Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

por **Melinda Stelle** Miér Dic 18, 2013 4:53 pm

La mañana era fresca, mire por la ventana de mi salón para ver si había mucha gente paseando por las calles parisinas. Odiaba pasear entre las multitudes, que la gente posara su mirada en mi, cuando eso pasaba me sentía desnuda e indefensa entonces apresuraba mi paso y bajaba la cabeza. Para mi suerte las avenidas estaban casi desiertas. Terminé de arreglarme frente al espejo, ese objeto que no se cansaba de mostrar esa persona que había creado hacia años, a veces en el brillo de mis ojos podía ver a esa Melinda que me pedía a gritos salir, escapar de esa cárcel lóbrega en la que estaba.

Me acerque más al espejo y la vi, lloraba, imploraba por su libertad, trataba de persuadirme con esas dulces palabras que sabía que me llevarían a ser una persona a la cual estaba negada la propia existencia. Oía cada vez mas fuerte su voz en mi cabeza hasta que se transformo en un grito que apague precipitando mi puño en el cristal. Retrocedí unos pasos e intente serenarme, limpie a conciencia la sangre de mi mano y salí corriendo a la calle, quizás el aire fresco pudiese apagar el incesante dolor de cabeza que empezaba a aflorar.

Mi mirada se centraba en las calles empedradas, procuraba no mirar a nadie y en mi mente sonaba una melodía infantil que me distraía de las palabras que suscitaba mi presencia. Llegue a la plaza en un abrir y cerrar de ojos y busque con la vista la tienda de libros. Dedique unos minutos a observar su escaparate, esos libros amarillentos como los de mi madre, podía aun oler el aroma de la vieja biblioteca familiar.

Realice mi compra un viejo libro sobre brujos y clanes antiguos y otros dos sobre instrumentos para la pastelería y recetas. Pague al tendero sin mediar palabra y salí demasiado deprisa, tanto que tropecé y me desplomé en el suelo mandando los libros lejos de mi. En aquel momento maldije mi suerte de lo que podía suceder si alguien se percataba del libro que acababa de adquirir.

por **Eslatan Pilligram** Jue Dic 19, 2013 7:53 am

Una ola de calor asediaba Paris. Un calor molesto con algo de humedad, que dejaba esa sensación molesta en la piel, de estar pegajoso. El callejón que solía ser la habitación del joven inmigrante, ya empezaba a apestar y mantener el sueño era muy difícil, así que, sin mejor opción, se levanto y sin acicalarse ni nada empezó a vagar en busca de algo mas cómodo para estar.
Había conseguido trabajo y con un poco mas de esfuerzo, podría prepararse para buscar una casa, llevando una apariencia mucho mas pulcra y adinerada. Era bien sabido, que a la gente humilde solo se le ofrecía lo peor, y el quería algo decente.
Aun era demasiado temprano y la ciudad aun dormitaba en casi su totalidad, tenía la acera para el solo, y podía evitar esas miradas de asco, que tanto le incomodaban. Pasaría por la plaza céntrica para mojarse la cara y tratar de ponerse más presentable.
Caminaba a paso lento, algo desganado ya que a pesar de haberse levantado solo, fue solo por la incomodidad creciente. Llevaba la mirada perdida en el suelo, recordando la placentera vida, antes del "accidente".
De repente un movimiento, lo saco de sus cavilaciones. Era una señorita, que estaba bien vestida y miraba vidrieras. De estar más despierto abría sospechado de una actitud tan inusual, la gente "bien" solía despertarse tarde. En especial las damas. Intento ocultarse, no quería ver esa mirada de desprecio en una cara tan bonita.
Moviéndose con lentitud, fue más pegado a la pared, tratando de pasar desapercibido

por **Melinda Stelle** Jue Dic 19, 2013 8:23 am

Maldijo para sus adentros, la rabia afloraba intentando adueñarse de su cuerpo, una rabia hacia ella misma por ser tan estúpida de entrar a comprar un libro que podía delatar quien era ella. Apoyando sus manos en el suelo intento serenarse, temblaba. Se puso de rodillas y cogió los dos libros que tenía mas a mano, para su desgracia eran los de cocina. Busco con la vista dónde estaba situado el que faltaba, sus ojos estaban nerviosos, abiertos en su plenitud casi cubiertos por lagrimas por el temor a que un absurdo resbalón le causase problemas. Su mente se nublo, viO la cabeza inerte de su madre en manos de aquel hombre, las horas muertas en aquel hueco de la iglesia, la huida entre los cadáveres que habían sido su familia. Eso le esperaba a ella, ser un ser inerte, muerto, bajo tierra. Pánico, eso era lo que sentía en ese momento, entonces diviso el libro. Una sonrisa dibujo su rostro relajandolo hasta que se percato de que el libro estaba a los pies de alguien.

Alzo la vista y descubrió a un joven poco arreglado que fijaba la vista en ella. Tenía un gesto inexpresivo en la cara como si estuviese ahí por estar, pero había algo...algo diferente que la distrajo del libro. ¿Qué era? Un brillo, una luz diferente de la gente normal, pero ¿por qué? Le observo de arriba abajo intentando captar esa diferencia que creía poseer ese joven del resto de la gente. Cuando su mirada cayó a los pies se dio cuenta de que el libro seguía allí y que eso era lo que realmente importaba.

Se levanto y se acerco invadiendo el espacio personal de aquel muchacho, algo que le desagradaba enormemente puesto que no estaba acostumbrada a que nadie se le acercara en exceso. Se agacho a recoger el libro y al erguirse sobre sus piernas sostuvo la mirada al joven.

-Perdona si te he importunado- pronunció en un tono mas bien bajo y esbozando una dulce sonrisa.

por **Eslatan Pilligram** Jue Dic 19, 2013 8:47 am

La chica parecía estar envuelta en sus propios pensamientos, sus gestos por un momento mostraron temor, pero fue solo un fugaz momento. Enseguida su vista volvió a una concienzuda búsqueda, observando las tapas de los volúmenes en las estanterías.
Su vista vago inexorablemente hasta la posición del chico, que nada pudo hacer para evitar ser localizado. En contra de su expectativa, la chica no altero su gesto al verlo, incluso lo miro de arriba a abajo, o eso creyó el, descaradamente y se acerco.
Las mejillas del chico se ruborizaron, pero antes que sus ideas lo hicieran reaccionar de alguna manera, la joven se agacho muy cerca de él. Con estirar la mano quizás pudiera acariciar su femenina cabellera. Los aromas de flores, juntos con los de la ciudad se desplegaron frente al joven, que nervioso activaban su segunda naturaleza.
Un libro...eso buscaba.
Para sorpresa del atemorizado chico, le dedico unas palabras. Tardo en descifrar el significado de aquellas, ya que se perdía en la profunda mirada de la chica. En ellos vio algo más que un simple humano, no podía explicarlos, pero sus sentidos lo sentían, lo sabían.
-In...por... No, nada de eso. Discúlpeme estaba... yo...iba a la plaza...agua.
Hubiera querido golpear su frente por la estupidez que acaba de decir. La chica lo ponía nervioso, pero un nerviosismo diferente al normal. Un nerviosismo que se basaba en quedar bien, querer parecer interesante. Desde que llego a Paris, no había tenido mucho trato con personas, y a pesar de ser un chico poco sociable, empezaba a extrañar la interacción humana. Que ella se acercara sin asco, lo hacia fantasear con una amiga, una compañera…o algo mejor.
Hubiera dado un paso hacia atrás, pero la pared lo hacia físicamente imposible. Ya había hecho el ridículo.
Entonces recordó su aspecto, y más se apeno. No sabía leer, pero... acoto en un fútil intento de ganar unos minutos de atención.
- Buen libro, varias horas de diversión.

por **Melinda Stelle** Jue Dic 19, 2013 9:26 am

El chico estaba nervioso, sus palabras sonaron inquietas en su boca como si se hubiese concentrado mas en decir algo que en lo que decía en si. ¿Por qué no le parecía un hombre normal? Quizás su instinto quería advertirle de algo, ¿tenía que temerle? Recordó las viejas historias de su madre acerca de seres diferentes a los humanos, seres que se mueven entre las sombras, o seres que no son lo que parecen. Pero la experiencia le había demostrado que solo había que temer al humano, el ser humano era cruel, despreciable, interesado, capaz de matar sin ser justos y de hacer daño por puro placer. No creía en aquellas viejas leyendas que solo figuraban en olvidados libros.

Se aparto unos pasos del chicos mas que nada para poder restaurar su propia entereza y no implantar cierta incomodidad en la situación. Pero aun así no pudo apartar la mirada de la de él. Cuando el muchacho menciono el libro, el nerviosismo volvió a su cuerpo y desvió su mirada al suelo por puro acto reflejo.

-Yo...solo...-cayo unos instantes-Me gusta leer historias raras- volvió a fijar su mirada en él y rezó para que su excusa sonase convincente. Aunque habiendo leido el titulo del libro seguro que no se lo creía.

El joven había mencionado algo sobre agua. Su mente trabajo rapidamente para alejar la mente de él del dichoso libro. -Puedo ayudarte a coger agua si quieres- ¿En serio? ¿Eso es lo mejor que se me ha ocurrido?- pensó mientras escondía el libro bajo los otros.

por **Eslatan Pilligram** Jue Dic 19, 2013 12:47 pm

Parecía ser, que el chico tenia suerte. A pesar de lo fútil del intento de conversación, parecía haber funcionado. Al parecer la chica también era tímida o al menos reacciono un poco raro, pero el chico le adjudico al nerviosismo de interactuar con el sexo opuesto.
Cuando le recordó el agua, se llevo una mano al cabello, tratando de alisarlo un poco. Recordando su aspecto desalineado. La primer impresión había sido mala. ¿Podría mejorarla?
- Si, sería lindo. Pen...pensaba ir a la plaza. Tiene una fuente y como hay poca...gente.
La miro temiendo que hacer tal cosa, le pareciera algo malo a la joven. Su atuendo estaba bastante bien, por lo que podía asumir un estatus social alto, en especial si sabía leer.
La espero en la puerta, para que page los libros y cuando salió, con una sonrisa empezó a caminar, imponiendo una dirección.
- Le...le...le gustan las historias ex...extrañas? Me cuenta alguna?
Intento sacar un tema en el que poder aportar. Durante su vida en el campo, había recopilados varias extrañas historias, que siempre impresionaban a los vecinos y primos. Al fin podría utilizarla en algo mas...Miro a la joven un rato, y si...más productivo.

por **Melinda Stelle** Jue Dic 19, 2013 4:26 pm

La actitud del muchacho le sorprendió, parecía diligente y decidido como si lo que había pasado le agradase de cierta manera. ¿Debía fiarse de un joven que acababa de conocer y que parecía muy gustoso de su presencia? Camino detrás de él y observo su ropa desgastada, su aspecto astroso y su pelo embrollado. No era complicado averiguar que provenía de la zona de menesterosos de París y siempre había oído que no era buena calaña lo que allí se criaba.

El chico se volvió y le dedico una sonrisa pidiendole que le contase una de esas leyendas que en un principio había comentado que leía. Anduvo hasta situarse a la altura de él pensando que quizás si pasase un rato mas a su lado podría averiguar que era lo que le extrañaba, lo que resultaba poco común.

-Mi madre me solía contar historias de seres de ultratumba que se levantaban al caer la noche sedientos de sangre humana- procuraba fijar su vista al frente. a la fuente que se situaba cerca ya de ellos- Poseían grandes colmillos que hincaban en la piel de sus victimas y succionaban la linfa de su cuerpo hasta que dan su último aliento.- estas últimas palabras sonaron sombrías en su boca con cierto resto de añoranza y de dolor.

Cogió el cubo de la fuente y se lo tendió.-Me llamo Melinda-dijo casi en un susurro. Sus pupilas buscaron las de él y el brillo de estos le asustaron. ¿Qué era? Tuvo el instinto de salir corriendo pero se contuvo con el brazo en alto, sosteniendo el cubo mientras varios transeuntes les miraba atónitos.

por **Eslatan Pilligram** Lun Dic 23, 2013 5:36 pm

Caminaba un poco adelante de la chica, hasta que ella se puso a la par, contando esa historia. El camino fue breve y llegaron a la fuente. Antes que el chico hiciera el ridículo y metiera medio cuerpo en la fuente, la chica le ofrece un balde. Tardo un segundo en reaccionar y aceptar el balde, con el que junto agua y lo puso en el borde, para que quede más elevado.

Melinda. Lindo nombre...yo soy Eslatan. Un gusto señorita.

Sonrió con una leve reverencia antes de mojarse la cara con amabas manos y saborear la frescura que esta le aportaba. Entonces cuando volvió a mirarla, esperando que continúe con la historia de la criatura de ultra tumba, noto la mirada escrutiñadora sobre él, lo que lo incomodo un poco. Sin poder sostenerle la mirada, volvió al cubo de agua a seguir refrescándose y mojándose el pelo.
- Por suerte esos seres, solo salen de noche. ¿No?
Puso énfasis en el "solo" para intentar dejar claro que no era de...ultra tumba al menos.
-Uhh que sabrosa el agua. Bien fresca. ¿Se quiere remojar la cara aunque sea? Se siente de maravilla.
Volvió a mirarla, tratando de no rehuir. Ya que quizás eso resultara al menos sospechoso. Ah medida que interactuaban, iba perdiendo en cierta forma la timidez que le causaba, hablar con ella. Parecía ver mas allá, de su mala apariencia, quedándose con el. Estaba tan inmerso en la agradable situación, que los transeúntes parecían no existir para él.

por **Melinda Stelle** Jue Dic 26, 2013 5:26 pm

Rehuso con la mano la invitación del chico añadiendo una sonrisa en su gesto para no parecer soberbia. La naturalidad con la que hablaba de esas criaturas como si existiese le sorprendió, mas que nada porque ella misma se tomaba esas historias como leyendas que se inventaban para asustar a los niños y que no deambulasen por la noche solos. Quizás é todavía creía en los cuentos de hadas o simplemente poseía una imaginación desorbitante...o la estaba tomando el pelo.

-Por la noche y en los libros, la realidad no es tan interesante, ¿no cree Eslatan?-- Intento parecer natural hablando del tema pero tenía curiosidad por saber cual era el punto de vista del muchacho sobre ese tema, si era un ingenuo o un espabilado que buscaba divertimento a costa de ella. El sol se alzó a lo alto iluminando la plaza en su plenitud.

Ya daba igual lo la gente de alrededor, lo que opinasen o lo que hablasen, ella tenía toda su atención puesta en el muchacho en esos ojos tímidos con ese brillo especial y en ese aura...ese aura que la tenía perpleja porque no conseguía averiguar el porque de su peculiaridad.

por **Eslatan Pilligram** Jue Ene 02, 2014 3:32 pm

Busco un borde de la fuente que estuviera seca para sentarse ahi, esperando que la chica lo imitara. Mientras meditaba sobre la pregunta que le acababa de hacer. Se animo a mirarla por un momento y se relajo al ver, que ya no lo observaba tan fijo.

-La realidad tambien puede ser interesante creo, aunque creo que resultaria mucho mas terrorifica que si solo es un cuento. Deberias estar agradecida por que solo fueran cuentos.

Comento tratando de eludir la conversacion. Los aromas que percibia de la chica, eran muy variados. Normalmente la gente no interactuaba con muchas sustancias diferentes, y percibir tantas solo en ella, eran un detalle a tener en cuenta. La miro con deleite, tratando de adivinar que pensaba y palmeo el borde, a modo de invitacion.

-No esta apurada, o si? podria sentarse un rato conmigo y conversar...de....de la vida quizas?

por **Melinda Stelle** Jue Ene 02, 2014 4:49 pm

Miro en silencio la mano del joven que a modo de invitación le mostraba un inusual asiento donde compartir una charla. Estaba siendo un poco estrafalaria la situación, y se empezó a sentir algo incomoda quizás porque no sabía si debía fiarse de un desconocido que la invitaba a tener una conversación profunda sobre sus propias vivencias y experiencias.

Miro a su alrededor y al parecer habían dejado de ser el centro de las miradas de la gente que paseaba. Cabilo unos segundos y se decanto por sentarse a la vera del muchacho pero poniendo una distancia de seguridad.-¿Qué es lo que quiere saber de mi?No creo que sea muy interesante-sonrió con dulzura por la extraña sensación de que el era una buena persona y que quizás ser su compañía momentanea no era tan mala idea.

por **Eslatan Pilligram** Miér Ene 08, 2014 8:52 am

La observaba con atencion tratando de descubrir que era eso que la volvia tan hermosa. Serian sus ojos? su boca? o abria algo mas que no estaba a la vista.
Escucho la pregunta de la chica, pero dejo pasar unos segundos mientras la veia caminar y hablar, disfrutando de la vista. Respiro ondo y acoto.

-Dicho asi, suena como si la estuviera interrogando señorita. Y no es mi intención. Desde que vine a Paris, no he tenido mucha oportunidades de platicar. Solo queria charlar un rato.

Por alguna razon, no le podia quitar los ojos de encima, quizas era un instinto que intentaba alejar la soledad de su vida. No le paso por alto, el detalle de que ella se sento apartada, pero dejo la distancia que ella habia impuesto. Despues de todo, fue idea de ella venir a por agua, y ni siquiera habia probado un trago. ¿o acaso serian todas ideas de el?. Tenia un plan b, aunque lo mejor seria usarlo como ultimo recurso, ya que quizas no toda la gente creyera q ser hombre lobo sea algo interesante.

por **Juliet E. Deveroix** Miér Feb 05, 2014 12:20 am

Aquel no era un día normal. Solamente empezando, era día y aquello solo ya era extraño en la vida de Juliet quien llevaba un estilo de vida bastante peculiar. Con los horarios invertidos trabajaba la mayoría de las noches para dormir gran parte del día. Y aunque esto no era un problema para ella en si, atraía las miradas y cuchicheos de las vecinas que empezaban a murmurar sobre su poco apropiado trabajo, sus horarios o como parecía rehuir a todo tipo de compañías. No podía permitirse que pensasen aquello, aunque fuera verdad, pues podría llevar a suposiciones peligrosas. Se estremecio de solo pensar en que podrian hacer las mujeres si en sus cabezas , huecas e infértiles por una vida de modales vacíos y falsas máscaras, entraba la idea que ella era una bruja.
Debía fingir para ellas y si eso significaba salir en las mañanas, aunque apenas hubiera disfrutado pocas horas de descansar en casa, lo haría. Iria con un hermoso sombrero sobre su cabeza y un vestido sencillo adornando su figura para silenciar sus venenosas lenguas hacia la plaza donde todos pudieran contemplarla bajo los rayos del ardiente sol como una sencilla mujer mas, una a la cual el sol, por muy ardiente que fuera, no le sacase nada mas que el poco aire húmedo del ambiente

De todos los días, se me ocurrió el peor – Jadeo mientras avanzaba en dirección a la plaza Tertre y de allí a una de sus fuentes, recordaba haber visto un aljibe y su memoria era una de las cosas de las que estaba orgullosa. Y en efecto su memoria no le fallo pero todo pensamiento del calor y el agua pasaron a segundo lugar cuando a la distancia observo a dos personas de su edad o poco más jóvenes. Nada en ellos era particularmente interesante, claro salvando el hecho de que sus auras se veían ligeramente alteradas, por supuesto ella no sabía demasiado del tema más que lo que había aprendido por cuenta propia: Todos poseían auras que parecían alinearse por grupos ¿pero que significaban estos grupos? Eso era desconocido por la bruja; podría tratarse de su ánimo, de su tiempo de vida o cualquier cosa en realidad.

En silencio retomo su camino hacia la fuente y desde allí se dedicó a subir el balde con total tranquilidad mientras estudiaba la situación más de cerca. Había cierta distancia entre ellos, una de respeto formal y no de intimidad. “No son amigos, solo conocidos” pensó con satisfacción mientras con cuidado metía las manos en el fría agua y sin retirarlas disfrutaba de su frio placer. Aquello le convenía pues era más fácil entrometerse si la pared que los rodeaba era frágil, que si ya habían consolidado una relación entre ambos.

Sintió el agua deslizarse por sus labios, apagando el fuego de su garganta y deslizándose, a su vez, por su piel de un modo incomodo que no demoro en limpiar con un pañuelo antes de voltear hacia ambos chicos que continuaban con una conversación bastante agrietada – Pues eres una mujer que prefiere leer a cotillear, eso ya es interesante si me preguntas a mi – dijo notando los libros y con una sonrisa pequeña y cortes, casi parecía triste en su pequeño rostro inocente. - Perdon por la intromisión, no he podido evitar escucharlo – negó con la cabeza como si en verdad estuviera arrepentida- Mi nombre es Juliet – se presento, sabiendo que haciendo eso seria difícil que la echaran sin primero una leve charla. Benditas cuestiones moralistas cuanto las odiaba

por **Melinda Stelle** Lun Feb 10, 2014 2:27 pm

El muchacho quería saber de ella y no entendía bien porque, ella no era fascinante, al menos no esa parte de ella que día a día se ponía la frente de la pastelería. Insulsa con exceso de dulzura y de cortesía. Ella no valía nada, pasaba desapercibida y no era de esas personas que se quedaran grabadas en la mente de las personas. No le importaba, no era su fin. Era mejor que nadie la recordase.

Iba a contestarle pero fue interrumpida por una joven que se había acercado a la fuente a refrescarse, su cara de cansancio era evidente aunque lo disimulaba con una buena sonrisa y su elegancia a la hora de ejecutar sus actos. No el importuno su presencia,de hecho lo agradeció para desahogar un poco la conversación que mantenía con el joven.

-Gracias-comento soniente-Me llamo Melinda, un gusto conocerla.¿Le gusta leer señorita?-pregunto al percatarse del aura de la muchacha y saber que era de su misma condición.

por **Eslatan Pilligram** Miér Feb 12, 2014 12:01 pm

Mientras hablaba con la chica, alguien mas decidio iniciar conversación. Parecia que las cosas empezaban a salir mejor, y su solitaria y triste vida quizas se llenara un poco de algo mejor. Libros... justo de eso no sabia mucho, asi que se mantendria en silencio. Un dicho que siempre creyo sabio de su abuelo, era.

Abuelito escribió:Es preferible quedarse callado y parecer un tonto, que hablar y confirmarlo

Me incline levemente ante la chica, y me presente a mi mismo, mientras volvia la vista a Melinda, esperando una respuesta de ella.
- Me llamo Eslatan, un gusto madame Dije tratando de parecer simpatico, pero con un fuerte acento extranjero en la pronunciación

por **Juliet E. Deveroix** Jue Feb 20, 2014 9:03 am

La tensión que habia prevalecido hasta su llegada, desapareció o al menos por parte de la joven frente a ella quien no tardo en presentarse con una cálida sonrisa. Parecía amable, cordial por decir poco y sus ojos brillaban del modo en que lo hacen las mentes despierta, quizás hubiera encontrado en ella una persona interesante de haberle prestado más atención. Quizás incluso hubiera preguntado por los libros y encontrado una amiga en ella, pero eso no ocurrió. No podía prestar verdadera atención a ninguno de ellos, si dividía su interés y , al final, se habia acercado por la extraña aura del chico – Disfruto mucho de la lectura pero últimamente no hayo tiempo para mí misma – contesto con sinceridad antes de devolverle la sonrisa al chico que se habia decidido quedarse al margen y no discutir ninguna de sus opiniones – ¿y tu? ¿Disfrutas del calor veraniego de Paris, Eslatan? Tienes un fuerte acento que te delata como extranjero – dijo volviendo la atención al joven y esperando iniciar alguna conversación fructífera que le sirviera como desencadenante para que él le revelase algo que la ayudase a entender su anomalía aural

- ¿Por qué has elegido este lugar de todos aquellos por conocer? – sus ojos apenas se desviaron hacia la otra mujer antes de volver al chico, sabia que estaba siendo en cierta medida descortés al dejara fuera de la conversación pero el calor la empezaba a volver a afectar y su paciencia comenzaba a reducirse con rapidez, necesitaba esas respuestas rápido

por **Melinda Stelle** Lun Feb 24, 2014 3:37 pm

Sabía cuando estorbaba, cuando su presencia no era oportuna y estaba claro que la joven quería solo la atención del muchacho. Y ella no iba a impedírselo, simplemente no le apetecía seguir allí, se le hacía tarde y tenía que abrir la panadería. Se levanto dejando su sitio libre para bruja de ojos profundo y con una leve sonrisa comunicó:

-Yo he de irme, tengo quehaceres en la panadería y no puedo estar mas tiempo aquí. Gracias por su compañía y disfruten de la mañana.-sus palabras sonaron honestas y sinceras y no esperaba ninguna respuesta, se fue por donde vino con sus libros entre los brazos y con una sonrisa melancólica en sus labios. No había empezado bien el día, ojala terminase de diferente manera. Ese era su mayor pensamiento mientras sus pasos la alejaban de aquella escena como si una secundaria en una obra de teatro se tratara.

por Contenido patrocinado

Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)

Re: Enseñame a beber,tengo sed. (LIBRE)