Oliver Irving

Lloyd tiene carácter, pero esto no se ve a primera vista ya que es bastante desconfiado. Si bien es apasionado, tiene un temperamento reservado y necesita mantenerse secreto. Dentro de esta personalidad coexisten dos tendencias extremas. Por un lado, es introvertido, calmo, reflexivo, paciente, perseverante. No le gusta para nada lo imprevisto, tiene sentido de la responsabilidad y una moralidad estricta, austera incluso. Por otro lado, es extrovertido, móvil, cambiante, excitable, independiente. Rechaza las obligaciones, es partidario de la libertad y amante de los placeres… Entonces, es un personaje ambiguo cuyos actos no siempre están a la altura de sus palabras o de sus promesas, y recíprocamente. Lloyd podrá pasar de un personaje a otro. Sea como fuera, cuida su apariencia.

Sobrio y digno, se impone por su firmeza, sus resoluciones determinadas, su voluntad, como así también su potencia de trabajo, que a menudo sirve de ejemplo. Es un hombre cerebral, de una inteligencia superior a la normal. Piensa antes de actuar. De espíritu racional y analítico, también es intuitivo. Tras una calma reflexión, se adentrará en un total escepticismo o en un misticismo convencido. Con él es todo o nada: Lloyd es enemigo de las medias tintas, de principios morales sofocantes o que lo culpabilicen, ya que esto traería efectos nefastos en su vida emocional o sexual futura. Independiente y razonable, aunque roce lo prohibido. Lloyd será más una eminencia gris que un jefe. Ni demasiado sentimental, ni demasiado demostrativo, se mantendrá púdico y posiblemente viva dividido entre sus pulsiones instintivas y sus prohibiciones ya que tiene un apego fundamental con los valores sociales, el orden y las tradiciones.

Lloyd procede de Khel, un pueblo alejado de la mano de Dios en donde el número máximo de habitantes es de 300 habitantes…y disminuyendo. En ese tipo de pequeños pueblos de los que nadie se acuerda que existen, en donde la gente cuida de sus pequeñas granjas y solamente tienen lo justo para comer y vestirse. Lloyd, podría decirse que nació en una fría noche de invierno, precisamente días antes a nochebuena en una cálida habitación y feliz estaba sobre los brazos de su madre. Cuando creció, se le fue revelado la verdad del porque estaban en una ciudad tan aislada de la civilización. Sus padres estaban siendo perseguidos por pena de muerte y ahí estaban aislados y alejados de duras amenazas donde podían crecer con Lloyd. Más tarde se enteró de que iba a tener una hermana pequeña, pero en el camino del parto, su madre falleció, pero igual su padre crio a ambos con amor y afecto. A Lloyd le enseño las artes de la guerra mientras que a Allison se le enseño a buscar la gracia y los buenos modales de la dama que podría sacarles de su situación.

Cuando Lloyd tenía 25 años, fue llevado a Paris donde se encontraba la sede de licanos más antigua del mundo y en la que su familia se había sentido refugiada durante generaciones. En dos meses se hizo amigo de todos los del clan –no de todos- y había podido conocer a sus abuelos más de fondo. Entre ellos había una pareja que jamás había podido procrear pero tenían una hija que habían adoptado. Esta pareja era mayor y amigos íntimos del abuelo de Lloyd y de su padre, adoptaron a una muchacha de la edad de Lloyd para que se conocieran obviamente con un propósito en común que no era otro que la de un compromiso. Al principio Lloyd se sintió contrariado pero finalmente logro coger cariño a dicha muchacha.

Convencido por los consejos de su familia y su hermana, el día que contraían nupcias, su prometida fue secuestrada y cruelmente mutilada por un grupo de brujos, Lloyd fue separado de su padre y su hermana por su abuelo llevándolo lejos de donde estaban. Su abuelo lo convirtió en licántropo debido a que ya había llegado la hora de que Lloyd supiera todo y que era el elegido. Pasó el resto de su vida hasta los 30 años con la apariencia de un joven de 18 años, con la apariencia de un adolescente ocultando su pasado a todo aquel que conocía. Vivía en Paris. En secreto con su abuelo y a las afueras en una acomodada y modesta mansión donde por el momento Vivian pacíficamente.

Actualmente, su abuelo y él, como jamás volvieron a saber de su padre o su hermana, los buscaban con cuidado pero sin dejar de insistir. Hace no mucho, en las últimas lunas llenas de Lloyd ha conseguido reunir las habilidades necesarias como para poder ir en busca de su familia. Rezaba a su madre porque les ayudasen a encontrarlos.