AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
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Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
Rannia había salido en su día libre a caminar por las pocas calles y plazuelas que existían en Venecia. Cuando partió temprano en la mañana, el día se presentaba nublado y con amenaza de lluvia. El clima que se vivía en la mansión, de una tristeza y desolación, ademas del luto riguroso, no ayudaban para intentar quedarse leyendo algún libro de la gran biblioteca perteneciente a la familia Vaggö. Luego de informarle a su ama, que saldría y comprobar que no necesitaría de sus servicios y dentro de todo se encontraba mejor, - si hablar sola por las noches y caminar en la obscuridad por el despacho de su esposo, es estar mejor, entonces mi ama se encuentra mejor – pensó irónicamente, - bueno, al menos tiene ganas de vivir – se respondió, mientras esperaba que la góndola la condujera por el gran canal hasta su destino, - Piaza San Marcos - había informado al gondolero, éste presuroso y con una sonrisa comenzó el viaje de unos veinte minutos.
Fue menor el tiempo del recorrido ya que casi no había gente, cuando la lluvia amenazaba con castigar la ciudad de Venecia, todos preferían quedarse en las mansiones y construcciones aunque fueran las mas humildes, ya que el nivel del agua subía inundando los lugares comunes y si tenían suerte no correrían peligro. Rannia, al no ser oriunda de ese lugar, no se percató de las posibles consecuencias de su paseo.
Luego de pagar al gondolero y caminar por la plaza en donde las palomas comían algunos mendrugos de pan, dejados por almas caritativas para que no murieran de hambre, se dedicó a contemplar los detalles de cada una de las construcciones de ese bello lugar. Entró a la Biblioteca y se dedicó a inspeccionar viejos libracos que se encontraban dispersos por las mesas de lectura. Al salir de allí había entrado en un pequeño restaurante y comido un plato de pastas. Si había algo a lo que se aficionara desde que llegara a Venecia eran las pastas, asi que con el asombro de los mozos se puso a saborear dos platos de spaguetis. Parecía una niña comiendo su postre preferido.
Al comenzar la tarde volvió a la plaza tras recorrer calles aledañas y contemplar los diferentes palazzos, se sentó en una de las bancas de la plaza y se quedó observándolas nuevamente a las palomas, como un gato que se prepara para cazar, hipnotizada en el reflejo anaranjado de sus plumas al sol de la tarde que pronto moriría en el horizonte. Su curiosidad la llevó a caminar frente a las fachadas de los mas importantes edificios del lugar, hasta detenerse frente a la catedral, Se hizo la señal de la cruz y entró a rezar por el alma de su anterior patrón Girolamo Di Moncalieri. Se sentó en las bancas mas cercanas a la puerta principal y tras pasar un tiempo que no podía estimar si había sido largo o corto, en recogimiento y tranquilidad espiritual, se decidió que era momento de buscar una góndola y volver al hogar.
La lluvia caía sobre la plaza con fuerza, Rannia miró desolada como de un momento a otro la noche había caído en la ancestral ciudad, - como haré para volver hasta mi hogar - dijo en voz alta mientras observaba que en una de las arcadas de las construcciones que rodeaban la plaza el pequeño restaurante aun continuaba abierto, pero su suerte podía empeorar si éste cerraba y no encontraba un lugar donde cobijarse y pedir ayuda. Inspiró profundamente y aunque el agua no era su elemento mas deseado, se metí bajo la lluvia que la fue empapando hasta que llegó al edificio. Intentó secarse un poco el rostro, con el dorso de la mano y buscando encontrar el lado positivo de toda situación adversa, sonrió con dulzura y elegancia mientras entraba al pequeño y coqueto restaurant.
Fue menor el tiempo del recorrido ya que casi no había gente, cuando la lluvia amenazaba con castigar la ciudad de Venecia, todos preferían quedarse en las mansiones y construcciones aunque fueran las mas humildes, ya que el nivel del agua subía inundando los lugares comunes y si tenían suerte no correrían peligro. Rannia, al no ser oriunda de ese lugar, no se percató de las posibles consecuencias de su paseo.
Luego de pagar al gondolero y caminar por la plaza en donde las palomas comían algunos mendrugos de pan, dejados por almas caritativas para que no murieran de hambre, se dedicó a contemplar los detalles de cada una de las construcciones de ese bello lugar. Entró a la Biblioteca y se dedicó a inspeccionar viejos libracos que se encontraban dispersos por las mesas de lectura. Al salir de allí había entrado en un pequeño restaurante y comido un plato de pastas. Si había algo a lo que se aficionara desde que llegara a Venecia eran las pastas, asi que con el asombro de los mozos se puso a saborear dos platos de spaguetis. Parecía una niña comiendo su postre preferido.
Al comenzar la tarde volvió a la plaza tras recorrer calles aledañas y contemplar los diferentes palazzos, se sentó en una de las bancas de la plaza y se quedó observándolas nuevamente a las palomas, como un gato que se prepara para cazar, hipnotizada en el reflejo anaranjado de sus plumas al sol de la tarde que pronto moriría en el horizonte. Su curiosidad la llevó a caminar frente a las fachadas de los mas importantes edificios del lugar, hasta detenerse frente a la catedral, Se hizo la señal de la cruz y entró a rezar por el alma de su anterior patrón Girolamo Di Moncalieri. Se sentó en las bancas mas cercanas a la puerta principal y tras pasar un tiempo que no podía estimar si había sido largo o corto, en recogimiento y tranquilidad espiritual, se decidió que era momento de buscar una góndola y volver al hogar.
La lluvia caía sobre la plaza con fuerza, Rannia miró desolada como de un momento a otro la noche había caído en la ancestral ciudad, - como haré para volver hasta mi hogar - dijo en voz alta mientras observaba que en una de las arcadas de las construcciones que rodeaban la plaza el pequeño restaurante aun continuaba abierto, pero su suerte podía empeorar si éste cerraba y no encontraba un lugar donde cobijarse y pedir ayuda. Inspiró profundamente y aunque el agua no era su elemento mas deseado, se metí bajo la lluvia que la fue empapando hasta que llegó al edificio. Intentó secarse un poco el rostro, con el dorso de la mano y buscando encontrar el lado positivo de toda situación adversa, sonrió con dulzura y elegancia mientras entraba al pequeño y coqueto restaurant.
Última edición por Rannia Wittman el Vie Ene 10, 2014 7:55 am, editado 2 veces
Irene Manzoni- Condenado/Cambiante/Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
El motivo por el cual Rashid se encontraba en Italia era simple;negocios. Últimamente ,desde la desgracia de uno de sus barcos ,el vampiro no hacía mas que viajar a otros países arreglando el desorden que sus hombres habían causado . Tenía que plantearse muy bien la idea de tener humanos a su disposición o despedirlos por completo. El único inconveniente era que parte de ellos tenían demasiada información y alguno que otro podría rebelarse contra el y sus propiedades. Había llegado al Hotel , dónde el propietario de este mismo le recibió con los brazos abiertos. Le conocían y sabían que el dinero de Rashid iba a aumentar la fama de este o al menos agrandar lo que era la estancia. Le indicó una de las habitaciones mas grandes y arregladas especialmente para el y su criada. Esta vez Rashid había viajado con una musulmana que llevaba años trabajando para el,Nacyra . Era una mujer de una edad avanzada y con una sabiduría respetable. Ella,al igual que su mayordomo y amigo Pierre, conocían los secretos de Rashid. La gran diferencia era que Nacyra era mas directa y se permitía los comentarios mas descarados con el vampiro. Se lo permitía, pues le tenía demasiado aprecio y algunas que otras veces le daba la razón - Sidi Rashid, no entiendo por qué no vino con Pierre. Yo tenía que hacer cosas en la casa,arreglar su boda con aquella prometida desdichada - mientras hablaba ,Nacyra no paraba de gesticular molesta. Cada vez que tenía ese comportamiento, Rashid se divertía de una manera exagerada. El vampiro se sentó sobre la cama observándola de una manera divertida - Tranquilízate , Nacyra. Pierre debe permanecer en la casa por si ocurre algún problema - el vampiro sonrió de tal manera que sus colmillos fueron descubiertos al instante. Nacyra no se asustaba, nunca lo hacía y Rashid se preguntaba si ella en verdad temía a algo o alguien.
- Y no la llames así , es ella la que te dará ordenes .. - agregó con un tono de voz serio. Nacyra hizo una mueca de repugnancia y empezó a arreglar la ropa de su señor murmurando en su lengua natal. El vampiro soltó unas cuantas risas silenciosas negando con la cabeza repetidas veces. Eran las diez de la noche y dentro de una hora debía de reunirse con unos cuantos hombres musulmanes y franceses ,por la expansión de sus negocios - Yalla Nacyra, date prisa - ordenó con las cejas fruncidas de tal manera que su rostro no tardó en demonstrar la molestia que tenía en aquel momento al ver a Nacyra moverse con la rapidez de una tortuga - Ya voy, ya voy Sidi Rashid. No tengo la misma edad que hace veinte años ...- comentó también molesta .
Dejó la ropa arreglada y se dio la vuelta para observar al vampiro - Listo. De seguro que mas de una mujer observara su figura masculina tan impecable. Por Aláh ,Sidi Rashid que se olvidara de aquella prometida suya.. - tenía una lengua venenosa y parecía que a veces tenía celos de las mujeres que se acercaban a Rashid - Retírate ,Nacyra. Yalla! - fue mas bien un grito o interrupción ante las palabras que ella soltaba ,consciente o inconsciente. La criada salió rechistando y protestando por unos derechos que ni existían. El vampiro no tardó en comenzar a vestirse con las ropas arregladas,un costoso traje negro echo solo a su medida. El cuerpo robusto y musculoso del vampiro siempre había sido arropado con trajes echos solo para el ,ya fuese de París u otros países.
Una vez vestido , Rashid salió de la habitación y bajó a recepción para avisar de que estaría fuera y que no necesitaba ningún servicio . Tras aquello, emprendió a pie el camino hacía el restaurante que había sido citado una semana antes. Rashid respiró el aire puro de Italia. Era embriagador, tranquilo y relajante. En cambio en París, el aire estaba infectado de muerte, miedo y sed. También se sorprendió de los diferentes aromas de la gente , tan dulces algunos y otros tan atrayentes que era imposible decir un "no" a uno de aquellos bocados italianos. La tentación era grande pero aun así no mostró ningún interés en caer en ella y siguió caminando plácidamente. Detuvo su caminata cuando la lluvia empezó a caer de repente. No tuvo mas remedio que empezar a correr hacía el restaurante ,con una velocidad normal sin atraer las miradas de los demás. Una vez cerca del restaurante se percató de que otra persona,seguramente mujer, deseaba entrar en el mismo edificio .Posiblemente para resguardarse de lo que estaba cayendo fuera. El vampiro ni giró el rostro para observarla cuando llegó a su meta, justo antes de entrar observó su rostro por unos segundos y petrificó por completo - No puede ser... - susurró en árabe . El rostro de aquella mujer se parecía demasiado al rostro de su segunda esposa mas amada. Rannia, tan impredecible y única con su maldad y comentarios ácidos.
El vampiro no se movió,no dijo nada, solo observó a la mujer en un estado de shock total.
- Y no la llames así , es ella la que te dará ordenes .. - agregó con un tono de voz serio. Nacyra hizo una mueca de repugnancia y empezó a arreglar la ropa de su señor murmurando en su lengua natal. El vampiro soltó unas cuantas risas silenciosas negando con la cabeza repetidas veces. Eran las diez de la noche y dentro de una hora debía de reunirse con unos cuantos hombres musulmanes y franceses ,por la expansión de sus negocios - Yalla Nacyra, date prisa - ordenó con las cejas fruncidas de tal manera que su rostro no tardó en demonstrar la molestia que tenía en aquel momento al ver a Nacyra moverse con la rapidez de una tortuga - Ya voy, ya voy Sidi Rashid. No tengo la misma edad que hace veinte años ...- comentó también molesta .
Dejó la ropa arreglada y se dio la vuelta para observar al vampiro - Listo. De seguro que mas de una mujer observara su figura masculina tan impecable. Por Aláh ,Sidi Rashid que se olvidara de aquella prometida suya.. - tenía una lengua venenosa y parecía que a veces tenía celos de las mujeres que se acercaban a Rashid - Retírate ,Nacyra. Yalla! - fue mas bien un grito o interrupción ante las palabras que ella soltaba ,consciente o inconsciente. La criada salió rechistando y protestando por unos derechos que ni existían. El vampiro no tardó en comenzar a vestirse con las ropas arregladas,un costoso traje negro echo solo a su medida. El cuerpo robusto y musculoso del vampiro siempre había sido arropado con trajes echos solo para el ,ya fuese de París u otros países.
Una vez vestido , Rashid salió de la habitación y bajó a recepción para avisar de que estaría fuera y que no necesitaba ningún servicio . Tras aquello, emprendió a pie el camino hacía el restaurante que había sido citado una semana antes. Rashid respiró el aire puro de Italia. Era embriagador, tranquilo y relajante. En cambio en París, el aire estaba infectado de muerte, miedo y sed. También se sorprendió de los diferentes aromas de la gente , tan dulces algunos y otros tan atrayentes que era imposible decir un "no" a uno de aquellos bocados italianos. La tentación era grande pero aun así no mostró ningún interés en caer en ella y siguió caminando plácidamente. Detuvo su caminata cuando la lluvia empezó a caer de repente. No tuvo mas remedio que empezar a correr hacía el restaurante ,con una velocidad normal sin atraer las miradas de los demás. Una vez cerca del restaurante se percató de que otra persona,seguramente mujer, deseaba entrar en el mismo edificio .Posiblemente para resguardarse de lo que estaba cayendo fuera. El vampiro ni giró el rostro para observarla cuando llegó a su meta, justo antes de entrar observó su rostro por unos segundos y petrificó por completo - No puede ser... - susurró en árabe . El rostro de aquella mujer se parecía demasiado al rostro de su segunda esposa mas amada. Rannia, tan impredecible y única con su maldad y comentarios ácidos.
El vampiro no se movió,no dijo nada, solo observó a la mujer en un estado de shock total.
Rashid Sayf al Dîn- Vampiro Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
Antes siquiera de poder cruzar el umbral de la puerta, un individuo alto y de contextura musculosa, se paró a su lado, con la firme intención de entrar primero, en una auténtica manifestación de poder, - y nada de educación – pensó, mientras elevaba una de sus cejas y sonreía de lado. En vez de mostrarle su disgusto con palabras o gestos, suspiró, levantando su cabeza y girando para mirarle a los ojos. Rannia se sorprendió por la reacción del extraño, la forma como la observó, cual si nunca hubiera esperado encontrársela allí.
Sonrió tímidamente mientras se adelantaba, - gracias, es usted muy amable – fueron las palabras que salieron de su boca casi de forma instintiva. La frase en ese extraño lenguaje que expresara el caballero, la intrigaron, pero aún así se apresuró para acceder al restaurante. Al hacerlo pasó muy cerca del cuerpo masculino, he inmediatamente su cabeza hizo un rápido análisis del individuo, por su forma de vestir parecía un caballero. El exótico aroma que emanaba de aquella piel despertó en Rannia el instinto de olisquear, entrecerró los ojos, tuvo que hacer un gran esfuerzo para dominar su instinto felino y no comenzar a olisquearle. Intentó caminar deprisa y apenas se alejó unos cuantos pasos se giró a contemplarlo un instante. Aún la contemplaba con esa expresión de auténtica sorpresa.
Se sintió con la tentación de convertirse en un pequeño minino y esconderse entre las patas de las mesas o en algún guardainfante de los coquetos vestidos de las damas presentes. Un suave carraspeo la sacó de su ensimismamiento haciéndola sobresaltar y moverse para contemplar a quien estaba detrás de ella, - Señorita – dijo la voz del empleado del salón, - por aquí, tengo una mesa que será seguramente de su agrado – le dijo elevando sutilmente su brazo y señalando una mesa, que aunque se encontraba en un lugar bastante apartado y tenuemente iluminado, poseía una buena privacidad y excelente vista de la plaza San Marcos. Ella aún algo consternada por el momento vivido, se dejó conducir.
Cuando el metré le dejó la carta y preguntó si esperaba a otro comensal, ella prefirió decir que sí, ya que podía parecer sospechoso el hecho que una joven, anduviera a esas horas sola en un lugar publico. Al quedar sola, suspiro aliviada, se dedicó a mirar el menú, - la verdad que no tengo hambre y solo deseo que ésta lluvia pase para poder salir y llegar de alguna forma a la mansión – se dijo algo preocupada. Era demasiado tarde y de seguro los empleados de la Familia Vaggö se habrían dado cuenta de sus ausencia. Con sus ojos repasó cada uno de las diferentes opciones, pero su mente estaba en el extraño que hacía unos momentos la mirara de forma especial, - ¿acaso me conocerá? ¿o podrá saber que no soy una simple humana? -, toda su piel se erizo por la posibilidad de ser descubierta, elevó su mirada por sobre las paginas del menú y buscó con curiosidad a ese personaje, - ¿habrá decidido entrar? - sus ojos pasearon por todo el salón hasta que lo descubrió. Las mejillas se encendieron con el color de los melocotones rosados expuestos al sol del mediterráneo, cuando sus miradas se unieron en aquella pequeña fracción de segundo, Rannia se escondió tras la carta del menú y sonrió divertida por su reacción aniñada.
Sonrió tímidamente mientras se adelantaba, - gracias, es usted muy amable – fueron las palabras que salieron de su boca casi de forma instintiva. La frase en ese extraño lenguaje que expresara el caballero, la intrigaron, pero aún así se apresuró para acceder al restaurante. Al hacerlo pasó muy cerca del cuerpo masculino, he inmediatamente su cabeza hizo un rápido análisis del individuo, por su forma de vestir parecía un caballero. El exótico aroma que emanaba de aquella piel despertó en Rannia el instinto de olisquear, entrecerró los ojos, tuvo que hacer un gran esfuerzo para dominar su instinto felino y no comenzar a olisquearle. Intentó caminar deprisa y apenas se alejó unos cuantos pasos se giró a contemplarlo un instante. Aún la contemplaba con esa expresión de auténtica sorpresa.
Se sintió con la tentación de convertirse en un pequeño minino y esconderse entre las patas de las mesas o en algún guardainfante de los coquetos vestidos de las damas presentes. Un suave carraspeo la sacó de su ensimismamiento haciéndola sobresaltar y moverse para contemplar a quien estaba detrás de ella, - Señorita – dijo la voz del empleado del salón, - por aquí, tengo una mesa que será seguramente de su agrado – le dijo elevando sutilmente su brazo y señalando una mesa, que aunque se encontraba en un lugar bastante apartado y tenuemente iluminado, poseía una buena privacidad y excelente vista de la plaza San Marcos. Ella aún algo consternada por el momento vivido, se dejó conducir.
Cuando el metré le dejó la carta y preguntó si esperaba a otro comensal, ella prefirió decir que sí, ya que podía parecer sospechoso el hecho que una joven, anduviera a esas horas sola en un lugar publico. Al quedar sola, suspiro aliviada, se dedicó a mirar el menú, - la verdad que no tengo hambre y solo deseo que ésta lluvia pase para poder salir y llegar de alguna forma a la mansión – se dijo algo preocupada. Era demasiado tarde y de seguro los empleados de la Familia Vaggö se habrían dado cuenta de sus ausencia. Con sus ojos repasó cada uno de las diferentes opciones, pero su mente estaba en el extraño que hacía unos momentos la mirara de forma especial, - ¿acaso me conocerá? ¿o podrá saber que no soy una simple humana? -, toda su piel se erizo por la posibilidad de ser descubierta, elevó su mirada por sobre las paginas del menú y buscó con curiosidad a ese personaje, - ¿habrá decidido entrar? - sus ojos pasearon por todo el salón hasta que lo descubrió. Las mejillas se encendieron con el color de los melocotones rosados expuestos al sol del mediterráneo, cuando sus miradas se unieron en aquella pequeña fracción de segundo, Rannia se escondió tras la carta del menú y sonrió divertida por su reacción aniñada.
Irene Manzoni- Condenado/Cambiante/Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
La lluvia seguía cayendo con la misma acentuación que hace unos segundos pero el que sentía gota tras gota era el vampiro. Seguía allí ,observando a la mujer totalmente sorprendido. ¿Que demonios significaba todo aquello?.¿Que intentaba decirle el destino? - Astagh firullah - murmuró en su idioma observando como la mujer entraba en el restaurante. Pidió perdón a Aláh por si había cometido tal pecado de ver a su ex mujer en otra mujer. Se sintió pequeño, diminuto en aquel mundo tan grande y aunque el tenía todas las fuerzas del mundo por su condición ,en aquel momento no poseía nada de aquello. Estaba aterrorizado y lo único que sentía era el temor que acorralaba su fe de un momento a otro - Bismillah ¿que significa todo esto? - se preguntó a si mismo sin moverse del lugar y olvidando por completo el motivo por el cual se encontraba enfrente del restaurante totalmente mojado. Y por si fuera poco, la mujer no era humana. Su olor y fragancia no coincidían . O bien era su perfume embriagador que le confundía o bien era la situación en si ,que también le confundía. Furioso consigo mismo gruñó por lo bajo , inseguro de entrar allí y volver a ver al fantasma de su pasado. Se alejó de la puerta con la intención de marcharse pero se detuvo al instante. ¿Que podía hacer?. Tenía dentro a seis hombres que esperaban su aparición y uno de ellos Mohamed, estaba impaciente de verle. Habían pasado siglos que ellos dos no se veían y la amistad que surgió entre ellos dos era mas grande que el temor que sentía en ese instante. Mordió el labio inferior con fuerza y volvió hacía la puerta para hacer su aparición . Cuando abrió la puerta volvió a ver a la misma mujer, empapada pero no del todo, tan solo lo suficiente como para que todos los hombres se voltearan y la observaran de forma agradable y divertida. Rashid se quedó petrificado de nuevo y clavó su oscura mirada en sus ojos - Por Aláh - volvió a murmurar sin percatarse de que Mohamed se acercaba a el con una sonrisa jovial.
- ¡Rashid! ¡Mi viejo amigo! En un final Aláh te trajo a mi... - la sonrisa del amigo era amplia pero desapareció al ver a Rashid tan desconectado de todo lo que le rodeaba - Rashid ¿que ocurre? - preguntó asustado. El vampiro seguía sin decir nada ,solo seguía con la mirada al fantasma y al destino que le jugaba una mala pasada . Mohamed era un vampiro ,uno de los mejores hombres de Rashid, el único que decidió quedarse en Italia y transmitir toda la información a Rashid. Y a pesar de aquello eran los mejores amigos así que los secretos no existían - Mohamed, por favor discúlpame - al fin el vampiro se giró para dar dos besos a su amigo, como saludo cercano - Dime que no me e vuelto loco ,Mohamed .E visto a Rannia, esta aquí en Italia,en este sitio. Mohamed mírala! - estaba demasiado alterado pero su tono de voz era bajo por si los clientes podrían escucharle y tomarlo por loco. Mohamed se sorprendió bastante pues bien sabía la amorosa vida de su amigo y no dudó en mirar a la tal Rannia que en esos momentos estaba de espaldas - Rashid no es ella. Céntrate, te están esperando esos estúpidos italianos . Parece que tienen ofertas que hacerte, interesantes. Mas te vale tener la mente despejada. Yalla! - fueron las últimas palabras de su amigo . Suspiró y siguió a Mohamed hasta la mesa, con la mente totalmente en blanco.Tal vez era el o tal vez era aquella mujer o tal vez era...Rannia. Todo aquello era desconcertante y no podía dar la talla con los hombres que no paraban de saludarle . Rashid hizo una inclinación de cabeza y se sentó de tal manera que podía observar a Rannia en todo momento.
La mesa estaba un poco apartada de la gente ,al igual que la mesa de aquella mujer lo único que los separaban eran unos metros - Siento mucho la demora señores. Mi amigo y socio me comunicó que tienen varias propuestas interesantes ..- a medida que hablaba intentaba sonar de lo mas serio y coherente y al mismo tiempo poner las cosas en orden . Pidió al mesero una copa de whisky y prosiguió hablando - tengo toda la noche por delante en escucharles . Cuando quieran - esperó paciente , acomodando su espalda en el respaldo de la silla elegantemente . Observaba uno por uno y no pudo sonreír un poco al ver que cada uno de los italianos tenían un peso excesivo. El mesero sirvió al vampiro con la profesionalidad suficiente como para satisfacerlo. Rashid agradeció y le dio un pequeño sorbo - Señor Rashid, estamos muy contentos de que pudiera venir. Mohamed no a parado de aludir todo su esfuerzo y trabajo. Sus productos son bastante buenos ,yo mismo e probado uno de sus aceites y debo decirle que hace maravillas. Como bien estará informado , yo me ocupo con la compra-venta de los tejidos mas refinados de toda Italia,España y Francia.Podríamos ser socios, e oído que Marruecos es un país bastante productivo.. - uno de los hombres mas cercanos al vampiro no cesaba en hablar. Rashid cogió un puro que estaba en mitad de la mesa,hospitalidad del restaurante , y lo encendió . Dio una calada y por inercia observó a la supuesta Rannia. De nuevo las miradas se cruzaron y Rashid frunció las cejas desde su posición. Notó que se sonrojó y escondió su rostro detrás de la carta del restaurante. Volvió a las preguntas, a los pensamientos frustrados ..volvió a ver los recuerdos con Rannia y volvió a perderse. Pero no desvió la mirada,siguió observándola detras del humo cancerígeno .
- ¡Rashid! ¡Mi viejo amigo! En un final Aláh te trajo a mi... - la sonrisa del amigo era amplia pero desapareció al ver a Rashid tan desconectado de todo lo que le rodeaba - Rashid ¿que ocurre? - preguntó asustado. El vampiro seguía sin decir nada ,solo seguía con la mirada al fantasma y al destino que le jugaba una mala pasada . Mohamed era un vampiro ,uno de los mejores hombres de Rashid, el único que decidió quedarse en Italia y transmitir toda la información a Rashid. Y a pesar de aquello eran los mejores amigos así que los secretos no existían - Mohamed, por favor discúlpame - al fin el vampiro se giró para dar dos besos a su amigo, como saludo cercano - Dime que no me e vuelto loco ,Mohamed .E visto a Rannia, esta aquí en Italia,en este sitio. Mohamed mírala! - estaba demasiado alterado pero su tono de voz era bajo por si los clientes podrían escucharle y tomarlo por loco. Mohamed se sorprendió bastante pues bien sabía la amorosa vida de su amigo y no dudó en mirar a la tal Rannia que en esos momentos estaba de espaldas - Rashid no es ella. Céntrate, te están esperando esos estúpidos italianos . Parece que tienen ofertas que hacerte, interesantes. Mas te vale tener la mente despejada. Yalla! - fueron las últimas palabras de su amigo . Suspiró y siguió a Mohamed hasta la mesa, con la mente totalmente en blanco.Tal vez era el o tal vez era aquella mujer o tal vez era...Rannia. Todo aquello era desconcertante y no podía dar la talla con los hombres que no paraban de saludarle . Rashid hizo una inclinación de cabeza y se sentó de tal manera que podía observar a Rannia en todo momento.
La mesa estaba un poco apartada de la gente ,al igual que la mesa de aquella mujer lo único que los separaban eran unos metros - Siento mucho la demora señores. Mi amigo y socio me comunicó que tienen varias propuestas interesantes ..- a medida que hablaba intentaba sonar de lo mas serio y coherente y al mismo tiempo poner las cosas en orden . Pidió al mesero una copa de whisky y prosiguió hablando - tengo toda la noche por delante en escucharles . Cuando quieran - esperó paciente , acomodando su espalda en el respaldo de la silla elegantemente . Observaba uno por uno y no pudo sonreír un poco al ver que cada uno de los italianos tenían un peso excesivo. El mesero sirvió al vampiro con la profesionalidad suficiente como para satisfacerlo. Rashid agradeció y le dio un pequeño sorbo - Señor Rashid, estamos muy contentos de que pudiera venir. Mohamed no a parado de aludir todo su esfuerzo y trabajo. Sus productos son bastante buenos ,yo mismo e probado uno de sus aceites y debo decirle que hace maravillas. Como bien estará informado , yo me ocupo con la compra-venta de los tejidos mas refinados de toda Italia,España y Francia.Podríamos ser socios, e oído que Marruecos es un país bastante productivo.. - uno de los hombres mas cercanos al vampiro no cesaba en hablar. Rashid cogió un puro que estaba en mitad de la mesa,hospitalidad del restaurante , y lo encendió . Dio una calada y por inercia observó a la supuesta Rannia. De nuevo las miradas se cruzaron y Rashid frunció las cejas desde su posición. Notó que se sonrojó y escondió su rostro detrás de la carta del restaurante. Volvió a las preguntas, a los pensamientos frustrados ..volvió a ver los recuerdos con Rannia y volvió a perderse. Pero no desvió la mirada,siguió observándola detras del humo cancerígeno .
Rashid Sayf al Dîn- Vampiro Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
Intentó serenarse, su corazón latía a gran velocidad, no dejaba de ser lo que en verdad era, una niña que, no hacía mucho tiempo pasaba sus tardes encerrada entre las seguras paredes del hogar paterno. Suspiró, y cerró sus ojos al recordar la relación conflictiva con su padre, - si tan solo me hubiera aceptado, si a pesar de ser... esto – se dijo mirando sus manos, recordado lo fácil que era para ella, como tan solo pensarlo, convertirse en un felino. Eso había sido lo que provocara la separación con su padre, él no podía aceptar que ella naciera con ese “defecto” como solía decirle cuando por alguna razón discutían. Ella podía aceptar el desprecio y la no aceptación de todos los mortales comunes y corrientes, menos la de su padre – si me hubieras amado a pesar de esto – intentó sonreír, como siempre lo hacía cuando la tristeza la embargaba, pero en sus ojos el dolor era tan evidente que a simple vista expresaban aquel sentimiento en finas perlas engarzadas en sus largas pestañas. Sonrió con los labios, pero aquella sonrisa no llegaba a sus bellos ojos, intentó que ese sentimiento de resignación invadiera su ser, calmándolo, - no puedes cambiar el pasado, ni el sentimiento de otros, solo puedes seguir adelante y pedir a Dios que les dé paz en sus vidas – reflexionó, haciendo un esfuerzo por comprender de alguna manera a su padre.
Inspiró profundamente y elevó sus ojos nuevamente por sobre la carta del restaurante y sus miradas se volvieron a unir, la intensidad de los orbes masculinos la hizo temblar. La contemplaban como si intentara explicarse porqué, Rannia, estaba allí, como si tuviera un derecho sobre ella. Le sonrió y luego bajó la mirada a la carta que suavemente había dejado sobre la mesa, - tal vez, no lo recuerdo pero... podría ser uno de los profesores colega de mi padre, aquellos del instituto de Londres – meneó la cabeza negando mentalmente, - no, no puede ser posible, éste parece un hombre rico, en cambio aquellos a lo sumo tendrían un buen pasar, pero ninguno se daría el lujo de visitar Venecia – recapacito, levantando su vista y dirigiéndola al grupo de personas que acompañaban al ser misterioso, - todos tienen trajes de calidad, seguramente serán hombres de negocio o parte de la corte – .
Rannia a pesar de que sus dones no estaban del todo desarrollados podía intuir que allí algo no estaba bien, el aura del misterioso caballero era diferente a las demás, mas pálida, - ¿pero que significa eso? - caviló mientras resoplaba por lo bajo y buscaba que podría comer al ver que el mozo se acercaba para tomar su pedido. Su dedo cruzaron suave el papel hasta dar con algo que le llamó su atención, - sopa crema – su boca se hizo agua y hubiera movido su cola de gusto y relamido sus bigotes de estar como gato.
Luego que el joven se retiró, se distrajo observando la ciudad nocturna por el ventanal, parecía que la espera sería larga, - no quisiera tener que volver saltando de tejado en tejado – recapacitó – ademas, ¿donde dejaría mi vestido? - su rostro demostró su frustración, ¿que debía hacer? ¿preguntar por una habitación y pasar allí la noche? Pensaba en ello mientras su vista se perdía mas allá de la lluvia que descendía con furia sobre Venecia, el sonido era acogedor y monótono – un hogar encendido, un sillón, con eso me conformaría – dijo en vos baja, - un lugar al cual sentir mio y de nadie mas – apenas dijo estas palabras la mirada fuerte y misteriosa de aquel hombre, la contempló en el reflejo del cristal, o eso le pareció, giró su cuerpo y lo enfrentó – ¿acaso nos conocemos? - la de Rannia fue una mezcla de sentimientos, deseaba que ése hombre se animara y hablara con ella, - ¿acaso nos conocemos? - se preguntó.
Inspiró profundamente y elevó sus ojos nuevamente por sobre la carta del restaurante y sus miradas se volvieron a unir, la intensidad de los orbes masculinos la hizo temblar. La contemplaban como si intentara explicarse porqué, Rannia, estaba allí, como si tuviera un derecho sobre ella. Le sonrió y luego bajó la mirada a la carta que suavemente había dejado sobre la mesa, - tal vez, no lo recuerdo pero... podría ser uno de los profesores colega de mi padre, aquellos del instituto de Londres – meneó la cabeza negando mentalmente, - no, no puede ser posible, éste parece un hombre rico, en cambio aquellos a lo sumo tendrían un buen pasar, pero ninguno se daría el lujo de visitar Venecia – recapacito, levantando su vista y dirigiéndola al grupo de personas que acompañaban al ser misterioso, - todos tienen trajes de calidad, seguramente serán hombres de negocio o parte de la corte – .
Rannia a pesar de que sus dones no estaban del todo desarrollados podía intuir que allí algo no estaba bien, el aura del misterioso caballero era diferente a las demás, mas pálida, - ¿pero que significa eso? - caviló mientras resoplaba por lo bajo y buscaba que podría comer al ver que el mozo se acercaba para tomar su pedido. Su dedo cruzaron suave el papel hasta dar con algo que le llamó su atención, - sopa crema – su boca se hizo agua y hubiera movido su cola de gusto y relamido sus bigotes de estar como gato.
Luego que el joven se retiró, se distrajo observando la ciudad nocturna por el ventanal, parecía que la espera sería larga, - no quisiera tener que volver saltando de tejado en tejado – recapacitó – ademas, ¿donde dejaría mi vestido? - su rostro demostró su frustración, ¿que debía hacer? ¿preguntar por una habitación y pasar allí la noche? Pensaba en ello mientras su vista se perdía mas allá de la lluvia que descendía con furia sobre Venecia, el sonido era acogedor y monótono – un hogar encendido, un sillón, con eso me conformaría – dijo en vos baja, - un lugar al cual sentir mio y de nadie mas – apenas dijo estas palabras la mirada fuerte y misteriosa de aquel hombre, la contempló en el reflejo del cristal, o eso le pareció, giró su cuerpo y lo enfrentó – ¿acaso nos conocemos? - la de Rannia fue una mezcla de sentimientos, deseaba que ése hombre se animara y hablara con ella, - ¿acaso nos conocemos? - se preguntó.
Irene Manzoni- Condenado/Cambiante/Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
Rashid dio otra calada,esta vez mucho mas larga que la anterior . Exhaló el humo con la misma elegancia de siempre ,observando con una mirada inquisidora a su ex mujer ,al fantasma que tenía delante de sus ojos sentada en una mesa y escondiéndose detrás de la carta con timidez. Mientras tanto el hombre (mercader de telas) seguía aludiendo el trabajo del vampiro con las palabras mejor pronunciadas que había escuchado.
Mohamed asentía encantado de aquel hombre prestando mucha mas atención que de costumbre . Rashid estiró la mano con la intención de beber del vaso pero Mohamed le interrumpió con una voz gruesa - ¿Que te parece Rashid? -preguntó en un perfecto italiano . Nuestro vampiro frunció las cejas totalmente desconcertado. Se tomó el tiempo de contestarle ,dando un trago hasta acabar el vaso de aquel elixir en unos segundos. Todos le miraron sorprendidos por su reacción incluso su mejor amigo - Me parece perfecto pero debo ver su mercancía - comentó al instante con la mirada clavada en el gordinflón bruscamente - Hasta que no vea vuestras mercancías, no haré trato con ninguno - decidió con cierto egocentrismo - Les agradezco vuestro..- buscó la palabra perfecta - tiempo y la dedicación de ver mis productos e incluso probarlos . Es una velada magnífica y espero que siga siendo ,por desgracia yo e terminado aquí - clavó la mirada en cada uno de los presentes para luego observar fugazmente a Rannia. En la mirada de Rashid se podía vislumbrar un destello especial ,aquel destello que solo aparecía cuando observaba de lejos el cuerpo de su prometida. Mohamed gruñó y le dijo mentalmente ,en arabe, que lo que hacía podía perjudicar sus negocios y el futuro de estos.
Con brusquedad clavó la mirada en su viejo amigo y frunció peligrosamente las cejas - Mohamed, te dejo al mando -le dijo en italiano sin responder mentalmente a su discurso. Hizo una reverencia y se retiró ,pero antes dejó el puro en el cenicero y dirigió sus pasos hacía la mesa del fantasma.
Cada vez que se acercaba a ella el corazón parecía volver a latir y eso le asustó. Tomó la silla ,la retiró y se sentó sin pedir permiso. Respiró hondo y se hizo escuchar - ¿Que demonios haces aquí Rannia? . No sé si me e vuelto loco , si solo yo te veo o ...- suspiró - Necesité años en olvidarte ,en olvidar y perdonar tus errores y ahora vienes como si nada . Me haces parecer un estúpido delante de unos hombres importantes y encima escondes tu rostro tímidamente detrás de un puto menú - hizo una pausa ,le faltaba aire. Rannia miraba al vampiro desconcertante ,como si no supiera de lo que estaba hablando . Rashid levantó ambas cejas ,incrédulo ante su reacción - ¿Qué?¿Se te a borrado la memoria cuando has vuelto de entre los muertos? - preguntó con un tono ácido. Era injusto, tantos años intentando olvidar la única mujer que le dio tantos problemas y ahora la tenía delante de el con una expresión de sorpresa - No me mires así,tu deberías estar muerta ,bajo tierra - hablaba mas para el que para ella - Yo mismo estuve en tu entierro , yo mismo Rannia.. - tenía la mirada pérdida en el pasado recordando aquellos tiempos de gloria y traición. Desvió su mirada a ella y apoyó las manos en la mesa ,observándola con tristeza - No eres humana - sentenció al instante,con los ojos entrecerrados - Tu olor es..distinto .No pertenecemos a la misma raza y es posible que eso fue lo que te hizo despertar - estaba pensando en voz alta y diciendo incoherencias - Por Aláh...- negó con la cabeza. ¿De verdad era real?¿o era un fantasma?. Estiró la mano, con cierto temor y rozó con sus dedos el dorso de ella. ¡Era de carne y hueso! .Retiró la mano al instante - ¿Que brujería es esta? - preguntó en un murmuro sin dejar de observarla - Me pregunto si sigues siendo una.. - buscó de nuevo las palabras que desaparecieron nada mas verla en la entrada del restaurante - la misma - se corrigió de repente. Tampoco quería pasar del límite,tal vez se equivocaba pero...eran idénticas!.
- No me mires así - hizo una mueca con sus labios ,recargando su espalda en la silla - Los dos sabemos el daño que me has echo durante años. Me has engañado,traicionado y has matado todo el amor que sentía por ti - apenas podía hablar por el asombro de tenerla en frente tras siglos enteros - Me parece increíble que estés en esta postura,delante de mí,mirándome con naturalidad después de todo...lo que me has echo.. - negó con la cabeza, igual de sorprendido que al principio - Los años de dolor y sufrimiento no me los puedes devolver, pero te exijo explicaciones Rannia - murmuró con frialdad. Después de todo, la odiaba y en aquel momento mas de lo preciso - ¿Por qué tuviste que matar a mis esposas? .Fuiste la segunda esposa y tras divorciarme de la primera, te convertiste tu en la ama de casa. No te bastó,pecaste de avaricia y lujuria - su mirada estaba llena de rencor - ¿ Cómo has matado a la segunda?¿la tercera?¿y a la cuarta? .Exijo saberlo - fueron sus últimas palabras y tras decir aquello relajó un poco su cuerpo.
Mohamed asentía encantado de aquel hombre prestando mucha mas atención que de costumbre . Rashid estiró la mano con la intención de beber del vaso pero Mohamed le interrumpió con una voz gruesa - ¿Que te parece Rashid? -preguntó en un perfecto italiano . Nuestro vampiro frunció las cejas totalmente desconcertado. Se tomó el tiempo de contestarle ,dando un trago hasta acabar el vaso de aquel elixir en unos segundos. Todos le miraron sorprendidos por su reacción incluso su mejor amigo - Me parece perfecto pero debo ver su mercancía - comentó al instante con la mirada clavada en el gordinflón bruscamente - Hasta que no vea vuestras mercancías, no haré trato con ninguno - decidió con cierto egocentrismo - Les agradezco vuestro..- buscó la palabra perfecta - tiempo y la dedicación de ver mis productos e incluso probarlos . Es una velada magnífica y espero que siga siendo ,por desgracia yo e terminado aquí - clavó la mirada en cada uno de los presentes para luego observar fugazmente a Rannia. En la mirada de Rashid se podía vislumbrar un destello especial ,aquel destello que solo aparecía cuando observaba de lejos el cuerpo de su prometida. Mohamed gruñó y le dijo mentalmente ,en arabe, que lo que hacía podía perjudicar sus negocios y el futuro de estos.
Con brusquedad clavó la mirada en su viejo amigo y frunció peligrosamente las cejas - Mohamed, te dejo al mando -le dijo en italiano sin responder mentalmente a su discurso. Hizo una reverencia y se retiró ,pero antes dejó el puro en el cenicero y dirigió sus pasos hacía la mesa del fantasma.
Cada vez que se acercaba a ella el corazón parecía volver a latir y eso le asustó. Tomó la silla ,la retiró y se sentó sin pedir permiso. Respiró hondo y se hizo escuchar - ¿Que demonios haces aquí Rannia? . No sé si me e vuelto loco , si solo yo te veo o ...- suspiró - Necesité años en olvidarte ,en olvidar y perdonar tus errores y ahora vienes como si nada . Me haces parecer un estúpido delante de unos hombres importantes y encima escondes tu rostro tímidamente detrás de un puto menú - hizo una pausa ,le faltaba aire. Rannia miraba al vampiro desconcertante ,como si no supiera de lo que estaba hablando . Rashid levantó ambas cejas ,incrédulo ante su reacción - ¿Qué?¿Se te a borrado la memoria cuando has vuelto de entre los muertos? - preguntó con un tono ácido. Era injusto, tantos años intentando olvidar la única mujer que le dio tantos problemas y ahora la tenía delante de el con una expresión de sorpresa - No me mires así,tu deberías estar muerta ,bajo tierra - hablaba mas para el que para ella - Yo mismo estuve en tu entierro , yo mismo Rannia.. - tenía la mirada pérdida en el pasado recordando aquellos tiempos de gloria y traición. Desvió su mirada a ella y apoyó las manos en la mesa ,observándola con tristeza - No eres humana - sentenció al instante,con los ojos entrecerrados - Tu olor es..distinto .No pertenecemos a la misma raza y es posible que eso fue lo que te hizo despertar - estaba pensando en voz alta y diciendo incoherencias - Por Aláh...- negó con la cabeza. ¿De verdad era real?¿o era un fantasma?. Estiró la mano, con cierto temor y rozó con sus dedos el dorso de ella. ¡Era de carne y hueso! .Retiró la mano al instante - ¿Que brujería es esta? - preguntó en un murmuro sin dejar de observarla - Me pregunto si sigues siendo una.. - buscó de nuevo las palabras que desaparecieron nada mas verla en la entrada del restaurante - la misma - se corrigió de repente. Tampoco quería pasar del límite,tal vez se equivocaba pero...eran idénticas!.
- No me mires así - hizo una mueca con sus labios ,recargando su espalda en la silla - Los dos sabemos el daño que me has echo durante años. Me has engañado,traicionado y has matado todo el amor que sentía por ti - apenas podía hablar por el asombro de tenerla en frente tras siglos enteros - Me parece increíble que estés en esta postura,delante de mí,mirándome con naturalidad después de todo...lo que me has echo.. - negó con la cabeza, igual de sorprendido que al principio - Los años de dolor y sufrimiento no me los puedes devolver, pero te exijo explicaciones Rannia - murmuró con frialdad. Después de todo, la odiaba y en aquel momento mas de lo preciso - ¿Por qué tuviste que matar a mis esposas? .Fuiste la segunda esposa y tras divorciarme de la primera, te convertiste tu en la ama de casa. No te bastó,pecaste de avaricia y lujuria - su mirada estaba llena de rencor - ¿ Cómo has matado a la segunda?¿la tercera?¿y a la cuarta? .Exijo saberlo - fueron sus últimas palabras y tras decir aquello relajó un poco su cuerpo.
Rashid Sayf al Dîn- Vampiro Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
Lo había observado levantarse, sorprendiendo a todos los comensales de aquella mesa, - ]parece que es una reunión de negocios – pensó, mientras bajaba su mirada a las paginas del menú, que lo estaba usando para ocultar su rostro, pero su instinto de felino, curioso y atrevido no la dejaba tranquila, y a cada instante observaba los movimientos del extraño. La mirada de éste clavada en la de ella la intrigaban.
Cuando el hombre se levantó y sin demora, pero con suma elegancia se acercó a su mesa, Rannia sintió que el corazón le daba vuelcos como si fuera un pájaro que la contemplaba convertida en gato, relamiéndose los bigotes pensando en lo tierna que sería esa carne. Tragó con dificultad y lo miró a los ojos asustada, aunque trataba que su expresión no fuera tan evidente. Lo observó atónita tomar con brusquedad el respaldo de la silla y correrla para sentarse a su mesa, sin pedir permiso, como si se tratara de la persona a la que había estado esperando. Ella lo contempló boquiabierta, desvió su mirada al camarero que al darse cuenta de la llegada del otro comensal le sonrió asintiendo con la cabeza, - claro - pensó rápidamente – para todo el mundo es lógico que una mujer debe estar acompañada y ni se molestará en venir a sacarme a este caballero de mi mesa – pensó algo asustada.
Las palabras que salieron de la boca del hombre, impactaban en ella como zarpazos de un felino. Una frase tras otra, sin tiempo a recuperarse del asombro que le causaba la anterior, - pero... señor – intento decir, aunque el caballero estaba tan ensimismado que ni siquiera la escuchaba. Ademas conocía su nombre y eso la descolocaba.
Bajó delicadamente el menú para enfrentarlo a la cara con su mirada, - ¿que hago aquí? - sus oídos no daban crédito a lo que escuchaba – ¿años? ¿olvidarme? - repetía como una autómata cada palabra que el extraño le decía, sus ojos se abrían de forma desmesurada, cuando él le dijo que debería estar muerta, que él había asistido a su entierro, en esos momentos Rannia estuvo a punto de salir huyendo. Pero nada la llenó tanto de terror como saberse descubierta por ése hombre – ¿como sabe que no soy humana? - entrecerró los ojos y entonces recapacitó de que aquel ser tampoco lo era – eres un vampiro – le dijo mas para ella que para que él pudiera escucharla.
Apenas pronunció esa frase mientras el hombre seguía divagando en su soliloquio cuando la mano masculina rosó con dedos fríos la suya, su piel inmediatamente se erizo al contacto. Rannia retiró la mano y la escondí en su regazo mientras se apoyaba en el respaldo de la silla intentando separarse lo mas posible de el vampiro. No supo si chilló como un gato al sentirse acorralada pero si su mirada se volvió agresiva, exigiendo un poco de respeto. Pero él seguía perdido en sus pensamientos que expresaba sin tapujos en voz alta.
Cuando por fin él terminó con su discurso, retrepándose en la silla y mirándola a los ojos esperando la explicación que le había exigido, Rannia, inclinó su cuerpo hacia delante apoyando sus manos en el mantel una a cada lado de su cuerpo, como si estuviera a punto de saltar sobre él. La mirada felina, agresiva, amenazante de la felina se clavaron en el extraño, - No se como conoce mi nombre, quien le dio permiso para tomarse el atrevimiento de sentarse a mi mesa y decir las barbaridades que mencionó – le dijo, mientras sus uñas arañaban el mantel expresando las ganas que deseaba marcarle el rostro por atrevido.
Su rostro vario de furioso a indiferente, lo contempló con frialdad, - mi apellido es Wittman y creo que ésta es la primera vez que nos encontramos - cruzó sus brazos sobre su pecho en clara señal defensiva. - nunca he estado en otro lado que no sea mi Londres natal... a excepción de París y Venecia en donde he acompañado a mi señora – se frenó al darse cuenta que le estaba dando demasiada información y que no sabía si podía ser uno de los inquisidores que intentaban dañar a su señora Giulia.
- no se quien es la mujer que usted busca, pero le aseguro que... no soy – se movió nerviosa en su silla, - por Dios... ¿pero se ha dado cuenta? habla de siglos, y yo solo tengo 20 años – le dijo en un tono de voz reprobatorio - creo que usted esta... - se mordió los labios – eres tu la que esta loca, como se te ocurre decirle que está demente – se reprendió. - ademas tiene el coraje de venir a sentarse y ni siquiera presentarse – terminaba de decir esas palabras cuando el camarero se acercó con un cenicero, un abano y una copa de la misma bebida que el caballero había estado bebiendo en la otra mesa. -¿ahora le parece, estimado señor, si tomo vuestro pedido? - dijo en tono servicial.
Cuando el hombre se levantó y sin demora, pero con suma elegancia se acercó a su mesa, Rannia sintió que el corazón le daba vuelcos como si fuera un pájaro que la contemplaba convertida en gato, relamiéndose los bigotes pensando en lo tierna que sería esa carne. Tragó con dificultad y lo miró a los ojos asustada, aunque trataba que su expresión no fuera tan evidente. Lo observó atónita tomar con brusquedad el respaldo de la silla y correrla para sentarse a su mesa, sin pedir permiso, como si se tratara de la persona a la que había estado esperando. Ella lo contempló boquiabierta, desvió su mirada al camarero que al darse cuenta de la llegada del otro comensal le sonrió asintiendo con la cabeza, - claro - pensó rápidamente – para todo el mundo es lógico que una mujer debe estar acompañada y ni se molestará en venir a sacarme a este caballero de mi mesa – pensó algo asustada.
Las palabras que salieron de la boca del hombre, impactaban en ella como zarpazos de un felino. Una frase tras otra, sin tiempo a recuperarse del asombro que le causaba la anterior, - pero... señor – intento decir, aunque el caballero estaba tan ensimismado que ni siquiera la escuchaba. Ademas conocía su nombre y eso la descolocaba.
Bajó delicadamente el menú para enfrentarlo a la cara con su mirada, - ¿que hago aquí? - sus oídos no daban crédito a lo que escuchaba – ¿años? ¿olvidarme? - repetía como una autómata cada palabra que el extraño le decía, sus ojos se abrían de forma desmesurada, cuando él le dijo que debería estar muerta, que él había asistido a su entierro, en esos momentos Rannia estuvo a punto de salir huyendo. Pero nada la llenó tanto de terror como saberse descubierta por ése hombre – ¿como sabe que no soy humana? - entrecerró los ojos y entonces recapacitó de que aquel ser tampoco lo era – eres un vampiro – le dijo mas para ella que para que él pudiera escucharla.
Apenas pronunció esa frase mientras el hombre seguía divagando en su soliloquio cuando la mano masculina rosó con dedos fríos la suya, su piel inmediatamente se erizo al contacto. Rannia retiró la mano y la escondí en su regazo mientras se apoyaba en el respaldo de la silla intentando separarse lo mas posible de el vampiro. No supo si chilló como un gato al sentirse acorralada pero si su mirada se volvió agresiva, exigiendo un poco de respeto. Pero él seguía perdido en sus pensamientos que expresaba sin tapujos en voz alta.
Cuando por fin él terminó con su discurso, retrepándose en la silla y mirándola a los ojos esperando la explicación que le había exigido, Rannia, inclinó su cuerpo hacia delante apoyando sus manos en el mantel una a cada lado de su cuerpo, como si estuviera a punto de saltar sobre él. La mirada felina, agresiva, amenazante de la felina se clavaron en el extraño, - No se como conoce mi nombre, quien le dio permiso para tomarse el atrevimiento de sentarse a mi mesa y decir las barbaridades que mencionó – le dijo, mientras sus uñas arañaban el mantel expresando las ganas que deseaba marcarle el rostro por atrevido.
Su rostro vario de furioso a indiferente, lo contempló con frialdad, - mi apellido es Wittman y creo que ésta es la primera vez que nos encontramos - cruzó sus brazos sobre su pecho en clara señal defensiva. - nunca he estado en otro lado que no sea mi Londres natal... a excepción de París y Venecia en donde he acompañado a mi señora – se frenó al darse cuenta que le estaba dando demasiada información y que no sabía si podía ser uno de los inquisidores que intentaban dañar a su señora Giulia.
- no se quien es la mujer que usted busca, pero le aseguro que... no soy – se movió nerviosa en su silla, - por Dios... ¿pero se ha dado cuenta? habla de siglos, y yo solo tengo 20 años – le dijo en un tono de voz reprobatorio - creo que usted esta... - se mordió los labios – eres tu la que esta loca, como se te ocurre decirle que está demente – se reprendió. - ademas tiene el coraje de venir a sentarse y ni siquiera presentarse – terminaba de decir esas palabras cuando el camarero se acercó con un cenicero, un abano y una copa de la misma bebida que el caballero había estado bebiendo en la otra mesa. -¿ahora le parece, estimado señor, si tomo vuestro pedido? - dijo en tono servicial.
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
Con cada tono que Rannia empleaba ,Rashid levantaba una ceja en señal de molestia. Había perdido todo lo que era respeto por ella y en aquel momento la única solución era matarla. Enviarla de nuevo al infierno y a las fosas oscuras. Mantuvo la calma y se concentró en sus palabras, asqueado en totalidad. Ella afirmó de que era un vampiro y el sonrió de tal manera que sus colmillos fueron descubiertos ,brillantes y afilados - Lo soy, Rannia. Como sigas así no me lo pensaré dos veces ,saltaré sobre tu cuello de un segundo a otro y esta vez.. -se inclinó sobre la mesa, apoyando sus codos a cada lado de su cuerpo - me encargaré de enviarte al infierno - sonrió tétrico. Sus ojos color miel brillaban con desdén y sus colmillos intentaban agrandarse solo con la imaginación de Rashid. Tranquilizó sus ansias con una imagen apacible pero el odio le podía. Carraspeó sonriente, la misma sonrisa endemoniada que antes.
Escuchó sus quejas y soltó varias carcajadas que sobresaltaron la mesa que estaba al lado . Giró el cuello ,observando a los que cenaban y les dedicó una mirada atrevida . Todos bajaron la mirada y siguieron comiendo en silencio. Rashid volvió a observarla hablar. Se veía preciosa, como siempre ..pero igual de venenosa - No necesito permiso para sentarme en tu mesa ni en otra. Por si no lo sabes, sigo igual de poderoso que antes. De echo...- arregló su camisa un poco ,demostrando una elegancia innata - si quiero puedo prohibir que entres en Italia y en todos los países que se me antoje - le guiñó el ojo ,irónicamente.
Frunció sus cejas al instante cuando escuchó su apellido y por unos segundos no dijo nada . Despegó los labios pero no le salió nada,solo una sonrisa burlona - Por supuesto, Rannia. Y yo soy un jodido calamar . Me importa una mierda que tengas otro apellido . Eres astuta, seguramente te habrás casado con algún imbécil que creyó en tus palabras - En todo momento su mirada interrogaba los ojos de ella , que seguían como siempre. Solo que..esta vez notó algo distinto pero no sabía con exactitud que podía ser - Conmigo ya no consigues nada ,Rannia. No te defiendas con gestos ni con miradas asesinas. Ya conozco tu punto débil y créeme que no descansaré hasta hacerte daño - la amenazó con un dolor en el pecho. ¿Que significaba todo aquello?. Por alguna extraña razón ,sentía confusión cuando en verdad lo que debería sentir era odio y rencor - ¿Que coño me estas diciendo , Rannia? - preguntó esta vez alterado como nunca antes - ¿Que vives en París ? - preguntó incrédulo - ¡Por Aláh!..-murmuró cerrando los ojos y llevando una mano en la frente . Necesitó unos cuantos minutos para recuperarse y en un final dijo - Reza a nuestro dios o al demonio que pertenezcas , porque si llego a verte en París te juro por la cabeza de mi padre que mataré todo lo que tu aprecias o quieras. Ojo por ojo diente por diente ,Rannia. Me arrancaste todo lo que amaba y ahora..es mi turno..- el vampiro nunca juraba y menos por la cabeza de su santísimo padre. Por eso mismo, en aquel momento lo hizo. Todo lo que le decía a Rannia iba a cumplir, aunque se moriría de dolor.
Toda la situación era un caos total . No entendía nada, su nerviosismo , sus miradas distintas y...sus pensamientos.Se adentró profundamente en ellos y pudo escuchar un pensamiento bastante insolente - Demente.. - murmuró observándola - Te abofetearía si seguirías siendo mi esposa. Menos mal que te repudié a tiempo y te devolví a la selva que perteneces.. - escupió las palabras con la misma guerra interna que al principio.
-¿ Que me presente ,Rannia? . Rashid Sayf al Dîn - puso énfasis en el apellido - Ese apellido que tuviste mucho antes. No me engañas ,te habrás reencarnado no tengo ni puta idea....pero eres tu ,la mujer que una vez amé y ahora odio con todo el corazón - mintió mordiéndose el labio. Habían muchos recuerdos que atormentaban su cabeza, tanto malos como buenos. Silenció su boca en cuanto supo que el mesero se estaba acercando . Sin girar el rostro y manteniendo contacto visual con Rannia respondió - No, cenaré nada...por ahora - hizo una seña con la mano, invitando al mesero para ponerse a su altura y le susurró " Deseo que nadie me moleste ni a mi ni a la señorita. Trae lo que pidió y pásalo a mi cuenta . " Tras aquello indicó que se marchara - No entiendo una cosa. Que clase de especie eres? No puedo identificarte ni como licantropo ,ni vampiro...¿que eres?- preguntó llenando la copa de whisky hasta arriba . Seguía alterado y negaba los sentimientos que parecían florecer de nuevo .Dio un trago bastante largo para luego relamerse los labios ,prohibiendo que las gotas avanzasen mas de lo debido .
Escuchó sus quejas y soltó varias carcajadas que sobresaltaron la mesa que estaba al lado . Giró el cuello ,observando a los que cenaban y les dedicó una mirada atrevida . Todos bajaron la mirada y siguieron comiendo en silencio. Rashid volvió a observarla hablar. Se veía preciosa, como siempre ..pero igual de venenosa - No necesito permiso para sentarme en tu mesa ni en otra. Por si no lo sabes, sigo igual de poderoso que antes. De echo...- arregló su camisa un poco ,demostrando una elegancia innata - si quiero puedo prohibir que entres en Italia y en todos los países que se me antoje - le guiñó el ojo ,irónicamente.
Frunció sus cejas al instante cuando escuchó su apellido y por unos segundos no dijo nada . Despegó los labios pero no le salió nada,solo una sonrisa burlona - Por supuesto, Rannia. Y yo soy un jodido calamar . Me importa una mierda que tengas otro apellido . Eres astuta, seguramente te habrás casado con algún imbécil que creyó en tus palabras - En todo momento su mirada interrogaba los ojos de ella , que seguían como siempre. Solo que..esta vez notó algo distinto pero no sabía con exactitud que podía ser - Conmigo ya no consigues nada ,Rannia. No te defiendas con gestos ni con miradas asesinas. Ya conozco tu punto débil y créeme que no descansaré hasta hacerte daño - la amenazó con un dolor en el pecho. ¿Que significaba todo aquello?. Por alguna extraña razón ,sentía confusión cuando en verdad lo que debería sentir era odio y rencor - ¿Que coño me estas diciendo , Rannia? - preguntó esta vez alterado como nunca antes - ¿Que vives en París ? - preguntó incrédulo - ¡Por Aláh!..-murmuró cerrando los ojos y llevando una mano en la frente . Necesitó unos cuantos minutos para recuperarse y en un final dijo - Reza a nuestro dios o al demonio que pertenezcas , porque si llego a verte en París te juro por la cabeza de mi padre que mataré todo lo que tu aprecias o quieras. Ojo por ojo diente por diente ,Rannia. Me arrancaste todo lo que amaba y ahora..es mi turno..- el vampiro nunca juraba y menos por la cabeza de su santísimo padre. Por eso mismo, en aquel momento lo hizo. Todo lo que le decía a Rannia iba a cumplir, aunque se moriría de dolor.
Toda la situación era un caos total . No entendía nada, su nerviosismo , sus miradas distintas y...sus pensamientos.Se adentró profundamente en ellos y pudo escuchar un pensamiento bastante insolente - Demente.. - murmuró observándola - Te abofetearía si seguirías siendo mi esposa. Menos mal que te repudié a tiempo y te devolví a la selva que perteneces.. - escupió las palabras con la misma guerra interna que al principio.
-¿ Que me presente ,Rannia? . Rashid Sayf al Dîn - puso énfasis en el apellido - Ese apellido que tuviste mucho antes. No me engañas ,te habrás reencarnado no tengo ni puta idea....pero eres tu ,la mujer que una vez amé y ahora odio con todo el corazón - mintió mordiéndose el labio. Habían muchos recuerdos que atormentaban su cabeza, tanto malos como buenos. Silenció su boca en cuanto supo que el mesero se estaba acercando . Sin girar el rostro y manteniendo contacto visual con Rannia respondió - No, cenaré nada...por ahora - hizo una seña con la mano, invitando al mesero para ponerse a su altura y le susurró " Deseo que nadie me moleste ni a mi ni a la señorita. Trae lo que pidió y pásalo a mi cuenta . " Tras aquello indicó que se marchara - No entiendo una cosa. Que clase de especie eres? No puedo identificarte ni como licantropo ,ni vampiro...¿que eres?- preguntó llenando la copa de whisky hasta arriba . Seguía alterado y negaba los sentimientos que parecían florecer de nuevo .Dio un trago bastante largo para luego relamerse los labios ,prohibiendo que las gotas avanzasen mas de lo debido .
Rashid Sayf al Dîn- Vampiro Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
Rannia temblaba, cada parte de su cuerpo estaba convulsionando por la voz del vampiro, que para ella eran como latigazos que herían su delicada alma. - ¿Existirá la reencarnación? – pensó aturdida, intentando encontrar una explicación a todo lo que le decía aquel individuo - ¿porque me odia de esa forma? ¿nunca odiaría a quien me hubiera amado? – caviló mirándolo con las pupilas dilatadas y la boca entreabierta. Todas las preguntas se agolpaban en su mente, una detrás de la otra, como las injurias que recibía de ese hombre. - ¿acaso era tan importante que podía hacer que me deportaran con solo chasquear sus dedos? – se dijo intentando contener sus lagrimas.
El caballero dijo su nombre, reprochandole que no lo recordara, ya que supuestamente, según los dichos de Rashid, había sido el suyo también durante un tiempo en el cual habían sido a pesar de todo felices y que ella destruyera junto la vida de aquel que hoy estaba sentado enfrente de Rannia. El hombre insinuó que seguramente había cambiado su apellido seduciendo a un pobre ingenuo, casándose, e intentando así borrar su pasado. - esas son puras mentiras -, lo interrumpió, - soy una mujer soltera – le dijo levantando un poco la voz – ni siquiera conozco lo que es un beso, menos podría saber como seducir a un hombre o lo que debe hacer una mujer casada – pensó bajando la mirada, sus mejillas se sonrosaron al pensar en su virginidad y en lo ingenua que era esperando a un hombre que la amara por lo que era, sin importar que trabajara como una simple doncella.
Descruzó sus brazos y bajó sus manos al regazo donde apretó con fuerza la tela del vestido, el único que tenia raído en los bordes de la falda, algo descolorido y con remiendos en los puños que ella misma había intentado hacer lo mas prolijo posible para que pasaran inadvertidos. Sus pestañas se cubrieron perladas lagrimas, el pecho le dolía al igual que su estomago, estaba asustada, - no eso es poco – pensó, - en verdad estoy aterrada -. No podía verlo a los ojos porque sentía que la lastimaba, culpándola de algo que era imposible que pudiera cometer y de lo que no podía defenderse, pues él se negaba a escucharla.
Si Rannia pensó que las cosas había tomado un color oscuro y no podían estar peor, se equivocó, cuando Rashid supo que ella vivía en París, simplemente se había vuelto loco, amenazándola de mil maneras si por alguna razón se llegaban a cruzar accidentalmente. La joven llevó su cuerpo hacia atrás, le temía, definitivamente no era un hombre común y menos uno inofensivo.
Se sentía tan pequeña delante de él, indefensa y a merced de los caprichos de alguien que en su vida había visto que las lagrimas comenzaron a caer por sus mejillas y se olvidó de respirar. Aun no se borraba de su mente los colmillos que habían brillado en la tenue luz que iluminaba la mesa, ni la sensación que sus cabellos se pusieran de punta. Tragó saliva con dificultad y llevó su mano a su fino cuello, le faltaba el aire, se estaba asfixiando, eso le pasaba cada vez que el pánico la atacaba. Sus labios se azularon, sus dedos se pusieron fríos con las puntas violaceas, debía salir de allí en ese preciso momento o el vampiro no debería ni mover un dedo para librarse de su supuesta ex mujer.
Tratando de concentrar toda la poca energía que le quedaba, se levantó de su silla, la que cayó estrepitosamente hacia atrás. No espero que él le dijera una sola palabra mas, salió corriendo de allí como alma que la lleva el diablo, la puerta estaba demasiado lejos para alcanzar la calle y las fuerzas no le ayudaban. Se escabulló en un pasillo, vio escaleras que subían a las habitaciones de un modesto hotel anexo al restaurante, subió al primer piso y corrió por el pasillo, probando las puertas para entrar a cualquier habitación que estuviera vacía, allí pensaba convertirse en felino y salir saltando de tejado en tejado. Lejos de ese ser que le podía leer la mente.
El caballero dijo su nombre, reprochandole que no lo recordara, ya que supuestamente, según los dichos de Rashid, había sido el suyo también durante un tiempo en el cual habían sido a pesar de todo felices y que ella destruyera junto la vida de aquel que hoy estaba sentado enfrente de Rannia. El hombre insinuó que seguramente había cambiado su apellido seduciendo a un pobre ingenuo, casándose, e intentando así borrar su pasado. - esas son puras mentiras -, lo interrumpió, - soy una mujer soltera – le dijo levantando un poco la voz – ni siquiera conozco lo que es un beso, menos podría saber como seducir a un hombre o lo que debe hacer una mujer casada – pensó bajando la mirada, sus mejillas se sonrosaron al pensar en su virginidad y en lo ingenua que era esperando a un hombre que la amara por lo que era, sin importar que trabajara como una simple doncella.
Descruzó sus brazos y bajó sus manos al regazo donde apretó con fuerza la tela del vestido, el único que tenia raído en los bordes de la falda, algo descolorido y con remiendos en los puños que ella misma había intentado hacer lo mas prolijo posible para que pasaran inadvertidos. Sus pestañas se cubrieron perladas lagrimas, el pecho le dolía al igual que su estomago, estaba asustada, - no eso es poco – pensó, - en verdad estoy aterrada -. No podía verlo a los ojos porque sentía que la lastimaba, culpándola de algo que era imposible que pudiera cometer y de lo que no podía defenderse, pues él se negaba a escucharla.
Si Rannia pensó que las cosas había tomado un color oscuro y no podían estar peor, se equivocó, cuando Rashid supo que ella vivía en París, simplemente se había vuelto loco, amenazándola de mil maneras si por alguna razón se llegaban a cruzar accidentalmente. La joven llevó su cuerpo hacia atrás, le temía, definitivamente no era un hombre común y menos uno inofensivo.
Se sentía tan pequeña delante de él, indefensa y a merced de los caprichos de alguien que en su vida había visto que las lagrimas comenzaron a caer por sus mejillas y se olvidó de respirar. Aun no se borraba de su mente los colmillos que habían brillado en la tenue luz que iluminaba la mesa, ni la sensación que sus cabellos se pusieran de punta. Tragó saliva con dificultad y llevó su mano a su fino cuello, le faltaba el aire, se estaba asfixiando, eso le pasaba cada vez que el pánico la atacaba. Sus labios se azularon, sus dedos se pusieron fríos con las puntas violaceas, debía salir de allí en ese preciso momento o el vampiro no debería ni mover un dedo para librarse de su supuesta ex mujer.
Tratando de concentrar toda la poca energía que le quedaba, se levantó de su silla, la que cayó estrepitosamente hacia atrás. No espero que él le dijera una sola palabra mas, salió corriendo de allí como alma que la lleva el diablo, la puerta estaba demasiado lejos para alcanzar la calle y las fuerzas no le ayudaban. Se escabulló en un pasillo, vio escaleras que subían a las habitaciones de un modesto hotel anexo al restaurante, subió al primer piso y corrió por el pasillo, probando las puertas para entrar a cualquier habitación que estuviera vacía, allí pensaba convertirse en felino y salir saltando de tejado en tejado. Lejos de ese ser que le podía leer la mente.
Irene Manzoni- Condenado/Cambiante/Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
- No sé si existe o no, tu deberías decírmelo.. - murmuró sin mostrar interés ante sus pensamientos.Ella debía de saber que sus pensamientos mas íntimos o una simple imagen , el podía detectarlos con facilidad. Esta vez el líquido del vaso fue absorbido de un trago y el era consciente de que no le haría ningún efecto aquello que a los humanos aturdía - Déjame explicarte algo , Rannia - comenzó el vampiro con un tono cansino pero con el mismo aire molesto que al principio - Me enamoré de ti nada mas verte en aquel mercado de Marruecos ,estabas observando las joyas expuestas de aquel comerciante . Recuerdo que mi corazón dio un vuelco y mis piernas no respondían de ninguna manera. Quise acercarme pero tu ya te habías esfumado. En cuanto volví a mi casa , lo único en lo que pensaba eras tu. Mi esposa,que por aquel entonces me conocía ..me preguntó que era lo que me estaba ocurriendo - hizo una pausa observando el vaso vació y el puro que se estaba apagando. Para evitar aquello, lo cogió con elegancia y le dio una calada - No la mentí, le expliqué que deseaba tener otra esposa ,al principio se negó pero luego entendió de que ella no podía darme todo lo que yo deseaba. En un final me hice con tu dirección y fui a ver a tus padres, acordamos matrimonio y así fue como empezó mi calvario.. - su tono de voz era cada vez mas melancólico . Rashid parecía estar perdido en un mar de recuerdos que no hacían mas que alterarlo y provocar un daño inexplicable - En cuanto te diste cuenta de que mi atención era solo tuya, empezaste a jugar conmigo. Dramatizabas cada dos por tres ,echabas la culpa a otras de tus insolentes problemas y yo..como un idiota cegado por amor ..estaba siendo injusto con las demás esposas - negó lentamente con la cabeza al recordar aquellas escenas de gritos y lamentos - En un final me di cuenta de que tus juegos y tus deseos me estaban llevando a la locura e incluso a la banca rota...- frunció sus cejas subiendo la mirada a los ojos de ella - Te repudié, te devolví a tu familia tras enterrar "misteriosamente" a mis otras esposas...- penetró en su mirada - Desde entonces mi odio por ti aumentó en cuestión de segundos...- tragó saliva - No tienes ni idea el amor que sentía por ti..- añadió con una voz débil .
Suspiró notablemente y en un final no comentó nada mas hasta que ella volvió a interrumpirle .¿Cómo soltera?¿Que estaba diciendo aquella mujer? - Te llevaré al médico si hace falta...veo que has perdido tu memoria y pretendes creer que eres otra persona - sentenció con seriedad. Iba a hacerlo ,llevarla al médico y hacerle pruebas o ..ni el sabía el que pero de una cosa estaba seguro, de que ella era Rannia .
De un momento a otro la mujer pareció tensarse y el miedo se apoderó de cada poro de su piel. Sus labios se tornaron de un color morado suave, parecía que el aire le faltaba y sus ojos no dejaban de brillar debido a las lagrimas que derramaba. Por un momento el vampiro se asustó, se preocupó pero...volvió en si con una risa silenciosa y malvada - Muy bien, Rannia ,eres muy buena actriz...ya lo veo..- murmuró tras las risas - Basta - exigió con un tono de voz grueso . Rashid frunció sus cejas al ver que ella cada vez empeoraba.
Se levantó de su silla con rapidez pero en ese mismo instante Rannia emprendió una carrera hacía...las habitaciones de un hotel anexo al restaurante - Seré estúpido - murmuró tirando el vaso y la botella al suelo. Provocó todas las miradas e incluso la de Mohamed, que seguía entablando conversaciones con los comerciantes italianos. ¿ Dejarla ir?.No. Iba a buscarla, necesitaba respuestas a todo . Se dio la vuelta y con pasos normales y pausados se dirigió hacía el mismo pasillo.
- Rannia Rannia.. -canturreó por los pasillos cada vez mas cerca de ella. Se paró bruscamente mientras su mente se adentraba en la de ella. Estaba buscando una habitación libre para convertirse en un mínimo y escaparse. ¿En un qué..?. Luego se ocuparía de exigir explicación ante tal pensamiento. Con una rapidez inhumana se adentró en el pasillo contrario y se escondió en una habitación libre. Sabía que ella abriría esa puerta dentro de 1..2...- Hola cariño.. - ironizó con una sonrisa .Cogió su muñeca con fuerza para atraerla en la habitación y cerró la puerta con un golpe fuerte. Empujó el cuerpo de ella hasta que su espalda se vio acorralada por la puerta. Por seguridad, también le tapó la boca con la mano sin hacer fuerza - Prométeme que no gritaras ni harás una estupidez, solo quiero respuestas.. - susurró un poco mas tranquilo que al principio.
Suspiró notablemente y en un final no comentó nada mas hasta que ella volvió a interrumpirle .¿Cómo soltera?¿Que estaba diciendo aquella mujer? - Te llevaré al médico si hace falta...veo que has perdido tu memoria y pretendes creer que eres otra persona - sentenció con seriedad. Iba a hacerlo ,llevarla al médico y hacerle pruebas o ..ni el sabía el que pero de una cosa estaba seguro, de que ella era Rannia .
De un momento a otro la mujer pareció tensarse y el miedo se apoderó de cada poro de su piel. Sus labios se tornaron de un color morado suave, parecía que el aire le faltaba y sus ojos no dejaban de brillar debido a las lagrimas que derramaba. Por un momento el vampiro se asustó, se preocupó pero...volvió en si con una risa silenciosa y malvada - Muy bien, Rannia ,eres muy buena actriz...ya lo veo..- murmuró tras las risas - Basta - exigió con un tono de voz grueso . Rashid frunció sus cejas al ver que ella cada vez empeoraba.
Se levantó de su silla con rapidez pero en ese mismo instante Rannia emprendió una carrera hacía...las habitaciones de un hotel anexo al restaurante - Seré estúpido - murmuró tirando el vaso y la botella al suelo. Provocó todas las miradas e incluso la de Mohamed, que seguía entablando conversaciones con los comerciantes italianos. ¿ Dejarla ir?.No. Iba a buscarla, necesitaba respuestas a todo . Se dio la vuelta y con pasos normales y pausados se dirigió hacía el mismo pasillo.
- Rannia Rannia.. -canturreó por los pasillos cada vez mas cerca de ella. Se paró bruscamente mientras su mente se adentraba en la de ella. Estaba buscando una habitación libre para convertirse en un mínimo y escaparse. ¿En un qué..?. Luego se ocuparía de exigir explicación ante tal pensamiento. Con una rapidez inhumana se adentró en el pasillo contrario y se escondió en una habitación libre. Sabía que ella abriría esa puerta dentro de 1..2...- Hola cariño.. - ironizó con una sonrisa .Cogió su muñeca con fuerza para atraerla en la habitación y cerró la puerta con un golpe fuerte. Empujó el cuerpo de ella hasta que su espalda se vio acorralada por la puerta. Por seguridad, también le tapó la boca con la mano sin hacer fuerza - Prométeme que no gritaras ni harás una estupidez, solo quiero respuestas.. - susurró un poco mas tranquilo que al principio.
Rashid Sayf al Dîn- Vampiro Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
Entró a la habitación, con una sensación de alivio, - por fin lograré huir de ti – pensó, pero para su sorpresa lo primero que vio fue el rostro de aquel hombre, su expresión varió a una de total asombro y terror. La tomó de su muñeca y tiró de ella, Chocó con el cuerpo duro, frío del vampiro, revotando luego en la madera de la puerta, donde fue sometida por la mano helada del sobrenatural que le tapó su boca y la nariz, impidiendole respirar.
Se removió intentando liberarse, las fuerzas eran pocas y para peor el vampiro le estaba quitando el oxigeno, haciendo que sus pulmones le dolieran por la falta de la sustancia vital. Sus ojos abierto de forma desmesurada lo contemplaban con pavor, le temía, claro que le temia. Sus lagrimas resurgieron, lo miró a los ojos, formulando una pregunta muda - ¿como puede ser que no se de cuenta que yo no soy esa mujer a la que tanto odia? - caviló mientras asentía a su pedido de no gritar si la soltaba. En ningun momento pensó en pegarle en convertirse en tigresa o en leona para luchar, como tantas veces lo hiciera en otras circunstancias. Era como que el solo hecho de que se tratase de Rashid y no de otro vampiro o sobrenatural, la desarmaban, pero aún así no lo entendía.
Cuando pudo safarse de las manos del vampiro, se acarició la muñeca, la piel de ésta se encontraba algo roja, era como si él no se diera cuenta de la fuerza que tenía, o no le importaba hacerle daño. Aquella conclusión la angustió y volviéndole a faltar el aire. Los ojos vidriosos y la ausencia de fuerzas le decían que debía calmarse o podria desvanecerse allí mismo. Era extraño, ella nunca sentía miedo, ni siquera en las peores sircunstancias, no era la primera vez que se enfrentaba a un vampiro, pero Rashid lograba que ella se conviertiera en un pequeño gatito indefenzo.
Negó con la cabeza mientras pasaba a su lado, Giró la cabeza en el momento exacto para que sus miradas se cruzaran, abrió sus ojos haciendo que sus largas pestañas cubiertas por delicadas perlas de lagrimas embellecieran aún más su mirada. lo observó con un dejo de reproche y tristeza, - casi me asfixia, ¿a caso esa era su intención? – le reprochó dirigiendo sus paso hacia el lecho, donde se sentó con elegancia y delicadeza. Acomodó con suavidad su vestido, como su se tratase de un traje de gala, aunque solo fuera un simple conjunto de muselina, algo gastado. Había estado observando la forma en que se comportaban las señoras de la casa e imitaba sus movimientos para parecer mas elegante y educada. Ella soñaba con llegar a tener una familia como Giulia o Chiara, no por su dinero, que poco le importaba, pero si por el amor que sus esposos tenían por ellas – aunque ahora los dos estén ausentes y sufran mis señoras, por lo menos saben que ellos las aman con el alma – sonrió al pensar en ese hermoso sentimiento. Suspiró con tristeza, - si fuera cierto que alguna vez fuimos amantes, si me amaste con locura como dices, nunca hubieras hecho algo para herirme – pensó masajeándose la muñeca, sin mirarlo y con un gesto de niña que no entiende el regaño.
Cuando consiguió serenarse, levantó la mirada y buscó la ajena. Tenía miedo, no sabía como podría reaccionar ese hombre, estaban solos, en una habitación de un hotel, nadie entraría, ni la socorrería si él se abalanzaba sobre ella. Pero a pesar de ello, sentía que poco a poco la confianza regresaría junto con sus fuerzas. Sonrió tímidamente, - También deseo entenderos, y os juro que no se como he podido ofenderos – bajó la vista a sus manos que comenzaban a temblar, - es la única verdad, en mi vida os he visto, no se quien es esa Rannia, pero no soy ella – volvió a ocultar sus ojos por la angustia que le provocaba sentir que él la odiaba, - es odio el que siente por esa mujer – pensó, - nunca hubiera dejado que alguien que amaba, cambiara sus sentimientos de tal manera que deseara matarme – caviló, levantó su cabeza al mirar esos ojos oscuros – nunca os hubiera hecho daño si fueras mi amado - .
Se removió intentando liberarse, las fuerzas eran pocas y para peor el vampiro le estaba quitando el oxigeno, haciendo que sus pulmones le dolieran por la falta de la sustancia vital. Sus ojos abierto de forma desmesurada lo contemplaban con pavor, le temía, claro que le temia. Sus lagrimas resurgieron, lo miró a los ojos, formulando una pregunta muda - ¿como puede ser que no se de cuenta que yo no soy esa mujer a la que tanto odia? - caviló mientras asentía a su pedido de no gritar si la soltaba. En ningun momento pensó en pegarle en convertirse en tigresa o en leona para luchar, como tantas veces lo hiciera en otras circunstancias. Era como que el solo hecho de que se tratase de Rashid y no de otro vampiro o sobrenatural, la desarmaban, pero aún así no lo entendía.
Cuando pudo safarse de las manos del vampiro, se acarició la muñeca, la piel de ésta se encontraba algo roja, era como si él no se diera cuenta de la fuerza que tenía, o no le importaba hacerle daño. Aquella conclusión la angustió y volviéndole a faltar el aire. Los ojos vidriosos y la ausencia de fuerzas le decían que debía calmarse o podria desvanecerse allí mismo. Era extraño, ella nunca sentía miedo, ni siquera en las peores sircunstancias, no era la primera vez que se enfrentaba a un vampiro, pero Rashid lograba que ella se conviertiera en un pequeño gatito indefenzo.
Negó con la cabeza mientras pasaba a su lado, Giró la cabeza en el momento exacto para que sus miradas se cruzaran, abrió sus ojos haciendo que sus largas pestañas cubiertas por delicadas perlas de lagrimas embellecieran aún más su mirada. lo observó con un dejo de reproche y tristeza, - casi me asfixia, ¿a caso esa era su intención? – le reprochó dirigiendo sus paso hacia el lecho, donde se sentó con elegancia y delicadeza. Acomodó con suavidad su vestido, como su se tratase de un traje de gala, aunque solo fuera un simple conjunto de muselina, algo gastado. Había estado observando la forma en que se comportaban las señoras de la casa e imitaba sus movimientos para parecer mas elegante y educada. Ella soñaba con llegar a tener una familia como Giulia o Chiara, no por su dinero, que poco le importaba, pero si por el amor que sus esposos tenían por ellas – aunque ahora los dos estén ausentes y sufran mis señoras, por lo menos saben que ellos las aman con el alma – sonrió al pensar en ese hermoso sentimiento. Suspiró con tristeza, - si fuera cierto que alguna vez fuimos amantes, si me amaste con locura como dices, nunca hubieras hecho algo para herirme – pensó masajeándose la muñeca, sin mirarlo y con un gesto de niña que no entiende el regaño.
Cuando consiguió serenarse, levantó la mirada y buscó la ajena. Tenía miedo, no sabía como podría reaccionar ese hombre, estaban solos, en una habitación de un hotel, nadie entraría, ni la socorrería si él se abalanzaba sobre ella. Pero a pesar de ello, sentía que poco a poco la confianza regresaría junto con sus fuerzas. Sonrió tímidamente, - También deseo entenderos, y os juro que no se como he podido ofenderos – bajó la vista a sus manos que comenzaban a temblar, - es la única verdad, en mi vida os he visto, no se quien es esa Rannia, pero no soy ella – volvió a ocultar sus ojos por la angustia que le provocaba sentir que él la odiaba, - es odio el que siente por esa mujer – pensó, - nunca hubiera dejado que alguien que amaba, cambiara sus sentimientos de tal manera que deseara matarme – caviló, levantó su cabeza al mirar esos ojos oscuros – nunca os hubiera hecho daño si fueras mi amado - .
Irene Manzoni- Condenado/Cambiante/Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
-No seas ingenua ,nunca huirás de mi – susurró haciendo una mueca con sus labios ,como si en la habitación había algo podrido . Rashid nunca se daba cuenta de su fuerza extrema. Y eso era un motivo triste,más de una vez mató a sus esposas en la noche de bodas . Siguió haciendo presión hasta que ella asintió apunto de explotar en lagrimas. El vampiro dudó unos instantes en soltarla ,los ojos de ella no le eran nada familiares. Se sentía extrañamente impelido a conocer todo sobre la supuesta Rannia,a medida que lo pensaba ,sentía cada vez más una extraña y silenciosa certidumbre de que ella no era la autentica Rannia,su Rannia. Dejó de hacer presión y la soltó un poco inseguro sin separarse de la mujer. Rashid sintió un malestar en todo el cuerpo, ya no reaccionaba ante nada ni nadie . No se atrevía a mirar los ojos cristalinos de Rannia. Ella se separó y pasó por su lado negando con la cabeza repetidas veces. Tragó saliva ,sentía demasiada presión sobre sus hombros. Contuvo la respiración para hablar e interrumpir sus palabras ,totalmente ido de la realidad. Aun de espaldas a ella ,tuvo la necesidad de apoyar una mano en la puerta . Cerró sus ojos y los apretó con fuerza ante su pregunta. Necesitó robar unos cuantos segundos para responder . Ahora entendía que se había equivocado de persona y su odio fue más allá de la realidad. Apretó la mandíbula con fuerza y suspiró profundamente – No..yo…- balbuceó confundido . Resignó el echo de explicarle o pedir perdón y mostró su frustración al instante apartándose con brusquedad de la puerta y maldiciendo en su idioma . Se movía de un lado a otro de la habitación ,en la sombra de su propio terror sombrío . Miraba a otro sitio que no fuera Rannia , avergonzado por la actitud de antes. No sabía que decir ni pensar de todo aquello. Era demasiado. Enervado, el vampiro se quitó el abrigo y lo dejó caer en uno de los sillones victorianos . Aquella noche lucía un traje negro y por debajo una camisa blanca impecable. Llevó una de sus manos a la corbata y aflojó el nudo pensativo.
- No fuimos amantes …- respondió con un tono de voz suave – Estuvimos casados unos años ..hasta que..mi corazón ya no aguantó . Te amé o…la amé…demasiado – hablaba pausadamente . Las palabras no se formaban correctamente y sus ojos intentaban no encontrarse con los de la mujer en ningún momento. En aquel momento las paredes parecían juntarse con la intención de apretujar y asfixiar al vampiro. Tanto estrangulaba su voz el terror que solo después de su temblante voz consiguió pronunciar las palabras, en voz muy baja ,casi ahogándose – Yo…- paró sus idas y venidas de un lado a otro, poniéndose en frente de ella – eres idéntica a ella…-logro susurrar después de una pausa larga . Se agachó para estar a su altura y la miró a los ojos. Ahora se estaba dando cuenta de que la mirada de esta Rannia era distinta. Apacible, dulce mientras que la otra tan solo tenía una mirada lasciva y tétrica. Pudo apreciar sus ojos con los rayos de luna que se colaban por el gran ventanal. Arrebatado en su contemplación, el vampiro no pudo disimular la pasión extraña y repentina que en él había surgido. Con lentitud,llevó una de sus manos a los pómulos de ella y los acarició con inseguridad. Temía que esta pudiera romperse en cualquier momento.El tacto era tan suave y cálido a diferencia de su cuerpo frío ,que pareció llenarle de un calor descomunal. Los ojos oscuros del vampiro no dejaba de contemplarla y como un imbécil sonrió soñador . Tenerla allí ,en frente aunque no la conocía, parecía todo un sueño. Ni los ayunos, ni los rezos ni él látigo que varias veces extrajo la sangre de su espalda , logró olvidar aquellos sentimientos por ella.
Anonadado, retiró la mano de su rostro ,confundido y aterrorizado, el cuerpo volvió a quedar rígido . Entonces ,volvió a suspirar con una profunda tristeza que hizo desaparecer su sonrisa. Cuando volvió a tomar conciencia ,escuchó un pensamiento de ella que pareció partirle en dos todo el cuerpo – Por favor, perdóname…- apenas logró pronunciar las palabras exactas . Se incorporó con lentitud y se sentó a su lado ,apoyando los codos sobre las rodillas .Recobrándose confusamente, contempló con ojos borrosos una mesa redonda y pequeña que se hallaba al lado del sillón – No logro entender ..por qué te pareces tanto a ella…- volvió a bajar su vista al suelo ,buscando alguna respuesta ante todo aquel malentendido .¿Se trataba de brujería?. Aun en aquella posición, giró el rostro y volvió a susurrar con voz serena – Quiero saber todo de ti..- admitió y tras decir aquello se volvió a incorporar sin abandonar el anclaje de su mirada . Solo Aláh sabía a ciencia cierta todo lo que había sentido y que estaba sintiendo por aquel espectro .
- No fuimos amantes …- respondió con un tono de voz suave – Estuvimos casados unos años ..hasta que..mi corazón ya no aguantó . Te amé o…la amé…demasiado – hablaba pausadamente . Las palabras no se formaban correctamente y sus ojos intentaban no encontrarse con los de la mujer en ningún momento. En aquel momento las paredes parecían juntarse con la intención de apretujar y asfixiar al vampiro. Tanto estrangulaba su voz el terror que solo después de su temblante voz consiguió pronunciar las palabras, en voz muy baja ,casi ahogándose – Yo…- paró sus idas y venidas de un lado a otro, poniéndose en frente de ella – eres idéntica a ella…-logro susurrar después de una pausa larga . Se agachó para estar a su altura y la miró a los ojos. Ahora se estaba dando cuenta de que la mirada de esta Rannia era distinta. Apacible, dulce mientras que la otra tan solo tenía una mirada lasciva y tétrica. Pudo apreciar sus ojos con los rayos de luna que se colaban por el gran ventanal. Arrebatado en su contemplación, el vampiro no pudo disimular la pasión extraña y repentina que en él había surgido. Con lentitud,llevó una de sus manos a los pómulos de ella y los acarició con inseguridad. Temía que esta pudiera romperse en cualquier momento.El tacto era tan suave y cálido a diferencia de su cuerpo frío ,que pareció llenarle de un calor descomunal. Los ojos oscuros del vampiro no dejaba de contemplarla y como un imbécil sonrió soñador . Tenerla allí ,en frente aunque no la conocía, parecía todo un sueño. Ni los ayunos, ni los rezos ni él látigo que varias veces extrajo la sangre de su espalda , logró olvidar aquellos sentimientos por ella.
Anonadado, retiró la mano de su rostro ,confundido y aterrorizado, el cuerpo volvió a quedar rígido . Entonces ,volvió a suspirar con una profunda tristeza que hizo desaparecer su sonrisa. Cuando volvió a tomar conciencia ,escuchó un pensamiento de ella que pareció partirle en dos todo el cuerpo – Por favor, perdóname…- apenas logró pronunciar las palabras exactas . Se incorporó con lentitud y se sentó a su lado ,apoyando los codos sobre las rodillas .Recobrándose confusamente, contempló con ojos borrosos una mesa redonda y pequeña que se hallaba al lado del sillón – No logro entender ..por qué te pareces tanto a ella…- volvió a bajar su vista al suelo ,buscando alguna respuesta ante todo aquel malentendido .¿Se trataba de brujería?. Aun en aquella posición, giró el rostro y volvió a susurrar con voz serena – Quiero saber todo de ti..- admitió y tras decir aquello se volvió a incorporar sin abandonar el anclaje de su mirada . Solo Aláh sabía a ciencia cierta todo lo que había sentido y que estaba sintiendo por aquel espectro .
Rashid Sayf al Dîn- Vampiro Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
Lo vio acercarse, dubitativo, temeroso, confundido y enojado con él, ella podía percibir en sus gestos y movimiento, mucho más de lo que sus parcas palabras expresaban. Lo vio sacarse el abrigo, para estar mas cómodo, tratando de que ese malestar pasara, buscando, seguramente, en su interior la respuesta al enigma de encontrar a un ser tan parecido a ese pasado que lo atormentaba de alguna manera.
Cuando se detuvo enfrente de ella, acuclillándose luego para estar a su altura, Rannia, no tuvo miedo, por el contrario, sintió empatía por ese hombre, era un alma herida, lo habían lastimado, robando su felicidad, enmascarándose en un ser que supuestamente debía amarlo y protegerlo.
Sus miradas se cruzaron y ella lo observó con serenidad, deseaba demostrarle que ella no haría daño a nadie. Le sonrió tímidamente, ruborizándose al momento en que él acarició su mejilla con sus dedos fríos, instintivamente inclinó su cabeza para disfrutar de aquél gesto de cariño. Ella en el fondo no era mas que un gato y los felinos adoran ser mimados, - bueno por lo menos yo – dijo abriendo sus ojos y entornándolos nuevamente. Si hubiera estado como gato hubiera comenzado a ronronear. De sus labios se escapó un suspiro.
Cuando el vampiro retiró su mano de la mejilla, Rannia, abrió sus ojos buscando una explicación, pues su deseo era seguir sintiendo esa caricia. Algo confundida observó aquellos ojos que no hacía mucho la miraban con odio y que ahora mostraban terror, - ¿por que? ¿por quien? - caviló - ¿por mi? - sus ojos se entristecieron al igual que los del hombre, - ¿perdonarte?- sonrió observando como se sentaba a su lado. Giró su cuerpo para contemplar su perfil, se veía algo abatido, con sus brazos apoyados en sus rodillas y sus manos sosteniendo su cabeza. Sintió deseos de acariciarlo, de consolarlo, - no, no debes – se reprendió, ruborizándose – es un desconocido para ti, aunque te parezcas a esa mujer que él recuerda –. En ese momento él pidió que le contara sobre ella, a lo que Rannia asintió con un movimiento de cabeza.
La joven lo siguió observando por un segundo, acomodó su falda y colocó sus manos una sobre la otra con delicadeza. Su mirada recorrió el perfil del hombre y sonrió, - solo os pido una condición – hizo un silencio para luego continuar, - ¿podríais no entrar en mi cabeza? - le mantuvo la mirada – se que es difícil confiar en una extraña, pero... ¿no os parece que sería justo, ya que no puedo entrar en la vuestra? - le volvió a sonreír, dando por sentado que no volvería a entrar sin su consentimiento a sus pensamientos.
Se acomodó nerviosa un mechón de cabello que descendía sobre sus ojos, suspiró y se dispuso a descubrir un poco de su vida. Dejó que su mirada se escapara hacia el paisaje nocturno que se divisaba en la ventana. - Nací hace exactamente 19 años, en una ciudad de Inglaterra, Londres, donde mi padre y madre intentaron darme todo lo que podían, no les fue fácil, ni les sobraba, pero me educaron de la mejor manera, creo – sonrió algo apenada – él era... bueno... es, un maestro de una prestigiosa academia, en la que solo asisten varones, por supuesto de las mejores familias Londinenses – estrujó nerviosa sus dedos – y yo le suplicaba a papá que me llevara con él y así aprender. Como no podíamos pagar el colegio y aunque tuviéramos el dinero, solo admitían niños – carraspeó algo incomoda – mi padre me llevaba vestida de muchacho y así permitieron que el hijo de un profesor pudiese estudiar – Sonrió con amargura - Pero cuando mi cuerpo cambió... tuve que dejar de ir , ya que podía hacer perder el empleo a mi padre... - ocultó lo que verdaderamente temía su familia – ademas, ¿que pasaba si por alguna razón, por miedo o por defensa me convertía en un león en medio del colegio? - caviló, mirando a Rashid con vergüenza, esperando que él mantuviera su promesa y no escuchara sus pensamientos.
Suspiró al creer que, el vampiro no se daba cuenta todavía que era un ser especial, - pues, bien, que cuando ya no puede seguir mis estudios y solo les traía problemas financieros a mis padres, decidí independizarme, y viajar, así llegué a Paris, donde conseguí mi primer empleo en casa de un buen hombre – dijo risueña, aunque en un segundo sus ojos se entristecieron al pensar en su querido amigo, su apreciado amo – Girolamo – susurró, trayendo a su mente la triste imagen de aquel cazador, siendo velado por su hermana, luego de que una inquisidora lo asesinara.
Cuando se detuvo enfrente de ella, acuclillándose luego para estar a su altura, Rannia, no tuvo miedo, por el contrario, sintió empatía por ese hombre, era un alma herida, lo habían lastimado, robando su felicidad, enmascarándose en un ser que supuestamente debía amarlo y protegerlo.
Sus miradas se cruzaron y ella lo observó con serenidad, deseaba demostrarle que ella no haría daño a nadie. Le sonrió tímidamente, ruborizándose al momento en que él acarició su mejilla con sus dedos fríos, instintivamente inclinó su cabeza para disfrutar de aquél gesto de cariño. Ella en el fondo no era mas que un gato y los felinos adoran ser mimados, - bueno por lo menos yo – dijo abriendo sus ojos y entornándolos nuevamente. Si hubiera estado como gato hubiera comenzado a ronronear. De sus labios se escapó un suspiro.
Cuando el vampiro retiró su mano de la mejilla, Rannia, abrió sus ojos buscando una explicación, pues su deseo era seguir sintiendo esa caricia. Algo confundida observó aquellos ojos que no hacía mucho la miraban con odio y que ahora mostraban terror, - ¿por que? ¿por quien? - caviló - ¿por mi? - sus ojos se entristecieron al igual que los del hombre, - ¿perdonarte?- sonrió observando como se sentaba a su lado. Giró su cuerpo para contemplar su perfil, se veía algo abatido, con sus brazos apoyados en sus rodillas y sus manos sosteniendo su cabeza. Sintió deseos de acariciarlo, de consolarlo, - no, no debes – se reprendió, ruborizándose – es un desconocido para ti, aunque te parezcas a esa mujer que él recuerda –. En ese momento él pidió que le contara sobre ella, a lo que Rannia asintió con un movimiento de cabeza.
La joven lo siguió observando por un segundo, acomodó su falda y colocó sus manos una sobre la otra con delicadeza. Su mirada recorrió el perfil del hombre y sonrió, - solo os pido una condición – hizo un silencio para luego continuar, - ¿podríais no entrar en mi cabeza? - le mantuvo la mirada – se que es difícil confiar en una extraña, pero... ¿no os parece que sería justo, ya que no puedo entrar en la vuestra? - le volvió a sonreír, dando por sentado que no volvería a entrar sin su consentimiento a sus pensamientos.
Se acomodó nerviosa un mechón de cabello que descendía sobre sus ojos, suspiró y se dispuso a descubrir un poco de su vida. Dejó que su mirada se escapara hacia el paisaje nocturno que se divisaba en la ventana. - Nací hace exactamente 19 años, en una ciudad de Inglaterra, Londres, donde mi padre y madre intentaron darme todo lo que podían, no les fue fácil, ni les sobraba, pero me educaron de la mejor manera, creo – sonrió algo apenada – él era... bueno... es, un maestro de una prestigiosa academia, en la que solo asisten varones, por supuesto de las mejores familias Londinenses – estrujó nerviosa sus dedos – y yo le suplicaba a papá que me llevara con él y así aprender. Como no podíamos pagar el colegio y aunque tuviéramos el dinero, solo admitían niños – carraspeó algo incomoda – mi padre me llevaba vestida de muchacho y así permitieron que el hijo de un profesor pudiese estudiar – Sonrió con amargura - Pero cuando mi cuerpo cambió... tuve que dejar de ir , ya que podía hacer perder el empleo a mi padre... - ocultó lo que verdaderamente temía su familia – ademas, ¿que pasaba si por alguna razón, por miedo o por defensa me convertía en un león en medio del colegio? - caviló, mirando a Rashid con vergüenza, esperando que él mantuviera su promesa y no escuchara sus pensamientos.
Suspiró al creer que, el vampiro no se daba cuenta todavía que era un ser especial, - pues, bien, que cuando ya no puede seguir mis estudios y solo les traía problemas financieros a mis padres, decidí independizarme, y viajar, así llegué a Paris, donde conseguí mi primer empleo en casa de un buen hombre – dijo risueña, aunque en un segundo sus ojos se entristecieron al pensar en su querido amigo, su apreciado amo – Girolamo – susurró, trayendo a su mente la triste imagen de aquel cazador, siendo velado por su hermana, luego de que una inquisidora lo asesinara.
Irene Manzoni- Condenado/Cambiante/Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
Al principio el vampiro asintió ante la petición de Rannia, de que no entraría en su mente ni hurgaría en cualquier momento privado de esta. Frunció sus cejas,molesto de que ella supiese su autentico ser mientras el no sabía en que especie catalogarla - No puedo ..- negó cualquier mirada , cualquier gesto..se negó de toda ella - ¿Acaso crees que me gusta entrar en tu mente? Te lo digo yo que no..pero ..- deseaba explicarle todo pero no podía ,algo le retenía. Tal vez el miedo de sufrir de nuevo .Demasiado tarde. Tenerla allí al lado, sin tocarla ni besarla y encima con aquella mirada tan pacifica le resultaba enervante y terrorífica- ¿Que..mierda no entiendes? - de nuevo su estado de tranquilidad desapareció, tal cual su paciencia - No puedo no entrar en tu mente,no puedo creer nada de lo que me estas diciendo..no puedo...- suspiró totalmente enfadado - ni mirarte - aquello lo dijo tan bajo que creyó que sus labios tan solo mimaba las sílabas . No tenía voz,ni vida, ni alegría...nada. Se quedó callado, en el mismo pozo que antes . El vacío que sentía dentro de el era inexplicable - Entraré en tu mente cada vez que pueda, no me fío de ti y no me pidas que lo haga...aunque no seas ella..- sentenció finalmente . Cambió de postura y volvió a la inicial , con los codos sobre las rodillas evitando la mirada de Rannia. ¿No se estaba dando cuenta del sufrimiento del vampiro?. ¿De todo el amor que tuvo por aquella persona?. Rashid apretó la mandíbula y escondió su rostro de nuevo. ¿Y si era una pesadilla?. ¿Cosa del diablo o de Aláh?.
Así, en aquella postura ,escuchó la vida de Rannia . No tuvo una infancia bordada de oro pero se notaba que la educación no le faltaba. Aun así no coincidía nada de lo que ella decía con lo que el conocía .Llamó su atención el comentario de ella, de que su cuerpo había cambiado y luego el pensamiento profundo de esta - ¿Que acabas de decir? - preguntó con las cejas totalmente fruncidas - ¿León?¿Eso es lo que eres..?¿Te conviertes en..un animal tal cual un licántropo? - tenía tantas preguntas y tantas curiosidades que su estado pasó de amenazador a curioso - Nunca había oído sobre una especie como tal...¿que ventajas y desventajas tenéis?¿cuando te conviertes?¿hay mas?¿de donde tenéis ese..poder? - hablaba rápido pero en silencio, temía que si en algún momento elevase la voz ella huiría . Permitió que ella finalizara su historia o lo que era el resumen pero cuando dijo París el corazón pareció que cobraba vida de nuevo. Se levanto de la cama,se alejó de ella unos pasos y la miró asustado - No puedes vivir en París ..- negó repetidas veces con la cabeza -Escúchame, quédate aquí , te pagaré todos tus estudios o ..en otro país..te compraré una casa, te pagaré todo incluso los gastos ...- ofreció el vampiro desesperado. No podía permitirle el echo de vivir en la misma ciudad. Todos sus criados conocían a Rannia, e incluso algunos hombres de Marruecos. Luego estaba Nadia, confundiría toda su relación y el realmente amaba a aquella mujer. Definitivamente el vampiro estaba en un aprieto .
El miedo, la catalepsia de la pesadilla, le enraizó de momento en aquel lugar; sobrecogido y asombrado contempló a lo que era su ex mujer esperando una respuesta de su parte - Por favor, Rannia..- suplicó con un hilo de voz . Se debatió unos segundos si acercarse o alejarse más de ella pero en un final dirigió sus pasos hacía ella. Cogió su mano aunque era lo último que deseaba hacer y delicadamente la invito a ponerse de pie - Olvidaremos este encuentro, no volverás a verme nunca ...- una de sus manos fue a su mejilla obligándola de esta manera a que le mirara a los ojos - Mírame..- susurró sintiendo la respiración de ella en el rostro. Tenía el corazón acelerado y la sangre parecía que dio por olvidado como bombear el corazón de la leona - Juro que no me volverás a ver..- esta vez las palabras sonaron suaves y torpes. Estar tan cerca de alguien que fue todo para el era fantástico como aterrador. Inclinó su cabeza de tal manera que la punta de su nariz chocó con la de ella y..suspiró. Por Aláh!cuanto la había echado de menos...
Así, en aquella postura ,escuchó la vida de Rannia . No tuvo una infancia bordada de oro pero se notaba que la educación no le faltaba. Aun así no coincidía nada de lo que ella decía con lo que el conocía .Llamó su atención el comentario de ella, de que su cuerpo había cambiado y luego el pensamiento profundo de esta - ¿Que acabas de decir? - preguntó con las cejas totalmente fruncidas - ¿León?¿Eso es lo que eres..?¿Te conviertes en..un animal tal cual un licántropo? - tenía tantas preguntas y tantas curiosidades que su estado pasó de amenazador a curioso - Nunca había oído sobre una especie como tal...¿que ventajas y desventajas tenéis?¿cuando te conviertes?¿hay mas?¿de donde tenéis ese..poder? - hablaba rápido pero en silencio, temía que si en algún momento elevase la voz ella huiría . Permitió que ella finalizara su historia o lo que era el resumen pero cuando dijo París el corazón pareció que cobraba vida de nuevo. Se levanto de la cama,se alejó de ella unos pasos y la miró asustado - No puedes vivir en París ..- negó repetidas veces con la cabeza -Escúchame, quédate aquí , te pagaré todos tus estudios o ..en otro país..te compraré una casa, te pagaré todo incluso los gastos ...- ofreció el vampiro desesperado. No podía permitirle el echo de vivir en la misma ciudad. Todos sus criados conocían a Rannia, e incluso algunos hombres de Marruecos. Luego estaba Nadia, confundiría toda su relación y el realmente amaba a aquella mujer. Definitivamente el vampiro estaba en un aprieto .
El miedo, la catalepsia de la pesadilla, le enraizó de momento en aquel lugar; sobrecogido y asombrado contempló a lo que era su ex mujer esperando una respuesta de su parte - Por favor, Rannia..- suplicó con un hilo de voz . Se debatió unos segundos si acercarse o alejarse más de ella pero en un final dirigió sus pasos hacía ella. Cogió su mano aunque era lo último que deseaba hacer y delicadamente la invito a ponerse de pie - Olvidaremos este encuentro, no volverás a verme nunca ...- una de sus manos fue a su mejilla obligándola de esta manera a que le mirara a los ojos - Mírame..- susurró sintiendo la respiración de ella en el rostro. Tenía el corazón acelerado y la sangre parecía que dio por olvidado como bombear el corazón de la leona - Juro que no me volverás a ver..- esta vez las palabras sonaron suaves y torpes. Estar tan cerca de alguien que fue todo para el era fantástico como aterrador. Inclinó su cabeza de tal manera que la punta de su nariz chocó con la de ella y..suspiró. Por Aláh!cuanto la había echado de menos...
Rashid Sayf al Dîn- Vampiro Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
Él la miró divertido por un segundo, como si quisiera que ella se transformara para así poder comprender mejor, Ella le sonrió, si se lo pedía lo haría, no entendía muy bien que le pasaba con ese hombre pero sentía cariño, añoranzas de una vida que no le pertenecía. Tal vez era su necesidad de ser amada, de que la aceptaran como era, sin miedos o condiciones.
Cuando ella mencionó que vivía en Paris, el rostro del vampiro se trasfiguró. ¿Que era lo que le pasaba? Parecía que tuviera miedo, ¿que escondía? Miles de preguntas se formaron en la mente de la gata. Lo vio levantarse y quedar de pie en mitad de la habitación. - ¿Porque no puedo vivir en Paris? - dijo en voz baja. Era la segunda vez en la noche que él insinuaba que no debía vivir allá. Cada una de las palabras que salieron de la boca del vampiro fueron como bofetadas en el pálido rostro de Rannia, no podía creer lo que sus oídos escuchaban, -¿pero que dice? - Se dejó arrastrar a la mitad de la habitación, sintió las manos del vampiro, la suplica que él le hacía para que no viviera en la Ciudad Luz. Rannia enarcó una ceja, estaba furibunda, -Yo no necesito que pague ningún estudio o educación -. Intentó separarse pero los brazos del vampiro se lo impedían, en esa apariencia sus fuerzas eran las de una mujer común, y de por sí el sobrenatural poseía una fuerza que multiplicaba por mil a la de ella.
Se movío nerviosa, pero era en vano, comenzó a llorar, nadie la había ofendido tanto – puede guardar su dinero, nunca permitiría que ningún hombre pagara el lugar donde vivo - con sus puños cerrados golpeó los hombros del hombre, - no soy ninguna fulana para que lo insinué – sus ojos centellaron de ira, - yo ni siquiera se lo hago aquí, ni que me molesta mas, si que me trate como una callejera o que me diga que me ama y luego me humille – sus mejillas se bañaron aun mas en lagrimas – todo esto es un absoluto desquicio – caviló – una terrible pesadilla – murmuró. Pero lo vivido, el accidentado encuentro, la mano del vampiro en la suya, él manteniendola tan cerca suyo, con su rostro pegado al de ella, - no, esto no es un sueño, ni una maldita pesadilla... - repitió.
Negó con la cabeza – no, señor, no deseo nada... nunca le pediría nada – sus ojos buscaron los del hombre para reprocharle – ¿con que derecho intenta dirigir mi vida, anular el recuerdo de una noche como esta? - puso sus manos en el pecho del vampiro alejándolo de ella, pero a la vez acariciando a ese hombre que había entrado en su vida solo para ponerla de cabezas – la que le suplica que se olvide de todo... soy yo... usted es el que me ha confundido con alguien que le hizo mucho daño, con un ser que lo menospreció y humilló... - sus manos se deslizaron hasta acunar el rostro del sobrenatural - pero no soy ese ser, aunque nuestras apariencias se parezcan – hundió su cabeza derrotada entre el cuello del vampiro y su hombro, - no se preocupe, no me volverá a ver – hizo presión hasta lograr separarse de él.
Realizó unos cuantos pasos hacia tras y cuando sus piernas golpearon el borde del lecho, reaccionó. Con agilidad pasó a su lado, abrió la puerta que daba al pasillo y corrió escaleras arriba hasta alcanzar la azotea. Abrió la puerta y entre lagrimas llegó a la cornisa, su respiración era agitada, su cuerpo temblaba, no sentía ni frio, ni calor, simplemente en ese momento no se sentía viva. Elevó su mirada a la luna, que enorme y blanca se enseñoreaba del cielo, - ¿porque? - le reprochó – porque me has seguido toda la vida trayendo solo desgracias. Teniendo que huir una y otra vez – se abrazó, para tratar de no temblar - estoy cansada solo quiero vivir en paz, y amar... porque no... a un buen hombre... que me respete... que me acepte como soy... así... - dijo mientras sus ropas se deslizaban por su cuerpo virginal, dejándola desnuda, pálida ante la luna y el cielo. Se volvió, mirando la puerta de acceso a la azotea, ésta estaba abierta. Rannia sintió la presencia del vampiro – no te preocupes, no volverás a verme nunca mas - su cuerpo se fue transformando convirtiéndose en un hermoso tigre blanco como la misma luna. Movió su cuerpo felino sinuoso, su cola occiló, y el pelaje se erizó, lo podía sentir muy cerca, pero ya nunca lo dejaría estar con ella, o por lo menos esa era su intención. No se llevaría nada, solo su destrozadas ilusiones, sus heridos sentimientos, su alma que aún no entendía como las alucinaciones de un loco sobrenatural la habían afectado tanto.
Saltó de tejado en tejado, hasta tirarse al agua, no se ahogaría, todo lo vivido esa noche, era una mentira, algo tan cierto como que los gatos odiaban el agua, o que el vampiro que había quedado en ese edificio, la amaría, a ella y no a un maldito recuerdo, solo a Rannia la cambiaformas.
Cuando ella mencionó que vivía en Paris, el rostro del vampiro se trasfiguró. ¿Que era lo que le pasaba? Parecía que tuviera miedo, ¿que escondía? Miles de preguntas se formaron en la mente de la gata. Lo vio levantarse y quedar de pie en mitad de la habitación. - ¿Porque no puedo vivir en Paris? - dijo en voz baja. Era la segunda vez en la noche que él insinuaba que no debía vivir allá. Cada una de las palabras que salieron de la boca del vampiro fueron como bofetadas en el pálido rostro de Rannia, no podía creer lo que sus oídos escuchaban, -¿pero que dice? - Se dejó arrastrar a la mitad de la habitación, sintió las manos del vampiro, la suplica que él le hacía para que no viviera en la Ciudad Luz. Rannia enarcó una ceja, estaba furibunda, -Yo no necesito que pague ningún estudio o educación -. Intentó separarse pero los brazos del vampiro se lo impedían, en esa apariencia sus fuerzas eran las de una mujer común, y de por sí el sobrenatural poseía una fuerza que multiplicaba por mil a la de ella.
Se movío nerviosa, pero era en vano, comenzó a llorar, nadie la había ofendido tanto – puede guardar su dinero, nunca permitiría que ningún hombre pagara el lugar donde vivo - con sus puños cerrados golpeó los hombros del hombre, - no soy ninguna fulana para que lo insinué – sus ojos centellaron de ira, - yo ni siquiera se lo hago aquí, ni que me molesta mas, si que me trate como una callejera o que me diga que me ama y luego me humille – sus mejillas se bañaron aun mas en lagrimas – todo esto es un absoluto desquicio – caviló – una terrible pesadilla – murmuró. Pero lo vivido, el accidentado encuentro, la mano del vampiro en la suya, él manteniendola tan cerca suyo, con su rostro pegado al de ella, - no, esto no es un sueño, ni una maldita pesadilla... - repitió.
Negó con la cabeza – no, señor, no deseo nada... nunca le pediría nada – sus ojos buscaron los del hombre para reprocharle – ¿con que derecho intenta dirigir mi vida, anular el recuerdo de una noche como esta? - puso sus manos en el pecho del vampiro alejándolo de ella, pero a la vez acariciando a ese hombre que había entrado en su vida solo para ponerla de cabezas – la que le suplica que se olvide de todo... soy yo... usted es el que me ha confundido con alguien que le hizo mucho daño, con un ser que lo menospreció y humilló... - sus manos se deslizaron hasta acunar el rostro del sobrenatural - pero no soy ese ser, aunque nuestras apariencias se parezcan – hundió su cabeza derrotada entre el cuello del vampiro y su hombro, - no se preocupe, no me volverá a ver – hizo presión hasta lograr separarse de él.
Realizó unos cuantos pasos hacia tras y cuando sus piernas golpearon el borde del lecho, reaccionó. Con agilidad pasó a su lado, abrió la puerta que daba al pasillo y corrió escaleras arriba hasta alcanzar la azotea. Abrió la puerta y entre lagrimas llegó a la cornisa, su respiración era agitada, su cuerpo temblaba, no sentía ni frio, ni calor, simplemente en ese momento no se sentía viva. Elevó su mirada a la luna, que enorme y blanca se enseñoreaba del cielo, - ¿porque? - le reprochó – porque me has seguido toda la vida trayendo solo desgracias. Teniendo que huir una y otra vez – se abrazó, para tratar de no temblar - estoy cansada solo quiero vivir en paz, y amar... porque no... a un buen hombre... que me respete... que me acepte como soy... así... - dijo mientras sus ropas se deslizaban por su cuerpo virginal, dejándola desnuda, pálida ante la luna y el cielo. Se volvió, mirando la puerta de acceso a la azotea, ésta estaba abierta. Rannia sintió la presencia del vampiro – no te preocupes, no volverás a verme nunca mas - su cuerpo se fue transformando convirtiéndose en un hermoso tigre blanco como la misma luna. Movió su cuerpo felino sinuoso, su cola occiló, y el pelaje se erizó, lo podía sentir muy cerca, pero ya nunca lo dejaría estar con ella, o por lo menos esa era su intención. No se llevaría nada, solo su destrozadas ilusiones, sus heridos sentimientos, su alma que aún no entendía como las alucinaciones de un loco sobrenatural la habían afectado tanto.
Saltó de tejado en tejado, hasta tirarse al agua, no se ahogaría, todo lo vivido esa noche, era una mentira, algo tan cierto como que los gatos odiaban el agua, o que el vampiro que había quedado en ese edificio, la amaría, a ella y no a un maldito recuerdo, solo a Rannia la cambiaformas.
Irene Manzoni- Condenado/Cambiante/Clase Alta
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Re: Perdón nos conocemos? - (Rashid) - Flasback
El fuerte pecho del vampiro fue golpeado repentinas veces por las manos de Rannia, en un vago intento de hacerle alejar hasta que se dio por vencida y aceptó la cruda realidad de que su naturaleza y la fuerza que emanaba de esta, era gráficamente distinta a la suya. ¿Esperaba respuesta ante la pregunta de por qué no podía vivir en la misma ciudad que él?. Enumeró mentalmente las razones evidentes del por qué no podía y otras respuestas similares relampaguearon a través de su mente como hojas entrecruzándose, lo que provocó bajar la mirada para ocultar lo peligroso que podía ser vivir en la misma ciudad - Rannia,para...no te estoy ofreciendo todo esto por ser una fulana o una callejera. Te estoy protegiendo de mi..- murmuró serio mientras los brazos de Rannia posaron suavemente sobre su pecho ,y su boca estuvo tan cerca.....
Miró aquellos ojos que provocaban en el cierta adicción,suficiente para adivinar el mortal duelo conflictivo dentro de ella . Rashid permaneció impasible entre sus brazos y a su pesar, su sangre se aceleró y de nuevo sintió el deseo de responder a la invitación de su ojos e incluso de sus labios. Una sutil fragancia ascendía de su cabello cobrizo ,y sus gestos mostraban una seducción atrayente ,aunque le temblasen las manos y todo el cuerpo - No te pareces a ella, entiéndelo ,eres idéntica.. - respondió lentamente ante las acusaciones del propio delirio. De un momento a otro ella posó sus manos en el rostro blanco y frío del vampiro y él tan solo se vio capaz de soltar un suspiro profundo .
- Sé que no eres ella, te pido perdón por ello...pero has revivido en mi pasiones que creía haberlas apagado hace mucho. Esta vez es diferente,tu eres diferente..- su voz se extinguió lentamente ,durante un instante, cerrando sus parpados y grabando toda aquella escena en su mente y dentro de lo más profundo de su ser. Tras aquellas quejas de desesperanza, casi en tono musical, se sumió en un breve silencio . Abrazó el cuerpo de su ex mujer deseando que todo aquello no fuera ninguna ilusión o algún laberinto provocado por su pasado - No quiero que te vayas así - afirmó en un final cuando ella separó su cuerpo del vampiro con un esfuerzo leve. En su interior había una lucha constante, por una parte no deseaba volver a verla pero por otra los sentimientos latentes suplicaban tenerla cerca - No te vayas.. - musitó o suplicó preocupado . Pero ella le abandonó,de nuevo, en un ágil movimiento logró escapar de las garras del vampiro el cuál tenía los labios abiertos, indecisos . La puerta se cerró y Rashid se encontró con su conciencia ,gritona y refunfuñando el por qué del regreso de Rannia. Los ojos del marroquí cobraron una mirada vidriosa ,imperiosa y sin desenfocarse. Era como si hubiera dejado de ser ojos y se hubiesen convertido en ventanas oscuras ..vacías.
Iba a buscarla y no esperaría ni un minuto más ,aquellos minutos le proporcionaría a Rannia la ventaja de huir . Cogió el abrigo que mucho antes había dejado sobre el sillón y salió al igual que ella lo hizo con anterioridad. Buscó su aroma, su fragancia al igual que un perro rastreador . Subió las escaleras con una velocidad sobrehumana hasta dar con la azotea. Allí la encontró, con el cuerpo desnudo ..se podría pensar que la belleza femenina debe alcanzar un culmen que no puede sobrepasar,eso no es verdad. Puede crecer y aumentar hasta que la belleza fuese imposible contemplarla. Los ojos color miel la recorrieron produciéndole aturdimiento .
- Rannia no lo hagas.. - había recuperado la conciencia nada más escuchar su voz . Asustado se acercó en la fulgurante oscuridad ,le pareció que todo vibraba a su alrededor de manera inexplicable. Entonces fue la primera vez que sus ojos fueron testigos de algo tan hermoso como terrorífico...
El cuerpo de Rannia, impecable y hermoso se transformó en un tigre blanco como la misma Luna. Era una belleza pasiva ,como de alabastro perfectamente moldeado. Y un encanto, una fascinación totalmente tangible manaba de ella ,aun transformada en un tigre,como en un hechizo mágico. Rashid se estremeció ante lo desconocido ,aquel encantamiento magistral le despertó y pudo apreciar los múltiples saltos peligrosos de la fémina. Después,la negrura se cerró sobre el nuevamente, pero con una oscuridad diferente,inquieta, que no poseía totalmente el poder omnímodo de la otra pesadilla . Suspirando con una desesperación eterna, dio media vuelta y volvió por las escaleras esta vez con el andar de un caracol con los pensamientos retorcidos.
Miró aquellos ojos que provocaban en el cierta adicción,suficiente para adivinar el mortal duelo conflictivo dentro de ella . Rashid permaneció impasible entre sus brazos y a su pesar, su sangre se aceleró y de nuevo sintió el deseo de responder a la invitación de su ojos e incluso de sus labios. Una sutil fragancia ascendía de su cabello cobrizo ,y sus gestos mostraban una seducción atrayente ,aunque le temblasen las manos y todo el cuerpo - No te pareces a ella, entiéndelo ,eres idéntica.. - respondió lentamente ante las acusaciones del propio delirio. De un momento a otro ella posó sus manos en el rostro blanco y frío del vampiro y él tan solo se vio capaz de soltar un suspiro profundo .
- Sé que no eres ella, te pido perdón por ello...pero has revivido en mi pasiones que creía haberlas apagado hace mucho. Esta vez es diferente,tu eres diferente..- su voz se extinguió lentamente ,durante un instante, cerrando sus parpados y grabando toda aquella escena en su mente y dentro de lo más profundo de su ser. Tras aquellas quejas de desesperanza, casi en tono musical, se sumió en un breve silencio . Abrazó el cuerpo de su ex mujer deseando que todo aquello no fuera ninguna ilusión o algún laberinto provocado por su pasado - No quiero que te vayas así - afirmó en un final cuando ella separó su cuerpo del vampiro con un esfuerzo leve. En su interior había una lucha constante, por una parte no deseaba volver a verla pero por otra los sentimientos latentes suplicaban tenerla cerca - No te vayas.. - musitó o suplicó preocupado . Pero ella le abandonó,de nuevo, en un ágil movimiento logró escapar de las garras del vampiro el cuál tenía los labios abiertos, indecisos . La puerta se cerró y Rashid se encontró con su conciencia ,gritona y refunfuñando el por qué del regreso de Rannia. Los ojos del marroquí cobraron una mirada vidriosa ,imperiosa y sin desenfocarse. Era como si hubiera dejado de ser ojos y se hubiesen convertido en ventanas oscuras ..vacías.
Iba a buscarla y no esperaría ni un minuto más ,aquellos minutos le proporcionaría a Rannia la ventaja de huir . Cogió el abrigo que mucho antes había dejado sobre el sillón y salió al igual que ella lo hizo con anterioridad. Buscó su aroma, su fragancia al igual que un perro rastreador . Subió las escaleras con una velocidad sobrehumana hasta dar con la azotea. Allí la encontró, con el cuerpo desnudo ..se podría pensar que la belleza femenina debe alcanzar un culmen que no puede sobrepasar,eso no es verdad. Puede crecer y aumentar hasta que la belleza fuese imposible contemplarla. Los ojos color miel la recorrieron produciéndole aturdimiento .
- Rannia no lo hagas.. - había recuperado la conciencia nada más escuchar su voz . Asustado se acercó en la fulgurante oscuridad ,le pareció que todo vibraba a su alrededor de manera inexplicable. Entonces fue la primera vez que sus ojos fueron testigos de algo tan hermoso como terrorífico...
El cuerpo de Rannia, impecable y hermoso se transformó en un tigre blanco como la misma Luna. Era una belleza pasiva ,como de alabastro perfectamente moldeado. Y un encanto, una fascinación totalmente tangible manaba de ella ,aun transformada en un tigre,como en un hechizo mágico. Rashid se estremeció ante lo desconocido ,aquel encantamiento magistral le despertó y pudo apreciar los múltiples saltos peligrosos de la fémina. Después,la negrura se cerró sobre el nuevamente, pero con una oscuridad diferente,inquieta, que no poseía totalmente el poder omnímodo de la otra pesadilla . Suspirando con una desesperación eterna, dio media vuelta y volvió por las escaleras esta vez con el andar de un caracol con los pensamientos retorcidos.
Rashid Sayf al Dîn- Vampiro Clase Alta
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