Filósofa de porcelana.

por **Maskarreitt** Sáb Oct 05, 2013 6:27 pm

-Me atribuyes los males de la miedad y eso me oprime.

Fue en vano, me atravesó las costillas. Otra vez.
Caigo como la hoja de otoño,se desprende del árbol.
Veo al inquisidor a los ojos. ¿ Porque si eres vida, porque me das la muerte?

-No me contemples a mí que soy pequeña y cercana, vete, contempla lo
grande y lo lejano.

Escupe a mis pies. Se va.

¿Si tengo miedo a la muerte?
Sí, pero como ansío dormir y tener bellos sueños.
Cierro los ojos. Imagino a mi hada paliativa, susurrando memorias.

Yo en realidad he estado muerta desde el día en que nací, yazco sin enterrar y
mi cuerpo exhala el hedor de la condena.

¿Si duele?
Mucho y poco, largo y corto, agudo y peor.

Debo conseguir ayuda, no debo morir hoy. No puedo.
El teatro está cerca, podré entrar por atrás.

Son contados los que están tanto antes de la función.
Caminar es difícil.
Un pasillo.
El suelo.

Mi pensamiento aún no se apaga, me lleva pensar en el poeta:
cuando este muere, el idioma se arrodilla junto a su tumba,
llorando abandonado, hasta que viene
otro poeta y lo levanta.

por **Cora A. Samaras** Mar Nov 05, 2013 3:29 pm

Pocas veces nos encontramos con cosas realmente interesantes y nada comunes, era una era en la cual, todo parecía ser tan predecible que se volvía simplemente aburrido el estar pisando una tierra como esta. Lo nuevo, lo innovador y extraño no es bienvenido en una sociedad que busca mantener todo igual, todo siendo regido por las reglas estipuladas por la sociedad, pero yo no veo belleza en eso, solamente veo rigidez y decadencia.

Apenas soy una sombra de lo que pude ser, tal vez toda lo somos. ¿Cómo acostumbrarme a estar sola? Odio la soledad, el frio que trae esta, simplemente me da ganas de tirarme a morir, pero nada sucede, tengo que levantarme, apenas siento el frio de la muerte cerca. Pero la sed me llama y pronto encuentro la sangre fresca de los jóvenes soñadores que piensan que podrán triunfar en la vida del arte y el espectáculo, que delicioso es sentir el calor de la sangre recorrer mi cuerpo.

— ¿Hum? — yo escondida en un rincón oscuro, saboreando el cuerpo de la doncella, relamo mis labios, tirando el cuerpo, dejando que la gravedad se la lleve como viento a una hoja marchita y olvidada por su árbol. Ha llegado un ser extraño, divino como yo, pero con una herida mortal, que puede matarlo si no le ayudo. ¿Estoy interesada en ser buena samaritana? No lo es, pero como felino me acerco a ese ser, quien agonizaba, pero aun así parecía deseoso de vivir. — ¿Qué es lo que os hace moveros? — prgunte curiosa, yo sabia que era lo que me movia para seguir con vida, algo absurdo para algunos pero importante para mi.

Filósofa de porcelana.

Filósofa de porcelana.

Re: Filósofa de porcelana.