Una búsqueda fructífera

por **Erinye Dominique** Dom Mayo 26, 2013 8:10 pm

Un día más, parecía que la alergia de mi tía se hacía cada vez más evidente en lugar de disminuir, yo sentía un poco de lástima por ella, porque a pesar de que en la noche no se aburría, me hubiera gustado que Maëlline no se privara de las bellezas matutinas, como lo era un simple amanecer, sin embargo por mucho que yo quisiera, no podía hacer que lo viera, literalmente me había dicho que si salía al sol, moriría y eso me daba miedo. Quería volver a casa, pero dejarla me daba un remordimiento de conciencia atroz. así que por deferencia a todo lo bueno que había hecho conmigo seguía cuidándola, hasta que pudiera por lo menos pasar parte de la tarde en casa, no me imaginaba una vida así, sólo de noche, a determinadas horas, me daba pena.

Pasé por su cuarto pero no me atreví a abrirlo así que simplemente bajé las escaleras de la mansión de mi tía y después de tomar un breve desayuno salí de ahí, tenía las órdenes de que siempre tenía que avisarle al mayordomo a donde iba y solicitar al cochero, lo primero sí lo hacía, lo segundo no, no me agradaba tener que estar siendo cuidada por alguien, podía caminar perfectamente y estar sola era lo que mejor se me daba hacer, además de que estaba decidida a buscar trabajo, quería dejar la casa de mi tía, quizá hacer algo en París y poder ayudar a mis padres cuando pudiera, pero siendo enfermera de ella, nunca podría, ya no quería que nadie cargara con mis problemas, ya no podía dejar que los demás solucionaran mi vida, porque por esa circunstancia después se creían con la autoridad para poder gobernarla, un largo suspiro salió de mis labios mientras enguantaba mis manos y comenzaba mi caminata hacia el centro de París.

Sabía que se enojarían mis padres y mi hermano si sabían que estaba buscando trabajo, pero tampoco me parecía justo que Gabriel estuviera en la milicia para poder tener un sueldo más alto y así hacer que la familia subsistiera, podía ayudar a trabajar, siempre lo había hecho, cuando menos en casa y ahora con mi tía, así que podría hacer algo para que los gastos por lo menos fueran un poco menos. Mis pasos eran tranquilos mientras caminaba por la ciudad, mis ojos buscaban algún sitio, una tablilla que dijera que buscaban gente, sabía coser, bordar, cocinar, lavar ropa, podía hacer cualquier cosa y no me daría pena, sólo estaba rogando que la suerte ese día estuviera de mi lado.

por **John H. Freeman** Vie Mayo 31, 2013 7:27 am

El Dr.John Hamish Freeman habia llegado recientemente a Francia. Hacía un año que habia regresado de la India y un año en el cual habia estado combaleciente de su cojera y que ahora lo habia dejado impedido un año causa del disparo que recibió. La pierna, era lo que le fallaba. Esa era la causa por la que él tenia llevar un baston para ayudarlo a caminar. Ahora, despues de un año de recuperación y descanso, John queria viajar y ver mas mundo de lo que sus ojos habian visto. Su destino; Francia, Paris, el pais de las luces, del amor. Donde la mayoria de las parejas recien casadas elegian para su luna de miel.

Aquella mañana se habia levantado temprano, sobre las ocho y media para poder degustar el delicioso desayuno; Croissants, baguettes y brioches recién hechos, acompañados siempre de café con leche. Se aseó de manera pulcra, se afeitó y eligió un elegante traje oscuro de tres piezas y corbata color burdeos. Su aspecto era perfecto, distinguido y elegante.

Agarró su bastón firmeza, de ébano negro, de empuñadura de marmol con una pequeña placa de bronce que decia; John Hamish Freeman MD. Se puso el largo abrigo y salió del hotel 'Continental' para ir a la oficina de empleo, alli él podria poner un anucio de demanda de empleo. Su intención era abrir una pequeña consulta en la ciudad para ejercer su profesion de medico. Ayudar aquien necesitara sus servicios. Él habia sido cirujano del ejercito y sabia perfectamente actuar en momentos de necesidad. Pero para poder abrir su negocio, necesitaba una casa para abrir la consulta y lo mas importante una enfermera eficaz,competente y buena. Es decir una mujer buena, cariñosa con los pacientes, dulce y entregada, pero que hiciera bien su trabajo.

Asi que John se acercó a la oficina de empleo y escribió con pluma, sobre una mesa que habia afuera del edificio la demanda de empleo con letra elegante y legible.

'Se busca enfermera responsable y competente, entregada, que haga bien su trabajo y que para ella lo mas importante sea los pacientes. No hace falta experiencia. Pongase en contacto con el Dr.John Hamish Freeman, alojado en el hotel 'Continental', calle Fraternité nº60, Paris'

John colgó la demanda de empleo y suspiró pensando que iba a ser dificil encontrar a la enfermera que deseaba.

por **Erinye Dominique** Sáb Jun 01, 2013 2:38 pm

Sí, por mi cabeza estaban pasando mil cosas ¿Y si se enojaban? ¿Y si no sabía como hacer algo? Siempre había estado bajo la tutela respectiva de mis padres, de mi hermano y ahora de mi tía, nunca había hecho algo realmente porque quería hacerlo, excepto conocer gente y en ocasiones no sabía que tan peligroso podía llegar a ser eso, pero confiaba en que iría bien o al menos lo mejor posible y que la suerte estaría de mi lado o terminaría muerta, en el mejor de los casos, sonreí mientras caminaba por mis propios pensamientos ¿Morir era mejor que ser regañada? Puede ser que sí, en ocasiones pensaba que así era; un largo suspiro se escapó de mis labios mientras el cabello luchaba por desatarse del chongo que tan estrictamente me había realizado y simplemente bajé la cabeza para evitar que alguna basurilla se colara hacia mis ojos, había ocurrido un ventarrón que hizo me metiera en un sitio que no conocía.

Parpadeé un par de veces para poder abrir los ojos finalmente mientras que me ubicaba, parecía que me hubiera mareado, o algo así, miré de un lado a otro hasta encontrarme con la mirada algo perdida de un hombre que parecía demasiado elegante y aunque le miraba a él, lo que realmente había captado mi atención era una hoja que estaba colocada justo detrás de él aunque no podía leer del todo. Me acerqué sigilosamente -Disculpe... ¿Podría permitirme leer?- sonreí con amabilidad mientras por encima de su hombro había concluido con mi lectura -Enfermera...- suspiré de nuevo, quizá podría funcionar, pero ¿Y si no? -Nada pierdes con ir Ginebra- me dije a mí misma aunque lo había hecho en voz alta, parecía que por un momento me había olvidado de que había más personas a mi alrededor.

Me giré hacia la barra que estaba ahí y tomé un pedazo de papel para terminar apuntando los datos -Dr. Harmish Freeman, Continental- sabía donde era así que estaba perfecto -Disculpe- llamé al señor que parecía hacerse cargo del sitio -¿Tiene mucho que han puesto este anuncio?- mordí mi labio por dentro, rogando al cielo que no hubiera sido así.

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