AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
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La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
La ciudad de París es interesante durante la noche pero una vez que el sol ilumina sus calles todo vuelve a una rutina miserable. Las mismas personas quejándose de su miserable existencia. Los de estamentos superiores arruinando con compromisos arreglados las vidas de sus hijos; los de estamento inferior distingo dos polos opuestos: los primeros se esfuerzan por tener el alimento cada día sin importar su condición social. El segundo modelo de este estamento se caracteriza por derrochar lo poco que posee en mujeres y alcohol.
Mientras caminaba y siguiendo esa lógica me acordé de la corriente protestante que llegó hace casi 250 años atrás a Francia; y que lo conocemos actualmente como “calvinismo” y que postulaba la teoría de la predestinación: Aquél que tuviese le fuese bien en la vida en términos de dinero, es porque las puertas del llamado “Reino de los Cielos” estaban abiertas. En cambio, si ocurría lo contrario, es porque el infierno lo esperaba al término de la vida terrenal y por tanto mejor aprovechar de esta vida antes de marchar al infierno.
– Ahora entiendo mejor a ese último grupo de personas que describí; después de todo, algo “bueno” tienen que hacer de esta vida y qué mejor si no tienes un propósito que desperdiciar tu existencia en los placeres de esta vida mundana – Pensaba a tiempo que seguía mi recorrido.
Dentro de mi viaje sin rumbo en búsqueda de respuestas, recorro las calles y callejones de la ciudad y he tenido la oportunidad de toparme con todo tipo de criaturas y he experimentado escaramuzas con algunas de ellas, pero han captado mi especial atención una especie en particular de la cual manejo muy poca información. Es una especie que no es humana y, por lo que tengo entendido no daña a los humanos o no he visto que lo hayan hecho por lo que no he tomado represalias contra ellos. Pero en diálogos con otros cazadores me dicen que las cosas no son como yo las planteo por lo que me puse a indagar más al respecto. Leí libros que no sirvieron de mucho para ser honesto y por tanto, acudí al testimonio de la gente de parís fueron la fuente de información más valiosa. Desde humanos de clase alta hasta los vagabundos de parís fueron elegidos para poder indagar al respecto.
Consulté con brujos y gitanos y quedaban algo perplejos ante las consultas que les planteaba porque asumían que, por mi oficio, no debería preguntar cosas que tenía la obligación de tener conocimiento de las mismas.
Sin embargo, en una ocasión tuve la oportunidad de conversar con un brujo en particular que me contó una leyenda de un cambia-formas legendario: –El Demonio Blanco”, peligroso por su naturaleza sigilosa y letal para cualquiera que se le acerque– me dijo a tiempo de que mis ojos se llenaron de expectación por aprender más de esa criatura.
–¿Dónde se dice que vive? – Le pregunté sin esperar una respuesta favorable y sin embargo el me comentó: – No se sabe exactamente donde vive; producto de su naturaleza es probable que esté en cualquier parte. Sin embargo, lo más seguro es que puedas encontrar más pistas en las lejanías. Allí es donde, por su naturaleza animal, disputan territorios y prueban sus fuerzas, acá en cambio sólo se presentan en su forma humana y se camuflan entre nosotros– terminó diciendo con una voz mística que me permitió darme el lujo de creerle.
– Valoro toda su información señor– A tiempo de que sacaba unos francos de mis bolsillos como señal de agradecimiento.
Sin esperar más tiempo comencé un extenuante viaje a los pantanos que rodean París y que se conectan con los bosques para luego vislumbrar a lo lejos los Alpes Suizos.
La temperatura disminuía conforme aumentaba en la altura y frente a este crudo invierno la nieve sólo podía combatirla con un cigarrillo que me brindara una sensación mínima de calor.
Adentrándome en el pantano cubierto de nieve, tomé la precaución de marcar los árboles con mis dagas para no perder el camino que había tomado antes de salir de la ciudad. Pero fue imposible que los sonidos del lugar no desataran una paranoia en esta nueva aventura.
–Padre, ayúdame a salir vivo de ésta– pensaba a tiempo que exhalaba el humo del cigarrillo y una neblina se volvía cada vez más intensa. Decidí detenerme y explorar mi alrededor. Me puse en cuclillas para poder tocar con mi mano donde estaba el suelo firme producto de la nieve. Pasaron alrededor de 6 segundos para llegar al suelo.
–Debe haber mínimo unos 50 centímetros de profundidad entre la nieve y la superficie. Esto es lo que ha dificultado mi caminar de manera considerable– Pensé a tiempo de que sacaba una barra de chocolate para evitar la fatiga del viaje. –Es mejor que descanse un poco– Me dije a tiempo que veía unos árboles tirados que servían para recostarme y recuperar las energías.
No dejaba de mirar lo que me rodeaba, mas el campo visual que tenía era bastante limitado –Maldita niebla. Por suerte había dejado de caer nieve, tan sólo necesito que la niebla disminuya un poco más para que este viaje de reconocimiento no sea en vano– Meditaba para poder planear un plan que asegurase mi sobrevivencia.
Mientras meditaba pude sentir alguien que me observaba –no más de unas cuantas yardas de mí– supuse por el terreno donde nos hallábamos. –Si es él con buena razón le llaman el “Demonio Blanco” – pensé irónicamente a tiempo que me incorporaba; apagaba mi cigarrillo y cargaba mi rifle. –Sería imprudente atacar desde un inicio, sobretodo con esta niebla infame. No, lo mejor será que encuentre un lugar más o menos seguro donde esconderme y planear una estrategia mejor – Me dije a tiempo que divisaba unos árboles junto a unos matorrales cubiertos de nieve. – Perfecto – dije, mientras me escondía a ver si el destino me sonreía con un escenario más favorable.
Mientras caminaba y siguiendo esa lógica me acordé de la corriente protestante que llegó hace casi 250 años atrás a Francia; y que lo conocemos actualmente como “calvinismo” y que postulaba la teoría de la predestinación: Aquél que tuviese le fuese bien en la vida en términos de dinero, es porque las puertas del llamado “Reino de los Cielos” estaban abiertas. En cambio, si ocurría lo contrario, es porque el infierno lo esperaba al término de la vida terrenal y por tanto mejor aprovechar de esta vida antes de marchar al infierno.
– Ahora entiendo mejor a ese último grupo de personas que describí; después de todo, algo “bueno” tienen que hacer de esta vida y qué mejor si no tienes un propósito que desperdiciar tu existencia en los placeres de esta vida mundana – Pensaba a tiempo que seguía mi recorrido.
Dentro de mi viaje sin rumbo en búsqueda de respuestas, recorro las calles y callejones de la ciudad y he tenido la oportunidad de toparme con todo tipo de criaturas y he experimentado escaramuzas con algunas de ellas, pero han captado mi especial atención una especie en particular de la cual manejo muy poca información. Es una especie que no es humana y, por lo que tengo entendido no daña a los humanos o no he visto que lo hayan hecho por lo que no he tomado represalias contra ellos. Pero en diálogos con otros cazadores me dicen que las cosas no son como yo las planteo por lo que me puse a indagar más al respecto. Leí libros que no sirvieron de mucho para ser honesto y por tanto, acudí al testimonio de la gente de parís fueron la fuente de información más valiosa. Desde humanos de clase alta hasta los vagabundos de parís fueron elegidos para poder indagar al respecto.
Consulté con brujos y gitanos y quedaban algo perplejos ante las consultas que les planteaba porque asumían que, por mi oficio, no debería preguntar cosas que tenía la obligación de tener conocimiento de las mismas.
Sin embargo, en una ocasión tuve la oportunidad de conversar con un brujo en particular que me contó una leyenda de un cambia-formas legendario: –El Demonio Blanco”, peligroso por su naturaleza sigilosa y letal para cualquiera que se le acerque– me dijo a tiempo de que mis ojos se llenaron de expectación por aprender más de esa criatura.
–¿Dónde se dice que vive? – Le pregunté sin esperar una respuesta favorable y sin embargo el me comentó: – No se sabe exactamente donde vive; producto de su naturaleza es probable que esté en cualquier parte. Sin embargo, lo más seguro es que puedas encontrar más pistas en las lejanías. Allí es donde, por su naturaleza animal, disputan territorios y prueban sus fuerzas, acá en cambio sólo se presentan en su forma humana y se camuflan entre nosotros– terminó diciendo con una voz mística que me permitió darme el lujo de creerle.
– Valoro toda su información señor– A tiempo de que sacaba unos francos de mis bolsillos como señal de agradecimiento.
Sin esperar más tiempo comencé un extenuante viaje a los pantanos que rodean París y que se conectan con los bosques para luego vislumbrar a lo lejos los Alpes Suizos.
La temperatura disminuía conforme aumentaba en la altura y frente a este crudo invierno la nieve sólo podía combatirla con un cigarrillo que me brindara una sensación mínima de calor.
Adentrándome en el pantano cubierto de nieve, tomé la precaución de marcar los árboles con mis dagas para no perder el camino que había tomado antes de salir de la ciudad. Pero fue imposible que los sonidos del lugar no desataran una paranoia en esta nueva aventura.
–Padre, ayúdame a salir vivo de ésta– pensaba a tiempo que exhalaba el humo del cigarrillo y una neblina se volvía cada vez más intensa. Decidí detenerme y explorar mi alrededor. Me puse en cuclillas para poder tocar con mi mano donde estaba el suelo firme producto de la nieve. Pasaron alrededor de 6 segundos para llegar al suelo.
–Debe haber mínimo unos 50 centímetros de profundidad entre la nieve y la superficie. Esto es lo que ha dificultado mi caminar de manera considerable– Pensé a tiempo de que sacaba una barra de chocolate para evitar la fatiga del viaje. –Es mejor que descanse un poco– Me dije a tiempo que veía unos árboles tirados que servían para recostarme y recuperar las energías.
No dejaba de mirar lo que me rodeaba, mas el campo visual que tenía era bastante limitado –Maldita niebla. Por suerte había dejado de caer nieve, tan sólo necesito que la niebla disminuya un poco más para que este viaje de reconocimiento no sea en vano– Meditaba para poder planear un plan que asegurase mi sobrevivencia.
Mientras meditaba pude sentir alguien que me observaba –no más de unas cuantas yardas de mí– supuse por el terreno donde nos hallábamos. –Si es él con buena razón le llaman el “Demonio Blanco” – pensé irónicamente a tiempo que me incorporaba; apagaba mi cigarrillo y cargaba mi rifle. –Sería imprudente atacar desde un inicio, sobretodo con esta niebla infame. No, lo mejor será que encuentre un lugar más o menos seguro donde esconderme y planear una estrategia mejor – Me dije a tiempo que divisaba unos árboles junto a unos matorrales cubiertos de nieve. – Perfecto – dije, mientras me escondía a ver si el destino me sonreía con un escenario más favorable.
Claude Van Musschenbroek- Cazador Clase Alta
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
* Corria por la blanca nieve, la neblina y el terreno del pantano un pequeño cachorro de tigre alvino, llevaba en el ocico una mano humana y una cabeza de otro humano. el pelaje estaba manchado de sangre al igual que la nieve por donde pisaba, ella sangraba de una pata trasera, unos malditos cirqueros la habian capturado para ponerla como parte de la exibicion de fenomenos del circo "el famoso Demonio Blanco", pero ellos no contaban con que como humana estaba bien armada y que como animal seria un desastre, le habian hecho creer a la mercenaria que habia que capturar a un ruffian de circo para que les ayudara, pero en cuanto piso el esenario como acordaron, le habian encerrado, mas no les habia durado mucho el show ya que al dia siguiente en plena funcion le arranco de una mordida la cabeza al domador y a quienes la trataron de controlar en su forma humana a uno le habia cortado los brazos con la guadaña y a otro simplemente le estrello el craneo contra una pared de roca solida. Le habian disparada algo con plata y le habia rozado las piernas hacienda que se transformara en cachorro para escabullirse major. llegando a los pantanos ya con mas cansansio conforme llegaba la tarde noche, el pantano era el refugio perfecto para perder el rastro*
*En ese momento trepo por los altos arboles y se movio atraves de sus ramas, un olor muy peculiar le llego a sus narices felinas, era el olor a Tabaco, era raro que los humanos incluyendo cazadores se adentraran tanto. siguio avanzando atraves de las ramas con siguilo y sin hacer el menor ruido possible, la nieve y neblina eran el camuflaje perfecto y siguio avanzando hasta llegar a un claro de tierra firme y una orilla del pantano, se bajo del arbol y se vio reflejada en el agua como el animal que era*
*En ese momento trepo por los altos arboles y se movio atraves de sus ramas, un olor muy peculiar le llego a sus narices felinas, era el olor a Tabaco, era raro que los humanos incluyendo cazadores se adentraran tanto. siguio avanzando atraves de las ramas con siguilo y sin hacer el menor ruido possible, la nieve y neblina eran el camuflaje perfecto y siguio avanzando hasta llegar a un claro de tierra firme y una orilla del pantano, se bajo del arbol y se vio reflejada en el agua como el animal que era*
Última edición por Sigrid Wolfkang el Jue Sep 12, 2013 11:44 pm, editado 1 vez
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
Luego de descansar un poco, me desperté para notar que, finalmente la niebla había disminuido y que podía continuar mi viaje… Recorrí los humedales del pantano cubierto de nieve y ya con un campo visual más amplio, observé unos rastros rojos en la nieve. Toqué la sustancia viscosa y de color más rojizo que el del vino. Este líquido se disolvía más rápidamente al condensarse conjunto al agua, por lo que la conclusión era simple y tajante: Sangre.
La sangre estaba esparcida de manera poco uniforme, por lo que el rastreo se tornó más dificultoso de lo que esperaba. Marqué un símbolo peculiar en un árbol de baja altura como punto de inicio, que sólo yo podría reconocer y marché hacia rutas diferentes donde, cada una tendría un símbolo diferente, de manera que no podría perderme.
Durante la primera ruta la sangre desaparecía al poco tiempo, por lo que me vi obligado a regresar de manera casi inmediata –Tiempo perdido y la noche ya está próxima a llegar– Pensaba a tiempo que regresaba al punto de inicio.
La segunda ruta no sirvió más que para encontrar unos restos de huesos, seguramente de algún herbívoro con mala suerte. –Creo que esto no tiene un futuro prometedor, supongo que si no tengo suerte en la ruta que queda tendré que regresar a la ciudad y volver mañana temprano– Concluía con un ánimo de desconsuelo y decepción.
La ruta final resultó ser la más complicada y también la más aburrida. Llena de arbustos cubiertos de nieve, no hacían más que perder el rastro de sangre y sin mencionar las espinas que se clavaban en mí mientras las maldecía a tiempo de que se incrustaban. Pero este rastro no terminó como los otros. El primer camino me condujo a nada producto que la cantidad de nieve hizo que, si hubo sangre cuando pasé, ésta quedase bajo la manta blanca. El segundo camino me llevo a un posible herbívoro con mayor infortunio que el mío. Sin embargo el tercer camino me condujo a un árbol; un árbol un tanto más grande que el marqué en un inicio. Dicho árbol no tenía nada de diferente con respecto al primero excepto por una cosa: En una de sus ramas cubierta de nieve continuaba un rastro de sangre. –Interesante, así que a lo que nos enfrentamos es a una pequeña e inocente criatura que anda por ramas o a un felino de menor altura capaz de escalar los árboles producto de su agilidad– Medité a tiempo de que la expectación aumento y prendí un cigarrillo para controlarla.
Escalar por ese árbol y seguir el rastro no fue sencillo. No con la humedad que había tornado más frágiles las ramas del mismo y mis armas a cuestas. Para mi infortunio la criatura que perseguía no había escogido mejor opción para ella que saltar varios árboles consecutivamente, como si de un mono se tratase. –Esto está colmando mi paciencia– Dije en voz baja, pero totalmente irritado ante el escenario que vivía. Cuando ya había saltado tres árboles de manera consecutiva, opté por una técnica diferente: –Prefiero escalar cada árbol, ver si el rastro continuar pero siempre a ras de piso; así gastaré menos energía– Afirmé en mi interior a tiempo que caía sobre la nieve nuevamente.
–Espero que lo que sea que resulte de esto termine valiendo la pena– Comentaba a tiempo de que continuaba mi viaje y el tiempo transcurría en mi contra.
La sangre estaba esparcida de manera poco uniforme, por lo que el rastreo se tornó más dificultoso de lo que esperaba. Marqué un símbolo peculiar en un árbol de baja altura como punto de inicio, que sólo yo podría reconocer y marché hacia rutas diferentes donde, cada una tendría un símbolo diferente, de manera que no podría perderme.
Durante la primera ruta la sangre desaparecía al poco tiempo, por lo que me vi obligado a regresar de manera casi inmediata –Tiempo perdido y la noche ya está próxima a llegar– Pensaba a tiempo que regresaba al punto de inicio.
La segunda ruta no sirvió más que para encontrar unos restos de huesos, seguramente de algún herbívoro con mala suerte. –Creo que esto no tiene un futuro prometedor, supongo que si no tengo suerte en la ruta que queda tendré que regresar a la ciudad y volver mañana temprano– Concluía con un ánimo de desconsuelo y decepción.
La ruta final resultó ser la más complicada y también la más aburrida. Llena de arbustos cubiertos de nieve, no hacían más que perder el rastro de sangre y sin mencionar las espinas que se clavaban en mí mientras las maldecía a tiempo de que se incrustaban. Pero este rastro no terminó como los otros. El primer camino me condujo a nada producto que la cantidad de nieve hizo que, si hubo sangre cuando pasé, ésta quedase bajo la manta blanca. El segundo camino me llevo a un posible herbívoro con mayor infortunio que el mío. Sin embargo el tercer camino me condujo a un árbol; un árbol un tanto más grande que el marqué en un inicio. Dicho árbol no tenía nada de diferente con respecto al primero excepto por una cosa: En una de sus ramas cubierta de nieve continuaba un rastro de sangre. –Interesante, así que a lo que nos enfrentamos es a una pequeña e inocente criatura que anda por ramas o a un felino de menor altura capaz de escalar los árboles producto de su agilidad– Medité a tiempo de que la expectación aumento y prendí un cigarrillo para controlarla.
Escalar por ese árbol y seguir el rastro no fue sencillo. No con la humedad que había tornado más frágiles las ramas del mismo y mis armas a cuestas. Para mi infortunio la criatura que perseguía no había escogido mejor opción para ella que saltar varios árboles consecutivamente, como si de un mono se tratase. –Esto está colmando mi paciencia– Dije en voz baja, pero totalmente irritado ante el escenario que vivía. Cuando ya había saltado tres árboles de manera consecutiva, opté por una técnica diferente: –Prefiero escalar cada árbol, ver si el rastro continuar pero siempre a ras de piso; así gastaré menos energía– Afirmé en mi interior a tiempo que caía sobre la nieve nuevamente.
–Espero que lo que sea que resulte de esto termine valiendo la pena– Comentaba a tiempo de que continuaba mi viaje y el tiempo transcurría en mi contra.
Claude Van Musschenbroek- Cazador Clase Alta
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
*Salto hacia el otro lado del claro donde le estaban esperando algo de ropa que guardaba en las ramas mas altas para que no llamara la atencion de ese gran arbol que daba a una isla amplia y grande de tierra firme, donde todo crecia deacuerdo a su normalidad sin las intervensiones misteriosas de la naturaleza del pantano donde efectivamente estaba su casa humana y tambien animal, ya que era mas libre*
*Trepo a aquellas ramas donde aguardaba su ropas, las empujo hacia el suelo, manchando un poco el vestido y las crinolinas con las patas ya que era donde le escucria la sangre de la herida, dejo caer el baston de plata el cual se encajo en la nieve, la mano de aquel hombre callo a un lado manchando mas aun la blanca vestimenta, comenzo a desender de Nuevo a nivel del pantano y ya estando otra vez reflejada en el agua en forma de animal, se dispuso a transformarse en humana, primero fueron las piernas y pies, despues las manos y brazos, el torso y su pecho que estaba cubierto con vendajes, asi como traia unas bragas bastane cortas ambas cosas en color blanco y de una textura como de algodon, sus orejas de feline desaparecieron al igual que sus bigotes y ojos grandes y rojos, estos se tornaron purpuras y llenos de pestañas del color de la nieve y de un tamaño mediano, el osico se transformaron en labios y una boca humana llena de sangre por haber matado gente atras, su pelaje se convirtio en cabello blanco y liso, con fleco sobre la frente, heridas de flechas hechas en uno de los costados se rompio primero las flechas y despues con sus uñas largas se saco las puntas*
*El entorno que la rodeaba la hacia sentir tan segura de que nadie la obserbaba o seguia que no se habia percatado de que le acechaba alguien, su espalda desnuda estaba llena de cicatrices de toda clase, ignorando el constante y mas creciente olor a cigarillo, se dispuso a coserse las heridas que le habian provocado las fechas. mientras*
-Estupidos humanos.....Estupidos cazadores....
*dijo con algo de odio y en voz tan vaja que creyo que nadie la escucharia, mientras tanto para distraer su a su cabeza de pensamientos tristes sobre un ser que habia llegado a conquistar su frio Corazon y luego lo habia quebrado en mil pedazos se dispuso a cantar una nana para niños que a ella le solian cantar en el orfanato para espantarlos y que no salieran a jugar en las noches. Mas siempre tanto como su nemesis Broadrik y ella desovedecian y era muchas de las explicaciones que tenian las cicatrices en su espalda*
Cancion:
*Trepo a aquellas ramas donde aguardaba su ropas, las empujo hacia el suelo, manchando un poco el vestido y las crinolinas con las patas ya que era donde le escucria la sangre de la herida, dejo caer el baston de plata el cual se encajo en la nieve, la mano de aquel hombre callo a un lado manchando mas aun la blanca vestimenta, comenzo a desender de Nuevo a nivel del pantano y ya estando otra vez reflejada en el agua en forma de animal, se dispuso a transformarse en humana, primero fueron las piernas y pies, despues las manos y brazos, el torso y su pecho que estaba cubierto con vendajes, asi como traia unas bragas bastane cortas ambas cosas en color blanco y de una textura como de algodon, sus orejas de feline desaparecieron al igual que sus bigotes y ojos grandes y rojos, estos se tornaron purpuras y llenos de pestañas del color de la nieve y de un tamaño mediano, el osico se transformaron en labios y una boca humana llena de sangre por haber matado gente atras, su pelaje se convirtio en cabello blanco y liso, con fleco sobre la frente, heridas de flechas hechas en uno de los costados se rompio primero las flechas y despues con sus uñas largas se saco las puntas*
*El entorno que la rodeaba la hacia sentir tan segura de que nadie la obserbaba o seguia que no se habia percatado de que le acechaba alguien, su espalda desnuda estaba llena de cicatrices de toda clase, ignorando el constante y mas creciente olor a cigarillo, se dispuso a coserse las heridas que le habian provocado las fechas. mientras*
-Estupidos humanos.....Estupidos cazadores....
*dijo con algo de odio y en voz tan vaja que creyo que nadie la escucharia, mientras tanto para distraer su a su cabeza de pensamientos tristes sobre un ser que habia llegado a conquistar su frio Corazon y luego lo habia quebrado en mil pedazos se dispuso a cantar una nana para niños que a ella le solian cantar en el orfanato para espantarlos y que no salieran a jugar en las noches. Mas siempre tanto como su nemesis Broadrik y ella desovedecian y era muchas de las explicaciones que tenian las cicatrices en su espalda*
- Spoiler:
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
Más arbustos, pequeños árboles y un manto blanco conformaban el paisaje por el cual caminaba y que sentía en mi pesar, cómo éste se extendía hasta los confines de la tierra. Ése era mi escenario en el momento que ya decidía dormir por segunda vez para resguardarme de criaturas salvajes y, a la vez descansar para tornarme menos vulnerable ante una eventual confrontación con alguna bestia. – Caminaré tan sólo 10 kilómetros más y si ya no hay nada que me motive a continuar, buscaré un lugar para reposar un tiempo– Decía con evidente desanimo ante algo que, momentos antes lucía prometedor sin duda.
– Qué jornada más larga y aún ninguna huella de ese “Demonio Blanco” – Pensé mientras caminaba para completar casi 200 kilómetros de viaje, estando próximo al límite fronterizo de Francia y Bélgica. –Ya estoy creyendo que pagué francos por nada – Continuando mi pensamiento desencantado ante las expectativas que poseía en un comienzo. Y después de todo era normal que si bien, existían fuente de información valiosas entre los ciudadanos de París, también existía gente malintencionada que por unos cuantos francos estarían dispuestos a ofrecer su cuerpo o su alma a las tinieblas.
–Brujo bastardo, juro que te mataré si esto resulta en nada fructífero para mis fines– Maldije una y otra vez, conforme la noche se acercaba amenazante y los rastros de sangre resultaban cada vez más difíciles de conseguir.
El atardecer debo admitir que resultaba ser hermoso y era una de las cosas simples que disfrutaba, según recuerdo, desde niño. –Más tarde comenzará a verse la aurora boreal, supongo que me quedaré despierto en ese entonces durante un rato para contemplar su belleza– Reflexionaba para consolarme antes de dar fin a una jornada poco productiva.
Los colores verde azulados de la aurora hipnotizaban a cualquier hombre de mediano criterio que tuviese noción mínima de lo que es la belleza. – No puedo rendirme cuando he llegado hasta aquí – Aseveré con determinación para encontrar un lago o una especie de humedal.
No había nada de extraño en él, pero no sé si, por el cansancio que ya me colmaba todos mis músculos y de paso mis sentidos, sumado también a la noche que dificultaba aún más mi tarea, logré ver algo; una mancha roja que se movía entre el manto blanco. –¡Genial!, ya estoy alucinando y llegando al límite, tuve que haber dormido un tiempo más prolongado– Meditaba a tiempo que entrecerraba mis ojos para alcanzar a dilucidar qué era esa mancha roja.
Nunca había visto algo similar y no tenía certeza si lo que estaba viendo era o no cierto. Lo único que veía era esa mancha roja y un color blanco que lo rodeaba, el cual generaba movimientos en sí mismo. Junto con ese efecto de movimiento que se extendía por un radio de unos 50 a 60 centímetros, inmediatamente después el paisaje era completamente natural y en completa quietud, constituido por vegetación cubierta de nieve espesa y el lago. Me restregué los ojos para captar con más atención pero sin obtener mejores resultados.
–Un cazador siempre debe prever el escenario que el destino le puede deparar– Dije en voz baja para proceder a cargar mis armas, encender otro cigarrillo y proceder a usar la mira de mi rifle, creyendo ingenuamente que con dicha mira podría conseguir al fin dar con el objetivo: esa mancha blanca que se movía.
– Qué jornada más larga y aún ninguna huella de ese “Demonio Blanco” – Pensé mientras caminaba para completar casi 200 kilómetros de viaje, estando próximo al límite fronterizo de Francia y Bélgica. –Ya estoy creyendo que pagué francos por nada – Continuando mi pensamiento desencantado ante las expectativas que poseía en un comienzo. Y después de todo era normal que si bien, existían fuente de información valiosas entre los ciudadanos de París, también existía gente malintencionada que por unos cuantos francos estarían dispuestos a ofrecer su cuerpo o su alma a las tinieblas.
–Brujo bastardo, juro que te mataré si esto resulta en nada fructífero para mis fines– Maldije una y otra vez, conforme la noche se acercaba amenazante y los rastros de sangre resultaban cada vez más difíciles de conseguir.
El atardecer debo admitir que resultaba ser hermoso y era una de las cosas simples que disfrutaba, según recuerdo, desde niño. –Más tarde comenzará a verse la aurora boreal, supongo que me quedaré despierto en ese entonces durante un rato para contemplar su belleza– Reflexionaba para consolarme antes de dar fin a una jornada poco productiva.
Los colores verde azulados de la aurora hipnotizaban a cualquier hombre de mediano criterio que tuviese noción mínima de lo que es la belleza. – No puedo rendirme cuando he llegado hasta aquí – Aseveré con determinación para encontrar un lago o una especie de humedal.
No había nada de extraño en él, pero no sé si, por el cansancio que ya me colmaba todos mis músculos y de paso mis sentidos, sumado también a la noche que dificultaba aún más mi tarea, logré ver algo; una mancha roja que se movía entre el manto blanco. –¡Genial!, ya estoy alucinando y llegando al límite, tuve que haber dormido un tiempo más prolongado– Meditaba a tiempo que entrecerraba mis ojos para alcanzar a dilucidar qué era esa mancha roja.
Nunca había visto algo similar y no tenía certeza si lo que estaba viendo era o no cierto. Lo único que veía era esa mancha roja y un color blanco que lo rodeaba, el cual generaba movimientos en sí mismo. Junto con ese efecto de movimiento que se extendía por un radio de unos 50 a 60 centímetros, inmediatamente después el paisaje era completamente natural y en completa quietud, constituido por vegetación cubierta de nieve espesa y el lago. Me restregué los ojos para captar con más atención pero sin obtener mejores resultados.
–Un cazador siempre debe prever el escenario que el destino le puede deparar– Dije en voz baja para proceder a cargar mis armas, encender otro cigarrillo y proceder a usar la mira de mi rifle, creyendo ingenuamente que con dicha mira podría conseguir al fin dar con el objetivo: esa mancha blanca que se movía.
Claude Van Musschenbroek- Cazador Clase Alta
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
*El olor a cigarro llego a sus narices pero no le dio importancia, siguio cantando la cancion infantil mientras se seguia cosiendo el costado y se hacia un torniquete en el pierna que le habian herido*
*Se le quedo viendo un poco al agua del lago y pues basicamente estaba ya semidesnuda a exepcion de los vendajes que tenia alrededor del pecho y sus bragas cortas, se decidio a meterse al agua a nadir un poco, el agua era tan cristalina que en verano reflejaba la superficie, nado inconcientemente hasta que el olor a Tabaco quemandoce estaba ya muy cercano y la verdad no esperaba que pasara nada. Haria lo que fuera con tal de olvidarse de quien le habia ofendido y tambien de quien le habia roto el Corazon*
*queria olvidarse del mundo por un buen rato, deseando que solo existiera ella en ese grande mundo que la rodeaba, esto no era mas que un escape y el agua ayudaba a olvidar todo, lavava todo incluso la sangre ajena como tambien la propia, nadaba sin rumbo fijo con los ojos cerrados y boca arriba, olvidandose incluso de sus ropas que esperaban abajo en una rama no muy alta de un arbol cercano a donde estaban sus cosas, incluso la mano humana podria esperar no le importaba en lo mas minimo, se sentia como en el cielo de alguna forma mientras continuaba cantando esa nana.*
*Su dulce pero fria voz la cargaba el viento llevandola a los oidos mas cercanos tanto de animales como de humanos, su voz parecia ser llenada con polvos de hadas que la hacian parecer magica y enigmatica, misteriosa pero siempre con ese toque frio como el mismo clima de ahora y el blanco paisaje. Muchos "vecinos" la llamaban Banshee, ella se reia ante esos nombres. Por lo que no pudo evitar el que su inexpresivo rostro mostrara una sonrisa al imaginarse el tan solo pronunciar el sobrenombre de "Banshee" y por que no hacerle justicia a la leyenda, Pensaba todo esto acercandose peligrosamente al olor a Tabaco quemado*
*Se le quedo viendo un poco al agua del lago y pues basicamente estaba ya semidesnuda a exepcion de los vendajes que tenia alrededor del pecho y sus bragas cortas, se decidio a meterse al agua a nadir un poco, el agua era tan cristalina que en verano reflejaba la superficie, nado inconcientemente hasta que el olor a Tabaco quemandoce estaba ya muy cercano y la verdad no esperaba que pasara nada. Haria lo que fuera con tal de olvidarse de quien le habia ofendido y tambien de quien le habia roto el Corazon*
*queria olvidarse del mundo por un buen rato, deseando que solo existiera ella en ese grande mundo que la rodeaba, esto no era mas que un escape y el agua ayudaba a olvidar todo, lavava todo incluso la sangre ajena como tambien la propia, nadaba sin rumbo fijo con los ojos cerrados y boca arriba, olvidandose incluso de sus ropas que esperaban abajo en una rama no muy alta de un arbol cercano a donde estaban sus cosas, incluso la mano humana podria esperar no le importaba en lo mas minimo, se sentia como en el cielo de alguna forma mientras continuaba cantando esa nana.*
*Su dulce pero fria voz la cargaba el viento llevandola a los oidos mas cercanos tanto de animales como de humanos, su voz parecia ser llenada con polvos de hadas que la hacian parecer magica y enigmatica, misteriosa pero siempre con ese toque frio como el mismo clima de ahora y el blanco paisaje. Muchos "vecinos" la llamaban Banshee, ella se reia ante esos nombres. Por lo que no pudo evitar el que su inexpresivo rostro mostrara una sonrisa al imaginarse el tan solo pronunciar el sobrenombre de "Banshee" y por que no hacerle justicia a la leyenda, Pensaba todo esto acercandose peligrosamente al olor a Tabaco quemado*
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
Mi concentración justo antes de disparar fue perturbada por el sonido leve, casi hipnótico de una canción, una nana al parecer que provenía desde la misma mancha roja. Levanté la mirada desconcertado y es que la dulce voz hacían parecer a este supuesto “Demonio Blanco” en un “Ángel” para los creyentes. –En ocasiones como estas me alegro de no creer en algo que no pueda ser probado más que por vía racional– Pensé para luego darme cuenta que, debido a la perplejidad en la que estaba envuelto, se me había caído el cigarrillo.
Resultaba difícil concentrarse,cuando tus oídos eran rodeados por esa dulce melodía, por lo que decidí bajar el arma y acercarme. No logré hacerlo sigilosamente como acostumbraba sino que torpemente. Sin embargo la nana continuaba como si la criatura viviese en su mundo y no supiese nada de lo que acontecía en la realidad. Antes de que el efecto de la canción siguiese en mi cuerpo, me dejé caer de frente en la nieve para que el frío y los estímulos me despertasen. Tuve éxito de hecho y con una distancia más corta entre ambos y por tanto, favorable para mis propósitos, me dispuse a disparar. Observé primeramente a mi alrededor y vislumbre que alrededor del lago se encontraban árboles de mediana altura con vegetación cubierta por la nieve. Distinguí también que el rastro de sangre terminaba junto al lago. Por último en el lago mismo veía como unos restos de sangre se diluían en el agua hasta desaparecer poco a poco. Deduje a fin de cuentas que una criatura, siendo o no el supuesto “Demonio Blanco” estaba herida y cantaba una nana a tiempo de que se movía en el agua.
Sopesando que la cosa que estaba en el agua estaba distraída, disparé varías flechas con un veneno hacia los árboles adyacentes al lago. Junto con ello, disparé otra serie de flechas con mi ballesta a la copa de los árboles que no habían sido fuertes víctimas de la nieve y poseían, por tanto, vegetación un poco más abundante.
— Los preparativos están listos, que comience el espectáculo — Dije a tiempo que me levantaba, me puse tras un árbol y disparaba con dirección al último rastro de sangre.
Resultaba difícil concentrarse,cuando tus oídos eran rodeados por esa dulce melodía, por lo que decidí bajar el arma y acercarme. No logré hacerlo sigilosamente como acostumbraba sino que torpemente. Sin embargo la nana continuaba como si la criatura viviese en su mundo y no supiese nada de lo que acontecía en la realidad. Antes de que el efecto de la canción siguiese en mi cuerpo, me dejé caer de frente en la nieve para que el frío y los estímulos me despertasen. Tuve éxito de hecho y con una distancia más corta entre ambos y por tanto, favorable para mis propósitos, me dispuse a disparar. Observé primeramente a mi alrededor y vislumbre que alrededor del lago se encontraban árboles de mediana altura con vegetación cubierta por la nieve. Distinguí también que el rastro de sangre terminaba junto al lago. Por último en el lago mismo veía como unos restos de sangre se diluían en el agua hasta desaparecer poco a poco. Deduje a fin de cuentas que una criatura, siendo o no el supuesto “Demonio Blanco” estaba herida y cantaba una nana a tiempo de que se movía en el agua.
Sopesando que la cosa que estaba en el agua estaba distraída, disparé varías flechas con un veneno hacia los árboles adyacentes al lago. Junto con ello, disparé otra serie de flechas con mi ballesta a la copa de los árboles que no habían sido fuertes víctimas de la nieve y poseían, por tanto, vegetación un poco más abundante.
— Los preparativos están listos, que comience el espectáculo — Dije a tiempo que me levantaba, me puse tras un árbol y disparaba con dirección al último rastro de sangre.
Claude Van Musschenbroek- Cazador Clase Alta
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
*Sigrid cantaba concentrada cuando percibio su nariz olor a tabaco cercano de donde estaba ella, se diriguio nadando hacia una orilla cercana, no había logrado escuchar el estrepitoso desenso de quien le vigilaba, cerca de esa orilla el olor a cigarro se hacia mas intenso, continuo cantando para asi hacer creer a quien fuera que la vigilaba que no estaba prestando atención a lo que pasaba*
*Llego a la orilla y se recogio su largo cabello blanco que hacia un poco de contraste con su piel de color blanco como la nieve debido a que en las terminaciones y ya mas en lo interno del cabello se lograba ver un ligero tono rubio, característico de los humanos que padecían la misma enfermedad que ella que era el albinismo, se exprimio el exeso de agua en su cabello blanquecino, se reajusto los vendajes que rodeaban sus pechos, y se dispuso a caminar entre la nieve, pero un sonido de flechas ciendo disparadas a los arboles la hizo voltear hacia el cielo, se movio sigilosamente entre la nieve para llegar a donde estaban sus ropas, agarro su baston de plata entre sus manos, dejando la mano de hombre que llacia entre la nieve expuesta y vio entre sus ropas el cigarrillo volteo hacia arriba y no vio nada pero le parecio extraño encontrar una especie de figura marcada en la nieve*
*Sintio como un par de felchas rozaron su hombro izquierdo, una pasando tan cerca que le rasgo levemente el hombro, sintió que algo la mareaba, pero se logro concentrar para ver de donde venían las felchas, donde entonces se diriguio de nuevo al lago, busco con sus ojos purpuras a quien le estaría atacando mientras buscaba sus manos automáticamente armaron la guadaña que estaba oculta en el baston de plata que poseía en las manos*
*Llego a la orilla y se recogio su largo cabello blanco que hacia un poco de contraste con su piel de color blanco como la nieve debido a que en las terminaciones y ya mas en lo interno del cabello se lograba ver un ligero tono rubio, característico de los humanos que padecían la misma enfermedad que ella que era el albinismo, se exprimio el exeso de agua en su cabello blanquecino, se reajusto los vendajes que rodeaban sus pechos, y se dispuso a caminar entre la nieve, pero un sonido de flechas ciendo disparadas a los arboles la hizo voltear hacia el cielo, se movio sigilosamente entre la nieve para llegar a donde estaban sus ropas, agarro su baston de plata entre sus manos, dejando la mano de hombre que llacia entre la nieve expuesta y vio entre sus ropas el cigarrillo volteo hacia arriba y no vio nada pero le parecio extraño encontrar una especie de figura marcada en la nieve*
*Sintio como un par de felchas rozaron su hombro izquierdo, una pasando tan cerca que le rasgo levemente el hombro, sintió que algo la mareaba, pero se logro concentrar para ver de donde venían las felchas, donde entonces se diriguio de nuevo al lago, busco con sus ojos purpuras a quien le estaría atacando mientras buscaba sus manos automáticamente armaron la guadaña que estaba oculta en el baston de plata que poseía en las manos*
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
La noche invadió a mí y a lo que sea que haya estado nadando en el lago. Resultaba un anochecer muy sereno y con toque casi místico que, por efecto de la nana que sonaba tornaron imposible poder disparar con certeza a mi objetivo, rozándolo siquiera.
—Espero que algo del veneno se haya insertado en el torrente sanguíneo de esa cosa— Pensé para darme cuenta luego que se seguía moviendo con una naturalidad perturbadora y que a la vez me causaba expectación ante lo que me esperaba.
Al colocar más atención en la silueta de la criatura quede simplemente maravillado; y es que su figura era la de una mujer adulta pero sus movimientos, algunos torpes y otros con sigilo mostraban una actitud de una infante.
—Primero Bridegette y luego esto. Cuando será que tenga una batalla con otro que no sea un infante— Decía con un tono leve y con evidente molestia, mientras planeaba cuando iba ser mejor dar inicio al segundo acto.
Cuando miré nuevamente al lago, noté un arma muy peculiar y sin duda atemorizante, si la pudiese describir en una sola palabra.
—Al menos ésta muchacha se encuentra armada, y vaya arma la que se guardaba entre sus pertenencias — Decía ya en un tono más alto y con risas de por medio.
Ya era tiempo de continuar y ya podía apreciar como la mujer se acercaba con su guadaña en mano y una mirada que me recordó mía propia: mirada de odio; de ira y de necesidad de matar por el sólo afán de hacerlo. La niña que miró antes en cuerpo de mujer ya no existía, ahora la criatura parecía estar poseída. De algún modo descubrió mi posición y venía con una determinación en sus ojos de un color púrpura intenso sin duda lo que, paradójicamente me resultó seductor a simple vista. Caminaba torpemente, como si la guadaña de moviese por cuenta propia, viniendo hacia mí pero deambulando en el proceso. La sonrisa de la muchacha con sed ver mi sangre derramada en la nieve demostraba su sadismo y resultaba atractivo contemplarlo.
—Con razón tantos mueren en tus manos, pequeña— dije ya mirándola a los ojos. — Pero lamento comunicarle que no seré uno de ellos— terminé guiñándole un ojo casi por instinto.
—Así que “Demonio” resultó ser el arma, mientras que “Blanco” era más bien la portadora— mencionaba aún sonriente, contemplando la noche y agradeciendo en mi interior que el viaje no fue en vano.
Sus movimientos, sus ojos y su arma que podría ser muy útil en un futuro cercano hicieron que mis planes cambiaran, es más ahora mi siguiente objetivo era tenerla en mis brazos. Si se tornaba interesante lo nuestro la dejaba vivir y sino la mataba... no tenía mucho que perder y mi existencia no tenía un propósito claro aún, por lo que mi vida aún no tenía un significado particular en el caso de que ella tomase mi vida en esas manos pequeñas que portaban el arma mortífera.
—Cambio de planes, mademoiselle— Le mencioné para luego apuntar a las ramas de los árboles con menor cantidad de nieve que había elegido previamente, para hacer la lluvia de flechas con un poco de material combustible.
— Ya es tiempo de prender el fuego entre nosotros— Terminé diciendo con confianza y algo de picardía, para disparar a uno de ellos con una flecha cubierta por el fuego que encendió paulatinamente el bosque mientras dejaba que el líquido somnífero actuase de a poco al interior de su cuerpo y la luz que nos rodeaba eran las llamas mismas para dar la bienvenida al infierno y al Demonio en persona.
—Espero que algo del veneno se haya insertado en el torrente sanguíneo de esa cosa— Pensé para darme cuenta luego que se seguía moviendo con una naturalidad perturbadora y que a la vez me causaba expectación ante lo que me esperaba.
Al colocar más atención en la silueta de la criatura quede simplemente maravillado; y es que su figura era la de una mujer adulta pero sus movimientos, algunos torpes y otros con sigilo mostraban una actitud de una infante.
—Primero Bridegette y luego esto. Cuando será que tenga una batalla con otro que no sea un infante— Decía con un tono leve y con evidente molestia, mientras planeaba cuando iba ser mejor dar inicio al segundo acto.
Cuando miré nuevamente al lago, noté un arma muy peculiar y sin duda atemorizante, si la pudiese describir en una sola palabra.
—Al menos ésta muchacha se encuentra armada, y vaya arma la que se guardaba entre sus pertenencias — Decía ya en un tono más alto y con risas de por medio.
Ya era tiempo de continuar y ya podía apreciar como la mujer se acercaba con su guadaña en mano y una mirada que me recordó mía propia: mirada de odio; de ira y de necesidad de matar por el sólo afán de hacerlo. La niña que miró antes en cuerpo de mujer ya no existía, ahora la criatura parecía estar poseída. De algún modo descubrió mi posición y venía con una determinación en sus ojos de un color púrpura intenso sin duda lo que, paradójicamente me resultó seductor a simple vista. Caminaba torpemente, como si la guadaña de moviese por cuenta propia, viniendo hacia mí pero deambulando en el proceso. La sonrisa de la muchacha con sed ver mi sangre derramada en la nieve demostraba su sadismo y resultaba atractivo contemplarlo.
—Con razón tantos mueren en tus manos, pequeña— dije ya mirándola a los ojos. — Pero lamento comunicarle que no seré uno de ellos— terminé guiñándole un ojo casi por instinto.
—Así que “Demonio” resultó ser el arma, mientras que “Blanco” era más bien la portadora— mencionaba aún sonriente, contemplando la noche y agradeciendo en mi interior que el viaje no fue en vano.
Sus movimientos, sus ojos y su arma que podría ser muy útil en un futuro cercano hicieron que mis planes cambiaran, es más ahora mi siguiente objetivo era tenerla en mis brazos. Si se tornaba interesante lo nuestro la dejaba vivir y sino la mataba... no tenía mucho que perder y mi existencia no tenía un propósito claro aún, por lo que mi vida aún no tenía un significado particular en el caso de que ella tomase mi vida en esas manos pequeñas que portaban el arma mortífera.
—Cambio de planes, mademoiselle— Le mencioné para luego apuntar a las ramas de los árboles con menor cantidad de nieve que había elegido previamente, para hacer la lluvia de flechas con un poco de material combustible.
— Ya es tiempo de prender el fuego entre nosotros— Terminé diciendo con confianza y algo de picardía, para disparar a uno de ellos con una flecha cubierta por el fuego que encendió paulatinamente el bosque mientras dejaba que el líquido somnífero actuase de a poco al interior de su cuerpo y la luz que nos rodeaba eran las llamas mismas para dar la bienvenida al infierno y al Demonio en persona.
Claude Van Musschenbroek- Cazador Clase Alta
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
*Se acerco tanto a donde estaba el cazador hasta que lo tuvo frente a frente, sus frios ojos se quedaron viendo los del cazador, un mar profundo y violento eran esos ojos del cazador, escucho sus palabras y le empujo y lo tumbo hacia la nieve, al ver como ardia el bosque*
-Esta loco!...eso lo veremos Joven....
*rodo en la nieve soltando la guadaña que se habia calentado un poco mientras dejandola al alcanze de sus manos. las uñas de sus pequeñas manos crecieron y estaban afiladas, le araño la espalda razgandole la ropa y hacienda que sangrara un poco de la espalda, estando ya en el piso con el lo pateo en el estomago al levantarse con la rodilla para dejarlo sin aire y poder recoger su arma*
*Se paro pero el la hizo tropezar y callo deteniendola agarrandole un pie y haciendo que caiga*
-Que demonios le pasa? por que incendio el bosque?
*Dijo en tono frio pero con ira y sadismo mientras se safaba del pie, mientras el recogia su arma para apuntarle, disparandole una flecha, la cual se clavo en el hombre blanco de Sigrid, gruño un poco al sentir eso mientras lineas delgadas y rojas se dibujaban rapidamente en la piel blanca de la joven. Le vio con deseos de matarlo fue cuando corrio por su arma, ya que el la habia lanzado lejos mientras recuperaba el aire, su Mirada purpura se clavo en los ojos azules del cazador con una frialdad y maldad que le hielaria la sangre a cualquiera y dijo*
-Su cabeza sera mia......
*La sonrisa que se le formo en rostro era tan inhumana que daba miedo.*
-Esta loco!...eso lo veremos Joven....
*rodo en la nieve soltando la guadaña que se habia calentado un poco mientras dejandola al alcanze de sus manos. las uñas de sus pequeñas manos crecieron y estaban afiladas, le araño la espalda razgandole la ropa y hacienda que sangrara un poco de la espalda, estando ya en el piso con el lo pateo en el estomago al levantarse con la rodilla para dejarlo sin aire y poder recoger su arma*
*Se paro pero el la hizo tropezar y callo deteniendola agarrandole un pie y haciendo que caiga*
-Que demonios le pasa? por que incendio el bosque?
*Dijo en tono frio pero con ira y sadismo mientras se safaba del pie, mientras el recogia su arma para apuntarle, disparandole una flecha, la cual se clavo en el hombre blanco de Sigrid, gruño un poco al sentir eso mientras lineas delgadas y rojas se dibujaban rapidamente en la piel blanca de la joven. Le vio con deseos de matarlo fue cuando corrio por su arma, ya que el la habia lanzado lejos mientras recuperaba el aire, su Mirada purpura se clavo en los ojos azules del cazador con una frialdad y maldad que le hielaria la sangre a cualquiera y dijo*
-Su cabeza sera mia......
*La sonrisa que se le formo en rostro era tan inhumana que daba miedo.*
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
Lo que a continuación se tornaba en escena era realmente perturbador, primero porque era la primera vez que lo presenciaba y segundo porque me hizo pensar que no necesitaba arma alguna si en sí misma ella era un arma.
—Si logro hacer lo mismo que hice tiempo atrás con Bridegette tendré un espía también en este mundo tan misterioso del cual ella forma parte— Pensé esbozando al mismo tiempo una sonrisa ante un buen plan descuidando un poco mi defensa. Error que me costará caro.
—¡¡¡Ahhhhhhhhhh!!! ¡¡¡Maldita bastarda!!!— Grité apenas sentí el contacto de sus garras rasgando mi piel y la sangre que inmediatamente procedió a salpicar el manto blanco. Seguidamente los golpes cortaron mi respiración un instante tumbándome en el suelo y haciendo el dolor un tanto más intenso producto del roce con la nieve.
—Al menos esto ayudará a que cicatrice— Indiqué irónicamente mientras yacía tumbado ahí tratando de pensar en algo que me ayudase a seguir ganando tiempo.
Lo primero que hice, para que la combustión provocada por el fuego que nos envolvía no me afectase de manera fulminante, fue ingerir un poco de la nieve para que por efecto de la fusión, convertir en agua y así obtener más oxígeno del que disponía el ambiente.
Una vez que me sentí menos mareado me di vueltas y disparé una flecha más envuelta en el mismo somnífero, dándole en esta oportunidad en el talón atravesando sus ligamentos lo que la hizo caer a tiempo antes de que se acercara nuevamente con la guadaña.
—Ahora, si no quieres salir peor de ésta, te quedarás allí— Le dije a tiempos de que incorporaba nuevamente contemplando su mirada que imploraba mi cabeza servida en un plato.
—No esta vez mademoiselle— dije con un tono que tenía algo de picardía en sus palabras y observaba como el bosque era consumido por el fuego, sanando un poco mis heridas con unos vendajes y esperando que esta cosa enfrente mío no guardase más sorpresas.
—Si logro hacer lo mismo que hice tiempo atrás con Bridegette tendré un espía también en este mundo tan misterioso del cual ella forma parte— Pensé esbozando al mismo tiempo una sonrisa ante un buen plan descuidando un poco mi defensa. Error que me costará caro.
—¡¡¡Ahhhhhhhhhh!!! ¡¡¡Maldita bastarda!!!— Grité apenas sentí el contacto de sus garras rasgando mi piel y la sangre que inmediatamente procedió a salpicar el manto blanco. Seguidamente los golpes cortaron mi respiración un instante tumbándome en el suelo y haciendo el dolor un tanto más intenso producto del roce con la nieve.
—Al menos esto ayudará a que cicatrice— Indiqué irónicamente mientras yacía tumbado ahí tratando de pensar en algo que me ayudase a seguir ganando tiempo.
Lo primero que hice, para que la combustión provocada por el fuego que nos envolvía no me afectase de manera fulminante, fue ingerir un poco de la nieve para que por efecto de la fusión, convertir en agua y así obtener más oxígeno del que disponía el ambiente.
Una vez que me sentí menos mareado me di vueltas y disparé una flecha más envuelta en el mismo somnífero, dándole en esta oportunidad en el talón atravesando sus ligamentos lo que la hizo caer a tiempo antes de que se acercara nuevamente con la guadaña.
—Ahora, si no quieres salir peor de ésta, te quedarás allí— Le dije a tiempos de que incorporaba nuevamente contemplando su mirada que imploraba mi cabeza servida en un plato.
—No esta vez mademoiselle— dije con un tono que tenía algo de picardía en sus palabras y observaba como el bosque era consumido por el fuego, sanando un poco mis heridas con unos vendajes y esperando que esta cosa enfrente mío no guardase más sorpresas.
Claude Van Musschenbroek- Cazador Clase Alta
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
*Sigrid habia logrado escapar del agarre del cazador, al cual le calculaba almenos unos 5 o 6 años mayor que ella, levantando el peso de este contra el suyo que era menor cuando estaban en el suelo debido al efecto de la adrenalina, sus uñas volvieron a la normalidad con algo de dolor, pues estaba previamente herida del costado, los vendajes ensangrentados que cubrian sus brazos y el costado, mas aparte de sus pechos que no solamente estaban vendados sino tambien tenian un bluson pegado al cuerpo interior y su ropa interior que cubria sus caderas de niña. logro quitarse de encima al cazador y aparte dejarle sin aire con un par de patadas en la entrepiernas y el estomago. El veneno que corria ya por sus venas devido al roze de las flechas poco a poc la habia comenzado a merear. Escucho como si estuviera lejos todo lo que le dijo aquel hombre con los ojos mas azules que jamas haya visto. se incline un momento en la nieve para tomar aire, pero el fuego que ardia lo hacia algo dificil, gatearia hasta donde se encontraba su arma pero el cazador reacciono antes que ella y le clavo una fleche en los tobillos dejandola inmovilizada por unos instantes. Viendo y sientiendo el peligro comenzo a invocar a toda clase de insectos a que le fueran a servir de distraccion al menos y poder escapar a un lugar mas seguro.*
*Solo se quedo tirade en la nieve boca arriba mientras trataba de respirar y estos animalitos llegaban, los primeros en hacerlo fueron unas mariposas se empezaron a parar en ella despues, llegaron mas mariposas la comenzaron a cubrir toda, haciendole algo de cosquillas y manteniendola despierta los demas insectos tales como escarabajos, cien pies y grillos comenzaron a atacar al cazador por ultimo las arañas legaron y se le comenzaban a subir a el en todas parates, Otras mariposas revoloteaban a su alrededor haciendole imposible ver que hacia ella. se arrastro unos pocos metros antes de quedar sin poder moverse. esto duro solo unos diez o 15 minutos ya que sus fuerzas se devilitaban al poco tiempo los insectos tambien se fueron quedandose a su lado solo algunas mariposas unas verdes, otras rojos con negro y otras azules revoloteaban en la blanca cabellera de Sigrid, pero su respiracion era lenta y no podia hacer mucho, viendole con algo de desprecio al cazador mientras de sus purpureos ojos se mantenian cada vez mas tiempo cerrados. Hasta que finalmente quedo inconciente a merced de aquel hombre*
*Solo se quedo tirade en la nieve boca arriba mientras trataba de respirar y estos animalitos llegaban, los primeros en hacerlo fueron unas mariposas se empezaron a parar en ella despues, llegaron mas mariposas la comenzaron a cubrir toda, haciendole algo de cosquillas y manteniendola despierta los demas insectos tales como escarabajos, cien pies y grillos comenzaron a atacar al cazador por ultimo las arañas legaron y se le comenzaban a subir a el en todas parates, Otras mariposas revoloteaban a su alrededor haciendole imposible ver que hacia ella. se arrastro unos pocos metros antes de quedar sin poder moverse. esto duro solo unos diez o 15 minutos ya que sus fuerzas se devilitaban al poco tiempo los insectos tambien se fueron quedandose a su lado solo algunas mariposas unas verdes, otras rojos con negro y otras azules revoloteaban en la blanca cabellera de Sigrid, pero su respiracion era lenta y no podia hacer mucho, viendole con algo de desprecio al cazador mientras de sus purpureos ojos se mantenian cada vez mas tiempo cerrados. Hasta que finalmente quedo inconciente a merced de aquel hombre*
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
Las cosas no pintaban bien y ya medio París se tuvo de haber percatado que algo ocurría en las lejanías. El bosque consumido por las llamas y el humo cobraba cada vez mayor altura producto de la combustión. El ambiente resultaba ya inhóspito para cualquier ser vivo que se acercase y más peligroso aún para los dos protagonistas que yacían heridos en el campo de batalla.
Los intentos patéticos de la muchacha por zafarse de su inevitable destino resultaban excitantes mi vista y una sonrisa pícara fue inevitable esbozar como muestra ante el espectáculo que me ofrecía.
Ya como último recurso vislumbré como unos insectos igual de miserables que ella se acercaban a nosotros. A pesar de las heridas en proceso de curación, saqué y prendí un cigarro para comenzar a quemar uno a uno los bichos que recorrían mi cuerpo aún si significaban algunas quemaduras para mi persona.
— Esto se acabo — Sentencié incorporándome una vez muertos todo el enjambre de coleópteros y arácnidos. Me incorporé luego para dirigirme a contemplar el cuerpo de la doncella en la nieve. Sin duda hermoso; una silueta fina y delgada con una cabellera blanca que se camuflaba con la nieve, su piel albina que constituía un mimetismo casi perfecto de no ser por los ojos purpúreos que vislumbré al abrir sus párpados y luego dejarla en la nieve un rato para pensar qué hacer con ella.
Luego de meditar un momento y descartar la idea de llevarla como trofeo a casa, decidí aprovechar su inconsciencia para cargarla en mis brazos y caminar con ella hacia los árboles que no habían sido devastados por las llamas. La clavé en uno de ellos con las dagas inmovilizando sus extremidades esperando que recobrase su conciencia para entablar algún tipo de conversación antes de darle el golpe final.
Los intentos patéticos de la muchacha por zafarse de su inevitable destino resultaban excitantes mi vista y una sonrisa pícara fue inevitable esbozar como muestra ante el espectáculo que me ofrecía.
Ya como último recurso vislumbré como unos insectos igual de miserables que ella se acercaban a nosotros. A pesar de las heridas en proceso de curación, saqué y prendí un cigarro para comenzar a quemar uno a uno los bichos que recorrían mi cuerpo aún si significaban algunas quemaduras para mi persona.
— Esto se acabo — Sentencié incorporándome una vez muertos todo el enjambre de coleópteros y arácnidos. Me incorporé luego para dirigirme a contemplar el cuerpo de la doncella en la nieve. Sin duda hermoso; una silueta fina y delgada con una cabellera blanca que se camuflaba con la nieve, su piel albina que constituía un mimetismo casi perfecto de no ser por los ojos purpúreos que vislumbré al abrir sus párpados y luego dejarla en la nieve un rato para pensar qué hacer con ella.
Luego de meditar un momento y descartar la idea de llevarla como trofeo a casa, decidí aprovechar su inconsciencia para cargarla en mis brazos y caminar con ella hacia los árboles que no habían sido devastados por las llamas. La clavé en uno de ellos con las dagas inmovilizando sus extremidades esperando que recobrase su conciencia para entablar algún tipo de conversación antes de darle el golpe final.
Claude Van Musschenbroek- Cazador Clase Alta
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Re: La Captura del Demonio Blanco *Sigrid*
*Sintio como era colgada pero ya habia perdido una Buena cantidad de sangre que no pudo articular palabra alguna a pesar de que escuchaba todo lo que pasaba, como si estubiera despierta pero su cuerpo no reacciono ni pudo abrir los ojos si quiera solo pudo hacer leves sonidos de dolor y eran tan bajos que dudaba que el cazador pudiese si quiera escucharlos, no tenia las fuerzas ni para pelear, o transformarce*
*Entonces solo se dedico atenta a escuchar lo que pasaba en su alrededor lo cual era bastante aterrador sobretodo no podiendo hacer nada ni si quiera un misero sonido, el tan solo imaginar toda la clase se tortura que el sujeto le haria le aterraba de ciertamanera. Preferiria que la matara de una vez a que este le torturara, sobretodo despues de haber precenciado varias torturas eclesiasticas, mas no sabia si el cazador era un simple y vanal cazador o si se trataba de algun inquisidor que no hubiera recibido el memo de que a veces ella les brindaba ayuda en sus cacerias.*
*Su cuerpo sintio el peso de la gravedad y no se rendiria facilmente mas tampoco sabia cuanto mas tiempo duraria en ese estado catatonico, pronto todos los musculos se le tensaron y a ratos largos y otros cortos volvia de su estado conciente, hasta que ya no pudo mas resistir y su respiracion, pulso y otros factores vitals se iban apagando poco a poco pero sin matarla tal ves solo era efecto del maldito veneno.*
-Ahhh.....
*Tosio varias veces despues sintio como un hilillo de sangre salia por su boca, el sabor mezclado de hierro y saliva, trato de abrir los ojos mas no pudo, habia comenzado a sufrir hipotermia por la nieve, el agua, la batalla en si casi semi desnuda, su garganta se comenzaba a cerrar dandole tambien azma, mientras se aferraba a tartar de seguir conciente, mas no lo lograria por mucho tiempo*
*Poco despues perderia el conocimiento eso lo sabia, tal vez ya era hora de que muriera y que forma tan patetica de hacerlo. Le aterraban dos cosas el hecho de lo que pudiera hacer el cazador con ella o su cuerpo y el que si fuera un inquisidor le aplicaran alguna de esas horribles torturas sin si quiera saber que ella a veces les ayudaba en sus cacerias.*
*Entonces solo se dedico atenta a escuchar lo que pasaba en su alrededor lo cual era bastante aterrador sobretodo no podiendo hacer nada ni si quiera un misero sonido, el tan solo imaginar toda la clase se tortura que el sujeto le haria le aterraba de ciertamanera. Preferiria que la matara de una vez a que este le torturara, sobretodo despues de haber precenciado varias torturas eclesiasticas, mas no sabia si el cazador era un simple y vanal cazador o si se trataba de algun inquisidor que no hubiera recibido el memo de que a veces ella les brindaba ayuda en sus cacerias.*
*Su cuerpo sintio el peso de la gravedad y no se rendiria facilmente mas tampoco sabia cuanto mas tiempo duraria en ese estado catatonico, pronto todos los musculos se le tensaron y a ratos largos y otros cortos volvia de su estado conciente, hasta que ya no pudo mas resistir y su respiracion, pulso y otros factores vitals se iban apagando poco a poco pero sin matarla tal ves solo era efecto del maldito veneno.*
-Ahhh.....
*Tosio varias veces despues sintio como un hilillo de sangre salia por su boca, el sabor mezclado de hierro y saliva, trato de abrir los ojos mas no pudo, habia comenzado a sufrir hipotermia por la nieve, el agua, la batalla en si casi semi desnuda, su garganta se comenzaba a cerrar dandole tambien azma, mientras se aferraba a tartar de seguir conciente, mas no lo lograria por mucho tiempo*
*Poco despues perderia el conocimiento eso lo sabia, tal vez ya era hora de que muriera y que forma tan patetica de hacerlo. Le aterraban dos cosas el hecho de lo que pudiera hacer el cazador con ella o su cuerpo y el que si fuera un inquisidor le aplicaran alguna de esas horribles torturas sin si quiera saber que ella a veces les ayudaba en sus cacerias.*
Alexi Wolfkang- Cambiante Clase Media
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