Esteve Sa-Michelle

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Es alguien tranquilo, la paciencia es una de sus mejores virtudes y de las cualidades que más le caracterizan. No se mete con nadie y puede ser demasiado callado, sin embargo relacionarse con las personas se le da con facilidad, siempre y cuando no critiquen su forma de ser. Puede pasar demasiado tiempo en un solo lugar y sin necesitar la compañía de nadie sin aburrirse, mientras que tenga al menos una guitarra con la cual entretenerse, entonces todo lo demás puede estar perfectamente zanjado.

Puede perder la noción del tiempo mientras toca y sobre todo si compone música, parece que nada más existiera o que nada mejor pudiera llegar a suceder en esos momentos. No es que su mente esté ida, pues el chico, para encontrar la “inspiración”, puede llegar a consumir uno que otro estupefaciente para llegar al nirvana artístico. Es autosuficiente y no suele confiar demasiado rápido en las personas. Una cosa es que se lleve bien, siendo sociable y otra muy diferente que cuente todas sus intimidades o experiencias vividas al primero que le pase por enfrente.

Así como disfruta de la soledad, puede mantener una plática tranquila y lo suficientemente productiva con una persona que tenga tema para charlar. Le aburre la ignorancia y le sobresalta que las personas no puedan ser humildes y se crean más de lo que son. Aquellos que alardean, según su propio criterio, son personas que realmente son menos de lo que dicen y aparentan.

A veces le juega al filósofo y puede parecer demasiado ido de su realidad, pero no por eso deja de ser una persona demasiado madura para su edad.

Todo aquél pacifismo, se puede ir al demonio cuando alguien lo hace enojar, pues no es una persona que ataque sin más; primero se pondrá a analizar como fue que sucedieron las cosas y después actuará como su razón le dicte. La venganza por tanto, es algo que a él le puede llamar demasiado la atención, sin embargo, sabe que es algo que se disfruta mejor en “frío”.

HISTORIA

Pierrick  Sa-Michelle – Padrastro – Es un ser al que detesta y no puede verlo cerca porque lo altera. Su respiración se agita y sus manos se tensan, incluso haciéndose daño el mismo.

Suzette Ponté – Madre – Es una mujer como muchas y como pocas. No tiene demasiado carácter para poder oponerse frente a nadie, lo cual hace molestar a Thierry y sobre todo por esa misma debilidad, ha hecho que surja el rencor más grande que él pueda tener de hijo, a madre.

Corinne Sa-Michelle – Media Hermana – La única de su familia que se merece su cariño, según sus propias palabras, pues es de las pocas personas que siempre está ahí para ayudarlo, escucharlo e incluso regañarlo sin llegar a hacerlo sentir una basura.


Historia Personal:

Toulousse, Francia fue el lugar que vio nacer a Esteve, no en cuna de oro, por el contrario con muchas carencias. Su madre sufría pesares y desvelos para darle de comer al pequeño Thierry, mientras su padre trabajaba jornadas extenuantes para llevar casi nada a casa. Aquella situación era de lo más molesta y ver llorar a un bebé, era completamente desesperante.

Ni siquiera Suzette, (que era la que toleraba a cada hora el llanto del niño) aguantó el ritmo de vida y terminó exasperada como lo hizo el padre de Esteve, al grado de abandonarlos sin más excusa. De hecho no hubo ninguna, ya que un día, simplemente él no volvió al “hogar”, mismo que ya había dejado de serlo, en el momento en que los problemas entraban en la casa cual invitados de honor, sin tener fecha para abandonarlos.

Días y noches eran los que el niño podía pasarse sin comer y no había demasiado por hacer. La mujer no tuvo más remedio que aceptar una propuesta de matrimonio, que le tenía rondando la cabeza, incluso antes de que el pequeño Esteve naciera. Ya se había dado cuenta de que el “amor” no lo era todo y que se necesitaban mucho más cosas para subsistir. Creía fervientemente, que el hombre aceptaría al pequeño, pues con apenas rebasados los dos años de edad, lo único que podía solicitar era comida.

Pierrick “acepto” a la familia que ya se había formado y como muestra de “cariño” le dio su apellido al pequeño. El hecho de que fuera de una familia medianamente acomodada, hizo que el llanto de Esteve nunca más fuera por hambre. Mínimamente ya alegraba a Suzette. Aunque era lo único que le podía causar una verdadera alegría, pues el hecho de tener que ver a Pierrick le consumía por dentro. Tener que ser su mujer por la fuerza, le acababa la vida, pero soportaba todo por su hijo.

Los descuidos y presiones de Pierrick sobre Suzette, lograron un embarazo. A ésta edad, Esteve ya sabía y tomaba un poco más de consciencia de lo que pasaba a su alrededor. Tenía apenas cinco años, pero era lo suficientemente despierto, como para darse cuenta de muchas cosas; entre ellas: Los morados que soportaba su madre en los ojos. Lo único que podía hacer, era abrazarla sin más y quedarse a su lado hasta que las lágrimas se le acabaran por el momento.

Una pequeña de cabellos castaños vino a iluminar la vida de los tres. Las pequeñas risas de la bebé, se escuchaban por doquier y se volvió el alma de la casa. Todos pensaban que con su llegada, los problemas se acabarían. Esteve no sabía que era peor, si no comer, o tener que soportar los golpes de su padrastro, partiéndole la cara sin importar el daño que le podían causar.

Tres años habían pasado de que las cosas habían “cambiado” y el pobre chico ya no tenía idea siquiera de lo que era sonreír, a no ser porque podía ver a la niña dormir tranquila, sin tener que percatarse con absoluta consciencia del infierno en donde estaban metidos. Pero claro que las cosas podían empeorar. El alcohol y los estupefacientes pueden hacer que una persona sea peor de lo que ya es. Ésto le pasó a Pierrick, uno de los tantos días en que su estado de sobriedad no era su mejor compañía. El chico fue la víctima de aquellos arranques. Un día simplemente “no se pudo contener”, haciéndole un daño que jamás pensó. Abusar de un menor de edad… De alguien a quien frente a los demás, era capaz de llamar: “Hijo”, no era lo que Esteve - ni mucho menos Suzette - tenían en la cabeza cuando aceptaron formar parte de la familia Sa-Michelle. Esteve lloraba, gritaba, pataleaba, pero nada era suficiente. Sus brazos y piernas no eran lo suficientemente fuertes para repeler la agresión. Su madre ahogó los gritos y llantos desesperados, detrás de la puerta, fingiendo demencia y eso fue lo que más le dolió al chico, cuando sus ojos buscaron los de ella, en busca de alguna explicación y consuelo.

Después de haber ido al infierno en persona, Esteve juró no vivir otro día más ahí. Abandonó el hogar, dejándole un beso a la niña sobre la frente, en la cual también se derramaron algunas lágrimas. A su madre ni siquiera la miró y la inconsciencia había nublado los ojos de Pierrick, que no fue capaz de ver como un niño, tenía el coraje para abandonarlos.

La vida le hizo madurar a tan corta edad y en vez de guardar rencores contra todos, lo único que hizo, fue refugiarse en la calle. Ahora entendía porque decían: Que la calle era la escuela de la vida. Le tocó aprender y hacer de todo. Su sueño era poder tocar la guitarra y convertirse en un gran artista, y ser un dibujante-pintor reconocido. Éstos dones, los disfrutaba y los imitaba, porque simplemente era lo que veía hacer a uno de los chicos con los que se juntaba, y veía que ganaba mucho más dinero que los demás. A Esteve no le interesaba demasiado ganar las grandes cantidades, sin embargo sabía que necesitaba dejar las calles algún día, porque no quería tener que cuidarse las espaldas cada cinco minutos. En el fondo, deseba ser un hombre de bien.

Logró comprar su guitarra y empezó a darse cuenta de que era bastante brillante con ella, pues aprendía demasiado rápido las melodías que le enseñaban. Tenía bastante ritmo y por lo mismo podía componer una que otra pieza de corta duración, si se dedicaba a ello con entrega; esto hacía que el chico aprendiera día a día, como era sentir que la risa volvía a su rostro.

De vez en vez veía a su hermana, pues nunca perdió el contacto con ella. Aunque lo hacía de manera clandestina, pues a sus “progenitores” eran personas a las que no quería volver a ver en jamás su vida. Además de que con ésta clandestinidad, se aseguraba que Corinne no pasara por lo mismo que él. Era su manera de cuidar de ella, sin hacer que la niña odiara a sus padres.

Caminar, es uno de sus más grandes pasatiempos y lo que le hace olvidar, que hay cosas que duelen más que un golpe, pues físicamente se ha llevado uno que otro encontronazo en el suelo, por haber calculado mal las distancias.

Entró a una escuela de arte, tal vez no a la edad indicada, sin embargo el no haber dejado los estudios- gracias a personas que realmente tenían la posibilidad económica y les gustaba ayudar a los demás - le dio la llave de las puertas de una mejor vida y un sobresaliente futuro.

El coraje que Esteve tiene para salir adelante, le hacen no darse nunca por vencido. Nunca lo ha hecho, ni nunca lo hará; pero sabe que odiar a todos los que lo han lastimado, no es la mejor solución, de cualquier manera, aprendió a guardar las distancias merecidas con cada una de las personas que llega a tropezarse en su camino.

DATOS EXTRA

Otros Datos:

* Siempre trae su guitarra al hombro para cualquier cosa, al igual que hojas pautadas. Uno nunca sabe cuando le puede llegar la inspiración.
* En ocasiones usa sombreros o gorros, de todos los colores que se le puedan ocurrir.
* Consume hierbas alucinógenas de vez en vez, no sabe si lo controlan o las controla, sólo puede decir que en su momento le hacen olvidar las cosas que necesita y ganar la inspiración que tanto busca.
* Fuma
* El licor es uno de sus mayores vicios, no pasa un día sin beber por lo menos una de estas, pues es como el elixir de la vida.
* Viste de manera casual, sin preocuparse demasiado por estar bien fajado o “presentable”. Con que vaya vestido, cree que es suficiente.
* Tiene una gran confusión, pues no sabe si es homosexual, o bisexual. No tiene a quien recurrir, para poder hablar al respecto. Trata de evitarlo, pero es algo que le come los nervios.

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