La pereza -Uno de los siete pecados capitales- [Libre]

por **Gaspar Krausz** Miér Oct 09, 2013 2:46 pm

Contemplaba las nubes moverse, estaba muy tranquilo el cielo, aunque se podía escuchar el sonido del viento pero era relajante como una melodía, relajado en donde estaba recostado, necesitaba esta paz interna y externa, trabajando en la panadera por la mañana y enfermero por la noche su cuerpo requería mucho descanso aunque no le interesaba cuanto se esforzaba, porque él siempre logra lo que se propone –Si de esfuerza se habla- Sus ojos están fijos en las nubes blancas que se movían al compás del viento, sus manos atrás de su nuca para darle un soporte como almohada, sus piernas entrecruzadas.-Supongo que esto era lo que realmente necesitaba, un minuto para mí, siento no abrir hoy la panadería pero…soy humano y tengo que descansar-Habló, nadie lo escuchaba de todos modos, se encontraba en el patio de su casa, aunque estaba en la ciudad su morada podría ver el cielo. Cerró los ojos comenzando a quedarse dormido y los segundos pasaron hasta que Morfeo se lo llevo al mundo de los sueños.

Una hora había trascurrido desde Gaspar se quedó completamente dormido, despertó, el cielo seguía igual, el viento de la misma manera, con pereza incorporó, aunque lo hizo con toda la calma del mundo como si no quisiera hacerlo, bostezo descaradamente, como nadie lo miraba podía hacer cualquier cosa en su propia casa hasta desnudarse si quería pero como no era un “habito” hacer eso, no lo hacía simplemente era un poco vulgar cuando se trataba de estar solo y en su lugar “secreto” que era su casa. Con pesadez, volvió a recostarse no tenía intención de levantarse-¡Ah! ¡No tengo ganas de hacer nada!-Exclamo el joven cambia formas cerrando, por segunda vez sus ojos, pero ahora no se iba a quedar dormido.-Ya es tarde….hoy no me toca ir al hospital creo que abriré la panadería una rato-Sin decir más se levantó sacudiendo su ropaje mientras se dirigía a la pequeña puerta de su portón para poder salir e irse a su trabajo.

por **Bella / Mía Borja** Miér Oct 09, 2013 11:06 pm

Las gemelas acababan de llegar a Francia, era como algo nuevo para ellas, pero Bella había estado de acuerdo simplemente por el hecho de conocer gente, Mía... Tenía planes más específicos que no planeaba decir hasta que todo estuviera bajo control, esperaba no ser tan tonta como para echar a perder todo.

Bella se arregló y miró por la ventana del hotel en donde se hospedaban por un momento hasta que se aburrió y enojó -Mía, tú sigue dormida, yo iré a ver que nos depara la ciudad...- y con esa frase salió del cuarto, dejando a su hermana en la cama, la rubia simplemente movió la cabeza, no había puesto mucha atención a las palabras de Bella.

La ciudad estaba tranquila aparentemente, era como si todo hubiera conjuntado sus esfuerzos para que tuvieran un buen recibimiento, aquello era de agradecer. Los rizos de la castaña se movían al compás del viento mientras sus manos se guarecían en las bolsas de su abrigo, tal vez podría llegar a perderse, pero eso no importaba, tal vez alguien podría ser tan amable como para decirle el camino, sabía muy poco de francés pero el suficiente como para darse a entender.

Miraba de un lado a otro, era todo nuevo, le gustaba aquella ciudad, París era perfecta, no entendía el motivo, pero le daba un poco de paz, como si todos los problemas que había en su vida se eliminaran, ¿Y si Mía conocía a alguien del que ella no tenía conocimiento? No era posible, su hermana era demasiado tierna, tonta y asocial, pero bueno, quizá le daba una sorpresa. Observó un letrero que llamó su atención a lo lejos y comenzó a caminar, había algo que le encantaba a Bella y eso eran los pastelillos, sin embargo, para su mala suerte, el sitio estaba cerrado -Bueno, al menos ya sé donde conseguir algo rico para comer- sonrió y miró de un lado a otro buscando a donde ir ahora, aunque... Tendría que hacer algo al azar.

por **Gaspar Krausz** Jue Oct 10, 2013 11:56 am

El cambiaforma llego finalmente a su destino: La panadería, sus empleados no había llegado, por la sencilla razón que Gaspar le dio el día libre, él sabía hacer pan, muy rico le salía pero no tenía tiempo, solo atendía un rato para irse casi corriendo al hospital porque a veces el cambian el turno, aunque su cuerpo no resistiera el debería de poner el ejemplo en todos sus compañeros, él es uno de los mejores.-Espero que no venga tanta gente-Pensó, mientras sacaba las llaves de su bolsillo, para abrir la panadería.

Al momento de abrir la puerta comenzaron a llegar las personas, eran casi las misma de siempre, eran clientes frecuentes, era todavía mañana, pero el pequeño problema es que todavía no estaban aquellos panes recién hechos para ser comido calientes, el joven suspiro mientras cerro tras su espalda la puerta encarando a las personas.- Disculpen a vosotros, pero la panadería apenas abrió y los panes que a vosotros normalmente les encanta consumir con chocolate caliente no estan hechos, apenas abrimos….si me esperan media hora podrán regresar a consumir-Finalizo, los individuos no estaban muy de acuerdos pero tuvieron que aceptar, de mala gana, lo que el hombre había dicho, él miró como ellos se fueron, entro para comenzar los panes y preparar el chocolate.

Se pone su delatar blanco, sube sus mangas hasta los codos, lava sus manos y comienza hacer los panes, era un trabajo que le gustaba desde que sus padres tuvieron esta panadería desde muy pequeño sabía hacer esto pero la pereza que siempre caracterizo su cuerpo fue más fuerte aunque él se la quería quitar de su cuerpo porque así no llegaría a ningún lado, pero como pudo se enseñó y estudio para ser enfermero, cuidar, proteger a las personas que la necesitaran, así hizo unos cuantos panes, mientras ellos se orneaba preparaba las mesas para sus clientes

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