Jugando con lo prohibido (Privado-Flashback)

por **Gretchen Döhler** Lun Dic 02, 2013 1:59 pm

Un día como otro cualquiera Gretchen despertaba en la mullida cama de su adorada habitación, los días que le quedaban allí estaban contados pues su destino había sido escrito y debía viajar lo antes posible a Escocia a cuidar de su anciana tía. No le habían pedido opinión al respecto y en parte no estaba en desacuerdo pues iba a conocer nuevas tierras pero la sola idea de separarse de sus hermanos...eso la aterraba solo de pensarlo.

Con un pequeño bostezo y estirándose cual gato al despertar se bajó de la cama y tras ponerse una ligera bata de seda que apenas cubría su cuerpo de mujer fue con una gran sonrisa hacia el dormitorio de sus hermanos, quería sorprenderlos, tendrían la casa para ellos solos y hoy quería disfrutarlo, quizás ir un paso más allá y confesarles lo que a su corazón no paraba de llegarle cada vez que los veía.

A grandes zancadas caminó por el largo pasillo hasta llegar a la puerta de la habitación de Dié y sin pensarlo la abrió tirándose en la cama a su lado empezando a sonreír.-Dié, vamos despierta dormilón, hoy quiero que pasemos el día los tres juntos

por **Diègue Theodor Döhler** Lun Ene 13, 2014 2:10 pm

Existen noches cuando un monarca debe amanecerse ¿por qué? Bien por lo de siempre, velar por aquel poblado que el corresponde, aquella ciudad a la que debe mantener en orden, paz y justicia, así que siempre hay nuevas cosas por hacer, de paso proyectos de negocios comunales entre los poblados y aldeas aledañas que lindaban con Silicia y lo que más le ponía de malas eran las leyes, estamentos que estaban en toda aquella época feudal donde muchas eran para su mente dividida de mal gusto y de deshonra así que tenía que modificar con sus consejeros y consultores, con los cuales siempre terminaba en una discusión y claro tampoco ayuda al dolor de cabeza el contar con un hermano que se aparece y desaparece a su antojo, que se manifiesta en su mente como fuera como un espíritu y lo hace ver como un loco, cuerdo pero loco, o cuando aparecía en algún forma que espantaba a quien se encontrara alrededor de él.

Tenía en su habitación un tratado nuevo de ley, algo sobre las uniones y lo que se llama “prima nocte” algo que le molestaba mucho, así que a la cama se fue pensando en ello con la voz de su hermano indicándole que acepte.

Si lo hago, también involucra a nuestra hermana
Y?
Como que ¿y?, no ves lo que significa
La verdad? No
RISAS.

Los papeles van y vienen y el sueño a altas hora de la madrugada siempre acaba haciendo ceder el cuerpo humano, sobre una cama de finas sedas y con dos hombres en ella.

8:30 Am
Un pequeño sonido inunda el silencio, paz y quietud de la habitación pero no levanta a los que estaban en la cama es más aquellos zapatos no se escuchaban incluso cuando su dueña tomaba aquellos papeles y los dejaba sobre la mesa, ¿quién era? Su sirvienta, una joven muy amable que siempre disfrutaba de ayudar a los brujos en lo que les pedía, aun cuando era lo más loco como las peticiones de Theo, ella era la única que sabía la verdad de ellos.

10:00 Am
El ruido de una voz conocida y el zarandeo de aquellas manos femeninas hacen que despierten –Vasta iremos más tarde, ven acuéstate conmigo hermana- la ilusión aparece sentando al marco de la ventana fumando un cigarro –mejor siéntate en mis piernas pequeña, y ponte a saltar-- la risa le hace despertar al otro brujo –Callad estoy cansado- se sienta mirando a sus hermanos, pero él y su hermano que no está, pero que siempre está junto a él, saben que su hermana jamás descansará hasta conseguir lo que quiere, se pone de pie caminando al baño, para acicalarse.

11:00 Am
Sale del baño con el cabello mojado, afeitado el rostro, el cabello corto recién cortado, tras de él sale una mujer con una toalla y sus cabellos en él, Diègue sonríe mientras sale con su traje negro listo para salir, luego entra Theo al baño pero sale enseguida vestido igual de negro, como ilusión

–Bien a donde vamos-

Responden al unísono caminando saliendo los tres de la habitación.

por **Gretchen Döhler** Lun Feb 03, 2014 2:11 pm

Gretchen rió ante las palabras de su hermano y se abrazó mas a él intentando hacerle cosquillas aunque cuando por fin lo vio salir al baño dio un pequeño grito de victoria. Ya solo quedaban un par de días para que se fuera a Escocia y antes de irse tenía un plan que quería cumplir.

Se quedó en la cama tumbada mientras esperaba a Dié, ¿cómo podía ser que él tardara más que ella en asearse? Empezaba a impacientarse y hasta se atrevió a acercarse a la puerta y mirar por la rendija aunque al verlo desnudo se ruborizó y volvió a correr hacia la cama para que no la viera. ¿Qué pasaría cuando quisiera llevar su plan a cabo hasta el final?

Cuando lo vio salir del baño fue hacia él como cuando eran un poco pequeños y le dio un gran abrazo así como un beso, esta vez en la comisura de los labios.

-¿Por qué no vamos a cabalgar? Voy a extrañar a Perla y podríamos ir al lago hacia la cascada…

por **Diègue Theodor Döhler** Vie Feb 07, 2014 8:40 pm

Mira que la pequeña quiere cabalgar
Compórtate
O si no?
Risas.

Theo sentado a la ventana miró a su hermana con la petición hacia su hermano, este dio un calada a su cigarro más fuerte soltando el humo lento, riéndose mirando en complicidad a su hermano que abrazaba a su pequeña hermana besándole Die en la frente a ella, un beso cargado de cariño y protección con una promesa de “siempre te cuidaremos”, Theo se levantó de la habitación directo a las caballerizas de la mansión, del castillo mejor dicho, para que los ensillen y tenerlos listo tres de los mejores ejemplares para sus tres dueños; mientras tanto Die abrazaba a su hermana acariciándole los brazos

-Lo que tú quieras pequeña, todo lo que tú quieres puedes pedirlo que te lo concederemos, ya sabes, Theo y yo te amamos lo suficiente como para negarte nada-

Entre sonrisas tomo la mano de su hermana con la suya saliendo de la habitación por el pasillo de aquel castillo pulcro y lujoso, al bajar las escalera regresa la mira a su pequeña hermana sonriéndole

-Sabes que Theo estaba hablando la otra noche sobre cuidarte más, ya que estas en una edad donde los pretendientes deben llegarte y alargarte para contraer nupcias, y eso le preocupa a The pero no es porque no quiera dejarte casarte, sino porque muchos querrán tú sabes hermana, eres de la monarquía de Escocia y tienes un par de hermanos extraños y uno es de la monarquía del imperio, y el otro hermano muerto que aparece y desaparece a su conveniencia en mi cuerpo, así que eso asustaría a cualquiera- suspira profundamente soltando la mano de caminando por el salón principal, aquel salón tan amplio, sus pasos se escuchan como un eco hasta la puerta donde dos sirvientes le abren de par en par, directo a un jardín privado con rosales y árboles de cerezos, con una fuente hacia un lado y hacia el otro costado una glorieta, camina por el sendero de pequeñas piedras cruzando el jardín hasta el este del castillo justo a las caballerizas viendo a su hermano como organizaba todo

-El hecho es Gretchen que no es que no queramos que te cases, es solo que, será difícil dejarte ir tan pronto, cuando hemos estado tan separados- suspira nuevamente abriendo los ojos –los recuerdos de niños vienen a nuestra cabeza, recuerda comparto recuerdos con Theo y es aún peor, cada uno de nosotros tiene un punto de vista diferente y sentimos que te perderemos pronto, aunque Theo te trate de esa manera tan hostil, y tan grosero, no te odia, él te ama igual o más que cualquier otro hermano- Llegando a donde su hermano, Theo les mira riéndose

--Vaya vaya porque han tardado, o es que se pusieron a follar sin mi, malditos envidiosos, eran de que me inviten—

Entre risas de los dos brujos traen la llegua de su hermana, Theo extiende su mano a su hermana para ayudarle a montar

--Vamos pequeña, vente que te cojo para que montes—

La risa socarrona con un doble sentido en cada una de sus palabras hacen que los dos hermano se rían como cómplices mientras Die monta a su caballo negro, dejando el caballo blanco para su hermana, y otro caballo negro para Theo.

por **Gretchen Döhler** Mar Mar 04, 2014 4:40 pm

Gretchen escuchaba atenta las palabras de sus hermanos mientras internamente se iba poniendo un poco más nerviosa, quería tener esa primera vez con ellos y si no se movían pronto de ahí el valor que había acumulado en estos días se iba a esfumar rápidamente.

-Dié se que es una gran responsabilidad, nunca se me ha dado bien tratar con hombres pero se que vosotros no dejaréis que alguien inadecuado se case conmigo.-Para Gret la idea del matrimonio era un mero papel, aunque estaba enamorada perdidamente de sus hermanos sabía que tarde o temprano tendría que casarse y tener hijos para no ser tachada de una solterona como su tía.

Mientras caminaban su vista se posó en un pequeño pajarillo en una de las ramas de un cerezo, adoraba esos árboles y aun más cuando florecían, era una imagen que iba a extrañar mucho en su nuevo destino pues los rumores qe llegaban de las tierras escocesas es que allí apenas salía el sol. Mirándolo por el lado bueno su piel se mantendría blanca como la porcelana.

Gret rió ante el comentario de Theo, aunque era el mas desvergonzado y a veces hacía que sus mejillas se tiñeran de un rojo intenso adoraba esos momentos y aun más por lo que ultimamente la hacía sentir con sus palabras. Le dio una suave caricia a su yegua Perla que andaba algo inquieta y antes de subirse en el caballo se acercó a Theo para susurrarle en el oído.-Luego dejaré que me montes de verdad…

Sacándole la lengua montó rápidamente en Perla y la hizo galopar en dirección hacia la cascada, no iba a esperarlos y decidió que era bueno por primera vez dejar a Theo con la palabra en la boca aunque sintió que tardarían poco en darle caza. Fue la primera en llegar a la cascada y tras dejar a su yegua atada comiendo hierba y observando bien que nadie merodeara se empezó a desnudar por completo quedándose como dios la trajo al mundo antes de meterse en el lago y esperar a sus hermanos. El plan había comenzado.

por **Diègue Theodor Döhler** Sáb Mar 08, 2014 1:12 am

El viento matutino en el prado es como una caricia a la piel, suave, tranquila y delicada, como si fuera los dedos de una amante despertando a su amado del lecho, pero cuando se va a caballo aquello puede resultar algo más fuerte, dependiendo de la velocidad del arreo y de la compañía, ahora eran tres hermanos, tres hermanos que buscaban encontrar el anhelo del pasado cuando eran niños y vivían con sus padres, con sus cariños y caricias nocturnas, los tres siempre juntos.

Die miró a su hermana subir a la yegua sonriéndole, justo cuando el subía a su corcel negro –No deberías tentar a Theo de esa forma pequeña, podría armarse una guerra- susurra aquellas palabras cuando toma las riendas de su caballo y agradece al joven mozo por ayudarle el cual le pasa algo que él guarda dentro de su chaqueta, sonriendo a sus dos hermanos, Theo pro su lado montó mirando a sus hermanos con una sonrisa de oreja a oreja –Vaya vaya, pero si me conocéis bien ambos, así que saben que una promesa hecha jamás debe ser deshecha verdad—ríe y da una calada a su cigarro dejándola en manos del joven que le ayudó.

Theo sale primero en la cabalgata corriendo a velocidad, Die da el andar lento, golpeando levemente a su compañero, una vez alejados de las caballerizas, saca aquello que le pasó su ayudante, era un libro, lo abre y comienza a leerlo lentamente con una sonrisa en los labios se dirige a su hermana –Bien ya estamos dando un paseo, pequeña, y ahora? Sabes que no tengo mucho tiempo, para la tarde deberé volver a encargarme de unos pequeños asuntos que me han llegado recién- vuelve a sonreir mirando a Theo –Eh Theo no apresures el paso, disfruta de la vista y la compañía- regresa a ver a su hermana, Theo a unos cuantos pasos de ellos hace que el caballo se pare en dos patas, riéndose –Bueno apuraos vosotros el paso, no, además mi hermanita me ha hecho una promesa y estoy ansioso porque la cumpla como lo hacen las Escocesas, ¿verdad Gret? Y admiró mejor las vistas que tu hermanito- se ríe sardónicamente.

Die niega con la cabeza, bajando la mirada a su lectura el libro The Indian Emperor de John Dryden, una obra en donde se ponía en juego parte de él, era su literatura favorita en viajes o en salidas con sus hermanos, lo mantenían a alejados de discusiones, y a Theo lo que siempre llevaba eran sus cigarros algo que le relajaba más que la aburrida lectura.

Lo cumplirá
No sé
Vamos a mi no me engañas
¿Qué?
Tú también
Rolling Eyes

Risas

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