AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Caminando por los Jardines [Leonor]
2 participantes
Página 1 de 1.
Caminando por los Jardines [Leonor]
Era una noche más en París, y había decidido, por esta vez, ir a ver los famosos ‘’jardines botánicos’’. Había escuchado mucho sobre París, de lo cual, hasta ahora, poco o nada veía cierto. Decían que en primavera, estos jardines eran los más hermosos, pero yo ponía en duda esa vivencia en contra de los jardines que había en mi patria. Esta vez, había decidido pedir direcciones a mis guardias e indicarles a donde iría aquella noche, para que si me perdía otra vez como en la noche anterior, estos me encontraran.
Hace poco había hecho un largo viaje desde Alemania hasta allí para encontrarme con aquellos que hablaban de la ‘’extraña’’ cofradía que planeaba derrocar a la famosa Inquisición. Yo estaba de acuerdo a unirme a aquél grupo, pero no lo hacía por el hecho de que se estuvieran enfrentando a la Inquisición, sino porque, a largo plazo, el tenerlos a ellos como aliados nos sería de gran utilidad para enfrentar a una próxima incursión de la Inquisición a Alemania.
Con anterioridad se habían detectado algunos casos de cazadores en Alemania, pero habían sido detectados con amplia facilidad y exterminados con la misma facilidad. Malditos cazadores, odiaba que se intentaran interponer en nuestros planes, eran como unas malditas ratas que quisieran acabarnos a todos solamente por el hecho de querer hacer eso. En Francia hasta ahora no me había topado con ninguno, pero como siempre, andaba mirando en todas direcciones y bastante alerta por si llegaba a aparecer uno de estos.
Andaba con una armadura ligera de cuero que traía todas las insignias que tenía como oficial de alto rango del ejército germánico, además de una gruesa capa de color verde oscuro que me cubría la cabeza y el cuerpo para evitar tener frío. Además, llevaba mi espada larga en mi cadera, con una pequeña bolsita con mis francos a mi izquierda, por si llegaba a necesitar algo de dinero.
No nevaba esta noche, de hecho, estaba bastante clara para estar en el frío invierno. El jardín estaba levemente cubierto de nieve, no tenía que hacer fuertes pisadas para poder andar por el lugar, y se veía bastante apacible. Lamentaba el hecho de no poder ver nada durante el día, era una pena el no recordar lo hermoso que podía llegar a ser el día frente a su luz, pero eso ya no importaba. El jardín se veía bastante seco, muerto, no había flores, solo las marcas de su verdoso cubiertas de nieve, para terminar alrededor de una fuente a medio congelar. Me acerqué a esta fuente, observando el lugar, tranquilo, apacible, como no me sentía hace mucho tiempo.
Hace poco había hecho un largo viaje desde Alemania hasta allí para encontrarme con aquellos que hablaban de la ‘’extraña’’ cofradía que planeaba derrocar a la famosa Inquisición. Yo estaba de acuerdo a unirme a aquél grupo, pero no lo hacía por el hecho de que se estuvieran enfrentando a la Inquisición, sino porque, a largo plazo, el tenerlos a ellos como aliados nos sería de gran utilidad para enfrentar a una próxima incursión de la Inquisición a Alemania.
Con anterioridad se habían detectado algunos casos de cazadores en Alemania, pero habían sido detectados con amplia facilidad y exterminados con la misma facilidad. Malditos cazadores, odiaba que se intentaran interponer en nuestros planes, eran como unas malditas ratas que quisieran acabarnos a todos solamente por el hecho de querer hacer eso. En Francia hasta ahora no me había topado con ninguno, pero como siempre, andaba mirando en todas direcciones y bastante alerta por si llegaba a aparecer uno de estos.
Andaba con una armadura ligera de cuero que traía todas las insignias que tenía como oficial de alto rango del ejército germánico, además de una gruesa capa de color verde oscuro que me cubría la cabeza y el cuerpo para evitar tener frío. Además, llevaba mi espada larga en mi cadera, con una pequeña bolsita con mis francos a mi izquierda, por si llegaba a necesitar algo de dinero.
No nevaba esta noche, de hecho, estaba bastante clara para estar en el frío invierno. El jardín estaba levemente cubierto de nieve, no tenía que hacer fuertes pisadas para poder andar por el lugar, y se veía bastante apacible. Lamentaba el hecho de no poder ver nada durante el día, era una pena el no recordar lo hermoso que podía llegar a ser el día frente a su luz, pero eso ya no importaba. El jardín se veía bastante seco, muerto, no había flores, solo las marcas de su verdoso cubiertas de nieve, para terminar alrededor de una fuente a medio congelar. Me acerqué a esta fuente, observando el lugar, tranquilo, apacible, como no me sentía hace mucho tiempo.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 112
Fecha de inscripción : 23/11/2013
Edad : 30
Localización : Spain
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
La naturaleza siempre significaría tranquilidad, y armonía para Leonor, independiente de su estado. Mas aún considerando la estación tan cruda en la cual se encontraban. Los verdes pastizales que anteriormente cubrían los suelos, bordados por hermosas flores a su alrededor, ahora solo eran recuerdos muy borrosos, la nieve se había encargado de quemar todo a su paso, dejando solo una gruesa escarcha sobre todo lo que pisaba.
La joven ignoró todo aquello, y usando un vestido tan blanco como la misma nieve, se encaminó hacia el jardín botánico. No llevaba capa, ni calzado, y su rubio cabello revoloteaba al viento con total libertad, sin amarre alguno, solo así era capaz de sentirse sumamente ligera y cómoda. Su menudo cuerpo avanzaba por entre los cadáveres de los árboles, si hasta casi era difícil divisarla, se mimetizaba con el entorno, sin llegar a alterarlo en lo mas mínimo. Solo sus manos rozaban de vez en cuando los rosales que aún se mantenían en pie, pero muertos... en ese lugar sería complicado, por no decirse imposible, encontrar algo con vida.
Los ojos de la joven se elevaron hacía la fuente que estaba justo en el centro, y en ese preciso momento fue consiente de que no se encontraba sola, había un hombre, quien al igual que ella parecía vagar sin buscar nada en especifico. Observando con serenidad el misterioso lugar que los acogía esa noche. Por su atuendo era fácil darse cuenta de lo alto de su clase social, se le veía decidido, he incluso un tanto atemorizante. Siempre termino topando con personas de la realeza o algo muy similar- Pensó de manera divertida la joven, al recordar sus encuentros pasados.
El era uno de los suyos, su aura era una clara señal de aquello, por lo que no se sintió amenazaba, pero mantuvo una distancia considerable entre ambos, no avanzó, y solo se quedó de pie en el pequeño camino que daba hasta la fuente. Examinando a su inesperado acompañante, quien al parecer aún no se percataba de la presencia de la vampiresa. Claramente Leonor no tenía como saber las intenciones de aquel. Su raza tendía a ser muy impredecible, y las últimas vivencias de ella le habían enseñado a ser desconfiada.
Su cuerpo se inclinó, mientras su mano derecha se abría tomando un poco de la nieve que formaba el blanco manto bajo sus pies. Hizo una bola con esta, y hasta logró formular una sonrisa en sus labios al sentir una chispa de calor, debido a la frialdad de su piel, tan similar al hielo, tan similar a la nieve que descansaba sobre su palma. Rápidamente se levantó y la lanzo con cuidado hacía arriba, permitiendo que esta se desprendiera y cayera de manera suave justo frente a ella. Aquello parecía una "señal de paz" para quien ahora había levantado sus ojos hasta ella.
La joven ignoró todo aquello, y usando un vestido tan blanco como la misma nieve, se encaminó hacia el jardín botánico. No llevaba capa, ni calzado, y su rubio cabello revoloteaba al viento con total libertad, sin amarre alguno, solo así era capaz de sentirse sumamente ligera y cómoda. Su menudo cuerpo avanzaba por entre los cadáveres de los árboles, si hasta casi era difícil divisarla, se mimetizaba con el entorno, sin llegar a alterarlo en lo mas mínimo. Solo sus manos rozaban de vez en cuando los rosales que aún se mantenían en pie, pero muertos... en ese lugar sería complicado, por no decirse imposible, encontrar algo con vida.
Los ojos de la joven se elevaron hacía la fuente que estaba justo en el centro, y en ese preciso momento fue consiente de que no se encontraba sola, había un hombre, quien al igual que ella parecía vagar sin buscar nada en especifico. Observando con serenidad el misterioso lugar que los acogía esa noche. Por su atuendo era fácil darse cuenta de lo alto de su clase social, se le veía decidido, he incluso un tanto atemorizante. Siempre termino topando con personas de la realeza o algo muy similar- Pensó de manera divertida la joven, al recordar sus encuentros pasados.
El era uno de los suyos, su aura era una clara señal de aquello, por lo que no se sintió amenazaba, pero mantuvo una distancia considerable entre ambos, no avanzó, y solo se quedó de pie en el pequeño camino que daba hasta la fuente. Examinando a su inesperado acompañante, quien al parecer aún no se percataba de la presencia de la vampiresa. Claramente Leonor no tenía como saber las intenciones de aquel. Su raza tendía a ser muy impredecible, y las últimas vivencias de ella le habían enseñado a ser desconfiada.
Su cuerpo se inclinó, mientras su mano derecha se abría tomando un poco de la nieve que formaba el blanco manto bajo sus pies. Hizo una bola con esta, y hasta logró formular una sonrisa en sus labios al sentir una chispa de calor, debido a la frialdad de su piel, tan similar al hielo, tan similar a la nieve que descansaba sobre su palma. Rápidamente se levantó y la lanzo con cuidado hacía arriba, permitiendo que esta se desprendiera y cayera de manera suave justo frente a ella. Aquello parecía una "señal de paz" para quien ahora había levantado sus ojos hasta ella.
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 445
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Edad : 33
Localización : La casa de la Esperanza
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
Me sobresalté un poco al notar como una mujer aparecía delante de mis ojos. Era muy hermosa, su cabello caía en una hermosa cascada alrededor de sus hombros, y llevaba un traje blanco precioso. Por un momento me quedé sorprendido y anonadado en tal mirada ¿A caso era un fantasma? Los fantasmas (o los que había creído haber visto alguna vez) siempre iban ‘’vestidos’’ de blanco, o así se presentaban. Concentré mi mirada en ella, y allí lo note; una vampira.
Por un segundo me pregunté si mis soldados estarían sanos y salvos, pero luego miré a la mujer y realmente dudaba que ella hubiera atacado a alguno de estos, puesto que o sino llevaría alguna mancha o una gota de sangre en sus ropas. Me sorprendió un poco la imagen…me recordó a Leothir, cuando usaba su especie de vestido rojo, y corría persiguiéndola en las noches de verano en Alemania entre los bosques…habíamos sido tan felices…
Sonreí con tristeza al recordar ese momento de mi vida, y mirando a la fuente busqué mi reflejo, más no lo encontré. Luego levanté la mirada otra vez y miré a la mujer, y desde mi posición, hice una reverencia, para luego decirle en voz alta;
-Buena noche mi lady, la que ilumina vuestra sombra. –Dije, a modo de saludo, con una pequeña sonrisa, para luego mirar de nuevo a la fuente.
La fuente estaba congelada, su agua no fluía a causa de la gran cantidad de hielo que poseía a causa de las bajas temperaturas. Observé los francos tirados en la fuente, recordando la antigua tradición de los deseos, y sonreí con tristeza. Tomé la funda de mi espada, y golpeando fuerte y rápidamente en algunos lados, hice que esta comenzara a fluir de nuevo, a causa de que no nevaba no había nada que la volviera a enfriar, a parte del viento helado que pasaba a través de mi capucha.
Tomé un franco y lo lancé hacia adentro, y pensé ‘’Que vuelva a la vida…algún día…’’. Era un deseo que todavía vivía en mi alma, los recuerdos eran muy fuertes…habían pasado tantos siglos desde la muerte de Leothir, y aún no podía olvidarla…su muerte siempre quedaría en mi mente, y en mi alma, como una marca hecha a fuego sobre algo que jamás lograría olvidar. Escuché con una sonrisa como el franco caía y chocaba con el resto de las monedas, y luego puse mi funda en su lugar otra vez, observando como el agua se movía tranquilamente.
Por un segundo me pregunté si mis soldados estarían sanos y salvos, pero luego miré a la mujer y realmente dudaba que ella hubiera atacado a alguno de estos, puesto que o sino llevaría alguna mancha o una gota de sangre en sus ropas. Me sorprendió un poco la imagen…me recordó a Leothir, cuando usaba su especie de vestido rojo, y corría persiguiéndola en las noches de verano en Alemania entre los bosques…habíamos sido tan felices…
Sonreí con tristeza al recordar ese momento de mi vida, y mirando a la fuente busqué mi reflejo, más no lo encontré. Luego levanté la mirada otra vez y miré a la mujer, y desde mi posición, hice una reverencia, para luego decirle en voz alta;
-Buena noche mi lady, la que ilumina vuestra sombra. –Dije, a modo de saludo, con una pequeña sonrisa, para luego mirar de nuevo a la fuente.
La fuente estaba congelada, su agua no fluía a causa de la gran cantidad de hielo que poseía a causa de las bajas temperaturas. Observé los francos tirados en la fuente, recordando la antigua tradición de los deseos, y sonreí con tristeza. Tomé la funda de mi espada, y golpeando fuerte y rápidamente en algunos lados, hice que esta comenzara a fluir de nuevo, a causa de que no nevaba no había nada que la volviera a enfriar, a parte del viento helado que pasaba a través de mi capucha.
Tomé un franco y lo lancé hacia adentro, y pensé ‘’Que vuelva a la vida…algún día…’’. Era un deseo que todavía vivía en mi alma, los recuerdos eran muy fuertes…habían pasado tantos siglos desde la muerte de Leothir, y aún no podía olvidarla…su muerte siempre quedaría en mi mente, y en mi alma, como una marca hecha a fuego sobre algo que jamás lograría olvidar. Escuché con una sonrisa como el franco caía y chocaba con el resto de las monedas, y luego puse mi funda en su lugar otra vez, observando como el agua se movía tranquilamente.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 112
Fecha de inscripción : 23/11/2013
Edad : 30
Localización : Spain
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
Al parecer su presencia no significó molestia para el hombre, quien la observó con una tranquilidad admirable, mientras una nueva brisa se alzaba por entre ellos, siendo recibida por las ropas de ambos, mas el cabello de la joven, quien por inercia lo acomodó hacia un costado de cuello, volviendo a levantar la vista para encontrarse con los ojos ajenos, que independiente la estuvieran observando, parecían perdidos, como si su concentración estuviera en otro lado, en otro sitio, he incluso en otro tiempo, muy lejos de ahí.
De manera inconsciente y sin controlarlo, la mente de Leonor comenzó a capturar imágenes que el vampiro recordaba de manera sumamente melancólica, acerca de una mujer, incluso logró divisar su hogar; los bosques.
Dentro de todo esto, una sonrisa delineó los labios de el, pero incluso ella no era capaz de disimular el pesar que se mantenía fijo en su rostro, el cual se volteo suavemente a la fuente, ¿Que era lo que buscaba en ese lugar?
Ella no era quien para cuestionar las decisiones de un extraño como lo era el, pero no podía evitar las dudas que le provocaba.
La cabeza de la vampiresa se sacudió con delicadeza de un lado a otro, intentando dejar por un momento la mente ajena y responder el saludo que le había sido entregado.
- Buenas noches, Monsieur. Espero mi presencia no le perturbe de alguna forma. - diría con su voz acogedora, y suave, mientras se aventuraba a dar unos pasos hacía adelante, a la par que sus pies descalzos dejaban las silenciosas huellas sobre el manto blanquecino.
La sonrisa en su rostro era tenue, y su mirada estaba concentrada en el ser que ahora tenía a solo un par de metros, aún así se detuvo antes de invadir su espacio. Justo en el momento que el vampiro se encargaba de hacer que la fuente volviera "a la vida", y las cristalinas aguan fluyeran con libertad.
El gesto que vino luego de el, le pareció encantador, y muy apropiado para la ocasión, pero fue su deseo el que la hizo estremecer. "Que vuelva a la vida… algún día…". Un escalofrío recorrió la espalda de la inmortal, quien soltó un corto suspiro, observándo con atención los movimientos ajenos.
El lamentaba una perdida, una que se acercaba quizas a la de ella misma, pero no podía saberlo con exactitud.
- Espero su deseo se cumpla...- susurraría de manera tranquila, sin darle indicios de conocer el mismo en cuestión. Pero así era ella, espontanea y no pensaba antes de dar palabras, que solo esperaba sirvieran de aliento, al igual que su presencia junto a el.
De manera inconsciente y sin controlarlo, la mente de Leonor comenzó a capturar imágenes que el vampiro recordaba de manera sumamente melancólica, acerca de una mujer, incluso logró divisar su hogar; los bosques.
Dentro de todo esto, una sonrisa delineó los labios de el, pero incluso ella no era capaz de disimular el pesar que se mantenía fijo en su rostro, el cual se volteo suavemente a la fuente, ¿Que era lo que buscaba en ese lugar?
Ella no era quien para cuestionar las decisiones de un extraño como lo era el, pero no podía evitar las dudas que le provocaba.
La cabeza de la vampiresa se sacudió con delicadeza de un lado a otro, intentando dejar por un momento la mente ajena y responder el saludo que le había sido entregado.
- Buenas noches, Monsieur. Espero mi presencia no le perturbe de alguna forma. - diría con su voz acogedora, y suave, mientras se aventuraba a dar unos pasos hacía adelante, a la par que sus pies descalzos dejaban las silenciosas huellas sobre el manto blanquecino.
La sonrisa en su rostro era tenue, y su mirada estaba concentrada en el ser que ahora tenía a solo un par de metros, aún así se detuvo antes de invadir su espacio. Justo en el momento que el vampiro se encargaba de hacer que la fuente volviera "a la vida", y las cristalinas aguan fluyeran con libertad.
El gesto que vino luego de el, le pareció encantador, y muy apropiado para la ocasión, pero fue su deseo el que la hizo estremecer. "Que vuelva a la vida… algún día…". Un escalofrío recorrió la espalda de la inmortal, quien soltó un corto suspiro, observándo con atención los movimientos ajenos.
El lamentaba una perdida, una que se acercaba quizas a la de ella misma, pero no podía saberlo con exactitud.
- Espero su deseo se cumpla...- susurraría de manera tranquila, sin darle indicios de conocer el mismo en cuestión. Pero así era ella, espontanea y no pensaba antes de dar palabras, que solo esperaba sirvieran de aliento, al igual que su presencia junto a el.
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 445
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Edad : 33
Localización : La casa de la Esperanza
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
Sonreí ante la voz y las palabras de la mujer y negando con la cabeza, la miré a los ojos. Era muy hermosa, y aún, más cerca, me sorprendía bastante de ello. La miré a los ojos y comenté;
-Una hermosa mujer como usted jamás molestaría mi andar, mi lady, menos en una noche como esta. Puede que todo el lugar esté tan muerto como nosotros mismos, pero no por eso deja de ser hermoso. –Digo, con una gran sonrisa, mirándola.
Me encantaba el invierno. Era una de mis épocas favoritas, de partida, porque hace algunos siglos había conocido a Leothir en un lugar como ese, en un invierno como ese…y por qué me encantaba sentir el frío, ese viento andando sobre mi rostro. Me quité mi capucha para que la mujer me viera mejor, y haciendo una reverencia, me presenté;
-Soy el Duque Alejandro Máximo, Duque del condado de Vrhoom del Sacro Santo Imperio Germánico. Es un placer conocerla, mi lady. –Dije, mirándola con una sonrisa.
Luego de presentarme, la miré sorprendido, pues parecía haber leído mis pensamientos. La miré con interés rascándome la barbilla, y le pregunté;
-Mi lady, es sorprendente como podéis…andar por mis pensamientos, es algo interesante…y dudo que se haga realidad…han pasado tres siglos desde que perdí a mi Leothir, y dudo que vaya a volver. –Dije, con una sonrisa triste.
Proyecte en mi mente las imágenes de un vado blanco por la nieve, con el cuerpo de una mujer de cabello rojo y una armadura ligera de cuello, en medio de una noche despejada, estrellada. Llegaba hasta la escena con velocidad, y me acercaba a ella en medio de un charco de sangre, llena de heridas en el cuerpo y una estaca saliendo de su pecho, mientras había una espada caída a su lado, la de ella. La tomaba en brazos, mientras lloraba, y ella mirándome con sus ojos violetas me sonreía, y me acariciaba el rostro, mientras poco a poco sus dedos se comenzaban a transformar en cenizas, hasta no quedar nada de ella…
-Una hermosa mujer como usted jamás molestaría mi andar, mi lady, menos en una noche como esta. Puede que todo el lugar esté tan muerto como nosotros mismos, pero no por eso deja de ser hermoso. –Digo, con una gran sonrisa, mirándola.
Me encantaba el invierno. Era una de mis épocas favoritas, de partida, porque hace algunos siglos había conocido a Leothir en un lugar como ese, en un invierno como ese…y por qué me encantaba sentir el frío, ese viento andando sobre mi rostro. Me quité mi capucha para que la mujer me viera mejor, y haciendo una reverencia, me presenté;
-Soy el Duque Alejandro Máximo, Duque del condado de Vrhoom del Sacro Santo Imperio Germánico. Es un placer conocerla, mi lady. –Dije, mirándola con una sonrisa.
Luego de presentarme, la miré sorprendido, pues parecía haber leído mis pensamientos. La miré con interés rascándome la barbilla, y le pregunté;
-Mi lady, es sorprendente como podéis…andar por mis pensamientos, es algo interesante…y dudo que se haga realidad…han pasado tres siglos desde que perdí a mi Leothir, y dudo que vaya a volver. –Dije, con una sonrisa triste.
Proyecte en mi mente las imágenes de un vado blanco por la nieve, con el cuerpo de una mujer de cabello rojo y una armadura ligera de cuello, en medio de una noche despejada, estrellada. Llegaba hasta la escena con velocidad, y me acercaba a ella en medio de un charco de sangre, llena de heridas en el cuerpo y una estaca saliendo de su pecho, mientras había una espada caída a su lado, la de ella. La tomaba en brazos, mientras lloraba, y ella mirándome con sus ojos violetas me sonreía, y me acariciaba el rostro, mientras poco a poco sus dedos se comenzaban a transformar en cenizas, hasta no quedar nada de ella…
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 112
Fecha de inscripción : 23/11/2013
Edad : 30
Localización : Spain
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
Un aire de tranquilidad fue el que se sintió en el ambiente, y mas el relajo que abrazo a la joven al escuchar como aquel le hablaba de una manera calmada, mientras sentía como sus palabras simulaban una invitación a hacerle compañia. Y aquello era algo que no dejaría pasar, mientras su salida nuevamente la llevaba a conocer a seres similares a ella.
Su mirada se fijó con detenimiento en el cuerpo del hombre, y luego de su presentación, una sonrisa amena reapareció en el rostro de la vampiresa, acortando un poco mas la distancia.
- Duque...- inevitablemente un recuerdo la embargó.
- Un enorme placer conocerle, Monsieur Alejandro Maximo. Y tiene razón, pero el lugar solo mostrará su belleza a quienes tengamos nuestra mente abierta a recibirla, yo siempre lo hago. Mi nombre es Leonor Daxmins...- le diría con una reverencia, demostrando siempre sus modales, mas aún sabiendo ahora frente a quien estaba. Dicho esto se inclinó hacía el suelo, removiendo parte de la nieva con su mano, llegando a encontrar un brote nuevo y verde que crecía bajo la capa de hielo.
Luego de eso, saltó hasta ubicarse sobre el borde de la fuente, mientras que sus pies eran los encargados de quitar de ahí también los restos de la nevada, descubriendo los detalles de la hermosa decoración.
Nuevamente las imagenes ajenas aparecieron en su mente. Una escena sumamente macabra y dolorosa, a pesar de serle una desconocida, sintió un enorme pesar, por aquel tragico final.
- Lamento mucho su perdida, como también haber invadido sus recuerdos, aveces me ocurre sin darme cuenta. - le comentó, caminando siempre con delicadeza alrededor de la fuente.
Pasaron unos segundos antes de volver a buscar la mirada ajena, ya luego también de que se había encargado de dejar al descubierto la preciosidad del objeto que tenía bajo sus pies.
- ¿ Ya lo ve? Siempre las cosas mas hermosas están ocultas, y debemos buscarlas. Espero que este lugar sirva de consuelo para usted.- agregaría aquellas palabras a sus acciones.
Era capaz de comprenderle, había sentido ese dolor también, y superarlo sin duda no era sencillo, y tal vez nunca se eliminaba del todo, solo se debía aprender a vivir con el.
Su mirada se fijó con detenimiento en el cuerpo del hombre, y luego de su presentación, una sonrisa amena reapareció en el rostro de la vampiresa, acortando un poco mas la distancia.
- Duque...- inevitablemente un recuerdo la embargó.
- Un enorme placer conocerle, Monsieur Alejandro Maximo. Y tiene razón, pero el lugar solo mostrará su belleza a quienes tengamos nuestra mente abierta a recibirla, yo siempre lo hago. Mi nombre es Leonor Daxmins...- le diría con una reverencia, demostrando siempre sus modales, mas aún sabiendo ahora frente a quien estaba. Dicho esto se inclinó hacía el suelo, removiendo parte de la nieva con su mano, llegando a encontrar un brote nuevo y verde que crecía bajo la capa de hielo.
Luego de eso, saltó hasta ubicarse sobre el borde de la fuente, mientras que sus pies eran los encargados de quitar de ahí también los restos de la nevada, descubriendo los detalles de la hermosa decoración.
Nuevamente las imagenes ajenas aparecieron en su mente. Una escena sumamente macabra y dolorosa, a pesar de serle una desconocida, sintió un enorme pesar, por aquel tragico final.
- Lamento mucho su perdida, como también haber invadido sus recuerdos, aveces me ocurre sin darme cuenta. - le comentó, caminando siempre con delicadeza alrededor de la fuente.
Pasaron unos segundos antes de volver a buscar la mirada ajena, ya luego también de que se había encargado de dejar al descubierto la preciosidad del objeto que tenía bajo sus pies.
- ¿ Ya lo ve? Siempre las cosas mas hermosas están ocultas, y debemos buscarlas. Espero que este lugar sirva de consuelo para usted.- agregaría aquellas palabras a sus acciones.
Era capaz de comprenderle, había sentido ese dolor también, y superarlo sin duda no era sencillo, y tal vez nunca se eliminaba del todo, solo se debía aprender a vivir con el.
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 445
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Edad : 33
Localización : La casa de la Esperanza
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
Noté el cambio de expresión de aquella mujer cuando me presenté, y renombró la palabra Duque… ¿Habría tenido algún problema en su vida con algún duque? Preferí no preguntarle, pues no quería ponerla en una posición dolorosa, menos aún, conociéndonos. Luego escuché sus palabras y sonreí, al ver como ella me mostraba trozos de tierra viva debajo de sus pies…quizás en algún tiempo, cuando el invierno terminara y la primavera llegara, se vería la verdadera belleza de aquél lugar que creía que hasta ahora, solo me parecía muerto. Hice una pequeña reverencia cuando ella pronunció su nombre, y con una sonrisa la miré y le respondí;
-Pues para mí es un placer y un honor conocerla, lady Leonor. Quizás tengáis razón…la belleza de este lugar no está preparada para mis ojos aún, o quizás, es porque he sido incapaz de encontrar la belleza en algo tan simple…-Dije, mirando a mi alrededor.
Luego, cuando ella me hizo el comentario de las imágenes solo sonreí con tristeza…era algo que jamás volvería, y solo debería renegarlo al olvido. Lo que había pasado con Leothir solo sería cosa del pasado, y ella jamás volvería a la vida, pero su nombre y su vida estaban vengados…y ya no quedaba nada por hacer. Hice un gesto de desinterés y le comenté;
-Da lo mismo, mi lady, no os preocupéis. No hay nada interesante en mi mente por ahora. –Dije, con una sonrisa.
Observé sorprendido como me mostraba el brillo de cada una de las cosas que tocaba. ¿A caso tenía un poder mágico que mostraba la belleza de las cosas? Intenté parpadear un poco cuando ella hacía esas cosas, y sonreí un poco sorprendido, después de todo lo que pasaba. La miré con una sonrisa y le terminé de responder;
-Quizás…quizás tengáis razón, pero el tiempo me ha hecho olvidar el buscar, y a veces, la mayoría del tiempo lo paso en la oscuridad. –Dije con una sonrisa, y luego mirándola, le pregunté- ¿Y cuál es vuestra historia, mi lady? ¿Qué hacéis aquí en esta noche de invierno? –Dije, mirándola interesado.
Aquella mujer aún sin conocerme me hacía sentir conocido, pues el que ella hubiera vagado por mi mente con tal libertad me hacía pensar que me conocía…era una sensación extraña, pero calmada, y confusa a la vez. Era una mujer interesante, así que probablemente me quedaría conversando con ella, la mayor parte del tiempo.
-Pues para mí es un placer y un honor conocerla, lady Leonor. Quizás tengáis razón…la belleza de este lugar no está preparada para mis ojos aún, o quizás, es porque he sido incapaz de encontrar la belleza en algo tan simple…-Dije, mirando a mi alrededor.
Luego, cuando ella me hizo el comentario de las imágenes solo sonreí con tristeza…era algo que jamás volvería, y solo debería renegarlo al olvido. Lo que había pasado con Leothir solo sería cosa del pasado, y ella jamás volvería a la vida, pero su nombre y su vida estaban vengados…y ya no quedaba nada por hacer. Hice un gesto de desinterés y le comenté;
-Da lo mismo, mi lady, no os preocupéis. No hay nada interesante en mi mente por ahora. –Dije, con una sonrisa.
Observé sorprendido como me mostraba el brillo de cada una de las cosas que tocaba. ¿A caso tenía un poder mágico que mostraba la belleza de las cosas? Intenté parpadear un poco cuando ella hacía esas cosas, y sonreí un poco sorprendido, después de todo lo que pasaba. La miré con una sonrisa y le terminé de responder;
-Quizás…quizás tengáis razón, pero el tiempo me ha hecho olvidar el buscar, y a veces, la mayoría del tiempo lo paso en la oscuridad. –Dije con una sonrisa, y luego mirándola, le pregunté- ¿Y cuál es vuestra historia, mi lady? ¿Qué hacéis aquí en esta noche de invierno? –Dije, mirándola interesado.
Aquella mujer aún sin conocerme me hacía sentir conocido, pues el que ella hubiera vagado por mi mente con tal libertad me hacía pensar que me conocía…era una sensación extraña, pero calmada, y confusa a la vez. Era una mujer interesante, así que probablemente me quedaría conversando con ella, la mayor parte del tiempo.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 112
Fecha de inscripción : 23/11/2013
Edad : 30
Localización : Spain
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
No parecían ser dos desconocidos, si no mas bien, dos seres reencontrándose en un lugar hermoso de la manera mas casual posible, solo esa explicación cabía dentro de lo que había ocurrido. Lo único a lo que podían responsabilizar de eso definitivamente, eran sus razas, y a pesar de las diferencias sociales, el vampiro no se veía incomodo acerca de tener a la humilde joven sirviendole de compañera esa noche, mientras ella por su parte, intentaba de apoco sentir esa comodidad necesaria para seguir intercambiando palabras.
Volteó su cuerpo, mientras sus oídos captaban sus sencillas palabras, a las cuales siempre tenía algo que responder.
- La simpleza siempre terminará bloqueando nuestros ojos, supongo que es algo natural.-le diría, encogiendo sus hombros con naturalidad, y sus ojos buscaban la inmensidad del cielo nocturno.
- ¿Sabe? No a todos les da lo mismo, tienden a sentirse desprotegidos, y en lo que a mi respecta, no siempre me llevo gratas sorpresas en los pensamientos ajenos.- intentó explicarle aquel curioso don que poseía con la mayor tranquilidad que le fue posible.
Detuvo su andar, y acomodando su vestido se sentó a la orilla de la fuente, sin contenerse de introducir sus pies descalzos en el agua de la misma, jugueteando con ellos, mientras una sensación de libertad llegó veloz a instalarse en su pecho.
- Nosotros vivimos en la obscuridad, pero no por eso debemos verlo todo así, Monsieur. Mi historia no debe ser muy diferente a la suya propia...- comentó, levantando la mirada hacía los ojos ajenos.
- ¿Que hago aquí? Busco un momento de paz, esos que muchas veces nos son privados, no pude pensar en un lugar mas acogedor que este. -terminó contándole, mientras realizaba un gesto con su mano izquierda, invitándolo a tomar asiento junto a ella.
Por alguna razón les había tocado conocerse esa noche, y quizás de la misma manera, juntos podrían ayudarse a cortar esas cadenas de recuerdos, sobre ese obscuro y tormentoso pasado con el que debían luchar día tras día.
- Y a usted Alejandro ¿Que lo trajo aquí?... ¿De que huye? - le preguntó con su voz llena de curiosidad, mostrando una expresión atenta a lo que pudiera ser la respuesta a tan extrañas preguntas formuladas.
Volteó su cuerpo, mientras sus oídos captaban sus sencillas palabras, a las cuales siempre tenía algo que responder.
- La simpleza siempre terminará bloqueando nuestros ojos, supongo que es algo natural.-le diría, encogiendo sus hombros con naturalidad, y sus ojos buscaban la inmensidad del cielo nocturno.
- ¿Sabe? No a todos les da lo mismo, tienden a sentirse desprotegidos, y en lo que a mi respecta, no siempre me llevo gratas sorpresas en los pensamientos ajenos.- intentó explicarle aquel curioso don que poseía con la mayor tranquilidad que le fue posible.
Detuvo su andar, y acomodando su vestido se sentó a la orilla de la fuente, sin contenerse de introducir sus pies descalzos en el agua de la misma, jugueteando con ellos, mientras una sensación de libertad llegó veloz a instalarse en su pecho.
- Nosotros vivimos en la obscuridad, pero no por eso debemos verlo todo así, Monsieur. Mi historia no debe ser muy diferente a la suya propia...- comentó, levantando la mirada hacía los ojos ajenos.
- ¿Que hago aquí? Busco un momento de paz, esos que muchas veces nos son privados, no pude pensar en un lugar mas acogedor que este. -terminó contándole, mientras realizaba un gesto con su mano izquierda, invitándolo a tomar asiento junto a ella.
Por alguna razón les había tocado conocerse esa noche, y quizás de la misma manera, juntos podrían ayudarse a cortar esas cadenas de recuerdos, sobre ese obscuro y tormentoso pasado con el que debían luchar día tras día.
- Y a usted Alejandro ¿Que lo trajo aquí?... ¿De que huye? - le preguntó con su voz llena de curiosidad, mostrando una expresión atenta a lo que pudiera ser la respuesta a tan extrañas preguntas formuladas.
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 445
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Edad : 33
Localización : La casa de la Esperanza
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
Sonreí ante sus palabras, pero en una sonrisa irónica. ¿Simpleza? No…la simpleza no era la que cubría nuestros ojos de la belleza latente de nuestro alrededor…era la pena la pena la que nos cubría los ojos, nos cegaba, nos dejaba en malas condiciones…era una pena pasar por tales cosas, cosas que realmente nos hicieran perder los colores, la vista, lo hermoso de la vida….pero las cosas tarde o temprano se recuperaban, pero eso no había pasado para mí, no aún. Miré a la mujer y con ojos tristes le comenté;
-Bueno…supongo que a veces, nuestros ojos se apagan y todo lo que vemos a nuestro alrededor se vuelve oscuro…usted tiene suerte mi lady de aún poder encontrar la brillantez y los secretos a las cosas que yo ya no puedo ver…por lo demás, de mi mente no os preocupéis, tal como vos sois capaz de ver en mi mente, puedo hacer que no veáis en ella. Pero tranquila, no lo haré, confío en vos, lady Leonor…-Dije, con unas palabras, para luego observarla sentarse a juguetear con la fuente.
Era extraño, sentía que poco a poco aquél lugar que estaba envuelto en muerte y en invierno revivía poco a poco… ¿Quizás de una forma extraña? ¿Quizás a causa de la misma muerte, las cosas resurgían de esta misma, de la nada? No podía entenderlo…me encontraba confundido y perdido en ese lugar, con aquella mujer, ¿Sería ella, quién me hacía confundirme? ¿O sería aquél lugar, aquél jardín que me había hecho dejar de entender todo? No podía comprenderlo, y mis pensamientos se revolvían pensando esto una y otra vez. Miré a los ojos a la mujer, cuando ella levanto la mirada, y le pregunté;
-¿Por qué decís que vuestra historia se parece a la mía, mi lady? Sería para mi agradable escuchar vuestra historia…y supongo que tenéis razón, solo lugares como estos son realmente tranquilos para pensar….cuando terminé con mi misión, siglos atrás, me fui al fondo de las montañas de los Pirineos, al pico más alto de todos, y allí estuve, manteniéndome débilmente a base de animales…hasta que me fueron a buscar para volver de nuevo a los combates de la vida, y ese día volví. –Dije, narrándole un poco de lo que había hecho yo cuando había estado en la misma posición de aquella mujer.
Habían sido treinta años…treinta años de solo alimentarme de aves y cabras que podía encontrar en aquellas extrañas extremaduras, de dormir día a día recordando mis recuerdos, sin poder sacarlos del peso de mi alma como lo deseaba. La miré a los ojos, y le respondí;
-Oh mi lady…creo que de lo único que huyo es de mí mismo. No temo a nada ni a nadie, ni si quiera a la Inquisición que ha aparecido hace un tiempo…lo único que temo es a mis propios pensamientos, y mis propios recuerdos…pero bueno, cada uno vive con su propia carga, mi lady, y yo he aceptado la mía como el guerrero acepta su espada para la batalla y la hora de la muerte…pero en fin, creo que no queréis escuchar mi historia de mí, ¿No? –Dije, con una sonrisa triste, y mirándola, esperé para ver que preguntas me quería hacer.
Me sentía cómodo con aquella mujer. Era extraño, pero ella me daba una extraña paz estando al lado de ella. La miré y miré a mi alrededor viendo como una pequeña nevazón comenzaba a caer poco a poco, marcando nuestras ropas.
-Bueno…supongo que a veces, nuestros ojos se apagan y todo lo que vemos a nuestro alrededor se vuelve oscuro…usted tiene suerte mi lady de aún poder encontrar la brillantez y los secretos a las cosas que yo ya no puedo ver…por lo demás, de mi mente no os preocupéis, tal como vos sois capaz de ver en mi mente, puedo hacer que no veáis en ella. Pero tranquila, no lo haré, confío en vos, lady Leonor…-Dije, con unas palabras, para luego observarla sentarse a juguetear con la fuente.
Era extraño, sentía que poco a poco aquél lugar que estaba envuelto en muerte y en invierno revivía poco a poco… ¿Quizás de una forma extraña? ¿Quizás a causa de la misma muerte, las cosas resurgían de esta misma, de la nada? No podía entenderlo…me encontraba confundido y perdido en ese lugar, con aquella mujer, ¿Sería ella, quién me hacía confundirme? ¿O sería aquél lugar, aquél jardín que me había hecho dejar de entender todo? No podía comprenderlo, y mis pensamientos se revolvían pensando esto una y otra vez. Miré a los ojos a la mujer, cuando ella levanto la mirada, y le pregunté;
-¿Por qué decís que vuestra historia se parece a la mía, mi lady? Sería para mi agradable escuchar vuestra historia…y supongo que tenéis razón, solo lugares como estos son realmente tranquilos para pensar….cuando terminé con mi misión, siglos atrás, me fui al fondo de las montañas de los Pirineos, al pico más alto de todos, y allí estuve, manteniéndome débilmente a base de animales…hasta que me fueron a buscar para volver de nuevo a los combates de la vida, y ese día volví. –Dije, narrándole un poco de lo que había hecho yo cuando había estado en la misma posición de aquella mujer.
Habían sido treinta años…treinta años de solo alimentarme de aves y cabras que podía encontrar en aquellas extrañas extremaduras, de dormir día a día recordando mis recuerdos, sin poder sacarlos del peso de mi alma como lo deseaba. La miré a los ojos, y le respondí;
-Oh mi lady…creo que de lo único que huyo es de mí mismo. No temo a nada ni a nadie, ni si quiera a la Inquisición que ha aparecido hace un tiempo…lo único que temo es a mis propios pensamientos, y mis propios recuerdos…pero bueno, cada uno vive con su propia carga, mi lady, y yo he aceptado la mía como el guerrero acepta su espada para la batalla y la hora de la muerte…pero en fin, creo que no queréis escuchar mi historia de mí, ¿No? –Dije, con una sonrisa triste, y mirándola, esperé para ver que preguntas me quería hacer.
Me sentía cómodo con aquella mujer. Era extraño, pero ella me daba una extraña paz estando al lado de ella. La miré y miré a mi alrededor viendo como una pequeña nevazón comenzaba a caer poco a poco, marcando nuestras ropas.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 112
Fecha de inscripción : 23/11/2013
Edad : 30
Localización : Spain
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
Las manos de la joven repasaban lentamente cada trazo que pudiera existir en la fuente; los pequeños detalles que se encargaban de darle un toque mucho mas sublime, armonizándola de manera suave, permitiendo que sea disfrutaba por quienes llegaban hasta ahí; esta noche, dos seres obscuros que compartían palabras, unas tras otras, sin entender aún que era lo que esperaban. Habían muchas explicaciones a su llegada ahí, cada cual, tan indescifrable como la anterior.
Realmente Leonor esperaba que el pudiera abrirse a disfrutar del lugar por completo, y no se resistiera a lo que estaba frente a sus ojos, y terminara por quitarse el invisible velo que le cegaba.
- No creo ser capaz de imaginar lo difícil que tuvo que ser esa situación, su trabajo es demasiado arduo y duro. Quizás solo son nuestros pensamientos los que nos asimilan, mas no nuestras aciones...- le dijo de manera tranquila, sonriendole con sinceridad, sosteniendo su mirada siempre que le fuera permitido.
- Mi historia no es demasiado relevante Monsieur, soy un alma que vaga por las noches por aquí, y por allá. Mas preferentemente en el bosque, aunque algunas veces me aventuro a lugares como estos, y termino encontrándome con otras almas curiosas...- le observó, he inclinando su mano, rozo con los dedos la congelada agua a sus espaldas.
-... La suya, en este caso. Pero siempre es algo agradable. -le confesó , dejando que sus ojos retomaran la vista al horizonte, y sus pensamientos volaran un poco mas.
Era extraño como la simple presencia del vampiro, le ayudaba a dar un suspiro de alivio, y hasta podía sentirse segura ¿En serio podía sentirlo luego de solo unos minutos, horas... tal vez?. Sinceramente la joven no estaba muy concentrada en el tiempo, los minutos no significaban nada para ella, solo aquel leve ardor que podía llegar a percibir, segundos antes de que la bola de fuego se alzara por sobre las montañas.
Su cabeza reposo levemente hacía atrás liberando su cabello, el cual caía delicadamente por su espalda, mientras la tenue luz de luna, resaltaba aquel tono rubio-rojizo del mismo. Se acomodaba, y cada vez sentía como su cuerpo liberaba esa tensión de la postura distante que mantenía.
Solo ladeo la cabeza hacía el costado que estaba sentado el, y buscando su mirada nuevamente, comentó.
- Me quedaría escuchando sus historias toda la noche Monsieur Alejandro, no dudo que deben ser miles y sumamente interesantes. No puedo negar que ha despertado la curiosidad en mi, debe conocer muchos lugares, y personas... es increíble.- todo aquello lo diría observándole con atención, siendo notoria la suave chispa de emoción en sus pupilas.
A la vampiresa le maravillaba el echo de tener ese amplio conocimiento, y claramente ella se sentía limitada, muy a pesar que podía ir literalmente corriendo, a cualquier sitio. Pero se sentía atada a su lugar de origen, y por mucho que algún día lograra alejarse, siempre regresaría ahí, a su hogar.
- Puede continuar contándome sus batallas, si gusta...-diciendo esto se levantó de manera veloz, quedando frente al joven que aún estaba sentado,y regalandole una dulce sonrisa le hizo un gesto de animo con su mano.
-... O también podemos ir a dar un paseo por el jardín, hay mucho que ver, y como sabe el tiempo nocturno el limitado. - susurraría en un tono mas bajo, mientras aguardaba la decisión de su acompañante, disfrutando de la nieve que comenzaba a caer silenciosamente.
Realmente Leonor esperaba que el pudiera abrirse a disfrutar del lugar por completo, y no se resistiera a lo que estaba frente a sus ojos, y terminara por quitarse el invisible velo que le cegaba.
- No creo ser capaz de imaginar lo difícil que tuvo que ser esa situación, su trabajo es demasiado arduo y duro. Quizás solo son nuestros pensamientos los que nos asimilan, mas no nuestras aciones...- le dijo de manera tranquila, sonriendole con sinceridad, sosteniendo su mirada siempre que le fuera permitido.
- Mi historia no es demasiado relevante Monsieur, soy un alma que vaga por las noches por aquí, y por allá. Mas preferentemente en el bosque, aunque algunas veces me aventuro a lugares como estos, y termino encontrándome con otras almas curiosas...- le observó, he inclinando su mano, rozo con los dedos la congelada agua a sus espaldas.
-... La suya, en este caso. Pero siempre es algo agradable. -le confesó , dejando que sus ojos retomaran la vista al horizonte, y sus pensamientos volaran un poco mas.
Era extraño como la simple presencia del vampiro, le ayudaba a dar un suspiro de alivio, y hasta podía sentirse segura ¿En serio podía sentirlo luego de solo unos minutos, horas... tal vez?. Sinceramente la joven no estaba muy concentrada en el tiempo, los minutos no significaban nada para ella, solo aquel leve ardor que podía llegar a percibir, segundos antes de que la bola de fuego se alzara por sobre las montañas.
Su cabeza reposo levemente hacía atrás liberando su cabello, el cual caía delicadamente por su espalda, mientras la tenue luz de luna, resaltaba aquel tono rubio-rojizo del mismo. Se acomodaba, y cada vez sentía como su cuerpo liberaba esa tensión de la postura distante que mantenía.
Solo ladeo la cabeza hacía el costado que estaba sentado el, y buscando su mirada nuevamente, comentó.
- Me quedaría escuchando sus historias toda la noche Monsieur Alejandro, no dudo que deben ser miles y sumamente interesantes. No puedo negar que ha despertado la curiosidad en mi, debe conocer muchos lugares, y personas... es increíble.- todo aquello lo diría observándole con atención, siendo notoria la suave chispa de emoción en sus pupilas.
A la vampiresa le maravillaba el echo de tener ese amplio conocimiento, y claramente ella se sentía limitada, muy a pesar que podía ir literalmente corriendo, a cualquier sitio. Pero se sentía atada a su lugar de origen, y por mucho que algún día lograra alejarse, siempre regresaría ahí, a su hogar.
- Puede continuar contándome sus batallas, si gusta...-diciendo esto se levantó de manera veloz, quedando frente al joven que aún estaba sentado,y regalandole una dulce sonrisa le hizo un gesto de animo con su mano.
-... O también podemos ir a dar un paseo por el jardín, hay mucho que ver, y como sabe el tiempo nocturno el limitado. - susurraría en un tono mas bajo, mientras aguardaba la decisión de su acompañante, disfrutando de la nieve que comenzaba a caer silenciosamente.
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 445
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Edad : 33
Localización : La casa de la Esperanza
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
Miré a sus ojos directamente mientras ella hablaba, más que prestándole atención a sus palabras, prestándole atención a ella, sus detalles, sus gestos, sus ojos…estudiándola, poco a poco, anotando cada uno de sus detalles en mi memoria, para recordarla después. Realmente era una mujer hermosa. Cuando ella desvió su mirada miré en la misma dirección del horizonte, recordando lo que había escuchado, y comentándole;
-…Quizás le falte un poco de emoción a vuestra vida, mi lady, hasta el punto de que sienta que no le queda nada más ya por vivir…-Dije, para volver a mirarla con una sonrisa.
Eso era en parte cierto, en parte no…pues por más que hubiera vivido ocho siglos siempre encontraba personas nuevas que conocer, almas hermosas que vivir…aunque muchas de estas se fueran con el tiempo, y solo muy pocos quedaran para compartir la eternidad conmigo. Muchas veces había visto mi muerte venir, pero eso nunca había llegado a tocar, y aun así, sentía que había visto muchas cosas, y las personas eran lo único que era capaz de darle el color a mi vida que se había oscurecido tanto.
Sonreí ante sus palabras. ¿Miles de historias? Quizás, muy antiguas, llenas de sangre, desde el día que era humano, nada cambiaba, siempre había un nuevo enemigo que enfrentar, lo único que variaba era la fuerza de estos. Me había enfrentado a retos de los cuales jamás habría pensado que hubiera salido vivo, pero lo había logrado, a pesar de todo, lo había logrado. Y ahora estaba allí, en aquella fría noche de invierno contra una hermosa mujer de pelo rojizo…Observé un poco sobresaltado como se ponía de pie frente a mi como si nada, y escuchando sus palabras, me levanté y ofreciéndole mi brazo, de manera gentil, le comenté;
-Oh, mi lady, haremos algo mejor, os contaré mis historias mientras paseamos por el camino, mientras vos me mostráis la hermosura que mis viejos ojos ya no logran ver a primera vista. –Dije, mirándola con una sonrisa.
Por primera vez en varios siglos me sentía nervioso frente a una mujer, era muy bella, sus gestos, eran suaves, casi de princesa, pero a la vez, llenos de energía, calidez, empatía… ¿Qué me estaba intentando mostrar ella que no podía entender? Aún no lo comprendía del todo, y toda esa confusión ponía mi alma en una especie de transe que no lograba entender del todo. La miré, a la espera de seguir el camino que me mostraría aquel paseo nocturno, quizás uno de los más importantes…
-…Quizás le falte un poco de emoción a vuestra vida, mi lady, hasta el punto de que sienta que no le queda nada más ya por vivir…-Dije, para volver a mirarla con una sonrisa.
Eso era en parte cierto, en parte no…pues por más que hubiera vivido ocho siglos siempre encontraba personas nuevas que conocer, almas hermosas que vivir…aunque muchas de estas se fueran con el tiempo, y solo muy pocos quedaran para compartir la eternidad conmigo. Muchas veces había visto mi muerte venir, pero eso nunca había llegado a tocar, y aun así, sentía que había visto muchas cosas, y las personas eran lo único que era capaz de darle el color a mi vida que se había oscurecido tanto.
Sonreí ante sus palabras. ¿Miles de historias? Quizás, muy antiguas, llenas de sangre, desde el día que era humano, nada cambiaba, siempre había un nuevo enemigo que enfrentar, lo único que variaba era la fuerza de estos. Me había enfrentado a retos de los cuales jamás habría pensado que hubiera salido vivo, pero lo había logrado, a pesar de todo, lo había logrado. Y ahora estaba allí, en aquella fría noche de invierno contra una hermosa mujer de pelo rojizo…Observé un poco sobresaltado como se ponía de pie frente a mi como si nada, y escuchando sus palabras, me levanté y ofreciéndole mi brazo, de manera gentil, le comenté;
-Oh, mi lady, haremos algo mejor, os contaré mis historias mientras paseamos por el camino, mientras vos me mostráis la hermosura que mis viejos ojos ya no logran ver a primera vista. –Dije, mirándola con una sonrisa.
Por primera vez en varios siglos me sentía nervioso frente a una mujer, era muy bella, sus gestos, eran suaves, casi de princesa, pero a la vez, llenos de energía, calidez, empatía… ¿Qué me estaba intentando mostrar ella que no podía entender? Aún no lo comprendía del todo, y toda esa confusión ponía mi alma en una especie de transe que no lograba entender del todo. La miré, a la espera de seguir el camino que me mostraría aquel paseo nocturno, quizás uno de los más importantes…
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 112
Fecha de inscripción : 23/11/2013
Edad : 30
Localización : Spain
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
La nevada que había comenzado solo con un leve susurro al viento, lentamente comenzaba a hacer mas intensa, acompañada siempre por una ventisca suave que terminaba por juguetear con los cabellos de la joven, y del hombre. Recordándoles de algún modo que estación del año marcaba la tendencia, y que por mucho que buscaran apreciar aquel lugar que antes se vestía de múltiples colores, el crudo invierno haría su parte, dejando todo cubierto por el congelado manto que ahora se hallaba bajo sus pies.
Los ojos sumisos de Leonor se elevaban de tanto en tanto, buscando los ajenos, que siempre se hallaban serenos y acogedores, dándole a ella una comodidad que le permitía expresarse aún con mas libertad, sin llegar a pensar demasiado, solo dejando que las palabras salieran de sus labios sin restricciones.
- Puede que tenga razón, aún soy joven, no aparento mucho mas de mi edad real, la verdad solo un año me ha tocado vivir protegida bajo el lecho nocturno, sin volver a apreciar la luz solar... un tiempo que por escaso que sea, ha significado miles de cambios, y duros momentos...- comenzó a contarle, mientras a su mente llegaban arremolinarse cientos de escenas de lo que había sido su vida, luego de su conversión.
-... Pero que sin lugar a dudas, me han convertido en alguien mucho mas fuerte, de lo que era hace solo unos meses atrás.- comentó, mientras observaba como el también se ponía de pie y lentamente, se sostenía de su brazo para comenzar a caminar con tranquilidad por el jardín.
Estaba claro que la serenidad del vampiro, le impedía entender el punto de vista tan liberal de Leonor. Quien por su parte, jamás había gozado de grandes lujos, ni riquezas en demasía. A ella siempre se le enseñó a valorar y dar gracias a las cosas sencillas y hermosas que la vida regala. A apreciar a las personas por lo que son en su interior y no por lo que poseen. Era por esa misma razón que al haberse encontrado con el, un duque, no se sentía inferior ni mucho menos, al contrario, buscaba por todos los medios que el también se olvidara de su cargo y fijara su vista en lo que ahora se le era ofrecido.
Acompasó el paso y su velocidad, gustaba de disfrutar de la compañía que tenía esa noche, y también abrazar así de alguna manera, esa tranquilidad que le había llegado, de manera tan firme, como inesperada.
- Espero algunas de sus historias tengan finales felices, la vida por lo general es difícil, mas en su caso, pero siempre existe la luz al final del túnel ¿no? - preguntó con voz dulce, mientras su mirada era alzada nuevamente, a la par que una sonrisa deslumbrante se hizo presente en su rostro. Realmente la joven disfrutaba aún así, del invierno.
La mano de la vampiresa se levantó, recibiendo un copo de nieve, el cual por la temperatura de su piel no se derritió y se mantuvo intacto. Luego de esto busco los ojos de el, y se lo ofreció dejando que el copo cayera en la palma ajena.
- Un regalo por su compañía, Monsieur. El apreciar la belleza, es también sentir lo que lo demás no pueden...- le aseguró sin dejar de sostener su mirada ni un segundo, esperando que cualquier duda que llegara a su mente, la compartiera sin temor con ella.
Los ojos sumisos de Leonor se elevaban de tanto en tanto, buscando los ajenos, que siempre se hallaban serenos y acogedores, dándole a ella una comodidad que le permitía expresarse aún con mas libertad, sin llegar a pensar demasiado, solo dejando que las palabras salieran de sus labios sin restricciones.
- Puede que tenga razón, aún soy joven, no aparento mucho mas de mi edad real, la verdad solo un año me ha tocado vivir protegida bajo el lecho nocturno, sin volver a apreciar la luz solar... un tiempo que por escaso que sea, ha significado miles de cambios, y duros momentos...- comenzó a contarle, mientras a su mente llegaban arremolinarse cientos de escenas de lo que había sido su vida, luego de su conversión.
-... Pero que sin lugar a dudas, me han convertido en alguien mucho mas fuerte, de lo que era hace solo unos meses atrás.- comentó, mientras observaba como el también se ponía de pie y lentamente, se sostenía de su brazo para comenzar a caminar con tranquilidad por el jardín.
Estaba claro que la serenidad del vampiro, le impedía entender el punto de vista tan liberal de Leonor. Quien por su parte, jamás había gozado de grandes lujos, ni riquezas en demasía. A ella siempre se le enseñó a valorar y dar gracias a las cosas sencillas y hermosas que la vida regala. A apreciar a las personas por lo que son en su interior y no por lo que poseen. Era por esa misma razón que al haberse encontrado con el, un duque, no se sentía inferior ni mucho menos, al contrario, buscaba por todos los medios que el también se olvidara de su cargo y fijara su vista en lo que ahora se le era ofrecido.
Acompasó el paso y su velocidad, gustaba de disfrutar de la compañía que tenía esa noche, y también abrazar así de alguna manera, esa tranquilidad que le había llegado, de manera tan firme, como inesperada.
- Espero algunas de sus historias tengan finales felices, la vida por lo general es difícil, mas en su caso, pero siempre existe la luz al final del túnel ¿no? - preguntó con voz dulce, mientras su mirada era alzada nuevamente, a la par que una sonrisa deslumbrante se hizo presente en su rostro. Realmente la joven disfrutaba aún así, del invierno.
La mano de la vampiresa se levantó, recibiendo un copo de nieve, el cual por la temperatura de su piel no se derritió y se mantuvo intacto. Luego de esto busco los ojos de el, y se lo ofreció dejando que el copo cayera en la palma ajena.
- Un regalo por su compañía, Monsieur. El apreciar la belleza, es también sentir lo que lo demás no pueden...- le aseguró sin dejar de sostener su mirada ni un segundo, esperando que cualquier duda que llegara a su mente, la compartiera sin temor con ella.
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 445
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Edad : 33
Localización : La casa de la Esperanza
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
Escuché las palabras de Leonor con gran atención, y me sorprendí un poco. Vaya, ¿Una vampira recién convertida tan calmada? Me sorprendía bastante que estuviera sola y sin un sire que la acompañara. La miré interesado, preguntándome quién la habría convertido, como, cuando, en que momento…por lo que decidí partir de a poco. Miré al frente y luego a ella, de reojo, y le pregunté;
-Me sorprende lo poco que lleváis siendo vampiro, y se cuán difícil es al principio…sobre todo con la sed, la eterna sed. ¿Cómo la lleváis? ¿Cómo os transformaron? ¿Necesitáis ayuda? Os puedo ayudar…llevo casi ocho siglos siendo un vampiro, por lo que los consejos de alguien como yo os beneficiarán bastante, mi lady. –Dije, mirándola con una pequeña sonrisa.
Era cierto todo lo que le decía, más de ocho siglos siendo vampiro. Había aprendido con el tiempo más que ser una maldición, había sido una oportunidad para convertirme en el guerrero perfecto, para formar mi vida, y batallar contra mis enemigos. Mi mente se llenó de recuerdos de batallas, en las cuales mi espada relampagueaba como un rayo entre las carnes de mis enemigos, alcanzando sus corazones y sus cabezas como si se tratara de sembrar y cosechar. Miré a la mujer, intentando dejar de pensar en recuerdos, y prestarle atención. Escuché sus palabras y sonriendo, miré al frente y le comenté;
-Oh, mi lady, todos esperamos ver esa luz al final del túnel, es problema es ver que tan largo y oscuro es el túnel…tarde o temprano entenderéis mi lady, que por más bien y cosas que uno obtenga al llegar a su vida vampírica, estos beneficios igualmente atraen problemas de un tamaño similar. Tarde o temprano os encontraréis con enemigos temibles, que os parecerán irrefrenables, los cuales solo querrán destruirla por el simple deseo de la destrucción. Yo me he enfrentado muchas veces a esos hombres y mujeres, y la mayoría de las veces he debido pagar el precio terrible de la guerra, pero no por eso he dejado de aprender de lo hermoso que es la vida vampírica mi lady. Ahora que la Inquisición está incipiente sobre París, tarde o temprano aparecerá ese nuevo enemigo para enfrentarse a mí, por lo que prefiero estar preparado para la batalla del mañana, como vos, tarde o temprano, deberéis estarlo. –Dije, mirándola directamente a los ojos.
Era cierto, cada una de las palabras que le decía, y como ella me había parecido una buena persona, prefería hablarle directamente, sobre todo por cómo se veía…no quería que una vida tan bella como la de ella acabara de la nada en un montón de cenizas, y la única forma de la cual ella se protegiera de aquél destino es que supiera que tenía enemigos, siempre los tendría, ya fueran licántropos, cazadores, o bien, otros vampiros. Observé el copo de nieve de su mano, y tomándolo con delicadeza lo observé con una sonrisa, manteniéndolo en mi mano unos segundos, sonreí, mirándola directamente a los ojos, mientras estos brillaban con un brillo extraño…
¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había recibido un regalo de alguien? ¿Un año? ¿Una decena de años? ¿Un siglo? No lo podía recordar…solo recordaba el último regalo que había recibido; una tonada en violín que había escrito Leothir para mí, mucho tiempo atrás…aún podía escuchar la melodía sonar perfectamente en mi memoria, como si ella estuviera allí, tocándola, en ese mismo instante…miré a Leonor con una sonrisa, y le respondí;
-Te…lo agradezco, Leonor…aunque sea algo sin valor alguno, me has recordado lo importante que puede significar un regalo, y un hecho de un algo sin valor…gracias. –Dije, mirándola con una gran sonrisa, sin saber qué hacer.
Me había quedado sin palabras, y realmente no sabía qué hacer. Me sentía confuso en ese momento, y a la vez, tan, pero tan sorprendido, que me había confundido. ¿Qué debía hacer ahora?
-Me sorprende lo poco que lleváis siendo vampiro, y se cuán difícil es al principio…sobre todo con la sed, la eterna sed. ¿Cómo la lleváis? ¿Cómo os transformaron? ¿Necesitáis ayuda? Os puedo ayudar…llevo casi ocho siglos siendo un vampiro, por lo que los consejos de alguien como yo os beneficiarán bastante, mi lady. –Dije, mirándola con una pequeña sonrisa.
Era cierto todo lo que le decía, más de ocho siglos siendo vampiro. Había aprendido con el tiempo más que ser una maldición, había sido una oportunidad para convertirme en el guerrero perfecto, para formar mi vida, y batallar contra mis enemigos. Mi mente se llenó de recuerdos de batallas, en las cuales mi espada relampagueaba como un rayo entre las carnes de mis enemigos, alcanzando sus corazones y sus cabezas como si se tratara de sembrar y cosechar. Miré a la mujer, intentando dejar de pensar en recuerdos, y prestarle atención. Escuché sus palabras y sonriendo, miré al frente y le comenté;
-Oh, mi lady, todos esperamos ver esa luz al final del túnel, es problema es ver que tan largo y oscuro es el túnel…tarde o temprano entenderéis mi lady, que por más bien y cosas que uno obtenga al llegar a su vida vampírica, estos beneficios igualmente atraen problemas de un tamaño similar. Tarde o temprano os encontraréis con enemigos temibles, que os parecerán irrefrenables, los cuales solo querrán destruirla por el simple deseo de la destrucción. Yo me he enfrentado muchas veces a esos hombres y mujeres, y la mayoría de las veces he debido pagar el precio terrible de la guerra, pero no por eso he dejado de aprender de lo hermoso que es la vida vampírica mi lady. Ahora que la Inquisición está incipiente sobre París, tarde o temprano aparecerá ese nuevo enemigo para enfrentarse a mí, por lo que prefiero estar preparado para la batalla del mañana, como vos, tarde o temprano, deberéis estarlo. –Dije, mirándola directamente a los ojos.
Era cierto, cada una de las palabras que le decía, y como ella me había parecido una buena persona, prefería hablarle directamente, sobre todo por cómo se veía…no quería que una vida tan bella como la de ella acabara de la nada en un montón de cenizas, y la única forma de la cual ella se protegiera de aquél destino es que supiera que tenía enemigos, siempre los tendría, ya fueran licántropos, cazadores, o bien, otros vampiros. Observé el copo de nieve de su mano, y tomándolo con delicadeza lo observé con una sonrisa, manteniéndolo en mi mano unos segundos, sonreí, mirándola directamente a los ojos, mientras estos brillaban con un brillo extraño…
¿Cuánto tiempo había pasado desde la última vez que había recibido un regalo de alguien? ¿Un año? ¿Una decena de años? ¿Un siglo? No lo podía recordar…solo recordaba el último regalo que había recibido; una tonada en violín que había escrito Leothir para mí, mucho tiempo atrás…aún podía escuchar la melodía sonar perfectamente en mi memoria, como si ella estuviera allí, tocándola, en ese mismo instante…miré a Leonor con una sonrisa, y le respondí;
-Te…lo agradezco, Leonor…aunque sea algo sin valor alguno, me has recordado lo importante que puede significar un regalo, y un hecho de un algo sin valor…gracias. –Dije, mirándola con una gran sonrisa, sin saber qué hacer.
Me había quedado sin palabras, y realmente no sabía qué hacer. Me sentía confuso en ese momento, y a la vez, tan, pero tan sorprendido, que me había confundido. ¿Qué debía hacer ahora?
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 112
Fecha de inscripción : 23/11/2013
Edad : 30
Localización : Spain
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
Lentamente llegaron a la parte central del jardín, en el cual solo era capaz de apreciarse la blancura de la nieve sobre el césped, y entre ella, unos cuantos bancos que servían de reposo para los visitantes que servían para contenerlos luego de deambular, o solo observar.
Un recorrido simple, por un sitio igualmente sencillo, que no se veía invadido por las presencias de ellos, quienes por su parte solo avanzaban con suavidad, y aquella sombra sigilosa a la que de manera casi inconsciente estaban mas que acostumbrados, finalmente era la manera en que se desplazaban la mayor parte del tiempo.
Por unos minutos los labios de la vampiresa se encontraron completamente sellados, escuchando con una profunda atención las palabras del experimentado compañero nocturno.
- Mmm... la verdad no lo se, supongo que me aferré a mi humanidad, no deseaba convertirme en un monstruo sediento de sangre, sin respeto alguno por la vida de los demás. Se que puede sonar muy contradictorio, considerando la naturaleza que tenemos, pero es la manera en que yo opte llevar mi inmortalidad, y que de igual forma me lo ha echo mucho mas llevadero.- todo se lo explicaría con calma, haciendo que sus palabras sonaran como si hablara de algo completamente normal.
- Fui convertida por un vampiro que meses después desapareció, teniendo que arreglármelas por mi misma para comprender los cambios y consecuencias. Pero no puedo exponer reclamos de mi parte, fui yo quien escogió esta obscura...vida, si se le puede llamar así. De igual forma agradezco profundamente la ayuda que me ofrece, y sin duda si llego a necesitarla se lo haré saber, aunque no cuente con la certeza de volver a encontrarlo mas adelante- agregaría con un leve toque de nostalgia, el tener que recordar todo aquello era difícil para la joven.
Nuevamente su mirada se alzó hasta su rostro sereno, el intentaba explicarle que a pesar de que su inmortalidad se desenvolvía en calma, esa misma no era seguro que durara para siempre, y aquello no estaba tan lejos de un futuro que para ella aún era incierto.
- Se que tampoco puedo dejarme estar, confiando en que todo estará bien y no tendré mayores problemas a lo largo de los años, por que eso no lo se, y lo mas probable es que suceda.- comenzó mientras recordaba uno de los pocos enfrentamientos que había tenido, y no precisamente con uno de los suyos, si no con un brujo que la puso a prueba de la manera mas cruel posible.
- Intentaré mantener la guardia mas alta entonces, valoro su experiencia Monsieur, y si es usted mismo quien me lo dice, supongo que lo mas prudente es que acoga sus palabras.- Muy inteligente de su parte, el era la voz mas sabia ahí, ella simplemente era una inexperta aprendiendo a vivir.
Delineó una sonrisa en sus labios al notar la reacción de el, al recibir su insignificante detalle, que tal vez en segundos solo sería un diminuto recuerdo en su memoria.
- Eso es lo importante, no es algo relevante, ni con un valor indeterminable, pero se que fue capaz de sentirlo...- antes de terminar esa frase, su mano derecha se posó sobre el pecho ajeno, donde debería latir su ahora muerto corazón, y sostuvo su mirada.
-... Justo aquí. Son esas sensaciones que nos diferencian.- finalizó, mientras dejaba caer su mano con suavidad, y se alejaba un poco de el, jugando con su pies en las nieve, hasta acercarse a un rosal, el cual se hallaba completamente quemado por la helada. Con cuidado los dedos de la joven rozaron las ramas de este, haciendo que cayeran leves fragmentos al suelo.
- La naturaleza es mil veces mas letal que cualquiera de los que habitamos aquí, de eso no hay duda alguna.- murmuraría con tranquilidad, observando con atención la escena que tenía frente a sus ojos.
La vampiresa no sabía que esperar de el, no estaba segura si había comprendido a que buscaba llegar, o si sus acciones solo servían para desorientarlo mas. Pero las cosas por parte de Leonor seguirían dándose así, naturales y expresivas, al punto de llegar a verse distraída en sus propios pensamientos, pero aún así siempre estaría al pendiente de el, por que terminaba atrayendo su atención sin que pudiera evitarlo.
Un recorrido simple, por un sitio igualmente sencillo, que no se veía invadido por las presencias de ellos, quienes por su parte solo avanzaban con suavidad, y aquella sombra sigilosa a la que de manera casi inconsciente estaban mas que acostumbrados, finalmente era la manera en que se desplazaban la mayor parte del tiempo.
Por unos minutos los labios de la vampiresa se encontraron completamente sellados, escuchando con una profunda atención las palabras del experimentado compañero nocturno.
- Mmm... la verdad no lo se, supongo que me aferré a mi humanidad, no deseaba convertirme en un monstruo sediento de sangre, sin respeto alguno por la vida de los demás. Se que puede sonar muy contradictorio, considerando la naturaleza que tenemos, pero es la manera en que yo opte llevar mi inmortalidad, y que de igual forma me lo ha echo mucho mas llevadero.- todo se lo explicaría con calma, haciendo que sus palabras sonaran como si hablara de algo completamente normal.
- Fui convertida por un vampiro que meses después desapareció, teniendo que arreglármelas por mi misma para comprender los cambios y consecuencias. Pero no puedo exponer reclamos de mi parte, fui yo quien escogió esta obscura...vida, si se le puede llamar así. De igual forma agradezco profundamente la ayuda que me ofrece, y sin duda si llego a necesitarla se lo haré saber, aunque no cuente con la certeza de volver a encontrarlo mas adelante- agregaría con un leve toque de nostalgia, el tener que recordar todo aquello era difícil para la joven.
Nuevamente su mirada se alzó hasta su rostro sereno, el intentaba explicarle que a pesar de que su inmortalidad se desenvolvía en calma, esa misma no era seguro que durara para siempre, y aquello no estaba tan lejos de un futuro que para ella aún era incierto.
- Se que tampoco puedo dejarme estar, confiando en que todo estará bien y no tendré mayores problemas a lo largo de los años, por que eso no lo se, y lo mas probable es que suceda.- comenzó mientras recordaba uno de los pocos enfrentamientos que había tenido, y no precisamente con uno de los suyos, si no con un brujo que la puso a prueba de la manera mas cruel posible.
- Intentaré mantener la guardia mas alta entonces, valoro su experiencia Monsieur, y si es usted mismo quien me lo dice, supongo que lo mas prudente es que acoga sus palabras.- Muy inteligente de su parte, el era la voz mas sabia ahí, ella simplemente era una inexperta aprendiendo a vivir.
Delineó una sonrisa en sus labios al notar la reacción de el, al recibir su insignificante detalle, que tal vez en segundos solo sería un diminuto recuerdo en su memoria.
- Eso es lo importante, no es algo relevante, ni con un valor indeterminable, pero se que fue capaz de sentirlo...- antes de terminar esa frase, su mano derecha se posó sobre el pecho ajeno, donde debería latir su ahora muerto corazón, y sostuvo su mirada.
-... Justo aquí. Son esas sensaciones que nos diferencian.- finalizó, mientras dejaba caer su mano con suavidad, y se alejaba un poco de el, jugando con su pies en las nieve, hasta acercarse a un rosal, el cual se hallaba completamente quemado por la helada. Con cuidado los dedos de la joven rozaron las ramas de este, haciendo que cayeran leves fragmentos al suelo.
- La naturaleza es mil veces mas letal que cualquiera de los que habitamos aquí, de eso no hay duda alguna.- murmuraría con tranquilidad, observando con atención la escena que tenía frente a sus ojos.
La vampiresa no sabía que esperar de el, no estaba segura si había comprendido a que buscaba llegar, o si sus acciones solo servían para desorientarlo mas. Pero las cosas por parte de Leonor seguirían dándose así, naturales y expresivas, al punto de llegar a verse distraída en sus propios pensamientos, pero aún así siempre estaría al pendiente de el, por que terminaba atrayendo su atención sin que pudiera evitarlo.
Leonor Daxmins- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 445
Fecha de inscripción : 22/10/2012
Edad : 33
Localización : La casa de la Esperanza
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Caminando por los Jardines [Leonor]
Cuando escuché sus palabras la miré realmente extrañado. ¿Monstruos sedientes de sangre? ¿Aferrarse a la humanidad? ¿De qué estaba hablando ella? Para mí la mayor humanidad que podía tener era el tomar decisiones, el aceptar lo que era, el poder luchar como quién era y tener conciencia, pues la conciencia nuestra era si éramos unos monstruos sedientes de sangre o no lo éramos. Terminé de escuchar las palabras de como ella se convirtió, y finalmente, le comenté mi parecer;
-Nosotros no somos humanos por hacer ‘’cosas buenas’’, por no tomar sangre de nuestros hermanos o por asesinar o no asesinar personas; Nosotros somos humanos porque tenemos conciencia de nuestros actos, porque podemos decidir entre beber o no beber sangre, porque podemos decidir morirnos por la falta de esta, porque podemos decidir salir al sol y morir al día siguiente. Nosotros somos humanos por quienes somos, Leonor, no por lo que hacemos. Deja de temer a tu maldita naturaleza, pues es quién eres ahora, y vivirás con eso por el resto de tus días, mientras aún estés viva. –Dije, sentenciando mis palabras.
Prefería explicarle todo de una forma directa y dura cosa que ella entendiera, antes que dejarla que siguiera creyendo tal estupidez, quizás, por mismos pensamientos como ese, era que había vampiros intentando hacerse los buenitos enfrentándonos con la Inquisición. Sabía que lo más duro de un vampiro recién creado era resistir la sed, pero, si ella tenía un ideal fuerte, lo vencería, pues de eso se trataba, simplemente. Luego, cuando me comentó lo otro, no le añadí ningún detalle al tema. Ella sabía lo que haría, y si realmente había combatido con un brujo, es porque ya sabía cómo enfrentarse a ellos, cosa que era suficiente. Luego, cuando ella terminó de hablar de la naturaleza, le comenté;
-Oh, mi lady, la naturaleza sola simplemente es destructiva cuando lo desea, pero nuestra naturaleza es destructiva siempre, la naturaleza del hombre es devoradora, se consume a sí misma y al mundo que lo rodea. Siempre habrá alguien que desea matar al otro, por lo tanto, siempre estaremos en una guerra constante. En este mismo momento, la Inquisición planea una guerra entera para enfrentarse a nosotros, mientras que, las personas sobrenaturales y entes, planean hacer algo parecido. El mundo siempre está en paz consigo mismo, pero nosotros no somos capaces ni de ser pacíficos con nuestras propias almas, Leonor. –Dije, comentando con una sonrisa triste.
Eso era cierto, cada una de mis palabras, y ella lo sabía. Volví a tener imágenes en mi cabeza de los recuerdos en las batallas que había participado y visto, licántropos contra licántropos, vampiros contra vampiros, y todos contra todos, de hecho, las imágenes que más abundaban en mi mente eran terribles asaltos y violaciones que había detenido bajo el fulgor de mi espada en contra de almas inocentes que había visto a lo largo de los siglos, lo cual, era algo de nunca acabar.
-Nosotros no somos humanos por hacer ‘’cosas buenas’’, por no tomar sangre de nuestros hermanos o por asesinar o no asesinar personas; Nosotros somos humanos porque tenemos conciencia de nuestros actos, porque podemos decidir entre beber o no beber sangre, porque podemos decidir morirnos por la falta de esta, porque podemos decidir salir al sol y morir al día siguiente. Nosotros somos humanos por quienes somos, Leonor, no por lo que hacemos. Deja de temer a tu maldita naturaleza, pues es quién eres ahora, y vivirás con eso por el resto de tus días, mientras aún estés viva. –Dije, sentenciando mis palabras.
Prefería explicarle todo de una forma directa y dura cosa que ella entendiera, antes que dejarla que siguiera creyendo tal estupidez, quizás, por mismos pensamientos como ese, era que había vampiros intentando hacerse los buenitos enfrentándonos con la Inquisición. Sabía que lo más duro de un vampiro recién creado era resistir la sed, pero, si ella tenía un ideal fuerte, lo vencería, pues de eso se trataba, simplemente. Luego, cuando me comentó lo otro, no le añadí ningún detalle al tema. Ella sabía lo que haría, y si realmente había combatido con un brujo, es porque ya sabía cómo enfrentarse a ellos, cosa que era suficiente. Luego, cuando ella terminó de hablar de la naturaleza, le comenté;
-Oh, mi lady, la naturaleza sola simplemente es destructiva cuando lo desea, pero nuestra naturaleza es destructiva siempre, la naturaleza del hombre es devoradora, se consume a sí misma y al mundo que lo rodea. Siempre habrá alguien que desea matar al otro, por lo tanto, siempre estaremos en una guerra constante. En este mismo momento, la Inquisición planea una guerra entera para enfrentarse a nosotros, mientras que, las personas sobrenaturales y entes, planean hacer algo parecido. El mundo siempre está en paz consigo mismo, pero nosotros no somos capaces ni de ser pacíficos con nuestras propias almas, Leonor. –Dije, comentando con una sonrisa triste.
Eso era cierto, cada una de mis palabras, y ella lo sabía. Volví a tener imágenes en mi cabeza de los recuerdos en las batallas que había participado y visto, licántropos contra licántropos, vampiros contra vampiros, y todos contra todos, de hecho, las imágenes que más abundaban en mi mente eran terribles asaltos y violaciones que había detenido bajo el fulgor de mi espada en contra de almas inocentes que había visto a lo largo de los siglos, lo cual, era algo de nunca acabar.
Alejandro Máximo- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 112
Fecha de inscripción : 23/11/2013
Edad : 30
Localización : Spain
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» · Jardines ·
» Un paseíto nocturno por los jardines (LIBRE)
» Soleado encuentro en los jardines [ Candice Flamand ]
» Leonor de Aragon
» Moonchild {Leonor J. Carmilla Ficha}
» Un paseíto nocturno por los jardines (LIBRE)
» Soleado encuentro en los jardines [ Candice Flamand ]
» Leonor de Aragon
» Moonchild {Leonor J. Carmilla Ficha}
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour