AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
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¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
Pese a la extraordinaria relación que mantenía con Aidara, Violante nunca dejó de pensar en lo que finalmente llamó ilusión. Un sueño de nombre Ainara, lo más hermoso que había tenido y la forma tan espantosa, cruel y vil con la que destruyeron su mundo. ¿Quién había sido la asesina? Seguía siendo un misterio, pero en lo que respecta a Aidara, el príncipe la mantenía a salvo. Le había prometido convertirse en su protector y él se había prometido a sí mismo de velear por ella hasta de él mismo. Temía que aquella mujer que sanaba su corazón se convirtiera en el blanco de la asesina si el vampiro se atrevía a amarla.
Violante se había caracterizado por ser un terco y caprichoso, pero aquella lección dañó tanto su alma que los caprichos habían desaparecido de su corazón y su terquedad se mantenía en un recuerdo que se evaporaba con el pasar de los días. Era por eso que noche a noche, en tanto no estuviera junto a Aidara, pronunciaba el nombre de Ainara en voz alta, así, él se convencía que nunca olvidaría ese amor que pudo no existir.
Benelope le había sugirido hablar con Derek para corroborar que el rostro de la vampiro asesinada se trataba del mismo que poseía Aidara, mas él no accedió a lo que era un ruego. Pues, Benelope seguía amándolo después de todo y eso no cambiaría en lo más mínimo, así él la rechazara ella estaría para él, como una amiga y guardiana del legado de ambos... Los Van Wijs. Por una parte estaba Crystall que se había convertido en la duquesa de los Países Bajos bajo el apellido Vilhjálmur y presentada como la sobrina del príncipe; Benelope por su parte cuidaba de Derek que seguía manteniendo el viejo apellido Van Wijs y que continuaría según lo prometía Benelope. Pero sus descendientes no le precupaban pese a que su sentimiento por ellos era diferente al que tuvo con el resto ya fallecidos.
Algo mantenía al vampiro sometido al recuerdo de Ainara, todos lo sabían y todos lo atribuían a algún control mental; sin embargo, nunca se comprobó y él terminaba descartándolo. Por mucho que le doliera, por mucho que ese recuerdo le hiciera tanto daño, él quería hacer feliz a Aidara así si no era a su lado. Muchas veces, cuando pensaba en Ainara a él le llegaba la irremediable idea de buscar a Aidara y hacerla su esposa como no pudo hacerlo con la mujer que nadie cree que existió; entonces, para ello necesitaba encontrar a la asesina para que él pudiera cumplir su cometido, casarse con Aidara, edificar un palacio para ambos en los Países Bajos y reinar las tierras que Dragos le ha ofrecido y él en sus caprichos y obsesión por las mujeres había rechazado. Pero creía que si lo hacía, faltaría al recuerdo de Ainara.
Un años después de la muerte de Ainara, 4 de julio, París 1804
Violante llegó a una cafetería, no era precisamente los lugares que visitaba y nunca lo fue. Cuando mortal esos lugares no habían existido, tan sólo tabernas que se han mantenido con el paso del tiempo. Sí el estaba seguro de lo que sería eterno como él, eran lugares donde sirvieran el elixir de los mortales... él patético alcohol, aunque después de todo, acaso él no tenía un vicio al beber sangre. Pese a ser un vampiro diferente, aún se alimentaba de gente pura, mujeres virgenes, jóvenes sanos de alma infantil y con inocencia, aunque claro que disminuían esa clase y él era consciente en el que llegaría el momento en el que hombres y mujeres perderían su inocencia y virginidad cuando fueran infantes de 12, 13 o 14 años, si es que la sociedad no era tan dura.
Podría decirse que los ojos de Violante ya no giraban entorno de saciar su apetito destruyendo hogares, no ahora él prestaba más atención a la sociedad, volviéndose más crítico y filosófico. Muy pronto su título poco valdría, un príncipe dejaría de ser una figura que ostentara poder, respeto y elegancia.
Después de que su café se enfriara dejando intacta la taza, pagó con una bolsa generosa de francos y se enfocó a una sola cosa... Salir del establecimiento e ir a buscar a Aidara, sin embargo, una mujer rubia entró en esos instántes..
Violante se había caracterizado por ser un terco y caprichoso, pero aquella lección dañó tanto su alma que los caprichos habían desaparecido de su corazón y su terquedad se mantenía en un recuerdo que se evaporaba con el pasar de los días. Era por eso que noche a noche, en tanto no estuviera junto a Aidara, pronunciaba el nombre de Ainara en voz alta, así, él se convencía que nunca olvidaría ese amor que pudo no existir.
Benelope le había sugirido hablar con Derek para corroborar que el rostro de la vampiro asesinada se trataba del mismo que poseía Aidara, mas él no accedió a lo que era un ruego. Pues, Benelope seguía amándolo después de todo y eso no cambiaría en lo más mínimo, así él la rechazara ella estaría para él, como una amiga y guardiana del legado de ambos... Los Van Wijs. Por una parte estaba Crystall que se había convertido en la duquesa de los Países Bajos bajo el apellido Vilhjálmur y presentada como la sobrina del príncipe; Benelope por su parte cuidaba de Derek que seguía manteniendo el viejo apellido Van Wijs y que continuaría según lo prometía Benelope. Pero sus descendientes no le precupaban pese a que su sentimiento por ellos era diferente al que tuvo con el resto ya fallecidos.
Algo mantenía al vampiro sometido al recuerdo de Ainara, todos lo sabían y todos lo atribuían a algún control mental; sin embargo, nunca se comprobó y él terminaba descartándolo. Por mucho que le doliera, por mucho que ese recuerdo le hiciera tanto daño, él quería hacer feliz a Aidara así si no era a su lado. Muchas veces, cuando pensaba en Ainara a él le llegaba la irremediable idea de buscar a Aidara y hacerla su esposa como no pudo hacerlo con la mujer que nadie cree que existió; entonces, para ello necesitaba encontrar a la asesina para que él pudiera cumplir su cometido, casarse con Aidara, edificar un palacio para ambos en los Países Bajos y reinar las tierras que Dragos le ha ofrecido y él en sus caprichos y obsesión por las mujeres había rechazado. Pero creía que si lo hacía, faltaría al recuerdo de Ainara.
Un años después de la muerte de Ainara, 4 de julio, París 1804
Violante llegó a una cafetería, no era precisamente los lugares que visitaba y nunca lo fue. Cuando mortal esos lugares no habían existido, tan sólo tabernas que se han mantenido con el paso del tiempo. Sí el estaba seguro de lo que sería eterno como él, eran lugares donde sirvieran el elixir de los mortales... él patético alcohol, aunque después de todo, acaso él no tenía un vicio al beber sangre. Pese a ser un vampiro diferente, aún se alimentaba de gente pura, mujeres virgenes, jóvenes sanos de alma infantil y con inocencia, aunque claro que disminuían esa clase y él era consciente en el que llegaría el momento en el que hombres y mujeres perderían su inocencia y virginidad cuando fueran infantes de 12, 13 o 14 años, si es que la sociedad no era tan dura.
Podría decirse que los ojos de Violante ya no giraban entorno de saciar su apetito destruyendo hogares, no ahora él prestaba más atención a la sociedad, volviéndose más crítico y filosófico. Muy pronto su título poco valdría, un príncipe dejaría de ser una figura que ostentara poder, respeto y elegancia.
Después de que su café se enfriara dejando intacta la taza, pagó con una bolsa generosa de francos y se enfocó a una sola cosa... Salir del establecimiento e ir a buscar a Aidara, sin embargo, una mujer rubia entró en esos instántes..
Última edición por Violante Vilhjálmur el Vie Ene 24, 2014 4:29 pm, editado 1 vez
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
Camino por las solitarias calles del lugar, sola...como siempre, aunque mis padres me regañan diciendo que una dama como yo no debería andar sola, que después de lo que me ocurrió debería haber aprendido la lección, no, no la e aprendido, no e aprendido nada, no me interesa aprender nada, pienso mientras camino sin rumbo fijo, sin un camino trazado mas que el que voy escogiendo en el momento...la brisa acaricia mis mejillas, mis rubios cabellos, meciéndolos con suavidad, miro al cielo, hace unas horas que la hermosa luna ya había hecho su aparición reinando en el cielo...reinando en la oscuridad de la noche, la gente me observa y murmura a mis espaldas, hablando de que una dama no debería estar fuera de su casa y menos sola a estas horas, que puede ser peligroso...o que puede que no sea una dama...no me importa lo que hablen...ese es el problema, desde hace un año que no me importa nada...desde hace un año que me siento vacía, sin ganas de nada, siento como si me hubieran arrebatado el corazón, como si hubieran partido mi alma en dos, dejándome casi como una cascara vacía...no se el motivo...nadie lo comprende...nadie sabe que ocurrió conmigo como para que me encuentre así, como para que haya caído en una enorme depresión...todos culpan al incidente de hace un año...
Según lo que dicen mis padres, tuve un accidente en el carruaje, me golpee la cabeza, estuve inconsciente semanas enteras y cuando desperté todo había cambiado, había perdido la memoria, no recordaba lo ocurrido, no recordaba días completos...pero si como era mucho antes, nadie comprende lo que me ocurrió o por que estuve desaparecida algunos días, solo que desde que mis ojos se abrieron nuevamente comencé a ser otra persona...mis padres piensan que necesito un hombre en mi vida...que necesito un esposo, y no pierden tiempo buscándome candidatos para el puesto, yo no quiero...no me interesa, el solo hecho de pensar en cualquier hombre tocándome, besándome...me da asco, me da asco simplemente, no quiero, no quiero a cualquier hombre en mi vida, no quiero tener que compartir el resto de mi vida con un hombre cualquiera por el que se que no sentiré nada...mi madre me dice que el amor viene con los años...pero yo se que no es así!!...yo se que...siento que no es así, siento que el amor es todo lo contrario, es sorpresivo, es apasionado, es maravilloso, enorme, explosivo, se que es...eterno...
Me detengo al darme cuenta que llego frente a un restaurante muy elegante, y sin saber por que me encuentro entrando al lugar, miro alrededor, tengo la sensación de que conozco este lugar, pero no lo recuerdo...por mas que intento no logro recordarlo, pienso mientras mi mirada vaga alrededor, a las mesas, a la gente, hasta que se detiene en un hombre que parece a punto de irse...cuando lo veo me llevo una mano al pecho, mi corazón palpita fuertemente, como nunca antes...mis ojos se llenan de lagrimas sin saber por que...siento que mi lugar es a su lado...mis mejillas se calientan con el sonrojo, no lo conozco por Dios, a que vienen estos pensamientos?, a que vienen estos sentimientos que me invaden?...me siento confundida...perdida...pero por primera vez en mucho tiempo mientras nuestras miradas se encuentran me siento completa...
La emoción que siento es muy fuerte...como si hubiera encontrado la parte de mi alma que creía perdida...y antes de darme cuenta siento la humedad cálida que deja una lagrima al deslizarse lentamente por mi mejilla, levanto la mano secándola, observándola en mis dedos, sin poder saber que ocurría...una idea aparece en mi cabeza...y si lo conozco?...y si, el me conoce y sabe lo que me ocurrió? quizás...solo quizás pueda llenar aquellas pequeñas lagunas de olvido que quedaron en mi cabeza producto del accidente...sin pensarlo siquiera mis pies comienzan a moverse lenta y suavemente, tanto que no hacia ni un ruido al caminar, no veía a nadie, mas que a el...
Cuando llego frente a el me detengo, levantando la cabeza para mirarlo, quedándome prendada de sus ojos...-eh....disculpe... buenas noches caballero, le parecerá extraño...pero...necesito saber si lo conozco de algo...- murmuro sintiéndome de pronto muy avergonzada y algo, estúpida por reaccionar tan impulsivamente...me desconozco a mi misma, nunca pensé que lo haría, simplemente...fue inevitable, al igual que la sensación de...pertenecerse...de que nuestros corazones y nuestras almas están unidas irremediablemente...para el resto de la vida...para toda la eternidad...pero....por que?...quizás el pueda aclarar mis dudas...o es que simplemente quizás que termine por enloquecer...por completo...no lo se, solo se que quisiera refugiarme para siempre entre sus brazos...
Según lo que dicen mis padres, tuve un accidente en el carruaje, me golpee la cabeza, estuve inconsciente semanas enteras y cuando desperté todo había cambiado, había perdido la memoria, no recordaba lo ocurrido, no recordaba días completos...pero si como era mucho antes, nadie comprende lo que me ocurrió o por que estuve desaparecida algunos días, solo que desde que mis ojos se abrieron nuevamente comencé a ser otra persona...mis padres piensan que necesito un hombre en mi vida...que necesito un esposo, y no pierden tiempo buscándome candidatos para el puesto, yo no quiero...no me interesa, el solo hecho de pensar en cualquier hombre tocándome, besándome...me da asco, me da asco simplemente, no quiero, no quiero a cualquier hombre en mi vida, no quiero tener que compartir el resto de mi vida con un hombre cualquiera por el que se que no sentiré nada...mi madre me dice que el amor viene con los años...pero yo se que no es así!!...yo se que...siento que no es así, siento que el amor es todo lo contrario, es sorpresivo, es apasionado, es maravilloso, enorme, explosivo, se que es...eterno...
Me detengo al darme cuenta que llego frente a un restaurante muy elegante, y sin saber por que me encuentro entrando al lugar, miro alrededor, tengo la sensación de que conozco este lugar, pero no lo recuerdo...por mas que intento no logro recordarlo, pienso mientras mi mirada vaga alrededor, a las mesas, a la gente, hasta que se detiene en un hombre que parece a punto de irse...cuando lo veo me llevo una mano al pecho, mi corazón palpita fuertemente, como nunca antes...mis ojos se llenan de lagrimas sin saber por que...siento que mi lugar es a su lado...mis mejillas se calientan con el sonrojo, no lo conozco por Dios, a que vienen estos pensamientos?, a que vienen estos sentimientos que me invaden?...me siento confundida...perdida...pero por primera vez en mucho tiempo mientras nuestras miradas se encuentran me siento completa...
La emoción que siento es muy fuerte...como si hubiera encontrado la parte de mi alma que creía perdida...y antes de darme cuenta siento la humedad cálida que deja una lagrima al deslizarse lentamente por mi mejilla, levanto la mano secándola, observándola en mis dedos, sin poder saber que ocurría...una idea aparece en mi cabeza...y si lo conozco?...y si, el me conoce y sabe lo que me ocurrió? quizás...solo quizás pueda llenar aquellas pequeñas lagunas de olvido que quedaron en mi cabeza producto del accidente...sin pensarlo siquiera mis pies comienzan a moverse lenta y suavemente, tanto que no hacia ni un ruido al caminar, no veía a nadie, mas que a el...
Cuando llego frente a el me detengo, levantando la cabeza para mirarlo, quedándome prendada de sus ojos...-eh....disculpe... buenas noches caballero, le parecerá extraño...pero...necesito saber si lo conozco de algo...- murmuro sintiéndome de pronto muy avergonzada y algo, estúpida por reaccionar tan impulsivamente...me desconozco a mi misma, nunca pensé que lo haría, simplemente...fue inevitable, al igual que la sensación de...pertenecerse...de que nuestros corazones y nuestras almas están unidas irremediablemente...para el resto de la vida...para toda la eternidad...pero....por que?...quizás el pueda aclarar mis dudas...o es que simplemente quizás que termine por enloquecer...por completo...no lo se, solo se que quisiera refugiarme para siempre entre sus brazos...
Ainara L. Betancourt- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 27/02/2013
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
La vio caminar hasta él, se detuvo pues algo le decía que ella tenía algo que decirle. Entonces llegaron las confusas palabras de la mujer. Violante la examinó, vio el largo y dorado cabello, los labios definidos color rosado y unos ojos azules que le rogaban porque él tuviera las respuestas que atormentaban la desdichada alma mortal. Sin embargo, para él ella no era más que una desconocida, ese rostro no se le hacía familiar pero no podía evitar el hecho que ella buscara responder una pregunta que lo agobió a él por tanto tiempo.
—Lo siento señorita, me temo que no la conozco...— hizo una pausa y antes de que se marchara avergonzada por su atrevimiento, Violante la cogió del brazo con su mano enguantada. —Pero no se vaya, por favor le ruego que me acompañe esta noche, yo puedo escucharla pues he perdido algo más que un recuerdo— su voz acentuada de tristeza fue suficiente para que regresaran y tomaran asiento en la mesa más apartada del lugar.
—Mi nombre es Violante, Violante Vilhjálmur. El nombre pudo haberlo escuchado en algún evento de alta sociedad ya que soy el príncipe de los Países Bajos, esa es la única relación que veo es posible por la que me haya conocido— le sonrió para reconfortarla y volvió a cogerle las manos sobre la mesa. Luego, se adentró a la mente de la mujer para saber que pensaba, para ver que podía recuperar para poderle ayudar. —Quiero ayudarle, su voz y sus ojos me dicen que perdió algo en su vida, que le arrebataron algo pero no logra recordar. Confíe en mí, para lograr su confianza abriré mi corazón pues compartimos algo en común— el príncipe se aferró a las manos de ella y dedicó una amplia sonrisa.
Todo fue interrumpido cuando se acercaron para tomar la orden, él pidió una botella de vino y esperó a que ella pidiera lo que le apeteciera, luego sus miradas volvieron a encontrarse. La música sonó y el baile se inició, aquello le hizo cerrar sus ojos y evocó el recuerdo de hace más de un año con aquella mujer que quizás no existió. —¿Le molestaría bailar conmigo?— dijo poniéndose de pie, rodeó la mesa y extendió la mano, después de que ella la tomara se adentraron al corazón de la pista y comenzaron a bailar.
Aquella destreza de ella, los pasos y su gracia le dijeron algo, algo que no podía interpretar, la mujer que se había atrevido a preguntarle semejante disparate, como pensaría cualquier otro que no fuera Violante, le provocó una cierta incomodidad. No porque sintiera repulsión por su presencia o la hubiera recordado, sino, por el hecho de que cabía la posibilidad de que alguna vez se cruzó por su vida y él no lograba recordar.
El baile se prolongó, él mantenía su sonrisa mientras dirigía los pasos, Violante comenzó a recordar aquellos encuentros cuando era un canalla, un seductor y mujeriego. Pero no encontraba ese rostro, el rostro de la mujer con la que bailaba le era totalmente desconocido y sin embargo, el baile le decía otra cosa.
—Hace un año perdí al amor de mi vida, destrozaron mi mundo y ahora sólo queda el fantasma del recuerdo, es una ilusión que quizás no existió. En el mundo hay muchas cosas que no comprendemos y aunque no tengo pruebas sé que me hicieron algo...— hizo una pausa manteniendo el ritmo y asegurándose de que ella le prestaba atención. —La imagen del amor de mi vida a desaparecido, pero yo me aferró a lo único que me dice que existió... Su nombre, Ainara Lisette Betancourt, la mujer más hermosa del mundo y quien se iba a convertir en mi esposa— concluyó luego de ver la reacción en el rostro de ella, algo no estaba bien.
—Lo siento señorita, me temo que no la conozco...— hizo una pausa y antes de que se marchara avergonzada por su atrevimiento, Violante la cogió del brazo con su mano enguantada. —Pero no se vaya, por favor le ruego que me acompañe esta noche, yo puedo escucharla pues he perdido algo más que un recuerdo— su voz acentuada de tristeza fue suficiente para que regresaran y tomaran asiento en la mesa más apartada del lugar.
—Mi nombre es Violante, Violante Vilhjálmur. El nombre pudo haberlo escuchado en algún evento de alta sociedad ya que soy el príncipe de los Países Bajos, esa es la única relación que veo es posible por la que me haya conocido— le sonrió para reconfortarla y volvió a cogerle las manos sobre la mesa. Luego, se adentró a la mente de la mujer para saber que pensaba, para ver que podía recuperar para poderle ayudar. —Quiero ayudarle, su voz y sus ojos me dicen que perdió algo en su vida, que le arrebataron algo pero no logra recordar. Confíe en mí, para lograr su confianza abriré mi corazón pues compartimos algo en común— el príncipe se aferró a las manos de ella y dedicó una amplia sonrisa.
Todo fue interrumpido cuando se acercaron para tomar la orden, él pidió una botella de vino y esperó a que ella pidiera lo que le apeteciera, luego sus miradas volvieron a encontrarse. La música sonó y el baile se inició, aquello le hizo cerrar sus ojos y evocó el recuerdo de hace más de un año con aquella mujer que quizás no existió. —¿Le molestaría bailar conmigo?— dijo poniéndose de pie, rodeó la mesa y extendió la mano, después de que ella la tomara se adentraron al corazón de la pista y comenzaron a bailar.
Aquella destreza de ella, los pasos y su gracia le dijeron algo, algo que no podía interpretar, la mujer que se había atrevido a preguntarle semejante disparate, como pensaría cualquier otro que no fuera Violante, le provocó una cierta incomodidad. No porque sintiera repulsión por su presencia o la hubiera recordado, sino, por el hecho de que cabía la posibilidad de que alguna vez se cruzó por su vida y él no lograba recordar.
El baile se prolongó, él mantenía su sonrisa mientras dirigía los pasos, Violante comenzó a recordar aquellos encuentros cuando era un canalla, un seductor y mujeriego. Pero no encontraba ese rostro, el rostro de la mujer con la que bailaba le era totalmente desconocido y sin embargo, el baile le decía otra cosa.
—Hace un año perdí al amor de mi vida, destrozaron mi mundo y ahora sólo queda el fantasma del recuerdo, es una ilusión que quizás no existió. En el mundo hay muchas cosas que no comprendemos y aunque no tengo pruebas sé que me hicieron algo...— hizo una pausa manteniendo el ritmo y asegurándose de que ella le prestaba atención. —La imagen del amor de mi vida a desaparecido, pero yo me aferró a lo único que me dice que existió... Su nombre, Ainara Lisette Betancourt, la mujer más hermosa del mundo y quien se iba a convertir en mi esposa— concluyó luego de ver la reacción en el rostro de ella, algo no estaba bien.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
Había sido una tonta...una tonta, me repetía avergonzada, que señorita en su sano juicio se acercaba a un desconocido a preguntarle un disparate como ese...quizás lo mal interpretaría, mis mejillas se tiñeron de escarlata y por un momento quise retirarme de su presencia, avergonzada conmigo misma, repitiéndome mentalmente que no debí hacer algo así, cuando me tomo del brazo deteniéndome, mire sus ojos y escuche sus palabras, asentí, de algún modo, no podía ni quería alejarme de el, deje que me guiara hasta una de las mesas del lugar, donde tome asiento, ni siquiera se me ocurrió mencionar mi nombre cuando el se presento, estaba demasiado abrumada por las emociones que me asaltaban...-si, quizás...quizás tiene razón, si es así de conocido es probable que lo haya visto en algún evento y...yo....simplemente...lo siento mucho...- dije mirándolo...
Cuando tomo mis manos mi corazón dio un salto, mire sus ojos perdiéndome en ellos, se que una dama no debería dejar que un completo desconocido la tocara de esta ni de ninguna manera posible, que un simple tomarse las manos de manera inocente puede desencadenar una infinidad de rumores desafortunados para la joven, se que debería haber alejado mis manos de el...pero se sentía tan natural, tan correcto...por que?...me preguntaba una y mil veces...
Iba a responder a sus palabras para contarle lo que me había ocurrido pero enseguida llegaron a tomar nuestra orden, no pedí nada mas que un refresco, recordando que no solía beber, luego comenzó la música, nuestras miradas se encontraron y sentí como una descarga recorriendo mi espalda, escuche su pregunta y asentí...-no me molestaría, al contrario, seria un honor bailar con usted señor Vilhjálmur...- respondí para levantarme de mi asiento y seguirlo hasta la pista de baile.
El baile con el fue sin duda mágico...o así lo sentí yo al menos, nuestros cuerpos parecían encajar a la perfección, como si fuéramos dos partes de un solo rompecabezas, nuestros movimientos estaban perfectamente sincronizados, como si lo hubiéramos hecho alguna vez, no quise darle importancia, pensando que tal vez en alguna de esas tantas fiestas ya había tenido el honor de bailar con el, pero algo me decía que había mas...
Oh Dios, me sentía tan bien en sus brazos, como si...este fuera el lugar al que pertenecía...no comprendía el por que...pero era una sensación tan intima, tan única, tan perfecta...pensaba cerrando los ojos, dejándome llevar por la música, deseando que aquel baile no acabara nunca...
Cuando comenzó a hablar llamo mi atención y levante mi cabeza para mirarlo a los ojos mientras escuchaba su historia...parecía tan...triste, tan afligido...me conmovió inmensamente, olvide mis penas, y solo pensaba en que deseaba hacer algo para sanar su dolor...cuando escuche el nombre de la mujer que supuestamente había perdido lo comprendí todo, o mas bien, creí comprendelo pues en esos momentos parecía lo mas obvio...aunque a veces lo mas obvio no siempre es lo correcto...
Mi rostro palideció y perdí el paso del baile mientras lo miraba, esas reacciones fueron instantáneas al oír mi nombre en sus labios, mis ojos se llenaron de lagrimas, por ser victima de tal...broma cruel...y yo pensando en sanar su dolor de alguna manera mientras el se reía de la pobre chica desmemoriada...sonrei con tristeza mientras lo miraba...-usted se burla de mi? piensa que todo esto es muy gracioso?...dice no reconocerme, luego me inventa toda una historia trágica...y sin embargo menciona mi nombre completo...no es chistoso para mi no recordar lo que me paso...si...quiere reírse a costa de alguien, por favor se lo ruego no lo haga con el dolor ajeno...debe conocerme...ya que al menos sabe mi nombre...Ainara Lisette Betancourt...la única que existe señor, soy yo...pero eso usted debe saberlo...- dije molesta, triste, sintiendo las lagrimas en mis mejillas, las que me seque a penas caían, di por finalizado el baile y me aparte de el...-ahora me retiro...adiós señor Violante Vilhjálmur, si es que ese es en realidad su nombre, espero que haya sido provechosa esta...broma...que acaba de hacerme y se ria mucho en el futuro...- dije como despedida dándome media vuelta para alejarme de el, sintiendo estúpidamente que mi corazón se rompía muchisimo mas en el proceso...
Cuando tomo mis manos mi corazón dio un salto, mire sus ojos perdiéndome en ellos, se que una dama no debería dejar que un completo desconocido la tocara de esta ni de ninguna manera posible, que un simple tomarse las manos de manera inocente puede desencadenar una infinidad de rumores desafortunados para la joven, se que debería haber alejado mis manos de el...pero se sentía tan natural, tan correcto...por que?...me preguntaba una y mil veces...
Iba a responder a sus palabras para contarle lo que me había ocurrido pero enseguida llegaron a tomar nuestra orden, no pedí nada mas que un refresco, recordando que no solía beber, luego comenzó la música, nuestras miradas se encontraron y sentí como una descarga recorriendo mi espalda, escuche su pregunta y asentí...-no me molestaría, al contrario, seria un honor bailar con usted señor Vilhjálmur...- respondí para levantarme de mi asiento y seguirlo hasta la pista de baile.
El baile con el fue sin duda mágico...o así lo sentí yo al menos, nuestros cuerpos parecían encajar a la perfección, como si fuéramos dos partes de un solo rompecabezas, nuestros movimientos estaban perfectamente sincronizados, como si lo hubiéramos hecho alguna vez, no quise darle importancia, pensando que tal vez en alguna de esas tantas fiestas ya había tenido el honor de bailar con el, pero algo me decía que había mas...
Oh Dios, me sentía tan bien en sus brazos, como si...este fuera el lugar al que pertenecía...no comprendía el por que...pero era una sensación tan intima, tan única, tan perfecta...pensaba cerrando los ojos, dejándome llevar por la música, deseando que aquel baile no acabara nunca...
Cuando comenzó a hablar llamo mi atención y levante mi cabeza para mirarlo a los ojos mientras escuchaba su historia...parecía tan...triste, tan afligido...me conmovió inmensamente, olvide mis penas, y solo pensaba en que deseaba hacer algo para sanar su dolor...cuando escuche el nombre de la mujer que supuestamente había perdido lo comprendí todo, o mas bien, creí comprendelo pues en esos momentos parecía lo mas obvio...aunque a veces lo mas obvio no siempre es lo correcto...
Mi rostro palideció y perdí el paso del baile mientras lo miraba, esas reacciones fueron instantáneas al oír mi nombre en sus labios, mis ojos se llenaron de lagrimas, por ser victima de tal...broma cruel...y yo pensando en sanar su dolor de alguna manera mientras el se reía de la pobre chica desmemoriada...sonrei con tristeza mientras lo miraba...-usted se burla de mi? piensa que todo esto es muy gracioso?...dice no reconocerme, luego me inventa toda una historia trágica...y sin embargo menciona mi nombre completo...no es chistoso para mi no recordar lo que me paso...si...quiere reírse a costa de alguien, por favor se lo ruego no lo haga con el dolor ajeno...debe conocerme...ya que al menos sabe mi nombre...Ainara Lisette Betancourt...la única que existe señor, soy yo...pero eso usted debe saberlo...- dije molesta, triste, sintiendo las lagrimas en mis mejillas, las que me seque a penas caían, di por finalizado el baile y me aparte de el...-ahora me retiro...adiós señor Violante Vilhjálmur, si es que ese es en realidad su nombre, espero que haya sido provechosa esta...broma...que acaba de hacerme y se ria mucho en el futuro...- dije como despedida dándome media vuelta para alejarme de el, sintiendo estúpidamente que mi corazón se rompía muchisimo mas en el proceso...
Ainara L. Betancourt- Humano Clase Alta
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
Violante facilitó el que ella se alejara de él con brúsquedad. Frunció el ceño mientras escuchaba cada palabra y dedicó especial dedicación cuando ella se hizo llamar Ainara. Él se congeló por tales palabras, la vio irse dolida y entonces él se llenó de furia... ¿Cómo iba a creer lo que ella le decía? Fue así que Violante completamente envuelto en ira abandonó el recinto para ir tras esa mujer. La vio a lo lejos y pronto pudo estar a su alcance para arremeter encontra de ella, pero no lo hizo, la siguió en la oscuridad y cuando encontró el momento preciso, cerca de un callejón se abalanzó sobre ella cubriéndole la boca.
Una de las manos de él le tomó del fragil cuello mientras la otra seguía cubriendo su boca. —¿Cómo te atreves a decir que eres ella...?— dijo destellando furia, su mano se ejercía presión sobre el cuello haciendo que la respiración de ella presentara dificultad. —¿Tu eres la maldita asesina no es cierto?, ¿vienes a mí diciéndome que sí te conozco?, ¿acaso esto es una trampa, vienes al fin a concluir tu trabajo?— Violante ejerció más presición, estaba dispuesto a matarla fue entonces que escuchó el latir de corazón, ella estaba aterrorizada y sus latidos eran frenéticos pero no desconocidos para él.
Se adentró en la mente de ella y no captaba ningún pensamiento que la traicionara, si sabía ocultar sus desquisiadas intenciones, lo hacía muy bien. Pero aquel latido, aquellos ojos, aquella respiración siendo sofocada le dijo que ella no mentía. El príncipe se miró confuso y liberó sus manos de ella. Su delicado cuello presentaba la marca de las manos y no podía moverse debido a que necesitaba recobrar el aire que el vampiro le arrebató.
—Quizás... Sólo quizás...— se detuvo aterrado de que fuera cierto, de que la ilógica que se presentaba se tratara de una ilusión. —Seas realmente tu... seas mi Ainara... No tengo verdaderos recuerdos más que el sentimiento de que te amé, que te amo... Recuerdame— rogó el príncipe y se sacó los guantes para coger las manos ajenas, luego, las llevó a las mejillas de ella para que sintiera su fría piel. —Síenteme y preguntate... ¿por qué mi piel es tan fría... por qué mi piel es tan dura, por qué tan lisa?— dijo deseando que eso le ayúdase a recordarlo, ya no le importaba que se tratara de aquella asesina, no, la ilusión de que se tratara realmente de Ainara era mucho más atractiva que finalmente haya capturada la asesina.
Llevó luego las manos de ella a su pecho para que sintiera su corazón, —¿sientes algo... sientes mi corazón latir...? Preguntate por qué no late— dijo en suplica y liberó un poco de su poder de seducción. —Preguntate por qué sientes una repentina atracción hacía mi... esfuerzate Ainara, esfuerzate porque te he necesitado desde aquella noche, dime que eres tu, dime que no fue un sueño, que eres real... dime que tienes las respuestas a mis preguntas, que sabes quién soy y lo que soy... Dime que me amas como yo te lo digo ahora, Te amo Ainara, te amo con todo mi corazón— dijo desplomándose a sus pies, sujetándole las manos y dispersando su perfume seductor, pues no quería envolverla en esa fragancia manipuladora.
Una de las manos de él le tomó del fragil cuello mientras la otra seguía cubriendo su boca. —¿Cómo te atreves a decir que eres ella...?— dijo destellando furia, su mano se ejercía presión sobre el cuello haciendo que la respiración de ella presentara dificultad. —¿Tu eres la maldita asesina no es cierto?, ¿vienes a mí diciéndome que sí te conozco?, ¿acaso esto es una trampa, vienes al fin a concluir tu trabajo?— Violante ejerció más presición, estaba dispuesto a matarla fue entonces que escuchó el latir de corazón, ella estaba aterrorizada y sus latidos eran frenéticos pero no desconocidos para él.
Se adentró en la mente de ella y no captaba ningún pensamiento que la traicionara, si sabía ocultar sus desquisiadas intenciones, lo hacía muy bien. Pero aquel latido, aquellos ojos, aquella respiración siendo sofocada le dijo que ella no mentía. El príncipe se miró confuso y liberó sus manos de ella. Su delicado cuello presentaba la marca de las manos y no podía moverse debido a que necesitaba recobrar el aire que el vampiro le arrebató.
—Quizás... Sólo quizás...— se detuvo aterrado de que fuera cierto, de que la ilógica que se presentaba se tratara de una ilusión. —Seas realmente tu... seas mi Ainara... No tengo verdaderos recuerdos más que el sentimiento de que te amé, que te amo... Recuerdame— rogó el príncipe y se sacó los guantes para coger las manos ajenas, luego, las llevó a las mejillas de ella para que sintiera su fría piel. —Síenteme y preguntate... ¿por qué mi piel es tan fría... por qué mi piel es tan dura, por qué tan lisa?— dijo deseando que eso le ayúdase a recordarlo, ya no le importaba que se tratara de aquella asesina, no, la ilusión de que se tratara realmente de Ainara era mucho más atractiva que finalmente haya capturada la asesina.
Llevó luego las manos de ella a su pecho para que sintiera su corazón, —¿sientes algo... sientes mi corazón latir...? Preguntate por qué no late— dijo en suplica y liberó un poco de su poder de seducción. —Preguntate por qué sientes una repentina atracción hacía mi... esfuerzate Ainara, esfuerzate porque te he necesitado desde aquella noche, dime que eres tu, dime que no fue un sueño, que eres real... dime que tienes las respuestas a mis preguntas, que sabes quién soy y lo que soy... Dime que me amas como yo te lo digo ahora, Te amo Ainara, te amo con todo mi corazón— dijo desplomándose a sus pies, sujetándole las manos y dispersando su perfume seductor, pues no quería envolverla en esa fragancia manipuladora.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
Salí de allí rápidamente, no corrí para no hacer una escena, sentía mi corazón doler, como había sido capaz de hacerme una broma tan cruel?...cuando yo todo lo que quería era saber lo que había pasado conmigo, saber...saber que era aquello tan importante que había perdido...una vez en la calle, apresure el paso, hasta que sentí que me tomaban y me metían dentro de un callejón cubriéndome la boca, mire aterrada al hombre frente a mi...Violante, era el hombre del restaurante...sentí el terror recorriendome cuando la otra mano me tomo del cuello, mis ojos se llenaron de lagrimas de miedo, de tristeza...
No comprendía nada de lo que me estaba diciendo, el aire comenzaba a faltarme...iba a morir...me iba a matar?, no, de algún modo sabia que el era incapaz de hacerme daño...pese a lo que estaba haciendo, sabia que no me mataría, sabia que seria incapaz de hacerlo... aun así mis latidos se aceleraron, mientras trataba desesperadamente de respirar, comencé a tocer cuando el me soltó, el aire lleno mis pulmones, mi pecho subía y bajaba de manera acelerada, me lleve una mano al cuello sintiendo el dolor allí, donde me había tomado, lo mire asustada sin saber que hacer, como reaccionar...estaba casi en shock...
Me apoye en la pared mirándolo asustada, escuchando sus palabras, no comprendía lo que ocurría, si decía amarme, si decía conocerme por que decía que era una asesina? dios...todo estaba tan confuso...me rogaba que lo recordara pero por mas que lo intentaba no podía...ninguno de los dos parecía tener recuerdos del otro...pero sentíamos que nos amábamos...realmente no comprendía nada...
Lo sentí tomando mis manos, llevándolas a sus mejillas, sintiendo su frialdad, mi cuerpo temblaba, las lagrimas caían por mis mejillas una tras otra, sin parar...-p... por que... eres tan frío?...por que tu piel es tan dura y lisa?....- iba preguntando a medida que el me iba diciendo aquellas palabras, mis ojos lo evitaban, incapaz de mirarlo, sin saber aun que pensar de todo esto...deje mi palma apoyada en su pecho, donde se supone estaba su corazón, me sorprendí al no sentir nada....-p... por que no late tu corazón?...que eres?...- pregunte bajo, levantando mi mirada, viendo sus ojos, sorprendida al sentirme irremediablemente atraída por el, escuche sus palabras, perdida en sus ojos...
Mi corazón dio un salto cuando escuche lo ultimo, solloce, sintiendo, sintiéndome completa...completa después de un año....se me partió el alma verlo así, arrodillado ante mi, sufriendo, no podía soportarlo, no podía, su sufrimiento me dolía como si fuera el mio propio, termine arrodillándome frente a el abrazándome a su cuerpo, sintiéndome como en casa...si, definitivamente sentía como si mi lugar fuera entre sus brazos, apoye la cabeza en su pecho cerrando los ojos...-no, no te pongas así...no sabes como me duele verte de esta manera...no sabes cuanto quisiera recordarte...no sabes cuanto desearía poder saber que ocurrió, mas no puedo...lo juro...e intentado una y otra vez recordar pero no puedo...e buscado por todas partes...sin saber que era lo que me faltaba...sin saber que era aquello importante que había perdido, lo sentía...sentía un vacío en mi interior, un agujero...como si me hubieran partido en dos el corazón...no tenia ganas de nada...nada ni nadie me hacia sentir...hasta que te vi en ese restaurante...lo sentí...mi corazón salto de alegría reconociéndote...aunque mi cabeza no recuerde quien eres...mi corazón y mi alma si lo hicieron...no te miento, lo juro...- digo mirándolo a los ojos, casi suplicando que me creyera...mientras cálidas lagrimas caían por mis mejillas, miraba sus ojos, perdida en ellos una vez mas...levante una mano lentamente, acariciando su rostro con suavidad...-llevame contigo...yo...lo dejaría todo por ti...por que te amo, te amo Violante...siempre ...para el resto de la eternidad...- susurre mirando sus ojos, tome una de sus manos, llevándola a mi pecho haciéndolo sentir mi corazón acelerado....-mi late así por ti...a penas te vi, mi corazón comenzó a latir acelerado...reconociéndote enseguida...reconociendo mi otra mitad...- me abrace a el refugiándome entre sus brazos...cerrando los ojos...suspirando...quería recordarlo...pero aun si no lo hacia, sabia que el era mi amado, el único, mi amor eterno...-no tienes idea...lo bien que me siento en tus brazos...se siente tan correcto...me siento tan completa...- susurre contra su pecho cerrando los ojos, acurrucándome...-llevame contigo...llevame lejos de acá, para siempre, no quiero perderte de nuevo...no quiero volverte a olvidar por favor, llevame contigo haré lo que sea...lo juro, lo que sea...- dije mirando sus ojos una vez mas...suplicando que me llevara con el que no me dejara ir nunca mas, aterrada de volverlo a perder...no quería...no quería perderlo...
No comprendía nada de lo que me estaba diciendo, el aire comenzaba a faltarme...iba a morir...me iba a matar?, no, de algún modo sabia que el era incapaz de hacerme daño...pese a lo que estaba haciendo, sabia que no me mataría, sabia que seria incapaz de hacerlo... aun así mis latidos se aceleraron, mientras trataba desesperadamente de respirar, comencé a tocer cuando el me soltó, el aire lleno mis pulmones, mi pecho subía y bajaba de manera acelerada, me lleve una mano al cuello sintiendo el dolor allí, donde me había tomado, lo mire asustada sin saber que hacer, como reaccionar...estaba casi en shock...
Me apoye en la pared mirándolo asustada, escuchando sus palabras, no comprendía lo que ocurría, si decía amarme, si decía conocerme por que decía que era una asesina? dios...todo estaba tan confuso...me rogaba que lo recordara pero por mas que lo intentaba no podía...ninguno de los dos parecía tener recuerdos del otro...pero sentíamos que nos amábamos...realmente no comprendía nada...
Lo sentí tomando mis manos, llevándolas a sus mejillas, sintiendo su frialdad, mi cuerpo temblaba, las lagrimas caían por mis mejillas una tras otra, sin parar...-p... por que... eres tan frío?...por que tu piel es tan dura y lisa?....- iba preguntando a medida que el me iba diciendo aquellas palabras, mis ojos lo evitaban, incapaz de mirarlo, sin saber aun que pensar de todo esto...deje mi palma apoyada en su pecho, donde se supone estaba su corazón, me sorprendí al no sentir nada....-p... por que no late tu corazón?...que eres?...- pregunte bajo, levantando mi mirada, viendo sus ojos, sorprendida al sentirme irremediablemente atraída por el, escuche sus palabras, perdida en sus ojos...
Mi corazón dio un salto cuando escuche lo ultimo, solloce, sintiendo, sintiéndome completa...completa después de un año....se me partió el alma verlo así, arrodillado ante mi, sufriendo, no podía soportarlo, no podía, su sufrimiento me dolía como si fuera el mio propio, termine arrodillándome frente a el abrazándome a su cuerpo, sintiéndome como en casa...si, definitivamente sentía como si mi lugar fuera entre sus brazos, apoye la cabeza en su pecho cerrando los ojos...-no, no te pongas así...no sabes como me duele verte de esta manera...no sabes cuanto quisiera recordarte...no sabes cuanto desearía poder saber que ocurrió, mas no puedo...lo juro...e intentado una y otra vez recordar pero no puedo...e buscado por todas partes...sin saber que era lo que me faltaba...sin saber que era aquello importante que había perdido, lo sentía...sentía un vacío en mi interior, un agujero...como si me hubieran partido en dos el corazón...no tenia ganas de nada...nada ni nadie me hacia sentir...hasta que te vi en ese restaurante...lo sentí...mi corazón salto de alegría reconociéndote...aunque mi cabeza no recuerde quien eres...mi corazón y mi alma si lo hicieron...no te miento, lo juro...- digo mirándolo a los ojos, casi suplicando que me creyera...mientras cálidas lagrimas caían por mis mejillas, miraba sus ojos, perdida en ellos una vez mas...levante una mano lentamente, acariciando su rostro con suavidad...-llevame contigo...yo...lo dejaría todo por ti...por que te amo, te amo Violante...siempre ...para el resto de la eternidad...- susurre mirando sus ojos, tome una de sus manos, llevándola a mi pecho haciéndolo sentir mi corazón acelerado....-mi late así por ti...a penas te vi, mi corazón comenzó a latir acelerado...reconociéndote enseguida...reconociendo mi otra mitad...- me abrace a el refugiándome entre sus brazos...cerrando los ojos...suspirando...quería recordarlo...pero aun si no lo hacia, sabia que el era mi amado, el único, mi amor eterno...-no tienes idea...lo bien que me siento en tus brazos...se siente tan correcto...me siento tan completa...- susurre contra su pecho cerrando los ojos, acurrucándome...-llevame contigo...llevame lejos de acá, para siempre, no quiero perderte de nuevo...no quiero volverte a olvidar por favor, llevame contigo haré lo que sea...lo juro, lo que sea...- dije mirando sus ojos una vez mas...suplicando que me llevara con el que no me dejara ir nunca mas, aterrada de volverlo a perder...no quería...no quería perderlo...
Ainara L. Betancourt- Humano Clase Alta
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
Violante la escuchó, la observó, sintió el calor de su cuerpo, hizo suyas cada una de sus palabras... —Yo te cuidaré Ainara— dijo levántandola para después besarla en los labios, esos labios que extrañó pese a no recordar ni siquiera como era esa sensación. Para Violante todo le parecía nuevo, quería beber de ella, quería fundirse con ella, amarla de todas la maneras posibles para liberar su mente de cualquier atadura, el vampiro creía que si hacía todo lo que le creía que hizo junto a ella, ambos podían recuperar sus verdaderos recuerdos.
Pero entonces, mientras ella lo contemplaba, él reparó en algo que no había prestado atención... ¡Ella seguía siendo una mortal! —Me duele que no sepas lo que soy... porque ahora no puedo justificar el por qué tu no eres como yo... ¿Por qué late tu corazón?— se dijo más para él que para ella; sin embargo, no deseaba que se marchara, ya le podría contestar esa interrogante más adelante sí es que realmente era ella y no la asesina. Sí, otra vez sospechó de ella, brevemente y lo hizo por Aidara, él no podía caer en la seducción de la asesina, no podía morir.
Mas sus sentimientos le aseguraban que ella no era la asesina, en el beso lo corroboró. —Acompáñame— dijo y tomándola de la mano salieron del callejón para tomar la primera carroza, el príncipe la ayudó a subir y estando adentro se sentó frente a ella. —Nos conocimos en el restaurante hace más de un año, allí te seduje, bailamos y en el balcón te dije que era y te hice mujer, luego, tomamos un coche con destino a mi palacete, en el trayecto nos volvimos a fundir...— explicó esperando que esos recuerdos fueran ciertos, mientras la atraía hacía él haciendo que se sentara en su regazo.
—Quiero que hagamos lo mismo, confío que puedas recordarme como lo hago yo ahora, plenamente— pidió mientras desnudaba los hombros dejando caer su vestido hasta la cintura, luego, con la pericia que lo caracterizó por tanto tiempo desabotonó el corsé liberando los níveos pechos de ella, una de las manos de Violante las acarició depositando su mirada en ella, después evocó las palabras que él le dijese en el restaurante aquella primera noche.
—Ainara... Mi corazón no late porque estoy muerto... Mi piel es fría porque el calor de la vida ya no existe en mí— se detuvo y besó la comisura de su boca, su nariz hizo el mismo recorrido que hiciera un año atrás, acariciando las mejillas y deslizándose al cuello donde depositó un beso. —¡Soy un vampiro!— exclamó en el cuello y clavó sus dientes sobre la blanca piel. La sangre comenzó a inundar su boca, acariciando la garganta, alimentándole mientras ella se estremecía, no bebió mucho de ella, y cuando sacó los colmillos y sanó la herida, el príncipe la miró a los ojos buscando una prueba de que lo recordaba.
Violante no alcanzaba a deducir sí ella ya sabía quien era realmente, pero no le temía, no lo miraba como un monstruo sino como si supiera que lo era, como si siempre lo hubiera sabido. —El beso de sangre— le anunció y atrayéndola de nuevo la acercó y la besó, mordió su propia lengua y después de que el elixir escarlata surgiera, acarició la lengua de Ainara. La sangre comenzó a ir hacía ella, provocándole los espasmos que había ocasionado antes en ella. Prolongó el beso dejando que su sangre se exparsiera por todo el cuerpo de ella y cuando lo creyó conveniente dejó que su herida cicatrizara e interrumpió el beso. —¿Y bien?— preguntó con la esperanza de que ella supiera que seguía, que fue lo que hicieron aquella noche en el coche, él deseaba que ella al fin le dijera que lo recordó y que deseaba unirse a él como él a ella.[/b]
Pero entonces, mientras ella lo contemplaba, él reparó en algo que no había prestado atención... ¡Ella seguía siendo una mortal! —Me duele que no sepas lo que soy... porque ahora no puedo justificar el por qué tu no eres como yo... ¿Por qué late tu corazón?— se dijo más para él que para ella; sin embargo, no deseaba que se marchara, ya le podría contestar esa interrogante más adelante sí es que realmente era ella y no la asesina. Sí, otra vez sospechó de ella, brevemente y lo hizo por Aidara, él no podía caer en la seducción de la asesina, no podía morir.
Mas sus sentimientos le aseguraban que ella no era la asesina, en el beso lo corroboró. —Acompáñame— dijo y tomándola de la mano salieron del callejón para tomar la primera carroza, el príncipe la ayudó a subir y estando adentro se sentó frente a ella. —Nos conocimos en el restaurante hace más de un año, allí te seduje, bailamos y en el balcón te dije que era y te hice mujer, luego, tomamos un coche con destino a mi palacete, en el trayecto nos volvimos a fundir...— explicó esperando que esos recuerdos fueran ciertos, mientras la atraía hacía él haciendo que se sentara en su regazo.
—Quiero que hagamos lo mismo, confío que puedas recordarme como lo hago yo ahora, plenamente— pidió mientras desnudaba los hombros dejando caer su vestido hasta la cintura, luego, con la pericia que lo caracterizó por tanto tiempo desabotonó el corsé liberando los níveos pechos de ella, una de las manos de Violante las acarició depositando su mirada en ella, después evocó las palabras que él le dijese en el restaurante aquella primera noche.
—Ainara... Mi corazón no late porque estoy muerto... Mi piel es fría porque el calor de la vida ya no existe en mí— se detuvo y besó la comisura de su boca, su nariz hizo el mismo recorrido que hiciera un año atrás, acariciando las mejillas y deslizándose al cuello donde depositó un beso. —¡Soy un vampiro!— exclamó en el cuello y clavó sus dientes sobre la blanca piel. La sangre comenzó a inundar su boca, acariciando la garganta, alimentándole mientras ella se estremecía, no bebió mucho de ella, y cuando sacó los colmillos y sanó la herida, el príncipe la miró a los ojos buscando una prueba de que lo recordaba.
Violante no alcanzaba a deducir sí ella ya sabía quien era realmente, pero no le temía, no lo miraba como un monstruo sino como si supiera que lo era, como si siempre lo hubiera sabido. —El beso de sangre— le anunció y atrayéndola de nuevo la acercó y la besó, mordió su propia lengua y después de que el elixir escarlata surgiera, acarició la lengua de Ainara. La sangre comenzó a ir hacía ella, provocándole los espasmos que había ocasionado antes en ella. Prolongó el beso dejando que su sangre se exparsiera por todo el cuerpo de ella y cuando lo creyó conveniente dejó que su herida cicatrizara e interrumpió el beso. —¿Y bien?— preguntó con la esperanza de que ella supiera que seguía, que fue lo que hicieron aquella noche en el coche, él deseaba que ella al fin le dijera que lo recordó y que deseaba unirse a él como él a ella.[/b]
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
Me sonrojo su beso, pero correspondí enseguida, sintiendo una descarga eléctrica recorriendome por completo cuando nuestros labios hicieron contacto, mis mejillas se tiñeron de hermoso carmesí, me gustaba la sensación, se sentía...increíble, correcta, y tan, tan familiar...pensaba suspirando en sus labios, mire sus ojos al oír sus palabras, sorprendiéndose al oír la pregunta, no sabia como responderle, era...tan obvia que...no tenia respuestas a aquello, así que solo me quede en silencio, disfrutando de aquella cercanía, de su presencia, de la sensación que aun tenia en mis labios por su beso, cuando me dijo que lo acompañara, no dude ni un segundo en hacerlo, deje que tomara mi mano y camine con el, me subí a la carroza, una vez que el se sentó me quede mirándolo, sintiendo mi corazón latir acelerado, así latía por el...
Escuche sus palabras en silencio, tratando de recordar, no dejaba de mirar sus ojos, creía en sus palabras, sabia que eran ciertas, me sobresalte cuando me atrajo a su regazo y mi corazón dio un salto, estaba nerviosa, ansiosa, pero no me molestaba, era...algo...que sentía natural y correcto...-Si...si amado mio, deseo tanto recordarte...haré lo que sea para lograrlo...-murmuro sintiendo mi corazón aun mas acelerado cuando el comenzó a desabrochar mi vestido, bajándolo lentamente, dejando desnudos mis hombros, senti como enseguida al vestido le siguió el corsé, mis pechos quedaron a la vista deje escapar un gemido de sorpresa cuando su mano acaricio uno de mis senos, sentí aquellos botoncitos delicados que los adornaban endurecerse enseguida, como reconociendo su tacto, mire sus ojos mientras escuchaba sus palabras, cerré los ojos sintiendo su beso, antes de que el pronunciara aquellas tres palabras yo ya sabia, mi mente gritaba "Vampiro!" aun así me sorprendí al oírlo, pero mas que nada me sorprendí de saberlo.
Mi cuerpo se arqueo y deje escapar un suave quejidito de dolor cuando sentí aquella mordida en mi cuello, primero era solo el dolor y luego deje escapar un gemidito, de placer sintiendo mi cuerpo reaccionar a el, a la forma de alimentarse de mi, a todo...mis ojos se llenaron de lagrimas, no por el dolor, no por nada físico, se llenaron de lagrimas por que de pronto una luz ilumino las zonas oscuras y olvidadas de mis recuerdos, cerré los ojos correspondiendo el beso, abrazándome a el, pegándome a su cuerpo, alimentándome de su sangre mientras cálidas lagrimas recorrían mis mejillas, lo recordaba...mi amado Violante...
-Oh Dios...te recuerdo amado mio...te recuerdo...-digo mirando sus ojos, derramando lagrimas por mis mejillas, lagrimas de felicidad, me abrace a el, pegándome a su cuerpo, sollozando, ocultando mi rostro en su cuello...-amor mio...al fin...eres...eres real verdad?...no es un sueño cruel?...un sueño que olvidare cierto?...eres tu? mi mi amor, dime que no es una ilusión por favor, necesito oírlo...- suplique mirando sus ojos, aferrándome a el, sin querer apartarme de el ni un instante, tenia miedo de que fuera un espejismo y desapareciera...sabia que era estúpido pensar así, pero...tenia tanto miedo, había estado tanto tiempo rogando por el sin recordarlo...la sensación había sido horrible, no quería que volviera a ocurrir, mi corazón se había roto cuando nos separaron...
Mire sus ojos una vez mas, acaricie su rostro con mis manos...-hazme tuya amado mio...te lo suplico, hazme tuya como la primera vez...- murmure apoyando mi frente en la de el, cerrando los ojos, disfrutando de la sensación de tenerlo cerca, de sentir mi alma y mi corazón completos...Violante era lo mejor que me había pasado en la vida, era...mi todo...
Escuche sus palabras en silencio, tratando de recordar, no dejaba de mirar sus ojos, creía en sus palabras, sabia que eran ciertas, me sobresalte cuando me atrajo a su regazo y mi corazón dio un salto, estaba nerviosa, ansiosa, pero no me molestaba, era...algo...que sentía natural y correcto...-Si...si amado mio, deseo tanto recordarte...haré lo que sea para lograrlo...-murmuro sintiendo mi corazón aun mas acelerado cuando el comenzó a desabrochar mi vestido, bajándolo lentamente, dejando desnudos mis hombros, senti como enseguida al vestido le siguió el corsé, mis pechos quedaron a la vista deje escapar un gemido de sorpresa cuando su mano acaricio uno de mis senos, sentí aquellos botoncitos delicados que los adornaban endurecerse enseguida, como reconociendo su tacto, mire sus ojos mientras escuchaba sus palabras, cerré los ojos sintiendo su beso, antes de que el pronunciara aquellas tres palabras yo ya sabia, mi mente gritaba "Vampiro!" aun así me sorprendí al oírlo, pero mas que nada me sorprendí de saberlo.
Mi cuerpo se arqueo y deje escapar un suave quejidito de dolor cuando sentí aquella mordida en mi cuello, primero era solo el dolor y luego deje escapar un gemidito, de placer sintiendo mi cuerpo reaccionar a el, a la forma de alimentarse de mi, a todo...mis ojos se llenaron de lagrimas, no por el dolor, no por nada físico, se llenaron de lagrimas por que de pronto una luz ilumino las zonas oscuras y olvidadas de mis recuerdos, cerré los ojos correspondiendo el beso, abrazándome a el, pegándome a su cuerpo, alimentándome de su sangre mientras cálidas lagrimas recorrían mis mejillas, lo recordaba...mi amado Violante...
-Oh Dios...te recuerdo amado mio...te recuerdo...-digo mirando sus ojos, derramando lagrimas por mis mejillas, lagrimas de felicidad, me abrace a el, pegándome a su cuerpo, sollozando, ocultando mi rostro en su cuello...-amor mio...al fin...eres...eres real verdad?...no es un sueño cruel?...un sueño que olvidare cierto?...eres tu? mi mi amor, dime que no es una ilusión por favor, necesito oírlo...- suplique mirando sus ojos, aferrándome a el, sin querer apartarme de el ni un instante, tenia miedo de que fuera un espejismo y desapareciera...sabia que era estúpido pensar así, pero...tenia tanto miedo, había estado tanto tiempo rogando por el sin recordarlo...la sensación había sido horrible, no quería que volviera a ocurrir, mi corazón se había roto cuando nos separaron...
Mire sus ojos una vez mas, acaricie su rostro con mis manos...-hazme tuya amado mio...te lo suplico, hazme tuya como la primera vez...- murmure apoyando mi frente en la de el, cerrando los ojos, disfrutando de la sensación de tenerlo cerca, de sentir mi alma y mi corazón completos...Violante era lo mejor que me había pasado en la vida, era...mi todo...
Ainara L. Betancourt- Humano Clase Alta
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
Lo recordaba, decía recordarlo y él le creía. Sentir su cuerpo sobre el de él, los senos pegarse a su pecho aún cubierto por la levita negra, escuchar el corazón latiendo con prisa, el fluir de la sangre y su voz; aquella voz que le pedía lo que él tanto ansió. Aquellas dudas minúsculas que le podían refutar que ella no era su Ainara habían desaparecido totalmente, y aunque, el rostro de la mujer semidesnuda que tenía frente a él le era absolutamente desconocido no existían más dudas. Su Ainara existía, vivía y estaba junto a él.
Los cuerpos se separaron, no porque lo quisieran realmente, sino porque sabían que era necesario, que la ropa de él les estorbaba. Sin prisa se sacó la levita, desabotonó su camisa y exhibió su inmaculado pecho blanco, lugeramente fornido y delgado. Los ojos de ambos nunca dejaron de verse y cuando la camisa estaba totalmente abierta ella se acercó a él, los pezones femeninos acariciaron la fría piel del príncipe. Las manos de él se apoderaron de la espalda desnuda y describiendo pronunciados circulos la acarició mientras sus bocas se unían en un beso pasional.
Violante viajó al pasado, los últimos labios que había besado habían sido los de Aidara y antes de ella besó en una ocasión a Benelope. Y cuando las besó el recuerdo de los labios de Ainara había desaparecido; sí, el príncipe no podía negar ni negaría que Aidara había despertado en él la pasión que no creyó recuperar, que sus besos habían sido su esperanza de recordar como era amar el cuerpo de una mujer y su cariño la razón por la que el príncipe se encontraba con vida.
Pero Ainara lo regresaba al presente, ella era capaz de capturar todos los pensamientos del príncipe y someterlo a sus propios deseos, mas Ainara era inconsciente de todo el poder que poseía sobre Violante y eso era lo que a él le encantaba aunque también de forma inconsciente. La manos del príncipe bajaron a sus caderas y subieron como invocados por los senos para acariciarlos en dulces movimientos, los labios abandonaron los ajenos y la respiración del príncipe se extendió por las mejillas, fue besando el mentón, el cuello y en éste dejó que los colmillos también acariciaran la delicada piel que momentos antes habían penetrado.
—Amor mío... ¿Cuánto te he extrañado... Cuánto te he añorado... Cuánto te he llorado?— dijo cuando estuvo a punto de llegar a los senos, —ahora por siempre estaré para ti— susurró y mordió el seno derecho, la sangre comenzó a invadir su boca sin necesidad de succionar; era como sí ésta supiera que hacer, como si supiera que al estar los colmillos del vampiro tenían que ir a ellos, como si necesitaran socorrerlo.
Los gemidos de Ainara lo provocaron más y con más intensidad se aferró al pecho, así duró unos minutos para pasar al otro seno que lo invitaba a ser seducido con un radiante rosado. Olvidando sanar las heridas causadas enterró los colmillos en el otro seno que fue perdiendo color conforme Violante bebía. Las manos libres del príncipe desabrocharon su pantalón liberando su hombría de la cárcel de la ropa interior. De la misma forma, Ainara se había despojado de su ropa interior como si eso ya fuera un hábito entre ellos.
En el momento en el que él liberó el seno, la cargó para que su excitación penetrara su cuerpo, ambos jadearon cuando finalmente se fundieron después de tanto tiempo. Verla gimiendo, escuchando su corazón y contemplando la blancura de su piel le hizo finalmente reconocer el rostro... Ya no había ninguna incognita... Ella era Ainara Lisette Betancourt y existía.
Los cuerpos se separaron, no porque lo quisieran realmente, sino porque sabían que era necesario, que la ropa de él les estorbaba. Sin prisa se sacó la levita, desabotonó su camisa y exhibió su inmaculado pecho blanco, lugeramente fornido y delgado. Los ojos de ambos nunca dejaron de verse y cuando la camisa estaba totalmente abierta ella se acercó a él, los pezones femeninos acariciaron la fría piel del príncipe. Las manos de él se apoderaron de la espalda desnuda y describiendo pronunciados circulos la acarició mientras sus bocas se unían en un beso pasional.
Violante viajó al pasado, los últimos labios que había besado habían sido los de Aidara y antes de ella besó en una ocasión a Benelope. Y cuando las besó el recuerdo de los labios de Ainara había desaparecido; sí, el príncipe no podía negar ni negaría que Aidara había despertado en él la pasión que no creyó recuperar, que sus besos habían sido su esperanza de recordar como era amar el cuerpo de una mujer y su cariño la razón por la que el príncipe se encontraba con vida.
Pero Ainara lo regresaba al presente, ella era capaz de capturar todos los pensamientos del príncipe y someterlo a sus propios deseos, mas Ainara era inconsciente de todo el poder que poseía sobre Violante y eso era lo que a él le encantaba aunque también de forma inconsciente. La manos del príncipe bajaron a sus caderas y subieron como invocados por los senos para acariciarlos en dulces movimientos, los labios abandonaron los ajenos y la respiración del príncipe se extendió por las mejillas, fue besando el mentón, el cuello y en éste dejó que los colmillos también acariciaran la delicada piel que momentos antes habían penetrado.
—Amor mío... ¿Cuánto te he extrañado... Cuánto te he añorado... Cuánto te he llorado?— dijo cuando estuvo a punto de llegar a los senos, —ahora por siempre estaré para ti— susurró y mordió el seno derecho, la sangre comenzó a invadir su boca sin necesidad de succionar; era como sí ésta supiera que hacer, como si supiera que al estar los colmillos del vampiro tenían que ir a ellos, como si necesitaran socorrerlo.
Los gemidos de Ainara lo provocaron más y con más intensidad se aferró al pecho, así duró unos minutos para pasar al otro seno que lo invitaba a ser seducido con un radiante rosado. Olvidando sanar las heridas causadas enterró los colmillos en el otro seno que fue perdiendo color conforme Violante bebía. Las manos libres del príncipe desabrocharon su pantalón liberando su hombría de la cárcel de la ropa interior. De la misma forma, Ainara se había despojado de su ropa interior como si eso ya fuera un hábito entre ellos.
En el momento en el que él liberó el seno, la cargó para que su excitación penetrara su cuerpo, ambos jadearon cuando finalmente se fundieron después de tanto tiempo. Verla gimiendo, escuchando su corazón y contemplando la blancura de su piel le hizo finalmente reconocer el rostro... Ya no había ninguna incognita... Ella era Ainara Lisette Betancourt y existía.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
No podía dejar de mirar sus ojos, su rostro, lo había extrañado tanto...había sido horrible este tiempo sin el, había sentido tanto vacío, tanto dolor, no quería apartarme de el ni siquiera para que se quitara la ropa, pero aun así lo hicimos, nuestros cuerpos se separaron unos instantes, lo justo para que el se quitara la parte superior de sus ropas, no podía dejar de ver sus ojos, me volví a pegar a el, sintiendo sus frías manos en mi espalda, sintiendo mis delicados y sensibles pezones rozándose contra su pecho, provocandome deliciosas descargas de placer que recorrían todo mi cuerpo, mientras nos besábamos apasionadamente, como si en ese beso quisiéramos recuperar todo el tiempo perdido...un año...un largo, largo año...pensaba sintiendo algo de desesperación y si ya nada era como antes? y si..no...no quería pensar en la posibilidad de el con otra persona, pero tenia miedos, y dudas...pero no era el momento, ahora no...solo era momento del reencuentro, de estar junto a mi amado...
Puse fin al beso cuando ya sentía la necesidad de respirar, seguía abrazándome a su cuello, pegándome a su cuerpo, volviendo a besarlo a penas recupere la respiracion, deseando fundirme con el, deseando ser una con el...sentía sus manos recorriendo mi piel, haciendo que mi cuerpo se arqueara al suyo, buscando y necesitando mas, gemí cuando sus manos subieron a mis senos, mis mejillas estaban teñidas de un profundo escarlata, mis ojos brillaban de amor y pasión, jadee en sus labios sintiendo sus caricias en mis senos, suspire sintiendo sus labios descender lentamente por mi mentón, mi cuello, gemí estremeciéndome cuando sentí las caricias que sus colmillos dejaron en mi piel, me mordí el labio inferior...
-Yo....yo también amor mio, no sabes lo vacía y triste que me sentía sin ti...no sabes... no tienes idea de cuanto te e extrañado...ni de cuanta falta me has hecho...- dije con mis ojos llenándose de lagrimas, las que caían libres por mis mejillas, casi grite de sorpresa y placer al sentir la mordida en mi seno, el placer creció encendiéndome por completo, encendiendo tanto mi cuerpo que por un momento temí volverme ceniza en sus brazos, apoye mis manos en su cuello acariciando sus cabellos, deseando mantenerlo contra mi, alimentándose de mi seno, gemí y mas gemidos de placer escapaban de mis labios entreabiertos, no podía dejar los gemidos que me provocaba el sentir sus labios succionando la sangre de mi seno, cuando paso al otro seno sentí la sangre derramándose del primero, casi grite cuando sentí sus colmillos encajándose en mi piel, enterrándose profundo en mi seno...
No podía dejar de gemir su nombre, de gemir al sentir su boca aun prendada de mi seno, en algún momento me había quitado la ropa interior y ni siquiera recordaba cuando, gemí sintiendo como liberaba mi seno, me apoye en sus hombros cuando me cargo levantandome un poco para sentir como su miembro entraba en mi, llenándome toda, gemí su nombre, sintiéndome completa, nuestros cuerpos encajaban a la perfección, era increíble, una sensación única, una sensación que no cambiaría por nada...cerré los ojos disfrutando de la sensación de sentirlo dentro, profundo, jadeos y gemidos abandonaban mis labios entreabiertos...
Volví a abrir los ojos solo para mirar su rostro, el que acaricie suavemente...-te amo...te amo Violante...te amo inmensamente...-murmuro apoyando mi frente en su frente, cerrando los ojos una vez mas, jadeando contra sus labios, sintiendo otra vez mis senos pegados a su pecho, aun derramando cálidas gotas de sangre por las heridas abiertas, lagrimas seguían cayendo por mis mejillas, lagrimas de felicidad...-amor...amor mio...dime que me amas...dime que nada a cambiado entre nosotros, dime que me amaras por siempre, te lo ruego...-digo, casi entre suplicas, deseando que me dijera que todo estaba y estaría bien siempre...que...nada malo pasaría...que...me amaba, que nunca me dejaría, que nunca volveríamos a separarnos...que nos casaríamos, que...estaríamos siempre juntos...mi corazón deseaba escucharlo...anhelaba sus palabras, como un hombre perdido en el desierto anhela la frescura del agua...
Puse fin al beso cuando ya sentía la necesidad de respirar, seguía abrazándome a su cuello, pegándome a su cuerpo, volviendo a besarlo a penas recupere la respiracion, deseando fundirme con el, deseando ser una con el...sentía sus manos recorriendo mi piel, haciendo que mi cuerpo se arqueara al suyo, buscando y necesitando mas, gemí cuando sus manos subieron a mis senos, mis mejillas estaban teñidas de un profundo escarlata, mis ojos brillaban de amor y pasión, jadee en sus labios sintiendo sus caricias en mis senos, suspire sintiendo sus labios descender lentamente por mi mentón, mi cuello, gemí estremeciéndome cuando sentí las caricias que sus colmillos dejaron en mi piel, me mordí el labio inferior...
-Yo....yo también amor mio, no sabes lo vacía y triste que me sentía sin ti...no sabes... no tienes idea de cuanto te e extrañado...ni de cuanta falta me has hecho...- dije con mis ojos llenándose de lagrimas, las que caían libres por mis mejillas, casi grite de sorpresa y placer al sentir la mordida en mi seno, el placer creció encendiéndome por completo, encendiendo tanto mi cuerpo que por un momento temí volverme ceniza en sus brazos, apoye mis manos en su cuello acariciando sus cabellos, deseando mantenerlo contra mi, alimentándose de mi seno, gemí y mas gemidos de placer escapaban de mis labios entreabiertos, no podía dejar los gemidos que me provocaba el sentir sus labios succionando la sangre de mi seno, cuando paso al otro seno sentí la sangre derramándose del primero, casi grite cuando sentí sus colmillos encajándose en mi piel, enterrándose profundo en mi seno...
No podía dejar de gemir su nombre, de gemir al sentir su boca aun prendada de mi seno, en algún momento me había quitado la ropa interior y ni siquiera recordaba cuando, gemí sintiendo como liberaba mi seno, me apoye en sus hombros cuando me cargo levantandome un poco para sentir como su miembro entraba en mi, llenándome toda, gemí su nombre, sintiéndome completa, nuestros cuerpos encajaban a la perfección, era increíble, una sensación única, una sensación que no cambiaría por nada...cerré los ojos disfrutando de la sensación de sentirlo dentro, profundo, jadeos y gemidos abandonaban mis labios entreabiertos...
Volví a abrir los ojos solo para mirar su rostro, el que acaricie suavemente...-te amo...te amo Violante...te amo inmensamente...-murmuro apoyando mi frente en su frente, cerrando los ojos una vez mas, jadeando contra sus labios, sintiendo otra vez mis senos pegados a su pecho, aun derramando cálidas gotas de sangre por las heridas abiertas, lagrimas seguían cayendo por mis mejillas, lagrimas de felicidad...-amor...amor mio...dime que me amas...dime que nada a cambiado entre nosotros, dime que me amaras por siempre, te lo ruego...-digo, casi entre suplicas, deseando que me dijera que todo estaba y estaría bien siempre...que...nada malo pasaría...que...me amaba, que nunca me dejaría, que nunca volveríamos a separarnos...que nos casaríamos, que...estaríamos siempre juntos...mi corazón deseaba escucharlo...anhelaba sus palabras, como un hombre perdido en el desierto anhela la frescura del agua...
Ainara L. Betancourt- Humano Clase Alta
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
La intensidad con la que derrochaban su amor en aquel coche era tan embriagador como lo fue en la primera noche. Él deseaba su cuerpo, su sangre, estar con ella, decirle que la amaba, que la necesitaba... Escuchó que lo amaba y él le correspondió sus palabras con besos diciéndole que también la amaba como no lo hacía con otra mujer. Entonces aquel momento de éxtasis se interrumpió con su ruego, el vampiro no pudo evitar entrar en su mente y leyó los deseos en ella de formar juntos una vida como lo habían prometido tanto tiempo atrás.
Violante tomó la cabeza de dorados cabellos y la llevó a él, ocultándola de sus ojos confundidos, tan sólo podía decirle que la amaba y eso fue lo que le dijo. Las embestidas terminaron y el príncipe la separó lo suficiente para cubrir la figura semidesnuda nuevamente con su vestido, para retirarla de su miembro y sentarla frente a él, para tomarle sus manos y prepararla al discurso que tarde o temprano llegaría.
—Mi dulce amor, mi bella flor, fuiste el amor de mi vida, eres el amor de mi vida y lo serás siempre. Nos hicieron daño amor, a ambos, nos hicieron sufrir y destruyeron nuestras vidas.— Hizo una pausa y suspiró como si le faltara el aire, luego le dedicó una sonrisa para que la relajara y lo escuchara. —Te mataron, moriste y nuestros agresores lograron confundirme de si era realidad o mentira tu existencia. Me aferré a que era verdad, a que existías o que exististe porque moriste, moriste Ainara...— sintió que sus sentimientos se cruzaban y destruían.
Aquel anillo en su dedo no era necesario para recordarle a quién había entregado ahora ese sentimiento llamado corazón. Entonces vio en Ainara a Aidara, la vio feliz cuando le dio el anillo de su mamá, cuando hicieron la proposición oficial y caminaba el día para que se efectuara su boda, el máximo evento que él deseaba complaciera a Aidara. Él lo quería todo para ella, por eso se había hecho de una escolta especial que acompañaba a Aidara en los momentos en el que era vulnerable, donde él no podía protegerla... El día.
Recordó porque había ido realmente al restaurante, su razón era para enterrar a Ainara y entregarse completamente a Aidara, quitarse las cadenas de un recuerdo que lo torturó hasta la llegada de Aidara. El ruego de Ainara despertó la verdad. Por supuesto, no significaba que lo que le había dicho era mentira, porque no lo era, así como no era tampoco mentira el hecho de que amaba a Aidara y estaba dispuesto a todo para que viviera feliz, protegerla y amarla hasta que se consumiera la luz de su vida como mortal.
En los ojos de Ainara vio los de su prometida la noche en el que quiso alejarla, donde pretendió romperle el corazón para que ella pudiera seguir con su vida y él tan sólo se dedicara a protegerla desde las sombras, aquella noche no pudo hacerlo, no lo deseaba, quería estar con ella. Ahora Ainara lo veía igual como si hubiera descifrado la intensión, o quizás ya se había percatado de su anillo de compromiso. Como sea el corazón de Violante acababa de romperse y pronto el de Ainara.
—Cada día como un tormento me sentía un mortal en agonía pero con la maldición de saber que no moriría, deseaba la muerte, la imploraba pero ésta no se presentaba. No había lugar para nada, no quería que lo hubiera pero entonces llegó ella, me curó y logró darle vida a mi existencia, me recordaba a ti y con los días tu imagen desaparecía y comenzaba a creerme la idea de que realmente nunca exististe... Estoy comprometido Ainara y la amo tanto como te amo a ti es por eso que no la puedo dejar, me lo prometí...—
Consciente de que el corazón del amor de su vida había sido destrozado liberó sus manos para que ella optara por la decisión que ella quisiera, aunque realmente él no la dejaría sola.
Violante tomó la cabeza de dorados cabellos y la llevó a él, ocultándola de sus ojos confundidos, tan sólo podía decirle que la amaba y eso fue lo que le dijo. Las embestidas terminaron y el príncipe la separó lo suficiente para cubrir la figura semidesnuda nuevamente con su vestido, para retirarla de su miembro y sentarla frente a él, para tomarle sus manos y prepararla al discurso que tarde o temprano llegaría.
—Mi dulce amor, mi bella flor, fuiste el amor de mi vida, eres el amor de mi vida y lo serás siempre. Nos hicieron daño amor, a ambos, nos hicieron sufrir y destruyeron nuestras vidas.— Hizo una pausa y suspiró como si le faltara el aire, luego le dedicó una sonrisa para que la relajara y lo escuchara. —Te mataron, moriste y nuestros agresores lograron confundirme de si era realidad o mentira tu existencia. Me aferré a que era verdad, a que existías o que exististe porque moriste, moriste Ainara...— sintió que sus sentimientos se cruzaban y destruían.
Aquel anillo en su dedo no era necesario para recordarle a quién había entregado ahora ese sentimiento llamado corazón. Entonces vio en Ainara a Aidara, la vio feliz cuando le dio el anillo de su mamá, cuando hicieron la proposición oficial y caminaba el día para que se efectuara su boda, el máximo evento que él deseaba complaciera a Aidara. Él lo quería todo para ella, por eso se había hecho de una escolta especial que acompañaba a Aidara en los momentos en el que era vulnerable, donde él no podía protegerla... El día.
Recordó porque había ido realmente al restaurante, su razón era para enterrar a Ainara y entregarse completamente a Aidara, quitarse las cadenas de un recuerdo que lo torturó hasta la llegada de Aidara. El ruego de Ainara despertó la verdad. Por supuesto, no significaba que lo que le había dicho era mentira, porque no lo era, así como no era tampoco mentira el hecho de que amaba a Aidara y estaba dispuesto a todo para que viviera feliz, protegerla y amarla hasta que se consumiera la luz de su vida como mortal.
En los ojos de Ainara vio los de su prometida la noche en el que quiso alejarla, donde pretendió romperle el corazón para que ella pudiera seguir con su vida y él tan sólo se dedicara a protegerla desde las sombras, aquella noche no pudo hacerlo, no lo deseaba, quería estar con ella. Ahora Ainara lo veía igual como si hubiera descifrado la intensión, o quizás ya se había percatado de su anillo de compromiso. Como sea el corazón de Violante acababa de romperse y pronto el de Ainara.
—Cada día como un tormento me sentía un mortal en agonía pero con la maldición de saber que no moriría, deseaba la muerte, la imploraba pero ésta no se presentaba. No había lugar para nada, no quería que lo hubiera pero entonces llegó ella, me curó y logró darle vida a mi existencia, me recordaba a ti y con los días tu imagen desaparecía y comenzaba a creerme la idea de que realmente nunca exististe... Estoy comprometido Ainara y la amo tanto como te amo a ti es por eso que no la puedo dejar, me lo prometí...—
Consciente de que el corazón del amor de su vida había sido destrozado liberó sus manos para que ella optara por la decisión que ella quisiera, aunque realmente él no la dejaría sola.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
Apoye la cabeza en su hombro, aferrándome a el, sentí...como todo se acababa, el me separo, mis ojos se llenaron de lagrimas aun sin saber lo que venia, no quería, no quería que me apartara...Dios, habia estado un año esperando encontrarlo solo...para...para que me apartara de el, busque sus ojos con mi mirada, rogando, suplicándole que todo volviera a ser como antes...me aferre con fuerza a sus frías manos, me aferre a el con todas mis fuerzas mientras escuchaba una a una sus palabras, mi cuerpo comenzaba a tensarse, un nudo enorme se formaba en mi garganta mientras miraba sus ojos y seguía escuchándolo, comencé a negar efusivamente cuando escuche aquello de que me habían matado...-no...no...no...estoy viva...estoy viva amor....no, no morí...no se que paso...no me mataron...- tome su mano llevándola a mi corazón el que latía frenéticamente contra su palma...-mi corazón late...late así por ti...solo...solo por ti, amor, yo estoy viva...y...soy tuya recuerdas?...-pregunte desesperada mirando sus ojos, sintiendo las cálidas lagrimas recorriendo mis mejillas...
No pude seguir mirando sus ojos, solté sus manos y me aferre a mi propio vestido, temblando por los sollozos contenidos, seque mis lagrimas de un manotazo, no iba a llorar..."no voy a llorar, no voy a llorar, no voy a llorar" me repetía como un mantra...como si esas simples palabras fueran a curar mi corazón roto...mis manos temblaban mientras me aferraba con fuerza a mi vestido, hasta que mis nudillos se pusieron blancos, lo escuche...aquellas palabras que me hundieron aun mas de lo que ya lo estaba antes de reencontrarme con el...podía ver las sombras cubriéndome, mi respiracion se acelero, pero parecía no llegar a mis pulmones, me ahogaba...sentía que me faltaba el aire, ahí...frente a el, mis manos no dejaban de temblar, y seguía aferrándome con fuerza a mi vestido, con tanta fuerza que casi dolía, pero no quería que me viera así, no...así no, no quería, trataba de respirar con calma pero no podía...mi pecho dolía, escuchaba sus palabras...trataba de entenderlas todas, el conjunto, pero lo único que se repetía en mi cabeza eran solo 6 palabras..."Estoy comprometido Ainara y la amo..."
Dolía...Oh Dios, como dolían aquellas palabras, quería gritar, quería huir de allí...alejarme del dolor que sentía...quería refugiarme en sus brazos...y saber que no era posible dolía mucho mas, no era posible, no, no podía estar pasando...que...que había hecho para que me pasara todo esto a mi?...por que?...lo había encontrado solo para volver a perderle, no era justo!! quería gritar lo injusto que era todo...de pronto necesitaba aire con urgencia...solté mis manos y golpee la pared del carruaje a donde estaba el conductor...-pare...pare...pare...- repetí con la voz temblorosa, a penas se detuvo, sin esperar me baje del carruaje con rapidez, tanta que estuve a punto de caer de bruces, pero no importaba, no me importaba nada, la brisa que corría acaricio mis cabellos revueltos, tenia la ropa arrugada y a medio poner...pero no me importaba, no quería regresar a casa, no tenia donde ir, no podía estar con el, me repetía una y otra vez...
Cerré los ojos tratando de calmarme, de sentir la brisa, de respirar, de hacer que la crisis pasara, de no pensar en nada, por que si lo hacia seria peor, pero aquellas palabras no querían desaparecer de mi cabeza...-d...dime la verdad...no me amas?...-pregunte abriendo los ojos, mirando al cielo cubierto de estrellas, sabia que el estaba aun allí conmigo, sabia que no se iría...aunque no quería mirarlo, no quería girarme, no quería verlo por que sabia que si lo hacia me arrojaría a sus brazos y le suplicaría de rodillas que no me alejara de su lado...aunque amara a otra...aunque...tuviera con otra la vida que yo soñé llevar con el....-no, mejor no respondas...-dije bajito, pensando que no podría soportar que me dijera que no me amaba, que ya no me amaba, o...que me dijera que aun me amaba...pero que no podíamos estar juntos...si, eso seria peor...
Cuando regresara a casa...aceptaría casarme con el hombre que mi madre escogiera para mi...si no podía ser feliz al menos mis padres lo serian al verme casada con un hombre rico como ellos querían...aunque yo no pudiera amar nunca a otro hombre como amaba a Violante...la crisis así como vino se fue aunque mis manos aun temblaban y el nudo en mi garganta era enorme, aunque aun hacia esfuerzos para no llorar...me gire mirándolo...- puedo...pedirte una ultima cosa antes de que...desaparezcas de mi vida para siempre?...- pregunte sin poder evitar que la voz se me quebrara...-me...harías el amor una ultima vez?...quiero...poder recordar siempre como se siente...el sentirme completa otra vez....puedes?...- pregunte secando algunas lagrimas rebeldes que caían sin parar, no debía llorar...no, no...no quería que...no...no podía recordarme así...
No pude seguir mirando sus ojos, solté sus manos y me aferre a mi propio vestido, temblando por los sollozos contenidos, seque mis lagrimas de un manotazo, no iba a llorar..."no voy a llorar, no voy a llorar, no voy a llorar" me repetía como un mantra...como si esas simples palabras fueran a curar mi corazón roto...mis manos temblaban mientras me aferraba con fuerza a mi vestido, hasta que mis nudillos se pusieron blancos, lo escuche...aquellas palabras que me hundieron aun mas de lo que ya lo estaba antes de reencontrarme con el...podía ver las sombras cubriéndome, mi respiracion se acelero, pero parecía no llegar a mis pulmones, me ahogaba...sentía que me faltaba el aire, ahí...frente a el, mis manos no dejaban de temblar, y seguía aferrándome con fuerza a mi vestido, con tanta fuerza que casi dolía, pero no quería que me viera así, no...así no, no quería, trataba de respirar con calma pero no podía...mi pecho dolía, escuchaba sus palabras...trataba de entenderlas todas, el conjunto, pero lo único que se repetía en mi cabeza eran solo 6 palabras..."Estoy comprometido Ainara y la amo..."
Dolía...Oh Dios, como dolían aquellas palabras, quería gritar, quería huir de allí...alejarme del dolor que sentía...quería refugiarme en sus brazos...y saber que no era posible dolía mucho mas, no era posible, no, no podía estar pasando...que...que había hecho para que me pasara todo esto a mi?...por que?...lo había encontrado solo para volver a perderle, no era justo!! quería gritar lo injusto que era todo...de pronto necesitaba aire con urgencia...solté mis manos y golpee la pared del carruaje a donde estaba el conductor...-pare...pare...pare...- repetí con la voz temblorosa, a penas se detuvo, sin esperar me baje del carruaje con rapidez, tanta que estuve a punto de caer de bruces, pero no importaba, no me importaba nada, la brisa que corría acaricio mis cabellos revueltos, tenia la ropa arrugada y a medio poner...pero no me importaba, no quería regresar a casa, no tenia donde ir, no podía estar con el, me repetía una y otra vez...
Cerré los ojos tratando de calmarme, de sentir la brisa, de respirar, de hacer que la crisis pasara, de no pensar en nada, por que si lo hacia seria peor, pero aquellas palabras no querían desaparecer de mi cabeza...-d...dime la verdad...no me amas?...-pregunte abriendo los ojos, mirando al cielo cubierto de estrellas, sabia que el estaba aun allí conmigo, sabia que no se iría...aunque no quería mirarlo, no quería girarme, no quería verlo por que sabia que si lo hacia me arrojaría a sus brazos y le suplicaría de rodillas que no me alejara de su lado...aunque amara a otra...aunque...tuviera con otra la vida que yo soñé llevar con el....-no, mejor no respondas...-dije bajito, pensando que no podría soportar que me dijera que no me amaba, que ya no me amaba, o...que me dijera que aun me amaba...pero que no podíamos estar juntos...si, eso seria peor...
Cuando regresara a casa...aceptaría casarme con el hombre que mi madre escogiera para mi...si no podía ser feliz al menos mis padres lo serian al verme casada con un hombre rico como ellos querían...aunque yo no pudiera amar nunca a otro hombre como amaba a Violante...la crisis así como vino se fue aunque mis manos aun temblaban y el nudo en mi garganta era enorme, aunque aun hacia esfuerzos para no llorar...me gire mirándolo...- puedo...pedirte una ultima cosa antes de que...desaparezcas de mi vida para siempre?...- pregunte sin poder evitar que la voz se me quebrara...-me...harías el amor una ultima vez?...quiero...poder recordar siempre como se siente...el sentirme completa otra vez....puedes?...- pregunte secando algunas lagrimas rebeldes que caían sin parar, no debía llorar...no, no...no quería que...no...no podía recordarme así...
- Nota:
- T____T me las llore todas mientras lo escribía U.U morí de pena...
Ainara L. Betancourt- Humano Clase Alta
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
La voz quebrada que como ruegos ordenaba al cochero que parara, produció en él una aversión a sí mismo. Su cuerpo no podía temblar mas él sentía que lo hacía, su corazón no podía dejar de latir por que ya estaba muerto, pero el sentimiento mortal le indicaba que se había roto. La única reacción de su cuerpo fueron las dos espesas lágrimas de sangre que como surcos malditos marcaron el inmaculado rostro al verla bajar, con el riesgo de caer totalmente dolida.
Bajó devastado, el coche inició su andar y el príncipe alzó su mirada al cielo nocturno, la eterna noche a la que estaba condenado a vivir y que ella, su hermosa Ainara, podría abordarla como aborda el día. ¿Quién era tan cruel para haber separado un amor como el de ellos?, Violante no conocía la respuesta, pero su tormento se incrementaba cuando pensaba que él muchas veces había causado presisamente eso... Dividir grandes amores bajo el seductor encanto de la infidelidad... ¿Cuánto daño había hecho?, ¿acaso este castigo era justo? Lo era quizás para él, pero, ¿por qué ella tenía que sufrir el producto de la maldad del príncipe?
Antes de perderla de vista fue hasta donde ella, escuchó las palabras y quiso contestar «Te amo, si te amo y con toda mi alma, con todo mi ser» pero no lo hizo, quizás era mejor para ella no escuchar decir más un Te amo por parte del príncipe, quizás así podría sanar el corazón destrozado. Cuando se giró e hizo su petición él se quedó totalmente impresionado por la petición que le hiciera, en su interior lloró y recordó que no se había limpiado las lágrimas lo que visualmente demostraba que lloró mas no le importaba.
El príncipe le sonrió y comenzó a liberar su perfume seductor, embriagándola con su poder, sometiéndola al encanto sobrenatural. —Como la primera vez...— dijo y extendió sus brazos, luego, le habló por la mente; –ven Ainara, ven como la primera vez– dijo tratando de sonreir como lo hubiera hecho aquella noche, pero no pudo, no podía ser el seductor ante ella, no podían sus expresiones negarse al hecho de que la amaba.
La vio caminar hacía él y la abrazó, olió su cabello y cerrando sus ojos evocó la noche en la que la tomó en su palacete y vio como ese recuerdo se desmoronaba, él estaba seguro que Ainara había perdido la mortalidad pero no era así y cada recuerdo de aquella noche fue diferente, era como si su mente aprisionada liberara sus verdaderos recuerdos. Violante clavó sus colmillos en el cuello liso y bebió a un ritmo despacio, acompasado, quiso relajar a Ainara y entre más bebía comenzaba a conseguirlo.
Pronto sintió que el cuerpo de ella se debilitaba y aún así no se detuvo, bebió hasta que cayó de bruces en sus brazos, inconsciente y con el corazón a penas latiendo. Cargándola en sus brazos, el cabello de ella le suspendida déjandole ver su rostro ángelical libre de toda tristeza. El príncipe volvió a sentir nuevamente una embriagadora tristeza, no sabía si en la inconsciencia podría ella estar en un sueño placido, pero realmente lo deseaba, deseaba que Ainara no sufriera y se le ocurrió que quizás... sólo quizás... No podía, de haberlo pensado él mismo se condenaba así que caminando la llevó a una de sus residencias que él tenía antes de que se construyera su palacete.
Totalmente a oscuras entró a la residencia, subió los escalones con languidez y al llegar a la habitación la recostó en la cama. Sin apresurarse encendió todas las velas y la contempló ahí, bajo la luz candente, ella con su rostro tranquilo, como si nada hubiera pasado. Él seguía atento a sus latidos, había bebido demasiado, más de lo que un mortal podría soportar y sin embargo, no tenía ninguna intensión de darle el don oscuro si su vida corría peligro, se quedaría ahí, pendiente de ella, de si vencía a la muerte o se rendía.
Pasaron varias horas después de la media noche, los latidos recobraron su ritmo y ella comenzaba a despertar, cuando se reincorporó lentamente el príncipe liberó su poder de seducción y se acercó a ella, era tiempo de darle su sangre, ya no corría el riesgo de que se volviera inmortal. Así que atrayéndola a él le dio un beso de sangre para despertarla con placer, darle fortaleza para poseerla una última vez, fundir sus cuerpos con la mayor intensidad posible, como él nunca lo había hecho, así tenía que hacerlo, eso se merecía Ainara, su gran amor.
Bajó devastado, el coche inició su andar y el príncipe alzó su mirada al cielo nocturno, la eterna noche a la que estaba condenado a vivir y que ella, su hermosa Ainara, podría abordarla como aborda el día. ¿Quién era tan cruel para haber separado un amor como el de ellos?, Violante no conocía la respuesta, pero su tormento se incrementaba cuando pensaba que él muchas veces había causado presisamente eso... Dividir grandes amores bajo el seductor encanto de la infidelidad... ¿Cuánto daño había hecho?, ¿acaso este castigo era justo? Lo era quizás para él, pero, ¿por qué ella tenía que sufrir el producto de la maldad del príncipe?
Antes de perderla de vista fue hasta donde ella, escuchó las palabras y quiso contestar «Te amo, si te amo y con toda mi alma, con todo mi ser» pero no lo hizo, quizás era mejor para ella no escuchar decir más un Te amo por parte del príncipe, quizás así podría sanar el corazón destrozado. Cuando se giró e hizo su petición él se quedó totalmente impresionado por la petición que le hiciera, en su interior lloró y recordó que no se había limpiado las lágrimas lo que visualmente demostraba que lloró mas no le importaba.
El príncipe le sonrió y comenzó a liberar su perfume seductor, embriagándola con su poder, sometiéndola al encanto sobrenatural. —Como la primera vez...— dijo y extendió sus brazos, luego, le habló por la mente; –ven Ainara, ven como la primera vez– dijo tratando de sonreir como lo hubiera hecho aquella noche, pero no pudo, no podía ser el seductor ante ella, no podían sus expresiones negarse al hecho de que la amaba.
La vio caminar hacía él y la abrazó, olió su cabello y cerrando sus ojos evocó la noche en la que la tomó en su palacete y vio como ese recuerdo se desmoronaba, él estaba seguro que Ainara había perdido la mortalidad pero no era así y cada recuerdo de aquella noche fue diferente, era como si su mente aprisionada liberara sus verdaderos recuerdos. Violante clavó sus colmillos en el cuello liso y bebió a un ritmo despacio, acompasado, quiso relajar a Ainara y entre más bebía comenzaba a conseguirlo.
Pronto sintió que el cuerpo de ella se debilitaba y aún así no se detuvo, bebió hasta que cayó de bruces en sus brazos, inconsciente y con el corazón a penas latiendo. Cargándola en sus brazos, el cabello de ella le suspendida déjandole ver su rostro ángelical libre de toda tristeza. El príncipe volvió a sentir nuevamente una embriagadora tristeza, no sabía si en la inconsciencia podría ella estar en un sueño placido, pero realmente lo deseaba, deseaba que Ainara no sufriera y se le ocurrió que quizás... sólo quizás... No podía, de haberlo pensado él mismo se condenaba así que caminando la llevó a una de sus residencias que él tenía antes de que se construyera su palacete.
Totalmente a oscuras entró a la residencia, subió los escalones con languidez y al llegar a la habitación la recostó en la cama. Sin apresurarse encendió todas las velas y la contempló ahí, bajo la luz candente, ella con su rostro tranquilo, como si nada hubiera pasado. Él seguía atento a sus latidos, había bebido demasiado, más de lo que un mortal podría soportar y sin embargo, no tenía ninguna intensión de darle el don oscuro si su vida corría peligro, se quedaría ahí, pendiente de ella, de si vencía a la muerte o se rendía.
Pasaron varias horas después de la media noche, los latidos recobraron su ritmo y ella comenzaba a despertar, cuando se reincorporó lentamente el príncipe liberó su poder de seducción y se acercó a ella, era tiempo de darle su sangre, ya no corría el riesgo de que se volviera inmortal. Así que atrayéndola a él le dio un beso de sangre para despertarla con placer, darle fortaleza para poseerla una última vez, fundir sus cuerpos con la mayor intensidad posible, como él nunca lo había hecho, así tenía que hacerlo, eso se merecía Ainara, su gran amor.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
Oh Dios...podía alguien sentirse mas miserable?...como podía seguir funcionando mi corazón aun estando destrozado? por que no se detenía y acababa con todo el dolor?...por que Violante me hizo recordar si...iba a acabar abandonándome...por que no permitió que siguiera en el olvido?...es que no se dio cuenta que el daño iba a ser peor?...cuando lo escuche, deje de pensar...mis pasos se dirigieron a el, temblé al sentir su abrazo, cuando sentí sus colmillos perforando mi rostro deje escapar un quejido, sintiéndolo beber de mi...
Poco a poco sentí como mi corazón se iba deteniendo, latiendo lentamente, sentí mi cuerpo comenzando a perder la fuerza, a debilitarme cada vez mas y mas, mi cuerpo cayo, y de pronto todo era oscuridad...solo deseaba que el dolor desapareciera...y allí, en esos momentos no sentía nada....mis latidos eran muy lentos, y yo no tenia ganas de seguir, ya...ya no tenia motivos para hacerlo...quería rendirme...quedarme allí en esa oscuridad que me hacia sentir tanta paz...me hacia olvidar el dolor...y el sufrimiento...
No se cuanto tiempo estuve inconsciente, pero mis ojos comenzaron a abrirse, observando la luz que me rodeaba, por unos momentos no recordaba lo ocurrido, no recordaba el dolor, ni nada...por unos momentos pensé que nada había ocurrido, que estaba junto a mi amado en su palacete, que todo había sido una pesadilla, comencé lentamente a levantarme, mire a Violante, solo ver su rostro me izo regresar a la realidad, el dolor regreso mas fuerte aun, mire alrededor, no recordaba aquel lugar...nunca había estado acá antes, pensaba antes de sentir su sangre en mi boca, cerré los ojos bebiéndola, disfrutando de aquella sensación que me daba su sangre, era...quería fingir que todo estaba bien pero no podía...los nudos en mi garganta eran enormes y solo quería una vez mas aferrarme a el y suplicarle que se quedara a mi lado...pero jamas lo haría...jamas le suplicaría por un amor que no sentía...o que yo creía que el no sentía por mi...
Poco a poco sentí como mi corazón se iba deteniendo, latiendo lentamente, sentí mi cuerpo comenzando a perder la fuerza, a debilitarme cada vez mas y mas, mi cuerpo cayo, y de pronto todo era oscuridad...solo deseaba que el dolor desapareciera...y allí, en esos momentos no sentía nada....mis latidos eran muy lentos, y yo no tenia ganas de seguir, ya...ya no tenia motivos para hacerlo...quería rendirme...quedarme allí en esa oscuridad que me hacia sentir tanta paz...me hacia olvidar el dolor...y el sufrimiento...
No se cuanto tiempo estuve inconsciente, pero mis ojos comenzaron a abrirse, observando la luz que me rodeaba, por unos momentos no recordaba lo ocurrido, no recordaba el dolor, ni nada...por unos momentos pensé que nada había ocurrido, que estaba junto a mi amado en su palacete, que todo había sido una pesadilla, comencé lentamente a levantarme, mire a Violante, solo ver su rostro me izo regresar a la realidad, el dolor regreso mas fuerte aun, mire alrededor, no recordaba aquel lugar...nunca había estado acá antes, pensaba antes de sentir su sangre en mi boca, cerré los ojos bebiéndola, disfrutando de aquella sensación que me daba su sangre, era...quería fingir que todo estaba bien pero no podía...los nudos en mi garganta eran enormes y solo quería una vez mas aferrarme a el y suplicarle que se quedara a mi lado...pero jamas lo haría...jamas le suplicaría por un amor que no sentía...o que yo creía que el no sentía por mi...
Ainara L. Betancourt- Humano Clase Alta
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
Era la primera vez que la sangre y su poder de seducción no surtían el efecto que deberían, el gran tormento de Ainara, esa abrumadora tristeza que podía más que él. Pese a que ella mostraba índices de estarlo asimilándolo, Violante sabía que no era así, en su mente escuchaba los deseos de suplicarle y el tajante orgullo de negarse. Entonces él no creyó que fuera conveniente poseerla una vez más.
Anteriormente él no le importaría la resistencia de los sentimientos mentales que manifestara una mujer, la tomaba para él y más si se lo pedían. Pero no podía ahora, y por vez primera se rehusó. Se separó de ella para verla a sus desconsolados ojos, los propios se tornaron rojos y aparecieron dos lágrimas de sangre que como surcos de agua descendieron por la pálida y dura piel. —Ainara...— hizo una pausa y meditó si era conveniente de convencerla que realmente si la amaba, que creyera en sus palabras «¿realmente tendría caso? ¿De esa forma sufriría menos?», para él estaba claro, recordarle su amor no serviría, no ahora. —Te respetaré, no te forzaré a nada sí así no lo deseas— continuó y se reincorporó con el llanto en sus ojos, con las lágrimas manchando su camisa.
Viéndola de frente lloró en silencio un poco más, en un silencio sepulcral, luego, simplemente cerró sus ojos y su llanto terminó, con rapidez la sangre se secó dejando el rostro del príncipe con dos surcos de un rojo oscuro, manteniendo en él un semblante triste. Su poder de seducción lo abandonó, así como su fortaleza. —Permíteme confesarme ante ti, mi corazón está dividido por primera vez en mis 250 años de existencia...— se detuvo, el tono melancólico resonó por la habitación y aunque lo quisiese no podía evitarlo.
—Cuando era un mortal fui el cuarto príncipe de imperio Ruso, tuve una esposa a la que creí amaba con locura y además una amante de la que decía no podía vivir sin ella... pero esos sentimientos no eran ciertos, a mi esposa la abandoné cuando me convirtieron en un vampiro y a mi amante la mandé a matar...— las palabras malditas eran como rayos de sol sobre su maldita existencia. Desvió su mirada, se sentía vacío, solo, solo de nuevo y sus ojos se tornaron rojo de nuevo, mas no lloró.
—Durante años me dediqué a destruir vidas con mis caprichos e inclusive a ti amor mío, tan sólo pensaba jugar contigo al ofrecerte la libertad que añorabas, esclavisarte con mi sangre y destruir tu alma, pero entonces me demostraste algo... lo que creí que era amor, no lo era, supe que quería estar contigo por siempre, supe que te amaba, que tu eras mi verdadero amor, tu eras mi mundo, la luz a la que estoy destinado a no ver... Pero nos atacaron, nos lastimaron, jugaron con nosotros y destruyeron nuestras vidas— volvió a mirar a Ainara, sus ojos perdieron ese color sangre brillando anormalmente sus perlas negras.
—Si existe algo que me dolería más que nada, es que dudes de mi amor, ¡Te amo! siempre te amaré, estás tatuada en mi alma y siempre lo estarás, te quiero Ainara, te quiero para mí, no quiero dejarte ir, quiero que estés en mis brazos y dormamos juntos, quiero susurrarte mi amor, besar todo tu cuerpo y fundirme contigo... Pero ya no puedo hacerlo como lo hubiera deseado, me borraron de tu mente y me hicieron creer que moriste y llegó a mi una mujer que como tú cambió mi vida, con recelo la dejé entrar en eso que ustedes llaman corazón y me conquistó, sanó mi dolor y quise corresponderle haciéndola mi esposa porque descubrí que la amo... Pero escuchame Ainara, entiéndelo, nunca habrá una mujer que iguale el amor que siento por ti, nadie podrá remplazarte— concluyó abatido.
Anteriormente él no le importaría la resistencia de los sentimientos mentales que manifestara una mujer, la tomaba para él y más si se lo pedían. Pero no podía ahora, y por vez primera se rehusó. Se separó de ella para verla a sus desconsolados ojos, los propios se tornaron rojos y aparecieron dos lágrimas de sangre que como surcos de agua descendieron por la pálida y dura piel. —Ainara...— hizo una pausa y meditó si era conveniente de convencerla que realmente si la amaba, que creyera en sus palabras «¿realmente tendría caso? ¿De esa forma sufriría menos?», para él estaba claro, recordarle su amor no serviría, no ahora. —Te respetaré, no te forzaré a nada sí así no lo deseas— continuó y se reincorporó con el llanto en sus ojos, con las lágrimas manchando su camisa.
Viéndola de frente lloró en silencio un poco más, en un silencio sepulcral, luego, simplemente cerró sus ojos y su llanto terminó, con rapidez la sangre se secó dejando el rostro del príncipe con dos surcos de un rojo oscuro, manteniendo en él un semblante triste. Su poder de seducción lo abandonó, así como su fortaleza. —Permíteme confesarme ante ti, mi corazón está dividido por primera vez en mis 250 años de existencia...— se detuvo, el tono melancólico resonó por la habitación y aunque lo quisiese no podía evitarlo.
—Cuando era un mortal fui el cuarto príncipe de imperio Ruso, tuve una esposa a la que creí amaba con locura y además una amante de la que decía no podía vivir sin ella... pero esos sentimientos no eran ciertos, a mi esposa la abandoné cuando me convirtieron en un vampiro y a mi amante la mandé a matar...— las palabras malditas eran como rayos de sol sobre su maldita existencia. Desvió su mirada, se sentía vacío, solo, solo de nuevo y sus ojos se tornaron rojo de nuevo, mas no lloró.
—Durante años me dediqué a destruir vidas con mis caprichos e inclusive a ti amor mío, tan sólo pensaba jugar contigo al ofrecerte la libertad que añorabas, esclavisarte con mi sangre y destruir tu alma, pero entonces me demostraste algo... lo que creí que era amor, no lo era, supe que quería estar contigo por siempre, supe que te amaba, que tu eras mi verdadero amor, tu eras mi mundo, la luz a la que estoy destinado a no ver... Pero nos atacaron, nos lastimaron, jugaron con nosotros y destruyeron nuestras vidas— volvió a mirar a Ainara, sus ojos perdieron ese color sangre brillando anormalmente sus perlas negras.
—Si existe algo que me dolería más que nada, es que dudes de mi amor, ¡Te amo! siempre te amaré, estás tatuada en mi alma y siempre lo estarás, te quiero Ainara, te quiero para mí, no quiero dejarte ir, quiero que estés en mis brazos y dormamos juntos, quiero susurrarte mi amor, besar todo tu cuerpo y fundirme contigo... Pero ya no puedo hacerlo como lo hubiera deseado, me borraron de tu mente y me hicieron creer que moriste y llegó a mi una mujer que como tú cambió mi vida, con recelo la dejé entrar en eso que ustedes llaman corazón y me conquistó, sanó mi dolor y quise corresponderle haciéndola mi esposa porque descubrí que la amo... Pero escuchame Ainara, entiéndelo, nunca habrá una mujer que iguale el amor que siento por ti, nadie podrá remplazarte— concluyó abatido.
Violante- Vampiro Clase Baja
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Re: ¿No fue un sueño? | Ainara Betancourt | +18
Era demasiado egoísta quererlo conmigo y solo conmigo?...tenia celos de esa mujer que había tomado mi lugar cuando a mi me lo habían arrebatado, por que?...por que yo?...sabia que no tenia la culpa, pero era la única que iba a sufrir y que seguiría sufriendo y recordándolo, mientras lo escuchaba las lagrimas caían y caían por mis mejillas, sollozos silenciosos abandonaban mis labios, escuche sus palabras y quería gritarle que se callara, que no siguiera torturándome así, ya era suficiente con perderle por...por un motivo que hasta yo desconocía, ya era suficiente tortura perderle sin que sea mi culpa, como para que sus palabras me recordaran todo lo que había perdido...
Agache la cabeza dejando de mirarlo, negué al oírlo, dejando que las las lagrimas bañaran mis mejillas, me puse de pie y camine hasta el, quede frente a frente, levantando mi mano para secar con mis dedos sus lagrimas, sin dejar de mirar sus ojos...- te amo, siempre vas a ser mi gran amor Violante...- murmuro sonriendo con tristeza...- se feliz...se feliz con ella...te deseo...toda la felicidad del mundo...olvidate de mi...has de cuenta que yo nunca existí, que solo fui un sueño y se feliz, completamente feliz...- susurro apartándome de el, comenzando a arreglar mis ropas, dándole la espalda, era todo lo que podía hacer...desear su felicidad, aunque sabia que yo...yo nunca podría volver a serlo, aunque sabia que yo estaba muriendo por dentro...de todos modos, no podía menos que desearle que sea feliz...desearle felicidad al amor de mi vida...aunque fuera con otra...con quien el había escogido...
Seque mis lagrimas y me gire mirándolo, ni siquiera podía mencionar el adiós definitivo, dolía demasiado, no podía dejar de mirarlo...-me voy a casa...ya es hora...- digo en un susurro bajito, mordiéndome el labio, parte de mi deseaba que nunca se olvidara de mi, pero parte de mi deseaba que el me olvidara para que pudiera ser feliz...ser feliz como yo nunca lo seria, pero al menos volvía a tener mis recuerdos, los recuerdos de lo feliz que fui en algún momento...los recuerdos de lo que se sentía ser feliz, ser amada...tener ilusiones de un futuro junto a alguien...
-Adiós Violante...- las palabras dolían horriblemente, y sobre todo el significado de ellas, de ya no volver a ver nunca mas al amor de mi vida, de...ser infeliz el resto de mi vida...pero al menos me queda la esperanza de que uno de los dos si lo sera...ya no pude seguir mirando sus ojos y agache la cabeza...-no es necesario que envíes un carruaje, tomare uno por ahí, quisiera caminar un rato...- murmuro dando media vuelta para comenzar a alejarme para siempre del que es y seria mi único gran amor...
Agache la cabeza dejando de mirarlo, negué al oírlo, dejando que las las lagrimas bañaran mis mejillas, me puse de pie y camine hasta el, quede frente a frente, levantando mi mano para secar con mis dedos sus lagrimas, sin dejar de mirar sus ojos...- te amo, siempre vas a ser mi gran amor Violante...- murmuro sonriendo con tristeza...- se feliz...se feliz con ella...te deseo...toda la felicidad del mundo...olvidate de mi...has de cuenta que yo nunca existí, que solo fui un sueño y se feliz, completamente feliz...- susurro apartándome de el, comenzando a arreglar mis ropas, dándole la espalda, era todo lo que podía hacer...desear su felicidad, aunque sabia que yo...yo nunca podría volver a serlo, aunque sabia que yo estaba muriendo por dentro...de todos modos, no podía menos que desearle que sea feliz...desearle felicidad al amor de mi vida...aunque fuera con otra...con quien el había escogido...
Seque mis lagrimas y me gire mirándolo, ni siquiera podía mencionar el adiós definitivo, dolía demasiado, no podía dejar de mirarlo...-me voy a casa...ya es hora...- digo en un susurro bajito, mordiéndome el labio, parte de mi deseaba que nunca se olvidara de mi, pero parte de mi deseaba que el me olvidara para que pudiera ser feliz...ser feliz como yo nunca lo seria, pero al menos volvía a tener mis recuerdos, los recuerdos de lo feliz que fui en algún momento...los recuerdos de lo que se sentía ser feliz, ser amada...tener ilusiones de un futuro junto a alguien...
-Adiós Violante...- las palabras dolían horriblemente, y sobre todo el significado de ellas, de ya no volver a ver nunca mas al amor de mi vida, de...ser infeliz el resto de mi vida...pero al menos me queda la esperanza de que uno de los dos si lo sera...ya no pude seguir mirando sus ojos y agache la cabeza...-no es necesario que envíes un carruaje, tomare uno por ahí, quisiera caminar un rato...- murmuro dando media vuelta para comenzar a alejarme para siempre del que es y seria mi único gran amor...
Ainara L. Betancourt- Humano Clase Alta
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