Lorian de Bordeaux

Personalidad

Su cuerpo es el característico de la época en la que nació. Trabajado, pero no demasiado, con brazos y piernas fuertes. Unas manos grandes y toscas, capaces de romper un cuello fácilmente. Una piel tostada por el sol de la mañana, cuando se levantaba para trabajar la tierra. Tiene una barba suave en el rostro, unas cejas populosas y el cabello es negro oscuro y ondulado. Unas orejas algo respingadas y pequeñas y una nariz armoniosa con el rostro. Sus labios son rosa oscuro y enmarcados en ambos extremos, pareciendo el inferior levemente hinchado. Sus ojos están plagados de pestañas erguidas, muy oscuras y su iris es arrollador, como avellanas tostadas. Tiene una mancha de nacimiento en la sien, un lunar en forma de lágrima por la parte izquierda.
Su estatura está por arriba del promedio, siendo de metro noventa y tanto. Impone respeto, aunque no es algo que necesite o quiera. Su peinado está siempre enredado, no se ocupa mucho de ellos y pocas veces se arregla, ya que no le gustan las modas de la época, siempre cambian y lo hacen sentir incómodo. Desprende un aroma exótico, ya que es un hechicero convertido en vampiro y por sus venas hay más de una maldición corriendo en el camino de su eternidad.




Germano de herencia, brujo de sangre. Era un hombre libre de raíz indoeuropea, con una familia acomodada, una madre artesana y un padre guerrero. Su pueblo estaba establecido en las fronteras del Imperio Romano como aliados y próximo ejército de los mismos. Ellos mantenían un estilo de vida que era básicamente tribal y clánico. Con un gobierno que al fin y al cabo respetaba lo que era la religión y la libertad de pensamiento. Algo que recién empezaba a aflorar en el mundo o más bien entre las comunidades europeas.
En la familia eran tres hombres, el padre y los gemelos. Los últimos muy unidos, disfrutaban estar en compañía y practicaban la herencia de su madre y abuela. Aunque Lorian nunca había sido muy bueno en la magia, él prefería la espada y la fuerza bruta. Pero Lukian era un erudito y sin duda hacía que el mayor se sintiera algo frustrado por no poder estar a su nivel –mayor, ya que tenían unos minutos de diferencia al nacer-. En efecto, ambos se combinaban bien y siempre que salían y nada del trabajo cotidiano estaba entre temas de discusión, se divertían en grande. Las tabernas eran uno de los principales lugares para investigar hermosas mujeres esclavas e ir a jugar a los torneos de lucha. Eran sencillamente inseparables o al menos eso creían.

Con el paso el tiempo y ya con más de treinta años cada uno, habían tomado las pasiones en serio. Lorian se había dedicado a la parte de la magia de las maldiciones y manipulación de energías, aunque no les tomaba mucho aprecio, deslizándose un poco de los conjuros de su hermano y madre. Se había instruido en las artes marciales y en ser un guerrero formidable. Algo que Lukian solía reprocharle junto a su progenitora, quienes tenían una postura muy estricta acerca del paganismo que él no terminaba de aceptar o más bien no terminaba de entender.

Y una noche, entre medio de discusiones y gritos, Lorian se fue a la taberna, solo, como nunca hacía. Descuidándose de todo, frustrado por no poder ser lo que su madre quería, la mujer que le había dado todo. Pero sus poderes no eran como los suyos, en alguna parte del vientre, habían sido mal distribuidas sus habilidades. Y entre medio de copas conoció a una mujer, ella no era como las esclavas que estaban allí cotidianamente. Ella había salido de uno de los mitos que se contaban alrededor del árbol de la sabiduría. Su cuerpo era el de una Nornas, las diosas del conocimiento y el destino. Era resplandeciente y sin duda llamaba la atención de todos en el lugar. Los guerreros babeaban por aquel pelo platinado que bailaba en una espalda descubierta, llena de carisma y lujo. Esa noche pensaba que había muerto, pero no sucedió… No aún. Luego de copas y entretenimiento pudo acercarse a ella, hablarle como un fiel amante, llevarla a la cama para idolatrar su piel de plata pulida. Lorian descubriría el sexo de una forma desenfrenada, entendiendo que nada tenía límite.

¿Quién era? No lo supo, pero las noches pasaban y él se hundía en ese cuerpo como quien cae en profunda depresión, solo se la veía cuando se ocultaba el Sol, en el día, nadie sabía de su existencia, eso de alguna forma la ponía más irresistible y a la próxima vez que se vieron sus ojos mostraban un fuego anhelante, en medio del acto le clavaban unos colmillos tan largos que escarbaban su piel, tomaban su sangre y aunque sentía placer y solo eso, podía saber que lo estaban matando. Quiso forcejear, quiso escapar de ella, pero tenía una fuerza que no había considerado, el brujo interior empezó a activarse, la magia que escondía se encendió y buscó quemarla, desprendió el fuego de sus dedos y con ello la mirada curiosa y completamente deseosa de la mujer que lo había poseído.

Fue como si algo nuevo naciera y aunque buscó entre su cerebro algo más para defenderse ella volvió a clavarse, más emocionada que antes. Parecía disfrutar con el forcejeo mágico y luego de terminar de succionar cada gota de la sangre del muchacho le hizo abrir la boca. Le transfirió de su propia sangre mientras se mantenía unida, aún con su miembro viril en pleno acto sexual. Y él pensó que el mundo se le caía arriba. Estaba muriendo por completo y renaciendo en el interior de esa mujer, la deseaba y por ello se terminó por dejar hacer. Abrazándose como si ella fuese un tesoro mientras succionaba de su muñeca todo lo que ella le permitía, se bañaba en su sangre hasta terminar consumado.

Y un amor ilógico surgió en su cerebro, lo consumió al punto que solo estaba ella en él. Y la siguió sin dudarlo, cumplió los caprichos con sus nuevas habilidades, olvidándose de su familia como si nunca hubiesen existido.
El tiempo pasó sin notarlo y no fue hasta que su gemelo lo encontró, que una serie de recuerdos volvieron a él. Pero cuando Lukian intentó llevárselo, la pelea fue inminente, fue una lucha que en el cerebro de Lorian no tenía sentido, pues él en su cabeza estaba haciendo las cosas a la perfección. Y allí empezó un odio atroz, con la misma intensidad de amor que se tenían antes, ahora solo había traición. Traición por quien no logra entender. Por gemelos que no podían reconectar con la humanidad que un día los unió.

Lorian siguió su camino al lado de su sire por más de quinientos años, aprendiendo y olvidando cada vez más su humanidad, al punto que los humanos no significaban más que cosas en su camino, objetos que duraban poco.
Pronto el conocimiento de los d´Auxerre y la rama de los de Bordeaux tomó presencia en la vida de ambos inmortales. La historia y la sed de sangre haciendo ruido y uniéndose con otros vampiros a través del tiempo. Lorian tomó eso como eterno, volviendo a formar parte en un círculo de almas correspondientes. Allí se encontró con un sentimiento que había perdido a lo largo del tiempo. Fue entonces que Vibeke decidió abandonarlo por primera vez. Desapareciendo por largos años en donde él tomó parte importante en las luchas con el clan enemigo. Sus poderes y su forma de combatir lograron hacerlos tomar la delantera. Pero Lorian, en el fondo, se preguntaba por qué existía este odio sangriento, un odio que convergía en el latir de las sangres. Él sabía que debía ser una maldición, su parte mágica, aunque abandonada y maltrecha, se lo estaba avisando.

Todo cambió cuando Vibeke regresó y con ella su esencia devoradora. Tal fue su egoísmo que al conocer a Lukian, decidió que también sería para ella. Lukian para ese entonces había terminado también en brazos de la inmortalidad y no de cualquiera, sino convertido en un d´Auxerre. Pero no durante demasiado tiempo, Vibeke se encargó de someterlo a grandes torturas, reviviendo así los sentimientos de un Lorian que había olvidado la mitad de su vida.

Y la historia continúa.





► Habilidades y atributos innatos:
→ Habilidades: Sigilo, sentidos aumentados, buenos reflejos, agilidad, flexibilidad, velocidad y fuerza sobrehumana.
→ Atributos: Colmillos afilados y uñas afiladas.

► Poderes innatos:
→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves.
→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros vampiros e identificar a los licántropos gracias a su aura colorada y su característico olor.

► Poderes propios:
→ Manipulación de la memoria: Concede la amnepatía y la recuperación mental, además ver los recuerdos de la gente y si se quiere proyectarlos en imágenes visibles para todos. También se puede aturdir a la gente mediante confusiones mentales dejándolos como "Enfermos mentales", pero solo temporalmente. Es muy difícil usar esta capacidad sin contacto ya que se requiere de mucha experiencia.
→ Fortaleza: Capacidad de resistencia extrema al dolor físico.
→ Telepatía: Habilidad para sondear los pensamientos superficiales de cualquier sujeto cercano y escucharlos como escucharía hablar a esa persona. Con el tiempo suficiente, puede enterarse casi de cualquier cosa sobre el sujeto.




•Gustos:Inexorablemente tiene una obsesión con la mujer que lo creó.

•Hobbies: Caminar por lugares extraños y nuevos.

•Manias: Acostarse con mujeres mientras les dice el nombre de su sire al oído.
Ser sometido por su sire.