Nathan & Myth Carter | ID

Nathan & Myth Carter

► Nombre completo: Nathan Olaf Carter | Myth Carter
► Sobrenombres: Nat | Myth, Mito, Chiflada
► Edad: {22 | 44 Nathan} / {18 | 36 Myth}
► Nacionalidad: Inglés | Escocesa
► Orientación sexual: Heterosexuales
► Grupo: Cambiaformas
► Clase Social: Clase Media
► Ocupación : Supervivientes
► Familia: Felidae | Canidae
► Poderes:

Habilidades y Atributos Innatos:

Poderes Innatos:

Poderes Nathan:

Poderes Myth:

Descripción psicológica

Nathan:

Terco. Independiente. Sincero. Tímido. Cerrado. Todas sirven para definirlo aunque ninguna lo hace al cien por cien. Complejo y de rostro casi siempre sereno e inexpresivo. No es muy usual que muestre sus sentimientos abiertamente, y menos si no posee un cierto grado de confianza con la persona en cuestión... Por otra parte hay que decir, que es realmente complicado ganarse un hueco entre las pocas personas en quien confía. Todo esto lo hace parecer más frío y borde de lo que es realmente, pero poco le importa. Prefiere dar una imagen de persona dura y arrogante, así se ahorra las decepciones. ¿Qué cómo es por dentro? Bastante más simple de lo que se puedan imaginar. Sus gustos nunca se han caracterizado por ser ostentosos, más bien prefiere las cosas sencillas y poco llamativas. Tal y como él. Porque el chico de ojos azules y mirada perdida llama poco la atención. Es invisible. Hasta que lo ves.

Porque cuando lo ves, te cautiva. Por sus palabras medidas y sus sonrisas sutiles pero verdaderas. Porque transmite tranquilidad y seguridad, una seguridad en sí mismo y en sus propias capacidades que logra "contagiarle" a todo aquel que se digne a rascar un poco la superficie. Puedes encontrarte con el mejor amigo del mundo. Alguien que nunca te traicionará ni te abandonará. Puedes confiar en él. Puedes pedirle consejo. Todo lo que te diga siempre lo hará por tu bien. Astuto. Perspicaz. Es capaz de darse cuenta y apreciar los detalles más sutiles que para la mayoría de las personas pasan desapercibidos. Inteligente. A veces demasiado, y por eso mismo se encierra en sí mismo ante un mundo demasiado hostil con los que son como él.

Calmado. Respetuoso. De modales impecables y palabras siempre bien medidas. Sabe lo que decir y cómo decirlo. Puede insultarte sin que te des ni cuenta... Porque sí, puede ser amable, agradable y buena persona, pero si le dañas, o lo intentas. Te arrepentirás. Tan vengativo o más que Myth. Puede decirse que lo aprendió de él. Aunque al ser bastante más "sutil", no te darás cuenta de que va a por ti hasta que sea demasiado tarde. A un tigre, nada se le escapa de las garras.

Poco hablador en general, aunque cuando consigue establecer una relación relativamente agradable con otros, se muestra bastante hablador e incluso dominante. Porque aunque parezca alguien pasivo por naturaleza, la realidad es bien diferente. Sabe lo que hace y por qué le hace, y ha comprendido que en esta vida, es mejor no llamar demasiado la atención y actuar desde la sombra. Y actúa en consecuencia. Agresivo cuando le tocan demasiado la moral o tratan de tomarle el pelo. Claro que no lo mostrará en primera instancia. Es de los que prefieren clavar los puñales por la espalda cuando menos te lo esperas a fin de que te quedes con la cara de idiota que tanto le gusta provocar. Amante del arte y de los sueños, aunque no se muestre demasiado optimista con respecto a lo último. Protector. Ordenado. Sistemático. Valiente y un luchador nato. No deja para mañana lo que puede hacer hoy. Y siempre lo hace todo de maravilla. Perfeccionista. Desconfiado. Irónico. Un cúmulo de características que lo convierten en alguien duro. Pero en el mejor de los sentidos.

Myth:

Myth, mito. Difícil de creer y aún más difícil de definir. Especial a su manera y extraña para el resto. ¿Adorable? Sí, puede ser. Pero cuidado porque pica. Y raspa. Y araña. Y no se quedará quieta ni aunque se lo supliques. Porque no puede. ¿Está loca? Es una forma de llamarlo. Ella prefiere decir que está borracha de vida. Y no es que le falte razón. Independiente. No necesita del reconocimiento público. Ella no nació para ser aclamada. Ella nació para ser ella misma, simplemente. Emoción en estado puro: para lo malo, y para lo bueno. Gritar, llorar, reír, saltar, ruborizarse y asfixiar a la gente en abrazos que nadie pidió. Y todo al mismo tiempo. ¡Y cuidado! Porque engancha. Inesperada, siempre te pillará de imprevisto. No sabes qué esperar de ella, porque ni ella lo sabe. Hace las cosas como las siente, y si en ese momento siente que hay que reír, ríe. Que siente que hay que lanzar sillas por la ventana, pues... mejor no la dejes entrar en casa. Expresiva y terriblemente sincera. No te dirá algo que no piense, y si es malo, te aguantas. ¡Sin rechistar! Tal y como ella aguanta las quejas tú lo harás. O el puntapié no te lo quita nadie.

Ella no es que vaya al peligro, es que el peligro viene a ella. Parece que tenga tatuado en la frente el lema de: amante de las emociones fuertes. A veces, incluso demasiado fuertes hasta para ella. Se arriesga hasta límites inesperados sin importarle las consecuencias. Siempre estará Nathan detrás para recordarle lo estúpida que parece. Claro que, le sacará la lengua y seguirá haciendo lo mismo. ¿Para qué se esfuerza? Terriblemente orgullosa. No pide ayuda ni aunque la necesite, aunque no sabe si es por confianza en sí misma o por miedo a que la ignoren. ¡Qué más da! La vida sin riesgos no es para nada divertida.

No sabe lidiar con los elogios. Sin embargo, pobre de ti como te burles de ella. Que esté loca no significa que sea estúpida. Vengativa, vengativa como nadie. Te tendrá en su punto de mira le hayas hecho algo a ella o a los demás. Y sus venganzas suelen ser terriblemente imaginativas. En el peor de los sentidos. Valiente, fuerte, amiga de sus amigos, y con un coraje que es digno de admiración. Si se cae se levanta y se sacude como si nada. Porque sabe que tiene demasiadas cosas todavía por vivir como para rendirse. Un torbellino de emociones, caos y risas. Original, única. Tan extraña y llena de energía que llama la atención nada más caminar por la calle, con sus andares nerviosos y saltarines. De personalidad viva y carismática. Comprensiva, flexible. Se adapta a cualquier situación, no importa cuánto esfuerzo tenga que poner de su parte. Sabe aceptar un no por respuesta cuando hay una explicación tras ello. Pero más vale que sea coherente, o no parará de insistir. Leal, protectora. En su corazón hay sitio para cualquiera, ella no entiende de distinciones. Myth es un carro sin caballos, rodando cuesta abajo. Arrolladora.

Antecedentes Históricos

Primogénito de una prestigiosa familia londinense, los Carter-Bouquet, el matrimonio de sus padres fue relativamente bien hasta su nacimiento. Su padre, Bohamm, Inquisidor como antes lo fue su padre, y antes de él, su abuelo, se había casado con Natasha sin saber de su naturaleza ni sospechar que, pese a su aspecto de mujer joven, recién salida de la adolescencia, ya contaba con más años de edad reales que él mismo. La cambiaformas, gracias al mimetismo, no tuvo demasiadas dificultades para convivir entre "enemigos" de su especie... Al menos, hasta la llegada de Nathan. El pequeño bebé, de ojos profundamente azules y siempre melancólicos, supuso una fractura irremediable en la calma de su hogar. Porque nunca fue como los otros niños, y por más que su padre viajara, eso no podía esconderlo. Crecía a un ritmo tan lento que era difícil fingir que nada pasara... Y obviamente, todo esto empeoró cuando, a la edad de seis años, el niño, que apenas si aparentaba tres, comenzó a cambiar. Y ver a un pequeño guepardo corretear por una mansión en el centro mismo de Londres, no suele ser muy usual. Las discusiones se hicieron frecuentes. Al principio, Bohamm pensó que el niño había sido fruto de un encuentro extramatrimonial por parte de la mujer... Hasta que una noche la evidencia se hizo patente: la vio cambiar con sus propios ojos, persiguiendo al pequeño guepardo, y riñendo después a su hijo cuando ambos volvieron a la normalidad.

Tras varios días con su marido desaparecido, y con el mal presentimiento de que algo estaba a punto de ocurrir, Natasha cogió cuanto pudo y se marchó a Escocia sin decir nada a nadie. No pudo tomar una mejor decisión. Pasada una semana de su marcha, el hombre regresó a la mansión con una patrulla de Inquisidores, dispuesto a entregar a su mujer e hijo a fin de que los ajusticiaran. La rabia se apoderó de su ser cuando comprobó que ambos habían escapado, dejándolo sin apenas dinero para subsistir y con la sensación de haber sido engañado durante todos aquellos años como si fuese un estúpido. No tardó demasiado en conseguir que su esposa y su primogénito fuesen considerados como "en busca y captura", acusados de robo y de atentar contra la integridad de la iglesia. Por suerte para ellos, y desgracia para él, en su búsqueda de una nueva estabilidad en Escocia, se toparon con una pequeña congregación de cambiaformas, quienes los acogieron entre los suyos como si fueran de la familia. Todos, en algún momento de sus vidas, se habían visto perseguidos por la Inquisición, por lo que ante el peligro que corrían madre e hijo se volcaron con ellos aun sin conocerlos de nada. Fue la etapa más feliz de sus vidas... Aunque no durase demasiado.

Apenas habían pasado tres años desde que ambos emprendiesen su nueva vida, cuando los rumores acerca de la presencia del Inquisidor marido de Natasha comenzaron a hacerse más frecuentes. La mujer, entristecida por la posibilidad de que por su culpa el grupo de cambiaformas corriera peligro, pensó en marcharse en varias ocasiones, aunque siempre conseguían convencerla de que se quedara. Si iban a por ellos, les harían frente con todo lo que tuvieran. Lucharían por los más pequeños, a fin de garantizar su supervivencia. Por aquel entonces, Nathan aún era demasiado joven para comprender el sacrificio que aquella "nueva familia" estaba haciendo por ellos, pero nunca dudó de que sus sentimientos por su madre y por él siempre fueron puros. Cada día era mejor que el anterior, y más productivo. En aquel nuevo lugar, lejos del yugo de las estrictas normas de su padre, cambiaba a placer, perfeccionando sus habilidades y fortaleciéndose como persona, como animal y como el híbrido de ambos que era. Pronto comprendería que aquella presión ejercida por los más mayores hacia los pequeños, a fin de que entrenaran sus habilidades, no era más que una forma de tratar de prepararlos para lo que pudiera avecinarse. Lo que nadie se esperaba era que la tormenta llegase tan pronto.

A los cuatro años de su llegada a aquella especie de refugio para perseguidos, cuando las aguas parecían haber vuelto a calmarse y la necesidad de huir se había convertido solo en un recuerdo lejano, ocurrió lo que muchos se habían temido que pasaría. Una noche de tempestad, y motivados por ciertos comentarios en un pueblo cercano, que hablaban de la presencia de animales exóticos por la zona, llevaron a los Inquisidores al refugio del grupo de cambiaformas. Lo único que lograba recordar de aquella noche, antes de que todo ardiera, era el rostro de su madre, contraído en una mueca de terror. Le suplicaba que se marchase, que escapase sin mirar atrás. Y que se llevara a Myth con él. La más pequeña del campamento, con la apariencia de una niña de unos seis años. Sus padres la abandonaron allí poco después de nacer, y desde entonces, él siempre la tató como una hermana... Después de aquellas palabras dedicadas por su amada madre, todo se volvió confuso. Sangre. Gritos. Lágrimas. El inconfundible gruñido de la tigresa que alguna vez fue su madre, luchando por la libertad de su "cachorro". Hasta donde sabe, todos murieron aquella noche, a excepción de él y la niña, a la que cargó en la espalda durante kilómetros antes de caer exhausto en el lecho de un río.

Despertó días después, desorientado, en el lecho de una casa de madera, a causa de las risas frenéticas de la niña. Cuando giró el rostro la pudo ver jugando animadamente con un lobo de gran tamaño que parecía más manso que un simple gatito. No necesitó verle cambiar para saber que era el dueño de aquella casa, y quien le había salvado. El desconocido se llamaba Utreckt, un nórdico de tamaño descomunal que, además de convertirse en lobo y coyote, igual que su "hermana adoptiva" -como llamaba a Myth-, adoraba cantar canciones a la hoguera. Pasaron con él dos inviernos, antes de reemprender la marcha, motivados por aquel hombre extraño y agradable que les animó a continuar su camino sin temor a nada. Siempre se tendrían el uno al otro, ¿no? Así que, ¿por qué iban a temer? Sin levantar sospechas de ningún tipo -ya que, según la versión oficial, todos los "monstruos que se convertían en animales habían sido eliminados"-, los dos regresaron a Londres, desde donde viajaron como polizones en un barco de mercancías con Francia como destino.

Los sucesivos trabajos mal pagados y la necesidad de estar en continuo movimiento por si les descubrían, los llevaron a ambos a París donde finalmente se establecieron cuando Nathan logró encontrar un trabajo como cocinero en un pequeño restaurante. Myth, por su parte, se dedicaba a ayudar en el orfanato, aunque nunca cobró nada por ello. Su casa no es demasiado grande, pero sí lo suficientemente confortable para que ambos vivan bien. Con la ayuda de Nathan, Myth logró aprender a leer y escribir, además de a dibujar. Lo que ninguno de los dos sabe, es que el padre de Nathan ha conseguido seguirles la pista hasta París, dispuesto a erradicarlos de la faz de la tierra.

Descripción Física

Conversiones Nathan:

Lynx Pardinus - Lince Ibérico:

Acinonyx jubatus - Guepardo:

Panthera tigris tigris - Tigre de Bengala:

Apariencia Real:

Como Humano:

Ojos claros y melancólicos. Poco expresivo en general. Normalmente luce con una sonrisa relajada que nunca le llega a los ojos... Aunque lo único que le hace sonreír en realidad es la presencia de Myth. De andares lentos y precavidos. Aun tras haber estado escapando tanto tiempo, no siente que esté seguro del todo. Y más vale prevenir que curar. De una altura que roza el metro ochenta y cinco, no se puede decir que sea precisamente bajo. Cuerpo no demasiado musculado, pero sí fibroso. Extremidades largas y ágiles. Cabello rubio oscuro, como su fallecida madre, y mirada normalmente fría y reflexiva. Es difícil saber lo que está pensando.


Conversiones Myth:

Canis lupus - Lobo Gris:

Canis lupus arctos - Lobo Ártico o Polar:

Canis aureus - Chacal:

Apariencia Humana:

Real:

Ojos claros y expresivos. Eterna sonrisa en el semblante. Nerviosa y divertida por naturaleza, hasta a la hora de caminar se le nota. Si está muy contenta dará brincos, se abrazará a ti sin motivo y sonreirá hasta la saciedad para luego caer exhausta. Cabellos largos y de color oscuro, casi puede decirse que es camaleónica. Pese a no tener ningún dinero, pasa por una señorita de alta sociedad sin demasiado esfuerzo. Bonita aunque algo brusca. Los modales no son lo suyo.

Creado por Frozen •