Μeмояιes αв ιмо ρecτoяe [Hermanos Kuznetsov]

por Invitado Mar Ago 17, 2010 4:48 pm

17 de Noviembre de 1798, Toulouse.

Ha sido demasiado maravilloso para ser real, ¡me encanta estar con ella! No sé que tiene, pero hace que me olvide de absolutamente todo, hace que me olvide de todo lo malo de esta vida... creo que la amo... no sé qué es este sentimiento, pero tiene que ser amor, porque jamás me había sentido así. Me hace sentir el más afortunado... ¡el más dichoso, el más feliz! Ojalá pueda sentirme así siempre, con ella, haciendo que ella se sienta como yo. ¿Lo lograré?
Me encantaría decirle todo lo que llevo por dentro y todas estas cosas que me hace sentir, pero no sé si ella siente lo mismo... aunque si está a mi lado, me toma de la mano y me besa la mejilla, por algo tiene que ser... ¿verdad? No me dejes enloquecer de amor aún...

18 de Noviembre de 1798, Toulose.

Aún... aún tengo el pulso tembloroso, aún no entiendo nada de esto... ¿ha sido verdad....? ¿Lo he soñado...? Deseo con todas mis fuerzas poder decir que sí, pero el dolor que recorre todo mi cuerpo me dice que ha sido verdad...
¿Por qué tuve que decidir seguirla para darle una sorpresa...? Yo... no sabía que... era... una... una hija de la luna... no la estoy juzgando, Dios me libre... pero... sus ojos... sus ojos estaban lleno de rabia, ella no era mi pequeña Adrianne... Adrianne jamás me... habría hecho... lo que me ha hecho...
Jamás... me atacaría... me... ¡mordería! ¡Me ha mordido...! ¿Qué va a pasar ahora...?

19 de Noviembre de 1798, Toulose.

No sé si tengo fuerzas para escribir todo esto... no sé si las lágrimas van a dejarme escribir, o guardar esto para el recuerdo, si es que para eso hace falta escribirlo... no creo que pueda olvidar esto jamás... jamás...
Fui a verla, apesar de mis dolores, fui a verla... y ella no recordaba nada... no supe por donde empezar, pero se lo conté, le conté lo que había visto... se asustó, comenzó a llorar... sus lágrimas me dolieron más que cualquier otra cosa... gritó que me había condenado... que yo era un monstruo ahora, como ella... le he repetido que ella no es ningún monstruo, pero no quiso oírme...
...Se ha ido
Y me ha dejado aquí, solo, sin su sonrisa, su luz, sin su paz... sin su amor...
Me ha dejado para no volver nunca...
"¡Nunca podré perdonarme esto, Sasha!" Yo jamás podré vivir después de esto, ¿no lo entiendes...?

por Invitado Mar Ago 17, 2010 8:35 pm

23 de Abril de 1800.
Por fin llegamos a París, "la ciudad de los sueños y las luces". Llevaba tiempo soñando con esto, me encantaba el glamour que desprendía esta ciudad, el arte, la gente, la moda, todo era París. Desde que el clan nos informó que veníamos para esta ciudad he estado más animada y ahora estamos aquí y aún no me lo creo.
Había pasado un año ya desde que llegamos aquí y Sasha sigue igual que siempre, nada parece complacerlo, desde el abandono de Adrianne todo está diferente en él, ya no sonríe casi, no habla conmigo como antes, ni siquiera me riñe cuando digo que he robado, siempre soy sincera con él, se lo cuento todo, pero su mirada sigue distante, en las noches se aleja de mi y ya no pasa el mismo tiempo que pasaba conmigo antes. No sabía qué era lo que le sucedía, pero sea lo que sea estaba matando a mi hermano. Cuanto echo de menos la persona que era antes.

En París todo es tan diferente, parece que el mundo entero está mas alegre, o simplemente soy yo la que lo ve con esos ojos, no lo sé, ahora mismo solo quiero reír y reír, pero cuando vuelvo a casa, cuando me siento a comer, su mirada sigue igual, distante, distraída. "¡¿Qué demonios pasa con mi hermano?!, no había respuestas y aun que no lo exteriorizaba, todo aquello me estaba enloqueciendo, ¿y qué recibía a cambio de tanta insistencia y preguntas?, silecio, el más puro y eterno silencio. Sólo deseaba verlo sonreír de nuevo.

por Invitado Miér Ago 18, 2010 12:48 pm

24 de abril de 1800, París.

Nadezhda está entusiasmada con nuestra llegada a París. No deja de sonreír y mirarlo todo con enorme entusiasmo... a mi todo esto solo me pone de los nervios. Todo tan luminoso, tan bonito... no puedo evitar odiar todo lo bonito desde que Adrianne no está conmigo.
Pero mi hermanita logra que lo vea todo desde otra perspectiva... hace que todo no parezca tan repugnante.
Ella es la única que logra hacerme sonreír, de hacerme sentir ganas de vivir, quizá solo por ella siga vivo aún, siga mereciendo la pena luchar.
Si solo supiera como contarle todo lo que pasó aquella noche, si solo supiera como controlarlo, seguro que encontraría las palabras para contárselo... ella se lo merece, por algo me lo da todo, hace que mi vida no sea tan penosa como la hago parecer... al menos, con ella, puedo sonreír.
Es lo único que tengo, lo único que me queda, y agradezco a Dios que no se la haya llevado de mi lado... porque solo con ella puedo sonreír y recordar, aunque sea un poco, lo que es la felicidad.
Así que pienso hacer un esfuerzo para adaptarme a esto.

por Invitado Miér Ago 18, 2010 2:02 pm

28 de Abril de 1800
Desde que llegamos a París a principios de primavera no he vuelto a saber de ella, desde que se marchó, dejando a Sasha con el corazón roto, ha enviado algunas cartas con el fin de saber de él y explicar su cobarde huida, pero yo lo he negado todo, he guardado sus cartas, escondiéndolas de mi hermano; él no tiene porqué seguir sufriendo a causa de ella. No quiero que me tache de insensible o hipócrita, no lo soy, simplemente no quiero seguir viendo a mi hermano sufrir, ha dejado de ser el de antes y todo por culpa de ella, por culpa de Adrianne. No la dejaré volver, se ha ido y para siempre, sus palabras de arrepentimiento nunca llegarán a Sasha, ella no lo merece.

Nada ha vuelto a ser como antes desde entonces, ha amargado al vida de mi hermano y al mismo tiempo la mía viéndolo así. Él cree que no lo comprendo, pero yo guardo este secreto y me lo llevaré a la tumba antes de ser tachada como una persona sin corazón, él no entendería mi acción, está cegado por las espinas del amor...

Sasha:
"Juro con el corazón en la mano que no quería hacerlo, Sasha, eres mi mundo y lo seguirás siendo; comprendo tu dolor y sé que ni la distancia perdona ni hace olvidar, pero es lo mejor para los dos. Tal vez solo desees no saber más de mi, pero me fui sin decir nada por temor a que me rechazaras, ¿no lo puedes entender?, no puedo cambiar lo que soy y ahora a causa mía también lo eres tú, te he condenado no solo a sufrir por nuestro amor, si no también a llorar cada noche que alumbra la plateada esfera llamada Luna. Por lo que más quieras perdóname, perdona mi arrebato de ira y perdona mi huida, quería escapar antes que verte rechazarme y ahora me doy cuenta que obré mal. He ido más allá del mar y el tormento me persigue, tu recuerdo, tu amor... Todo por ti, por no querer sufrir."

Adrianne

Sus palabras nunca llegarán a mi hermano, puede seguir llorando pero algún día tendrá que olvidarlo, como también lo hará él con ella. Pero admito que cada noche doy vueltas a una de sus frases, no comprendo el significado, ni el secreto que guardan sus palabras, "no puedo cambiar lo que soy y ahora a causa mía también lo eres tú, te he condenado no solo a sufrir por nuestro amor, si no también a llorar cada noche que alumbra la plateada esfera llamada Luna". Pero soy astuta y sabré descifrarlo, las leyendas gitanas están llenas de arte y sabiduría y si algo he aprendido fue a comprarlas con la vida.

por Invitado Miér Ago 18, 2010 2:31 pm

28 de Abril de 1800, París.

A veces tengo la impresión de que no solo yo oculto algo, sino que Nadezhda también lo hace. Odio esta sensación, odio desconfíar de mi hermana y que ella desconfíe de mi y sienta que no es importante para saber mi secreto... sé que se siente así, no deja de preguntarme qué me pasa, por qué estoy así y no soy el mismo... aunque sepa lo de Adrianne, eso no basta para comprender como he llegado a convertirme en lo que soy ahora: un muerto en vida condenado a temer las noches de luna llena.
Ella me convirtió en lo que soy ahora, tanto física como psicológicamente. Me ha convertido en un ser sobrenatural... pero sobre todo, en un desconfiado triste que no se siente con fuerzas para sonreír.
No puedo seguir así... ¡no puedo permitirme esto!

¡No puedo dejar que Nadezhda se convierta en lo que yo soy, alguien sin ganas de vivir!
No soporto ser tan desconfiado... pero si la persona que más amaba me traicionó, ¿quién no lo haría?
Ya estás con estas otra vez, Aleksandr, tu hermana jamás te haría eso... ¡eres lo único que tiene!
Ojalá pudiera borrar de mi memoria todos los momentos con Adrianne, y sobre todo, su partida, su abandono... creo que me estoy volviendo loco... ¿es ese mi desdichado destino?

por Invitado Miér Ago 18, 2010 6:43 pm

3 de Mayo de 1800. París
Era domingo por la mañana, me había levantado y aseado para salir a desayunar al "jardín" con mi hermano. Bajé de la carreta y vi a Sasha sentado en su sillón de mimbre favorito, llevé la butaca y la puse a su lado, mis buenos días siempre eran animados pero ese día él estaba del peor humor que jamás le haya visto. No solo me saludó de mala forma si no que no se atrevió a mirarme, no entendía su reacción, pero temía que haya encontrado alguna carta de Adrianne. Pero para mi calma no era eso, simplemente amaneció así, como siempre lo hacía tras despertar de sus paseos nocturnos.

"Eres de los que no hay", grité cuando volvía hacia la carreta, pero en un arrebato de ira se volvió hacia mi cogiéndome de los hombros, "¡Me rompo la espalda por ti!, solo trabajo por ti ¿y te atreves a gritarme?". Sus palabras me asustaron de tal forma que no pude evitar el susto, pronto las lágrimas empezaron a caer de mis ojos resbalando por mis mejillas, él vio el miedo en mis ojos y me soltó, su rostro se tornó de sorpresa tras su reacción al ver que empezaba a llorar, bajé la cabeza y me encogí de hombros, era la primera vez que me hacía llorar.
"Lo... lo siento" musitó él y me soltó, yo no quise mirarlo, no se atrevió a darme un abrazo, di media vuelta y me alejé corriendo hasta donde se encontraba Nube, monté en su lomo y galopé lejos de las carretas, sabía que no me seguiría, y así fue.
Llegué por la noche cuando la rabia me había pasado, en parte había comprendido su mal humor, pero me había hecho llorar y llamado inútil al mismo tiempo, como si fuera yo la causante de sus males. Aquello nunca lo olvidaré.

por Invitado Miér Ago 18, 2010 10:19 pm

3 de Mayo de 1800. París
Domingo. Me desperté perdido en medio del bosque, otra vez había pasado lo mismo. La luna llena, la trnasformación, las lagunas en la memoria...
Para cuando volví a la carreta, Nadezhda seguía dormida, así que me vestí y me fui al jardín, a sentarme en mi sillón y pensar... o no hacerlo para poder relajarme de una vez.
Al despertarse, bajó rápidamente y me saludó efusivamente, con su felicidad y sonrisa común. No estaba animado así que no me molesté demasiado en devolverle el saludo. Estaba cansado, aturdido.
Y todo comenzó ahí.
"Eres de los que no hay", me gritó, aquello hizo que estallase.
Cuando se volvía a la carreta, la tomé con fuerza por los hombres y le grité.
"¡Me rompo la espalda por ti!, solo trabajo por ti ¿y te atreves a gritarme?".
No me perdonaré jamás el haberle gritado así, comenzó a llorar, con fuerza, y la solté, estaba asustada... asustada de mí, de su propio hermano. ¿¡En qué me he convertido!?
¿En qué me has convertido, Adrianne?
"Lo... lo siento" alcancé a decir, pero no me atreví a tocarla... y se fue, cabalgando sobre Nube y galopando lejos. No fui capaz de seguirla, ¿y si le hacía daño...?
No volvió hasta la noche. Y ni entonces me atreví a mirarla o a hablare, ni siquiera a acercarme a ella para preguntarle si estaba bien o si podría perdonarme. Yo no puedo perdonarme esto.
Ella está sufriendo por esto, una y otra vez, y yo no hago nada para impedirlo. No tengo a nadie a quien contarle todo esto, ni siquiera tengo a mamá o a papá... estoy yo, solo. Y temo sentir que siempre estaré así si no le cuento la verdad... ¿pero cómo? Si Adrianne no se atrevió a explicarme lo que me había hecho, ¿como voy a ser yo capaz de explicarle esta locura a mi hermana?
Me dejará, solo, como todos... como hacen todos...

por Invitado Vie Ago 27, 2010 1:22 pm

24 de Setiembre de 1800, París

¿Como se lo digo?, mejor no hacerlo, podía reaccionar mal y lo último que quiero es alejarlo de mi. No le he comentado nada a Sasha por temor a una reprimenda, pero es mi hermano y puedo confiar en él, o eso creo... ¿Como contarle que robé a un hombre y consiguió atraparme?, me mataría si lo supiera, solo por el hecho de que fui descubierta... Pero aquel joven fue tan amable conmigo, en vez de castigarme premió mi acto invitándome a cenar; definitivamente cabrearía a Sasha y no quería tolerar discusiones ese día, no ese día no.

Hoy he quedado con James, una cita podría llamarse... creo, pero si Sasha me ve con un chico al que no conoce es capaz de armarla. No, no se lo contaré y espero que nadie del clan le diga que estuve tomando el té anoche aquí con él, mientras mi querido hermano rondaba por los bosques como solía hacerlo. Ese día estaba más que contenta y deseaba tanto que llegase la hora que había salido muy temprano del campamento, ni siquiera avisé a Sasha que tenía gatos nuevos, decidí dejarlo descansar, pero le dejé una nota en su amado ruso, sabía cuanto le encantaba leer en ruso y yo quería darle una alegría.

Sasha hoy no te preocupes por mi hoy, estaré fuera hasta muy tarde, pero prometo volver lo antes posible, iré a ayudar en "La corte de los milagros", allí está la niña que te comenté, la pequeña Eire, tengo ganas de que la conozcas, sé que te caería muy bien, no me busques que puede que la lleve a pasear.
Te quiero.
Nad.

Dejé la carta debajo de su puerta y salí corriendo, lo único que esperaba es que me creyera y que no descubriera mi tonta mentira. Odiaba mentir a mi hermano, era la única persona en la que podía confiar, pero no me sentiría cómoda comentando que me cité con un chico al que apenas conozco y al cual le debo no haberme delatado con la guardia. ¡Pff! no estaba segura de qué haría, pero por el momento lo mejor sería ocultárselo, o intentar hacerlo al menos.

por Invitado Vie Ago 27, 2010 8:17 pm

24 de Setiembre de 1800, París

La noche anterior había huído al bosque, como cada noche de luna llena, y me sentía demasiado agotado como para levantarme temprano. Tenía que ir a trabajar, pero estaba demasiado agotado, así que dormí hasta un poco más tarde.

Me desperté sintiendo una presencia, ¿y que era? Un gato... ¡UN MALDITO GATO! Lo eché de mi carreta apresuradamente, ¿ahora mi hermana adoptaba animalitos? ¿No tenía suficiente conmigo?
La idea de ver a aquel animal rondando las carretas me irritó demasiado, mi común mal humor al despertarme aumentó con la presencia de aquel asqueroso animal.

Busqué a Nad en su carreta, en las cercanías del bosque... y no estaba. El cabreo se convirtió en preocupación al no encontrarla por ninguna parte. Volví a mi carreta para ponerme algo de ropa para salir cuando ví una nota suya sobre mi mesita de noche. Estaba en ruso, lo que me hizo sonreír tontamente.

Sasha hoy no te preocupes por mi hoy, estaré fuera hasta muy tarde, pero prometo volver lo antes posible, iré a ayudar en "La corte de los milagros", allí está la niña que te comenté, la pequeña Eire, tengo ganas de que la conozcas, sé que te caería muy bien, no me busques que puede que la lleve a pasear.
Te quiero.
Nad.

Al leer aquella nota, todo mi enfado emergió, volviéndose ira. Tiré la nota al suelo tras arrugarla y apreté los dientes. Me estaba mintiendo. ¿Ya no podía confiar en mí? Sé que yo no le he dicho aún que clase de ser soy, ¿pero por qué ella tiene que hacerme sentir así? ¿Por qué tengo que sentir que hasta ella me miente? ¿Por qué temo que hasta ella vaya a traicionarme? Ni siquiera se había molestado en explicarme que era "La corte de los milagros".

No recuerdo cuando volvió, no me molesté en preguntar donde había estado al volver.

por Invitado Lun Sep 13, 2010 12:43 pm

4 de Octubre de 1800

¿Como se describe el dolor cuando te amarga la existencia?, ¿como decir que se llora por el sentimiento más bello, dejándote un mal sabor de boca?, no tiene sentido, ahora ese hermoso sentimiento se convierte en la desdicha más grande de mi corazón... Y escribo estas hojas, derramando lágrimas por lo que alguna vez fue un bonito sueño, pero se quedó en eso en un simple sueño... Y queda redimido en esta historia muda, escrita con pluma sorda en este diario ciego.

Fui tan ilusa al creer que mi hermano aceptaría ser amigo del que creí mi primer amor, ahora lo ha alejado de mi y él también se ha alejado, me ha dado la espalda y me ha dejado sola, sola el día que más lo necesito, ¿y como acercarme de nuevo a él sin sentir este ligero resentimiento?, ¿como decirle que lo necesito, que es mi hermano y que lo amo?. Todo es tan confuso y duele tanto que siento que la vida se me va en un suspiro... ¿Y si es así?, qué poco habré vivido, y me duele en el alma todo esto, me duele no tener conmigo a Sasha en estos momentos y me duele que él haya alejado a James y que él me haya dejado sin más. Y es así como me doy cuenta de lo tonta que soy, de que caí en una confusión, que tomé por amor al que en realidad solo me ofrecía amistad, y esa noche no sale de mis recuerdos... y pienso... ¡Oh amor poderoso¡ Que a veces hace de una bestia un hombre, y otras, de un hombre una bestia, decía William Shakespeare y cuanta razón tenía.

Cada noche mi almohada guarda una lágrima, una lágrima pensando en él, en el que creí mi amor, desde que se marchó dejándome en esta oscura soledad y al otro lado está mi hermano, dándome la espalda y culpándome por esto, y qué razón tiene, todo es culpa de mi ignorancia y desmesurada ingenuidad. Caí como cebo en la trampa del amor, para darme cuenta que solo fue una tonta equivocación y derramo lágrimas en vano intentando caer en el olvido, pero me doy cuenta que jamás dejaré de recordarlo, por que no puedo olvidarlo, y si lo busco será en vano y si desaparezco será para siempre... sí, desapareceré para siempre...

Nadezhda Alekseyevna.

por Invitado Lun Sep 13, 2010 3:31 pm

4 de octubre de 1800

Nadezhda está destrozada. ¿Qué puedo hacer yo? Ya me siento como un maldito perro asqueroso, quizá debí darle una oportunidad... quizá. O quizá lo que pasó me demostró que tal y como pensaba, ese tipo solo quiso aprovecharse de Nad. Maldito sea él y el momento en el que entró en nuestras vidas, ¿por qué tuvo que hacerle esto a Nad? Ella no se merece sufrir por un tipo así...
No sé que puedo hacer, ¿ir a buscarle? Jamás, antes muerto. Pero no me habla, no sé como acercarme a ella... ya no sé si me quiere o me odia, ya no sé si quiere seguir a mi lado o dejarme solo. Quizá eso me merezca... ¡ni yo mismo sé que pensar! ¿Qué voy a hacer?

Además, para mi desgracia, temo haberme ganado un enemigo. Uno de los grandes... un vampiro. Anoche, en mi transformación, creo que me peleé con uno... apenas recuerdo nada, pero cuando me desperté, estaba lleno de heridas, lleno de sangre, y aquel tipo a mi lado. Me miró con asco y me maldijo en un idioma que no comprendí... creo que era italiano. Estaba bastante golpeado, pero no tanto como yo. Solo me dijo que se llamaba Eric, y que pronto sabría lo que era vivir una pesadilla.
No me da miedo... me da más miedo que Nad esté tan mal que ni cuenta se haya dado de todas mis heridas. Supongo que ni siquiera me mira y todo se debe a eso... no sé qué hacer, ni sé que pensar de todo esto, ¿qué hago yo ahora?
¿Qué haría papá? ¿Y mamá? Ojalá me hubieran dicho que tengo que hacer en momentos como estos...
Agh, no puedo seguir escribiendo, los golpes duelen demasiado...

por Invitado Miér Nov 17, 2010 2:31 pm

25 de Noviembre de 1800

Un mes había pasado, un mes de todo lo que nos ocurrió. ¿Como pueden los días ser tan cortos?, el tiempo pasa veloz y apenas lo percibimos, pero pasa, alegra, hace olvidar, recordar, pero sobretodo daña... daña como una daga rasgando la piel.
Tantas cosas habían ocurrido ya que no sabría como empezar, como contarlo todo sin desesperarme con solo recordarlo, en aquel momento fue estresante y ahora lo es aún más, ¿por qué?, porque es ahora cuando vives con el miedo constante de que puede volver a ocurrir, de que puedes volver a pasar por aquella situación y volver a no saber como enfrentarte a ella, miedo a que sea peor.

Ahora todo estaba en calma, por el momento. He cuidado de Sasha todo este tiempo y lo he visto mejorar, sus heridas han sanado favorablemente, aun que muy rápido para mi buena sorpresa; pues mi hermano siempre fue un niño muy sano y lo sigue siendo, será por eso y por que no fueron de mayor gravedad. Aquel vampiro dejó que viviéramos... ¿Eso sería de agradecer?. Dejó mal herido a Sasha, asustó a James y a mi, y ahora temo encontrarlo por las calles, o volver a encontrarme con aquel licántropo. Yo relaté a Sasha que una de esas temibles bestias me persiguió un par de veces ya. Los odio, los odio con todas mis fuerzas y si en mis manos estaba el poder acabar con aquellos sobrenaturales terrestres, salidos de un relato de terror, créeme que lo haría, pero temo haber asustado más a Sasha con aquella confesión, pues sus ojos me demostraron el temor y la angustia, tal vez de perderme, o tal vez de encontrarse con uno, no lo sé y no quiero pensar en la muerte. No quiero saber de ella.
Lo único bueno de todo aquello fue el volver a ver a James, ahora que Sasha ya no está del todo en contra suya y me permite verlo, ahora es cuando puedo disfrutar de esa pequeña alegría. También he conseguido un nuevo trabajo con el que ayudar mejor a mi hermano y alejarme paso a paso del robo, trabajo en el cual todo iba muy bien, hasta que en la segunda semana otra chica fue contratada, otra camarera que servir en el café. Al cruzarme con su mirada solo pude pensar en aquella tarde en que Sasha casi descubre las cartas de Adrianne, casi descubre mi secreto, pero me he encargado de esconderlas mejor, antes de que sus curiosas manos vuelvan a dar con ella.
Aquella chica de la que comento es simplemente ella, es Adrianne, por mucho que diga llamarse Dasha. No es rusa, no es Dasha y no es otra persona más que la mismísima Adrianne, y estoy más que segura de que ha venido a dañar nuevamente a mi hermano, estoy más que segura que ha venido a por sus respuestas, respuestas absurdas que exige en aquellas cartas. Yo la voy a descubrir, porque la vigilo, la observo y sé que ella a mi también. No somos tontas y menos compatibles.
Ella no volverá a cruzar palabra alguna con mi hermano, no se lo voy a permitir. Ni a él volver a caer en el error de quererla... de nuevo.

por Invitado Dom Nov 21, 2010 11:14 am

26 de Noviembre de 1800

Y aquí estoy, un mes después.
Me parece completamente irreal esto... sigo vivo, y lo digo casi en un susurro, porque aún no me lo creo... y aún me da miedo recordarlo.
Ya no es miedo a la muerte, creo que nunca le he tenido miedo, es miedo a no estar aquí, con Nade... ¿qué haría ella si se queda sola?
Si no fuera por ella quizá no tendría ninguna razón por la que quedarme aquí, allá, donde quiera que deba ir un monstruo como yo, quizá estarían papá y mamá... ¿no sería mejor que estuviera allí con ellos?
Seguramente la respuesta sería un rotundo sí, y más ahora que Nade no deja de repetirme cuanto odia a los licántropos... ¿qué hago yo ahora? ¿Cómo voy a contarle la verdad? Si se lo digo me verá como un monstruo y... ¿y si se separa de mí? Ahora tiene a James, ¿qué falta le haría...? Ninguna...
Me gustaría decir que las cosas van tomando un nuevo color, que la vida parece sonreírme, pero parece negada a hacerlo... incluso cuando la encuentro a ella, a esa chica que es una maravillosa copia de Adrianne... puede que ya me haya vuelto loco, que haya sido una ilusión de mi mente... ¡pero qué ilusión más bella! Fue tan maravilloso volver a sentir a Adrianne tan cerca, aunque fuera mediante la imagen de otra persona. Que locura, creo que esto de la curación de los licántropos tiene unos contras demasiado caros... me he vuelto loco, definitivamente: es oficial.
Lo peor es que no puedo sacármela de la cabeza, quiero volver a verla. Pero ni siquiera sé donde puedo encontrarla... bueno, sí, en cada uno de mis sueños.
¿Qué me está pasando?
Siento un nudo que se aprieta cada vez más en mi pecho, tengo ganas de huir... de todo, de Nade, de mis recuerdos, de Adrianne, Dasha o como quiera que se llame...

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