuerte cuando no sentía la mirada penetrante de la gatuna sobre mi pelaje. Ella evidentemente hacía que las revoluciones de mi cuerpo fuesen mucho más lentas cuando lo deseaba. Era ella quizá una bruja? Se podía ser cambiante y bruja al mismo tiempo? Di un respingo ante ese pensamiento y sus palabras en mi mente me llevaron a desviar al fin mi atención.

“Es qué, qué? Ibais a decir algo más estoy seguro! Mmm, solo miedo? No es como si no pudieseis convertirte en lince antes de sentir la mordida para así escapar. O no?” Algo en el murmuro me parecía que escondía algo o era quizá el simple recuerdo de las cosas del pasado que provocaban que yo sienta siempre que algo malo pasaba, principalmente cuando se trataba de colmillos. Di una sacudida a mi cabeza y con ello a la gatita y alcé la cola, como símbolo de que no pensaría en nada de eso en esos instantes. Como si fuese una clausura que yo mismo me imponía para poder coquetearle libremente a la gata. Para poder ver que tan dulce era, que tanto era lo que me habían gustado aquellos ojos color marrón oscuro, profundos como una nebulosa. Me hacían caer al vacío. Y en esos momentos en los que me había perdido, me di cuenta que ya la había llevado dentro de mi casa y eso me hacía poner completamente contento. “Ja! Te tengo ahora! Ahh~ Pero no huiréis ” Di un respingo y salté para cubrir aquella entrada por la que habíamos pasado y seguí dando lengüetazos, escuchándola que simplemente reía, hasta al fin detenerme y mirarla, con la lengua afuera. “No soy bobo!” Le mostré apenas los colmillos y me giré para al fin quedar convertido, acurrucándola con la bata cuando ella también cambió. Me acerqué descaradamente y ayudé a atar con la cinta su cintura, olisqueándole los cabellos con los ojos cerrados, para luego salir disparado hacia atrás antes de encontrarme con una mano golpeadora. — Esta dicho entonces! Al circo! Espera a ver, por aquí tengo mis francos. Mmm — Estaba revolviendo entre las ropas tiradas, en alguno de los bolsillos. Siempre tenía todo tirado por un lado o por el otro y nunca encontraba nada. Suspiré frunciendo el entrecejo y luego la escuché. Había olvidado completamente aquello. Claro, ella era una mujer y yo absolutamente no tenía vestidos ni nada de eso. Quizá uno… Pero… La observé, de arriba abajo, varias veces y luego miré hacia afuera, pensativo y en silencio. Qué pensaría ella si le prestaba el vestido a la gata?

—Pero si vamos como animales no podemos jugar a los juegos que hay… Y no podemos comprar comida. — La observé y sonreí de lado, acercándome nuevamente a ella, la observé desde mi altura y apoyé ambas manos en su cintura como si la midiera. Luego sus brazos y luego de suspirar un poco más, al final, cedí. — No sé si cabréis… Sabéis yo tenía una novia hace algunos años, murió por una enfermedad infecciosa. Me traje sus recuerdos y tengo uno de sus vestidos. Si no te asusta que sea de ella, puedes probártelo… — No quise mirarla pues pensé que aquello la molestaría, yo no quería hacerla enojar. No sabía si estaba actuando mal o no, pero de verdad me gustaría ir y comprar alguna de las comidas que vendían allí, eran baratas y muy ricas. Y de solo pensar tener que ir en forma de animales me quitaba un poco la emoción. Aunque algunas veces iba como perro y los molestaba, pero no era lo mismo están con una mujer. Me tenía que comportar o algo así era lo que pensaba. Le sonreí como en un acto de asentimiento y me fui a uno de los rincones donde varias cajas estaban allí amontonadas. Fui a la de más abajo y la saqué con una mano para ponerla sobre la cama. (Este) De allí saqué un vestido verde, muy enorme y pomposo, sin los arcos que usualmente tenían los vestidos de mujeres, este era completamente de tela y abombado. Con una pequeña peineta para el cabello. Lo miré y sonreí por los recuerdos que me golpeaban y negué ante aquello. Había decidido no pensar en aquellas circunstancias. Miré de reojo a Camila y le mostré el vestido tomándolo por ambos lados. — Que pensáis? Entra vuestra cintura aquí? — Pregunté con una sonrisa de lado a lado, dejando a la vista mis dientes blancos. Fulminándola con mi mirada que hacía combinación con el vestido.

“El pasado debería dejar de perseguirme. O quizá soy yo el que lo debería empezar a soltar de una vez.”

por **Thalie De Rose** Sáb Sep 07, 2013 11:35 pm

Resople molesta, pero con la figura de un pequeño gato a merced de un perro, me imaginaba la escena bastante cómica para ambos pero fuera de lo cómico que resultara todo, la pregunta y la cuestión sobre lo que había surgido eso, no me agradaba para nada. No era necesario que hablara con él de la desafortunada experiencia que había sufrido en manos de aquel licántropo que casualmente me tope en los bosques y que de manera inevitable se convertía en un recuerdo desafortunado de mi existencia.
"No, no iba a decir nada más descuida es solo que se me fueron de más las palabras" mentí por mi bien "y si, podría escapar antes de sentir algo así…" de ser animales normales era obvio que podría escapar pero de otros sobrenaturales las cosas se volvían completamente diferentes y mucho más complicadas.

Dejando aquellos temas incomodos detrás conforme nos habíamos alejado entre las calles, volvía a sentirme feliz estando a su lado, su buena vibra era capaz de alegrar los corazones más heridos, corazones como el mío sin duda alguna. Y una vez que estuvimos en su casa y abrigo mi cuerpo humano con aquella bata sonreí; no opuse resistencia cuando sus manos ataron la cinta de aquella prenda que era lo único que cubría mi cuerpo.
- Oye… - pase mi mano por mis cabellos después de que los oliera y me gire para mirarle - no hagas eso que es raro - le mire con atención mientras buscaba el dinero haciendole notar mi carencia de ropas para asistir a un lugar como aquel, a menos que pensara en llevarme con aquella bata que aunque estaba excelente para permanecer en una casa en definitiva no era lo más apropiado para salir fuera. Hubo un momento en el que Keath después de verme como analizando mi cuerpo se quedo mirando al exterior, luciendo para mi gusto bastante ausente.
- ¿Keath? - le llame sin saber que más hacer, dando un paso en su dirección justo antes de que volviera su mirada hasta mi y continuara hablando como si su momento de ausencia jamás hubiese ocurrido.

Retrocedí el paso avanzado al ver que se acercaba, pero no pude escapar mucho antes de que pusiera sus manos sobre mi cintura y otras partes de mi cuerpo. Mis mejillas se sonrojaron pero no dije nada, aquello ni lucia como una forma de aprovecharse de la situación si no como algo más serío de lo que en un principio había pensado y no aleje mi vista de él ni un segundo, ni siquiera cuando hablo de su novia; al parecer ambos teníamos historias de amor algo raras… su novia muerta y mi prometido desaparecido desde hacia tiempo. Sonreí algo entristecida al pensar en eso, últimamente muchas personas hacían que volviera a pensar en el pasado más que antes, en parte era bueno, ya se iba haciendo el tiempo de que dejara todo eso donde debía estar… en el pasado.
Le seguí con la mirada hasta que saco un vestido verde, era un vestido muy bonito y no sabía si era lo correcto usarlo, no porque alguien que lo tenía hubiese muerto, si no porque debía ser un recuerdo muy importante para Keath y yo no quería estropear nada que fuera de su novia muerta.

Mi mente comenzó a crear imágenes mentales una vez más… al tiempo que se cuestionaba sobre como era ella, aquella que había robado el corazón de aquel perro para después dejarle en ese mundo sin su presencia y por apenas un segundo mi corazón sintió celos…. celos de alguien que estaba muerta.
La voz de Keath me extrajo de esos ridículos pensamientos y le sonreí, en parte mi ego femenino estaba siendo retado con esas palabras así que asentí al tiempo que me acercaba para tomar el vestido de entre sus manos.
- Claro que entrare, soy toda una felina recuerdas puedo acoplarme a entrar a cualquier lado - le guiñe un ojo y contemple el vestido en mis manos sonriendo para mi misma, quizás usar ese vestido era dar un paso más hacia el futuro, uno lleno de buenos momentos.

Deje el vestido en la cama y tome a Keath de los hombros haciendole quedar de espaldas a mi.
- Así quedate en lo que me pongo el vestido - reí, retirando aquella bata de mi cuerpo para con calma comenzar a meter mi cuerpo en el vestido verde que iba a la perfección con los ojos del perro aquel que lentamente estaba cautivando mis sentidos. Mis caderas, mi cintura, mis brazos… todo mi cuerpo entro en aquel vestido como si en lugar de ser de alguien más fuera desde siempre mío y solo mío, solo existía el pequeño detalle de que no podía cerrarlo por mi cuenta.
- Keath… ¿podrías ayudarme? por favor - dije al tiempo que permanecía de espaldas aguardando que sus manos terminaran aquel trabajo que para mi resultaba bastante complicado.

por **Keath Roggers** Mar Sep 17, 2013 1:34 am

“Quiero oler la esencia dulce de una flor madura como tú. Tu perfume de vida que rodea el ambiente, me rodea a mí, me provoca seguir deseándote. Abusar de la sensación de tus cabellos con mi piel, de tu misma piel con mis labios. Ese sería mi fin ideal en estos momentos.”

Me quejé cuando sus cabellos color dorado perfecto fueron apartados de mi nariz. Casi que me invitaba a comerla cuando se movió con una feminidad que se calculaba milímetro a milímetro con el rozar de la tela de toalla con mi ser. Era una desquiciada muequilla que buscaba en sus pasos, acorralarme, aun siendo que era ella la que se estaba alejando, pero en mi interior era diferente. Me sentía la víctima, el traicionero y mendigo que estaba haciendo mal las cosas. Estaba causando un alboroto en mi triste interior que no sabía manejar y que obviamente no estaría a mi favor jamás. Los recuerdos me torturaban como pequeñas dagas que se encastraban en mis pulmones, en mi garganta, me hacían sufrir más de la cuenta, mis lágrimas estaban al borde de mis ojos, como si de ellas fuese el llanto el que quisiera tomar represalias. Pero aquello jamás llego, pues el ambiente como una pluma voló y voló y cayó al piso para ser arreglado con manos humanas. — Pero es que oléis rico. Mucho, de verdad. — La miré en reprimenda, como para que realmente confesara si se había puesto algo extraño, una pócima o alguna brujería, aunque era una estupidez, ella no tenía nada que echarse para oler más rica en esos momentos. Aquello me decepcionaba… O me ilusionaba? No lo tenía del todo claro, pero no era algo bueno para hacer que su gatuno rostro desapareciera de mi cabeza.

— Ah! Bueno, pero mientras que no os quedéis sin respiración allí dentro… Mmm puedo ayudar? Quiero veerrr… — Dejando que mi forma pícara de actuar siguiera en el aire, buscaba ponerme detrás de ella, quería apreciar la silueta de su cintura encastrándose en tan dichoso vestido, estaba seguro que necesitaría ayuda para la parte de atrás… “Ella” siempre la necesitaba, me quedé perdido unos momentos más, en una ausencia que por suerte Camila no notaría como anteriormente, puesto que podía camuflarse como un deleite a su cuerpo, cosa que no era de no apreciar, parecía una muñequilla pasando por ese vestido que parecía acoplarse demasiado bien a su forma, tanto que me erizaba la piel. — No! Noo~ Ummmg… Eres malísima, lo peor del mundo (?)— Me giré cuando ella insistía, pero miré por el reflejo de uno de los espejos que había en la casa, aunque ya había visto su desnudes antes, no me había percatado en lo delgada que era, quizá excesivamente para su altura y rostro. Quizá ella había pasado por algunos malos momentos últimamente, en sus ojos había algo extraño. Y no era como si yo supiese algo de estaturas con respecto al peso, pero sabía distinguir una rama, de un tronco y eso era suficiente o al menos eso me parecía a mí. —Ahh~ Ahora queréis mi ayuda? Mmm... Veamos qué puedo hacer por vos que no sea quitaros de allí! — Me giré. Todo dio un vuelco, mi pecho se cerró, mi mirada se quedó turbia, pero me quedé callado, conteniendo la respiración acercándome a su espalda. El reflejo no era lo mismo que tenerlo frente a frente, ella estaba perfectamente metida en ese vestido, le quedaba hermoso, parecía como si hubiese sido de ella siempre y me quedé totalmente pasmado, llevé unas manos inusualmente temblorosas a su espalda y con cuidado empecé a ajustar ese corsé, acercándome descaradamente a su espalda, oliendo su cabello, su cuello y la piel que tendría que cubrir en unos instantes, claramente recordando su aroma mucho más especial que cualquiera.

— Ajustado, medio o flojo…? — Pregunté sin cuidado como antes solía hacerlo y al final terminé por hacerlo medio, apenas ajustado en la cintura, pero no demasiado, apreciando esa silueta que pronto haría que mi amigo quisiera despertarse. — Se os ve muy bien; os ponéis el collar? Aunque así solo queda muy hermoso también, cuidado con los zapatos, anda, os ayudo. — Apoyando las gigantes manos con las que había crecido, en su cintura, como palpando que haya quedado como a mí me gustaba. Sonreí mostrando todos los dientes, deleitado y me agaché, buscando los zapatos que ayudé a que se los ponga poco a poco y al final, me alejé para poder verla del todo. Si no fuese por ese rostro tan saludable, lleno de valentía y fuerza, habría jurado que ella había vuelto a la vida. Pero no quería pensar en alguna cosa así, principalmente por que recién conocía a la gata y también me parecía que ella me acusaría de algo mucho más horrible que ser un simple depravado y enamoradizo de gatas esbeltas y aromáticas. — Muy bien, si queréis os podéis arreglar el cabello, dadme unos dos segundos que ya me cambio y estaré listo. — En menos de lo que canta un gallo me había terminado de cambiar completamente, agarrando las cosas que estaban tiradas en la esquina de la ropa limpia, me tiré agua en el rostro, lo sequé con la toalla y terminando de ponerme los zapatos estaba listo para una aventura a lo humana. Aunque me molestaba toda la tela que tenía puesta, me rascaba un poco en las piernas y en los brazos y deseaba poder estar desnudo. Ya. — De verdad no entiendo cómo pueden estar con esto puesto toooodo el tiempo. Es más cómodo andar desnudo, no hay duda de ello, no creéis? — Busqué su mirada, en tanto terminaba de agarrar las cosas, ya al lado de la puerta, esperando para salir. Se me erizaba la piel el hecho de volver a tener a mi lado, ese vestido mientras caminaba.

“Los recuerdos deberían morir en el pasado, pero siguen en mi presente, me atormentan, me exigen cosas que nunca podré tener.”

[CERRADO]

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