Dominika Ankudinov

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Desde muy pequeña Dominika ha sido una persona de espíritu vivaz e impetuoso, lo cual le lleva a dejarse llevar más por sus emociones que por la razón, cuando siente el deseo o la convicción de hacer algo es muy difícil que no lo realice de inmediato. Se podría decir que es una fuerza de la naturaleza ya que su sangre gitana hace que sienta todo con mucha intensidad, siendo un alma libre y apasionada. Es orgullosa de su raza, su identidad es ser gitana y para ella no hay nada mejor que eso, le gusta andar de un lado para el otro, no se contenta con pasarla en un mismo sitio, si lo hace probablemente se irrite, especialmente si se lo imponen, entonces saldrá a flote su testarudez. Es cariñosa y entregada en sus afectos, haría cualquier cosa por por sus seres queridos pero a la vez puede llegar a odiar con la misma intensidad. Con los extraños se muestra bastante desconfiada, especialmente porque está consciente de los prejuicios que existen en contra de su raza. Es sumamente curiosa, cuando algo llama su atención y aunque no sea el mejor momento, irá detrás intentando descubrir el misterio que encierra.

HISTORIA

La joven romaní nació un día veintisiete del mes de octubre hace veintidos años en el pueblo ruso Pjatigorsk, un hecho meramente fortuito ya que la caravana a la que pertenecían sus padres se encontraba de paso en el momento en que su madre Nadya sintió los primeros dolores de parto de forma inesperada al contar con tan solo ocho meses y medio de embarazo. Ambos progenitores pertenecían a la misma tribu gitana y su matrimonio había sido acordado por sus respectivos padres desde su infancia por causa de la proximidad y larga amistad existente entre ambas familias, para todos fue motivo de celebración el instante en que se selló el lazo de matrimonio entre la joven pareja distinguiéndose por la sucesión de tres días festivos colmados de danzas alrededor de las fogatas que alumbraban los coloridos carromatos del campamento romaní.

Al cabo de tan solo un par de meses una de las miembros más antiguas de la tribu al pasar al lado de Nadya le vaticinó que ya se encontraba embarazada a pesar de que la joven aún no se había percatado del hecho. Las palabras de la adivina resultaron ser verdaderas ya que el vientre de la joven muy pronto comenzó a abultarse, cosa que le llenó de gozo tanto a ella como a su esposo Yanko. Al cabo de ocho meses y medio, al detener abrúptamente el viaje una pequeña bebé de rostro angelical irrumpió en el viejo carromato con un fuerte llanto y en perfecto estado de salud a pesar de su temprana llegada a este mundo.  

Ya desde pequeña la romaní mostró lo que había de ser su futuro temperamento pues aunque se trataba de una niña de trato amable también resaltaba en ella una inmensa curiosidad y deseos de explorar y conocerlo todo, motivo por el cual lograba meterse en más de un solo problema al dejarse llevar por dicho afán de aventura y de paso arrastrar con ella a sus pequeños amigos de la tribu a quienes siempre lograba persuadir de que le siguiesen en cualquier juego o excursión nacida de su impulsividad. El padre de Dominika se tomaba el carácter de su hija con buen humor aunque a su madre le preocupaba a veces. El solía tranquilizarla diciéndole que su hija había heredado el mismo valor e iniciativa de los ancestros de la tribu romaní motivo que debía ser de orgullo para ambos.

De la misma forma en que siempre lo habían hecho la tribu continuó viajando de un lugar a otro, siempre deteniéndose durante una breve temporada en algún pueblo adonde inmediatamente tras acampar Dominika se dirigía con las otras mujeres al mercado de los blancos a negociar con los vendedores el intercambio de cobijas, mantas, manteles, collares, pulseras, aretes y variados adornos de brillantes colores que habían sido confeccionados por ellas mismas procurando obtener el mayor número de monedas que les fuese posible a pesar del constante intento de regateo y la nada disimulada tacañería de casi todos ellos, cosa que en ocasiones resultaba decepcionante para ellas.

Aparte de esos episodios en que Dominika observaba los puestos de venta de la extraña gente de raza blanca no tuvo casi contacto con ellos y poco después la caravana se asentó una temporada en Paris. Cuando contaba con diez años se despertó en medio de una noche con gritos y un repentino presentimiento que le hizo abrazar con fuerza a su padre cuando este se acercó a consolarla.  La pequeña había tenido una pesadilla en la que se encontraba en medio de sombras intentando alcanzarle pero por más que corriera él se alejaba cada vez más hasta lograr desaparecer del todo de su vista. Al día siguiente se dirigieron al circo gitano de la ciudad adonde su padre fue contratado para realizar un truco de trapecio, cosa que a él le tenía bastante entusiasmado pues hacía mucho tiempo había actuado ya en diversos circos. Al principio la niña se sintió muy inquieta al verle practicar a lo que ella consideraba una desmesurada altura por encima de su cabeza pero el entusiasmo y las palabras confortantes de él terminaron tranquilizándola y logrando que se ilusionase al pensar en el momento en que al fin llegase la noche de apertura.

Todo se encontraba listo para el estreno, su padre portaba un traje blanco que a ella le pareció muy divertido. La niña a su vez podía ver la gran cantidad de gente de raza blanca que llenaba las graderías. Comenzaron los diversos actos y cuando llegó finalmente su turno, Dominika contuvo el aliento al ver como una gitana iniciaba con varias piruetas a las cuales su padre se unió un minuto después pero en el momento en que saltó al segundo trapecio los gritos y exclamaciones de horror del público no se hicieron esperar, alguien había cortado las cuerdas que le sostenían haciendo que cedieran por el peso e inesperadamente lanzando a su padre hacia el vacío. Dominika  observó como Yanko se estrellaba contra el suelo y mientras una mancha de sangre se extendía cada vez más por debajo del inerte cuerpo del gitano la pequeña perdió el conocimiento.

Los siguientes días fueron los más tristes de su vida, su padre, la persona a quien ella tanto amaba y a quien más admiraba había fallecido, le costó mucho recuperarse de su ausencia y volver a ser la misma de antes. Su madre preocupada por la salud de la niña decidió que sería mejor que ambas permaneciesen en la ciudad parisiense durante un tiempo hasta que ella recuperase fuerza y color.  El tiempo hizo lo suyo y Dominika recuperó su buen humor, unos cuantos romaníes de su tribu hartos de no tener una entrada más permanente de dinero y dispuestos a probar suerte en el circo, se establecieron en una zona en las afueras de Paris a la cual poco después se unieron ella y su madre. Dominika  nunca volvió a pisar el circo pero poco a poco recuperó su antigua alegría y entusiasmo sumados a su testarudez y su facilidad para meterse en líos con las autoridades del lugar y con los blancos que no reparaban en demostrar sus prejuicios en contra de su raza.

Una mañana recibió un mensaje de su madre de boca de uno de los gitanos que le había visto partir, todo lo que le había encomendado que le transmitiera era que debía ausentarse de la ciudad y que le urgía que no se marchase, la alejaba un asunto de suma gravedad y prometía regresar por ella. Transcurrieron muchas lunas y la figura de Dominika dejó su apariencia de niña para comenzar a descubrir a la que se convertiría en una hermosa joven. Hoy en día aún permanece en París confiada en que, sin importar lo mucho que tarde, su madre regresará fiel a su promesa.

DATOS EXTRA

- No está al tanto de que existan seres supernaturales.
- Es muy inteligente e intuitiva, el pensar rápido la saca de aprietos.
- Le apasionan la danza y la música.

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