Le soumission (Lilit)

por Sweet Von Teese* Lun Jun 17, 2013 9:17 am

Posiblemente este iba a ser uno de los últimos servicios del tren, pero este se demoraba en llegar y no se vislumbraban sus luces a la distancia. Canturreaba, para aliviar la espera

"Adieu jolie candy,
c'est à orly
que finissent les vacances à paris.
adieu jolie candy,
une voix t'appelle,
c'est l'heure déjà de t'en aller,
dans cet avion
qui t'emmène vers l'angleterre.
adieu jolie candy,
tu m'écriras,
tu le dis, mais on dit toujours ça".

Habían pasado apenas tres horas desde que había salido de esa misma estación rumbo a una quinta que se encontraba en la parte mas rural de la zona, había accedido a ir solo porque la paga era buena y porque necesitaba pagar el alquiler que quería conservar en ese departamento de comodidades medias bajas pero donde realmente podía descansar sin escuchar los gemidos de las demás prostitutas y los jadeos o gritos de los hombres al acabar. Estaba cansada de tratar de dormir en ese ámbito tan poco natural y que llegaba hasta a repugnarle a menos que sea ella la que se encontrase embestida por un hombre.

Se levantó del banco de madera ya desvencijada en las esquinas y se asomo al anden para ver si estaba cercano el arribo, al no ver nada en la distancia se dedico a contemplar el anden, vacío, con algunos fardos de pasto corriendo por causa del viento, vio a un hombre con un tapado grueso tirado al costado de una pared con una botella sostenida en la mano, estaba durmiendo y el olor a vino de su boca apestosa llegaba hasta donde ella estaba. Pero había algo mas, mas allá, cerca de las boleterías que no llegaba a divisar por la neblina que se estaba levantando lentamente por el frío y la humedad de la noche. Se tomó por el cuello de su abrigo y lo mantuvo aferrado al mismo con una mano mientras avanzaba en esa dirección, No había ni un solo sonido mas que el tacón golpeando contra la loza del anden.

Aun a corta distancia no podía identificar bien que era, solo parecía una sombra, pero quien mas podría ser.

-Excusez-moi ... - y las palabras se le terminaron al notar una mirada por demás fría, algo irreal, no era humano, pero tenia el aspecto de uno, respiraba miedo, temor, y solo un vaho salio de su boca liberando el aire contenido por lo que no había podido pronunciar.

por **Lilit** Mar Jun 18, 2013 10:11 am

Lilit había planeado algo distinto para aquella noche, algo que pudiese darle cierto placer mas allá de mantener simples relaciones con alguien en un burdel o la satisfacción que sentía atormentando y masacrando parisinos. Es por ello que se había encargado de conseguir una pequeña casa alejada de la ciudad y había solicitado la compañía de un cortesana, con la cual se encontraría en la estación de tren para dirigirla al lugar donde podrían pasarlo bien....al menos a la vampiresa.

La casa, arrebatada de forma sangrienta a una pareja de ancianos, y después acomodada a las exigencias de la vampiresa, con todo el material dentro de la misma para divertirse, así como el tapiar las ventanas para no permitir la entrada del sol.

La oscuridad de la noche así como una ligera neblina se cernía sobre la estación mientras la vampiresa esperaba a su acompañante. Un rato después el tren llegaba, y con el una chica bastante guapa, interesante. Con la ligera interrupción de sus palabras y contemplando el evidente temor que empezaba a sentir, Lilit tomó la iniciativa, tratando de mostrar simpatía para calmarla, no quería que el juego terminase sin empezar, no quería quedarse sin diversión.

-Siento el inconveniente que le supone venir tan lejos, así como las horas, espero que haya tenido un viaje placentero mademoiselle - comentaba con una sonrisa y acercándose hasta la cortesana. - Hay un carruaje junto la entrada de la estación esperándonos, si es tan amable - tendió el brazo indicándole el camino.

por Sweet Von Teese* Vie Jun 21, 2013 8:48 pm

La respuesta de la dama la tomo por sorpresa, lo que menos pensó es que la persona que estaba entre las sombras de la bruma podría llegar a ser su cliente. Menuda sorpresa. Solía caer ella como la sorpresa de los demás. Había algo raro en ella pero en quien no lo había?

Un carruaje las aguardaba fuera de la estación, se aferró a su cartera, soltándose el cuello del abrigo emprendió la marcha por detrás de la mujer, siguiendo sus pasos, la noche se notaba desierta por esos lugares y no se imagino que hacia una mujer como ella en esos lugares, podía esperarse un hombre recio de campo o un adinerado que poseyera allí algún tipo de quinta rural apartada del resto de la gente, ya cansado del trajín diario, los ruidos y olores de ciudades ya pobladas y contaminadas como París. Pero una dama sola y con dinero era algo que no se esperaba.

- Oh, no es problema Madamme, en realidad estoy acostumbrada al bello paisaje rural, el aire por aquí es mas fresco.- indicó mientras se subía al carruaje donde un hombre se disponía a emprender el viaje apostado delante del mismo, muy bien vestido y presto. La dama la acompaño después de subir tomando su lugar en el mismo vehículo. Sweet observó el interior del carruaje y se fue quitando el abrigo teniendo en cuenta que ya estaba en compañía de la persona que la había contratado, ya no era necesario seguir simulando ser una mujer respetable a la vista de la sociedad, ya nadie mas que ella podía abordarla. Se acomodó el corset ajustando sus pechos al mismo y cruzó las piernas, apenas tapadas por una falda que cubría sus nalgas pero no la parte de adelante. Esa noche estrenaría su ropa interior roja que le había sido regalada para "clientes especiales" como solía decir el regente.

-Alguien nos acompañara esta noche o dispondremos solo de nosotras? - preguntó mientras con una mirada sutil la observaba animada. A través de los vidrios del coche podía observarse a lo lejos las luces y bajo las mismas la bruma que seguía cubriendo el lugar. La escarcha de frío no demoraría en llegar. No iba a cubrirse ahora de todas formas.

por **Lilit** Sáb Jun 29, 2013 1:12 pm

Lilit llevó a su acompañante hasta el carruaje, y se sentó frente a ella, contemplando su rostro e imaginando como podría ser debajo del abrigo. Si bien es cierto que su imaginación le jugaba una mala pasada, llevando situaciones mas allá del plan inicial, mostrandole visiones de como podía matarla, como podía alimentarse de ella...y en la mayoría de ellas no tenía que esperar mucho, sucedían en ese mismo carruaje, sin embargo, se ceñiría al plan, aunque podría llegar a matarla si al terminar el mismo no se encontraba satisfecha.

A poco de empezar el viaje y aprovechando la intimidad la cortesana se desprendió del abrigo, mostrando su verdadera naturaleza y su encanto, una delicia que encandilaría a prácticamente cualquier hombre y a mas de una mujer, una belleza que suscitaba interés en los ojos de la vampiresa, que tan solo la escudriñaba de arriba a abajo con una sonrisa en sus labios, pero sin soltar palabra alguna.

El silenció de Lilit se rompería, ahora que debía responder a la pregunta, siempre con una sonrisa fingida y una falsa sensación de calidez y amabilidad difíciles de notar por casi cualquiera.

- Estaremos solas querida, con eso es mas que suficiente - la sonrisa de la vampiresa se hizo mas grande inevitablemente arrastrada por las oscuras intenciones que había tras esas palabras. - Cuénteme un poco de su vida, tengo gran interés en conocer sobre usted señorita....- esperaba la respuesta y la explicación de todo cuanto pudiese contarle la fulana, no es que realmente tuviese interés por saber de su vida, pero en el juego que tenía en mente, debía poder conocer ciertas cosas de la "invitada".

Spoiler:

por Sweet Von Teese* Dom Jun 30, 2013 2:59 am

Las sombras se agrupaban a su alrededor y por momentos no lograba divisar a la mujer, pero la sentía allí, sentía su presencia sentada frente a ella, después de un silencio que pareció prolongarse notó la mirada fría pero atenta de su cliente. Solo iban a estar ellas dos esta noche. Mucho mejor aun, normalmente las mujeres eran mas fáciles de complacer, ella era fácil de complacer también y le bastaba con que la hicieran acabar hasta 3 veces para quedar completamente satisfecha.

Al respecto de comentar de su vida, se le cruzaron varias posibilidades por su mente. Por un momento pensó en decirle la verdad, sobre su nacimiento en el campo, su vida de trabajo en burdeles en zonas aledañas a París y su reciente incursión hace unos meses en el ambiente de la ciudad. Pero pensándolo mejor, viéndolo desde otra perspectiva eso quizá no planteaba ningún atractivo para ella, lo cual la puso en un aprieto que se reflejó en un primer instante en su cara, con sus músculos contraídos y luego en la duda de su respuesta

- Madame, esta noche puedo ser quien usted quiera, una puta, una monja, una señora de la realeza o una simple plebeya. Usted solo debe decirme que prefiere y prometo complacerla con lo que usted guste. -

aseguró buscando ser lo mas delicada en las palabras como le fue posible. La idea era ser complaciente con ella y no encasillarse en la imagen de prostituta que muchos no querían mantener y que bajaba las expectativas. En su experiencia personal había notado que generalmente las mujeres son las que mas pretensiones tenían respecto a la historia que las llevara a involucrarse y que ese ratoneo previo era decisivo.

por **Lilit** Lun Jul 08, 2013 4:35 am

Una respuesta bastante correcta y educada, aunque la cortesana no sabía el papel que desempeñaría en la función de esta noche " Esta noche seras mi esclava " pensó, mostrando una sonrisa de satisfacción que bien podría interpretarse como respuesta a las palabras de su acompañante.

-Espero que esta noche sea la que me haga pasar un fantástico rato - sonrió con una falsa amabilidad, Lilit ya sabía la respuesta, lo haría.

El carruaje no tardó mucho en llegar a su destino, el conductor, no tardó apenas unos segundos en bajar y abrir la puerta para que aquellas señoritas en el interior pudiesen bajar, quedando frente a la pequeña casa que había preparado la vampiresa. Era pequeña, fría, solitaria, y lo mejor, apartada. Una vez ambas había bajado sacó unos francos para dárselos al conductor. - Dese una vuelta, y vuelva dentro de unas horas para recoger a la señorita y llevarla a la estación otra vez - mandó con una sonrisa - Claro madame, hasta luego - contestó tomando las monedas y volviendo a tomar las riendas para marcharse.

Ahora ya estábamos a solas, y la diversión estaba por comenzar. Llevó a su invitada hasta la puerta - Por favor, pase - indicaba con gesto amable para que la cortesana fuese la primera en abrir la puerta y entrar, quedando en todo momento la vampiresa a sus espaldas, evitando cualquier tipo de intento de rechazar el trabajo, de huir, y usaría la fuerza para evitarlo si era necesario. Dentro solo encontraría una profunda oscuridad iluminada por unas velas y material propio de una sala de tortura. En cuanto aquella "niña" entrase Lilit cerraría la puerta, empezando el juego y adoptando su papel, el de ama de aquella fulana.

por Sweet Von Teese* Miér Jul 10, 2013 10:52 pm

"Una esclava, pues bien, seria la esclava mas sufrida que hay. De seguro se encargara de tocarme mientras me tiene atada con una soga al respaldar de la cama. O con algo de inventiva quizá se le ocurra pegarme un poco con algún látigo de cuero" imaginaba Sweet a medida que observaba la vista algo mezquina de su contratante, lo que relaciono con el personaje que adoptaría esta noche.

Apenas bajadas del coche, depositó el dinero en las manos de este pidiéndole que en unas horas pasara por la dama, para devolverla a la estación. Habría tiempo hasta entonces. Se encontró con la puerta de frente, se quedo esperando las indicaciones de su dama mientras esta terminaba con los formalismos del momento y le pedía que ingresara.

Haciendo lo propio, giró la mancuerna de la puerta para encontrarse con un lugar oscuro, afuera no había muchas luces pero la vista tardó en acostumbrarse a esta falta de luz. Apenas adentro localizó una silla próxima a la puerta y fue allí donde depositó el saco que llevaba en su mano junto con la cartera pequeña en la que llevaba algún que otro labial y ropa interior. Apenas para rellenarlo con cosas que podía llegar a necesitar.

Mientras trataba de adaptarse a la oscuridad pudo distinguir ademas de la silla una leve luz en el fondo, cuando de pronto la puerta se cerro y dejó de notar la presencia de la dama detrás de la misma. El espacio parecía vacío. Solo ella, la silla, la leve luz del fondo y el vacío que cerró de golpe la puerta.

-Madamme...- dijo con la voz algo turbada. No tenia miedo, pero un escalofrió se coló por entre sus ropas haciendo titubear su voz.

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