Sangre llama a sangre [Familia Schmidt]

por **Aemon** Jue Nov 07, 2013 9:36 am

Aun sentía los latidos en la sien pero sabía que no debía tocarme. ¿Quien iba a decirme que acabaría en el hospital por una tontería después de todo lo que había pasado desde que llegué a París? Pero el caso es que allí estaba, sentado junto a algunas personas más, con unos cuantos cortes en los brazos y otro en la sien. El de la sien no era gran cosa, un corte superficial con algo de sangre, los brazos solo algún moratón y cortes varios. El de verdad, el que me había llevado allí, era el del dorso de la mano. Tal vez necesitase algún punto o algo para desinfectarlo y me había quedado sin nada en casa. Pero no nos adelantemos, será mejor que explique que hacía allí y cual era la "tontería".

Estaba en los campos de la periferia parisina "tomando prestadas" algunas frutas. Unas uvas, algunas moras, bayas,... algo para varias tanta manzana y de paso darme una vuelta. Tan enfrascado estaba en recoger sin que me viesen que no vi un pequeño terraplen, que para más señas estaba protegido por un seto que lo ocultaba. Di un paso que no encontró apoyo y abajo que fui rodando entre ramas, arbustos y piedras hasta llegar abajo un par de segundos después. El primer golpe fue en el brazo derecho, con el que quise protegerme, aunque solo conseguí que me rebotara el cuerpo y el segundo fuese justo encima de la sien contra una piedra. "¡Pa' matarsen!" Por suerte no pasó de ahí y pude ponerme en pie con solo el dolor esperable. Me molestaba un poco el brazo y la sien, pero había algo más, en la mano tenía un tajo, no profundo pero no muy bonito.

Al volver a casa, y dejar las frutas que había "tomado prestadas" quise desinfectar la herida. Fue en ese momento cuando descubrí que no me quedaba desinfectante así que sin pensarlo me lavé un poco con agua y me puse un vendaje en la mano. Y así es como fui al hospital esperando que un alma caritativa se preocupase por mí. Iba a tener un ratito conmigo. Entre las manos, la sien y los brazos... Al menos prometía ser un buen paciente.