AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Gata encerrada [Privado]
2 participantes
Página 1 de 1.
Gata encerrada [Privado]
¿Cuánto tiempo había transcurrido desde la última vez que di un paseo como gato? Tenía tanto tiempo sin hacerlo que me parecía absolutamente extraño hacerlo. De un tiempo para adelante la vida había dejado de ser tan sencilla como antes y apenas parecía que recuperaba la simpleza de otros tiempo, tiempos mejores. En gran parte creo que ese había sido el motivo que me inspiro desde que a mi cuerpo llegaron los primeros rayos del sol de la mañana; había modificado la habitación por el invierno y había llevado la cama a un punto en el que el sol calentaba la cama lo cual me volvía extremadamente feliz, de esa manera podía dormir más tiempo, como una gata demasiado perezosa pero en esta ocasión me levante en cuando esos rayos alumbraron mi rostro.
En mi cuerpo se sentía la extraña necesidad de estirar mis patas felinas y salir a dar un paseo por las casas, ver a las mujeres arreglarse, a los niños salir felices y hacer travesurillas y por supuesto llegar a una que otra casa en la que sabía que me mimarían. Admitiré que ser mimada por humanos era algo que extrañaba bastante de mis paseos, pero la desconfianza había causado algunos estragos en mi del tiempo que forme parte de la alianza pero desde que me tope con la manda de Charles, estaba volviendo a ser yo misma, dejaba las cosas del pasado donde debían estar y me enfocaba en el presente para poder lograr un mejor futuro.
Anduve por la casa, pensando en cual sería la mejor ruta a seguir en esa agradable mañana invernal y comí una tostada con un poco de mermelada en lo que analizaba las posibilidades solo para terminar por quedarme en la puerta que daba al jardín de la casa, pensar demasiado la ruta no debía ser tan divertido, quizás lo mejor fuera solamente ir a donde el destino me guiara y esperar encontrar algo interesante. Sin más que pensar, cambie mi figura humana por la de la felina y salí al patio para poder saltar por los techos y comenzar a andar tranquilamente.
No estoy segura exactamente del tiempo que pase caminando por los tejados y saltando de casa en casa, además de que por momentos bajaba para cruzar las calles y de nuevo subir a los tejados del lado contrario. En cierto punto me persiguió un perro, pero era un animal común así que lo perdí sin mayores dificultades aunque el inconveniente que vino después no fue algo que pudiera esquivar tan fácilmente.
Continúe andando por los tejados hasta que una barandilla de un balcón me llamo y justo cuando saltaba a ella un pequeñito salió y me arrojo un vaso de agua. Dejando que mi instinto fuera el que me guiaba salí corriendo despavorida, como si aquel inocente vaso de agua fuera lo peor que me podía haber sucedido pero aún así, corrí hasta llegar por los tejados al parió de una mansión en la que me mantuve temblorosa, aguardando a que el sol hiciera de las suyas en mi pelaje.
“Frío… frío… frío….” Me quede diciendo en mi figura felina, pensando que nadie sería capaz de entender lo que decía, pero en aquella mansión estaba una pequeña sorpresa para mi.
En mi cuerpo se sentía la extraña necesidad de estirar mis patas felinas y salir a dar un paseo por las casas, ver a las mujeres arreglarse, a los niños salir felices y hacer travesurillas y por supuesto llegar a una que otra casa en la que sabía que me mimarían. Admitiré que ser mimada por humanos era algo que extrañaba bastante de mis paseos, pero la desconfianza había causado algunos estragos en mi del tiempo que forme parte de la alianza pero desde que me tope con la manda de Charles, estaba volviendo a ser yo misma, dejaba las cosas del pasado donde debían estar y me enfocaba en el presente para poder lograr un mejor futuro.
Anduve por la casa, pensando en cual sería la mejor ruta a seguir en esa agradable mañana invernal y comí una tostada con un poco de mermelada en lo que analizaba las posibilidades solo para terminar por quedarme en la puerta que daba al jardín de la casa, pensar demasiado la ruta no debía ser tan divertido, quizás lo mejor fuera solamente ir a donde el destino me guiara y esperar encontrar algo interesante. Sin más que pensar, cambie mi figura humana por la de la felina y salí al patio para poder saltar por los techos y comenzar a andar tranquilamente.
No estoy segura exactamente del tiempo que pase caminando por los tejados y saltando de casa en casa, además de que por momentos bajaba para cruzar las calles y de nuevo subir a los tejados del lado contrario. En cierto punto me persiguió un perro, pero era un animal común así que lo perdí sin mayores dificultades aunque el inconveniente que vino después no fue algo que pudiera esquivar tan fácilmente.
Continúe andando por los tejados hasta que una barandilla de un balcón me llamo y justo cuando saltaba a ella un pequeñito salió y me arrojo un vaso de agua. Dejando que mi instinto fuera el que me guiaba salí corriendo despavorida, como si aquel inocente vaso de agua fuera lo peor que me podía haber sucedido pero aún así, corrí hasta llegar por los tejados al parió de una mansión en la que me mantuve temblorosa, aguardando a que el sol hiciera de las suyas en mi pelaje.
“Frío… frío… frío….” Me quede diciendo en mi figura felina, pensando que nadie sería capaz de entender lo que decía, pero en aquella mansión estaba una pequeña sorpresa para mi.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 391
Fecha de inscripción : 10/09/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Gata encerrada [Privado]
Las cuatro paredes de aquella mansión me asfixiaban. Debía permanecer escondida y causar el menor revuelo o malestar posible entre los sirvientes, mientras era padre quien me iba a buscar alimento, me cuidaba y bañaba. Gruñí ante lo último, justo hacia dos días de su partida, me habia dicho que se debía ir por unos días con el amo de la mansión, por lo que tomándome desprevenida tumbada en la cama a la luz del sol, me agarró y me llevó a la bañera donde tenía preparado todo para mi aseo. Ese odiado momento. Como siempre intenté escaparme de su mano y del agua, bufando y hincando mis uñas en sus brazos, pero él ya conociéndome llevaba puesto un jersey lo bastante grueso para que no pudiera agarrarme bien a él. Maullando descontenta y aterrada, dejé que terminara de mojarme, quedando apenas como una ratita mojada. Cuando me tomó con la toalla, lo celebre esperando poderme secar rápido. Me secó lo que pudo y tras transformarse en gato, terminó de limpiarme con su lengua, como siempre habia hecho mi madre conmigo. Y luego de eso se fue, dejándome sola en aquella gran mansión de la que no podía escaparme.
Me encontraba tumbada en la cama, justo por donde pasaban los rayos del sol por mi ventana para calentar mi piel. Estaba con una de las camisas de Maurice en mi forma humana. Deseaba dormir más pero el estomago me rugía, pidiéndome comida, y sin padre en casa no tenia alimento. Si solo pudiera probar un poco de leche o hasta un ratón, me decía dándome todavía más hambre. Tras unas horas, el hambre se me hizo insoportable y desobedeciendo por primera vez las órdenes de mi padre, me transformé en la pequeña gatita naranja de verdes ojos, y salí por la puerta en silencio buscando la cocina donde poder robar un poco de comida.
La mansión era demasiado grande y sin saber donde iba, no sabía si iba bien encaminada o no. Tuve suerte ya que los sirvientes se encontraban ocupados, así que nadie me vio pasearme por los pasillos. Caminando, caminando, usando el olfato para encontrar comida llegué a lo que parecía ser un pequeño salón, donde encima de una mesilla habia un vaso con un poco de leche. Ronronee feliz al verlo, aquella era mi oportunidad. Subí a la mesa y yendo hacia el vaso intenté llegar a la leche, pero estaba demasiado abajo para mi morro. Con las patas intenté tirar el vaso con delicadeza para llegar así a beber la leche derramada. Pero el ruido que hizo al chocar contra el suelo y romperse alertó a los sirvientes más cercanos que se acercaron rápidamente. Sin saber que hacer me quedé bebiendo de la leche derramada. — Al fin la encontramos! La gatita que mantenía Maurice en su recamara… y se ve hambrienta. No deberíamos darle algo? — Oí que decía una joven que se habia acercado a mí. Ronroneé al sentir su caricia en mi pelaje. —Es la gata de Maurice y Lowe no sabe nada de ella. Atrápala y se la enseñaremos cuando vuelvan para que sepa que su protegido le esconde mascotas en su cuarto. — Al oír que querían presentarme al amo de la mansión y acordándome de lo que Maurice me habia dicho de él, arañé la mano que ahora intentaba agarrarme y corriendo asustada salí por la ventana, saltando unos metros hasta el suelo.
Aterrice de cuatro patas y rápidamente corrí a esconderme entre las grandes jardineras llenas de flores e insectos. Tras un rato escondida, al ver que no me buscaban por fuera, empecé a corretear de jardineras en jardineras persiguiendo saltamontes y hasta mariposas. El hambre era grande y lo poco que habia conseguido beber de la leche, muy poco para mí. Y justo cuando tenía una mariposa a mi alcance y ya la saboreaba, vi a un gato acurrucado en medio del patio. “¿Mamá…?” Me pregunté en mi mente acercándome lentamente. Al verla girarse y mirarme, me quedé quieta tumbándome en el suelo. “No quería asustarte." Dije enseguida antes que quisiera irse. “ ¿Por que estas mojada? ¿Tu tambien odias que te bañen? Yo lo paso muy mal cuando me mojan tambien…”La miré con mis brillantes verdes ojos y un leve ronroneo, mientras me lamia una de mis patitas que sin querer antes se habia mojado de leche.
Me encontraba tumbada en la cama, justo por donde pasaban los rayos del sol por mi ventana para calentar mi piel. Estaba con una de las camisas de Maurice en mi forma humana. Deseaba dormir más pero el estomago me rugía, pidiéndome comida, y sin padre en casa no tenia alimento. Si solo pudiera probar un poco de leche o hasta un ratón, me decía dándome todavía más hambre. Tras unas horas, el hambre se me hizo insoportable y desobedeciendo por primera vez las órdenes de mi padre, me transformé en la pequeña gatita naranja de verdes ojos, y salí por la puerta en silencio buscando la cocina donde poder robar un poco de comida.
La mansión era demasiado grande y sin saber donde iba, no sabía si iba bien encaminada o no. Tuve suerte ya que los sirvientes se encontraban ocupados, así que nadie me vio pasearme por los pasillos. Caminando, caminando, usando el olfato para encontrar comida llegué a lo que parecía ser un pequeño salón, donde encima de una mesilla habia un vaso con un poco de leche. Ronronee feliz al verlo, aquella era mi oportunidad. Subí a la mesa y yendo hacia el vaso intenté llegar a la leche, pero estaba demasiado abajo para mi morro. Con las patas intenté tirar el vaso con delicadeza para llegar así a beber la leche derramada. Pero el ruido que hizo al chocar contra el suelo y romperse alertó a los sirvientes más cercanos que se acercaron rápidamente. Sin saber que hacer me quedé bebiendo de la leche derramada. — Al fin la encontramos! La gatita que mantenía Maurice en su recamara… y se ve hambrienta. No deberíamos darle algo? — Oí que decía una joven que se habia acercado a mí. Ronroneé al sentir su caricia en mi pelaje. —Es la gata de Maurice y Lowe no sabe nada de ella. Atrápala y se la enseñaremos cuando vuelvan para que sepa que su protegido le esconde mascotas en su cuarto. — Al oír que querían presentarme al amo de la mansión y acordándome de lo que Maurice me habia dicho de él, arañé la mano que ahora intentaba agarrarme y corriendo asustada salí por la ventana, saltando unos metros hasta el suelo.
Aterrice de cuatro patas y rápidamente corrí a esconderme entre las grandes jardineras llenas de flores e insectos. Tras un rato escondida, al ver que no me buscaban por fuera, empecé a corretear de jardineras en jardineras persiguiendo saltamontes y hasta mariposas. El hambre era grande y lo poco que habia conseguido beber de la leche, muy poco para mí. Y justo cuando tenía una mariposa a mi alcance y ya la saboreaba, vi a un gato acurrucado en medio del patio. “¿Mamá…?” Me pregunté en mi mente acercándome lentamente. Al verla girarse y mirarme, me quedé quieta tumbándome en el suelo. “No quería asustarte." Dije enseguida antes que quisiera irse. “ ¿Por que estas mojada? ¿Tu tambien odias que te bañen? Yo lo paso muy mal cuando me mojan tambien…”La miré con mis brillantes verdes ojos y un leve ronroneo, mientras me lamia una de mis patitas que sin querer antes se habia mojado de leche.
Nalia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 14/10/2013
Re: Gata encerrada [Privado]
Gente inconsciente que se ponía a lanzar agua a cualquier inocente criatura que pasaba frente a sus casas y ventanas. Yo no tenía planeado hacer ninguna clase de maldad o mucho menos y ahora estaba completamente empapada por agua. No era algo enteramente mortal pero para los gatos… no nos agrada mucho el agua y aunque en mi forma humana podía ser algo diferente en aquella forma no me gustaba pero para nada.
Afortunadamente para mi había llegado a aquel patio de una enorme casa y después de que me había quedado un buen rato completamente inmóvil aguardando a que el frío pasara al menos un poco. Mi figura entera temblaba y cuando algunos rayos del sol llegaron hasta mi, me acurruque en el pasto, aguardando a que mi pelaje se secara y entonces pudiera continuar con mis andanzas ya que al parecer, no había tenido suficiente y quería continuar con mis viajes para que seguramente otra persona decidiera arrojarme agua.
Permanecí quieta en el sol, comenzaba a darme sueño y las ganas de quedarme a dormir una pequeña siesta en ese lugar era sumamente tentadora. Mis ojos se cerraban y cada vez me era más complicado abrirlos de nuevo, pero aún así volvía a abrirlos hasta que una voz detrás de mi hizo que me despertara por completo y me gire a mirar a una pequeña gatita que se acercaba hasta mi, tenía unos hermosos ojos verdes y no pude evitar preguntarme en como serían esos ojos cuando fuese ella humana.
“Lo siento, no soy tu mamá. Seguramente esta por algún otro lado de este enorme jardín que tienes por casa” levante mi cuerpo y moví la cola de un lado a otro “No, no me has asustado solo me sorprendí porque creía que estaba sola en este lugar pero ya veo que no es así”
Me acerque un poco más a ella, era sumamente adorable y su voz era tan dulce que no podía evitar querer estar cerca de ella y ronronear; aún así me contuve de hacerlo porque seguramente su madre estaba cerca y se molestaría de saber que su pequeña hija estaba tan cerca de otra gata que no fuera ella.
“Odio los baños solo en esta forma, cuando soy humana me gusta pero así…” mi pelaje aún se encontraba húmedo y con una de mis patas rasque mi oreja un poco “ En esta forma es bastante molesto así que comprendo que no te guste bañarte, pero si lo haces en forma humana como yo te secaras más rápido” me quede observándola unos instantes mientras limpiaba su pata. Era tan hermosa y me provocaba tal ternura que sin poder evitarlo más me acerque más a ella acaricie un poco mi cabeza contra la de ella a forma de saludo “Mi nombre es Camila … ¿Cómo te llamas tu?” dije una vez que estuve elegantemente sentada frente a ella, con mi vista enfocada en la de ella o al menos lo fue hasta que escuche unas voces que se dirigían a nosotros.
– Ahí esta y esta con otra al parecer —
– ¿Cuántas mascotas tendrá en su habitación? – los pasos se acercaban cada vez más a nosotras – Bueno da igual, atrapemoslas…
En un momento en el que no pensé exactamente lo que hacía le tome como seguramente lo hubiera hecho su madre y comencé a correr por aquel enorme jardín.
“Regresaremos después, que parece que no tienen buenas intenciones” Y sin más di unos cuantos saltos por un árbol hasta que solté a la gatita en la barda que dividía la mansión de otra.
Afortunadamente para mi había llegado a aquel patio de una enorme casa y después de que me había quedado un buen rato completamente inmóvil aguardando a que el frío pasara al menos un poco. Mi figura entera temblaba y cuando algunos rayos del sol llegaron hasta mi, me acurruque en el pasto, aguardando a que mi pelaje se secara y entonces pudiera continuar con mis andanzas ya que al parecer, no había tenido suficiente y quería continuar con mis viajes para que seguramente otra persona decidiera arrojarme agua.
Permanecí quieta en el sol, comenzaba a darme sueño y las ganas de quedarme a dormir una pequeña siesta en ese lugar era sumamente tentadora. Mis ojos se cerraban y cada vez me era más complicado abrirlos de nuevo, pero aún así volvía a abrirlos hasta que una voz detrás de mi hizo que me despertara por completo y me gire a mirar a una pequeña gatita que se acercaba hasta mi, tenía unos hermosos ojos verdes y no pude evitar preguntarme en como serían esos ojos cuando fuese ella humana.
“Lo siento, no soy tu mamá. Seguramente esta por algún otro lado de este enorme jardín que tienes por casa” levante mi cuerpo y moví la cola de un lado a otro “No, no me has asustado solo me sorprendí porque creía que estaba sola en este lugar pero ya veo que no es así”
Me acerque un poco más a ella, era sumamente adorable y su voz era tan dulce que no podía evitar querer estar cerca de ella y ronronear; aún así me contuve de hacerlo porque seguramente su madre estaba cerca y se molestaría de saber que su pequeña hija estaba tan cerca de otra gata que no fuera ella.
“Odio los baños solo en esta forma, cuando soy humana me gusta pero así…” mi pelaje aún se encontraba húmedo y con una de mis patas rasque mi oreja un poco “ En esta forma es bastante molesto así que comprendo que no te guste bañarte, pero si lo haces en forma humana como yo te secaras más rápido” me quede observándola unos instantes mientras limpiaba su pata. Era tan hermosa y me provocaba tal ternura que sin poder evitarlo más me acerque más a ella acaricie un poco mi cabeza contra la de ella a forma de saludo “Mi nombre es Camila … ¿Cómo te llamas tu?” dije una vez que estuve elegantemente sentada frente a ella, con mi vista enfocada en la de ella o al menos lo fue hasta que escuche unas voces que se dirigían a nosotros.
– Ahí esta y esta con otra al parecer —
– ¿Cuántas mascotas tendrá en su habitación? – los pasos se acercaban cada vez más a nosotras – Bueno da igual, atrapemoslas…
En un momento en el que no pensé exactamente lo que hacía le tome como seguramente lo hubiera hecho su madre y comencé a correr por aquel enorme jardín.
“Regresaremos después, que parece que no tienen buenas intenciones” Y sin más di unos cuantos saltos por un árbol hasta que solté a la gatita en la barda que dividía la mansión de otra.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 391
Fecha de inscripción : 10/09/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Gata encerrada [Privado]
Mis ojos no podían dejar de mirar a la gata, la forma en la que se levantó y movió la elegante cola me hizo recordar durante unos segundos a mi mamá, cuando ella tambien se levantaba medio dormida y hacia exactamente aquel movimiento. Mi pequeña anaranjada y peluda cola se movió sola y yo alegre le miré acercarse. Desde la salida de mi padre no habia salido de la habitación y aunque el hambre en mí era intenso, el saber que tendría compañía y quizás podria jugar un rato con ella, me hacia inmensamente feliz. Volví a ronronear y dejé mi pata en el suelo tras sentirme más limpia.
“Normalmente es un lugar muy solitario mi casa. Pocas veces salgo al jardín y mas pocas son las veces que encuentro compañía que no sean unos pájaros que perseguir o mariposas que sorprender.”Le contesté ignorando el dolor que me hacía pensar en que nunca más vería a mi madre, y que para mi mala suerte ella no se encontraba en aquel inmenso jardín. Jugué un momento con mis bigotes, limpiándomelos con una de mis patitas. Pasó cerca de nosotras una gran mariposa, y me contuve para no ir tras de ella, hambrienta como me encontraba. No quería que me viese matando a un bello animal como aquel, no iba a decirle tampoco que en ocasiones me las comía, no conocía muy bien a los nuestros más que mi madre que vivía en el bosque y siempre como gata y mi padre, si así podía llamarle, y si algo habia aprendido era que el mundo salvaje en el que viví de pequeña era muy diferente al educado ambiente de ahora.
Al oír su ronroneo, me acerque un poco más, volviendo a lamer mi pata unos segundos en los que la gata se me acercó y acarició mi cabeza. Dejé de lamer mi pata y acerqué mi cabeza contra la de ella. “Nunca habia conocido a una Camila, es un bonito nombre.” Ronronee sentándome mirándola y ladeé mi cabecita a un lado. “Yo me llamo Violette” le dije antes de que aquellas voces conocidas de antes, las sirvientas de la casa irrumpieran acercándose mas hacia nosotras. Sin fuerzas para correr, me agazapé esperando que me agarraran y con suerte quizás me dieran comida, cuando la gata antes de que llegaran a nosotras me agarró con los dientes del pescuezo y llevándome exactamente como habia hecho mi madre conmigo, comenzó a correr por el jardín, sin parecer importarle mi peso. Yo me quedé inmóvil en su agarre, sin moverme hasta que finalmente me dejó en la división de mi mansión en la que residía y de la vecina. Me puse de pie una vez en el suelo y removí mi pelaje en un movimiento de mi cuerpo.
“Hacia mucho tiempo que nadie me llevaba así...Se siente bien, olvidaba lo que era.” Mis palabras pasaron por mi mente sin querer con tristeza, entonces miré a la gata y vi su confusión. Me acerqué a ella hasta poder acariciar con mi cabeza su cuello y allí me quedé a su lado, ronroneando sintiendo la calidez de su pelaje. “Mi mamá se fue hace tiempo dejándome sola... murió.” Escondida bajo ella empecé a lamerle una de las patas delanteras. “ Ahora estoy con mi padre que apenas conozco... solo que se fue y hace días no vuelve, por lo que por eso escapé de mi habitación. Y si que me gusta bañarme como niña, solo que como el dueño de la mansión no sabe que vivo allí, me mantiene en secreto y por eso debe de bañarme como gatita.” Dejé de lamerle la pata y me escondí más bajo ella, acurrucándome al tiempo que sentía los pasos de las sirvientas de antes llamarme desde un extremo del jardín, donde por suerte ya no nos encontrábamos y tampoco gracias a Camila que nos pudo sacar de allí, no nos podían ver. No quería volver a estar encerrada en aquel cuarto.
“Normalmente es un lugar muy solitario mi casa. Pocas veces salgo al jardín y mas pocas son las veces que encuentro compañía que no sean unos pájaros que perseguir o mariposas que sorprender.”Le contesté ignorando el dolor que me hacía pensar en que nunca más vería a mi madre, y que para mi mala suerte ella no se encontraba en aquel inmenso jardín. Jugué un momento con mis bigotes, limpiándomelos con una de mis patitas. Pasó cerca de nosotras una gran mariposa, y me contuve para no ir tras de ella, hambrienta como me encontraba. No quería que me viese matando a un bello animal como aquel, no iba a decirle tampoco que en ocasiones me las comía, no conocía muy bien a los nuestros más que mi madre que vivía en el bosque y siempre como gata y mi padre, si así podía llamarle, y si algo habia aprendido era que el mundo salvaje en el que viví de pequeña era muy diferente al educado ambiente de ahora.
Al oír su ronroneo, me acerque un poco más, volviendo a lamer mi pata unos segundos en los que la gata se me acercó y acarició mi cabeza. Dejé de lamer mi pata y acerqué mi cabeza contra la de ella. “Nunca habia conocido a una Camila, es un bonito nombre.” Ronronee sentándome mirándola y ladeé mi cabecita a un lado. “Yo me llamo Violette” le dije antes de que aquellas voces conocidas de antes, las sirvientas de la casa irrumpieran acercándose mas hacia nosotras. Sin fuerzas para correr, me agazapé esperando que me agarraran y con suerte quizás me dieran comida, cuando la gata antes de que llegaran a nosotras me agarró con los dientes del pescuezo y llevándome exactamente como habia hecho mi madre conmigo, comenzó a correr por el jardín, sin parecer importarle mi peso. Yo me quedé inmóvil en su agarre, sin moverme hasta que finalmente me dejó en la división de mi mansión en la que residía y de la vecina. Me puse de pie una vez en el suelo y removí mi pelaje en un movimiento de mi cuerpo.
“Hacia mucho tiempo que nadie me llevaba así...Se siente bien, olvidaba lo que era.” Mis palabras pasaron por mi mente sin querer con tristeza, entonces miré a la gata y vi su confusión. Me acerqué a ella hasta poder acariciar con mi cabeza su cuello y allí me quedé a su lado, ronroneando sintiendo la calidez de su pelaje. “Mi mamá se fue hace tiempo dejándome sola... murió.” Escondida bajo ella empecé a lamerle una de las patas delanteras. “ Ahora estoy con mi padre que apenas conozco... solo que se fue y hace días no vuelve, por lo que por eso escapé de mi habitación. Y si que me gusta bañarme como niña, solo que como el dueño de la mansión no sabe que vivo allí, me mantiene en secreto y por eso debe de bañarme como gatita.” Dejé de lamerle la pata y me escondí más bajo ella, acurrucándome al tiempo que sentía los pasos de las sirvientas de antes llamarme desde un extremo del jardín, donde por suerte ya no nos encontrábamos y tampoco gracias a Camila que nos pudo sacar de allí, no nos podían ver. No quería volver a estar encerrada en aquel cuarto.
Nalia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 14/10/2013
Re: Gata encerrada [Privado]
“¿De verdad? Pues es una casa muy grande por eso pensé que había gente jugando y buscándote todo el tiempo. Aunque eso no siempre es bueno, mucho menos cuando lo que uno quiere es dormir mucho rato. Y eso de que salgas pocas veces… eso no puede ser después de todo hay tanto que ver fuera pero debes tener cuidado con que te lancen agua” Me quedaba cerca de ella, la pequeñita aquella era sumamente linda y ni que decir de la manera en la que sus ojos brillaban siguiendo el recorrido de una mariposa, como deseando lanzarse tras ella cual una feroz cazadora, pero se quedo a mi lado.
“Pues ahora conoces una Camila, Violette… ese si es un nombre muy bonito pero tu también lo eres así que no es extraño que tengas un nombre así…” Había pensado invitarle a andar un rato fuera de aquella mansión pero entonces fue en el momento que llegaron a nosotros aquellos que intentaban llevársela y termine dándome a la fuga con la pequeña; no sabía si ella quería seguirme o no, simplemente lo hice porque había creído que era lo mejor y porque no podía dejarle sola en aquel lugar, a su suerte y menos con personas que parecían tan malintencionadas. Pero se habían metido con las gatas equivocadas y por eso tenían que observarnos desde el suelo, mientras permanecíamos en un lugar seguro y al que no tendrían acceso. Eso era lo bueno y lo divertido de ser cambiaformas. Los humanos nos tomaban por simples animales y siempre se llevaban más de una sorpresa si es que en forma animal les gastábamos broma.
Le observe removerse y como su pelaje se esponjaba un poco, era realmente encantadora verla de esa manera.
“¿No te carga así tu madre? Porque creo que aún eres pequeña para andar por ahí sola y cosas así” No me negué cuando se acercó hasta mi y comenzó a ronronear, pero cuando el tema de su madre salió a la luz me sentí como una completa tonta. Mi madre, ella aún vivía aunque no estaba verdaderamente segura de cuanto tiempo más la tendría a mi lado, esperaba que mucho tiempo pero en parte era capaz de comprender como era no tener a alguien que querías. Le escuche, recargando mi cabeza en la de ella mientras su lengua lamia suavemente mi pata. “Mi papá también se fue hace mucho tiempo, los humanos no viven tanto como nosotros por desgracia y mi mamá esta lejos, no quiere venir de nuevo a París si mi padre no esta aquí” Ronronee para ella nuevamente “Las personas que no conoces pueden llegar a ser a quienes más quieras, lo digo porque me ha pasado y seguramente tu padre quiere cuidarte y por eso te esconde del dueño” bufe “Ese hombre debe ser un malvado si no quiere a una gatita tan linda como tu”
La misma mariposa que antes había volado cerca de nosotros paso, viajando a la libertad fuera de aquella mansión y entonces vino a mi la idea.
“Violette…. ¿Quieres ir a pasear conmigo? Te traeré de regreso en un rato, lo prometo” Mi cola se movió de un lado a otro esperando que aceptara a mi invitación. No quería volver a casa o dejarle sola en aquel lugar así que aventurarnos entre las calles era una buena idea o eso me lo parecía a mi. Comencé entonces a andar, buscando la ruta adecuada para llevarle de paseo. Un lugar con niños quizás o la casa de alguien que soliera mimarme y alimentarme. “Vamos, que se de un sitio donde nos darán comida y después iremos a jugar” estaba entusiasmada y esperaba poder contagiar de mi entusiasmo a la pequeña.
“Pues ahora conoces una Camila, Violette… ese si es un nombre muy bonito pero tu también lo eres así que no es extraño que tengas un nombre así…” Había pensado invitarle a andar un rato fuera de aquella mansión pero entonces fue en el momento que llegaron a nosotros aquellos que intentaban llevársela y termine dándome a la fuga con la pequeña; no sabía si ella quería seguirme o no, simplemente lo hice porque había creído que era lo mejor y porque no podía dejarle sola en aquel lugar, a su suerte y menos con personas que parecían tan malintencionadas. Pero se habían metido con las gatas equivocadas y por eso tenían que observarnos desde el suelo, mientras permanecíamos en un lugar seguro y al que no tendrían acceso. Eso era lo bueno y lo divertido de ser cambiaformas. Los humanos nos tomaban por simples animales y siempre se llevaban más de una sorpresa si es que en forma animal les gastábamos broma.
Le observe removerse y como su pelaje se esponjaba un poco, era realmente encantadora verla de esa manera.
“¿No te carga así tu madre? Porque creo que aún eres pequeña para andar por ahí sola y cosas así” No me negué cuando se acercó hasta mi y comenzó a ronronear, pero cuando el tema de su madre salió a la luz me sentí como una completa tonta. Mi madre, ella aún vivía aunque no estaba verdaderamente segura de cuanto tiempo más la tendría a mi lado, esperaba que mucho tiempo pero en parte era capaz de comprender como era no tener a alguien que querías. Le escuche, recargando mi cabeza en la de ella mientras su lengua lamia suavemente mi pata. “Mi papá también se fue hace mucho tiempo, los humanos no viven tanto como nosotros por desgracia y mi mamá esta lejos, no quiere venir de nuevo a París si mi padre no esta aquí” Ronronee para ella nuevamente “Las personas que no conoces pueden llegar a ser a quienes más quieras, lo digo porque me ha pasado y seguramente tu padre quiere cuidarte y por eso te esconde del dueño” bufe “Ese hombre debe ser un malvado si no quiere a una gatita tan linda como tu”
La misma mariposa que antes había volado cerca de nosotros paso, viajando a la libertad fuera de aquella mansión y entonces vino a mi la idea.
“Violette…. ¿Quieres ir a pasear conmigo? Te traeré de regreso en un rato, lo prometo” Mi cola se movió de un lado a otro esperando que aceptara a mi invitación. No quería volver a casa o dejarle sola en aquel lugar así que aventurarnos entre las calles era una buena idea o eso me lo parecía a mi. Comencé entonces a andar, buscando la ruta adecuada para llevarle de paseo. Un lugar con niños quizás o la casa de alguien que soliera mimarme y alimentarme. “Vamos, que se de un sitio donde nos darán comida y después iremos a jugar” estaba entusiasmada y esperaba poder contagiar de mi entusiasmo a la pequeña.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 391
Fecha de inscripción : 10/09/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Gata encerrada [Privado]
La gata era tan grande como lo había sido mi madre, pudiendo acurrucarme bajo ella, como hacia con madre muchas veces para escapar del sol, pero esta vez no era por el calor que no resultaba molestia alguna, si no por el hambre y la tristeza que aún me embargaba cuando pensaba en mi madre y esconderme bajo su manto me hacia sentirme segura. Salí de debajo suyo lamiéndole la pata, cuando sentí como recargaba mi cabeza sobre mi lomo y ronronee feliz y placida de su caricia. "Yo no sé como son estas personas…nunca salgo de mi habitación y aún menos he visto al dueño de la mansión, ya que solo despierta de noche y en la noche me dijo mi padre que no saliera por nada del mundo, que no me podía descubrir o se me comería.” Dije frunciendo los bigotes un momento horrorizada como cada vez que pensaba en aquel hombre, sin saber aún ni poder imaginarme por que mi padre podía decirme aquello del hombre.
Intentando desviar mi atención de mi tristeza, seguí ronroneando y acaricié con mi cabecita su cuello. Era calida y aunque no fuera tan peluda como mi madre, su pelaje era muy suave.
Ronroneando para ella, observé como la mariposa volvía a pasar por nuestro lado, y volviéndome a contener para no ir y comérmela, pues el hambre ya era muy grande en mí, algo atrajo mi atención. Era la cola de Camila que iba de un lado para otro, lo que me seducía para perseguir su cola y jugar con ella. Me quedé mirándola y asentí a su idea mientras mis patas se encogían preparadas para saltar encima su cola. “Quisiera no regresar... pero vamos, quiero salir de aquí. No quiero que me busquen. Quiero jugar, ir a comer…” Dije viéndole empezar a andar alejándose de mí. Aprovechando mi posición salté al aire y correteé hasta llegar a su lado, siguiéndole. Iba dando saltitos con mis patitas a su lado, cruzándome a veces en su camino o escondiéndome bajo ella ronroneante pidiendo alguna caricia.
Fuimos avanzando, alejándonos de aquel lugar, cuando pasábamos por delante de alguna mansión y hogares con perros, me escondía de nuevo bajo Camila o rizada les gruñía haciéndome la fuerte aunque luego cuando me ladraban huía corriendo con la cola en alto completamente aterrorizada de aquellas bestias. “Son horribles…una vez nos persiguieron a mi madre y a mí toda una tarde." Comenté algo ya cansada de tanto correr con mis patitas y quedándome atrás de Camila un momento aproveche para agazaparme y saltar encima de su cola, intentando atraparla con mis patitas, jugando con ella. Tras un instante de juguetear con su cola, la dejé ya que no sabía si le gustaba que jugaran con ella o si podría molestarle. Me detuve y sentí unos retortijones en mi vientre, más fuertes de los que los últimos días había sentido.
“Quiero comer…” Dije en un débil maullido, hambrienta por lo que los anteriores días no había comido.
Intentando desviar mi atención de mi tristeza, seguí ronroneando y acaricié con mi cabecita su cuello. Era calida y aunque no fuera tan peluda como mi madre, su pelaje era muy suave.
Ronroneando para ella, observé como la mariposa volvía a pasar por nuestro lado, y volviéndome a contener para no ir y comérmela, pues el hambre ya era muy grande en mí, algo atrajo mi atención. Era la cola de Camila que iba de un lado para otro, lo que me seducía para perseguir su cola y jugar con ella. Me quedé mirándola y asentí a su idea mientras mis patas se encogían preparadas para saltar encima su cola. “Quisiera no regresar... pero vamos, quiero salir de aquí. No quiero que me busquen. Quiero jugar, ir a comer…” Dije viéndole empezar a andar alejándose de mí. Aprovechando mi posición salté al aire y correteé hasta llegar a su lado, siguiéndole. Iba dando saltitos con mis patitas a su lado, cruzándome a veces en su camino o escondiéndome bajo ella ronroneante pidiendo alguna caricia.
Fuimos avanzando, alejándonos de aquel lugar, cuando pasábamos por delante de alguna mansión y hogares con perros, me escondía de nuevo bajo Camila o rizada les gruñía haciéndome la fuerte aunque luego cuando me ladraban huía corriendo con la cola en alto completamente aterrorizada de aquellas bestias. “Son horribles…una vez nos persiguieron a mi madre y a mí toda una tarde." Comenté algo ya cansada de tanto correr con mis patitas y quedándome atrás de Camila un momento aproveche para agazaparme y saltar encima de su cola, intentando atraparla con mis patitas, jugando con ella. Tras un instante de juguetear con su cola, la dejé ya que no sabía si le gustaba que jugaran con ella o si podría molestarle. Me detuve y sentí unos retortijones en mi vientre, más fuertes de los que los últimos días había sentido.
“Quiero comer…” Dije en un débil maullido, hambrienta por lo que los anteriores días no había comido.
Nalia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 14/10/2013
Re: Gata encerrada [Privado]
Le escuche hablar del hombre dueño de aquella casa, no había necesidad de preguntar mucho más. Alguien que solo salía de noche… solo podía tratarse de un vampiro.
“Pues entonces no les conozcas que parecen malas personas; y obedece siempre a tu padre que si ese hombre es malo seguramente terminara echándote a la calle… o como dice tu padre comiéndote” en realidad no era como que quisiera causarle un trauma eterno, pues sabía de la existencia de vampiros amables y buenos, para mostrarlo, solo debía pensar en mi querido Hero y en lo bueno que era. Aquel vampiro era como un niño y yo le quería con todo mi corazón, pero si el padre de Violette le decía que aquel hombre podría comerle, entonces mejor tener cuidado.
“No digas eso que seguramente sino te traigo de regreso tu padre me odiara de por vida por robarme a su pequeña, aunque lo haría sin dudarlo un instante, eres un encanto” termine por acercarme de nuevo a ella y ronronear, era de verdad tan linda que me daban deseos de ser madre aunque no me sintiera completamente preparada para algo de ese estilo “Bueno” dije una vez que estábamos listas y me había apartado para dejar de ronronearle a la pequeña “Hora de partir a la aventura, vamos” Comencé a caminar con paso regular, sintiendo como a momentos aquella pequeña se escabullía entre mis patas o ronroneaba, era tan hermosa y divertida que no podía evitar dejarle robar mi corazón con sus pequeños e inocentes actos.
Pasar cerca de lugares con perros no me agradaba, pero al parecer a ella tampoco. Era de lo más divertido verla hacerse la valiente frente alguno y luego salir despavorida en dirección a mi. “Ten cuidado que alguno terminara por arrancarte una pata” y a modo de juego di una leve y juguetona mordida a su oreja para después lamerle con cariño la cabeza “Los perros son terribles, pero espera a que te topes a alguno de los nuestros que cambie en esa forma… son la muerte pero son bastante divertidos y siempre llenos de energía” por un segundo pensé en Keath y resople. Aquel perro aparecía en los momentos menos oportunos para recordarme que no le había visto. Por fortuna, un ligero golpe de las patas de Violette en mi cola me trajo de regreso al momento y divertida comencé a mover la cola de un lado a otro mientras ella intentaba alcanzarla. Entre aquel juego, fue que terminamos cerca de la casa de la mujer que sabía nos alimentaria. La pequeña moría de hambre, no había necesidad que lo dijera con el mero hecho de escuchar su estomago era suficiente.
Volví para tomarle entre mi hocico.
“Vamos que ya estamos cerca y de hecho te llevare hasta la casa para que no te de más hambre” No me detuve y la deje hasta que llegamos a un balcón “Llegamos” le comente entusiasmada solo para comenzar a maullar fuera de la ventana para que momentos después apareciera la amable mujer que siempre me alimentaba.
– Corazón, tanto sin verte criatura hermosa. Debes estar hambrienta y… – la mujer miro a Violette, dejándome dentro de su casa para entonces tomar a la pequeña – y trajiste a tu pequeña, es tan linda… – la mujer mimo unos segundos a Vio para después dejarla a mi lado – esperen aquí mis visitantes queridas, les traeré un poco de leche y algo que encuentre – dijo antes de salir y entonces yo me dirigí a la gatita.
“Esta mujer es muy amable, al parecer hoy esta sola pero cuando están sus nietas… esas niñas siempre me miman de más” de manera elegante, me eche a esperar que la mujer regresara, mientras que observaba a Violette.
“Pues entonces no les conozcas que parecen malas personas; y obedece siempre a tu padre que si ese hombre es malo seguramente terminara echándote a la calle… o como dice tu padre comiéndote” en realidad no era como que quisiera causarle un trauma eterno, pues sabía de la existencia de vampiros amables y buenos, para mostrarlo, solo debía pensar en mi querido Hero y en lo bueno que era. Aquel vampiro era como un niño y yo le quería con todo mi corazón, pero si el padre de Violette le decía que aquel hombre podría comerle, entonces mejor tener cuidado.
“No digas eso que seguramente sino te traigo de regreso tu padre me odiara de por vida por robarme a su pequeña, aunque lo haría sin dudarlo un instante, eres un encanto” termine por acercarme de nuevo a ella y ronronear, era de verdad tan linda que me daban deseos de ser madre aunque no me sintiera completamente preparada para algo de ese estilo “Bueno” dije una vez que estábamos listas y me había apartado para dejar de ronronearle a la pequeña “Hora de partir a la aventura, vamos” Comencé a caminar con paso regular, sintiendo como a momentos aquella pequeña se escabullía entre mis patas o ronroneaba, era tan hermosa y divertida que no podía evitar dejarle robar mi corazón con sus pequeños e inocentes actos.
Pasar cerca de lugares con perros no me agradaba, pero al parecer a ella tampoco. Era de lo más divertido verla hacerse la valiente frente alguno y luego salir despavorida en dirección a mi. “Ten cuidado que alguno terminara por arrancarte una pata” y a modo de juego di una leve y juguetona mordida a su oreja para después lamerle con cariño la cabeza “Los perros son terribles, pero espera a que te topes a alguno de los nuestros que cambie en esa forma… son la muerte pero son bastante divertidos y siempre llenos de energía” por un segundo pensé en Keath y resople. Aquel perro aparecía en los momentos menos oportunos para recordarme que no le había visto. Por fortuna, un ligero golpe de las patas de Violette en mi cola me trajo de regreso al momento y divertida comencé a mover la cola de un lado a otro mientras ella intentaba alcanzarla. Entre aquel juego, fue que terminamos cerca de la casa de la mujer que sabía nos alimentaria. La pequeña moría de hambre, no había necesidad que lo dijera con el mero hecho de escuchar su estomago era suficiente.
Volví para tomarle entre mi hocico.
“Vamos que ya estamos cerca y de hecho te llevare hasta la casa para que no te de más hambre” No me detuve y la deje hasta que llegamos a un balcón “Llegamos” le comente entusiasmada solo para comenzar a maullar fuera de la ventana para que momentos después apareciera la amable mujer que siempre me alimentaba.
– Corazón, tanto sin verte criatura hermosa. Debes estar hambrienta y… – la mujer miro a Violette, dejándome dentro de su casa para entonces tomar a la pequeña – y trajiste a tu pequeña, es tan linda… – la mujer mimo unos segundos a Vio para después dejarla a mi lado – esperen aquí mis visitantes queridas, les traeré un poco de leche y algo que encuentre – dijo antes de salir y entonces yo me dirigí a la gatita.
“Esta mujer es muy amable, al parecer hoy esta sola pero cuando están sus nietas… esas niñas siempre me miman de más” de manera elegante, me eche a esperar que la mujer regresara, mientras que observaba a Violette.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 391
Fecha de inscripción : 10/09/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Gata encerrada [Privado]
Era una gatita valiente y traviesa, por lo que al principio no tenía miedo a los perros siempre y cuando estuvieran en sus casas, y con puertas que les detuvieran de comerme, por lo que me sentía suficientemente segura como para pasear en sus mismas narices. Lo que nunca habría esperado era de que sus ladridos fueran tan fuertes y sonoros, los que hacían que me erizara les gruñera, enseñándoles mis pequeños dientes y saliera corriendo hacia Camila, para intentar de nuevo buscar las cosquillas de los perros. Y así estuve un largo tiempo, con mi cola erizada y bufándoles, hasta que uno de ellos asomando la cabeza por entre la puerta me asustó realmente y salí a esconderme al lado de Camila. “A mí no se me comerán una pata esos babosos y sucios perros.” Dije algo aún erizada tras aquel inesperado perro, encontrándome con que mi oreja era mordida por ella. Maullé al sentir sus dientes, reclamando caricias, acallándome cuando su lengua raspó y acarició mi cabeza dejándome libre del agarre de la oreja, trotando de nuevo a su lado.
“A mí no me gustan que tengan tanta energía, porque entonces te persiguen más tiempo.” Dije frunciendo el morro al oír de cambiaformas caninos. "¿Hay perros como nosotros? Deben ser también babosos y seguro no me llevo bien con ninguno de ellos, o quizás si... si me dejan jugar con ellos y no me muerden.” Comenté encontrándome con el silencio de la gata, que lentamente se había puesta delante de mi sin darse cuenta, dejándome atrás, junto con su cola. Miré la cola moverse y tras relamerme los bigotes, empecé a saltar para agarrar y atrapar su cola, terminando por atraparla tres veces, pero en las que con un giro de su cola, lograba librarse. Yo seguía intentándolo, hasta que me topé con ella tras haberse detenido, y tomándome de nuevo en el hocico, y dejando que me llevara como si de mi madre tratara, me llevó a un balcón de una casa que parecía habitada.
Al tocar con las patas el suelo, volví a removerme el pelaje y acarié ronroneando la cabeza de Camila tres veces agradecida por qué me llevase a un lugar como aquel.
Escondiéndome al ver a la mujer abrir el balcón, miré insegura a Camila. “¿Estas segura que no me hará daño…?" Mis experiencias con gente normal no habían sido muy buenas en estos años y deseaba poder probar que comer en paz y calma, sin el miedo de que pudieran golpearme o quitarme la comida. Vi que Camila entraba con seguridad en la casa, con la cola moviéndola de un lado para otro, incitándome y sin darme cuenta, con el pensamiento en ir y jugar con su cola, me encontré en mano de la señora, que con una mano empezó a acariciarme la cabecita y a rascarme en el pelaje del cuello. Yo ronroneé feliz de sus mimos, encontrándome quizás demasiado temprano en el suelo de nuevo, solo que ahora dentro de la casa y todo tenía mi completa atención.
“Hay mucho con que jugar, en esta casa.” Dije al ver un rodillo de lana en una de las mesas del comedor, tentada a salir a jugar con él.
Con mi pelaje acaricié el suyo, quedando tumbada bajo él jugando con mis patitas a agarrar las suyas. “Es una pena que no estén. Los niños me gustan muchos….” Dije tomando su pata y lamiéndole allí donde mis patas se encontraban instantes antes. Tras recibir ronroneos y caricias de su parte, empecé a recorrer el salón en el que nos encontrábamos, admirando todo. “Yo vivía con mi madre en el bosque, en una pequeña cabaña… todo esto es tan desconocido para mí. “ Susurré mirando el sofá y los sillones.
De un salto al final subí a los sillones y allí me quedé viendo desde esa altura todo lo demás, con una cola y mirada inquieta que todo querían verlo.
“Que crees que nos traiga de comer?” Le pregunté centrada en que la puerta por donde había salido la señora volviera a abrirse y tras un maullido hambriento de mi parte que sin querer escapó en la desesperación, oí una sonrisa y justo cuando la puerta del pasillo se abrió, llegó a mi olfato el olor a leche caliente y corriendo, salté del sillón yendo hacia la señora.
- Tu también tienes corazón, deja primero que llegue a la mesa y os lo reparta. Si? - Dijo la señora sonriendo pasando campo a través por entre mis ronroneos. Ya que solo verla me había movido rápidamente para pasar entre ella y hacerme la leche que tanto deseaba. Mi barriga volvió a quejarse, tras haber olisqueado el aroma de la leche y trotando en pequeños saltos volví de nuevo al lado de Camila, quedando bajo su protección. Le lamí agradecida el morro y los bigotes y ronroneé plácidamente contra ella. “Gracias por sacarme de allí y darme de comer…Y mi padre por todo lo que piensas, es lo contrario. Él no supo de mi hasta hace una semana y ya me ha dejado sola...Me gustaria tener una madre como tú.” Dije mirandola y volví a acercarme a su hocico y le lamí feliz.
“A mí no me gustan que tengan tanta energía, porque entonces te persiguen más tiempo.” Dije frunciendo el morro al oír de cambiaformas caninos. "¿Hay perros como nosotros? Deben ser también babosos y seguro no me llevo bien con ninguno de ellos, o quizás si... si me dejan jugar con ellos y no me muerden.” Comenté encontrándome con el silencio de la gata, que lentamente se había puesta delante de mi sin darse cuenta, dejándome atrás, junto con su cola. Miré la cola moverse y tras relamerme los bigotes, empecé a saltar para agarrar y atrapar su cola, terminando por atraparla tres veces, pero en las que con un giro de su cola, lograba librarse. Yo seguía intentándolo, hasta que me topé con ella tras haberse detenido, y tomándome de nuevo en el hocico, y dejando que me llevara como si de mi madre tratara, me llevó a un balcón de una casa que parecía habitada.
Al tocar con las patas el suelo, volví a removerme el pelaje y acarié ronroneando la cabeza de Camila tres veces agradecida por qué me llevase a un lugar como aquel.
Escondiéndome al ver a la mujer abrir el balcón, miré insegura a Camila. “¿Estas segura que no me hará daño…?" Mis experiencias con gente normal no habían sido muy buenas en estos años y deseaba poder probar que comer en paz y calma, sin el miedo de que pudieran golpearme o quitarme la comida. Vi que Camila entraba con seguridad en la casa, con la cola moviéndola de un lado para otro, incitándome y sin darme cuenta, con el pensamiento en ir y jugar con su cola, me encontré en mano de la señora, que con una mano empezó a acariciarme la cabecita y a rascarme en el pelaje del cuello. Yo ronroneé feliz de sus mimos, encontrándome quizás demasiado temprano en el suelo de nuevo, solo que ahora dentro de la casa y todo tenía mi completa atención.
“Hay mucho con que jugar, en esta casa.” Dije al ver un rodillo de lana en una de las mesas del comedor, tentada a salir a jugar con él.
Con mi pelaje acaricié el suyo, quedando tumbada bajo él jugando con mis patitas a agarrar las suyas. “Es una pena que no estén. Los niños me gustan muchos….” Dije tomando su pata y lamiéndole allí donde mis patas se encontraban instantes antes. Tras recibir ronroneos y caricias de su parte, empecé a recorrer el salón en el que nos encontrábamos, admirando todo. “Yo vivía con mi madre en el bosque, en una pequeña cabaña… todo esto es tan desconocido para mí. “ Susurré mirando el sofá y los sillones.
De un salto al final subí a los sillones y allí me quedé viendo desde esa altura todo lo demás, con una cola y mirada inquieta que todo querían verlo.
“Que crees que nos traiga de comer?” Le pregunté centrada en que la puerta por donde había salido la señora volviera a abrirse y tras un maullido hambriento de mi parte que sin querer escapó en la desesperación, oí una sonrisa y justo cuando la puerta del pasillo se abrió, llegó a mi olfato el olor a leche caliente y corriendo, salté del sillón yendo hacia la señora.
- Tu también tienes corazón, deja primero que llegue a la mesa y os lo reparta. Si? - Dijo la señora sonriendo pasando campo a través por entre mis ronroneos. Ya que solo verla me había movido rápidamente para pasar entre ella y hacerme la leche que tanto deseaba. Mi barriga volvió a quejarse, tras haber olisqueado el aroma de la leche y trotando en pequeños saltos volví de nuevo al lado de Camila, quedando bajo su protección. Le lamí agradecida el morro y los bigotes y ronroneé plácidamente contra ella. “Gracias por sacarme de allí y darme de comer…Y mi padre por todo lo que piensas, es lo contrario. Él no supo de mi hasta hace una semana y ya me ha dejado sola...Me gustaria tener una madre como tú.” Dije mirandola y volví a acercarme a su hocico y le lamí feliz.
Nalia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 14/10/2013
Re: Gata encerrada [Privado]
Hacía tanto tiempo que no estaba con un cambiaformas de mi propia especie y que fuera tan divertido que casi había olvidado lo bueno y divertido de la vida. Siempre que me divertía estaba con Hero, Keath o antes con Maryeva; mucho antes de que las cosas se pusieran verdaderamente serias pues ahora no tenía a mi querida amiga conmigo y las cosas con Jîldael siempre eran tan serias que aunque formáramos parte de la manada que Charles había formado me sentía como una completa extraña a su lado.
No podía dejar de contemplar a Violette y lo pequeña que era en comparación conmigo, calculaba que debía tener al menos la mitad de edad que yo o un poco menos, pero aún así me agradaba su compañía y la forma en la que se mostraba valiente ante los perros solo para correr después a mi con aquellas frases tan llenas de seguridad en si misma.
“Bueno si estas tan segura de eso entonces sigue jugando con ellos, que luego te cargare sin pata” bromee con ella al menos un poco, mientras nos alejábamos de aquel lugar repleto de caninos.
“Claro que hay perros como nosotros y si, te persiguen por más tiempo, son tercos y hacen lo que quieren contigo” volvía a pensar en Keath y en la manera tan poco usual en la que me había topado con él; ¿Cómo si existiera otra manera de toparse con canes? Desde mi experiencia siempre era lo mismo con los perros, te perseguían solo para después jugar contigo. Al menos los que eran de nuestra naturaleza no terminaban por arrancarnos nada, ni comernos. “Suelen querer morder, pero es la manera en la que ellos juegan y solo debes arañarles la nariz y entonces se calman un poco. Cuando conozcas alguno ya decidirás si te agradan o no, que aún no podemos decir eso ¿o si?” creía de manera firme que para tener una idea certera sobre algo, debía experimentarlo por si misma y eso era todo.
Avance con ella en el hocico hasta aquella casa donde fuimos recibidas con alegría y claro, Violette al ser pequeña llamo enseguida la atención de aquella amable mujer.
“ Claro que no te hara daño” intente tranquilizarla mientras que la mujer misma lo hacía con sus caricias solo para terminar al lado mío nuevamente “Su nombre es Marie y vengo seguido tanto en forma de gato como en forma humana, solo que cuando vengo como humana le ayudo con las compras o esas cosas después de todo ella siempre es amable conmigo” lamí mi pata, sin despegar mi mirada de la pequeña que veía todo lo que existía en la casa como un juguete nuevo, lo cual fue confirmado por lo que decía “Si, siempre hay con que divertirse aquí solo que a mi me gusta relajarme al lado de Marie, eso también en divertido y pues jugar con los niños” deje que tomara entonces mi pata entre las suyas y la lamiera mientras que prestaba atención a lo que decía y no pude evitar pensar en mi propia madre y en el tiempo que pasamos lejos de París “Yo también estaba con mi madre en los bosques, debimos irnos de París un tiempo pero solo yo regrese, ella continua en los bosques. Y descuida que pronto te acostumbraras a las cosas de aquí, solo espera y lo veras” me encantaba la energía que tenía y su manera tan aventurera de explorar.
No pude evitar reír internamente ante aquel maullido hambriento, era tan bonita incluso cuando hacía esas cosas. Olfatee el aire cuando Marie entraba en la habitación que no fue necesario que le dijera que era lo que nos llevaba pues por su reacción ella lo supo de inmediato. Salto y corrió inmediatamente hacia Marie que solo le observaba y sonreía como si estuviese viendo a alguno de sus nietos jugar en la casa.
“Vamos Violette, ven para que Marie nos de un poco” después de haber dicho aquello regreso a mi lado, mientras que la mujer arreglaba todo para alimentarnos.
Me quede sin saber que decir o pensar cuando menciono que le gustaría tener una madre como yo. Siempre me habían gustado los niños, no tanto como a otras personas pero ahora que escuchaba eso de ella era, lindo. Acerque mi cabeza a la suya y ronroneé contra ella; esa pequeña ya había robado mi corazón. “ A mi me gustaría llegar a tener una hija tan linda como tu, Violette” Era la primera vez que me decían algo así y la primera vez también que me planteaba la cuestión de algún momento ser madre, curioso, las cosas menos pensadas cuando surgen generan una sensación cálida en el pecho.
– Listo pequeñas, a comer – Aquel momento se vio interrumpido, pero en cuanto los platos tocaron el suelo, la pequeña corrió lanzandose al plato con la leche – Vamos corazón, come tu también que debes estar fuerte para cuidar a tu pequeña – Marie acaricio mi lomo y finalmente fui hasta el plato que había dejado para mi, mientras que Violette tenía los bigotes y el pequeño hocico lleno de leche “Despacio, si quieres más puedes tener la mía que yo he comido bastante en casa” dije mientras apenas tomaba un poco de aquella leche “Debes comer bien si quieres que vayamos a jugar a otro lado” le dije mientras que mi cola se movía de nuevo emocionada ante la idea de estar al aire libre una vez más a su lado.
No podía dejar de contemplar a Violette y lo pequeña que era en comparación conmigo, calculaba que debía tener al menos la mitad de edad que yo o un poco menos, pero aún así me agradaba su compañía y la forma en la que se mostraba valiente ante los perros solo para correr después a mi con aquellas frases tan llenas de seguridad en si misma.
“Bueno si estas tan segura de eso entonces sigue jugando con ellos, que luego te cargare sin pata” bromee con ella al menos un poco, mientras nos alejábamos de aquel lugar repleto de caninos.
“Claro que hay perros como nosotros y si, te persiguen por más tiempo, son tercos y hacen lo que quieren contigo” volvía a pensar en Keath y en la manera tan poco usual en la que me había topado con él; ¿Cómo si existiera otra manera de toparse con canes? Desde mi experiencia siempre era lo mismo con los perros, te perseguían solo para después jugar contigo. Al menos los que eran de nuestra naturaleza no terminaban por arrancarnos nada, ni comernos. “Suelen querer morder, pero es la manera en la que ellos juegan y solo debes arañarles la nariz y entonces se calman un poco. Cuando conozcas alguno ya decidirás si te agradan o no, que aún no podemos decir eso ¿o si?” creía de manera firme que para tener una idea certera sobre algo, debía experimentarlo por si misma y eso era todo.
Avance con ella en el hocico hasta aquella casa donde fuimos recibidas con alegría y claro, Violette al ser pequeña llamo enseguida la atención de aquella amable mujer.
“ Claro que no te hara daño” intente tranquilizarla mientras que la mujer misma lo hacía con sus caricias solo para terminar al lado mío nuevamente “Su nombre es Marie y vengo seguido tanto en forma de gato como en forma humana, solo que cuando vengo como humana le ayudo con las compras o esas cosas después de todo ella siempre es amable conmigo” lamí mi pata, sin despegar mi mirada de la pequeña que veía todo lo que existía en la casa como un juguete nuevo, lo cual fue confirmado por lo que decía “Si, siempre hay con que divertirse aquí solo que a mi me gusta relajarme al lado de Marie, eso también en divertido y pues jugar con los niños” deje que tomara entonces mi pata entre las suyas y la lamiera mientras que prestaba atención a lo que decía y no pude evitar pensar en mi propia madre y en el tiempo que pasamos lejos de París “Yo también estaba con mi madre en los bosques, debimos irnos de París un tiempo pero solo yo regrese, ella continua en los bosques. Y descuida que pronto te acostumbraras a las cosas de aquí, solo espera y lo veras” me encantaba la energía que tenía y su manera tan aventurera de explorar.
No pude evitar reír internamente ante aquel maullido hambriento, era tan bonita incluso cuando hacía esas cosas. Olfatee el aire cuando Marie entraba en la habitación que no fue necesario que le dijera que era lo que nos llevaba pues por su reacción ella lo supo de inmediato. Salto y corrió inmediatamente hacia Marie que solo le observaba y sonreía como si estuviese viendo a alguno de sus nietos jugar en la casa.
“Vamos Violette, ven para que Marie nos de un poco” después de haber dicho aquello regreso a mi lado, mientras que la mujer arreglaba todo para alimentarnos.
Me quede sin saber que decir o pensar cuando menciono que le gustaría tener una madre como yo. Siempre me habían gustado los niños, no tanto como a otras personas pero ahora que escuchaba eso de ella era, lindo. Acerque mi cabeza a la suya y ronroneé contra ella; esa pequeña ya había robado mi corazón. “ A mi me gustaría llegar a tener una hija tan linda como tu, Violette” Era la primera vez que me decían algo así y la primera vez también que me planteaba la cuestión de algún momento ser madre, curioso, las cosas menos pensadas cuando surgen generan una sensación cálida en el pecho.
– Listo pequeñas, a comer – Aquel momento se vio interrumpido, pero en cuanto los platos tocaron el suelo, la pequeña corrió lanzandose al plato con la leche – Vamos corazón, come tu también que debes estar fuerte para cuidar a tu pequeña – Marie acaricio mi lomo y finalmente fui hasta el plato que había dejado para mi, mientras que Violette tenía los bigotes y el pequeño hocico lleno de leche “Despacio, si quieres más puedes tener la mía que yo he comido bastante en casa” dije mientras apenas tomaba un poco de aquella leche “Debes comer bien si quieres que vayamos a jugar a otro lado” le dije mientras que mi cola se movía de nuevo emocionada ante la idea de estar al aire libre una vez más a su lado.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 391
Fecha de inscripción : 10/09/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Gata encerrada [Privado]
“¿Te imaginas un gato sin patas? ¡Ahhh! Qué horror, no quiero que me suceda eso” Dije horrorizada y quedándome ahora si al lado de la gata en nuestro paseo, sin intentar hacerme la fuerte ante esos perros y parando atención en lo que paseaba a su lado y jugaba con ella a sus palabras sobre los cambiaformas que eran caninos. “Pero y si son muy grandes? Porque no se detienen si ven que no queremos jugar con ellos? Yo si fuera un perro me detendría al ver que un gato no quiere jugar ni ser perseguido, debe de doler que les arañemos en la nariz” Arrugue los bigotes y seguí a su lado, restregándome contra ella, pasando a veces por debajo de ella apareciéndome tras su cola, para poder saltar sobre ella e intentar agarrarla, pero siempre se me escapaba. “Tienes razón. Cuando conozca a uno, si algún día lo hago te diré... pero tampoco me gustan los perros como niña. Al verme siempre me persiguen, es como si olfatearan que soy una felina y me persiguieran como a un hueso que roer.” Me quejé ronroneándole, acariciando su pelaje con mi cabecita feliz de su compañía.
Seguí dándole vueltas al asunto de los perros, por completo negada a acercarme sin puertas en medio de ellos y de mí, cuando me llevó al balcón de una casa y una señora nos abrió tras sus maullidos enseguida. Tras mi desconfianza inicial y que la gata me tranquilizara con sus palabras, dejé que la señora me tomara en brazos, acariciándome y mimándome en lo que yo le ronroneaba, sintiéndome ahora ya más segura en aquel lugar.
“Marie, y tu, sois muy buenas. A mi también me gustaría algún día poder venir a jugar con sus nietos y ayudarla también en mi forma de niña.” Dije lamiendo su pata, terminando de limpiarla, para salir corriendo de bajo ella y subirme al sofá, desde donde podía verlo todo.
Mientras esperaba por la comida que nos fuera a traer la señora Marie, que rápidamente salió hacia la cocine, investigué a fondo la sala, saltando por los sofás y sillones, intentando no obstante no romper nada de aquella casa, consiguiéndolo por suerte, todo y que en algunos momentos temía que algo cayera entre mis tantos saltos, idas y venidas por aquel lugar. Pero todo mi pensamiento, cesó cuando olfateé de lejos, leche caliente y los pasos de Marie volviendo hacia nosotras. Hambrienta me puse a rogarle por comida al entrar ella, haciendo caso a Camila, en cuando me llamó a su lado y esperaba con ansias y con ojos brillantes que terminara la señora de prepararnos la leche. “Gracias” Dije feliz ronroneando también contra ella, al decirme que le gustaría tener una hija tan linda como yo. “En mi forma humana me habrías hecho sonrojar” Comenté antes de lamerle por última vez su hocico y salir corriendo hacia el plato que la señora recién había terminado de colocar en el suelo para mí.
Apenas tardé unos segundos en probar la leche y tosiendo al haberme quemado la lengua, al querer probar demasiado rápido la leche, me contuve a ir más lenta y a beber la leche de los costados del plato, que era la parte que se encontraba más templada. Aún así casi por completo me encontraba en aquel plato, encima de él. Volví a toser al ahogarme tras querer tomar de nuevo demasiado leche, y encontrarme con el hocico bajo la leche, llegando a mojarme también los bigotes, lo que resultaba algo molesto. Con las patitas me limpié el hocico y los bigotes, volviendo a por la leche al terminar de limpiarme y sentirme mojada. Esta vez por eso, iba bebiendo de forma más lenta, aunque a veces el hambre me podía y terminaba sin querer con una pata dentro del plato o volvía a mojare el hocico por completo, haciendo que la señora Marie, terminara por reírse divertida de aquello. “No puedo ir despacio… está muy rica.” Me quejé, moviendo la cola al oír sus palabras siguientes. “¿Me darías la tuya? Segura? Yo no quiero quitarte el alimento…” dije siendo educada, como mi madre me había enseñado, mientras volvía feliz a mi plato, del cual quedaba ya poca leche que poder beber.
Unos lametones más, y terminé mi plato. Me relamí el hocico y limpie mis patitas que habían terminado mojadas de leche y dándome la vuelta me fui hacia Camila, parándome a uno de sus costados, esperando que me diera permiso o me dejara beber la leche que ella iba a dejar en el plato.
“Donde iremos a jugar luego?” Le pregunté sintiendo mi cola emocionada como la suya de un lado para otro y como en ocasiones se encontraban y se acariciaban entre ellas. Ronroneé, restregando mi pelaje por su cuello esperando que terminara de beber, y me dejara terminar su plato, mientras Marie nos observaba feliz y en mi mente pensaba donde me llevaría para ir a jugar.
Seguí dándole vueltas al asunto de los perros, por completo negada a acercarme sin puertas en medio de ellos y de mí, cuando me llevó al balcón de una casa y una señora nos abrió tras sus maullidos enseguida. Tras mi desconfianza inicial y que la gata me tranquilizara con sus palabras, dejé que la señora me tomara en brazos, acariciándome y mimándome en lo que yo le ronroneaba, sintiéndome ahora ya más segura en aquel lugar.
“Marie, y tu, sois muy buenas. A mi también me gustaría algún día poder venir a jugar con sus nietos y ayudarla también en mi forma de niña.” Dije lamiendo su pata, terminando de limpiarla, para salir corriendo de bajo ella y subirme al sofá, desde donde podía verlo todo.
Mientras esperaba por la comida que nos fuera a traer la señora Marie, que rápidamente salió hacia la cocine, investigué a fondo la sala, saltando por los sofás y sillones, intentando no obstante no romper nada de aquella casa, consiguiéndolo por suerte, todo y que en algunos momentos temía que algo cayera entre mis tantos saltos, idas y venidas por aquel lugar. Pero todo mi pensamiento, cesó cuando olfateé de lejos, leche caliente y los pasos de Marie volviendo hacia nosotras. Hambrienta me puse a rogarle por comida al entrar ella, haciendo caso a Camila, en cuando me llamó a su lado y esperaba con ansias y con ojos brillantes que terminara la señora de prepararnos la leche. “Gracias” Dije feliz ronroneando también contra ella, al decirme que le gustaría tener una hija tan linda como yo. “En mi forma humana me habrías hecho sonrojar” Comenté antes de lamerle por última vez su hocico y salir corriendo hacia el plato que la señora recién había terminado de colocar en el suelo para mí.
Apenas tardé unos segundos en probar la leche y tosiendo al haberme quemado la lengua, al querer probar demasiado rápido la leche, me contuve a ir más lenta y a beber la leche de los costados del plato, que era la parte que se encontraba más templada. Aún así casi por completo me encontraba en aquel plato, encima de él. Volví a toser al ahogarme tras querer tomar de nuevo demasiado leche, y encontrarme con el hocico bajo la leche, llegando a mojarme también los bigotes, lo que resultaba algo molesto. Con las patitas me limpié el hocico y los bigotes, volviendo a por la leche al terminar de limpiarme y sentirme mojada. Esta vez por eso, iba bebiendo de forma más lenta, aunque a veces el hambre me podía y terminaba sin querer con una pata dentro del plato o volvía a mojare el hocico por completo, haciendo que la señora Marie, terminara por reírse divertida de aquello. “No puedo ir despacio… está muy rica.” Me quejé, moviendo la cola al oír sus palabras siguientes. “¿Me darías la tuya? Segura? Yo no quiero quitarte el alimento…” dije siendo educada, como mi madre me había enseñado, mientras volvía feliz a mi plato, del cual quedaba ya poca leche que poder beber.
Unos lametones más, y terminé mi plato. Me relamí el hocico y limpie mis patitas que habían terminado mojadas de leche y dándome la vuelta me fui hacia Camila, parándome a uno de sus costados, esperando que me diera permiso o me dejara beber la leche que ella iba a dejar en el plato.
“Donde iremos a jugar luego?” Le pregunté sintiendo mi cola emocionada como la suya de un lado para otro y como en ocasiones se encontraban y se acariciaban entre ellas. Ronroneé, restregando mi pelaje por su cuello esperando que terminara de beber, y me dejara terminar su plato, mientras Marie nos observaba feliz y en mi mente pensaba donde me llevaría para ir a jugar.
Nalia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 14/10/2013
Re: Gata encerrada [Privado]
“Bueno, en tu forma humana no debes preocuparte tanto porque te hagan daño, solo te persiguen por el aroma a felino pero es lo mismo con las personas que tienen gatos en casa. Yo me he topado con perros grandes pero no se detienen por lo mismo de que tienen mucha energía y son algo… brutos” Los perros no eran después de todo los enemigos principales de seres como nosotros; para eso existía la iglesia y sus servidores. Ese punto no lo había pensado, saque a Violette de su hogar sin saber si estábamos completamente a salvo o podía existir un riesgo para nosotras al andar de esa manera en las calles. Confiaba en que por ella nadie iría, pues era pequeña y no creía que alguien deseara hacerle el mal a una pequeña inocente como la gatita, además de que según lo que me había contado no salía mucho de casa aun así lo mejor era prevenir; pero me deje llevar por la felicidad que me brindaba. Ahora que le había invitado a pasear, tampoco podía llevarle de nuevo a casa ¿Qué clase de persona hace eso? No una que tiene palabra y cumple lo que dice, eso es seguro; solo que ahora trataría de tener un poco más de precaución y cuidado con ella. “Quizás solo debes conocer a un perro adecuado, uno con quien puedas ser amiga” volvía nuevamente al tema de los perros solo para decir aquello y que no luciera como que me perdí en mis propios pensamientos.
“Marie es la buena aquí. Ella tienen un corazón muy bueno, no solo con los animales sino también con las personas y sería buena idea que te pasaras a ayudarle en forma humana. Seguro que te da galletas” Cuando yo iba a su casa, siempre salía con una buena charla y seguramente un poco de té. Marie era realmente amable, una persona que estaba dispuesta a abrirle el corazón a cualquiera aunque fueran animales o humanos. En algunas de mis visitas incluso observe como alimentaba a algunos otros animales. Observando a esa mujer llegaba a la conclusión de que si existía lo que las personas llamaban cielo, ella estaría allá cuando llegara el fin de sus días y en el instante en que eso pasara, me había prometido que jamás le haría falta una visita en el cementerio. Quería considerarla mi amiga, ya fuera que estuviese yo en mi forma animal o humana.
Ya que habíamos tocado el tema de las formas humanas, no pude evitar cuestionarme sobre como se vería la pequeña Violette en su forma de niña. Debía ser demasiado animada, de esas niñas que corren de un sitio a otro y no miden mucho los problemas ni las consecuencias de lo que hacen; finalmente pues, era una niña y lo bueno de ellos es que no tenían grandes cosas por las cuales preocuparse. Con todo y eso, sabía ya que Violette cargaba sobre su joven vida la muerte de su madre y la vida con un desconocido que supuestamente era su padre; pero observandole de esa manera era imposible notar que ya supiera lo que se sentía perder a alguien que se amaba.
“Pues si no puedes ir más despacio es prueba de que verdaderamente tenias hambre” Ahí estaba de nuevo la prueba de que las cosas no eran tan sencillas para ella, pero como todos los magníficos infantes, salían adelante “Sí, de verdad que si deseas más puedes tomar de la mía y no me quitas nada porque soy yo quien te la esta ofreciendo así que anda, bebe un poco más” Reía internamente al verla con los bigotes llenos de leche al igual que yo, Marie pareció notar eso porque miraba en nuestra dirección y comenzó a reír un poco antes de observar fuera de la ventana.
Le lamí la cabeza cuando se acerco, mientras yo me apartaba para que pudiera beber también de la leche que era mía.
“Ya veras, iremos a un sitio solitario donde habrá muchos árboles y sombra para descansar. Es un enorme jardín y ahí poca gente pasa, así que puedes hacer prácticamente lo que se te antoje; ahora, termina de comer” Me aleje de ella no sin antes ronronearle y entonces me dirigí a Marie quien al verme cerca me tomo en sus brazos para colocarme en su regazo y desde ese lugar seguí observando a Violette. “Te espero aquí, así que cuando termines ven y come despacio que no llevamos prisa para nada” Ronroneé entonces, no para ella, sino para Marie que me acariciaba con delicadeza y cariño. En definitiva ella era una buena mujer.
“Marie es la buena aquí. Ella tienen un corazón muy bueno, no solo con los animales sino también con las personas y sería buena idea que te pasaras a ayudarle en forma humana. Seguro que te da galletas” Cuando yo iba a su casa, siempre salía con una buena charla y seguramente un poco de té. Marie era realmente amable, una persona que estaba dispuesta a abrirle el corazón a cualquiera aunque fueran animales o humanos. En algunas de mis visitas incluso observe como alimentaba a algunos otros animales. Observando a esa mujer llegaba a la conclusión de que si existía lo que las personas llamaban cielo, ella estaría allá cuando llegara el fin de sus días y en el instante en que eso pasara, me había prometido que jamás le haría falta una visita en el cementerio. Quería considerarla mi amiga, ya fuera que estuviese yo en mi forma animal o humana.
Ya que habíamos tocado el tema de las formas humanas, no pude evitar cuestionarme sobre como se vería la pequeña Violette en su forma de niña. Debía ser demasiado animada, de esas niñas que corren de un sitio a otro y no miden mucho los problemas ni las consecuencias de lo que hacen; finalmente pues, era una niña y lo bueno de ellos es que no tenían grandes cosas por las cuales preocuparse. Con todo y eso, sabía ya que Violette cargaba sobre su joven vida la muerte de su madre y la vida con un desconocido que supuestamente era su padre; pero observandole de esa manera era imposible notar que ya supiera lo que se sentía perder a alguien que se amaba.
“Pues si no puedes ir más despacio es prueba de que verdaderamente tenias hambre” Ahí estaba de nuevo la prueba de que las cosas no eran tan sencillas para ella, pero como todos los magníficos infantes, salían adelante “Sí, de verdad que si deseas más puedes tomar de la mía y no me quitas nada porque soy yo quien te la esta ofreciendo así que anda, bebe un poco más” Reía internamente al verla con los bigotes llenos de leche al igual que yo, Marie pareció notar eso porque miraba en nuestra dirección y comenzó a reír un poco antes de observar fuera de la ventana.
Le lamí la cabeza cuando se acerco, mientras yo me apartaba para que pudiera beber también de la leche que era mía.
“Ya veras, iremos a un sitio solitario donde habrá muchos árboles y sombra para descansar. Es un enorme jardín y ahí poca gente pasa, así que puedes hacer prácticamente lo que se te antoje; ahora, termina de comer” Me aleje de ella no sin antes ronronearle y entonces me dirigí a Marie quien al verme cerca me tomo en sus brazos para colocarme en su regazo y desde ese lugar seguí observando a Violette. “Te espero aquí, así que cuando termines ven y come despacio que no llevamos prisa para nada” Ronroneé entonces, no para ella, sino para Marie que me acariciaba con delicadeza y cariño. En definitiva ella era una buena mujer.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 391
Fecha de inscripción : 10/09/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Gata encerrada [Privado]
Hacía años no me encontraba tan plácidamente tranquila, sintiéndome protegida desde la muerte de madre. Las risas de la señora y el ronroneo de Camila me tranquilizaban, haciéndome sentir por unos segundos como en una familia. Como si volviera a tener familia. Cerré los ojos al sentir su lengua lamerme la cabeza intentando así deshacerme de aquellos pensamientos, centrándome en la leche que de nuevo me esperaba y el juego del que después daría su inicio. Volví a ronronearle de vuelta y tras su marcha, me abalancé sobre la leche que aún quedaba en el cuenco. Por primera vez intenté hacerle caso a Camila realmente en lo de la comida, no apresurarme. Todo y que el hambre era menos debido al cuenco que antes ya había tomado de alimento, aún seguía mi estomago vacío y el hambre voraz alimentaba mis ganas tanto que al saberme dueña del cuenco, bebí apresurada. Mojándome de nuevo los bigotes de la tibia leche.
De lejos oía los ronroneos de Camila y las palabras de la señora hacia la gata. Ronroneé como cuando mi madre me llamaba de pequeña y yo contestaba, ahogándome con la leche sin quererlo. “Ay!” Exclamé apartándome del cuenco unos segundos en los que tosía ligeramente y me calmaba, volviendo al cuenco, esta vez bebiendo la leche lentamente.
Al terminar la leche, me senté y me lamí el hocico y los bigotes con ayuda de las patas, antes de girarme y maullar en dirección a Marie y a Camila, la que seguía tumbada en su regazo siendo mimada por la buena mujer. Relamí el cuenco de nuevo, esperando así ya no haberme dejado ni gota de leche y en unos saltitos me dirigí al encuentro de ambas en el sillón.
Con el estomago lleno de leche, sentía que me encontraba tan llena y plácidamente dichosa por no tener hambre, que mis piernas no me respondían y solo deseaba tumbarme en algún lugar donde poder permanecer tapada y acurrucada. “No sabes lo que daría por un sofá como este y tumbarme a dormir un buen rato” Comenté haciendo un esfuerzo por saltar a donde se encontraba Camila y la mujer.
Salté con gracia y hincando las uñas en la tela de aquel sofá, me agarré, liberándome en cuando sentí que me encontraba a salvo de caerme. La mujer al verme sonrío y con una mano empezó también a acariciarme. Me quedé quieta en lo que su mano venía hacia mí, tumbándome y jugando a atrapar su mano.
—Debéis buscaros un buen hogar, el bosque no es un lugar para vosotras. —Dijo Marie con preocupación, mientras dejaba que jugara con su mano y le ronroneara perezosamente cuando cansada de los juegos, me acerqué hasta Camila ronroneando, tumbándome a su lado. Restregué mi cabecita por su pelaje, y jugueteé con una de sus patas, terminando por lamerle la pata, en lo que mi cuerpo descansaba bajo su protección y las caricias de Marie.
“Tienes suerte de haberla encontrado, se preocupa por nosotras de verdad. Hasta de mí, que apenas me conoce.” Dije reposando mi cabeza entre sus patas. “Me gustaría quedarme aquí un rato más al lado de ella, pero la mañana termina y no me gusta la oscuridad. Será mejor que vayamos a jugar, antes de que el sol nos abandone como cada noche.” Miré a la ventana, con las orejas caídas pensando en cómo pasaba el tiempo de rápido y lo que tanto deseaba quedarme allí con Camila y no volver a aquella casa solitaria. Suspiré y lamí la mano de Marie que ahora me acariciaba la cabeza y jugaba tiernamente con mis orejas, levantándomelas, como si supiera de mi tristeza.
De lejos oía los ronroneos de Camila y las palabras de la señora hacia la gata. Ronroneé como cuando mi madre me llamaba de pequeña y yo contestaba, ahogándome con la leche sin quererlo. “Ay!” Exclamé apartándome del cuenco unos segundos en los que tosía ligeramente y me calmaba, volviendo al cuenco, esta vez bebiendo la leche lentamente.
Al terminar la leche, me senté y me lamí el hocico y los bigotes con ayuda de las patas, antes de girarme y maullar en dirección a Marie y a Camila, la que seguía tumbada en su regazo siendo mimada por la buena mujer. Relamí el cuenco de nuevo, esperando así ya no haberme dejado ni gota de leche y en unos saltitos me dirigí al encuentro de ambas en el sillón.
Con el estomago lleno de leche, sentía que me encontraba tan llena y plácidamente dichosa por no tener hambre, que mis piernas no me respondían y solo deseaba tumbarme en algún lugar donde poder permanecer tapada y acurrucada. “No sabes lo que daría por un sofá como este y tumbarme a dormir un buen rato” Comenté haciendo un esfuerzo por saltar a donde se encontraba Camila y la mujer.
Salté con gracia y hincando las uñas en la tela de aquel sofá, me agarré, liberándome en cuando sentí que me encontraba a salvo de caerme. La mujer al verme sonrío y con una mano empezó también a acariciarme. Me quedé quieta en lo que su mano venía hacia mí, tumbándome y jugando a atrapar su mano.
—Debéis buscaros un buen hogar, el bosque no es un lugar para vosotras. —Dijo Marie con preocupación, mientras dejaba que jugara con su mano y le ronroneara perezosamente cuando cansada de los juegos, me acerqué hasta Camila ronroneando, tumbándome a su lado. Restregué mi cabecita por su pelaje, y jugueteé con una de sus patas, terminando por lamerle la pata, en lo que mi cuerpo descansaba bajo su protección y las caricias de Marie.
“Tienes suerte de haberla encontrado, se preocupa por nosotras de verdad. Hasta de mí, que apenas me conoce.” Dije reposando mi cabeza entre sus patas. “Me gustaría quedarme aquí un rato más al lado de ella, pero la mañana termina y no me gusta la oscuridad. Será mejor que vayamos a jugar, antes de que el sol nos abandone como cada noche.” Miré a la ventana, con las orejas caídas pensando en cómo pasaba el tiempo de rápido y lo que tanto deseaba quedarme allí con Camila y no volver a aquella casa solitaria. Suspiré y lamí la mano de Marie que ahora me acariciaba la cabeza y jugaba tiernamente con mis orejas, levantándomelas, como si supiera de mi tristeza.
Nalia- Cambiante Clase Baja
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 14/10/2013
Re: Gata encerrada [Privado]
Desde el regazo de Marie podía ver a la perfección la figurita de Violette bebiendo del cuenco de la leche que antes fue servido para mi. Me alegraba saber que ella estaba feliz en aquel lugar, al menos aunque fueran unas pocas horas era capaz de darle un poco de ánimo a la pequeña felina que se encontraba tan entristecida por la soledad.
Estuve ronroneando, cerrando los ojos a momentos de lo cómoda que me encontraba cerca de Marie, en aquella casa nada me preocupaba porque sabía que la mujer que nos miraba con tanto cariño, era demasiado buena para tratar de lastimarnos. Contrario a eso, ella buscaba protegernos y darnos el cariño de un hogar humano.
Maúlle en su dirección, era demasiado divertido verla dar saltitos y los cuencos de leche vacíos. Alimentarse le dio más energía de la que antes tenía, pero cuando salto al sofá, recordé entonces que pese a la energía que alimentarnos nos diera, lo que más adorábamos nosotras como buenos felinos era descubrir un sitio cómodo y caliente en el cual poder dormir sin preocupación alguna. Marie brindaba esos lugares sin esperar nada a cambio, solo nuestra compañía algunas horas.
“Pues ya sabes que puedes venir a visitar a Marie, si quieres puede que vengamos juntas otros días, así podemos dormir o jugar con sus nietos” Ronroneé para Marie, dando mi agradecimiento, aunque ya había pensado ir a su casa en mi forma humana y llevarle algunas galletas o algo. Decirle si necesitaba ayuda en casa o simplemente saludarla y platicar un poco a las afueras de su casa, eso también la hacía feliz.
Escuche las palabras de Marie mientras mi mirada iba a Violette que jugueteaba alegre con ella. La gatita aquella merecía un hogar repleto de amor y cuidados, esperaba que eso sucediera pronto, pero si es que no llegaba a pasar me encargaría de estar tan cerca de ella como pudiera para verla feliz de esa manera a mi lado.
“Has oído, Marie quiere que seamos felices y nos encontremos seguras” le deje jugar con mis patas “Así que debes estar siempre segura y buscar lo que te haga feliz Violette, aunque tampoco quiero que vayas a arriesgarte porque París es peligroso para pequeñas como tu”
“Ella es así, es una mujer muy buena y por eso siempre le va tan bien. Le aprecio mucho aunque no pueda decirle que le agradezco todo lo que hace por mi cuando estoy en esta forma” Le lamí la pata “Volveremos otros días a visitarle Violette, así que descuida, solo será un hasta pronto” Después de decirle eso, me levante de manera perezosa, restregué mi cuerpo contra Marie y ronroneé en agradecimiento antes de avanzar a la ventana.
– Así que es hora de que se vayan, lo comprendo pequeñas – Marie se levanto para abrir la ventana nuevamente y dejar espacio para que tanto yo como Violette saliéramos – Vengan a visitarme después – la anciana nos acaricio a una y otra, sonrió y nos dejo lanzarnos nuevamente a las calles.
Una vez que la ventana de Marie se cerro, era el momento de llevar a la gatita al jardín que se encontraba unas cuadras más adelante.
“Ven Violette, vamos ahora que en el jardín podremos dormir a la sombra de un árbol” Antes de que dijera algo le di un golpecito con la pata y me eche a correr entre los techos, en dirección a la casa aquella que aunque no estaba abandonada, nunca había nadie, al parecer solo iban a vigilar que e pasto estuviera bien y que el polvo no se acumulara.
No tardamos tanto tiempo como creí en llegar cerca del árbol que nos dejaría descender hasta aquel jardín “Ven” anime de nuevo a la gatita y aguarde porque llegara hasta mi “Bajaremos por aquí y entonces podremos jugar” me sentía animada, así que sin más di un salto al árbol, un paso más cerca de aquel jardín.
Estuve ronroneando, cerrando los ojos a momentos de lo cómoda que me encontraba cerca de Marie, en aquella casa nada me preocupaba porque sabía que la mujer que nos miraba con tanto cariño, era demasiado buena para tratar de lastimarnos. Contrario a eso, ella buscaba protegernos y darnos el cariño de un hogar humano.
Maúlle en su dirección, era demasiado divertido verla dar saltitos y los cuencos de leche vacíos. Alimentarse le dio más energía de la que antes tenía, pero cuando salto al sofá, recordé entonces que pese a la energía que alimentarnos nos diera, lo que más adorábamos nosotras como buenos felinos era descubrir un sitio cómodo y caliente en el cual poder dormir sin preocupación alguna. Marie brindaba esos lugares sin esperar nada a cambio, solo nuestra compañía algunas horas.
“Pues ya sabes que puedes venir a visitar a Marie, si quieres puede que vengamos juntas otros días, así podemos dormir o jugar con sus nietos” Ronroneé para Marie, dando mi agradecimiento, aunque ya había pensado ir a su casa en mi forma humana y llevarle algunas galletas o algo. Decirle si necesitaba ayuda en casa o simplemente saludarla y platicar un poco a las afueras de su casa, eso también la hacía feliz.
Escuche las palabras de Marie mientras mi mirada iba a Violette que jugueteaba alegre con ella. La gatita aquella merecía un hogar repleto de amor y cuidados, esperaba que eso sucediera pronto, pero si es que no llegaba a pasar me encargaría de estar tan cerca de ella como pudiera para verla feliz de esa manera a mi lado.
“Has oído, Marie quiere que seamos felices y nos encontremos seguras” le deje jugar con mis patas “Así que debes estar siempre segura y buscar lo que te haga feliz Violette, aunque tampoco quiero que vayas a arriesgarte porque París es peligroso para pequeñas como tu”
“Ella es así, es una mujer muy buena y por eso siempre le va tan bien. Le aprecio mucho aunque no pueda decirle que le agradezco todo lo que hace por mi cuando estoy en esta forma” Le lamí la pata “Volveremos otros días a visitarle Violette, así que descuida, solo será un hasta pronto” Después de decirle eso, me levante de manera perezosa, restregué mi cuerpo contra Marie y ronroneé en agradecimiento antes de avanzar a la ventana.
– Así que es hora de que se vayan, lo comprendo pequeñas – Marie se levanto para abrir la ventana nuevamente y dejar espacio para que tanto yo como Violette saliéramos – Vengan a visitarme después – la anciana nos acaricio a una y otra, sonrió y nos dejo lanzarnos nuevamente a las calles.
Una vez que la ventana de Marie se cerro, era el momento de llevar a la gatita al jardín que se encontraba unas cuadras más adelante.
“Ven Violette, vamos ahora que en el jardín podremos dormir a la sombra de un árbol” Antes de que dijera algo le di un golpecito con la pata y me eche a correr entre los techos, en dirección a la casa aquella que aunque no estaba abandonada, nunca había nadie, al parecer solo iban a vigilar que e pasto estuviera bien y que el polvo no se acumulara.
No tardamos tanto tiempo como creí en llegar cerca del árbol que nos dejaría descender hasta aquel jardín “Ven” anime de nuevo a la gatita y aguarde porque llegara hasta mi “Bajaremos por aquí y entonces podremos jugar” me sentía animada, así que sin más di un salto al árbol, un paso más cerca de aquel jardín.
Thalie De Rose- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 391
Fecha de inscripción : 10/09/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» All I Ask — Privado
» Got you! [Privado]
» I see him... sometimes [Privado]
» :: Geminie Virgell :: Una gata peligrosa e inocente
» Crónicas de un brujo, una gata y un extraño debate ( Mia Sybelle Silveráux)
» Got you! [Privado]
» I see him... sometimes [Privado]
» :: Geminie Virgell :: Una gata peligrosa e inocente
» Crónicas de un brujo, una gata y un extraño debate ( Mia Sybelle Silveráux)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour