¿Te parece una doble? Agitado, no revuelto. (Benoit Kant)

por **Danyra Minnet** Sáb Jun 15, 2013 2:27 pm

Venga aquí querido,
tomemos algo,
vaciemos el pasado
y olvidemos lo robado.

Estába más que predispuesta a tomarme un pequeño tiempo de descanso, esta semana estaba derrotada. Mucho trabajo últimamente, quizás algún que otro susto sin importancia de las gentes que denunciaban que algo con deje malvado pasaba por las calles y esas denuncias estaban finalmente destinadas a acabar en nuestro clan clandestino. Alguien nos infiltrado en la policía nos mandaba los papeles sin dar lugar a qué. Daba igual, fuese como fuese, siempre teníamos trabajo por hacer, pero últimamente se escuchaba entre los hermanos que pagaban muy poco y era cierto. El mantenimiento de las armas requería dinero y no vivíamos demasiado bien como para mantener a nuestras armas y a nosotros mismos.

Al menos del dinero no podía quejarme, había comprado una casa con doble planta, la planta de abajo lo acondicioné a unas salas de entrenamiento y el parte de arriba era mi casa. Claramente tenía armas por toda la casa, el entrenamiento de los chicos me daba para más que quizás ser cazadora. Más era y es mi deber proteger a los desprotegidos, víctimas en cualquier momento de cualquier desgracia, aunque sí es cierto que la mayoría se merecen un escarmiento.

Había quedado con mi amigo y compañero de trabajo, Benoit. Ya estaba él en el clan de hermanos cuando yo llegué, un compañero me introdujo dentro. Siempre había trabajo a solas porque siempre he viajado, lejos de todo indicio de que pudiese tener familia. Mis padres vivían muy lejos y yo los mantenía a buen recaudo lejos de ellos, lejos del peligro. Ahora no tenía ningún conocido que mostrase en el día a día, solo los niños que entrenaban conmigo se acercaban a mi casa y no mostraba ninguna piedad con ellos. Los padres al principio estaban muy en desacuerdo de que una mujer enseñase este tipo de cosas, pero al ver cuales eran mi tipos de reglas y mi tipo de trato, todos quisieron dejarlos en mis manos, bastantes nobles que tengo a mi disposición. Quizás algún día amplíe la casa para otra sala, por ahora no tenía prisas ni problemas, por lo que quería estar en un tiempo de estabilidad sin problemas.

Era una buena hora, el sol estaba a la mitad del cielo. Por ahora muy pocas criaturas salían a dar problemas a humanidad, asi que solo por eso me reuní con Benoit en la taberna a hablar de lo que fuese, más íbamos a desfogarnos. Quizás pasaba algo interesante, en una taberna así de concurrida siempre pasaba algo. Entré en la taberna vestida como de costumbre, como cualquier noche o día de noche, solo que la ropa y la capa tapaba todo que no quería que viesen. Él ya estaba allí, no tenía copa por delante de la barra así que supuse que habría llegado hace poco y andaría esperándome. Buen compañero...

Me acerqué hasta él y me senté en el taburete de su lado- Buenas Benoit- sonreí por un momento de forma cortés- ¿Has pedido ya o me estás esperando como buen caballero que eres?- sonreí de verdad con un tono irónico, como siempre tenía con él. Quizás me gustaba picarle un poco, lo admito.

por **Benoit Desmarai** Sáb Jun 15, 2013 10:38 pm

Era una mala costumbre, extendida entre aquellos que se movían en mi peligroso trabajo, la reacción ante las sorpresas. No era como si fuese por ahí despreocupado y perdido en mi pensamiento, era simplemente que aquel día no pretendía mas que descansar del arduo trabajo. Así pues, cuando aquellas palabras y toque tuvieron lugar no pude mas que sobresaltarme, lleva la diestra hacia las pistoleras cuidadosamente ocultas a cada costado de mis caderas y tensar el cuerpo como si me encontrase a punto de saltar sobre alguna de mis presas.

-Oh, sabes bien que siempre lo he sido y lo seré ante una dama tan bella y fina como lo eres tu querida. -Murmuré conteniendo aquella maldición por el pequeño susto que su llegada me había proporcionado. Le miré de reojo mutando apenas mi postura en el poco cómodo asiento, girando unos cuantos grados mi cuerpo en su dirección enarbolé aquella sonrisa impenetrable que solía usar ante mis compañeros. Una sonrisa que bien podía ser vista como la mueca de un viejo lobo o la de un inocente que ha ocultado bien un secreto bajo el tapete. -No deseaba pedir algo que terminaría tomando solo, deseo mejor compartir mi bebida contigo así que... ¿qué deseas esta noche? ¿Cerveza para estallar como barriles? ¿Vino para degustar la noche? ¿Cualquier menjurje que el cantinero quiera hacer pasar como una fina bebida? Lo que desees querida compañera hazlo saber que esta noche invito yo.

Mi voz era relajada como lo era también mi postura, de entre todos aquellos que formaban parte de mi pequeña y retorcida "familia" era ella una de las únicas que había logrado ver a través de mi. No gastaba con ella palabras innecesarias y aun cuando no solía ser yo mismo ante todos ellos, estaba mas que seguro que ella adivinaba o sospechaba mis verdaderos anhelos. La sangre que corría sin fin en una caza era un plato que solía disfrutar a solas, pero no encontraría impedimento o molestia alguna en hacerlo en compañía de ella si se llegase a dar la oportunidad.

Recargué el codo sobre la barra del bar, manchada incontables veces por el alcohol derramado y la grasa reseca. De la cocina emergía el suave efluvio de la carne asada en el bracero y una incontable cantidad de hiervas y especies. Recordé que aquel día no había comido aun y la idea de hincar el diente en algo caliente y especiado me hacía salivar. -No deseo te tomes esto con demasiada seriedad pero, ¿que dirías si te invito a cenar? -Declaré enarcando la ceja izquierda colocando en mi rostro un gesto ladino. Aquella podía ser una buena noche, aunque... el peligro nunca anunciaba en que momento tocaría a nuestra puerta.

por **Danyra Minnet** Sáb Jun 22, 2013 1:04 pm

Sonreí ladinamente divertida ante las palabras de mi compañero Benoit, siempre intentaba picarlo, o realmente hacerlo enfadar. Echaba de menos aquellos tiempos en lo que podía tener un pequeño pique sin que se fuese a cambiar el pelo. Mejor no tentar a la suerte con mi compañero, ya lo intenté una vez, no lo hice una siguiente vez. Todo debe ser acallado y mantenido en secreto y el cambio de color de mi pelo debía seguir así... acallado entre las sombras y el fondo de mi pensar.

Todo tenía que estar bajo llave, toda información más privada sobre mi vida debía quedar alejado de mi vida ahora mismo para que no pudiese ser tomado contra mío. No es que no fiase de Benooit, pero desconfiaba de mi propia sombra y nada me haría más desconfiar que hablarle a alguien de mi vida pasada. Mejor mantener la boca cerrada que luego no entrarían moscas en ellas- Oh querido me alaga que diga eso. La verdad es que esperaba que me esperase- lo ví algo tenso por un momento, supuse que no me esperó tan temprano... ¿Ocultándo algo entre sus pensamientos como yo? Sonreí sin tener el sentido de hacerlo y tuve que buscar una excusa rápidamente- De todas formas si no me hubiese esperado lo hubiese entendido, un descanso es un descando, aun que no llego demasiado tarde. Tenía papeleo...- le guiñé un ojo de complicidad- ya me entiende querido Benoit- Claramente me refería a las buscas y capturas que obtenía para nuestro trabajo.

Arrastré un taburete a su lado y me senté suspirando por lo pesadas que llegaban a ser las armas, tanto tiempo cargándolas parecían que eran mismos miembros de uno, pero cuando te sentabas te llegabas a dar cuenta que no eran tuyos realmente, si no, no pesarían tanto ¿Cierto? Iba a pedir unas copas para los dos, empezando por unas bien fuertes y él volvió a hablar deteniendo mi movimiento de mano para llamar al mesero. Enarqué una ceja al igual que él pero yo enarqué la derecha al ser zurda, eso era un buen punte para mí... casi todos eran diestros- Mire Benoit ni aun que me lo dijese de verdad me lo tomaría de esa forma. Comeremos y beberemos como compañeros que somos- sonreí divertida y me giré hacia el mesero que hablaba con un borrachuzo de tres al cuarto. Al verme con cara totalmente fría vino a mí enseguida, ya nos conocíamos de otra vez que visité el lugar- Nos vamos a sentar en aquella mesa de allá...- señalé una apartada- queremos de beber algo fuerte para empezar y luego dos platos de esa carne que huele desde la cocina. No tarde y pásese de vez en cuando, en cuando se nos acaben las bebida. Vaya a hacer su pedido mesero...- no fui dubitativa, sabía lo que quería, lo pedí seriamente y luego me giré para ver a mi compañero- Vamos querido... vayamonos a sentar a un sitio más cómodo y alejado- lo miré de reojo mientras me iba hacia la mesa elegida.

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